Dictadura Militar en Argentina: ESMA: prisión perpetua para Astiz, Acosta, Pernías y Cavallo



Represión ilegal / Histórico fallo

ESMA: prisión perpetua para Astiz, Acosta, Pernías y Cavallo

En total fueron condenados 16 represores, por homicidios, secuestros, torturas y robo de bienes contra 86 personas; dos de los acusados fueron absueltos, aunque seguirán presos por otros cargos; festejos de agrupaciones de derechos humanos

Jueves 27 de octubre de 2011

En un fallo de extraordinario significado histórico, la justicia federal condenó ayer a prisión perpetua a los ex oficiales de la Armada Alfredo Astiz, Jorge "El Tigre" Acosta, Antonio Pernías y Ricardo Cavallo, y a otros ocho represores, por crímenes de lesa humanidad. Es la primera sentencia dictada en la Argentina contra el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó el centro clandestino de detención más emblemático de la última dictadura militar.
Las condenas del Tribunal Oral Federal 5, integrado por Daniel Obligado, Ricardo Farías y Germán Castelli, fueron por secuestros, torturas, homicidios y robos de bienes cometidos contra 86 personas. Dos de los acusados, Juan Carlos Rolón y Pablo García Velasco, fueron absueltos, pero seguirán en la cárcel mientras se sustancian otras causas. Otros cuatro fueron condenados a penas de entre 18 y 25 años de prisión.
El final del juicio, que había suscitado una enorme expectativa tanto en el país como en el exterior, desató en las puertas del tribunal el festejo de familiares de las víctimas y militantes de organismos de derechos humanos. La condena fue leída delante de los acusados, que se limitaron a escuchar.
El fallo alcanzó a 16 represores; en la Argentina, es el primero contra Astiz por sus violaciones de los derechos humanos, y condenó además casos de enorme repercusión, como los homicidios de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet; de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y del periodista y militante de Montoneros Rodolfo Walsh, que fue sorprendido por una patota el 25 de marzo de 1977 y llegó muerto a la ESMA. Las defensas se negaban a que fuera considerado un homicidio, basadas en que el fiscal de instrucción había encuadrado el hecho como un caso de privación ilegítima de la libertad. Algo similar sucedió con la muerte de María Cristina Lennie, que el 18 de mayo de 1977, rodeada por quienes intentaban secuestrarla, tomó cianuro líquido y murió. Su cuerpo fue llevado a la ESMA. Tenía 18 años. El tribunal condenó al ex militar Oscar Montes por homicidio, pese a que la defensa alegaba que debía interpretarse como un suicidio. Nunca había existido un condena semejante.
En su sentencia de ayer, el tribunal ordenó que se investigara a Ramón Arosa, el primer jefe de la Armada del gobierno de Raúl Alfonsín por su presunta participación en los hechos ocurridos en el ámbito del centro clandestino de detención montado en el Batallón de Infantería de Marina 3 de La Plata.
Otro dato novedoso de la sentencia es que los jueces declararon que casos de "persecución política" como los juzgados en este proceso deberían incluirse entre las causales de genocidio del derecho internacional (como son, por ejemplo, la persecución racial o religiosa). Para eso, le pidieron a la Corte Suprema que solicitara "a los demás poderes del Estado" la gestión de esta reforma.
La lista de condenados a prisión perpetua incluyó también a los ex militares Raúl Scheller, Jorge Radice, Alberto Eduardo González, Néstor Savio, Adolfo Donda y Julio César Coronel, y al ex policía Ernesto Weber. Pero, además, se dictaron penas de 25 años de prisión para Manuel García Tallada y Juan Carlos Fotea; de 20, para Carlos Capdevilla y de 18, para Juan Antonio Azic. Las condenas fueron más altas de lo que se preveía en la sala. Rolón y García Velazco fueron los únicos absueltos, pero ellos también seguirán presos: tienen otras causas abiertas en su contra.
Durante la lectura del veredicto, todos los acusados escucharon en silencio sus condenas en la sala de audiencias. Astiz miraba desafiante al tribunal y era el único que sonreía.
Se estima que entre 4500 y 5000 personas pasaron por la ESMA, donde las sesiones de tortura eran cruentas. Algunas fueron arrojadas al Río de la Plata en los llamados "vuelos de la muerte" y sus cuerpos se encontraron en la costa; pero muchas otras jamás volvieron a aparecer.
La de ayer fue una tarde muy tensa en los tribunales de Comodoro Py. La audiencia empezó dos horas después de lo anunciado y la sala estaba repleta de sobrevivientes, familiares de víctimas, miembros de organismos de derechos humanos y funcionarios. Pero también había, en una bandeja superior, familiares de los acusados. Algunos lloraban callados por las condenas, otros reivindicaban como "héroes" a sus parientes, cantaban el Himno y protestaban contra el tribunal, arengados por Cecilia Pando y la hermana de Astiz; todos intentaban que sus familiares, que llegaron esposados, miraran en algún momento hacia arriba para saludarlos.


Un multitud aguarda la lectura del veredicto.  Foto: Télam
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El juicio de ayer abarcó sólo una parte de los crímenes de la ESMA. En el juzgado federal a cargo de Sergio Torres siguen abiertos expedientes que investigan muchos otros hechos; por ejemplo, los vuelos de la muerte y el robo sistemático de bienes de detenidos por parte de una organización que habría integrado el hijo de Massera.
En su fallo, el tribunal ordenó que se sumaran a los casos bajo investigación denuncias de abusos sexuales y violaciones cometidas en la ESMA, así como presuntas torturas a niños a las que se hizo referencia durante el juicio oral. Carlos Lordkipanidse, sobreviviente, denunció que fue torturado frente a su hijo, que era entonces un bebe.
Los fundamentos del fallo serán dados a conocer por el tribunal el 26 de diciembre.

LAS CONDENAS


  • ALFREDO ASTIZ
    Ex Capitán de Fragata
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Fue agente de inteligencia de la Armada, conocido como el "Angel Rubio" o el "Angel de la Muerte". Se infiltró en Madres de Plaza de Mayo. Formó parte del Grupo de Tareas de la ESMA. Ya había sido condenado en ausencia en Francia por el crimen de las monjas Duquet y Domon.


