Punto de vista
La herencia de los cargos con profesión de fe K
Por Pablo Mendelevich | Para LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1764236-la-herencia-de-los-cargos-con-profesion-de-fe-k
Aunque Aníbal Fernández se burló de Mauricio Macri por criticar la implementación de las reformas en inteligencia "antes de conocer el proyecto", oficialmente se había informado que el director y subdirector de la nueva agencia durarían cuatro años. El Gobierno dio a entender que será Cristina Kirchner quien designe al jefe de inteligencia del próximo presidente al imponérselo como herencia legal. Un verdadero disparate, verosímil, sin embargo, en la república matrimonial argentina. Desde hace varios meses, el kirchnerismo dedica parte del día a pergeñar la continuidad de funcionarios (también de agentes estatales propios) para cuando deje la Casa Rosada, dentro de 312 días.
Cuando se habla de saludable continuidad institucional, aclaremos, una cosa es que un presidente decida confirmar a funcionarios del gobierno anterior en premio a la idoneidad comprobada y otra es que el presidente saliente le enchufe al sucesor un funcionario clave, partidizado, con certificado legal de inamovible. Ejemplo de lo primero fue la decisión de Néstor Kirchner de conservar el ministro de Economía de Duhalde (Roberto Lavagna), artífice de la reactivación poscolapso. Esa clase de continuidad casi no se ha dado en sucesiones argentinas de signo político contrapuesto. Sólo hubo casos aislados de continuidad por ley en el Banco Central, los de Pedro Pou y Alfonso Prat-Gay, sin regularidad (Kirchner echó a Prat-Gay antes de que terminase el mandato de éste).
De lo segundo prácticamente no hay antecedentes, salvo que se llamen así los casos en gestación, desvelos de Cristina Kirchner por ser trascendida por su procuradora general de la Nación (el pronombre posesivo no es ocioso), su presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y su presidente del Banco Central, entre otros. La Constitución y las leyes organizaron esos cargos con permanencias desfasadas de los mandatos presidenciales en honor a la autonomía e independencia política que previeron para quienes los desempeñasen, pero el kirchnerismo verticalizó todo sin pudor alguno. Nombró a obedientes funcionarios que con o sin obsecuencia a la intemperie hacen, incluso dicen, lo que la Presidenta ordena.
Muchos pronosticadores aseguran que funcionarios formalmente independientes de camiseta explícita, como Alejandra Gils Carbó o Martín Sabbatella, deberán pensar en buscarse otros trabajos después del 10 de diciembre. Los candidatos presidenciales opositores dejaron saber que de una u otra forma piensan sacarse de encima a los cristinistas heredados, a quienes la protección legal -una paradoja de la profilaxis institucional- les sería insuficiente para supervivir. ¿Cómo los removerían? Mediante planteos judiciales, acción política, renovación ambiental o una combinación de presiones. En cuanto al candidato que escapa a la categoría de opositor y a la de kirchnerista, Daniel Scioli, él ya anticipó que con fe, con esperanza, con optimismo, se encargará del problema de los cargos con mandato extendido ocupados por cristinistas de fe.
Una buena noticia para el próximo presidente, pues, sería que la limpieza de la institucionalidad residual kirchnerista tenga una habitación menos para barrer, la del jefe de la inteligencia..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario