Dictamen sobre aborto





El debate más difícil


Según datos oficiales, se realizan alrededor de500.000 abortos por año y las complicaciones por prácticas inseguras encabezan las causas de muerte materna. Por primera vez, defensores y detractores de la despenalización, aun en medio de discusiones exasperadas, coinciden en la gravedad del problema y piden cambios


Por Fernanda Sandez


Domingo 06 de noviembre de 2011

Y llegó el día. El día tan temido por quienes se autodefinen como defensores de la vida desde la concepción, y a la vez tan esperado por el movimiento de mujeres.

Fue el martes de esta semana, y si algo sorprendió fue el ruido. Ruido en la calle (manifestaciones a favor y en contra de la despenalización, con enfrentamiento de colores -verdes unos, rojos los otros- pero gritándose mutuamente lo mismo: "¡Asesinos!"), runrún en las redes sociales, el debate en la Comisión de Legislación Penal transmitido en vivo y en directo. Por primera vez en la historia del país -un país que desde hace noventa años castiga el aborto, salvo en caso de que haya riesgo para la vida de la madre o el embarazo sea resultado de la violación de una mujer "idiota o demente"- un grupo de legisladores se sentó a conversar sobre el tema. Y logró lo impensado: un despacho en la comisión de Legislación Penal para girar a las comisiones de Salud, primero, y de Familia, después, un proyecto que autoriza la interrupción del embarazo hasta la semana 12 (en todos los casos) y la permite sin límite de tiempo (en caso de violación o riesgo para la salud o la vida de la madre).

En cuestión de horas, y ante el reclamo de un grupo de diputados que denunció que no se habían reunido las firmas necesarias, el mismo presidente de la comisión de Legislación Penal se desdijo. No, no había dictamen. Y todo volvió a cero hasta el jueves que viene. Rocambolesco como fue, todo el episodio (los rojos, los verdes, los insultos en la calle, la crispación, la diputada que firmó un documento que no debía y el presidente al que las cuentas le salieron mal) habla de un estado de cosas preocupante. Uno diría que cuando se trata de temas así de serios, cierto folclore político rico en ejemplos de "viveza criolla" no tiene, no puede tener lugar. Por respeto a lo que se discute y a las agrupaciones que trabajan desde hace décadas a favor de una u otra postura. La naturaleza misma del aborto (su condición secreta y penada, sus implicaciones, los derechos en juego y tanto más) lo vuelven un tema complejísimo. Y el riesgo, frente a esto, es siempre el mismo: parapetarse en un extremo, y ahí estancarse. Terminar a los gritos y sin oírse, como las barras -verde la una, roja la otra- que se insultaron frente al Congreso esta semana. A favor unos, en contra los otros. Cabe entonces abrir una primera cuestión: ¿a favor o en contra de qué? ¿Quién puede estar realmente "a favor" del aborto, con todo lo que éste implica? Cierta comodidad de pensamiento suele arrearnos hacia reduccionismos que, antes que poco convincentes, son falaces.

La gravedad del aborto y todo lo que lo rodea pide palabras. Y pide escucha. Hablar, de eso se trata. Salir del susurro y decir lo que no se dice, pero lo mismo se hace. En silencio y en soledad, a escondidas, a espaldas de la ley, de la familia, del mundo. Porque la criminalización del aborto no impide su práctica; sólo la esconde. En tanto, las mujeres (Paula, María, Marta, la amiga, la novia, una misma) abortan. Con pastillas, con sondas, con bisturíes, con agujas de tejer. Con lo que sea. Siempre en silencio. El aborto es en gran medida eso: un secreto a voces. Metáforas que esquivan lo que perturba. "Se lo sacó", "no lo tuve", "hacer algo". Por eso escondemos las palabras: para no ver. Y, sin embargo, ahí está todo. Uno de cada tres. Medio millón. Sesenta mil.