  • JORGE EDUARDO ACOSTA
    Ex Capitán de Fragata
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Fue jefe de Inteligencia y jefe del Grupo de Tareas de la ESMA en la época en que funcionó el centro clandestino de detención.


  • RICARDO CAVALLO
    Ex Capitán de Corbeta
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Detenido en 2000 en México por orden del juez español Garzón y luego extraditado a la Argentina.


  • OSCAR ANTONIO MONTES
    Ex Contraalmirante
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Fue colaborador de Emilio Massera y llegó a ser canciller.


  • ANTONIO PERNIAS
    Ex Capitán de Fragata
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Fue uno de los que admitieron en el juicio la existencia de los "vuelos de la muerte".


  • JORGE RADICE
    Ex Teniente de Fragata
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Formó parte de los grupos de tareas de la ESMA y en otras causas está acusado de la apropiación de bienes de desaparecidos.


  • ADOLFO DONDA
    Ex Capitán de Fragata
    Sentencia:
    prisión perpetua
    Era oficial de inteligencia. Está acusado también de apropiación de menores.


  • RAUL SCHELLER
    Ex Agente de Inteligencia
    Sentencia:
    prisión perpetua


  • ALBERTO GONZALEZ
    Ex Capitán de Corbeta
    Sentencia:
    prisión perpetua


  • JULIO CESAR CORONEL
    Ex Teniente Coronel
    Sentencia:
    prisión perpetua


  • ERNESTO WEBER
    Ex Agente de Operaciones de la ESMA
    Sentencia:
    prisión perpetua


  • JUAN CARLOS FOTEA
    Ex Sargento de la Policía Federal
    Sentencia:
    25 años


  • MANUEL GARCIA TALLADA
    Ex Jefe de la ESMA
    Sentencia:
    25 años


  • NESTOR SAVIO
    Ex Teniente de Navío
    Sentencia:
    prisión perpetua


  • CARLOS CAPDEVILLA
    Ex Capitán de Corbeta
    Sentencia:
    20 años


  • JUAN ANTONIO AZIC
    Ex Ayudante Mayor de Prefectura
    Sentencia:
    18 años


  • JUAN CARLOS ROLON
    Oficial de Inteligencia
    Sentencia:
    absuelto


  • PABLO GARCIA VELASCO
    Oficial de Inteligencia
    Sentencia:
    absuelto

Cierre para un trágico capítulo

Por Fernando Laborda | LA NACION

Jueves 27 de octubre de 2011

Las condenas contra 16 miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad por graves violaciones de los derechos humanos, ocurridas en el centro de detención que funcionó en la Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura militar, han cerrado uno de los más oscuros capítulos del pasado trágico del país.
La sentencia emitida anoche por el Tribunal Oral Federal N° 5 tras un juicio iniciado hace dos años tiene una importancia tanto histórica como simbólica. Por los emblemáticos nombres de algunas de las víctimas, entre las que figuran el escritor y periodista Rodolfo Walsh; la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon. Y por las connotaciones que hay detrás de militares asociados con los más brutales excesos de la represión: los secuestros ilegales, las torturas, la desaparición forzada de personas y los vuelos de la muerte. La carga simbólica se extiende a un predio, como el de la ESMA, ubicado en plena Avenida del Libertador, en una zona densamente poblada y a pocas cuadras del estadio de River Plate. Por allí se estima que pasaron alrededor de 4500 detenidos, muchos de los cuales fueron arrojados al mar desde las aeronaves Electra de la aviación naval para borrar cualquier rastro de su cautiverio clandestino.
Ese sitio hoy ha sido convertido en un espacio para la memoria que, como el juicio concluido ayer, refleja sólo una parte -por cierto importante y conmovedora- de la violencia que asoló a la Argentina durante los años 70. Muestra cabalmente los terribles crímenes cometidos desde el Estado a partir del golpe militar de 1976. Pero no en igual medida los abusos parecidos en que incurrieron los gobiernos peronistas en los años previos, incluyendo la acción de la Triple A, ni los brutales asesinatos planificados y ejecutados por las organizaciones terroristas.
La sentencia conocida ayer nos retrotrae parcialmente a la época de Raúl Alfonsín, con algunas diferencias. En ese período se enjuició a las juntas militares y, en forma limitada, a los dirigentes de los grupos guerrilleros, entre ellos el líder de Montoneros, Mario Firmenich. Cuando los tribunales inferiores avanzaron en el enjuiciamiento de militares de menor jerarquía, se produjeron levantamientos castrenses, encabezados por los llamadas "carapintadas", que condujeron a Alfonsín a propiciar las leyes de punto final y obediencia debida, sancionadas por el Congreso. La extinción de las causas penales fue muy amplia y benefició también a los miembros de grupos terroristas. Más tarde, el presidente Carlos Menem, en aras de la pacificación nacional, dictó indultos, tanto para militares como para guerrilleros.
En 2003, Néstor Kirchner retomó la bandera de los derechos humanos y logró que el Congreso y la Justicia anularan las leyes de perdón y los indultos. Se esgrimió el principio de imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, pero sólo para quienes actuaron desde el Estado a partir de 1976. Así, hay hoy centenares de militares y policías con prisión preventiva sin condena, en algunos casos por plazos mayores que los que la ley admite.
Del mismo modo, prácticamente se ha cerrado la posibilidad de que los deudos de las víctimas inocentes de crímenes cometidos por grupos guerrilleros, incluso antes del golpe de 1976, puedan reclamar justicia. Familiares de militares en esas circunstancias, como el hijo del coronel Argentino del Valle Larrabure, luchan con denuedo para que se reabran las causas penales. Larrabure había sido secuestrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en agosto de 1974, durante la presidencia de Isabel Perón, y ahorcado por sus captores tras 372 días de cautiverio en los que fue torturado con pasajes de corriente eléctrica, una metodología similar a la aplicada en algunos centros de detención clandestinos de la dictadura militar.
Esas personas plantean que el hecho de que los tribunales consideren prescriptos los crímenes cometidos por grupos terroristas mientras avanzan causas judiciales contra militares implica una discriminación. Se basan en el supuesto de la universalidad de los derechos humanos y en que no puede existir un derecho a la vida a medias ni vidas de primera o de segunda clase.
La ejemplar condena conocida ayer por acciones vinculadas con el terrorismo de Estado lleva luz sobre una parte de los oscuros hechos de los años 70. Dista, sin embargo, de cerrar todas las heridas y de avanzar hacia una reconciliación que sólo se dará cuando se asuma nuestro pasado trágico de manera integral.




