España y una crisis invisible para los ojos de los argentinos

mingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Economía internacional / Paradojas

España y una crisis invisible para los ojos de los argentinos

Por Jorge Oviedo | LA NACION



MADRID.- Calles limpias, tránsito ordenado, tiendas llenas de consumidores, turistas locales y extranjeros por doquier. Comercios con una oferta de increíble variedad de productos. Nada de faltantes ni de escasez. ¿Dónde es la crisis?, puede preguntarse cualquier argentino. Nada que se parezca a "una de las nuestras", al menos en los ribetes más visibles. España tiene una crisis invisible, si se mira con ojos argentinos. Para descubrirla, hay que investigar.

En la última fiesta de San Isidro, con una semana de festejos, el jolgorio se mezcló con la celebración de los hinchas del Atlético de Madrid, que ganó la Copa del Rey. ¿Alguien podría imaginar un escenario así en la Argentina de 2001 o de 2002? La presidenta Cristina Kirchner tiene una gran ventaja cuando defiende su modelo diciendo: "Miren España". La mayoría no podrá ir a ver.

Hay que comparar la foto actual don la de 2006, cuando la economía española crecía al doble que el resto del área euro por tres razones: consumo, actividad inmobiliaria y deuda. Probó ser insostenible. Entonces, en ninguna ciudad, siquiera fuera pequeña o mediana, había dirección en la que mirar donde no apareciera una grúa "pluma" de construcciones. Decían que nadie en el resto de Europa podía conseguir alguna: estaban todas en la Madre Patria.

Hoy es difícil verlas, en donde sea. Las torres más altas de la capital, que en un día claro pueden verse desde 50 kilómetros de distancia construidas en el auge en lo que fue la Ciudad Deportiva del Real Madrid, pueden estar a oscuras un viernes por la noche.

Hasta finales de 2007 difícil ver locales vacíos en la capital. Ahora hay más. Y aumentó la cantidad de gente que se ve durmiendo en la calle o en cabinas de cajeros automáticos en las noches de frío. Igual, parecen ser muchos menos que los que viven en las calles porteñas.

Y la inseguridad ha aumentado, según se quejan los residentes. Pero no tiene nada que ver con la Argentina. Hay aún en toda España cajeros automáticos a la calle, sin cabina.

De fiesta

Hasta finales de 2007, con la crisis ya declarada, podía ser difícil encontrar mesa en restaurantes populares, como El Museo del Jamón, incluso un lunes por la noche. Hoy no sólo en la capital, sino en las turísticas Salamanca y Ávila, puede uno encontrarse con mozos que abordan a los transeúntes ofertándoles entrar a los locales.

Pero en la andaluza Córdoba uno puede encontrarse con la Feria. Una semana de fiesta a finales de mayo. Llena de turistas extranjeros y del resto de España, la ciudad se dedica a un festejo local. Arranca un domingo. El miércoles hay fin de clases y el público aumenta por los miles jóvenes se van "de botellón", justo al lado del predio ferial. Las mujeres se visten de gitanas, con trajes lujosos y peinados muy elaborados. Jueves y viernes la fiesta es total. Hay feriado y cierra casi todo. La ciudad parece abandonada al mediodía. Una mujer muy bien vestida apura una cerveza con unas amigas en un bar céntrico a punto de cerrar. "Me voy a la feria, con toda mi familia", dice entusiasmada. Le preguntan si lleva a su madre, que está en silla de ruedas "¡Hombre! ¿Que si la llevo? ¡Pues claro! ¡Llevan las mujeres sus niños en carritos ¿No voy a llevar yo a mi madre?" El festejo es total. Grandes, chicos, ancianos, pasean, beben, bailan, en Baeza, en Granada y hasta en la pequeña Villa Carrillo se repiten los festejos, que coinciden con Corpus Christi. Es difícil conseguir entradas para visitar La Alhambra. Varios hoteles de Barcelona cuelgan el cartel que advierte que no hay habitaciones disponibles el fin de semana. A la crisis hay que buscarla.

"¡No es una crisis!", arenga megáfono en mano un hombre mayor a un grupo de "indignados" que le siguen, marchando por las calles. "¡Es un robo!", responden a coro los seguidores, que portan carteles contra el gobierno español y los bancos. Son gente mayor, jubilados. Es una escena común en las calles de esta capital o en Las Ramblas barcelonesas. Son los "yayos flauta". Algo así como los "nonos gritones". El ajuste español apunta a las pensiones. A principios de mes en la edición on- line del diario El País la nota más leída se titulaba "¿Cuánto bajará mi pensión inicial?"

Una escasa jubilación

Los más enojados deberían ser quienes hoy están en actividad y trabajan con la perspectiva de una jubilación inicial menor que la actual. Pero los jóvenes están preocupados por el desempleo, el "paro", que en algunos rangos etarios y regiones alcanza al 50 por ciento.

Se ven las consecuencias disciplinadoras. Locales de marcas importantes, llenos de clientes, que tienen un empleado donde debería haber cinco. Uno de Granja La Catalana en Barcelona parece batir el récord. Una moza para atender doce mesas, con cerca de 40 clientes. En la Argentina de la crisis caía el empleo porque no había clientes.

Pero es difícil, con ojos argentinos, "leer" una crisis en un país con autopistas impecables. Unas con peaje, pero que en algunos casos, como para ir de la capital a Andalucía, tienen una igual de buena como alternativa sin peaje. Más difícil es creer que en la Argentina de las rutas congestionadas, viejas, deterioradas, mortales, no hay crisis.

Comer afuera, en general, es más caro que aquí. Pero la comida en el supermercado, mucho más barata. Salvo la carne vacuna. Difícil para los exportadores argentinos. Es un hallazgo encontrar artículos nacionales, pero no peruanos, brasileños o chilenos. La ropa cuesta la mitad o menos. Grandes tiendas ofrecen descuentos a extranjeros . Y reembolso del IVA, aumentado a 21% para muchos bienes. Todas ventajas competitivas que la Argentina, sedienta de dólares, no ofrece. La crisis es difícil de descubrir para los argentinos.

Noventa años atrás, el auge del fascismo demolía las libertades individuales y las instituciones del Estado de Derecho, empezando por la Justicia

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Editorial

1923

Noventa años atrás, el auge del fascismo demolía las libertades individuales y las instituciones del Estado de Derecho, empezando por la Justicia

Así como el año 1933 marcó la ascensión de Hitler al poder, el año 1922 abrió la puerta del Reino de Italia a la dictadura fascista de Benito Mussolini. El 29 de octubre, luego de la Marcha sobre Roma de los "camisas negras" el rey Víctor Manuel III nombró a Mussolini primer ministro. Formalmente, la dictadura fascista no se implantó de inmediato: "il Duce" fue demoliendo desde adentro las instituciones del Estado de Derecho para controlar la vida civil de los ciudadanos bajo una máscara democrática.

Pero fue 1923, por distintos motivos, el año emblemático para el fascismo. Noventa años atrás, los "camisas negras" pasaron de ser militantes populares a "guardia armada de la revolución" para mantener el orden público y "defender los intereses nacionales". En su discurso inaugural, el Duce había afirmado que "con 300.000 jóvenes armados, listos para cualquier cosa y espiritualmente a mis órdenes, podría haber castigado a todos los que han hablado mal del fascismo... pero no he querido hacerlo".

La presión sobre el Poder Judicial no se hizo esperar. En aquel 1923, un real decreto permitió la destitución de cualquier juez cuando "hubiera mermado el prestigio o la autoridad necesaria para el debido cumplimiento de sus obligaciones". A partir de ese año, la prensa independiente también fue silenciada: el 12 de julio, el Consejo de Ministros aprobó la primera ley restrictiva de la libertad de prensa y, un año más tarde, la censura obligó a los diarios L'Unità, Avanti y La Giustizia, a suprimir textos y publicar grandes espacios en blanco. La voz no silenciada fue la del Duce: Mussolini descubrió el poder de la radio y por primera vez en la historia, en marzo de 1924, se transmitió "en cadena" un discurso electoral.

La conversión de una monarquía parlamentaria en régimen dictatorial de partido único se consumó mediante una forma singular de «revolución legal», controlando la mayoría del Parlamento. Ello permitió la aprobación sistemática de leyes autoritarias para exaltar al Duce, imponer el discurso único, movilizar a la población, monopolizar los medios de prensa, someter a los jueces, manipular a intelectuales, militarizar juventudes, politizar a los niños, perseguir a opositores y transformar un sistema de partidos en una dictadura corporativa.

Los empresarios, la Iglesia, buena parte de los intelectuales y todos los sectores sociales, por oportunismo, transformismo o conformismo, aceptaron la desarticulación del sistema liberal para asegurar el orden interno, satisfacer el resentimiento nacionalista y preservar al país del peligro comunista. El fascismo invadió así todos los ámbitos de la vida italiana.

En 1924, el fascismo obtuvo el 60% de los votos en un clima de intimidación denunciado por el socialista Giacomo Matteotti, asesinado dos meses después. Esto motivó la llamada secesión del Aventino. En respuesta, Mussolini asumió la responsabilidad histórica y moral del asesinato y exclamó: "Si el fascismo es una asociación de delincuentes, yo soy el jefe de esa asociación" .

En 1925, el Estado comenzó a absorber la sociedad civil, sin dejar espacio para el disenso. Aunque resulte sorprendente, muchos intelectuales cercanos a la billetera estatal, en la universidad o en los variados institutos "culturales", aplaudieron a Mussolini y, sin vergüenza alguna, publicaron el Manifiesto de los Intelectuales Fascistas (D'Annunzio, Malaparte, Pirandello, Marinetti, Ungaretti). La respuesta de los pensadores democráticos no se hizo esperar y, con el liderazgo de Benedetto Croce, respondieron con el Manifiesto de los Intelectuales Antifascistas.

Los industriales, ávidos de proteccionismo, contrataciones públicas y de "paz social", aceptaron el sistema corporativo y en octubre de 1925 reconocieron a la Confederación de Sindicatos Fascistas como único representante de los trabajadores. Mussolini decidió ir por todo con la famosa consigna: "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado".

Mussolini anuló la división de poderes, al establecerse la supremacía del Poder Ejecutivo sobre el Parlamento. De allí en más, el Duce pudo gobernar con decretos excepcionales. También arrasó con la independencia de los jueces, pudiendo destituirlos cuando "por su manifestaciones, dentro o fuera del cargo, no ofrecieran garantía absoluta de cumplir fielmente sus deberes o se pusiere en contradicción incompatible con la política general del gobierno". Estas normas se completaron con la ley para la Defensa del Estado creando un tribunal especial para juzgar delitos políticos (o sea, contra el fascismo), incluyendo la pena de muerte. También se obligó a todos los funcionarios públicos a prestar juramento de fidelidad al gobierno. El fatídico año 1925 cerró con una nueva embestida contra la libertad de prensa, declarándose ilegales todos los periódicos que careciesen de un responsable "reconocido" por el prefecto local.

