Gobierno de Kirchner: Fueron aprobadas 65 normas en 2011; Diputados sesionó 8 veces, y la Cámara alta, 14

Balance legislativo / Escasa actividad parlamentaria
El Congreso cierra el año menos productivo de la última década


Fueron aprobadas 65 normas en 2011; Diputados sesionó 8 veces, y la Cámara alta, 14


Por Laura Serra 


Lunes 05 de diciembre de 2011



Es el Congreso que logró los resultados más pobres de la década. Así lo refleja el balance de este fin de año parlamentario, que arroja tan sólo 65 leyes sancionadas -el peor registro desde 2007- y un total de 22 sesiones entre las dos cámaras. Aun así, pese a esta decepcionante producción legislativa, los diputados y senadores se disponen a aprobar un aumento del 40 por ciento para el gasto de ambas cámaras para el año próximo.

Si el trabajo parlamentario del año pasado, con 70 leyes aprobadas, ya fue deficiente -así lo admitieron oficialistas y opositores-, el que está por finalizar ni siquiera alcanza ese nivel, según lo demuestran las estadísticas oficiales del Congreso.

Como consecuencia inmediata de esta parálisis, dentro de seis días caducará una larga lista de dictámenes por falta de tratamiento en el recinto. Proyectos como el que regula la publicidad oficial, el que legaliza el acceso a la información pública, el que penaliza la trata de personas e, incluso, el dictamen de presupuesto 2012 perderán vigencia sin remedio con el ingreso de los nuevos diputados y senadores, el 10 del actual.

La inactividad parlamentaria encuentra varias razones. La primera que los legisladores suelen esgrimir es la campaña electoral: para muchos, las elecciones son un justificativo más que suficiente para concentrarse en el terruño en busca de votos, en lugar de legislar. Esto se observa en las estadísticas. Cada dos años, la actividad parlamentaria decae notoriamente.

Sin embargo, la de este año rompió todos los récords: la Cámara de Diputados sesionó tan sólo ocho veces, mientras que el Senado apenas se reunió en el recinto en 14 oportunidades. Muy por debajo de otros períodos electorales; por ejemplo, en 2009, los diputados celebraron 15 reuniones, mientras que los senadores 20. En 2007 la marca fue superior: 33 reuniones en Diputados y otras 22 en el Senado.

Lo polémico del asunto es que la inactividad tiene como contrapartida una suba récord en los gastos del Congreso, como se evidencia en el proyecto de ley de presupuesto 2012. Tal como publicó LA NACION, la partida del Senado experimenta un salto importante, ya que de los $ 587 millones previstos para este año pasará a algo más de $ 892 millones. Uno de los mayores aumentos se producirá en el rubro viajes (30%), ya que pasará de $ 24 millones a $ 31 millones para los 72 senadores.

Para la Cámara de Diputados, el proyecto oficial fijó un aumento un poco menor que el de la Cámara alta, de 38 por ciento. De $ 856 millones saltará a $ 1185 millones.
Falta de acuerdos

Si bien es cierto que toda tarea parlamentaria suele decaer con las campañas electorales, la principal razón que explica semejante parálisis del Congreso este año es la dificultad que hubo para enhebrar acuerdos en un escenario de fuerzas políticas atomizado y enemistado entre sí, no sólo entre oficialistas y opositores, sino también entre los mismos opositores.

Resultados a la vista, el arco no kirchnerista no supo aprovechar el oxígeno que consiguió hace dos años, cuando le ganó al kirchnerismo las elecciones legislativas. En las últimas elecciones presidenciales, perdió territorio en ambas cámaras y el oficialismo se prepara, otra vez, para retomar las riendas del Congreso. Con una mayoría compacta en ambas cámaras que inaugurará el 10 del actual, impondrá su propia agenda y sepultará aquellos proyectos que la oposición costosamente articuló en dictámenes y que ahora caducarán.

A los ya mencionados sobre publicidad oficial y acceso a la información pública, se suman también los proyectos que proponen aumentar la coparticipación de recursos tributarios para mejorar la situación fiscal de las provincias; la creación de un nuevo Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec); medio centenar de iniciativas laborales que proponen modificar el régimen laboral; la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias; la reforma de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y el aumento en las penas para aquellos funcionarios que cometan actos de corrupción.