Tensión, gritos y festejos

Astiz se puso una escarapela; asistieron familiares de las monjas francesas y de los represores
Por Hernán Cappiello  | LA NACION

Alfredo Astiz se puso una escarapela argentina redonda, le sacó una mota de polvo invisible y, con una sonrisa socarrona, escuchó cómo lo condenaban a prisión perpetua por los crímenes de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y por el homicidio de Rodolfo Walsh. Y también por otra decena de asesinatos, secuestros y torturas.
No dejó de sonreír, aun cuando al finalizar el juicio se sacó la escarapela y la levantó con las manos esposadas, ofreciéndola a los familiares y amigos de los represores que asistieron a la lectura del fallo, desde la bandeja alta de la sala de audiencias en los tribunales de Comodoro Py 2002. Ellos gritaban, insultaban a los jueces, arrojaron papelitos con los colores argentinos desde el pullman hacia abajo, donde estaban los jueces, los abogados, los fiscales y los acusados.
Mientras Astiz sonreía con los labios apretados, en la planta baja de la sala, del otro lado de un vidrio blindado, un centenar de familiares de las 5000 víctimas que pasaron por la ESMA, la mayoría de ellas aún desaparecidas, lo insultaban y silbaban.
En la planta alta protestaban, algunos lloraban en silencio, otros se agarraban las manos y la mayoría buscaba convertir la lectura del fallo en un acto de reivindicación política. En la planta baja, otros familiares y sobrevivientes de la ESMA escuchaban la lectura de cada una de las condenas, esperando que le llegara el turno al represor que acabó con la vida de su pariente.
En la tercera fila sobresalía una monja de hábito azul que sólo hablaba en francés. Sor Genoveba no entendió una sola palabra de la lectura de más de una hora que hizo el juez Daniel Obligado, pero sí escuchó cada vez que pronunciaban el nombre de su tía, la monja Duquet, y quienes la habían asesinado. A su lado también estaban dos sobrinas nietas de la religiosa asesinada, todas recién llegadas de Francia para escuchar el fallo. Las acompañó Jean-Pierre Asvazadourian, embajador de Francia, país que fue un gran impulsor de esta causa, pidió cinco veces la extradición de Astiz y lo condenó en ausencia a 20 años, en la década del 90.
En la primera fila se contaban 9 pañuelos blancos de Abuelas de Plaza de Mayo. Estela Carlotto estaba sentada al otro lado del blindex, cerca de los fiscales Mirna Goransky y Pablo Ouviña. También allí junto a los querellantes se ubicaron Nora Cortiñas, de la Línea Fundadora de Madres, y víctimas de la ESMA, como Miriam Lewin y Carlos Lordkipanidse.
En la primera fila se apretujaban el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y el sindicalista Julio Piumato.
Cada vez que se leía una condena a prisión perpetua a uno de los acusados, en la planta baja invadía un rumor de aprobación. En la planta alta, en cambio, había un murmullo de desaprobación o solo silencio.
Se indignaron cuando los fotógrafos retrataron a los condenados. "Es un circo", protestaba la hermana de Astiz con un cartel colgado al cuello del coronel Argentino del Valle Larrabure, asesinado por el ERP, mientras Cecilia Pando se quejaba: "Es una falta de respeto".
El ruido fue tal que el presidente del tribunal, Daniel Obligado, tuvo que llamar la atención dos veces a los familiares de los condenados que estaban en la bandeja de arriba y los amenazó con desalojarlos. Abajo se cuidaban y cada vez que alguno silbaba, los demás lo llamaban a silencio para que no los echaran.
Cuando el juez Obligado dijo "el juicio ha terminado", estallaron en un aplauso, cerrado, fuerte, intenso. Algunos se tomaron el rostro, llorando, otros festejaban. Desde la bandeja alta les contestaban "Terroristas", "Váyanse a Cuba", mientras Pando agitaba un afiche con fotos de funcionarios que decía "Ayer terroristas, hoy en el Gobierno". Luego lo hizo papel picado y lo tiró sobre los condenados, mientras se los llevaban nuevamente detenidos a cumplir sus condenas a perpetuidad.
Abajo, del otro lado del blindex, mientras esposaban a los condenados, los querellantes y sobrevivientes, les gritaban a la cara: "Asesinos" y otros cantaban: "¡Como a los nazis te va a pasar, adonde vayas los iremos a buscar!


Un juicio que construye verdad



Al dar su veredicto en la causa de la ESMA, el Tribunal Oral Federal N° 5 aplicó distintas penas, absolvió, incluso, a dos procesados, y solicitó al Poder Ejecutivo que gestionara ante los organismos internacionales la inclusión de la "persecución política" como causal de genocidio, en los términos de la Convención para prevenir y sancionar el crimen de genocidio de 1948. También dispuso la investigación autónoma de los crímenes contra la integridad sexual ocurridos allí.
El fallo es muy importante, porque supone la aplicación de la justicia, que cada uno se haga cargo de su conducta, en procesos justos y equitativos conducidos por los jueces de la Constitución. Y tiene un insoslayable valor para la construcción de la verdad y el afianzamiento de la democracia.
En esta causa se procesó a miembros de la Armada Argentina que, procediendo bajo el comando unificado de las Fuerzas Armadas, ejecutaron un plan criminal y sistemático de represión de la subversión. Todos actuaron con prescindencia del derecho. En la Argentina del Proceso de Reorganización Nacional, las leyes indicaban una cosa y la realidad transcurría en un andarivel paralelo; nunca se encontraba con la ley. Así, aunque la pena de muerte estaba vigente, ningún juez la decretó. En los hechos, miles de personas fueron desaparecidas, ejecutadas, torturadas, privadas de sus hijos y de sus bienes. La ESMA es el paradigma del centro clandestino de represión.
Este juicio construye verdad. La verdad de las pruebas, la que surge de los dichos de las víctimas, de sus familias, de otros testigos y de las defensas de los procesados. Una verdad necesaria para la buena salud democrática. Una verdad que es un derecho de las víctimas y de todo el pueblo argentino.
La verdad que construyeron el informe de la Conadep y el juicio a los comandantes fue tan importante que las medidas posteriores que sustrajeron del actuar de los jueces hechos como éstos no permitieron abandonar el camino. El esfuerzo de familiares y organismos de derechos humanos, la madurez constitucional y política que adquirió la sociedad, la creatividad expresada en los juicios de la verdad, y las decisiones de los jueces lograron la inconstitucionalidad de todas las medidas que impedían la acción de la Justicia. El valor simbólico de este veredicto excede los límites de la causa. Ninguno de los procesados ignoraba que su conducta y sus actos eran ilegales. Ellos creyeron la promesa de la impunidad eterna. Esa no tiene protección constitucional.
La autora es decana de la Facultad de Derecho de la UBA .





