Martes 11 de septiembre de 2012 | Publicado en edición impresa
Sustitución
Celulares: ensamblarlos en el país es más costoso que importarlos
En los primeros siete meses de 2012 se
gastaron cerca de US$ 1000 millones para traer partes y piezas; en 2010
se gastó menos y llegaron más aparatos
Seguramente fue una coincidencia, pero el viernes
pasado, cuando el jefe de Gabinete de Chile, Cristián Larroulet, explicó
a LA NACION por qué, en su opinión, una política comercial abierta es
más ventajosa que una proteccionista, utilizó como ejemplo los teléfonos
celulares. "En un mundo globalizado, lo mejor que pueden hacer los
países es aprovechar sus ventajas", dijo. "Las economías proteccionistas
quieren producir todo ellas mismas. Pero por querer producir todo, lo
hacen caro y mal. En Chile, por ejemplo, tenemos ventaja para producir
cobre y no celulares. Para nosotros es más barato seguir produciendo
cobre e importar los celulares desde China."
Las cifras sobre la evolución de las importaciones
locales del sector de telefonía celular podrían servir para sustentar
sus palabras.Según un informe difundido ayer por la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), en el acumulado de los primeros siete meses de 2012, la Argentina importó teléfonos celulares terminados por un monto total de 84,9 millones de dólares, mientras que las importaciones de partes y piezas para su ensamblaje en las plantas de Tierra del Fuego sumaron US$ 985,6 millones. El "consumo aparente" de celulares para ese período -es decir, la suma de los teléfonos importados más los fabricados localmente, según explicó Alejandro Ovando, director de IES- llegó a 6,8 millones de unidades.
"En cuanto a si es más económico importar o ensamblar -dice el informe de IES-, en el año 2010 se importaron cerca de 8 millones de aparatos celulares por un valor de US$ 769 millones." Es decir, en 2010 el número de celulares que ingresaron en el mercado argentino (sin considerar los producidos localmente) fue mayor en 1,2 millones de unidades al de los primeros siete meses de este año, con un gasto menor en US$ 300 millones.
Ovando añadió algo más: "Los celulares terminados que se importaron en 2010 pagaron IVA y derechos de importación". Por lo tanto, el programa de sustitución de importaciones de celulares -que incluye una serie de beneficios fiscales para las plantas de Tierra del Fuego-, además de no haber tenido un impacto positivo en la balanza comercial, implicó un sacrificio para las cuentas públicas.
En el Gobierno, sin embargo, defienden el programa. "La sustitución de importaciones es un trabajo que lleva tiempo", dijeron a LA NACION fuentes oficiales. "En la Argentina, por ejemplo, hay litio para producir las baterías de los teléfonos, pero conseguir la tecnología para fabricarlas no es sencillo."
Sobre las críticas que dicen que las plantas de Tierra del Fuego son meros lugares de ensamblaje, en el Gobierno resaltaron los empleos que se han generado en la isla, y añadieron: "Ha habido muchas reuniones para que se vayan reemplazando cada vez más las partes importadas para producir teléfonos móviles. Si no se dan los procesos, en algún momento, no se va a permitir la armaduría lisa y llana. La ministra [de Industria, Débora] Giorgi ha dicho que la Argentina no quiere ser un país de maquila".
Lo cierto es que, año tras año, las importaciones del sector se han ido concentrando cada vez más en partes y piezas (ver infografía). Entre enero y julio de 2012, según Ovando, sólo se importaron 279.000 teléfonos terminados.
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