La nueva mayoría oficialista condenará a todos estos dictámenes al archivo. En cambio, resucitará el del presupuesto 2012 -que se debatirá el 14 del actual en Diputados- y el que declara de interés público la producción y comercialización de papel de pasta celulosa para diario.

Antes de fin de año impondrá, también, la prórroga de la ley de emergencia económica y del impuesto al cheque, ambos cuestionados por una oposición que, atomizada y dispersa, muestra por ahora pocos reflejos para una resistencia en común.
Bullrich: construir una alternativa

"La Argentina necesita una segunda alternativa, no podemos tener un único partido que es el del poder y luego fragmentos, pedacitos, pymes...", dijo ayer la diputada Patricia Bullrich (Unión por Todos-Capital). En declaraciones a Radio El Mundo sostuvo que "hay que armar una gran alternativa" al kirchnerismo "para que la Argentina no tenga solamente una mirada".

La Nación

Gobierno de Kirchner: Reelección de Cristina K.





Un día de festejos, rodeada de su familia
La Presidenta decidió darle un papel protagónico a su hija Florencia; se conmovió en el Congreso al recordar a Néstor Kirchner
Por Mariana Veron 


Domingo 11 de diciembre de 2011


No comió. Apenas si probó un té con leche. En la intimidad de su despacho, con su familia, sólo allí se relajó. Jugaba con sus zapatos, sentada en uno de los sillones de cuero blanco. Estaban su madre, Ofelia, su hermana Giselle, su hija Florencia y el mayor, Máximo, siempre pegado a su novia, Rocío García.

Nadie más pudo entrar en esa hora en la que Cristina Kirchner compartió sus primeros minutos, otra vez, en lo más alto del poder.

El día de la Presidenta comenzó temprano, en la quinta de Olivos. Esta vez evitó el ejercicio físico y se dedicó a repasar los diarios y preparar el discurso que daría en el Congreso. Apuró la salida de la residencia para cumplir puntualmente la rutina de su jura. Llegó dos minutos antes de las 12 a la explanada del Congreso. También tuvo palabras de despedida para su histórico secretario, Isidro Bounine, que dejará su cargo después de haber pasado ocho años con la jefa del Estado. La Presidenta le permitió, incluso, que se tomaran una foto juntos cuando bajaron del helicóptero que los trasladó al mediodía a la Casa Rosada.

Su peor momento fue apenas pisó el Congreso. "¿Dónde está Florencia?", preguntaba, insistente. Ya había decidido el miércoles pasado que su hija la acompañara en el momento de tomar posesión del mando y que fuera ella la que la ayudara a colocarse la banda presidencial. Uno de los hombres que más cerca está de Cristina contó a LA NACION que la llegada al Parlamento fue el quiebre anímico de la Presidenta. Está acostumbrada a la Casa Rosada sin Néstor Kirchner. Ya no la impacta. Pero no pudo en el Congreso. "Hace cuatro años estaban los dos. Ese momento fue terrible para ella", describió un funcionario que estuvo en la tarde con la jefa del Estado.

Ya desde la semana pasada algunos de los ministros más cercanos sabían que Florencia sería la elegida por Cristina para asistirla. Nadie supo que juraría por el ex presidente. Pero lo imaginaban.

HUMOR PRESIDENCIAL

Una vez superado el discurso, en el que se mostró relajada hacia el final, Cristina recuperó el humor. Su camino a la Casa Rosada lo hizo acompañada de sus hijos y su nuera. Varias veces bajó del auto oficial para saludar a los seguidores.

Máximo, que en la jura tuvo un papel menos protagónico que su hermana, en la intimidad es otro y es reiterado que varios funcionarios se asombren aún por las formas similares a las de su padre. Lo cuenta un santacruceño que conoce muy bien a la familia. "Al que más quebrado lo vi fue a Máximo", reconocía.

Con su habitual bajo perfil, el hijo presidencial esquivó las cámaras. Pero no por eso dejó de lado la política. En el despacho de Florencio Randazzo, en la planta baja, se paseó como un funcionario más. Allí esperaron todos los ministros el momento de la jura. Y como uno más de ellos, se apareció el hijo de Cristina. Se abrazó al ministro del Interior y a Juan Manuel Abal Medina, el nuevo jefe de Gabinete, la apuesta por dar un mensaje a la juventud que hizo Cristina y decisión en la que influyó Máximo.