Centro de torturas y base del poder político de Massera

Unos 5000 detenidos pasaron por la ESMA, entre 1976 y 1979, y el 90% no salió con vida

Creada en 1924 para promover la instrucción de los estudiantes de la Marina, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) pasó a la historia por convertirse en uno de los centros clandestinos de detención más emblemáticos de la dictadura militar. Allí asentó su poder el ex almirante Emilio Eduardo Masera durante el traumático período 1976-1983, en el que las aulas funcionaban y convivían con los signos más crueles del terror y de la represión.
El edificio se alza sobre la Avenida del Libertador al 8100, a metros de la avenida General Paz y cerca de la cancha de River, donde se jugó la final del Mundial 78.
Por esa cárcel clandestina pasaron unos 5000 detenidos entre 1976 y 1979 y se estima que el 90% de ellos no pudo salir con vida. Recuperada la democracia, con el avance de los juicios y los aportes de testigos y sobrevivientes se reconstruyó parte de su trágica historia.
El informe Nunca Más, de la Conadep, describió que el lugar "no sólo era un centro clandestino de detención donde se aplicaban tormentos, sino que funcionaba como el eje operativo de una compleja organización que incluso posiblemente pretendió ocultar con el exterminio de sus víctimas los delitos que cometía".
La separación de funciones que tras el golpe militar del 24 de marzo hicieron el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea bastaba para que Massera se sintiera amo y señor de todo lo que ocurriera dentro del predio.
El propio Massera formó el centro de operaciones de los Grupos de Tareas bautizados como 3.3.3 y 3.3.2 e integrado, entre otros, por Rubén Jacinto Chamorro, Jorge "El Tigre" Acosta, Alfredo Astiz, Ricardo Miguel Cavallo y Adolfo Scilingo. Según varios testimonios, el entonces jefe de la Armada arengaba a los oficiales que salían en busca de prisioneros.
Entre las víctimas que pasaron por la ESMA se recuerda a Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo; las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, y el periodista Rodolfo Walsh.
El Grupo de Tareas 3.3.2 funcionó en el casino de oficiales, convertido en un espacio central de alojamiento y tortura de los secuestrados. Los detenidos eran ubicados en el tercer piso, que pasó a llamarse "capucha". Además, se utilizaban el altillo ("capuchita") y el sótano. Muchos partieron de allí dormidos por somníferos para ser subidos a aviones navales y arrojados al Río de la Plata, en los "vuelos de la muerte" denunciados por el capitán Scilingo. El grupo clandestino 3.3.3 estaba a cargo del servicio de inteligencia naval.
En un sector del tercer piso se guardaba el botín de los saqueos de las casas de las personas secuestradas. Y en distintos rincones del edificio había salas destinadas a los interrogatorios y las torturas.
También funcionaba una maternidad clandestina, donde nacieron muchos hijos de desaparecidos -Juan Cabandié y Victoria Donda, entre ellos- y se adulteraban los documentos de identidad.
La escuela fue cerrada en los años 80 por Raúl Alfonsín. Néstor Kirchner la convirtió en museo para documentar el terrorismo de Estado y recordar la represión, y desde 2004 la ex ESMA es sede del Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.
EN VOZ ALTA
"Nunca más. ¡Memoria, verdad y justicia para que los argentinos podamos vivir reconciliados en paz!"
SERGIO BERGMAN. Legislador de PRO
"Las sentencias en la causa de la ESMA cierran un camino iniciado por [Raúl] Alfonsín en el año 1983"
LEOPOLDO MOREAU. Ex Diputado de la UCR




Cuál es la diferencia entre la condena a prisión perpetua y a 25 años

Aunque ambas equivalen a la misma cantidad de años, los tiempos de reclusión efectiva pueden ser distintos
Por Sol Amaya  | LA NACION


Ayer, en un fallo histórico, la Justicia argentina estableció penas de entre 18 y 25 años de prisión para represores de la última dictadura.
En algunos casos hizo diferencia entre la condena a prisión perpetua, que en la Argentina alcanza los 25 años como máximo, y la condena expresamente a 25 años de prisión. ¿Cuál es la diferencia? Lo que las distingue fundamentalmente es el tiempo de pena que debe cumplir el condenado para poder intentar acceder al beneficio de la libertad condicional.
Según lo que establece el artículo 13 del Código Penal, podrá obtener la libertad por resolución judicial "el condenado a reclusión o prisión perpetua que hubiere cumplido veinte años de condena, el condenado a reclusión temporal o a prisión por más de tres años que hubiere cumplido los dos tercios de su condena y el condenado a reclusión o prisión, por tres años o menos, que por lo menos hubiese cumplido un año de reclusión u ocho meses de prisión".
Es decir, quien fue condenado, por ejemplo, como ocurrió ayer, a 25 años, tiene la posibilidad de pedir la condicional a los dos tercios de la pena. En cambio, quien recibió una condena a perpetua, deberá esperar hasta los 20 años.
De todos modos el acceso a dicho beneficio depende de que cumpla los requisitos establecidos por el código, que son los siguientes:

  • Residir en el lugar que determine el auto de soltura;


  • Observar las reglas de inspección que fije el mismo auto, especialmente la obligación de abstenerse de bebidas alcohólicas;


  • Adoptar en el plazo que el auto determine, oficio, arte, industria o profesión, si no tuviere medios propios de subsistencia;


  • No cometer nuevos delitos;


  • Someterse al cuidado de un patronato, indicado por las autoridades competentes.