Uno de cada tres embarazos termina en aborto. La estimación más prudente habla de 500.000. En 2007 -la cifras son oficiales, provienen del Ministerio de Salud- 60.000 mujeres egresaron del sistema de salud público tras haber sido atendidas por un aborto. Y las complicaciones por aborto inseguro encabezan las causas de muerte materna desde hace dos décadas. Por eso la necesidad de un debate, aún sabiendo desde el vamos que en el aborto se cruzan cuestiones que no pueden limitarse a un precario River-Boca argumental ni terminar en tristes estratagemas de puntero de barrio.

Para el presbítero Víctor Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina, "que el tema se debata y que se busque una legislación más completa y adecuada me parece bien. Creo que el debate saca a luz la necesidad de que el aborto no sólo sea prohibido por una ley. También son necesarias otras acciones y otros instrumentos legales para ayudar a que las personas no lleguen a la instancia de recurrir al aborto", señala.

Es que hablamos de vida, de muerte, de salud y de enfermedad, de derechos en conflicto, de decisiones personalísimas, de leyes necesarias, de ciencia, de fe, de laicismo. De cuerpos que nunca son del todo propios, de decisiones siempre terribles. Este tema anuda, como pocos otros, una trama de cuestiones que suscitan opiniones contrapuestas. Justamente por eso lo que se impone es un debate honesto, serio y en serio. Lo que sigue es un breve recorrido por alguna de las tantas visiones sobre el tema. Las posibles respuestas a posibles preguntas, que desde luego no son las únicas.

El origen

¿Es un embrión -o un feto- una vida? Plantear esta pregunta puede parecer a estas alturas de las cosas una discusión bizantina (casi tan absurda como una disquisición sobre el sexo de los ángeles o si tiene alma la mujer), pero sirve para comenzar a perfilar desde dónde se habla. Para quienes se oponen a despenalizar, no quedan dudas: no sólo hay vida desde la concepción, sino que esa vida corresponde a una persona que está protegida por la ley. Dice Fernández: "Sin entrar en argumentos religiosos, la biología enseña que un embrión humano es un ser distinto del padre y de la madre. No es una víscera, por lo tanto la opción no es destrozarlo para resolver problemas de los adultos".

Ergo, cualquier avance sobre ella constituye un crimen. Esa es la postura tradicional de la mayoría de las religiones, compartida por algunas sociedades científicas. Días atrás, de hecho, la Sociedad Argentina de Medicina suscribió a una solicitada publicada por la organización Unidos por la Vida en la que la Acción Católica Argentina, la Asociación Bautista Argentina, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, el gran rabino Isaac Sacca y varios legisladores manifestaban:"Estamos a favor de la vida porque sostenemos que todo ser humano tiene derecho a vivir sin que nadie se lo impida. El respeto a la vida no es sólo cuestión de religión o de ideología: la vida es esencial para el ejercicio de cualquier derecho humano". El documento fue firmado entre otros por Eduardo Duhalde, Eduardo Amadeo, Liliana Negre de Alonso y Jorge Vanossi. La evangelista Cynthya Hotton es vocera de la iniciativa y afirma que "quienes estamos a favor de la vida estamos en contra de la despenalización del aborto porque interrumpir un embarazo es matar la vida que está en la panza de la madre". Y agrega: "El derecho a la vida está por sobre el derecho a elegir de la madre. La mujer puede elegir la cantidad de hijos que quiera tener, pero hay un límite. Y el límite es la vida del niño por nacer. Por eso, la solución para este tema son centros para la contención de la mujer, y que la madre lo pueda dar en adopción". Para quienes están a favor de la despenalización del aborto, en cambio, hablar de embarazo es hablar de vida pero no de persona. Ni de "crimen". "Es la misma diferencia que hay entre la semilla y el árbol, entre la potencialidad y la concreción", explica Marta Alanis, de Católicas por el Derecho a Decidir y activista de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. "Las que estamos a favor del derecho al aborto respetamos absolutamente a las personas que no quieren abortar. Pero ellas tienen el derecho garantizado, mientras que las que en una situación determinada necesitan recurrir a un aborto, no tienen la legalidad suficiente. Respetamos a las personas honestas que piensan diferente. Lo que no aceptamos es el lobby para avasallar conciencias e impedir que avancen los derechos y las libertades de las mujeres."

