Gobierno de Kirchner: La valija de los 800000 dólares





Antonini: un testigo complicó a Echegaray
Detalló el rol del actual jefe de la AFIP
Sábado 20 de noviembre de 2010

Hugo Alconada Mon
LA NACION
A un año de la aparición del video que demostró el ingreso del venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson a la Casa Rosada dos días después del decomiso de la valija con US$ 800.000, la investigación judicial avanza y revela más novedades incómodas para el Gobierno.
Un alto funcionario de la Dirección General de Aduanas, ahora desplazado, se presentó ante el juez en lo Penal Económico Daniel Petrone y complicó al entonces titular del organismo, Ricardo Echegaray, según confirmaron dos fuentes judiciales a La Nacion. Detalló que el actual jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ya estaba "al tanto de todo" durante la madrugada del decomiso.
El funcionario de la Aduana devenido testigo, Gustavo Pagano, resultó un eslabón clave durante la madrugada del sábado 4 de agosto de 2007. Por entonces era amigo de Echegaray -con quien compartió el colegio secundario y luego siguió a la Aduana desde el área de Relaciones Institucionales-, y también era "amigo personal" de Jorge Lamastra, el aduanero de turno aquella madrugada en el Aeroparque.
Tres años después del incidente, Pagano aclaró que conserva su amistad con Lamastra, pero que ya no mantiene contacto con Echegaray. Fue desplazado de su cargo, aunque dijo ignorar los motivos.
Pagano relató que Lamastra lo llamó poco antes de las 5 de aquel sábado -cuando comenzaba el recuento de los dólares-, necesitado de instrucciones y del apoyo de sus superiores.
"Estaban todos nerviosos", rememoró Pagano en Tribunales, y elogió a Lamastra por su "olfato", ya que percibió de inmediato que estaba ante un potencial escándalo. Al punto, le pidió que alertara a las "máximas autoridades".
"Lamastra me lo comunicó para que yo se lo comunicara a Echegaray", insistió Pagano. Y ante la pregunta sobre la razón de semejante pedido, no dudó: había funcionarios argentinos con pasaportes diplomáticos involucrados.
Liderado por el titular del Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi), Claudio Uberti -señalado por empresarios argentinos y venezolanos como el embajador "paralelo" ante Venezuela-, el vuelo declarado como de presidencia argentina incluyó a otros dos pasajeros con pasaporte oficial: su secretaria, Victoria Bereziuk, y el titular de Enarsa, Exequiel Espinosa.
Según Pagano, primero intentó tranquilizar a Lamastra. Luego le explicó que le iba a pedir instrucciones a Echegaray. Lo llamó cerca de las 5, pero no logró comunicarse. Un par de horas después, cuando sí había logrado hablar con su jefe, según subrayó, ya estaba al tanto del decomiso.
La Nacion intentó consultar a Echegaray; llamó al área de prensa de la AFIP, pero no obtuvo respuesta.
La plana mayorPara cuando Pagano corroboró que Echegaray ya sabía del decomiso, toda la plana mayor de la Aduana se había movilizado. Habían llegado al Aeroparque la superiora de Lamastra, Cristina Gallini; el jefe de la División Aeroparque, Guillermo Lucangeli, y la responsable de Ezeiza, Rosa Nélida García, según consta en el expediente judicial.
Según declaró Antonini ante la Corte Federal en Miami, Gallini le aclaró que debía seguir sus órdenes cuando él dijo en voz alta que la valija no era suya y, mucho menos, los dólares que contenía: "¡Cállese, que yo vine para arreglar esto! Puedo irme de acá ya mismo y no se solucionará nada. Usted elija".
Ante la Justicia, Gallini negó esas palabras y ese supuesto rol, aunque los registros telefónicos reflejan una extensa lista de llamadas entrantes y salientes entre todos los funcionarios de la Aduana durante aquella madrugada, que no se condice con otros decomisos de dinero ocurridos antes o después del 4 de agosto de 2007.
Ante Petrone y el abogado defensor de Uberti, Diego Pirota, Pagano consideró que lo ocurrido aquella noche "no fue un hecho habitual", mientras los funcionarios de la Aduana discutían la conveniencia de encuadrar el decomiso como un delito o una mera infracción.
En ese fragor, y luego de comunicarse con Echegaray, Pagano contó que también se había contactado con el jefe del Departamento de Inspecciones Aduaneras en el área metropolitana, Juan Carlos Pan; en la práctica, el responsable de los sumarios.
A esa hora del sábado, mientras tanto, Uberti ingresaba en la quinta presidencial de Olivos, donde se reunió con el entonces presidente Néstor Kirchner, sólo para informarle de los resultados de su viaje a Caracas, y obvió por completo el decomiso, según declaró ante la Justicia.
En las horas que siguieron, Uberti también llamó a Echegaray -pero sólo por consultas, declaró, sobre los acuerdos comerciales por firmarse con Venezuela-, con su jefe directo, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido -el único al que sí le había informado sobre la valija-; con el entonces ministro del Interior y actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y con el director general de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SIDE), Jaime Stiusso.
El raid telefónico de Uberti no se agotó allí. También se comunicó con el propio Antonini, al que fue a visitar a su hotel durante la noche del domingo. Volvió a verlo el lunes, en la Casa Rosada, visita que el Gobierno negó hasta la aparición del video de Canal 7.
FECHAS MOLESTAS
  • 4 de agosto de 2007 : un control de rutina descubre una valija con US$ 800.000 en un vuelo con funcionarios que se anunció de "Presidencia Argentina".