El CP determina que estas condiciones que permiten mantener la libertad condicional una vez que se accede a ella, "regirán hasta el vencimiento de los términos de las penas temporales" y en el caso de las perpetuas, hasta cinco años, ya que 25 años es la pena máxima en la Argentina.

Inhabilitación absoluta

Otro aspecto de las condenas en la causa ESMA son las imposiciones de "inhabilitación absoluta" además de la pena de prisión.
Esto implica, según el artículo 19 del CP:

  • La privación del empleo o cargo público que ejercía el penado aunque provenga de elección popular;


  • La privación del derecho electoral;


  • La incapacidad para obtener cargos, empleos y comisiones públicas;


  • La suspensión del goce de toda jubilación, pensión o retiro, civil o militar, cuyo importe será percibido por los parientes que tengan derecho a pensión.

El artículo siguiente establece que el condenado a inhabilitación absoluta "puede ser restituido al uso y goce de los derechos y capacidades de que fue privado, si se ha comportado correctamente durante la mitad de plazo de aquélla, o durante diez años cuando la pena fuera perpetua, y ha reparado los daños en la medida de lo posible"




ESMA, Kirchner y Bottinelli, protagonistas de primera plana

Por Pablo Sirvén | LA NACION


Hoy, como es lógico, la mayoría de los matutinos dedican gran espacio en sus portadas a las sentencias en la megacausa ESMA. Las coberturas no son tan diferentes entre diarios de muy confrontadas líneas editoriales y la palabra "perpetua" está presente en todos los títulos y, en el caso de Página 12, es el único término que utiliza en su titular.


. Extrañó, por el contrario, que ayer la TV Pública prefiriera emitir un partido de fútbol en vez de las instancias de esta sentencia trascendental e histórica, que transmitían en ese momento varios canales.
. Por cantidad de centimetraje, La Nación es el diario que más despliegue le brinda a esa noticia en tapa: 2/3 de su primera página, título a seis columnas, en dos líneas, ilustrada con fotos de los represores y los festejos de víctimas y militantes de derechos humanos.
. En su columna, que arranca en la portada, Fernando Laborda destaca la "importancia tanto histórica como simbólica" del juicio y agrega que "la ejemplar condena conocida ayer por acciones vinculadas con el terrorismo de Estado lleva luz sobre una parte de los oscuros hechos de los años 70. Dista, sin embargo, de cerrar todas las heridas y de avanzar hacia una reconciliación que sólo se dará cuando se asuma nuestro pasado trágico de manera integral".
. Daniel Santoro, desde Clarín, en un párrafo, da la dimensión del horror vivido y cuyos protagonistas acaban de ser condenados: "Por el centro clandestino de detención de la ESMA pasaron casi 5 mil detenidos y sólo sobrevivieron unos cien. Fue una máquina de matar diseñada por Emilio Massera que obligaba a todos los oficiales a participar de las tareas de exterminio".
. Victoria Ginzberg, en Página 12, opina que la ESMA "se convirtió tempranamente en el símbolo del sistema acabado del horror del terrorismo de Estado". Tiempo Argentino apunta en su portada que "luego de dos años de proceso oral y público, a más de tres décadas de cometidos los crímenes, la justicia condenó a los asesinos de Rodolfo Walsh, Azucena Villaflor y las monjas francesas, entre otras víctimas".
. Salvo La Razón, Muy, Libre y La Nación (que le da casi dos páginas al tema en el interior de su edición), todos los demás matutinos recuerdan en tapa el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner y/o anuncian los homenajes para hoy.
. El que más despliegue le da es Tiempo Argentino con gran focal en tapa, donde se ve al ex presidente y a su alter ego, el Nestornauta, imagen que comenzó a difundirse en los últimos días de su vida y que se convirtió en un verdadero icono de la militancia juvenil K.
. Suma a eso un suplemento de 50 páginas, titulado "Compañero", lleno de columnas de periodistas y, fundamentalmente, de funcionarios. Tanto en dicho especial, como en el resto de la edición, hay abundantes avisos de adhesión de reparticiones públicas y sindicatos, entre otros. Idem, en Crónica.
. Página 12 publica su propio suplemento de 24 páginas con dibujo de Daniel Paz en tapa y notas de los periodistas de ese periódico y destacadas firmas de Carta Abierta, entre otras.
. Los diarios económicos no ponen en primer plano ni las sentencias a los represores de la ESMA ni la evocación a Kirchner. Tanto El Cronista, como BAE y Ambito Financiero dan la mayor relevancia a que "obligan a más empresas a traer dólares al país", como señala el último, en tanto el primero editorializa al respecto en su título principal que "Cristina apuesta por más intervencionismo", en tanto BAE lo interpreta como un acto de soberanía ("Estratégico cerrojo oficial contra la fuga de capitales").
. Página 12, por su parte, celebra que al obligar a mineras y petroleras a liquidar en el mercado local todos los dólares que obtienen de la exportación, hay "un privilegio menos".
. Esta medida es el "tema del día" para Clarín, consigue una foto en la primera página de La Nación y ocupa la portada de su suplemento económico. Optimista, Tiempo subraya que "ingresarán al país más de U$S 3000 millones por liquidación de divisas".
. El ataque de barrabravas a Jonathan Bottinelli, uno de los jugadores de San Lorenzo, es apertura de Diario Popular, Muy, Crónica y Olé y título secundario en varios diarios más.
. Libre, que había advertido la ausencia de Florencia Peña en los festejos oficialistas del domingo por el triunfo electoral, hoy le dedica su tapa ("Flor Peña en krisis"), informa que "termina su serie en la TV Pública con bajo rating y miles de internas" y que su hermana habría cobrado cinco mil pesos para hacer la torta que se sirvió en el lanzamiento de la fallida Sr. y Sra. Camas. 





Gobierno de Kirchner: Cristina gana elecciones presidenciales con el 53%

Nunca tanto poder y jamás tan concentrado

Por Claudio Jacquelin


Cristina Kirchner acaba de batir varios récords con su triunfo.

De los tres presidentes argentinos que obtuvieron la reelección, es la única mujer; su fuerza política es la primera en ser elegida para gobernar el país en tres períodos consecutivos, y es la presidenta electa que más diferencia le sacó al segundo candidato más votado desde 1983.