El control de Italia exigía también dominar las provincias y municipios, eliminando los alcaldes y las legislaturas comunales. Ello se efectuó, a partir de febrero de 1926, creando la figura del "podestá", designado por el Poder Ejecutivo. La "paz social" se completó ese año mediante la abolición del derecho de huelga, creándose el monopolio de personería gremial otorgado a los sindicatos adictos.

Los "años ganados" por el fascismo, merecieron la creación de un nuevo calendario, como la Revolución Francesa. El 31 de diciembre de 1926, Mussolini obligó a computarlos en función de la "Era fascista" a partir de su llegada al poder.

En noviembre de 1927 fueron disueltos todos los partidos políticos, menos el Partido Nacional Fascista (PNF). El 20 de diciembre se eliminó toda libertad de prensa, de reunión y de expresión, también los pasaportes, a fin de evitar viajes al exterior, y se creó un Tribunal Especial con amplios poderes, capaz de mandar al exilio con una simple medida administrativa. Ya sin otros partidos políticos, en marzo de 1928, se aprobó una nueva ley electoral, con lista única de candidatos presentada por el Gran Consejo del Fascismo, órgano constitucional supremo del Estado, por encima del Parlamento. El 12 de mayo de 1928, en un discurso pronunciado ante el Senado, Mussolini afirmó: "La Constitución ya no existe". Temiendo que a muchos italianos no les gustase esa idea y quisieran mandarse a mudar, a fines de 1928 se limitó el derecho a fijar domicilio y cambiar de residencia.

Para dar empleo a la clientela fascista, las empresas fueron obligadas a contratar solamente personal de los registros legales, con preferencia a los sindicatos fascistas y, en 1929, se obligó a los maestros de escuela a jurar lealtad al fascismo, algo que siguió con la afiliación compulsiva al PNF de rectores y profesores universitarios. Desde 1931, profesores y alumnos debían jurar fidelidad al gobierno y al partido, y desde 1933, la afiliación fue obligatoria para acceder al empleo público. Todos debían ser militantes.

La sangrienta carrera del fascismo comenzó en 1935, con la masacre de Etiopía (Abisinia). Al año siguiente, Italia intervino en la Guerra Civil Española, se creó el eje "Roma-Berlín" e Italia salió de la Sociedad de las Naciones.

En 1938, el fascismo acompañó a Alemania en lo peor de su ejemplo, con el dictado de leyes raciales, adoptando medidas discriminatorias y persecutorias contra los judíos italianos. En diciembre se celebró la última sesión de la Cámara de Diputados antes de transformarse en Cámara de los Fascios y las Corporaciones. En 1939, el Partido Nacional Fascista tenía más de 21 millones de afiliados, incluyendo niños a partir de los seis años (sobre una población de 43 millones de habitantes).

La caída del fascismo a partir de 1940 y el fusilamiento de Mussolini en 1945 es historia conocida.

Durante ese período tan oscuro, entre 1939 y 1941, Perón fue agregado militar de la Argentina en Italia y no ocultó su admiración por el régimen fascista, al que definió como "un ensayo de socialismo nacional, ni marxista ni dogmático." El golpe militar del 4 de junio de 1943 recogió mucho de esta experiencia tan directa como intensa y cuya profunda influencia ha tenido secuelas, lamentablemente, hasta nuestros días.

Desde el tendido de redes clientelistas hasta el exagerado culto a la personalidad del líder; las persecuciones de figuras opositoras o independientes a través de aparatos de inteligencia estatal o de la agencia recaudadora de impuestos; los ataques a periodistas y la adopción de medidas gubernamentales orientadas a perjudicar económicamente a medios de prensa críticos del oficialismo; el falseamiento de estadísticas oficiales; la persecución de empresas consultoras que miden la inflación con criterios científicos y por lo tanto más realistas que los oficiales; el sometimiento al escarnio público de ciudadanos y empresarios que osan cuestionar las políticas del Gobierno; el avasallamiento de la división de poderes y los arteros ataques al Poder Judicial son algunos claros ejemplos de un pensamiento totalitario con raíces fascistas.

Al cumplirse noventa años de la llegada del fascismo al poder, cabe también recordar que, tras la caída de Mussolini, en la asamblea constituyente de 1947 "Los Padres de la Constitución" identificaron a la independencia del Poder Judicial como la "clave de bóveda" en la estructura de la futura república italiana, para impedir su conversión "legal" en una nueva dictadura. Desde entonces, la Constitución italiana de 1948 mantiene ese principio como la base fundamental de su esencia republicana..


La Nacion











Los precios fuera del freezer

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Al margen de la semana

Los precios fuera del freezer

Por Néstor O. Scibona | LA NACION



Aunque nunca se sabe, por ahora parece difícil que el Cedin sea utilizado en los supermercados. Pero una lámina equivalente a 100 dólares de esta cuasimoneda no alcanzaría hoy para pagar una compra con la que ni podría llenarse un changuito. Según el relevamiento que realiza periódicamente esta columna en la misma sucursal porteña de una cadena supermercadista líder, hay que desembolsar casi 828 pesos para adquirir una canasta integrada por 30 alimentos, bebidas y artículos de limpieza.

Para quienes siguen estadísticas verdaderas, no es gratificante recordar que en abril de 2007 -poco después de que el gobierno kirchnerista decidiera apartar al Indec de los precios reales- esa misma canasta equivalía a 72 dólares al tipo de cambio único y libre de entonces ($3,08), ya que su precio era de 222 pesos.

Tampoco es una buena noticia para los consumidores de bajos ingresos, especialmente los no bancarizados, que no puedan acceder todavía a la promocionada tarjeta Supercard para financiar compras a una tasa de interés de 22% anual, ligeramente inferior a la inflación. Después de tres meses de demora, sólo acaban de emitirse simbólicamente tres tarjetas; la primera de ellas a nombre de Cristina Kirchner, a quien no suele verse precisamente de compras en los súper. De otra manera, no hubiera pronunciado en Nueva York aquella frase según la cual "el país estallaría" si la inflación fuera del 25% anual. Ese nivel está apenas por encima del flamante índice de precios de la Ciudad de Buenos Aires (22,2%) y del 23,4% promedio de las consultoras privadas (IPC-Congreso), mientras el Indec registra un inverosímil 8,8 por ciento.

La Supercard utilizará la plataforma informática y comercial de otra ya existente -Tarjeta Shopping, que el Banco Hipotecario maneja desde 2010-, pero hasta el viernes último su sitio web no incluía ninguna mención sobre cómo obtenerla para ser utilizada en supermercados y autoservicios. Y el hecho de que sólo dos grandes cadenas de supermercados y otras tantas de electrodomésticos hayan aceptado formar parte de la sociedad administradora, revela cómo han bajado las expectativas respecto de esta tarjeta. Incluso, hasta esas mismas cadenas vuelven a promocionar ahora descuentos con las tarjetas de crédito que emiten todos los bancos para elevar sus ventas, pese a que en su momento se quejaban de que la comisión (3%) les impedía absorber la pérdida de rentabilidad que implicó el generalizado congelamiento vigente entre el 1º de febrero y el 31 de mayo.

Aunque la Supercard será un canal de financiación más ventajoso para los supermercados (ya que tendrá una comisión de 0.75% y se fondeará con recursos excedentes de las compañías aseguradoras), sus alcances son una incógnita. Bien podría tener el mismo destino de otros anuncios oficiales rimbombantes, como "milanesas para todos" o "pescado para todos", que finalmente quedaron en el olvido.

A pesar de ser también intensivo en marketing político, el congelamiento de 500 precios a partir de junio significó, en la práctica, el descongelamiento de otros 9500 que comenzaron a registrar dispares aumentos porcentuales en las góndolas. Y ese medio millar de precios congelados resulta insignificante para medir el impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo, afectado por alzas en otros rubros como alquileres; expensas; ropa; calzado; restaurantes; combustibles (supuestamente congelados, pero en alza) y servicios privados (colegios, prepagas, estacionamiento, TV por cable, telefonía celular), más una creciente presión tributaria (nacional, provincial y municipal), que resta recursos al consumo. De ahí que cualquier medición inflacionaria deba ser más amplia que restrictiva.

Si hubiera que atenerse sólo a la canasta de 30 productos relevada en esta columna, debe destacarse que el actual costo total de $828 es prácticamente igual al de febrero último ($827) y que supera en 9.4% al de hace un año ($757). No obstante, desde comienzos de junio se registran aumentos de precios en las presentaciones más vendidas de agua mineral (11.5%); gaseosas de primera marca (de 2,3 a 7,5%); hortalizas (papas 14,3% y zapallitos 27%); suavizantes para ropa (10,2%); detergente (6,3%); papel higiénico (7%) y lácteos (de 5 a 10 pro ciento). El aumento de la harina de trigo por ahora significó un alza de 7,7% en los fideos guiseros, que por escasez pasaron a ocupar un espacio mucho más estrecho en las góndolas. Y más llamativamente, el pan francés bajó 4,8% (de $ 20,90 en mayo a $ 19,99), presumiblemente por alguna "sugerencia" oficial. Estas subas fueron atenuadas por la estabilidad en los precios de cortes de carne vacuna y pollo y cierto retroceso en frutas.

La comparación interanual (contra junio de 2012) es más preocupante. Los mayores aumentos se verifican en papel higiénico (69%); suavizantes de ropa (46%); lácteos (de 23 a 27%); quesos (24,5%); gaseosas (de 19 a 25%); café (24%); fideos y pan (21%); detergente (18%); presas de pollo (12%); azúcar (11,7%) y yerba mate (10%), contrarrestados por bajas en frutas y hortalizas (de 6 a 16%). Esto demuestra que el congelamiento sólo permitió atenuar la aceleración inflacionaria del último verano.

Trampas en las góndolas

Ahora todo indica que los supermercados -y sus empresas proveedoras- están contrarrestando la estrechez de márgenes con el actual descongelamiento sui generis y los nuevos precios "acordados" con el Gobierno. Y aquí surgen sorpresas insólitas. Entre ellas, la reaparición en las góndolas de productos importados como agua mineral Evian (a 32 pesos el litro); fideos italianos o chocolates suizos, lejos de la promesa presidencial de abaratar precios mediante la apertura de importaciones, justo cuando cada vez más industrias se quejan por el recrudecimiento de las trabas oficiales para hacerse de maquinarias, repuestos e insumos, debido a la caída de reservas del Banco Central.