  • 19 de noviembre de 2009 : la Justicia encuentra al supuesto valijero, Guido Alejandro Antonini Wilson, en un video de Canal 7 de un acto en la Casa Rosada, dos días después del decomiso.

  • Noviembre de 2010: un testigo de la Aduana declara que su jefe, Ricardo Echegaray, estaba "al tanto" 
  • del incidente esa madrugada.





Los negocios con Venezuela
Coimas: las primeras pruebas de los pagos extras
Un empresario admite que le cobraron un 15% para exportar

Jueves 29 de abril de 2010

Fernando Bertello
LA NACION


Un empresario de la maquinaria agrícola que exportó a Venezuela confirmó a La Nacion, con pedido de reserva de su identidad, que tuvo que pagar una comisión a la firma Palmat International, que intervino en la operación, para poder vender, y que eso fue por una "recomendación" de funcionarios argentinos y venezolanos que participaban de la negociación.


Según el empresario, después de haber hecho la operación con ese país y poco antes de las elecciones presidenciales de 2007, alguien que se presentó como dirigente del Frente para la Victoria (FPV) le pidió que colaborara para la campaña de Cristina Kirchner.


"La verdad es que [para poder exportar a ese mercado] había que pagar una comisión del 15% y esto venía facturado por una compañía, Palmat International. Si a alguna de las empresas del gobierno de Caracas se le vendía por 100 pesos, por ejemplo, después había que pagarle 15% a Palmat; nos quedamos con el 85% [de la operación]", dijo. En Venezuela, Palmat estaría vinculada con el negocio petrolero.


Habitualmente, las empresas que prestan estos servicios de trader (intermediarios) cobran una comisión que no supera el 5% y es raro que sean requeridas cuando, como ocurrió en este caso, la negociación se acuerda de gobierno a gobierno.


El empresario, cuya compañía es muy conocida en la Argentina y fabrica diferentes equipos, mostró una factura que le dio Palmat por el pago del 15%. No figura el domicilio de la firma en Venezuela, pero sí en Miami, donde tiene una filial. En la factura se detalla lo siguiente: "Comisión de Agencia de 10% sobre 70% del Contrato de Suministro del... [en este tramo el empresario borró el nombre de su firma para preservar su identidad] entre v/empresa y CVA de Venezuela, por servicios prestados en el exterior". CVA significa Corporación Venezolana Agraria, un ente vinculado al gobierno de ese país cuyo fin es, según consigna en su página de Internet, "luchar por la búsqueda de la soberanía alimentaria".


En la factura se lee que el pago de la comisión se transfería al Regions Bank, en Miami. Si bien el empresario señaló que la comisión era del 15%, en esa factura iba un 10% como comisión de negociación, mientras que en otra factura se computaba un 5% restante por "logística".


Otra fuente del sector admitió que la elección de Palmat no corrió por cuenta de los empresarios argentinos. "Vino como parte del paquete del negocio; a la tarde no la elegimos nosotros", señaló.


LA NACION accedió también a contratos celebrados por Palmat con otras empresas, datos que figuran en un expediente abierto en la Defensoría del Pueblo. En esos documentos la empresa afirmó que tenía "una amplia y exitosa trayectoria en la promoción y gestión de venta de distintos productos para su variada gama de clientes".