Quien no perdió su fuerte personalidad fue Ofelia Willhem, la mamá de la Presidenta. Esta vez no discutió con su hija, a la que mimó más de una vez, sino que se enojó con la hermana de Cristina, Gisselle, que se había llevado, cual fin de fiesta de casamiento, uno de los arreglos florales que inundaron toda la Casa Rosada. Su madre se negaba a hacerle el favor de llevárselo con ella. "Mamá, me quiero ir al festival, te lo pido por favor", le rogaba. "Yo me voy a Olivos. Vos te lo quisiste llevar, te arreglas", la despachaba Ofelia, vestida con un trajecito de encaje blanco. Al final, por supuesto, ganó la madre y Giselle se fue con el ramo en brazos. Cristina, por suerte, ni se enteró.

Para entonces, ya estaba arriba del escenario donde Charly García cantó el himno nacional y la Presidenta bailó, le habló a la juventud y se retiró. Nada de irse a la residencia. Se quedó otra vez en su despacho, con su familia, recibiendo a los primeros ministros, como Abal Medina, que hizo demorar más de una hora la jura de sus secretarios en el Salón Sur porque lo había llamado Cristina.

En su primer día de la nueva gestión, la Presidenta comenzó dejando de plantón a los ministros que debían jurar. Cambió sobre la marcha la agenda y recibió primero al príncipe Felipe de Borbón, que viajó en representación de la corona española, al vicepresidente de la Asamblea Popular de China, Xiang Shushing, y al ex primer ministro de Japón Naoto Kan

La Nación





El indiferente saludo de la Presidenta a Cobos
Cristina le dio la mano mirando hacia otro lado; el ahora ex vicepresidente inauguró la ceremonia entre insultos y silbidos; "La famosa campanita existía", dijo Boudou


Sábado 10 de diciembre de 2011

Entre gritos, insultos y silbidos, el ahora ex vicepresidente Julio Cobos realizó la apertura de la ceremonia en la que juró la presidenta electa Cristina Kirchner. "¡Traidor!", "¡Andate Cobos!", eran los gritos que se escuchaban desde los palcos del Congreso en donde se encuentran los militantes kirchneristas.

La ceremonia comenzó con el izamiento de la bandera y luego se pasó a un cuarto intermedio hasta la llegada de la Presidenta. Cristina arribó 11.47 al helipuerto de la Casa Rosada y a las 12 del mediodía entró al Congreso.

El saludo entre Cristina y Cobos pasó casi desapercibido: fue un indiferente apretón de manos que la Presidenta le dio mientras miraba hacia otro lado. Luego la comitiva continuó caminando hacia el salón principal, con el vicepresidente siempre perfil bajo y detrás del grupo.

A la hora de la jura , también hubo un tibio saludo entre el ahora ex vicepresidente y su sucesor, Amado Boudou. "La famosa campanita existía", le habría dicho Boudou a la Presidenta minutos antes, en irónica referencia a Cobos.

Cuando le llegó el turno de la jura a Cristina, Cobos permaneció atrás, aplaudiendo. Lejos del protocolo, fue Florencia Kirchner quien le colocó la banda.El anuncio del discurso de Cristina lo realizó Boudou. El ex vicepresidente desapareció de la escena segundos después. Cuando comenzó el discurso, se retiró del recinto.

Pero su nombre volvió a surgir cuando, en pleno discurso, se escuchó una alarma. "Julián", exclamó la Presidenta en alusión a Domínguez, flamante titular de la Cámara de Diputados, "Cobos no hacía esas cosas", ironizó, y todos rieron.

Video: Cristina y Boudou, fríos con Cobos (C5N)
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LAS PRESIONES PREVIAS

Durante el último mes, se había intensificado la presión para que el vicepresidente dejara la toma de juramento en manos de la nueva presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich.

Incluso la diputada ultrakirchnerista Diana Conti le había advertido al radical mendocino que podría "pasarla mal" durante la Asamblea Legislativa.

Ante estas declaraciones y las preguntas sobre la posibilidad de que militantes kircheristas lo insultaran durante la ceremonia, Cobos respondió : "Esperemos que reine la madurez. Estamos dispuestos a sobrellevar cualquier situación incómoda si así sucede".

Los rumores sobre la posibilidad de una ausencia del vicepresidente en la ceremonia de hoy se terminaron la semana pasada, cuando la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Oscar Parrilli, emitió un comunicado en el que se indicaba que "por expresas directivas" de la jefa del Estado se iba a cumplir con el artículo 93 de la Constitución, es decir, que Cobos cumpliría con su rol en la jura.