Ante la ley

Un delito. Salvo en caso de que la vida de la madre esté en riesgo o el embarazo resulte de la violación de una "mujer idiota o demente", para la ley argentina el aborto está penado con cuatro años de cárcel. Quienes participen de la intervención también tienen penas. Como corolario de esto, y por temor a ser demandados, muchos médicos se abstienen de intervenir incluso en casos claramente amparados por la ley. Así sucedió con LMR (una adolescente discapacitada mental, violada en Guernica, cuyo caso derivó en la primera sanción internacional contra Argentina a cargo del Comité de Derechos Humanos de la ONU) y en el caso de C.C.A (una chica de 25 años, débil mental, violada en Mendoza). Estas historias fueron relatadas por la periodista Mariana Carbajal en su libro El aborto en debate (Paidós), pero según explica Estela Díaz, secretaria de género de la CTA y activista de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, "no son casos excepcionales. Cada dos o tres días, tenemos un episodio similar en el que no se cumple una ley que tiene 90 años. Lo que pasa es que el caso de LMR fue un caso testigo. El rector de la Universidad Católica de La Plata, Ricardo De la Torre, presentó escritos a la Justicia, pero además envió cartas documento al hospital San Martín de La Plata planteándoles que si ellos hacían el aborto los iba a denunciar porque no estaban pidiendo el consentimiento del padre de la chica, quien la había abandonado a los dos años. Hay toda una coherencia ideológica en este pensamiento conservador", dice.

El tema aquí es que aún quienes quizá apoyen la despenalización del aborto en un caso de violación pueden tener reparos cuando el embarazo resulte de otras situaciones. No poder tenerlo. No querer tenerlo. Y, detrás de esto, una nueva discusión: ¿qué hacer en un caso así? ¿Cómo ser justo? Es desde aquí desde donde Patricia Bullrich dice oponerse a la legalización. "No desde la creencia sino desde una postura democrática, de escuchar y acercar posicions. Yo, por ejemplo, tengo sentimientos encontrados sobre este tema, como imagino que también los tendrán los que me han votado. Por eso me parece que, antes de decir si uno está a favor o en contra de la despenalización, hay mucho que debatir. Hay que escucharse, porque si uno entra al debate con una idea y sale con la misma, algo no está funcionando bien".

¿Hay que privilegiar el derecho a nacer por encima del derecho de la mujer a decidir cuándo, cómo y en qué términos será madre? Tener un hijo es, se sabe, bastante más que abrir las piernas y parir: es un compromiso colosal y de por vida. ¿Entonces?¿Quién decide? Se asuma la postura que se asuma, difícilmente se llegue a una solución satisfactoria. Porque detrás del drama del aborto hay otro: el del embarazo no deseado. Y aquí, en principio, hay una coincidencia importante entre quienes se oponen a la despenalización y los que la promueven: la importancia de contar con políticas públicas eficaces en materia de educación sexual y anticoncepción. Dice al respecto el rabino Adrián Herbst: "Yo personalmente no creo que legalizando el aborto vaya a subir el índice sino mejorar la calidad de su práctica. Pero paralelamente hay que hacer un trabajo de educación. Eso es lo que puede hacer bajar el índice de aborto. No pasa por una cuestión de legalizar o poner más penas". Pero aún dentro de lo judío hay disidencias: así, para el gran rabino Isaac Sacca, "el problema de la legalización es que se va a practicar más e incluso cuando no corresponde. La filosofía del judaísmo busca el equilibrio, nunca los extremos".