Palmat era designada por las empresas que pretendían exportar a Venezuela como su "agente exclusivo e irrevocable". En todos los casos, el pago que recibía Palmat era un 10% del valor FOB facturado por la empresa como comisión por su gestión y un 5% de ese mismo valor FOB por los gastos en los que incurría.
"En blanco"


El empresario consultado por LA NACION agregó: "Pusieron esa compañía en el medio; lo hicieron en blanco [por la factura]". Según él, pagó una comisión por servicios, que, a su juicio, no consideró bien recibidos. ¿Quién indicaba que había que pagarle a esa empresa? Según el empresario, en un momento, después de cotizar los equipos al gobierno venezolano, a las compañías argentinas se les planteó que "tuvieran en cuenta que podían aparecer gastos eventuales" en el marco de la operación. Funcionarios "de los dos lados [por la Argentina y Venezuela]" avisaron que había que cumplir el trámite del pago de la comisión, añadió el empresario. El ejecutivo no identificó a esos funcionarios.


Hubo industriales del sector que plantearon que de esa comisión se hiciera cargo el mismo gobierno venezolano. Sin embargo, la respuesta fue que la comisión formaba parte del "paquete del negocio".


El acuerdo de la Argentina y Venezuela por la provisión de maquinaria incluye un negocio a cinco años por US$ 500 millones. "Si se concretaran esos 500 millones de dólares, la comisión sería de 75 millones", proyectó el empresario.


La fuente contó que después de haber exportado recibió un llamado para "colaborar" con la campaña presidencial de Cristina Kirchner y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli. "Después de los primeros embarques, me llamaron y me pidieron colaborar con la campaña", dijo.


Otros empresarios consultados admitieron también que había que pagarle a una trade , pero aseguraron que no lo consideraron una coima. "Al precio total había que agregarle ese porcentaje, pero a mí nunca me pidieron nada", indicó un industrial.


A todo esto, José María Alustiza, actual presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), entidad cuyas firmas socias participaron del negocio con Venezuela, defendió la acción de la entidad, que fue contactar a los empresarios. "La cámara no tiene responsabilidad en esto y desconoce el tema de las [supuestas] coimas", dijo.


Alustiza señaló que "Palmat intervino como un trade que dio apoyo logístico". Después, agregó, "apareció Madero Trading con un presupuesto más bajo". El presidente de Cafma expresó que no recuerda quién recomendó a Palmat.


En los últimos días, Cafma les envió un e-mail a sus asociados. Allí, entre otras cosas, decía que "todas las operaciones en que tuvo lugar la intervención de este organismo se realizaron con total normalidad y transparencia, lo cual podrá comprobarse en los archivos vigentes de toda la documentación". 


La Nación










Antonini se siente reivindicado, pero dice que teme por su vida
"Se ve ahora que no mentía", afirma sobre el video que probó su paso por la Casa Rosada

Domingo 29 de noviembre de 2009

Hugo Alconada Mon
LA NACION

"Yo no soy la única llave ni la única solución para este caso", dice, entre cansado y molesto, Guido Alejandro Antonini Wilson a LA NACION desde su casa de Key Biscayne, donde continúa desde que estalló el escándalo de los US$ 800.000 en la Argentina, en agosto de 2007, y él retornó a Estados Unidos para, pocos días después, acudir a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en busca de ayuda.

Antonini mantiene su posición: jura que no es el dueño de esa valija y que los gobiernos de la Argentina y de Venezuela lo engañaron, primero, y lo presionaron, después, para que aceptara aquellos dólares como si fueran propios. Por eso, además, es que no piensa retornar a Buenos Aires, pero ofrece que el juez Daniel Petrone y la fiscal María Luz Rivas Diez viajen a la Florida para escuchar su testimonio bajo juramento (ver aparte).

Cuenta que desde que se produjeron los arrestos de tres venezolanos y un uruguayo en Miami, en diciembre de 2007, "nunca más" recibió emisarios ni amenazas, "sólo las que me comenta la gente o las que leo por Internet y en blogs". Pero aun así dice que todavía le corre frío por la espalda.

 -Más de dos años después del decomiso, ¿teme por su vida?

-Sí, temo. Es algo que siempre tengo en la parte trasera de la cabeza. No soy el mismo que antes. Pero la historia dirá quién tiene razón.

-¿Cuál es su reacción ahora que el gobierno argentino admitió que usted ingresó a la Casa Rosada tras negarlo durante dos años?

-Me siento [calla unos segundos]? me siento muy bien. Porque yo nunca estuve mintiendo. De hecho, eso es lo que se probó en la Corte [por el juicio que se tramitó en Miami]. Lo increíble es que yo entiendo que América Latina vea a Estados Unidos como "el imperialista", el malo. Pero aquí hubo un juicio y gente que fue a la cárcel, mientras que en la Argentina y Venezuela no pasa nada.

-Tras la aparición del video, muchos se preguntan ahora qué hacía usted en la Casa Rosada y quién y por qué le franqueó el ingreso si, como siempre afirmó el Gobierno, usted había engañado a los funcionarios argentinos?