Paralelamente, la ley que acaba de sancionar la legislatura porteña para impedir que los supermercados y autoservicios cobren recargos por vender bebidas frías, busca evitar una "avivada" difícil de justificar: la semana pasada, un litro de cerveza de primera marca se vendía a $ 13,90 en las góndolas y a $ 18,05 en los refrigeradores (¡30% más!).

No sólo eso: hay variedades de café ("molido equilibrado") con precios congelados a casi $ 100 el kilo, muy cerca de las presentaciones habituales de la misma marca a $ 57. El azúcar común tiene un precio congelado de $ 2,77 pero desapareció de las góndolas y su sustituto (refinado) cuesta $ 7,75 (¡casi 180% más!), mientras que el precio congelado a $ 11,99 de una marca líder de yerba (con bajo contenido de polvo), resulta 22% más caro que el mismo envase de medio kilo de la variedad común. Otro tanto ocurre con los preparados para bizcochuelos, donde los sabores de chocolate y vainilla cuestan 30% más que los "congelados", que se limitan a naranja y coco.

Si la Supercard todavía es un proyecto incierto, más previsible es que tienda a diluirse el plan Mirar para cuidar, a cargo de militantes políticos oficialistas: son pocos los productos básicos con precios congelados que teóricamente deberían vigilar y muchos los escasamente relevantes para los consumidores

Los números de la democracia

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Los números de la democracia

Por Mariano Grondona | LA NACION



Se acerca inexorablemente un momento en que la democracia se traduce en números, acordándoles a unos la victoria y relegando a otros al llano. Es el momento aritmético de la democracia. Si recordamos que el filósofo presocrático Pitágoras sostenía que la realidad, en su esencia, consiste en los números y sus infinitas combinaciones, también tendríamos que reconocer que nuestras opiniones, en definitiva, cuentan porque se cuentan . Los que demuestran ser "más", ganan y obtienen, por un plazo, el poder. Los perdedores quedan en la oposición, esperando su turno.

En aquellas ocasiones en que impera la normalidad democrática, la determinación de quiénes ganan y quiénes pierden ocurre cíclicamente, según lo hizo notar Jorge Luis Borges en aquel poema donde decía " lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras, los astros y los hombres vuelven cíclica mente ". La democracia sería tanto más perfecta o, mejor, sería tanto menos imperfecta (la perfección está vedada a los hombres) en la medida en que sus ciclos resultaran regulares, tan regulares como las estaciones del año.

Por lo menos en el papel, así ocurre entre nosotros. Como estamos a comienzos del mes de julio, el calendario electoral nos va llevando como de la mano a las elecciones intermedias que ocurrirán el próximo 27 de octubre. En las anteriores elecciones de 2011, que no fueron intermedias sino "finales", "presidenciales", la amplia victoria de la Presidenta produjo un gran impacto por su rotunda cifra del 54 por ciento, que llenó de euforia el Gobierno y que abatió en el desánimo, del cual aún no ha salido, a la oposición.

La pregunta que deberemos responder los argentinos el 27 de octubre es, entonces, ésta: ¿podrá conservar este gobierno, de aquí a pocos meses, el alto porcentaje que obtuvo hace dos años? Y si llega a ganar otra vez en 2013, ¿se conformará con cumplir su segundo ciclo constitucional de gobierno, que culmina en 2015, o pretenderá forzar un tercer ciclo, no previsto en la Constitución, al que casi todos llamamos la re-reelección ? Y si al contrario llega a perder en 2013, ¿se precipitará el Gobierno en el desmoronamiento político o conseguirá asegurar una transición ordenada en beneficio de aquellos destinados a sucederlo?

La respuesta a esta pregunta dependerá de otra, quizá más profunda: la presidenta Kirchner, ¿es en resumidas cuentas autoritaria o republicana ? ¿Coincide su ambición con el espíritu republicano de nuestra Constitución o ella es, en el fondo, una autócrata que se quedaría con un poder sin límites en el tiempo si la dejaran? La república es un sistema político en virtud del cual ni los gobernantes ni los opositores deben pretender un poder sin plazos . ¿Es ésta la vocación auténtica de Cristina? ¿O, mirada desde la democracia, Cristina la finge pero no la siente ?

"Por sus frutos los conoceréis", advierte el Evangelio. Aquellos que desconfían de la supuesta intención democrática de la Presidenta utilizan este fuerte argumento: que si fuera verdaderamente republicana, ya le estaría dando curso a la competencia entre los que aspiran a sucederla. El poder de Cristina, empero, es cada día más cerrado, más absoluto. A su lado nadie se atreve ni siquiera a chistar. ¿Es ésta la manera de preparar una sucesión "republicana"? Al aferrarse al poder hasta el último minuto, ¿anticipa acaso Cristina la voluntad de abandonarlo dentro de muy poco tiempo? Una presidenta que no delega ni una pizca de su poder pese a que el tiempo corre, ¿en verdad está dispuesta a dejarlo?

El argumento de aquellos que aplauden esta indefinición presidencial es que, si Cristina anticipara hoy su decisión de bajarse de la presidencia en 2015, empezaría a sufrir desde ahora el conocido síntoma del pato rengo que afecta a los presidentes débiles. ¿Por qué, sin embargo, a los presidentes latinoamericanos que en Brasil, Uruguay o Chile han cumplido sin temblores con sus plazos, este tan temido síntoma no los afectó? ¿Será porque previamente no habían dejado traslucir intenciones continuistas? En quienes no permiten que se sospechen este tipo de intenciones, el clima que rodea a una sucesión presidencial es, digamos, "normal". El clima se altera, por lo contrario, cuando el presidente saliente ha revelado intenciones continuistas que iban más allá de la Constitución. Si Cristina se allanara al fin a cumplir su plazo constitucional en 2015, ¿no lo interpretarían ahora tanto sus seguidores como sus adversarios como la confesión de una derrota? En este caso y sólo en este caso correspondería aplicarle la hipótesis del "pato rengo" a una gobernante porque ella, a todas luces, aspiraba a más.

Hay que notar, en este sentido, que coexisten en la Argentina dos ritmos políticos. Uno, el que ha trasuntado la propia Presidenta, es un ritmo monocorde y unitario a través del cual se expresa una única voluntad de poder. Según este ritmo, que ya se había manifestado en Santa Cruz antes de arribar a Buenos Aires, la política sería binaria , reduciéndose a una opción por el sí o por el no a los Kirchner. Pero este reduccionismo no corresponde al esquema republicano de nuestra Constitución, que hizo eclosión esta semana, al mismo tiempo, en el impetuoso florecimiento de cientos de listas de candidatos todo a lo largo del territorio nacional. En este contraste entre dos escenarios políticos, uno solitario y multitudinario el otro, ¿por dónde asoma la república democrática?

Quizás habría que señalar aquí que entre nosotros los argentinos conviven dos generaciones . Una, más entrada en años, lo vivió todo, desde el militarismo hasta la guerrilla, y una sucesión que parecía interminable de golpes de Estado seguidos por restauraciones democráticas. A aquellos que hemos atravesado estos vertiginosos vaivenes, la calma institucional que hoy se vive en el país nos parece un milagro. A la otra generación, que acaba de cumplir los cuarenta años y que conoció el ejercicio continuado de la democracia desde 1983, la paz institucional de la que hoy gozamos los argentinos no le parece, al contrario, sorprendente.

La generación de los "viejos" cometimos innumerables errores. Nos queda el consuelo de pensar que los aciertos de hoy quizás sean el fruto de los errores de ayer. Sólo aspiramos que a la generación de los jóvenes no la afecte también la temible "ley del olvido". Entre 1810 y l852, la Argentina inicial vivió en guerra civil. Pero este desgarramiento interior también le enseñó a valorar la convivencia. A partir de entonces, con el Acuerdo de San Nicolás y la Constitución de 1853, aprendimos a convivir. Por ochenta años, como consecuencia, fuimos la nación más progresista de la Tierra. ¡La letra con sangre entra! Desde el golpe militar de 1930 en adelante, empero, los argentinos volvimos a las andadas. Esta es la otra lección de nuestra historia: lo que trabajosamente construye el aprendizaje, en un instante el olvido lo puede borrar. Estamos sometidos, por lo visto, a un doble proceso. En las malas, aprendemos. En las buenas, nos olvidamos. E incluso hoy mismo, cuando podemos felicitarnos por los treinta años consecutivos de aprendizaje democrático que antes nunca habíamos alcanzado -el cord anterior sólo llegó a los 18 años, entre la ley Sáenz Peña de 1912 hasta el golpe de l930- también tenemos que incluir en el "debe" de este balance parcialmente positivo el escandaloso avance de la pobreza. No podríamos olvidar en este apretado resumen, así, lo que dijo el benemérito papa anterior a Francisco: que en un país tan rico como la Argentina, la pobreza es un "escándalo".

Política de tierra arrasada

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

El escenario

Política de tierra arrasada

Por Joaquín Morales Solá | LA NACION



El asedio al Poder Judicial es, al mismo tiempo, un diagnóstico y un pronóstico. Cristina Kirchner está reconociendo, sin quererlo tal vez, que es una política derrotada de antemano. Derrotada, al menos, en los grandes distritos del país, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. La persecución a los jueces es una ruptura más profunda aún con los sectores medios de la sociedad, sensibilizados últimamente por el desastre institucional.

Ya ni la ilusión de una improbable reelección parece atrapar a Cristina. El presagio consiste en que le aguardan al país dos años, gane o pierda la Presidenta, de sucesivas crisis políticas bajo una estrategia de tierra arrasada. La venganza o el resentimiento sucederán a la victoria o a la derrota.

Cristina cree que todavía puede cambiar la opinión social. No se explica de otra manera que le esté haciendo a Sergio Massa el enorme favor de instalarlo como el político que más detesta. Es el santo y seña que necesita el antikichnerismo para acudir en apresurado apoyo de Massa. Ya le pasó a Néstor Kirchner, en 2009, cuando lo hizo perseguir judicialmente a Francisco de Narváez; éste duplicó su caudal de votos en pocas semanas. A Massa le viene bien esa ayuda inconsciente del cristinismo porque De Narváez está tratando de instalarlo como un candidato muleto del oficialismo.

Es imposible imaginar a Massa como un político consentido por Cristina. Tampoco él ha hecho nada para buscar el beneplácito presidencial. Confeccionó una lista de candidatos decididos a derrotar a la oficialista, llena de cristinistas fanáticos, como Carlos Kunkel, Diana Conti o Carlos "Cuto" Moreno. Estos son el corazón de lo que queda de un oficialismo cada vez más sesgado. Conforman a la Presidenta, pero tienen más talento para expulsar votantes que para atraerlos.