Penar o no penar

En el mundo, según datos de la Conferencia Mundial sobre Aborto Seguro, el aborto ilegal (hecho sin información, sin seguridad, sin nada) mata a una mujer cada ocho minutos, y deja con secuelas a otras setenta y cinco. ¿Es la prohibición del aborto la solución? Para Rafael Pineda, director del Departamento de Bioética de la Universidad Austral, sí. "El aborto no debe ser legalizado porque es un crimen inicuo. Ocasiona la muerte de una persona que es el embrión o el feto, que no puede defenderse, y causa un trauma en la mujer. Pero además, las cifras de aborto están infladas. Por otra parte, hay un estudio hecho en Chile que prueba que la penalización no aumentó las tasas de aborto; muy por el contrario, la tasa bajó." Para Mario Sebastiani, médico referente del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano, en cambio, "la mayor cantidad de abortos la encontramos en los países subdesarrollados en los que la ley impide la interrupción de la gestación. En los países en donde éste se encuentra legalizado, por el contrario, la cantidad de abortos es de 3 a 5 veces menor y casi no se observan muertes maternas. Eso sí: estos países suelen actuar sinérgicamente en la educación sexual, la cobertura universal, el asesoramiento y la provisión gratuita de métodos anticonceptivos, y poseen una política de aborto seguro que no están dispuestos a abandonar", precisa.

De nuevo, quizá sirva recordar aquí que nadie aborta porque quiere. El aborto es un acto angustiado, y extremo. Por eso, y así como a partir de la ley de divorcio vincular ninguna pareja bien avenida salió corriendo a ningún juzgado, tampoco esto cambiará en nada la decisión de las mujeres que no vemos al aborto como una opción. Hará, en todo caso, menos duro el destino de algunas otras. Algo que, para quienes se oponen, será a cambio de un precio imposible.

Mientras tanto, hasta las paredes de esta ciudad ya han comenzado a hablar. "No hay mayor violencia que decidir quién nace y quién no", reza un afiche."No hay mayor violencia que obligar a gestar y parir a quien no quiere hacerlo", responde otro. "Las ricas abortan. Las pobre mueren.¡Hipócritas!", grita un tercero. En el medio debe haber algo parecido a la verdad. Ahora es tiempo de palabras.

    2 a 3 adolescentes embarazadas llegan por semana al Hospital Argerich en busca de información y asesoramiento para interrumpir la gestación.

    Cada media hora, una mujer se comunica con la línea telefónica Aborto seguro: Más información, menos riesgos, en busca de información.

    61% de las mujeres vive en países en donde el aborto inducido está permitido (con o sin restricciones) y el 30% vive bajo un régimen legal que lo restringe o prohíbe.

    60.000 Mujeres egresaron del sistema de salud público tras haber sido atendidas por un aborto en 2007, según cifras oficiales.


La Nación




Crece la polémica / Insólita rectificación en el Congreso
Escándalo en Diputados: nunca hubo dictamen sobre aborto


Acusan al presidente de una comisión de haber mentido; hubo varias irregularidades


Por Laura Serra 

Crece la polémica / Insólita rectificación en el Congreso
Escándalo en Diputados: nunca hubo dictamen sobre aborto

Acusan al presidente de una comisión de haber mentido; hubo varias irregularidades

Jueves 03 de noviembre de 2011

El controvertido predictamen sobre la legalización del aborto, cuyos impulsores celebraron entre vítores y aplausos en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados, ya no existe: ayer perdió entidad de manera tan sorpresiva como escandalosa.

El propio presidente de la Comisión, Juan Carlos Vega (Coalición Cívica), admitió a LA NACION que el proyecto no reúne la cantidad de firmas suficientes de sus miembros como para ser considerado un dictamen. Reconoció que sólo seis diputados suscribieron la iniciativa, cuando en realidad se requerían ocho firmas, ya que el reglamento de la Cámara baja exige el aval de, al menos, la mitad más uno de los miembros presentes al momento de dictaminar. Vega admitió que en esa instancia había 15 diputados presentes y no 12, como insistían los impulsores del proyecto.