-Sí, puede ser. Pero ponte en mi lugar. Tú me preguntas si iré a la Argentina y a mí me resulta increíble que tuviera que salir un video para que los argentinos me creyeran, cuando aquí [por Estados Unidos] hubo un juicio y se condenó a cuatro personas. Quizá se deba a esa política barata de hablar del "imperio" en la que están estos políticos latinoamericanos que quieren volver a los años ´50 o ´70, no lo sé.

-¿Cuál es su impresión sobre Claudio Uberti? ¿Qué hizo?

-Mira, después de dos años, le he dado vuelta para adelante y para atrás sobre qué hizo Uberti y qué no hizo. Mil veces le pregunté a Dios por qué me puso en ese avión con ese tipo de gente. Por supuesto que yo tonto no era, pero esa gente me engañó. Nunca pensé que esa gente pudiera ser tan baja como él. Nunca podré entender lo mismo que no entiende la gente: ¿por qué no se mandó ese dinero por valija diplomática?

-¿Qué pasó con esos otros 4,2 millones de dólares?

-No lo sé. De verdad, no lo sé.

-¿Hubo alguna valija, aquella noche en Aeroparque, que usted al recordarlo diga "esa debió ser la otra maleta"?

-[Suspira, calla unos segundos]? Mira, había una valija que recogió el chofer cuando también agarró la mía? pero han pasado dos años

-¿Qué chofer? ¿El de Uberti, que luego lo esperó a usted y a Daniel Uzcátegui en el Aeroparque?

-Sí, el mismo. Había tres choferes esa noche y el de esa maleta fue el mismo que agarró mi maleta, y el mismo que se quedó esperándonos [durante el conteo y la firma del acta] por orden de Uberti. Me acuerdo que cuando agarró mi maleta, yo lo seguí para saber a qué auto debía subirme, antes de que pasara lo de la valija [por el decomiso].

-¿Cree que alguna vez se sabrá en la Argentina lo que pasó?

-Tengo la firme convicción de que sí; los periodistas fueron los que empujaron el caso. Por supuesto que al principio me dio mucha rabia porque dijeron muchas barbaridades, pero fueron los que básicamente investigaron el caso. Y si no fuera por todo lo malo que se dijo, a lo mejor no hubiera pasado nada.

-Muchos temen, sin embargo, que la investigación argentina sólo se resolverá si usted y los Uzcátegui, Diego o Daniel, se presentan a testificar?

-¿La justicia argentina dice que sólo se puede resolver el caso si yo me presento? En ese caso, ¿qué pasa si mañana me muero o me asesinan? ¿Entonces nunca se resolverá? [Su voz se endurece otra vez] Me parece que es mentira. Había ocho personas en ese avión [por los pasajeros, a los que sumaban dos pilotos]. Y hay gente que voló en ese avión y está en la Argentina. ¡No puede ser que sea yo el único! Están apostando a que yo nunca iré. Hay muchas pruebas y yo estoy seguro que este caso se puede resolver.
Presión para interpelar a Aníbal Fernández

Los principales bloques de la oposición en la Cámara de Diputados intentarán aprobar el 10 de diciembre un pedido de interpelación al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para que dé explicaciones sobre el caso de la valija. Quieren que responda, especialmente, sobre la presencia de Guido Alejandro Antonini Wilson en la Casa Rosada, lo que quedó probado a partir de un video que entregó Canal 7 a la Justicia. La oposición cree que, a partir de la renovación parlamentaria, tendrá votos para aprobar la convocatoria al ministro, pese a la negativa kirchnerista.

La Nación


El caso de la valija / Un video revelador
Antonini, filmado en la Casa Rosada
El juez de la causa lo descubrió en la cinta de Canal 7 de un acto oficial poco después del vuelo del escándalo

Viernes 20 de noviembre de 2009

Hugo Alconada Mon
LA NACION


El gobierno de Néstor y Cristina Kirchner siempre mantuvo una posición monolítica: Guido Alejandro Antonini Wilson jamás estuvo en la Casa Rosada. Es un "mentiroso" que protagonizó "una formidable acción de la inteligencia americana". Y para sostener esa línea defensiva desafió con dos preguntas: ¿dónde está el video o la foto que así lo demuestre? Si había tantos fotógrafos y camarógrafos, ¿por qué jamás apareció su imagen?

Esa prueba, al fin, apareció. Y provino del lugar más inesperado para el Gobierno: Canal 7, el oficial. La prueba es un video que "la tevé pública" entregó al juez en lo Penal Económico, Daniel Petrone, según confirmaron a LA NACION durante las últimas 72 horas dos fuentes que revisaron la grabación y, sí, vieron a Antonini en el Salón Blanco de la Casa Rosada.