Es posible, sin embargo, explicar la desesperación presidencial y la de De Narváez. Varias encuestas hechas la semana pasada indican que Massa está a unos diez puntos por encima de Cristina (de Martín Insaurralde está mucho más lejos) y que relegó a De Narváez a un tercer y lejano puesto. Casi todos los encuestadores están seguros de que Massa ganará con una ventaja de, por lo menos, entre 4 y 6 puntos. ¿Solución? Está en el primer capítulo del manual kirchnerista: el apriete a los punteros bonaerenses del massimo, que ya empezó. El fenómeno político de Massa es él, no los punteros. Pero no hay un segundo capítulo kirchnerista para resolver estos conflictos. Todo se consume en la presión y el apriete. Aunque Massa prefiere una estrategia de moderación, tarde o temprano la Presidenta lo obligará a subir al ring. A pelear cara a cara con ella. El kirchnerismo, en ninguna de sus versiones, jamás dejó crecer ninguna semilla de moderación.

Ser inmoderados es una cosa. Otra cosa, mucho más grave, es el acoso a la Corte Suprema, porque significa el desbordamiento de un estilo político y la ruptura en los hechos del orden político y constitucional. En el pasado fin de semana largo, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, se enteró en su natal Rafaela, en Santa Fe, que la AFIP había ordenado desde Buenos Aires el análisis meticuloso de todas sus declaraciones juradas, las de sus dos hijos (sobre todo, la del mayor, un abogado de 29 años que se puso al frente del estudio jurídico familiar) y del director general de administración de la Corte, Héctor Marchi, también de Rafaela. Lorenzetti presentó en Rafaela sus declaraciones juradas impositivas desde 1980. Nunca antes, aseguran a su lado, había tenido ninguna sospecha ni alerta de pesquisas impositivas sobre su persona.

El lunes volvió preocupado a su despacho. El caso exponía una persecución personal que iba más allá de cualquier vaticinio previo a la resolución del tribunal que derrumbó la reforma cristinista al Consejo de la Magistratura. La Corte había hecho una evaluación de las consecuencias de esa decisión, pero se esperaban respuestas políticas, no personales. El martes, Lorenzetti contó la novedad al resto de los jueces de la Corte. Sus colegas le pidieron que hiciera una advertencia directa a la Presidenta, porque el caso podía terminar en un mayúsculo escándalo institucional. Nadie sabe, cerca de los jueces, si Cristina atendió ese teléfono.

Seguramente no, porque prefirió encerrase en sus fobias, que es lo que suele hacer cada vez que está furiosa. Dos funcionarios de la Corte (Marchi, entre ellos) visitaron el miércoles a altos funcionarios de la AFIP para averiguar sobre la versión que había recibido Lorenzetti. Les fue confirmada verbalmente.

La Corte recibió otra información, además. Un equipo especial de inspectores de la AFIP trabaja exclusivamente en tareas de persecución política, de venganzas personales y de seguimiento a enemigos potenciales o reales. Los jueces conocen el nombre de su jefe. Este equipo es el que libró la orden de hurgar en las declaraciones juradas de Lorenzetti poco después de que la Corte tumbara la parte sustancial de la reforma judicial. El secreto fiscal, al que el Estado está obligado por la ley, es una garantía que murió en este país.

El Gobierno no considera necesario ni siquiera el disimulo. Dos días después de que trascendiera la persecución a Lorenzetti, el ultracristinista Kunkel presentó un proyecto por el que el Consejo de la Magistratura se llevará todos los recursos del Poder Judicial. El viejo acuerdo entre la Presidenta y Lorenzetti fue barrido de un solo golpe. Cristina dio su palabra asegurando que los recursos de la Justicia seguirían bajo administración de la Corte cuando los máximos jueces del país le anunciaron que, en caso contrario, renunciarían en bloque. La Presidenta ha olvidado también el valor que debe tener la palabra en boca de un político.

El asunto es más complejo de lo que parece. Según la Constitución, es la Magistratura, en efecto, la que debe administrar esos recursos. Pero el Consejo es un organismo político, donde prevalece la voluntad de la mayoría provisional. Esa condición le impide muchas veces tomar cruciales y rápidas decisiones administrativas. Por eso, hace varios años, firmó un convenio con la Corte por el que le transfirió a ésta la administración del dinero del Poder Judicial. Es la política que ahora quiere destruir Cristina por medio de sus diputados. Si triunfaran, en adelante los jueces de la Corte no podrán cobrar ni sus sueldos. Es difícil que triunfen: ese asunto ya fue tratado con la reforma judicial, y el Congreso no puede tramitar una misma cuestión dos veces en un mismo año parlamentario. Pero, ¿importan al cristinismo esos obstáculos legales? No, según su radicalizada deriva autoritaria. La Corte no se salvó ni siquiera de una manifestación de jueces, tan pocos como increíbles, mezclados con organizaciones políticas kirchneristas. Hasta incluyeron teatralizaciones ofensivas y discriminatorias de los jueces de la Corte. Con el inverosímil festejo de otros jueces. Son las fracturas que consigue el cristinismo.

Otra parte del proyecto de Kunkel no tiene raíz constitucional. Es la que transfiere al Consejo el manejo del personal: la incorporación, los ascensos y las medidas disciplinarias de los empleados judiciales. Son facultades significativas para el poder de la Corte. El proyecto de Kunkel elimina de la ley, incluso, el porcentaje del presupuesto judicial que le corresponde a la propia Corte. La penuria económica es la condena, el mismo castigo que el kirchnerismo les asestó siempre a todos sus enemigos. Sólo una estirpe tan vorazmente interesada en el dinero puede suponer que la falta de dinero es el más salvaje escarmiento.

Entre tantos desquicios institucionales, algo sucede este domingo dentro de esta página. Es la última que compartiremos con Mariano Grondona, que seguirá escribiendo en LA NACION. Durante dieciséis años, que es el tiempo que convivimos en esta sección dominical, los dos respetamos sanamente nuestra independencia de criterios y nuestras respectivas formaciones profesionales. Los artículos de Mariano Grondona expresan siempre una inusual mezcla de periodismo y solvencia intelectual. A partir del próximo domingo, compartiré esta página con un querido y admirado periodista, Jorge Fernández Díaz, que es también uno de los mejores escritores de la Argentina actual.

Bitcoin: fiebre argentina por la máquina de dinero digital

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Bitcoin: fiebre argentina por la máquina de dinero digital

Sólo hay que conectar una PC a la Red; con lo ganado se pueden comprar dólares u objetos

Por José Crettaz  | LA NACION


Es como tener la máquina de hacer billetes. O la entronización del nuevo patrón oro: el poder de cómputo. No faltan quienes lo ven como un pasatiempo de adolescentes geek, o la conversión techie tardía de financistas que ven llegar nuevamente un tren al que subirse. También están los que encuentran en este modelo características de la sociedad que viene: colaborativa pero anónima, organizada aunque descentralizada y con una forma de democracia directa basada en el conocimiento.

Son las criptomonedas -la más famosa es el bitcoin- y explicar de qué se trata y cómo funcionan es todo un desafío. "A mi vieja no le puedo decir que estoy hasheando. Le dije que la placa de video hace un cálculo y me pagan por eso", intenta Emmanuel Ortiz, de 22 años, que estudia ingeniería electromecánica en Rosario. Él es conocido en la activa comunidad argentina del bitcoin, donde habría un centenar de "mineros" -personas que "producen" la moneda- y más de 2000 usando este dinero como forma de ahorro o medio de intercambio.

Ese mundo, hasta ahora limitado a algunos grupos de Facebook, listas de mails y reuniones periódicas cada vez más numerosas, empieza a emerger y hacerse notar.

"Queremos promover el uso de monedas digitales e ir construyendo un marco legal y de asesoramiento basado en la legislación local", dijo Diego Gutiérrez Zaldívar, cofundador de la Fundación Bitcoin Argentina, aún en formación. Tiene 38 años, es dueño de una empresa de software y hace 20 que es emprendedor digital. "En la comunidad de bitcoiners, hay gente de todas las edades, desde adolescentes hasta profesionales de 60 y pico. Tenés, obviamente, los geek que naturalmente caerían en esto, están los economistas que lo ven como un experimento en vivo de muchas de sus teorías, hay gente que viene de las finanzas con una óptica especulativa, y te encontrás con personas corrientes que ven en el bitcoin soluciones a problemáticas cotidianas. Por ejemplo, en la última reunión se acercó un joven a preguntar cómo hacer para enviarle dinero desde la Argentina, no sólo saltándose el cepo, sino también las altas comisiones que cobran las empresas que hacen esas transacciones", contó Gutiérrez Zaldívar, que está tratando de exportar la idea de la fundación a Chile y Uruguay.

Las monedas digitales no tienen, lógicamente, entidad física, se consiguen comprándolas y guardándolas en una billetera virtual ad hoc , o "minándolas" (aportando poder de cómputo a la Red) y, lo más importante, pueden cambiarse por dólares o euros. Al principio, nadie les dio mucha importancia. Luego, varios gobiernos -ninguno de los cuales controla su emisión- advirtieron sobre el riesgo de que sean usadas para actos criminales. No poca gente ya hizo algún dinero apostando a lo virtual, mucha otra ve con desconfianza el futuro de estas divisas y la gran mayoría ni siquiera sabe que existen.

"Minar", como si se estuviera buscando oro, implica en este caso conectar una computadora (con algunas puntuales exigencias técnicas) a la red de la moneda y aportar ese poder de cómputo (con el desgaste y el consumo de electricidad que implican) para la existencia misma del sistema. Cuanto más potente la máquina, más "monedas" se encuentran. Pero no hace falta ser "minero" para usar bitcoin, que puede comprarse personalmente (acordando una cita en un lugar con conexión a Internet) o electrónicamente. "Al principio no te creen. «¿Cómo vas a generar plata de la nada?», te dicen. Pero después, cuando ven que es verdad, te preguntan cómo sumarse. Así me pasó con mi mamá, que ahora también quiere invertir", contó Nicolás Manzanos, que vive en Lanús, tiene 19 años y estudia seguridad informática. "Me metí en 2011, pero al mes lo dejé. Volví este año, con la subida del precio y desde febrero soy «minero» activo. Uso la PC que tenía para videojuegos, la adapté con más placas de video y ahora la uso para «minar» durante 16 horas, de noche y cuando no estoy trabajando ni estudiando. Invertí 3000 pesos y ya los recuperé", relató. En efecto, en marzo pasado, el bitcoin superó los 200 dólares.