La Nación





Curiosidades del discurso de Cristina modelo 2007
Diferencias, rupturas y contextos separados por un abismo
Por Lucrecia Bullrich


Viernes 09 de diciembre de 2011


Los cuatro años que separan la asunción de Cristina Kirchner como la primera mujer elegida para gobernar la Argentina , de la jura que marca el inicio de su segundo mandato parecen, por momentos, un siglo. Por otros, un suspiro. Más allá de las percepciones subjetivas, vale volver a aquel diciembre de 2007 y mirarlo desde este otro de 2011, sopesar diferencias, similitudes, rupturas y continuidades.

El 10 de diciembre de 2007 fue lunes y, por primera vez en la historia, una presidenta electa recibió los atributos de mando de manos de su marido. Néstor Kirchner dejaba el poder después de cuatro años signados por la salida de la crisis de 2001.

Los guiños de complicidad entre la Presidenta y su marido atravesaron la ceremonia. Sentado a su izquierda ("Es casualidad que esté a mi izquierda, no vaya a ser que se lo crea", lo chicaneó), Kirchner siguió el discurso serio y casi inmóvil. Sólo sonrió ante esa referencia a su ubicación espacial y hacia el final cuando la Presidenta le preguntó: "¿Se va?". Kirchner, que evitó contestar, dejaba ese día de tener un cargo político formal después de 20 años de actividad ininterrumpida.

A su derecha, Julio Cobos, siguió el discurso casi sin inmutarse. Sólo tres meses después se desataría el conflicto que selló la ruptura entre ambos. Cristina Kirchner lo mencionó una vez cuando habló de la fórmula con la que cuarenta días antes había ganado las elecciones con el 46 por ciento de los votos.


La Presidenta habló durante 45 minutos, con esa mezcla de improvisación y control sobre el discurso que luego convirtió en sello de sus apariciones públicas. Justo a la mitad del mensaje pronunció la frase más fuerte, una sentencia de una actualidad que asombra. "El acuerdo del que hemos hablado durante toda la campaña no es un acuerdo de precios y salarios. No he venido a ser presidenta para convertirme gendarme de la rentabilidad de los empresarios, que se olviden. Tampoco para convertirme en parte de una interna sindical", exclamó.
La advertencia a los sindicatos y a los empresarios parece calcada de la que hizo ya varias veces desde que ganó las elecciones de octubre. La relación con Moyano era otra. Y no tanto. La distancia no era (por mucho) la de hoy. Pero tampoco eran todas flores. De hecho, el día de la jura el camionero no estuvo en las celebraciones frente a la Casa Rosada y al día siguiente amenazó: " No va a faltar mucho tiempo, que sólo los camioneros vamos a llenar la Plaza de Mayo ". Cambió también el vínculo con los empresarios, con quienes en el último tiempo la Presidenta tuvo gestos de acercamiento, impensados hace cuatro años.

  Cristina entre Kirchner y Scioli ante la Asamblea Legislativa, el 10 de diciembre de 2007.  Foto: ArchivoFoto 1 de 16


Es que el contexto económico, sobre todo mundial, ante el que hablaba la Presidenta era muy distinto. Bregaba entonces de profundizar el "modelo económico de matriz diversificada de acumulación con inclusión social", luego devenido simplemente en "el modelo", una consigna que el discurso oficial mantiene hoy en pie, pero a la que en las últimas semanas se le sumó la figura de la "sintonía fina", por no decir, entre otras cosas, ajuste o inflación.
Otro momento tenso de aquella tarde de diciembre llegó cuando promediaba el discurso. Cristina Kirchner había enumerado los países de la región cuyos presidentes participaban de la jura. Por primera vez en toda la ceremonia cayeron papelitos desde los palcos. Retumbaron los aplausos. La Presidenta sonreía y apuntaba que "también América latina" tenía "nombre de mujer". Uruguay había quedado fuera de la lista. Enseguida quedó claro por qué.