Así, las imágenes deshilachan las desmentidas que lanzaron los tres jefes de Gabinete desde que trascendió que Antonini había ingresado en el centro del poder: Alberto Fernández -que lo calificó de "formidable disparate"-, de Sergio Massa -que lo tildó de "delincuente"- y del actual, Aníbal Fernández. El entonces ministro de Justicia y Seguridad acusó a Antonini de mentiroso porque "no aparece en ninguna foto o filmación" y reafirmó que "no hay ningún funcionario involucrado".

Canal 7 no lo entregó de manera espontánea, sino tras recibir una taxativa orden de presentación -el escalón previo a un allanamiento- de Petrone, que durante los últimos meses requirió copias de los archivos que todos los canales de televisión pudieran guardar de aquel acto que celebraron los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez, el lunes 6 de agosto de 2007

Tal como narró el propio Antonini a LA NACION, el protagonista central del "caso de la valija" aparece parado, al fondo del salón, junto a ejecutivos de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, a la secretaria de Claudio Uberti, Victoria Bereziuk, y a otros invitados especiales, como Gustavo Grobocopatel, conocido como "el rey de la soja".

Antonini sólo aparece en la cinta durante un par de segundos, mientras una de las cámaras que transmitió el acto para Canal 7 completa un paneo general de la audiencia. Pero el empresario se destaca por su físico.

Su imagen, inconfundible, da más fuerza a algunos testimonios y complica a otros. En particular, al de Uberti, el funcionario que lideró el viaje relámpago a Venezuela que retornó a Buenos Aires con los US$ 800.000 en una valija que fue decomisada el 4 de agosto de 2007 y otros US$ 4,2 millones que, según se denunció, superaron los controles.

Hasta ahora, Petrone cuenta con dos testimonios que afirmaron que Antonini había ingresado en la Casa Rosada. El de la propia Bereziuk -que sin embargo dijo que lo vio de pasada, un par de minutos, algo que el video parece desmentir-, y el de una empleada argentina de Pdvsa, Fernanda Martínez.

A éstos se suman los dichos del propio Antonini ante la Corte Federal en Miami, y el de otro pasajero de aquel vuelo -y figura clave para desentrañar la madeja-, el venezolano Daniel Uzcátegui, que contó a LA NACION que su amigo y jefe había ingresado en el palacio y que él debió esperar en la calle porque llegó tarde.

A la luz del video crudo, sin editar ni logo del Canal 7, Uberti aparece como el más complicado. Al prestar declaración indagatoria ante la Justicia -que luego dictó su "falta de mérito" para acusarlo o sobreseerlo-, el ex recaudador de las campañas electorales de los Kirchner de 2003, 2005 y 2007, negó siquiera haber visto a Antonini dentro de la Casa Rosada.

Su superior inmediato, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, optó por presentar un escrito en Tribunales, en el que calificó como "totalmente falso" que conociera a Antonini. Ante la presión creciente de la prensa, distribuyó un comunicado en el que afirmó que no conocía "al prófugo" y que nunca tuvo con él "ningún tipo de contacto, ni personal ni por intermedio de terceras personas".

Pero Antonini ofreció otra versión durante la entrevista con LA NACION y ante el jurado de la Corte Federal en Miami. Dijo que cuando terminó el acto, el padre de Daniel y hombre clave de Pdvsa, Diego Uzcátegui, lo sumó a una rueda con funcionarios de ambos países. Y que allí, Uberti le dijo: "No te preocupes, quedate tranquilo". Y le presentó a De Vido, que lo saludó y le palmeó la espalda, antes de seguir a Chávez y a los Kirchner a otro salón.

Los seis fotogramas de Antonini dentro de la Casa Rosada que Petrone ordenó incorporar al expediente también dejan flotando una incógnita: ¿nadie dentro de Canal 7 revisó el material crudo de la grabación de ese acto en busca de Antonini durante los últimos dos años, mientras que otras muchas redacciones revisaban sus archivos a la caza de una imagen de tanta valía?

Más relevante, sin embargo, el video deja traslucir otro dato incómodo para los Kirchner y sus colaboradores: demuestra que es posible ingresar en uno de los edificios más custodiados del país sin dejar rastros si así lo ordena alguien con poder. Y, según cuentan múltiples fuentes a LA NACION, el hombre que destrabó su ingreso fue el secretario privado de De Vido, José María Olazagasti, a pedido de Bereziuk.

De allí, Antonini, los Uzcátegui, Bereziuk y un par de venezolanos más marcharon rumbo al restaurante Rosa Negra y al Gran Bar Danzón. El decomiso estaba por irrumpir en la prensa. Faltaban minutos para que estallara el escándalo hemisférico que, todavía hoy, acosa y fastidia a los Kirchner y a Chávez.