Los "mineros" no trabajan solos, sino que forman pools que producen la moneda y, en proporción a la capacidad de cómputo aportada, asignan lo que a cada uno le corresponde. Ese dinero puede ser transferido a la billetera, y desde allí vendido en sitios de cambio (que permiten comprar y vender las monedas virtuales pagando con otras también digitales o con monedas de países). Sin embargo, no hay forma de ingresar fácilmente esas divisas en la Argentina. "Cuando tenés dólares o euros, los podés depositar en una cuenta en PayPal, que te cobra 5,4% de impuestos norteamericanos. Y con ese dinero comprás cosas en el exterior, generalmente hardware que acá no se consigue", explicó Ortiz, que ahora tiene 900 dólares en su billetera de bitcoin.

Iván Derlich tiene 27 años, es mendocino, trabaja en el negocio familiar y acaba de dejar ingeniería industrial para pasarse a la ingeniería informática. "Mi relación con el bitcoin es más emocional que lucrativa. No soy «minero», sólo soy un distribuidor en Mendoza. Siento que esto es más que un negocio, es la defensa de una causa justa, ésa es mi principal fuente de motivación."

"No tenés que estar lidiando con los problemas del Estado, no vas a comprar el pan, pero te salva mucho tener un ahorro en una moneda estable que tiende a apreciarse", dijo Ortiz, que conoció la moneda cuando experimentaba haciendo overclocking con nitrógeno líquido (básicamente buscar más altos rendimientos de cómputo con el agregado de ese químico). "Me compré una compu bastante cara y buena, y en los foros en los que organizábamos competencias de esto surgió lo de la «minería». Me pasé tres días leyendo de qué se trataba, empecé a «minar» y a vender. Al principio vendía baratísimo; hasta que aprendí, perdí de ganar como 100.000 pesos por no esperar. Aprendí mucho de economía y finanzas, del comportamiento del precio, de quién compra y para qué sirve", contó. "Para ahorrar es muy bueno porque aunque el bitcoin no se revalúe, el que se devalúa es el peso", puntualizó Manzanos, de Lanús.

 Emmanuel Ortiz (22) "produce" bitcoins en Rosario. Foto: Marcelo Manera"Más allá de saltear la prohibición de acceder a dólares, es mucho más rentable «minar»en la Argentina por el precio de la energía [que está subsidiado y es más barato que en el resto del mundo]. El problema está en conseguir el hardware para «minar»", agregó Ortiz. Según Gutiérrez Zaldívar, "hay algunas experiencias de negocios que aceptan el pago en bitcoin y facturan en pesos, pagan los impuestos y asumen el riesgo de que la moneda tenga alguna variación". Así, el restaurante El Histórico de San Telmo o el sitio bitpagos.net , que está desarrollando el mercado horizontal de la hotelería pensando sobre todo en extranjeros, están empezando a introducir estos servicios.

"Yo tengo un local comercial y no me molestaría que alguien me compre en bitcoin. El problema es que yo tengo que hacer una factura y... ¿qué le facturo?", se preguntó Iván Tello, que vive en la Capital, tiene 26 años y hace un año y medio puso varias máquinas a minar , ahorra en bitcoin y LiteCoin (otra moneda virtual), compra y vende. Además, tiene una empresa textil, hasta ahora su principal actividad. "No es para nada complicado, está todo en Internet, cualquiera lee, aprende y después está en su maña lo que pueda sacar. Además es anónimo, que es el fuerte de esto", opinó.

En efecto, en las transacciones no hay datos personales de ninguna naturaleza. Tello cree que detrás del bitcoin hay un cambio de paradigma. "Estamos hablando de que utilizamos billetes o formas de gobierno superantiguas, que ya pasaron de moda y no van más. La gente avanzó, la tecnología avanzó, y, sin embargo, seguimos basados en sistemas arcaicos", afirmó, y reconoció su adhesión al incipiente Partido de la Red, una fuerza política en formación. "El bitcoin es un derecho que tenemos - coincidió Ortiz, desde Rosario-, no tiene que estar regulado ni nadie tiene que inflar nuestra moneda como le está pasando al peso"

Aparece un nuevo medio de pago: el Cedin debuta envuelto en dudas

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Aparece un nuevo medio de pago: el Cedin debuta envuelto en dudas

Por Diego Cabot | LA NACION



¿Amanecerá mañana la Argentina con colas de gente en los bancos dispuesta a llevar a la ventanilla dólares que tenía bajo el colchón y entregárselos al Gobierno para que le den a cambio un Cedin? ¿Se llenarán las bóvedas del Banco Central de moneda estadounidense por la que jamás se pagó impuestos y que ahora decida ser blanqueada? ¿Volverán a colgar los carteles "Vendido" en los balcones o en las casas?

Nadie sabe a ciencia cierta qué pasará mañana cuando la Argentina amanezca con un nuevo medio de pago en el mercado . Al peso y al dólar se sumará el Cedin, un certificado que se entregará a los inversores que decidan sumarse al blanqueo de capitales abierto a partir de mañana y por 90 días. Pese a los intentos oficiales, las dudas sobre la efectividad de la medida nunca se disiparon.

Hay cierta coincidencia en que el mercado inmobiliario más sofisticado tendrá una nueva manera de transar sus propiedades. Generalmente, comprador y vendedor de ese nicho premium están más preparados para incorporar una ecuación financiera en el medio de una compraventa tradicional.

Todo lo demás está por verse, incluso la efectividad de una medida que se pensó también como una manera de reforzar las menguantes reservas de dólares del Banco Central y la falta de moneda estadounidense en la plaza.

Mañana debutarán los patacones verdes y, claro está, de su suerte dependerá también mucho el humor social que imperará entre los argentinos hasta las cruciales elecciones de octubre.

Lo primero que hay que preguntarse es cuáles son los problemas de la economía que el Cedin intenta resolver. Y las respuestas son casi coincidentes: la falta de dólares y la crisis en la que se sumió el mercado inmobiliario desde la imposición del cepo al dólar.

"Quiere resolver la parálisis del mercado inmobiliario. Además, es un instrumento que el Gobierno quiere utilizar para recomponer las reservas del Banco Central", dice Camilo Tiscornia, de CyT Asesores Económicos. Nadin Argañaraz, del Iaraf, está de acuerdo con esto: "El principal objetivo es atacar la escasez de dólares con la generación de una mayor oferta para dinamizar sectores como el inmobiliario y la construcción".

Agustín D'Attelli, de la Gran Makro, una agrupación de economistas que tiene una gran coincidencia con la política oficial, sostiene que la creación del Cedin apunta a dinamizar el sector inmobiliario y de la construcción: "Las causas de esa desaceleración pueden encontrarse en factores externos que generaron una caída durante el año pasado en la actividad económica general y también en factores internos, como, por ejemplo, la aparición del mercado paralelo del dólar a partir de las restricciones en el mercado cambiario oficial".

Justamente, el mercado de la construcción y el inmobiliario, ambos con un gran efecto multiplicador en la economía, son los protagonistas aparentes del debutante Cedin. Pero a decir de Mariano Lamothe, de Abeceb, existen otras motivaciones implícitas. "Compensar el drenaje de dólares que existe hoy por motivos diferentes al atesoramiento y que están haciendo caer los niveles de reservas aun con los controles cambiarios. Tratar de influir en el mercado del dólar blue", concluye.

Otro de los economistas consultados que también vislumbra motivaciones más allá del mercado inmobiliario es Nicolás Dujovne. "El Cedin tiene dos: uno macroeconómico y uno sectorial. De lado macro, el Gobierno intenta recuperar parte de los US$ 1000 millones mensuales que caen las reservas del Banco Central, aún en plena vigencia del cepo cambiario y con un superávit comercial anual de US$ 10.000 millones. En el plano sectorial, intenta reanimar el sector de venta de propiedades, especialmente las usadas."

Las coincidencias sobre las causas que llevaron al Gobierno a emitir Cedin a cambio de cada dólar que pase de negro a blanco están claras. Ahora bien, ¿las solucionará?

"No soluciona el problema de caída de las reservas -dice Dujovne-. Éstas bajan debido a la salida de capitales generada por la inflación, la sobrevaluación del peso, las tasas de interés reales negativas y el elevado riesgo país. En el mercado inmobiliario será un paliativo que no generará un cambio importante en la tendencia al estancamiento."

Fernando Baer, director de Bconomics, cree que no logrará aumentar el stock de reservas internacionales si funciona como está previsto en la reglamentación y mucho menos, dice, desalentar la demanda de dólar libre, ya que es "un sustituto imperfecto de éste".

Otro de los que se inscriben en esta conclusión es Guido Sandleris, director del Centro de Investigación Financiera de la Universidad de Buenos Aires. "Los Cedin tal vez reactiven el mercado inmobiliario, no por su capacidad de atraer compradores nuevos de inmuebles vía el blanqueo, sino por la posibilidad de volver a tener un nuevo medio de pago que sea legal, al que pueden acceder los compradores y aceptado por los vendedores. Los Cedin no tendrán ningún efecto relevante en las reservas internacionales del Banco Central", dice.

Ramiro Castiñeira, de Econométrica, tampoco percibe esta nueva herramienta como una solución efectiva. "El Cedin es sólo un parche para darles un respiro a las reservas del BCRA, que están en franco descenso. Lo paradójico es que quiere financiar el modelo intentando seducir justo a quienes no confiaron en él y se llevaron la plata afuera", dice el hombre de Econométrica.

Otro de los que hablan de parche es Eduardo Fracchia, economista jefe del IAE. "La medida es cortoplacista con fines a las elecciones de octubre, de dudosa validez ética. Hay que ver cómo evoluciona el lanzamiento. No se espera incremento sensible de reservas del BCRA, que es aparentemente uno de los objetivos. El Gobierno trata de poner parches como fue en su momento el cepo; la gente no dejará de fugar divisas", sostiene.

El problema de las reservas

 La caída de los dólares de respaldo que están en el Banco Central, según todos los consultados, estuvo en el meollo mismo de la decisión. De paso, claro está, dinamizar a la construcción y al mercado inmobiliario.

Según la visión de Hernán Lacunza, de Empiria Consultores, este año las reservas caerían cerca de 7500 millones de dólares. "También el Gobierno se ilusiona con intervenir en la paridad informal ofreciendo un instrumento denominado en dólares. La reactivación del mercado inmobiliario, colapsado por el cepo y la pesificación compulsiva, es un objetivo colateral", comenta.

Semejante caída de reservas, que terminaron la semana en 37.156 millones de dólares, cuentan, requería acciones de excepción. La economía argentina, dice Gabriela Nudel, economista jefa de la Fundación Capital, tiene una creciente necesidad de divisas para que el Gobierno se haga de dólares en un entorno de caída sistemática de reservas cuando, además, llega a su fin la liquidación de la cosecha gruesa.