¿Qué sucedió? ¿Fue un descuido, un error involuntario del presidente de la comisión o una intención deliberada de mentir con tal de mostrar un dictamen aprobado? Quienes se oponen a la legalización del aborto, que ayer impugnaron el controvertido despacho, no dudaron en calificar el episodio como un papelón, un verdadero escándalo.

"Todo el debate de ayer (por anteayer) fue una desprolijidad. Vega mintió dos veces: dijo que había convocado a todas las voces para que se expresen en las audiencias públicas y eso no fue así. Mintió, también, cuando anunció que había dictamen, sabiendo que no se había reunido el número suficiente de firmas. Aquí no hubo desconocimiento, sino mala intención a la hora de transmitirnos a todos que había despacho. Es una irresponsabilidad muy grande, sobre todo en un tema tan importante", despotricó Cinthia Hotton (Valores para mi País), una tenaz opositora a la legalización del aborto.

En rigor, todo el trámite que condujo a la aprobación del despacho -que finalmente nunca fue tal- fue una sucesión de desprolijidades. Quien primero advirtió que el predictamen no reunía las firmas suficientes fue el diputado Omar De Marchi (Demócrata de Mendoza), mientras los impulsores del proyecto festejaban, el mendocino alertaba a viva voz que el despacho no era válido. Pero, en medio de la algarabía, el presidente de la Comisión lo ignoró; consultado luego por LA NACION, Vega insistió en que el despacho tenía mayoría.

Otra situación insólita fue cuando la radical María Luisa Storani estampó su firma en el proyecto, cuando ella no es miembro de la Comisión. El "error" fue subsanado, pero, como faltaban avales, la diputada Victoria Donda (Libres del Sur) sacó una solución de la galera: anunció que el diputado Jorge Rivas (Nuevo Encuentro) apoyaría el proyecto. Rivas, aquejado por una grave parálisis, no estaba presente, pero, según Donda, cedió un poder para suscribir la iniciativa.

Los detractores de la legalización del aborto no permanecieron pasivos. Los diputados De Marchi, Patricia Bullrich (Coalición Cívica) e Ivana Bianchi (Peronismo Federal) presentaron impugnaciones al despacho.

Asediado, Vega ya no pudo disimular más la situación y ayer debió volver todo a foja cero.

DIXIT

"El debate se dio en medio de mucha virulencia, con la ansiedad de sacar dictamen. "
Ivana Bianchi
Peronismo Federal

"No había mayoría para el dictamen y se lo dije a Vega. No hubo una discusión acabada del tema. "
Omar de Marchi
Demócrata de Mendoza

"No hay dictamen para la legalización del aborto porque no se reunió la mayoría necesaria. "
Juan Carlos Vega
Coalición Cívica

"No se escucharon todas las voces pese a que varios diputados así lo solicitamos. "
Patricia Bullrich
Coalición Cívica

La Nación







Se aprobó el dictamen más progresista para la despenalización del aborto


El proyecto avalado en comisión permite la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación; ahora se discutirá en Familia y Salud


Martes 01 de noviembre de 2011


Es un debate histórico para la Argentina. La Cámara de Diputados inició la discusión de proyectos para avanzar en la despenalización del aborto y de las iniciativas discutidas en la Comisión de Legislación Penal se aprobó la más progresista: se avanzará en la posibilidad de modificar el código penal para legalizar el aborto siempre que se realice antes de las 12 semanas de gestación.

Los proyectos que se debatieron, básicamente, se encuadraban en dos posiciones sobre el tema: la despenalización total o parcial del aborto. El dictamen favorable, que obtuvo 7 de los 12 votos de la comisión, fue para el primer proyecto, impulsado por la diputada Cecilia Merchán y apoyado por un gran número de organizaciones sociales.
El detalle de los proyectos

La primera postura (despenalización total) habilita a que la mujer pueda interrumpir su embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación y, en los casos en que se verifique que el embarazo fue producido por una violación o que esté en riesgo la vida de la mujer, el aborto puede ejecutarse en cualquier momento antes del nacimiento del bebe. La despenalización parcial, en cambio, es una modificación de la ley ya existente y permite que el aborto se ejecute en los casos en que se verifique que el embarazo pone en riesgo la vida de la madre o bien fue producto de una violación, pero para este último caso se necesita acreditación judicial.