La Nación


Las polémicas de los Kirchner viajan en avión
Las valijas de Antonini Wilson, el caso de Southern Winds y el avión privado utilizado por Jaime son sólo algunos de los hechos que marcaron la gestión kirchnerista; un recorrido por distintos escándalos

Jueves 22 de octubre de 2009

Por Francisco Jueguen
De la Redacción de lanacion.com
fjuefuen@lanacion.com.ar


¡Ajústese el cinturón, ponga su asiento en posición vertical y apréstese a hacer despegar su memoria! No hay dudas, muchas de las grandes polémicas y escandalosas turbulencias que sobrevolaron los años de gestión de Néstor y Cristina Kirchner viajaron en avión.

Un nuevo hecho lo ratificó. El presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, agregó hace una semana un vuelo para el día en el que el seleccionado nacional de fútbol se enfrentaba con Uruguay en el histórico Centenario. Era una causa nacional: la Argentina necesitaba no perder para clasificar al mundial de Sudáfrica.

Recalde justificó que la demanda de pasajes había crecido tanto que debió agregar ese nuevo servicio. Insólitamente, sólo se ocuparon 48 de los 144 asientos del Boeing 737-700 que viajó a Montevideo. Para colmo, varios de esos pasajeros eran directivos de la empresa.

Pero ya había habido otros escándalos futboleros en la vida de Aerolíneas Argentinas. El último 10 de junio, la firma aérea parcialmente estatizada utilizó un Airbus 340 para llevar al equipo de Diego Maradona a Quito y dejó varadas a 90 personas que tenían previsto viajar a Miami.

Desde que Recalde asumió, las polémicas se multiplicaron. A fines del mes pasado, su supo que Aerolíneas Argentinas había firmado un contrato con el hotel Alto Calafate para que allí descansara la tripulación de los vuelos. Además de que esa ruta aérea está subsidida por el Estado en detrimento de otras opciones turísticas, ese hotel de lujo es de Cristina y Néstor Kirchner.

Por otro lado, para Aerolíneas Argentinas lo barato sale caro. Ese pareció ser el pensamiento de los ejecutivos de la empresa cuando le compraron a Luiz Inacio Lula da Silva 20 aviones Embraer a un precio superior al que se pagaba en el mercado. Pagaron 34,9 millones de pesos pero, según los funcionarios, todos eran full.

Lo de la empresa nacionalizada está directamente mal parido. A pesar de los cortocircuitos con España que generó la decisión del Gobierno de estatizar a la empresa, se llegó a un frágil acuerdo. No obstante, la firma sigue estando a nombre de Marsans y, según la oposición, la deuda de la compañía aérea trepó de $ 475 millones en 2007 a $ 2505 millones proyectados a diciembre de este año.

A pesar de las pérdidas, en agosto pasado, y según números internos de la compañía, la cantidad de pasajes gratuitos cedidos a diferentes viajeros por Aerolíneas y Austral aumentó casi un 40% en doce meses. Es más, y sirve de ejemplo, a comienzos de este año, un director de la empresa autorizó el traslado de ocho modelos de la agencia Leandro Rud a Viña del Mar, hecho que provocó otro escándalo porque las muchachas nunca pagaron el pasaje. Todo fue canje.

Más allá de Aerolíneas. Sin embargo, los escándalos aéreos de la era kirchnerista no empezaron con Aerolíneas Argentinas, sino con otra compañía de los cielos: Southern Winds. El vuelo de las narcovalijas con 40 kilos de cocaína que viajaron en 2005 desde Buenos Aires a Madrid fue el primer hecho que mantuvo en vilo al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.

La aerolínea desapareció en medio de la polémica y los juicios, pero algunos de sus trabajadores pasaron a formar parte de Safe Flight, una empresa aérea que no tiene aviones. En ese rumbo, nadie se olvida de Lafsa (ex LAPA y Dinar). La línea aérea estatal que nunca tuvo una aeronave, menos un despegue, pero sí presupuesto.

Aunque debió ser liquidada en 2005, la empresa creada por Eduardo Duhalde y mantenida por Néstor Kirchner recibió el año pasado $ 3,6 millones para pagar los salarios de 66 empleados que nunca fueron reubicados tal como se había acordado.

Hay otros escándalos en los que los pasajeros son objetos inanimados. LA NACION informó el mes pasado que los Kirchner tenían una lujosa flota aérea paralela en los que vuelan diarios, algún adorno pedido con urgencia y bolsas de hasta 40 kilos que van y vienen solas, silenciosas, sólo acompañadas por custodios.