¿Qué podría hacer hecho el Gobierno para revertir esa tendencia? El abanico era variado, concuerdan los economistas. Pero, claro, para aplicar varias de ellas era necesario reconocer algunos problemas que tiene la economía y que a la Casa Rosada le cuesta admitir.

Nudel dice que entre una corrección devaluatoria y el desdoblamiento cambiario, se optó por una solución más cerca de la segunda y con rápido efecto. Para la economista, la presión alcista en la brecha cambiaria es el resultado de una pérdida de credibilidad en el peso como reserva de valor, derivada de una emisión monetaria exagerada.

¿Alternativas más virtuosas? "Recobrar la confianza mediante un plan antiinflacionario que recalibre la macro, tomar crédito externo en un mundo con dinero hiperbarato, bajar retenciones y promover exportaciones o liberalizar el 30% del encaje al ingreso de capitales", agrega la economista de la Fundación Capital.

José Luis Espert considera que "lo que hubiera correspondido hacer, como hoy ya lo hace cualquier país del mundo, es un plan antiinflacionario con devaluación del peso y eliminación del cepo cambiario. "Pero eso en la jerga K es ajuste, cuando en realidad el ajuste se hace hoy con la sociedad argentina con una inflación de 25 por ciento en una economía prácticamente estancada", agrega.

Para Miguel Ángel Boggiano, de Carta Financiera, lo que debería hacerse es levantar el cepo y permitir que el peso se deprecie todo lo que sea necesario. "Los males que genera el cepo son mucho mayores que el bien que pretende lograr. Quiere mantener a la fuerza las reservas internacionales para pagar deuda e importar energía", sostiene.

D'Attelli, de la Gran Makro, destaca que es una buena medida. "Con la creación de este instrumento el Gobierno apunta a tomar ahorro ocioso en divisas de residentes argentinos y canalizarlo a la dinamización de un sector que atraviesa una situación particular de desaceleración, lo cual es una buena medida. En adelante, el desarrollo de instrumentos de ahorro en pesos que se generen con la puesta en marcha del nuevo mercado de capitales apuntará a sostener esta canalización de ahorros hacia el sector", dijo.

Ahora bien, desde mañana el Gobierno debe demostrar que cambiar un Cedin por un dólar es como comprar un chupetín. Si el trámite es mayor, pues la vida y la efectividad del nuevo título penderá de un hilo. Justamente las dudas de todos los consultados radican en este punto: qué tan fácil será pasar de Cedin a dólares.

Dujovne apunta que si el cambio es un proceso sencillo el Cedin cotizará a una paridad ligeramente inferior al 100 por ciento. "Si se traba su conversión a dólares con el fin de retener reservas en el Banco Central la cotización caerá y el instrumento tenderá a desaparecer rápidamente", estima.

Una de las cuestiones que también habrá que despejar es cuán larga será la vida de los Cedin. "A priori, no parece que alguien que reciba un Cedin esté dispuesto a quedárselo sin querer presentarlo en un banco y cambiarlo rápidamente por dólares, en cuyo caso ese papel se extinguiría", pronostica Tiscornia.

"Hay demasiados rumores y dudas sobre para qué se va a usar el Cedin. Algunos le encuentran más propiedades que a la Aspirina -dice Kiguel-. Si sólo se emiten los Cedin que corresponden al blanqueo, el stock que va a circular en el mercado va a ser muy chico, ya que la mayoría se va a canjear por dólares billete y ese papel debería darse de baja. Si se emiten más de lo que corresponde, entonces el valor del Cedin se desplomará."

Para Argañaraz, otro de los interrogantes es cómo funcionará el mercado secundario. "Falta reglamentación del mercado secundario; ése es un tema clave", dice. Sandleris trae otro tema que también genera dudas: "No está claro todavía cuán estricto será ni cómo funcionará el control del lavado de dinero durante el blanqueo. El riesgo de que el Gobierno desesperado por dólares acepte el blanqueo de fondos de orígenes turbios no es menor".

Mañana se empezarán a disipar las dudas. Esta semana, el ingeniero Carlos Quirico, dueño de Quirico Construcciones, ofreció cocheras que se pueden pagar con Cedin. LA NACION le hizo la siguiente pregunta: "Si la propiedad vale 100, ¿a cuánto la vende en dólares y a cuánto si le pagan con Cedin?" "Si nos dan pesos el departamento sale $ 100; si traen dólares, vale $ 70 y con Cedin, el departamento sale $ 100."

El CEO global del Grupo Adidas afirma que las medidas de comercio exterior complican las operaciones en el país

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Herbert Hainer: "Por las trabas a la importación no es fácil hacer negocios en la Argentina"

El CEO global del Grupo Adidas afirma que las medidas de comercio exterior complican las operaciones en el país

Por Silvia Stang  | LA NACION



SAN PABLO.- Paradoja sin fronteras. En el país con pasión por el fútbol que fue cuna de quien hoy es imagen de la compañía e impulsa sus ventas en el planeta entero, resulta que no es fácil hacer negocios. El país es la Argentina; la figura que aporta su imagen, Lionel Messi, y la compañía, Adidas. ¿Las razones de las dificultades? Están en las políticas económicas del Gobierno, que restringen la importación de productos, y en problemas como la inflación.

"La Argentina está en el ADN de Adidas", sentencia Herbert Hainer, CEO desde 2001 de la empresa alemana de indumentaria y artículos para deportes, tras recordar la relación de largo plazo con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la expansión en la apertura de locales y el sponsoreo a deportistas. "Obviamente las políticas de importación hacen que no sea fácil para nosotros hacer negocios en la Argentina", admite, y agrega que se respetan las políticas y se dialoga con las autoridades para buscar el equilibrio de la balanza comercial. Adidas exporta, por ejemplo, muebles argentinos que son usados en locales comerciales ubicados en otros países.

Hainer mantuvo un diálogo con LA NACION en la ciudad de San Pablo, convulsionada como otras de Brasil, por las protestas sociales que ocurrieron a la par del desarrollo de los partidos de la Copa Confederaciones (ver aparte).

La compañía tiene, en rigor, producción industrial en la Argentina, y artículos como medias de fútbol llegan, por caso, al mercado brasileño. Sin embargo, según señala Fernando Basualdo, presidente de Adidas Brasil -que también habló con LA NACION-, la inflación argentina causa sus efectos. Por un lado, se complica lograr precios competitivos; por el otro, es difícil desarrollar una estrategia de sinergia para que cada país se especialice en alguna producción en particular y la trabaje en una economía de escala. "Muchas veces, tal vez por las condiciones cambiantes de las reglas de mercado, no se puede proyectar a tres o cinco años, que es lo que se necesita para hacer inversiones fuertes y ampliar la capacidad instalada; hoy en la Argentina es necesario tener certidumbre", dice Basualdo, que trabajó antes en las filiales de la Argentina (aquí nació) y México.

Con vistas a la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014, Adidas proyecta un año con ventas globales por 2000 millones de euros sólo de productos vinculados a ese deporte, que representan entre 12 y 15% del total. El año próximo se lanzará la marca Messi, que tendrá un logo propio vinculado a las tradicionales tres tiras. El objetivo, para el negocio global de todas las categorías, es sumar ventas por 17.000 millones de euros en 2015. En el primer trimestre de este año las ventas sumaron $ 3751 millones, una cifra prácticamente igual que la de un año atrás. Por regiones, sin embargo, la evolución fue desigual: en América latina se creció 12 por ciento.

-¿Cómo ve a la Argentina tanto como mercado como en cuanto al contexto para los negocios? ¿Tienen problemas para importar? ¿Cómo manejan ese tema?

-La Argentina es uno de los mercados más importantes para nosotros, un país donde invertimos por décadas y donde somos una marca líder; estamos con la selección, tenemos el contrato con River Plate, hemos estado con jugadores de tenis de alto nivel, hemos invertido incluso en la crisis abriendo nuevos locales... Es un país muy cercano al ADN de Adidas. Obviamente, las políticas de importación hacen que no sea fácil para nosotros hacer negocios en la Argentina porque no podemos entrar todos los productos, pero trabajamos muy cerca con el Gobierno para cumplir con la regla de que tenemos que exportar para poder importar.

-¿Se exportan productos hechos en la Argentina?

-Sí, se produce para mercados de América latina, y también hay muebles que usamos en las tiendas que se exportan para el resto del mundo.

-¿Hay productos a los que no puede acceder hoy el consumidor argentino? ¿Cuáles?

-Sí, por supuesto. No sé decir ahora cuáles exactamente, pero hay artículos hechos en China que tienen que pagar un impuesto tan alto que no es negocio y no los importamos. Hay limitaciones, pero las políticas son las que son y las respetamos. Trabajamos para cumplir con las reglas y conversamos con las autoridades.

-Dentro de esos planes, ¿está la posibilidad de inversiones para ampliar la producción local?

-Nosotros vemos permanentemente las posibilidades de crecer en producciones locales. Ahora tenemos la visión de incrementar la fabricación hecha aquí, en Brasil, pero lo que nos interesa es el potencial que tiene América latina y por eso el objetivo es crecer dentro del Mercosur. Es cuestión de elegir el país.

-Y hoy por hoy observan mejores condiciones en Brasil...

-Sí, porque tenemos socios comerciales aquí que facilitan tomar la decisión, pero elegir el país es algo que está en consideración. Todo depende de dónde se obtenga la mejor materia prima, haya mayor capacidad y se den las condiciones.

-¿Tienen cuantificado cuál es el efecto en las ventas de tener la imagen de Lionel Messi?

-No; es difícil saberlo porque Messi no sólo ayuda al negocio de la categoría fútbol, sino a Adidas en general y en todo el mundo. Recientemente, extendimos el contrato y yo siento que él va a estar con Adidas toda la vida.

-¿Esa misma expectativa tiene con la AFA? ¿Qué monto implica el contrato en este caso?

-Tenemos una relación de muy largo plazo: hay contrato hasta 2022 y sentimos que se puede prolongar mucho más. Sobre montos de los contratos se especula mucho, pero no los informamos [según trascendidos de fuentes no oficiales, la AFA recibe 15 millones de euros por año].

-En noviembre se presentarán los diseños para la indumentaria del Mundial 2014. ¿Tendrá cambios la camiseta argentina?