Hay más, pero no hace falta enumerarlo. Cristina Kirchner es desde hoy la jefa del Estado más poderosa de la historia argentina. No sólo nunca nadie logró tanto poder, sino que jamás estuvo tan concentrado en una sola persona. Veamos:

Cristina tiene asegurado el control total del Congreso y no hay una oposición articulada que represente una porción significativa del electorado que no la votó o que haya salido indemne de la fenomenal paliza electoral recibida.

Tampoco existen factores de poder o grupos de presión -económicos, sindicales, eclesiásticos, militares- que se le opongan o que estén en condiciones de fijarle algún límite real, como tantas veces ha ocurrido.

No depende de un partido político en condiciones de imponerle o vetarle políticas ni personas. Tampoco que pueda sentirse acreedor ni siquiera de una pizca de todo ese poder.

No hay, ni asoma la posibilidad de formarse, una liga de gobernadores que pueda fijarle condiciones o instalarle reclamos. Casi todos los mandatarios provinciales le son afines, pero, sobre todo, son deudores de su popularidad y son, especialmente, dependientes de la caja del Estado nacional.

Hasta desaparecieron también los vestigios de cualquier coalición de caciques del conurbano en condiciones de rebelarse.

Pero no sólo no hay actores políticos que puedan impedirle a Cristina llevar adelante cualquiera de sus decisiones. Lo excepcional del escenario que acaba de abrirse hoy es que semejante acumulación se da en un grado de concentración en una sola persona del que no hay precedente.

Ni Perón ni Menem se encontraron con tanta libertad de movimiento. Hasta los presidentes de facto debían tributar al todopoderoso partido militar y pactar con sus distintas fuerzas y ramas internas.

Alrededor de Cristina no hay siquiera consejeros ni ministros que puedan torcer rumbos ya fijados en soledad.

Como si estos elementos no fueran suficientes para que la Presidenta celebre, puede agregarse que todo este poder alcanzado es en parte consecuencia de las batallas culturales que ha dado.

La ausencia de frenos y contrapesos o la fragilidad de la división de poderes no son demandas de la hora. Esas son preocupaciones del republicanismo liberal.

Y no se trata sólo de una mirada dominada por el pragmatismo político, basado en el legítimo y arrasador triunfo democrático que Cristina ha logrado por segunda vez consecutiva.

El populismo, que reivindica este tipo de liderazgo y formas de ejercer el poder, tiene basamento teórico y cuenta hoy en la Argentina con un creciente número de cultores en el ámbito intelectual y académico, arraigo en casas de estudio y predicamento sobre numerosos formadores de opinión.

Con el triunfo de Cristina termina por legitimarse, y para una buena mayoría ya no es más una categoría maldita de la política o una desviación del ejercicio del poder. El populismo es, para sus defensores y difusores, la forma más genuina de la democracia, el modo más adecuado para representar el interés popular y la herramienta más eficaz para satisfacer las demandas del pueblo.

Que el kirchnerismo haya logrado tanto poder y que el poder esté tan concentrado en una sola persona es el mayor triunfo al que podían aspirar.

También es su prueba de fuego: ahora todo depende sólo de ella y de su capacidad para administrar los desafíos y las contingencias que sobrevendrán.

© La Nacion

Chinos en Argentina

Los chinos en la Argentina, más allá del supermercado


LA NACION se sumergió en la vida íntima de una comunidad atípica


Por Franco Varise




Lunes 10 de octubre de 2011



En la provincia china de Fujián prácticamente sólo hay niños y viejos. El resto vive en el exterior, y una buena parte de ellos, en la Argentina. Lejos de la superpotencia cuyo desarrollo asombra al mundo y que, según los expertos económicos, será la dueña del siglo XXI, la aventura argentina que emprendieron más de 100.000 chinos continentales -el 80%, originarios de Fujián- encierra mitos y prejuicios, una cultura milenaria, mucho sacrificio y supersticiones. Una dura vida de inmigrantes, con privaciones y sueños modestos, entre góndolas de supermercados "argenchinos" -abren a razón de 20 por mes y ya son más de 10.000- y exóticas cocinas humeantes.

LA NACION se sumergió en la vida cotidiana de esta particular colectividad que, más allá de las dificultades idiomáticas, prefiere el silencio, y, tras vencer no pocas reticencias, logró develar códigos y secretos de un grupo inmigratorio que sólo en el último año desaceleró su crecimiento.

La ciudad de Buenos Aires y el conurbano son la meca de esa inmigración. Hay un súper chino cada cuatro cuadras, en promedio. Y en ellos no se habla nada o casi nada de español ("sí" o "no", como mucho). La proeza comercial demuele, de todos modos, la enorme muralla idiomática. "Nosotros nos movemos bien en el ámbito comercial, pero cuando pasamos de ese espacio, fuimos..., nos cuesta mucho", cuenta Zheng Jicong, aquí llamado "Oscar", que aprendió el idioma luego de dos años de tomar clases. Llegó al país en 1992. Su padre y su madre lo trajeron a la Argentina, junto con sus hermanos, para probar suerte y abrir un restaurante en Once.

Zheng miraba la televisión en su nuevo hogar porteño. Justo daban la entrega de los premios Oscar. Decidió entonces llamarse Oscar, a secas. Simple y complejo a la vez. Es que lo primero que hace un inmigrante chino cuando llega al país es "bautizarse". Muchos eligen llamarse Juan (similar a Huang) o Martín (por el "tín", similar al "chin"), y entre las mujeres, Luisa (por Liu).

En la provincia de Fujián, explica, tradicionalmente las familias emigran hacia algún lugar del planeta que facilite documentación. Estados Unidos fue el horizonte por muchos años. Pero se agotó. La Argentina apareció como opción hace unos 20 años. Al principio de 2000, los chinos conseguían un documento argentino (que les permitía obtener el visado para viajar por el mundo) en tres o seis meses como máximo. Pero eso cambió: hoy demoran entre seis y dos años, lo cual provocó un desaceleración de la inmigración.