Tal como sucedió con iniciativas como la del matrimonio igualitario o, para ir más atrás, con la del divorcio, las discusiones serán muy encendidas porque hay posiciones encontradas. Hay una tercera posición que no se plasma en un proyecto pero es la que sostienen los legisladores que rechazan de plano el aborto y también harán oír sus razones para oponerse a la aprobación de ambas leyes.

Así, los intercambios que se darán serán reflejo de una opinión pública dividida sobre este tema. Uno de los consensos sobre los que se parten en los proyectos en concreto que se discutirán, es que la práctica del aborto es una realidad en la Argentina, sólo que se mantiene en la clandestinidad, con los riesgos que esto conlleva, sobre todo para las mujeres de menores recursos.

En diálogo con LA NACION, la referente en este tema del Movimiento Socialista de los Trabajadores, Vilma Ripoll, estimó cifras de entre 400.000 y 600.000. El Ministerio de Salud habla de 800.000. "Los abortos sépticos (infectados) provocan el 30% de las muertes maternas, siendo así la primera causa", señala Ripoll. Y cuestiona: "Las muertes reales son entonces 400 o 500 al año, casi siempre de mujeres jóvenes y humildes que son las que no pueden acceder a practicarlo en clínicas o consultorios privados". Esta es la cuestión de "salud pública" y de "justicia social" de la que habla.

De allí que, en palabras de la diputada Cecilia Merchan (bloque Juana Azurduy), impulsora del proyecto de despenalización total, "el sólo hecho de que se discuta en el Congreso de la Nación este tema, históricamente cajoneado, es de por sí un motivo para celebrar. Además, el proyecto es un ejemplo de construcción ciudadana y democrática: en él se manifiesta el consenso de todas las organizaciones que componen la Campaña Nacional por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito". Ripoll también considera histórico este debate que -señala- requiere de la participación de la sociedad expresándose en las calles, en los medios, en el Congreso. "Se tiene que habilitar un movimiento transversal en el Congreso y eso dependerá de la presión social que se ejerza, como en el tema del matrimonio igualitario, será indispensable el apoyo de la sociedad", opinó esta referente política.
Los proyectos en discusión

-Despenalización total del aborto: El proyecto que impulsa Merchán es colectivo: surgió de la discusión con 350 organizaciones y 16 universidades nacionales y es apoyado por 50 diputados de diversos partidos políticos. Esta iniciativa propone, textual: "Toda mujer tiene derecho a decidir la interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras doce semanas del proceso gestacional. Fuera de ese plazo establecido toda mujer tiene derecho a decidir la interrupción del embarazo en los siguientes casos: si el embarazo fuera producto de una violación, acreditada con denuncia judicial o policial o formulada en un servicio de salud; si estuviera en riesgo la salud o la vida de la mujer; si existieran malformaciones fetales graves".

Además, el proyecto dispone que el aborto pueda realizarse en cualquier centro de salud público y que sea incorporada como una prestación más de las obras sociales y de la medicina prepaga.

"Este es un proyecto por la dignidad de todas las mujeres y defiende la vida en sentido amplio, porque plantea un abordaje desde la educación sexual, la importancia de la anticoncepción y el aborto para que no sigan muriendo 100 mujeres por abortos clandestinos", apunta Merchán.

-La despenalización parcial: Es la postura que encabezan el presidente de la Comisión de Legislación Penal, Juan Carlos Vega (Coalición Cívica) y Oscar Albrieu (Frente para la Victoria), y que propone una modificación del Código Penal sobre el aborto no punible.

