Con duras críticas al Gobierno, Griesa instó a seguir negociando

La crisis de la deuda / Nueva audiencia en Nueva York

Con duras críticas al Gobierno, Griesa instó a seguir negociando

Pidió al país que cumpla con el pago a todos los bonistas y lo acusó de decir "medias verdades"; además ratificó al mediador y autorizó a cobrar por única vez a otra tanda de tenedores del Discount

Por   | Para LA NACION



NUEVA YORK.- Habló durante poco más de 40 minutos y, al final, dejó todo igual.

El juez Thomas Griesa acaparó la última audiencia por la pelea de la Argentina y los llamados fondos buitre, NML y Aurelius Capital, en la que sólo dejó una instrucción: las negociaciones en busca de un acuerdo con el special master, Daniel Pollack, desautorizado por el gobierno nacional, debían continuar.

"Nada de lo que ha sucedido esta semana ha eliminado la necesidad de trabajar en un acuerdo, y de trabajar con el special master Pollack para efectuarlo", dijo el juez.

La orden llegó sobre el final de un largo monólogo que ocupó la mayor parte de la audiencia, de poco menos de una hora.

Fue la primera vez que todos se vieron las caras desde que la Argentina fuera declarada en default, el miércoles, y la cuarta desde que la Corte de Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazara el caso argentino a fines de junio y forzara al Gobierno a negociar con los fondos buitre para poder continuar con los pagos de la deuda.

Esta vez, la sala de Griesa estaba más llena de que de costumbre, a tal punto que la prensa se sentó en las sillas reservadas para el jurado, a la derecha del estrado del juez.

Como siempre, Griesa fue el último en ingresar. Dejó su bastón, se sentó y dio lugar a otro largo monólogo en el que no faltó la frase "quiero hacer algo de historia".

Griesa, duro, pero un poco más moderado, le restó importancia a la discusión acerca de si la Argentina está o no en default, al centrarse en un tema para él más importante: las obligaciones de "la República", como suele referirse al país, tanto para los bonistas como para los litigantes.

El magistrado se mostró molesto con que el Gobierno haya puesto énfasis en afirmar que cumplió sus obligaciones al pagar los vencimientos de la deuda. La Argentina, recordó, tenía dos obligaciones: una con sus bonistas y otra con los "acreedores con sentencias".

"La República ha emitido declaraciones públicas que han sido altamente engañosas y eso tiene que terminar", sentenció. "Las medias verdades no son lo mismo que la verdad [...] Las medias verdades son falsas y engañosas, y eso es lo que ha venido sucediendo con las declaraciones públicas de la República", completó. No fue todo: dijo que esperaba que los abogados de la Argentina ofrecieran un "buen consejo" para que eso se terminara.

Luego llegó la defensa de Pollack. Dijo que era un abogado "altamente competente" y que había sido "totalmente imparcial" en las negociaciones, pese a las "referencias absolutamente falaces" de que no lo había sido. Fue una obvia referencia a las críticas del miércoles y anteayer del ministro de Economía, Axel Kicillof, a Pollack.

Jonathan Blackman, el principal abogado defensor de la Argentina, pidió la palabra luego del largo mensaje del juez. Amable y formal, aunque directo, le dijo que lo que había dicho "no era cierto": el país tenía obligaciones con los bonistas, los "acreedores con sentencias" y, además, el resto de los holdouts.

De hecho, Blackman dijo que esta semana se presentaron dos demandas nuevas contra el país. La Argentina quería un arreglo "global", con todos. Tras recordar que Kicillof se había reunido con representantes de los fondos buitre, defendió los esfuerzos por llegar a un acuerdo.

"Son acciones sin precedentes en el mundo de deuda soberana", afirmó.

Discusión centrada en Pollack

Luego, llegó el ataque a Pollack. Dijo que su último comunicado de prensa había sido "desafortunado", inconsulto y dañino y perjudicial para la Argentina. Había impactado en los mercados y causado "profundas preocupaciones". Una negociación, dijo Blackman, requería de confianza y apertura.

"He sido instruido de informar al Tribunal que la República Argentina ya no tiene la confianza en el proceso que conduce el special master y solicita al Tribunal otros medios para conferir diálogo", afirmó. Fue un eufemismo en busca de un nuevo mediador.

Griesa no sólo negó el pedido y ordenó continuar las negociaciones, sino que volvió a defender a Pollack, presente en la sala: dijo que tenía que decir algo, y que haber hablado de default era algo "difícilmente anómalo" y que, más allá de eso, lo importante era resolver las obligaciones del país. No iba a reemplazar a Pollack porque sería el peor manejo posible de la situación que podía concebir. Había que seguir adelante.

"Calmemos los ánimos, cualquier idea, desconfianza o lo que sea. En lo que se puede confiar es en hechos. En lo que se puede confiar es en propuestas. En lo que se puede confiar es en recomendaciones", dijo. "Esto no es un concurso de personalidad", fustigó. El juez decretó luego el fin de la audiencia y todo quedó igual que antes.

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