"Quiero decirle que no va a tener de esta presidenta un solo gesto que profundice las diferencias que tenemos. Pero también quiero decirle que la situación que hoy atravesamos no nos es imputable. Nos hemos presentado en la Corte de La Haya porque se ha violado el tratado del río Uruguay al instalar las pasteras sin consentimiento", le enrostró a Tabaré Vázquez ante la mirada atónita de Michelle Bachelet. El presidente uruguayo, que segundos antes agradecía sonriente que Cristina Kirchner lo hubiera dejado para el final, quedaba serio e inmóvil.

Para el final, Cristina Kirchner dejó otra de las reflexiones que se volverían un clásico de sus discursos en los años siguientes. "Sé que tal vez me cueste más porque soy mujer, estoy absolutamente convencida", dijo. Con el cierre llegaron las lágrimas y el momento más emotivo. "Pero sé que tengo el ejemplo no sólo de Eva, que no pudo y que tal vez lo merecía más que yo. Tengo el ejemplo de unas mujeres de pañuelo blanco que se atrevieron donde nadie se atrevía y lo hicieron". Fue la única vez que miró hacia arriba para encontrarse con el saludo de Estela de Carlotto y de Hebe de Bonafini, dos mujeres que no perderían protagonismo durante su mandato. Todos se pusieron de pie. Los papelitos volvieron a llover desde los palcos. Cristina Kirchner había dado su primer discurso como presidenta de la Argentina.

Hoy brindó el primero de su segundo mandato. Sin Néstor Kirchner. Ante una Argentina y un mundo distintos. De cara a desafíos distintos. A cuatro años de aquel diciembre a la vez cercano y abismal

La Nación






Fuertes críticas de la oposición al discurso de la Presidenta
De Narváez calificó de "decepcionante" la alocución de Cristina en el Congreso y Pino Solanas disparó: "Si hay un gobierno que favoreció a las corporaciones, ha sido éste"


Sábado 10 de diciembre de 2011

Inmediatamente después de finalizado el acto de asunción de la presidenta reelecta, Cristina Kirchner, dirigentes de la oposición cuestionaron fuertemente el discurso de más de una hora que la mandataria pronunció en el Congreso.

El diputado nacional por el peronismo disidente Francisco de Narváez consideró que la alocución de Cristina Kirchner fue "decepcionante".

"Fue un discurso muy lejos de lo que debió ser la mirada del presente y el futuro de la Nación", señaló el ex candidato a gobernador bonaerense en un comunicado de prensa y amplió: "Si la única decisión es unificar comercio interior y comercio exterior bajo el mando de Moreno, hay una lectura equivocada de lo que el país necesita en términos sociales, productivos, económicos y políticos".

En ese sentido, De Narváez agregó: "Lamentablemente no hubo ni una sola mención al problema de la inseguridad, a la inflación, al diálogo y a la búsqueda de consensos".

En el mismo sentido, el titular de Proyecto Sur Fernando "Pino" Solanas consideró: "Ha sido un discurso dirigido a los partidarios y [Cristina Kirchner] ha olvidado referirse a las medidas para enfrentar la crisis global".

Además, Solanas enfatizó en las palabras de la Presidenta en las que remarcó que ella no es "presidenta de las corporaciones". "Si hay un gobierno que favoreció a las corporaciones ha sido éste. Pregúntenle a la Barrick Gold si no", escribió en su cuenta de Twitter . El diputado fue uno de los más férreos críticos al Gobierno de Cristina Kirchner a partir del veto de la Casa Rosada a la ley de glaciares , aunque finalmente la norma logró ser promulgada el año pasado.

La Nación


Juró Cristina Kirchner y advirtió: "No soy la presidenta de las corporaciones"
La Presidenta asumió su segundo mandato e incluyó a Kirchner en el juramento; su hija Florencia le puso la banda; más tarde, será el turno del gabinete en el Museo del Bicentenario

Sábado 10 de diciembre de 2011

En un clima de fiesta y emoción , en un recinto colmado, la presidenta Cristina Kirchner asumió su segundo mandato de gobierno ante la Asamblea Legislativa, en el Congreso Nacional, acompañada por el saliente ministro de Economía y flamante vicepresidente, Amado Boudou.

El vicepresidente saliente Julio Cobos había inaugurado la ceremonia de traspaso de mando un rato antes. Sin embargo, durante la jura, no fue él quien le entregó los atributos a la mandataria. La encargada de ponerle la banda presidencial a Cristina fue su hija, Florencia Kirchner.