-En el caso de la Argentina, el diseño es muy tradicional y ya se espera que sea de una manera; no se admitirían muchos cambios. Sí se desarrolló tecnología para alivianar la prenda.ß

"Mi deseo es que terminada la Copa Confederaciones, el gobierno [de la presidenta Dilma Rousseff] pueda sentarse con todas las partes interesadas para tratar de encontrar soluciones a las demandas, que tienen que ver con cuestiones de largo plazo como la educación y el cuidado de la salud", afirmó el CEO de Adidas, Herbert Hainer. Se lo consultaba sobre su visión de las protestas surgidas entre la población brasileña durante el desarrollo del torneo de fútbol, que hoy finaliza con el partido final en Río de Janeiro. Hainer dijo también estar convencido de que la gente mostrará su entusiasmo con el campeonato mundial que se jugará el año próximo en diferentes ciudades de Brasil, entre ellas, San Pablo, donde LA NACION participó de un evento de prensa y lo entrevistó. Recordó que en 2006, cuando la copa se jugó en Alemania, se produjo un cambio positivo de imagen de ese país en el mundo, y vaticinó que para Brasil también habrá beneficios.

Los próximos meses serán de novedades en cuanto a productos para el Mundial. Mientras que en noviembre Adidas presentará el rediseño de indumentaria de las selecciones a las que sponsorea, en diciembre se conocerá la pelota oficial: la Brazuca.

En cuanto a la innovación de productos, el vicepresidente de Fútbol de la firma, Markus Baumann, afirmó que el objetivo es hacer ropa cada vez más liviana y llegar a los botines de 99 gramos (hoy pesan 165 gramos). En los 70, dijo, el equipo completo para un jugador pesaba 1,9 kilos; hoy el objetivo es que sea de 630 gramos.

perfil

Profesión: se graduó en Economía en la Universidad de Landshut
Edad: 59 años
Nacionalidad: alemana

  • Trabaja en Adidas desde 1987 y es CEO desde 2001; antes se había desempeñado en Procter & Gamble
  • El origen de la compañía se remonta a 1920, cuando Adi Dassler comenzó a fabricar calzado deportivo

La cabeza de la lista oficialista admite déficits, chicanea a Massa y defiende la gestión oficial

Domingo 30 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Rumbo a octubre / El candidato en territorio bonaerense

Martín Insaurralde: "Hay problemas de inseguridad, pero yo me ocupo"

La cabeza de la lista oficialista admite déficits, chicanea a Massa y defiende la gestión oficial

Por Mariana Verón  | LA NACION

Le gusta hablar de sí mismo en tercera persona, como si tomara distancia y se observara. En su despacho tiene dos vitrinas con 46 fotos prolijamente acomodadas en portarretratos. En todas está Martín Insaurralde con algún político . Afuera, en un pasillo privado, hay otra tanda de imágenes, pero con famosos. Artistas, deportistas, cantantes. Detrás de su escritorio, los cuadros son con Néstor y Cristina Kirchner, y otro con Daniel Scioli, a quien defiende.

El intendente de Lomas de Zamora, primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, es tan desconocido para el gran público que directamente tiene que presentarse a sí mismo. "Martín Insaurralde tiene una obsesión por el trabajo, por transformar. Lo que hizo fue trabajar en educación, en seguridad y en el sistema de transparencia y modernización del Estado. Puso en valor el tiempo del ciudadano", se define. El candidato de Cristina esquiva los golpes directos hacia Sergio Massa, pero lo azuza con que "hace un año y medio que no habla". Sostiene que la Presidenta no irá por la re-reelección, e incluso se queja de los mandatos eternos de los intendentes, legisladores y jueces. Como un extraño en el mundo kirchnerista, sorprende: reconoce que existen problemas de inseguridad, inflación y transporte, pero dice que el Gobierno se ocupa de solucionarlos.

-Usted gobierna un distrito con alto índice de inseguridad y se lo suele comparar con Massa respecto de la gestión sobre el tema.

-Son dos distritos completamente distintos. Yo no tengo el 40 por ciento del distrito con barreras, cerrado para los countries. Yo tengo un distrito altamente complejo, donde convive un Lomas de clase media con el trabajador humilde que durante dos décadas estuvo abandonado.

-¿Por qué el kirchnerismo habla tan poco de la inseguridad?

-Un intendente que armó un sistema de seguridad con 80 millones de pesos está reconociendo que hay un tema de inseguridad... Sí. Yo reconozco que hay inseguridad. Pero nosotros no lo decimos, lo hacemos. Me ocupo.

- Usted dijo que estaba enamorado del modelo. ¿Qué pasa con las cosas malas, como la inflación?

-Lo que la población tiene que entender es que este gobierno y Cristina se ocupan de solucionarla.

-¿Y por qué no lo logra?

-¡No lo logra, no! Entendamos el contexto de dónde venimos. No hay amores perfectos. Existen problemas. ¿Por qué no se logró terminar con los índices de inseguridad o con el tema del transporte? Porque había muchos déficits que había que atender. Se viaja mal y se sigue viajando mal, pero la Argentina estaba en default, los bancos se habían llevado la plata de la gente, había desocupación, indigencia.

-Eduardo Duhalde lo elogió. ¿Eso es bueno o malo?

-Duhalde por suerte apoya a Massa. Tengo un gran respeto por Duhalde. Trabajé en la administración de él de 1995 a 1999 y cuando fue presidente trabajé dos meses en Lotería Nacional. Fui secretario del presidente del directorio, que entonces era Jorge Rossi [el anterior intendente de Lomas]. No trabajé 20 años como dijo.

-¿Qué le dijo Cristina cuando lo eligió?

-Me dijo que me muestre como soy, y me explicó por qué me eligió. Me dijo que había estudiado mucho mi gestión, y que a mí no sólo me votaban, sino que me querían. Hay muchos ganadores de elecciones, pero no a todos los quieren. Y me dijo que en la Argentina se necesitan políticos que no tengan miedo.

- ¿Habló con Scioli después del amago de acordar con Massa?

-Yo hablo mucho con el gobernador y he discutido muchas veces en materia de gestión. Yo, por cuestiones de lealtad y compromiso, no dudé de Scioli. Es el gobernador de la provincia más importante de la Argentina. Es lógico que cualquiera le haga ofrecimientos. Él desde 2003 acompañó a Néstor Kirchner y van 10 años y sigue acompañando.

-Hay una tendencia del kirchnerismo a criticarlo...

-Entendamos una cosa. Nosotros mejoramos desde adentro. Si hay algo plural y democrático es el kirchnerismo. No es lo mismo Scioli que D'Elía [Luis] o Mariotto [Gabriel] que Insaurralde. Ustedes critican a los obsecuentes y critican a los que piensan diferente. Nosotros estamos todos juntos en las listas.

-Pero Scioli no tiene representantes en las listas.

-Somos todos representantes de Scioli. Yo fui candidato en la boleta de Scioli. Cristina, Scioli e Insaurralde. El primer día estuvo en Lomas de Zamora.

-¿Se pueden tener disidencias dentro del Gobierno?

-Sí, claro. Yo le hice siempre propuestas a Cristina. La Presidenta me elige y me dice que sea como yo soy. Yo estoy lleno de propuestas, me gusta debatir temas. Hay que entender que las decisiones las toma el que conduce. Eso no es que no se escucha. Le pasa a cada uno en su lugar de trabajo. Siempre decide el director de una empresa.

- ¿Se juega la re-reelección en estos comicios?

-Ya lo dijo Cristina... no es eterna. Meten en la agenda un tema que no está.

-Julio De Vido habla muchas veces del tema?

-A mí Cristina me dijo que trabajemos en temas de seguridad, educación y sostenimiento de precios.

-¿Los intendentes tienen que tener límite de reelecciones?

-Yo creo que nada es eterno. Es un tema a trabajar y estudiar. Perpetuarse en los cargos no es bueno. En ningún caso. Ni en el Ejecutivo, ni Legislativo, ni Judicial. Ni judicial, eh. Nada es eterno.

-¿Se va a nacionalizar la campaña?

-Por supuesto. Éste es un proyecto nacional. Nos lanzamos con los candidatos de las 24 provincias.

-¿Qué tiene parecido y qué diferente con Massa?

-Cuando él hable, te digo qué es lo parecido y lo diferente. Yo estoy en la lista que me hizo ser exitoso como intendente. Yo soy exitoso gracias a este proyecto político. Y soy leal



El presidente del Consejo de la Magistratura pidió que "no exista ningún tipo de presión" por fallos judiciales

Domingo 30 de junio de 2013 | 15:07

El presidente del Consejo de la Magistratura pidió que "no exista ningún tipo de presión" por fallos judiciales

Tras la supuesta investigación impositiva de la AFIP contra Lorenzetti, Mario Fera llamó a defender "la institucionalidad" y el "derecho a opinar"

l titular del Consejo de la Magistratura, Mario Fera, aseguró hoy que "sería importante que no exista ningún tipo de presión" contra los integrantes del Poder Judicial por sus fallos. El titular del organismo encargado de la selección y remoción de jueces hizo un llamado a defender "la institucionalidad" y el "derecho a opinar", en medio del escándalo desatado por la supuesta investigación impositiva de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) contra el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

El camarista laboral también abogó por "una mayor participación" de la sociedad en los temas de la Justicia, como el juicio por jurados para determinados casos.

"Sería importante que en nuestro país las instituciones puedan articularse adecuadamente y que no exista ningún tipo de presión que tenga que ver con situaciones coyunturales como pueden ser el dictado de fallos o la entrada en vigencia de una ley", aseveró Fera, quien evitó opinar sobre la supuesta presión de la AFIP contra Lorenzetti.

"Tenemos que defender en todo sentido la institucionalidad y que nadie debe ver impedido su derecho de opinar desde el poder político o desde el Poder Judicial cuando lo tenga que hacer en la medida en que lo requiera la función que uno cumple", añadió, en una entrevista con el diario El Tribuno.

El presidente de la Corte reveló días atrás que el organismo recaudador, que preside Ricardo Echegaray, había abierto una investigación impositiva contra él y su hijo. La AFIP negó extraoficialmente que haya en curso un proceso contra Lorenzetti, ante el reclamo de la oposición que salió en defensa del máximo tribunal. La respuesta de la Justicia no se hizo esperar.

"La Corte encomendó a funcionarios del Tribunal que se reunieran con representantes de la AFIP para aclarar la situación", se informó en un comunicado, firmado por Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda y Carmen Argibay.

En tanto, el diputado nacional Federico Pinedo (Pro) presentó una denuncia contra Echegaray, para que se investigue si el organismo recaudador abrió un proceso contra Lorenzetti, su hijo y un colaborador suyo.

En su presentación, el legislador calificó el hecho "como una extorsión" de la Casa Rosada a los integrantes de la Corte. "Lo que se estaría buscando con la mencionada acción de la AFIP, sería imponer el temor no sólo al Presidente del máximo tribunal de la Nación, sino a todo el Poder Judicial", apuntó.