"Las grandes oleadas de inmigrantes chinos a la Argentina fueron en la década del 90. Hoy como China está dando más posibilidades a su gente podemos hablar de una desaceleración de esta inmigración desde 2009 hacia adelante. Y al crecer el mercado interno de consumo en China necesitan que el extranjero provea servicios allá que ellos no tienen. Por eso ahora latinoamericanos, europeos y hasta africanos se están radicando allá", dijo a LA NACION el director de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio, Miguel Angel Calvete.

"¿Si nos da plata el gobierno chino para venir acá? ¡Ojalá! Eso es un mito. Cualquier negocio fuera de china es considerado extranjero", explica Oscar.

Un supermercado de 200 o 300 metros cuadrados se trabaja entre varias familias. Los ciudadanos chinos que acaban de llegar son adoptados en el negocio "familiar", primero como repositores; luego, ascienden a la caja y, si juntan dinero, abren su propio emprendimiento.

Los que apenas bajaron del avión, en general, viven discretamente en el mismo lugar donde trabajan: en el piso de arriba o en el sótano de un supermercado, a veces, hacinados. "Los chinos acá nos ganamos la vida con sudor y sangre [por la inseguridad]; la jornada de trabajo es de ocho horas, pero nosotros no paramos porque siempre hay más por hacer", cuenta Oscar.

Aquí hay que explicar ciertas cosas. La comunidad china no comulga con los valores universales individuales de Occidente. La concepción de la vida es absolutamente colectiva. Trabajo y ahorro son la base cultural. El resto (diversión, vacaciones) no está en el menú de un trabajador chino medio. Sólo el casino, de a ratos, los congrega, y allí también tienen sus propios códigos. El 6, el 8 y el 9 son sus números predilectos; en cambio, jamás apostarán por el 4, cuya pronunciación en chino coincide con la palabra "muerte".

* * *

"Vos plantás una semilla, dejás que crezca el árbol para que todos tus hijos y nietos descansen cobijados y cubiertos del sol." Y estos árboles tienen que ser bien grandes porque son muchos. "La plata se ahorra para nuestros descendientes, para otros negocios... Ojo: a los chinos de acá nos gustaría que nuestros hijos fueran profesionales también, pero eso va a llegar con las próximas generaciones", dice Oscar.

Una de las incógnitas usuales es ¿a dónde van los chinos de vacaciones? En Mar del Plata u otros puntos de la costa no suele vérselos, por ejemplo. Oscar devela este asunto. "Muy pocos vamos de vacaciones dentro de la Argentina, porque ahorramos para irnos a China. Además, cuando uno va allá, tiene que llevar mucha plata porque la costumbre es mostrar lo bien que nos va afuera y hay que pagar todo", aclaró.

Oscar empieza a recordar cuando llegó a la Argentina. Como mozo del restaurante familiar, cuando tenía 18 años, conoció a Raquel, su mujer. "Era una chica linda y tímida que venía de Perú, mi padre se ponía celoso porque cuando terminábamos el servicio, yo le cocinaba a ella", recuerda hoy, ya con 35 años y dos hijos: Jack, de 12 años, y Kevin, de 7. Ambos niños estudian en un colegio de la comunidad judía. "Soy chino, me casé con una peruana y mando a los chicos a un colegio judío, ja", bromea con un tono bien porteño. Su vida familiar es como la de cualquiera. "Con mi mujer siempre tuvimos choques de cultura porque yo digo que los chicos tienen que estudiar, y ella es más permisiva; o que el hombre es el que trabaja y la mujer está en la casa. O por ejemplo, discutimos sobre si la comida peruana es china o al revés", relata.

Es curioso. Uno de los momentos más emotivos de la peor crisis económica argentina, en 2001, fue protagonizado por un inmigrante chino. Wang Zhao-He no paraba de llorar ante la cámara tras sufrir el saqueo de su comercio. Su cara desencajada por el llanto dio la vuelta al mundo aquel diciembre de hace diez años. Y los argentinos lloraron con él. "La Argentina es un país muy generoso, ustedes no se dan cuenta; hay oportunidades para todos y saber aprovecharlas es tu problema. Nosotros crecemos gracias a nuestra cultura del trabajo y del ahorro; eso lo contagiamos a los que trabajan con nosotros, como los bolivianos, que están en la verdulería, o los argentinos, de la carnicería", sostiene.

Precisamente, una de las características de los mercados "argenchinos" es la división cultural de las actividades. Subalquilan la verdulería generalmente a un boliviano o peruano y la carnicería, a un argentino. "Llamamos a los expertos en cada rubro. A esa combinación -explica Oscar- llegamos después de mucho ensayo y error. Todos la adoptamos porque es la mejor manera: si no sabés hablar el idioma, menos todavía vas a entender de un corte de carne... ¿O no?" Y sí. Oscar es puro pragmatismo. No hay doble sentido en nada de lo que dice. "El subalquiler representa buena parte de los costos del espacio y se pauta un pago diario; todos salimos ganando", agrega.

Consultado acerca de si volvería a China, Oscar medita. Luego toma un papel y escribe: "Luo Ye Gui Gen" ("Las hojas que caen al suelo regresan a la raíz"). Esa es la matriz en la que todo se mueve. Ir y volver, y partir otra vez.

EN NÚMEROS

20
supermercados por mes
Es el promedio de apertura de locales nuevos por parte de ciudadanos chinos en el país.

14.553
radicaciones permanentes
Son las registradas desde 2004 hasta el segundo cuatrimestre de 2011. Corresponden mayormente a familias nuevas y a reagrupamientos.

11.475
radicaciones temporales
Concedidas desde 2004. Con fines laborales, tanto para trabajar en comercios ya instalados como en empresas de capitales chinos recientemente radicadas en el país


La Nación

Gobierno de Kirchner: Promoción de la instrustria electrónica en el sur

La revolución de los plasmas


La ley que impulsa la industria tecnológica transformó la vida en la isla, que vive una fiesta de consumo; amplio apoyo a la Presidenta


Por Gabriel Sued 




Miércoles 12 de octubre de 2011




RIO GRANDE, Tierra del Fuego.- A lo largo de 14 líneas de montaje ubicadas en paralelo, unos 400 operarios vestidos con delantal azul trabajan sin pausa sobre paneles de LCD a medio armar. Parados siempre en el mismo lugar, pero moviendo las manos a gran velocidad, agregan diferentes piezas en los equipos que pasan frente a sus puestos y que se van completando a medida que avanzan sobre las cintas. Todos se mueven casi al mismo tiempo, como si formaran parte de una coreografía multitudinaria.