"Yo, Cristina Fernández de Kirchner, juro por Dios, por la Patria y por los Santos Evangelios desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidenta de la Nación y observar y hacer observar en lo que de mi dependa la Constitución de la Nación Argentina. Si así no lo hiciere, que Dios y la Patria y él me lo demanden", pronunció , en referencia a Néstor Kirchner.

Después, comenzó su discurso. "Tal como todos se imaginarán, hoy no es un día fácil para esta presidenta. Pese a la alegría y a la contundencia del voto popular, falta algo y falta alguien", dijo, visiblemente emocionada.

  Cristina Kirchner asumió su segundo mandato de gobierno ante la Asamblea Legislativa, en el Congreso Nacional.  Foto: AFPFoto 1 de 15


Al principio, la jefa del Estado mencionó la política de derechos humanos de 2003 en adelante. "Me enorgullezco de ser presidenta de un país líder en materia global, que pudo rescatar la fuerza de ese hombre [Néstor Kirchner] para rescatar el fin de la impunidad", dijo.

En otro tramo de su mensaje, detalló cifras de 2003, cuando comenzó el gobierno de Néstor, y las contrastó con las de ahora. "Argentina dio un salto desde que él [Néstor Kirchner] asumió con el 22% de votos, 25% de desocupación, 11 mil millones de pesos de reservas, con 54% de la población en la pobreza y más de 25% en la indigencia. Hoy tenemos un país que tuvo el período de crecimiento más grande en sus 200 años de historia. Generamos más de cinco millones de puestos de trabajo y volvieron a existir las convenciones colectivas de trabajo", indicó.

Después, Cristina Kirchner anunció la creación de una secretaría de Comercio en el Ministerio de Economía . "He dispuesto que se cree una Secretaría de Comercio Exterior, junto a la Secretaría de Comercio Interior, porque es una sola banda, son dos caras de una misma moneda", expresó la mandataria.

También anunció la creación de la Subsecretaría de Competitividad. "La competitividad va a ser el gran desafío de la etapa que viene", sostuvo. "La falta de armonización entre los distintos estamentos del Estado nos convierten en un Estado bobo, y yo quiero ser cualquier cosa menos boba", deslizó.

"Tuvimos que soportar cinco corridas cambiarias, que las corporaciones hicieron, creyendo que este gobierno iba a ceder. Que se den por notificados: yo no soy la presidenta de las corporaciones, soy la presidenta de los 40 millones de argentinos".

DELEGACIONES EXTRANJERAS E INVITADOS

La mandataria de Brasil, Dilma Rousseff; el presidente de Bolivia, Evo Morales; el príncipe Felipe de Borbón, José Mujica, de Uruguay; Sebastián Piñera, de Chile, y Fernando Lugo, de Paraguay, dieron el presente en el Congreso.

No viajaron el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el peruano Ollanta Humala, el colombiano Juan Manuel Santos y el ecuatoriano Rafael Correa.

Los palcos del recinto de la Cámara de Diputados estuvieron copados por jóvenes, funcionarios e invitados. Varios artistas siguieron atentamente el discurso de Cristina, desde Gustavo Santaolalla hasta Pablo Echarri.

  Militantes kirchneristas se reunieron en la Plaza de Mayo y la de los Dos Congresos.  Foto: LA NACION / Alejandro Di CiocchisFoto 1 de 13


JORNADA INTENSA

Luego de la jura, la jefa del Estado tomará juramento a sus ministros en el Museo del Bicentenario, en la Casa Rosada. Afuera, la Plaza de Mayo se convertirá en el epicentro del festejo: actuarán Teresa Parodi, Chango Spasiuk, Víctor Heredia, La Bersuit, La Mancha de Rolando e Iván Noble, entre otros. El eslogan de la campaña es "Fiesta Patria Popular". Se espera una presencia masiva y no se descarta la presencia de la Presidenta.

La Nación





Verbitsky: "Andate Cobos, la puta que te parió"


Es la reacción del periodista de Página 12, Horacio Verbitsky, al ser consultado por el juramento que le tomará el actual vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, a la Presidenta


Lunes 05 de diciembre de 2011

El presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, reaccionó de una manera poco elegante cuando fue consultado sobre el juramento que deberá tomarle el vicepresidente Julio Cobos a la presidenta Cristina Fernandez como mandataria electa. Sin pelos en la lengua, el también periodista del diario Página 12 dijo simple y llanamente "Andate Cobos, la puta que te parió".