La flota funciona desde mayo y traslada también a empresarios amigos y gobernadores. Consta de por lo menos dos aviones: un Challenger 600, matrícula LV-BYG, de un valor cercano a los 10 millones de dólares y un Lear Jet 35 de 2,5 millones (LV-BXU).

Hay un tercero, más conocido, que llegó en febrero: el polémico Lear Jet 31 A de patente norteamericana (N786YA) que el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime usaba como propio. Hasta fines de septiembre, esa aeronave estuvo estacionada en Uruguay esperando que su dueño la reclame.

A pesar de todos los malos recuerdos que tienen los Kirchner de la altura, hay especialmente uno que definitivamente marcó a fuego a la actual Presidenta. A sólo unos días de su asunción, un vuelo de Enarsa en el que viajaban funcionarios oficiales y empresarios venezolanos, trajo a Guido Antonini Wilson y a un invitado sorpresa: una valija repleta de dólares.

La Nación


Financiación ilegal de la campaña electoral? Transferencias ilegales de dinero entre Venezuela (Chavez presidente) y Argentina (Kirchner presidente)?



Una valija muy molesta en un mal momento
Por Joaquín Morales Solá
Domingo 14 de setiembre de 2008

Tom Shannon, el hombre de Washington para América latina, le anticipó al gobierno argentino, hace pocos días, que el caso Antonini Wilson estallaría en Miami con toda su carga de imputaciones, revelaciones y zozobras. Dos ministros de Cristina Kirchner sabían de antemano lo que se ventilaría en los tribunales norteamericanos. Conocían, incluso, el contenido general, aunque no preciso, de las cintas grabadas por el FBI a los agentes venezolanos. El Gobierno prefirió, sin embargo, despreciar ese gesto y culpar a la administración norteamericana de una conspiración para tumbar a quien no quiere tumbar.

El matrimonio Kirchner es rehén de sus ideologías y hasta de sus viejos prejuicios. Nacieron y crecieron en la vida política con la idea de que existe un imperio maligno y todopoderoso con sede en Washington. Trataron de cambiar en algún momento, pero la historia que sobrellevan terminó siendo siempre más fuerte que cualquier otra intención.

En ese contexto, tanto Néstor como Cristina Kirchner eligieron otra clase de alianzas internacionales, aunque la más sólida de todas ha sido, sin duda, la que trabaron con Hugo Chávez en Venezuela. Cristina Kirchner intentó en los últimos días un acercamiento más estrecho con el pujante Brasil de Lula, quizá para moderar aquella imagen de una intensa pasión política por el chavismo. Brasil es, en efecto, un buen socio en el mundo de hoy, pero la historia se impuso otra vez y de nuevo los Kirchner ataron su suerte al pirómano líder venezolano.

Una pregunta resulta inevitable: ¿están expresando los Kirchner a la mayoría de la sociedad argentina cuando aparecen en un arco de coincidencias con Chávez y con Evo Morales? Sin duda que no. Quizá sólo el azar convirtió a Cristina Kirchner en una aliada contemporánea de aquellos dos presidentes que echaron a los embajadores norteamericanos de sus países el mismo día en que ella se despachó contra Washington. El diablo se esconde en los detalles, pero los detalles no llegan a las grandes capitales del mundo. Cristina, Chávez y Evo quedaron en un mismo lote de presidentes impetuosos e imprevisibles. El gobierno argentino perdió el tiempo, además, en esconder sus descréditos creando escándalos innecesarios mientras la vecina Bolivia se hunde en la eventual tragedia de una guerra civil.

También es cierto que el dramatismo de las decisiones de Chávez y de Evo eclipsó de algún modo la paranoica e inútil retórica del gobierno kirchnerista. No hubo aquí una reacción tan mala como la de diciembre , se limitó a describir una fuente norteamericana desde Washington. Aludía a los efectos washingtonianos del discurso que Cristina Kirchner le dedicó a Bush pocos días después de asumir. Ahora hubo un comunicado malo, pero comunicado al fin.

Después de aquellos pugilatos de diciembre, comenzaron gestiones diplomáticas para reconstruir la relación. El propio Departamento de Estado consiguió que cuatro venezolanos se declararan culpables y evitaran, de ese modo, el sonoro juicio que vendría. Pero un venezolano, tal vez el más inocente de todos, se negó a declararse culpable. Shannon le avisó también entonces al gobierno argentino que esa resistencia de un solo hombre provocaría el juicio y las consecuencias de los últimos días. Así fue.