El jefe del bloque del Pro en la Cámara de Diputados vinculó la revelación de la supuesta investigación impositiva contra Lorenzetti en un momento de "máxima tensión entre Poder Ejecutivo y el Poder Judicial" por el reciente fallo de la Corte en contra de los principales artículos de la ley de reforma del Consejo de la Magistratura, impulsada por Cristina Kirchner.

Fondos del Poder Judicial

El diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel presentó días atrás un proyecto de ley que busca quitarle todas las facultades presupuestarias y de administración del Poder Judicial que hoy tiene, para transferírselas al Consejo de la Magistratura.

"Todavía no tuve oportunidad de ver el proyecto porque me enteré cuando estaba viajando. Por lo que conozco, entiendo que la iniciativa volvería sobre la idea inicial que acaba de ser tratada este año. Si esto fuera así, entiendo que esto fue objeto de un debate ya en el ámbito legislativo y, a mi parecer, se resolvió de la manera más acorde con la interpretación constitucional que la doctrina del derecho venía dando con anterioridad y posterioridad a la reforma constitucional de 1994. Es la Corte Suprema la que ostenta la facultad de gobierno del Poder Judicial", explicó Fera, al ser consultado sobre la iniciativa.

Para el titular del Consejo, el máximo tribunal "ejerce una función de gobierno que es mucho más amplia que el manejo de los fondos". "El manejo de los fondos se hace conjuntamente entre la Corte Suprema y el Consejo de la Magistratura porque se produce una relación según la cual la Corte gobierna y aprueba y el Consejo administra y ejecuta", añadió

La Nacion

José De Mendiguren: "No me consta la amenaza de Guillermo Moreno" a la UIA

Domingo 30 de junio de 2013 | 13:49

José De Mendiguren: "No me consta la amenaza de Guillermo Moreno" a la UIA

El precandidato a diputado nacional (Frente Renovador) dijo que desconoce el supuesto pedido del funcionario para forzar su salida de la entidad; "Yo creo que de ser así no es bueno", afirmó


El ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren , dijo hoy que no le "consta" que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno , haya amenazado a su sucesor, Héctor Méndez, para forzar su renuncia al cargo de secretario del Comité Ejecutivo de la entidad.

"No me consta la amenaza de Moreno porque no hablé con Méndez en estos días. Yo creo que de ser así no es bueno, sobre todo porque lo que tratamos en una democracia es que todos nos respetemos y que podemos expresar de donde estamos las coincidencias y las diferencias", contestó De Mendiguren, en diálogo con radio Mitre.

El precandidato a diputado nacional por el Frente Renovador, que lidera Sergio Massa, dijo que dialogó con Méndez antes de aceptar el ofrecimiento del intendente de Tigre.

"Después de analizarlo y charlarlo me dio todo su apoyo, su apoyo incondicional", señaló. Y agregó: "Luego hubo declaraciones que para mí no fueron felices o a lo mejor fueron malinterpretadas donde aparentemente pasaba de un apoyo incondicional a pedirme la renuncia; era algo un poco raro".

Según informó el diario Clarín en su edición de hoy, Moreno llamó a Méndez luego de que se oficializara que el ex titular de la UIA integraría la lista de Massa. Durante la charla telefónico, el funcionario le habría exigido que fuerce la salida de De Mendiguren de la entidad.

Si bien elogió algunas políticas económicas de la Secretaria de Comercio Interior, De Mendiguren dijo que no "comparte" la forma de aplicar las medidas. "No comparto los métodos y cómo las aplica, y así se lo hice saber desde el primer día que las puso en marcha", enfatizó.

La Nacion

Nueva respuesta chavista a la escasez: "¿Ustedes quieren patria o papel higiénico?"

Lunes 24 de junio de 2013 | 10:49

Nueva respuesta chavista a la escasez: "¿Ustedes quieren patria o papel higiénico?"

El canciller venezolano respondió a las renovadas críticas de Capriles por el desabastecimiento, que obligó a importar millones de productos de aseo


En un encendido discurso, el canciller venezolano, Elías Jaua, volvió a cuestionar las críticas al desabastecimiento en el país, una señal de su crisis económica, y preguntó a una audiencia chavista: "¿Ustedes quieren patria o papel toilette?".

Jaua, que también es presidente de la Corporación para el Desarrollo Integral del estado Miranda (Corpomiranda), distrito que gobierna el líder opositor Henrique Capriles, contestó a ese dirigente, quien había señalado que "tener patria es que alcance la plata para ir al supermercado" y que se consigan los productos de primera necesidad. El político se refería al desabastecimiento que llevó al gobierno de Nicolás Maduro a importar varios productos de aseo personal, entre ellos, cinco millones de rollos de papel higiénico.

"Puede agarrar un rollo de papel toilette y se lo mete por donde me oye, porque acá sí que tenemos patria bolivariana revolucionaria socialista", en un acto de entrega de microcréditos a 150 pequeños comerciante en Miranda.

"¿Ustedes quieren patria o papel toilette?", arengó Jaua. "Es una necedad compañero, porque un problema puntual de abastecimiento no puede medirse con un valor supremo como es el tener patria. La patria no se mide en un supermercado. La patria en primer lugar se mide en la conciencia de los hombres y mujeres que habitan una nación", continuó.

"La patria se mide en la organización de su pueblo, en el amor que tiene el pueblo por el suelo donde nació, donde viven sus hijos y donde crecerán sus nietros. La patria es humanidad, la patria es conciencia, eso no tiene nada que ver con un anaquel de un supermercado", agregó Jaua en un discurso típicamente chavista.

"Eso demuestra la patria que somos porque alguien que quiere medir si tiene patria o no tiene patria porque haya papel toilette o no haya papel toilette no tiene noción de lo que es ser un patriota, como lo tenemos nosotros, compañeros y compañeras, como nos enseñó Chávez. Tenemos patria y tendremos patria para siempre. Independencia y patria socialista. ¡Viva Chávez carajo!", terminó, en medio de ovaciones.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ea1W2hdA4p0

La Nacion

Cedin, el regreso inesperado del Club del Trueque

Lunes 24 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Pulso económico

Cedin, el regreso inesperado del Club del Trueque

Por Jorge Oviedo | LA NACION



En la crisis de 2001 y 2002 surgió la red de Clubes del Trueque como alternativa a la terrible parálisis económica. Fue un fenómeno enorme y de gran importancia e intensidad, aunque efímero, con grandes implicancias sociales y económicas. Ahora parece a punto de resurgir con la aplicación del Cedin, una suerte de vuelta de la moneda de los clubes, los llamados "arbolitos"

El sistema de Club del Trueque fue presentado como de "economía social y solidaria". Pero su aspecto más interesante era que no se trataba, como lo observó Martín Krause, de intercambio directo de bienes o servicios. Era indirecto, con la intervención de unos vales, que tenían la imagen de un arbolito impresa y que eran los "billetes", la "moneda" de los clubes. El propio Krause describió el experimento como una especie de nacimiento de una moneda privada en la Argentina. Había bienes y servicios para intercambiar, pero no había una moneda para hacerlo. Escaseaban pesos -convertibles entonces- y dólares. Entonces, una parte del sector privado decidió crear la liquidez y permitir que el mercado siguiera funcionando.

Ahora, el Estado decide intervenir incentivando la creación de una moneda privada. ¿Tendrá éxito?

¿Cuál es la situación? Que los mercados de bienes que representan una reserva de valor, un ahorro, como el inmobiliario, se han vuelto "ilíquidos". ¿Por qué? Porque un departamento representa, justamente una reserva de valor y los pesos, gracias a la galopante inflación, no. La gente no está dispuesta a quedarse en pesos mientras va de la venta de un bien inmueble a la compra de otro. Podrían preguntarles a sus abuelos que pasaron por el Rodrigrazo, por ejemplo, qué les sucedió cuando hicieron eso.

Preferían hacer esas transacciones en dólares, pero el Gobierno ha decidido que todos los dólares disponibles en el mercado oficial sólo pueden ser usados por él mismo para pagar la deuda externa e importar energía. Y por los privados, con grandes limitaciones, para importaciones y turismo. Nada de atesorar ni de remitir utilidades. Y nada de hacer transacciones en dólares en el mercado doméstico.

El resultado es la parálisis de la construcción y del mercado inmobiliario, en particular de unidades usadas. ¿La solución? La creación de una nueva moneda, el Cedin. ¿El peso no tiene suficiente respaldo de divisas? El Cedin, sí. Así que a usarlo en el mercado inmobiliario se ha dicho. Claro que las reservas las constituirán los privados, con los dólares no declarados del colchón.

¿Podrán transarse los Cedin por pesos? Claro. Y al tipo de cambio que decidan los que intervengan en la operación. Se trata de unos "arbolitos" perfeccionados.

Parecidos y diferencias

Los "arbolitos" de los trueques y los Cedin tienen muchos puntos en común, pero también presentan importantes diferencias, tanto en su concepción como en su posible instrumentación.

  • La moneda del Club del Trueque no era emitida por el Estado. Los Cedin, en el fondo, tampoco. Habrá Cedin si tenedores de dólares no declarados deciden blanquearlos entregándoselos al Banco Central.

  • Los "arbolitos" no tenían suficiente control de emisión. Pero el Central promete hacerlo y no emitir ni uno más que los dólares que le ingresen, los que mantendrá siempre líquidos.

  • La moneda del Club del Trueque era de imposible utilización fuera de la propia estructura. El Cedin fue inicialmente pensado sólo para el mercado inmobiliario y la construcción. Pero el Gobierno trata de ampliarle los usos como, por ejemplo, en los supermercados. ¿Hay dudas de que los supermercadistas, como cada vez que el Gobierno los presiona con cualquier cosa, dirán que sí?

  • Los "arbolitos", además, no eran convertibles a dólares. No era un problema, porque los que necesitaban usarlos no estaban preocupados por eso, sino por subsistir. Los Cedin podrán volverse dólares si hay una operación inmobiliaria o se construye algo nuevo, promete el Banco Central. En este caso, la credibilidad sí es un tema, puesto que para que el Cedin sea un éxito se requerirá que los tenedores crean que es casi tan buena reserva de valor como el dólar.

  • El auge del Club del Trueque tuvo que ver con la escasez de monedas cuya calidad no se discutía. Ahora el problema es que el mercado descree de la calidad del más que abundante peso. El Club del Trueque decayó rápidamente, entre otros muchos factores, cuando volvió a aumentar la liquidez de pesos, cuya calidad no era discutida.

  • Hoy la iliquidez del mercado inmobiliario se debe a la mala calidad del peso. En lugar de mejorarla, el Gobierno propone la creación de una cuasi moneda con reservas privadas. Es decir, una moneda con ciento por ciento de respaldo en divisas que son cero por ciento propiedad del Estado. Es el mismo Gobierno que habla de "soberanía monetaria".