Ante la sorpresa de la periodista del canal 360TV que lo entrevistaba, al ser repreguntado sobre si estaba en contra de la decisión oficial de aceptar que Cobos participara de los actos el próximo 10 de diciembre, Verbitsky dejó claro que ya "fui suficientemente expresivo".

La Nación




El ultrakirchnerismo insiste: "Es probable que Cobos la pase mal"

La diputada Conti dijo que es posible que el vicepresidente "escuche alguna manifestación de desaprobación" durante la jura de Cristina Kirchner

Lunes 05 de diciembre de 2011


Diana Conti habla sin sobresaltarse y sin dudar. "Lo dije antes y lo repito ahora: Cobos debió haber dado un paso al costado", asegura del otro lado del teléfono.

La diputada kirchnerista, una de las que presionó públicamente al vicepresidente para que no participara de la jura de Cristina Kirchner el próximo sábado, puso en palabras una especulación que circula desde hace días, pero que se profundizó en las últimas horas, después de que la jefa del Estado ordenara que sea el mendocino quien encabece la ceremonia que marcará el inicio de su segundo mandato.

"Sí. Claro que es probable que Cobos la pase mal y que vea o escuche algún gesto de desaprobación", respondió tajante Conti cuando LA NACION le preguntó sobre posibles reacciones de la militancia kirchnerista que ocupará las bandejas de la Cámara de Diputados el día de la jura.

Para Conti, los eventuales "gestos de desaprobación" estarán justificados por lo que llamó la "actitud" de Cobos. "Fue un vicepresidente inexistente", lanzó.

La diputada pareció preparar el terreno para algo que el kirchnerismo ha vuelto costumbre: convertir las ceremonias institucionales en manifestaciones partidarias. Ocurrió por ejemplo en la última apertura de sesiones ordinarias en el Congreso el 1º de marzo pasado.

Ese día, Cristina Kirchner, interrumpió varias veces su discurso para pedir que cesaran los cánticos contra Cobos. También se enojó cuando, desde las tribunas, bajó un "Se siente, se siente, Cobos presidente". Eran días de campaña electoral incipiente y Cobos sonaba como candidato de la UCR.

El próximo sábado, los diputados y senadores nacionales se reunirán en Asamblea Legislativa para asistir a la jura de Cristina Kirchner y del vicepresidente electo, Amado Boudou.

Conti no tardó en recordar el episodio que marcó el fin del vínculo con los Kirchner. "Tendría que haber dado un paso al costado y no ir [a la jura], el mismo paso al costado que dio cuando votó en contra de la 125", disparó.

No sin ironía, concluyó: "Por suerte, todo eso ya pasó, empezamos otra etapa. Eso es lo bueno".

Anoche, Cristina Kirchner sorprendió a propios y ajenos cuando, a través de un comunicado, puso fin a semanas de cruces, cálculos y polémica y ordenó cumplir con lo que establece la Constitución Nacional, es decir, que sea Cobos quien les tome juramento a ella y a Boudou.

Más moderado, el senador Daniel Filmus celebró la determinación de la Presidenta, aunque, igual que Conti, recordó el voto con el que Cobos sepultó las retenciones móviles.

"La decisión de Cristina es buena para el funcionamientp de las instituciones, a pesar de que pienso que Cobos desempató en contra del Ejecutivo e incumplió la Constitución", opinó en declaraciones a radio La Red.

Hecha la crítica, pidió prudencia. "Va a haber mucha gente en el Congreso y el desafío es que [la jura] sea en el máximo orden. Tenemos que tratar de conservar la calidad institucional en el cambio de mandato", concluyó.
"Más papistas que el Papa"

Desde otro ámbito, el constitucionalista Félix Loñ celebró la decisión de Cristina Kirchner. "La Constitución lo establece expresamente en el artículo 93. Es el presidente del Senado, en la Asamblea Legislativa que recibe a la Presidenta, quien luego le toma juramento", explicó en declaraciones a radio Mitre.

El jurista dijo estar "absolutamente conforme" con la determinación de la jefa del Estado y apuntó que "es muy importante que se cumpla estrictamente con lo que establece la Constitución".

Aludió además a los funcionarios y dirigentes kirchneristas que "quisieron ser más papistas que el Papa" y que sugirieron que Cobos debería ausentarse de la jura y reiteró: "Hay que respetar las investiduras y no descalificar"

La Nación