Gobierno de Kirchner: Varios

Los Kirchner, fuera de foco
Fernando Laborda

Viernes 3 de setiembre de 2010

Obsesionado, ensañado en su pelea contra la prensa que no le es afín, y en particular contra el Grupo Clarín, el gobierno de los Kirchner parece haber perdido el foco sobre los problemas que verdaderamente le preocupan a la sociedad.

Mientras la ciudadanía pide soluciones ante la ola de delincuencia, la agenda K se concentra en una campaña de linchamiento de medios periodísticos a los cuales, como no se puede forzar a cambiar su línea editorial, se procura herir económica y moralmente.

En las últimas dos semanas, el matrimonio gobernante ha sufrido severos tropiezos:

    * El anuncio sobre la caducidad de la licencia de Cablevisión para brindar servicios de Internet recogió muchas más críticas que apoyos, no sólo entre sus usuarios, sino también entre una mayoría de empresarios que percibió un ataque a la seguridad jurídica.

    * La decisión de sacar a Fibertel del mercado, reduciendo el número de jugadores en la prestación de banda ancha, contradijo la bandera de la lucha contra los monopolios que siempre agitó el Gobierno.

    * La historia oficial sobre Papel Prensa fue contundentemente desmentida por los propios integrantes de la familia Graiver, a quienes la Presidenta señaló como los afectados. La manipulación de los derechos humanos con una intencionalidad política quedó al descubierto.

    * La reglamentación de la ley de medios audiovisuales por el Poder Ejecutivo estando esta norma suspendida técnicamente, por hallarse sometida a planteos que no se han resuelto definitivamente en la Justicia, mereció cuestionamientos de importantes juristas y no menos inquietud en los empresarios.

    * Nunca los Kirchner fueron tan criticados por la prensa internacional como en estos días. Las comparaciones con Hugo Chávez estuvieron a la orden del día. La dureza de los conceptos de influyentes medios como Financial Times, The Wall Street Journal o El País de Madrid debería hacerlos reflexionar.

    * Finalmente, la negativa del bloque kirchnerista de diputados a dar quórum para la sesión en la que debían tratarse proyectos para dar respuesta a las salideras bancarias significó un costo político no menor para el oficialismo, que no pocos dirigentes de la oposición pusieron en evidencia.

Pese a los cachetazos, el Gobierno, como un jugador empedernido, se empeña en seguir doblando la apuesta y rifando el crecimiento que venía exhibiendo en las encuestas, aun cuando esa mejoría pueda atribuirse más a un default de la oposición que a otra razón.







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