Gastos Militares en Latinoamérica

La política armamentista en el Cono Sur
Por Rosendo Fraga
Especial para lanacion.com

Martes 3 de noviembre de 2009


En un diálogo con periodistas y expertos en los temas de defensa, el Ministro de defensa de Francia, Hervé Morin, de visita en Buenos Aires en el marco de una gira por el Cono Sur, bosquejó un pormenorizado panorama de su tema encuadrándolo en los programas estratégicos de su país y vinculándolos con Argentina, Brasil y Chile.

El acuerdo firmado por Francia con Brasil para vender armamentos y tecnología por 12.000 millones de dólares, incluyendo la nuclear para los tres submarinos que proyecta este país, se justifica en función de que se trata de un actor cada vez más importante en la escena internacional, que comparte el enfoque francés de los asuntos mundiales y que además se ha caracterizado históricamente por su vocación pacífica. Se trata de un acuerdo estratégico global, en el cual se inserta el capítulo militar.

Respecto a Chile, las ventas de armamentos (cercanas a 2000 millones de dólares, que incluyen submarinos convencionales y helicópteros, entre otros equipos, se dan en un marco similar, aunque en este caso se trate de un país mediano que los adquiere en función de esta condición y no en función de la aspiración de ser potencia global, como sucede con Brasil.

Para la Argentina, Francia -que para los países de la región es una opción que permite cierta independencia de los Estados Unidos, pero sin despertar recelos, como sucede con las compras en Rusia-, tiene abiertas las mismas posibilidades. La cuestión es decidir qué hacer. Comprar, mejorar la capacidad operativa de armamentos adquiridos a Francia en otras épocas, mejorar el intercambio, desarrollos conjuntos en industria, cooperación triangular Francia-Brasil-Argentina, relaciones con Unasur, etc.

La visión francesa sobre la defensa es un punto de vista importante para los países del Cono Sur, que en este momento desarrollan sus planes con cierta independencia de Washington, y presenta la posibilidad de acceder a mejores niveles de tecnología.

La política de defensa francesa del gobierno de Nicolás Sarkozy busca ante todo enfrentar los riesgos que en materia de seguridad puede tener el país, entre los cuales está el terrorismo, los conflictos por la energía, el fundamentalismo islámico, la proliferación nuclear y los problemas derivados de la brecha entre el Norte y el Sur.

Estas amenazas deben enfrentarse en un teatro de operaciones que es el amplio escenario que comprende desde Mauritania en el Norte de Africa, hasta Afganistán- donde están desplegadas tropas en el marco de la operación de la OTAN- y que requiere un cambio de fondo en la estructura militar francesas.

Es que tras la caída del Muro, de la que se cumplen esta semana veinte años, Europa ha dejado de ser el teatro operaciones eventual más probable para Francia.

Capacidades. Para ello, se definen diversas capacidades que debe tener el sistema de defensa. La primera es poder anticipar los problemas y conflictos futuros y consiste en la actividad de inteligencia y análisis. La segunda, es poder disuadir a eventuales agresores de emprender acciones contra los intereses de Francia. La tercera, es la necesidad de poder proteger a la población francesa, tanto dentro como fuera del país. A ello se agrega la capacidad de emprender operaciones preventivas antes que un enemigo agreda cuando se tiene certeza de que ello sucederá.

El ámbito militar multilateral siempre será el elegido como prioridad, pero ello no impide operaciones regionales en el marco europeo y las que se determinen en función de la pertenencia a la OTAN. Pero todo ello no descarta la posibilidad de acciones unilaterales en un caso extremo que ello se haga necesario.

La nueva estructura militar francesa busca reducir el gasto en funcionamiento, para concentrarlo en equipamiento, buscando la calidad y no la cantidad.

Se busca una nueva estructura más pequeña, ágil y potente.

Frente a los riesgos más probables, definidos en el amplio escenario que va desde el Norte de África hasta el Lejano Oriente, se requiere aumentar la capacidad de proyección, es decir poder trasladar tropas, buques y aviones, a decenas de miles de kilómetros.

La restructuración también implica una reforma profunda de la actual estructura del Ministerio dando roles concretos en la ejecución y supervisión a los jefes de estado mayor de las tres fuerzas, los que trabajan en vinculación estrecha con el Ministro y su equipo.

Estos lineamientos han sido presentados en el último Libro Blanco de la Defensa de Francia, editado durante esta Presidencia y que sucede a la primera edición de comienzos de los años setenta y la segunda de mediados de los noventa.

* El autor es director del Centro de Estudios Unión para a Nueva Mayoría

La Nacion

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