Dice textual: "El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible: 1) Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro a la vida o la salud de la madre y si ese peligro no pudiere ser evitado por otros medios. Para tener por acreditados estos extremos, será suficiente el certificado autenticado de un médico diplomado con título de especialista otorgado por una entidad deontológica legalmente habilitada; 2) Si el embarazo proviene del delito de violación. Para tener por acreditado este extremo será suficiente la certificación de la denuncia policial o judicial de la violación formulada por la víctima o su representante legal. Cubierto este requisito, el médico requerido para el aborto quedará sin más autorizado a cumplir con el pedido de la mujer encinta, previo informarle la naturaleza y consecuencias del acto. En ningún caso podrá procederse al aborto en embarazos de más de doce semanas."

Entre quienes se oponen a legislar sobre el aborto una de sus principales voceras es la diputada Cynthia Hotton (Valores para mi país), que también se opuso a la ley de matrimonio igualitario. Esta vez, según expone en su página web está armando una red nacional con instituciones que repudian este tema. "El aborto no soluciona el problema de la mortalidad materna", sostiene la diputada. Pide dejar de lado ambos proyectos.

"Esto no tiene que ver con un planteo religioso. No queremos un infanticidio", sostuvo Hotton en el debate de hoy. "Estamos a favor de la vida", insistió.

Así, a partir de hoy, el tema empieza a instalarse con más fuerza en la opinión pública. Los legisladores coinciden en señalar que serán varios meses de discusión.

Marcha y contramarcha
Las diferencias de posiciones quedarán de manifiesto mañana dos marchas. Quienes se oponen al tratamiento de estos proyectos citan hoy a las 14 frente al Congreso Nacional "a fin de ejercer el derecho constitucional de peticionar ante las autoridades y pedir que se desestimen los proyectos sobre aborto que se tratarán en la comisión de legislación penal de la cámara de diputados".
Quienes están a favor, convocan a la misma hora en el mismo lugar. La definen como una protesta lanzada desde la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito


La Nación





El debate por la despenalización del aborto quedó aparcado hasta el año que viene


La reunión fue suspendida y el tratamiento quedó postergado hasta el próximo período legislativo








Jueves 10 de noviembre de 2011




El debate sobre la despenalización del aborto fracasó finalmente en la Cámara de Diputados. La reunión convocada para hoy por la comisión de Legislación Penal fue suspendida y quedó postergado el objetivo planteado de emitir dictamen antes que finalice el período ordinario de sesiones.

Entonces, la discusión de los proyectos para permitir el aborto hasta la semana 12 de gestación, un asunto que genera posiciones encontradas en los principales bloques de la Cámara, no tendrá tratamiento al menos hasta el próximo período legislativo.

"Quienes venimos peleando porque sea ley la interrupción voluntaria del embarazo legal, seguro y gratuito, seguimos exigiendo la necesidad de que este tema se continúe tratando en el Congreso", dijo la diputada Victoria Donda (Libres del Sur- FAP), una de las impulsoras de la iniciativa.

Ayer el presidente de la comisión, Juan Carlos Vega (Coalición Cívica), decidió suspender la reunión que había citado para hoy al confirmar que no se sumarían las comisiones de Acción Social y Salud y de Familia, Mujer y Minoridad, que tienen competencia secundaria para discutir el tema.

Donda atribuyó el fracaso del plenario de comisiones que esta mañana debía tratar el tema a las "desprolijidades" de la convocatoria de Vega. A la vez  ratificó "el logro histórico que ha significado el debate de la semana pasada en la comisión de Legislación Penal".

En tanto, Claudia Rucci (Peronismo Federal), a cargo de la comisión de Familia, difundió hoy en el Congreso una carta pública con la que respondió a un artículo publicado en un diario que la responsabilizó por trabar el debate sobre el aborto.
            "Ustedes no pueden ignorar la verdadera razón por la que no se ha tratado (ni se tratará) la despenalización del aborto. Es la misma razón por la que no se consideró cuando el oficialismo contaba con una cómoda mayoría en ambas cámaras. La verdadera razón es la posición de la Presidenta de la Nación, que se opone a la despenalización del aborto", dice Rucci apuntando al kirchnerismo.

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