En el centro de la línea número 2 está Jorge Medina, un formoseño que hace tres años reparaba alambrados en El Colorado, su pueblo natal. Nunca había visto un televisor por adentro. Hoy ajusta, casi sin mirar, racimos de cables delgados que, explica, "se usan para conectar la placa main con la fuente de cada equipo". Su llegada a la isla, en enero de 2009, le cambió la vida. Y por eso está agradecido con la Presidenta. "Ella nos dio la posibilidad de estar en este lugar", dice "Formosa", como lo llaman sus colegas.

No es el único que experimentó grandes cambios en esta ciudad, de 76.000 habitantes, ubicada en el extremo norte de la isla, a orillas de las aguas heladas del Mar Argentino. Desde la sanción, en diciembre de 2008, de la ley que impulsa la fabricación de productos tecnológicos en la provincia, se modificó por completo el ritmo de la localidad, sede del mayor parque industrial de la isla. En menos de tres años, la industria electrónica pasó de 3400 empleados a más de 12.000, muchos de ellos llegados de otras provincias. El consumo alcanzó niveles desconocidos, se disparó la cantidad de comercios, despegó el turismo y la pobreza se redujo a menos de la mitad, según cifras oficiales.

Claro. "Formosa" tampoco es el único en esta ciudad que está agradecido con Cristina Kirchner. En las elecciones primarias, la Presidenta se impuso con el 66,3 por ciento de los votos, cuatro puntos más que en el total de la provincia y tres por encima que en la vecina Río Gallegos, la tierra de Néstor Kirchner. Una recorrida por la ciudad da la impresión que la Presidenta es la única candidata que sigue en campaña. Los opositores no figuran en ninguno de los afiches que ocupan paredones y postes de alumbrado público. Sólo se ve, una y otra vez, la cara sonriente de Cristina Kirchner.

"La ciudad está en uno de sus momentos más florecientes. Hoy en día, pese al frío, hay mucho más movimiento en la calle, concentración de vehículos y gente en los negocios", dice Diego Navarro, empresario inmobiliario y dirigente de la Cámara de Comercio de Río Grande.

Coincide con él Jorge Méndez, subgerente de planta de BGH, la firma más grande del parque industrial. "El día 3 la gente tiene depositado su sueldo y sale a gastarlo. Nunca hubo tanta euforia de consumo", dice, delante de un brazo mecánico que inserta a toda velocidad piezas diminutas en placas de netbooks. Oriundo de Bahía Blanca, Méndez llegó a esta ciudad en la anterior oleada inmigratoria, atraída por la ley de promoción industrial, de 1972. El objetivo era poblar de argentinos la isla, entonces habitada por muchos chilenos. La actividad tuvo su auge en los 80, pero muchas fábricas cerraron en los 90 por los efectos de la apertura económica.

En una recorrida por la planta, Méndez cuenta que en los últimos dos años pasaron de 800 empleados a 2800 y que sólo en los últimos 12 meses triplicaron la producción de celulares. En 2008, en la provincia se fabricaba el 2 por ciento de los móviles que se consumían en el país. Hoy se abastece el 73 por ciento del mercado nacional; la cifra crece al 83 por ciento en monitores, al 94 por ciento en televisores y al ciento por ciento en acondicionadores de aire.

A pocos metros de allí, un ejército de 50 mujeres con cofia y delantal blancos prueba una partida de netbooks con la que la planta debe completar la entrega de 212.000 equipos al gobierno nacional.

Alrededor de la fábrica, las calles están atestadas de autos. Los coches, que superan en esta ciudad a los votantes, están estacionados en doble y hasta en triple fila. Las calles interiores del parque industrial, de unas 20 manzanas, son de tierra. A unos kilómetros de allí, en dirección al centro de la ciudad, un monumento de un pescado sonriente, de cinco metros de ancho, recuerda que Río Grande es la "capital internacional de la trucha". Ese era uno de los pocos datos que conocía cuando llegó a la ciudad el intendente electo y actual secretario de Producción, Gustavo Melella. Vino como hermano de la misión salesiana. Pensaba quedarse dos años, pero se quedó y de a poco se fue metiendo en política. Sucederá al radical Jorge Martín, que termina su tercer mandato en el municipio.

Melella destaca los beneficios que trajo a la ciudad la ley impulsada por el gobierno nacional y se agarra la cabeza al recordar la postura que adoptó su partido en el Congreso: "La UCR nacional decía que se trataba de un impuestazo tecnológico y acá nos querían matar. Tuvimos que explicarles a los bloques del Congreso que la ley era buena".

Su despacho es quizás el único lugar de la ciudad donde se puede ver una foto de Ricardo Alfonsín. Pero el propio Melella reconoce que, después del triunfo de Cristina Kirchner en las primarias, no movieron un dedo por el candidato de radical. La sintonía con la Casa Rosada es buena: el Frente para la Victoria no presentó candidato a intendente y la UCR local apoyó, en el ballottage provincial, a la kirchnerista Rosana Bertone, derrotada por la gobernadora Fabiana Ríos, una ex seguidora de Elisa Carrió de buen vínculo con el gobierno nacional.

Eso sí, Melella se queja de la demora de obras para hacer frente a la nueva actividad económica. "El parque industrial está saturado y no tenemos terrenos en condiciones para extenderlo", dice, y advierte que el mayor déficit es la falta de viviendas. "Hay gente que llega del Norte, trabaja en las fábricas con un contrato de seis meses y después se queda en pampa y la vía", explica.

Más o menos en esa dirección están Jorge Romero y Graciela Fernández, un matrimonio que llegó de Formosa hace siete meses y se instaló en el barrio El Mirador, una villa miseria de las afueras de la ciudad. "Toda la gente quiere entrar en las fábricas, pero no es tan fácil. Mi marido tiró currículum en todos lados pero no pasa nada", dice Graciela, en el mostrador de un almacén que atiende tres días a la semana. A ellos no les llegó ninguno de los equipos de última tecnología que se produjeron este año en la isla.


La Nación