Los diplomáticos norteamericanos no pueden ir más allá: los fiscales son independientes en los Estados Unidos y ellos han llevado investigaciones que involucraron hasta presidentes en ejercicio. Shannon y el gobierno argentino habían acordado encerrar el caso en el fiscal de Miami y en Antonini Wilson. Ninguna pregunta de la fiscalía, incluso, trató de indagar aún más sobre la participación de los argentinos en el caso de la valija. El Gobierno debería haber centrado su respuesta, según esos acuerdos no explícitos, en la acción del fiscal y en Antonini Wilson.

Pero los Kirchner incumplieron esos acuerdos cuando deslizaron una acción de Washington contra la administración argentina y anunciaron un deterioro inevitable de la relación bilateral. Reaccionaron, en rigor, como si las aseveraciones de los acusados en Miami fueran palabras oficiales del gobierno de Bush. Fue, en verdad, una manera de ocultar las distracciones de la justicia argentina. Nunca hubo noticias de que hubiera existido en el gobierno argentino un comprometido interés por la extradición de Antonini Wilson.

Tan vacía de repreguntas estuvo la acción del fiscal que no averiguó a quién se refería un testigo venezolano que habló de un viceministro de Justicia argentino al que vio en Caracas; ese cargo no existe en la Argentina. Sectores del gobierno local señalan que pudo tratarse de abogados con cargos importantes en el Ministerio de Planificación o en Enarsa, la empresa petrolera que creó Kirchner y que rentó el avión que trajo a Buenos Aires a Antonini Wilson y a su valija. El avión rentado por el gobierno argentino, colmado de funcionarios exiguos y de secretarias pletóricas, es otra carga para la moral del gobierno kirchnerista. ¿Así se hacían siempre las cosas?

Si hubo abogados del gobierno argentino en Caracas, si la reacción de los últimos días ignoró el sentido de las proporciones y si se incumplieron los acuerdos políticos y reservados con Washington, la única conclusión posible es que existen demasiadas cosas para esconder en la sinuosa relación de los Kirchner con Chávez. Hay un canciller especial para Venezuela, Julio De Vido, y había un embajador para las cosas del dinero ante Chávez, el ahora defenestrado Claudio Uberti. Las propias características del caudillo de Caracas, un autócrata que gobierna como se manda en un cuartel, obligaban a profundizar la formalidad de esa relación. Obligaban si había, desde ya, buenas intenciones y explicables estrategias de política exterior.

La política en la Argentina es a veces una nostalgia. Sin política exterior y sin definiciones económicas sustanciales, nadie puede sorprenderse del derrumbe de los títulos argentinos y del crecimiento vertiginoso del riesgo país. El anuncio del pago de la deuda al Club de París fue un gesto espasmódico que careció de las condiciones indispensables. Sin una propuesta paralela a los bonistas todavía en default no habrá acceso de la Argentina a los mercados financieros. Y si al mismo tiempo no se producen drásticos cambios en el destruido Indec no habrá inversiones nuevas en el país. La economía no se resuelve a golpe de pataletas.

El poder excesivo termina siempre en la falta de poder. Kirchner solía domesticar la inflación retando a los dueños de los supermercados. Ahora hay inflación y a los retos se los lleva el viento. Antes, Kirchner levantaba huelgas en tensas conversaciones con Hugo Moyano. Ahora hay huelgas y nadie las levanta. Antes, los legisladores oficialistas eran invisibles por el desenfreno de la sumisión. Ahora, las últimas tres leyes importantes que el Gobierno mandó al Congreso (la de las retenciones agropecuarias, la de Aerolíneas Argentinas y la de la movilidad de las jubilaciones) fueron rechazadas o directamente destripadas.

Antes, los aliados radicales del kirchnerismo habían sido relegados y olvidados; ellos callaban. Ahora, Julio Cobos le exigió al Gobierno una investigación seria sobre la valija de Antonini Wilson. Esa endiablada valija está comprometiendo las relaciones exteriores y amenaza con desatar otro conflicto institucional en el país.
La Nación





Cuestionan los gastos de la campaña kirchnerista
Fuerte denuncia de Poder Ciudadano
Sábado 13 de setiembre de 2008

Las escandalosas revelaciones del juicio por la valija con US$ 800.000 y los posibles vínculos entre el tráfico ilegal de efedrina y la política que dejó al descubierto el triple crimen de General Rodríguez instalaron las sospechas sobre el financiamiento electoral y, sobre todo, las dudas en torno a los gastos del kirchnerismo en las dos últimas campañas presidenciales.

"En la campaña de 2007, Poder Ciudadano marcó la total incongruencia entre el total de gastos del Frente para la Victoria [FPV] y lo que verdaderamente costó la campaña. Fue mucho más que los 17 millones de pesos declarados. Sabemos que, como mínimo, costó entre 60 y 80 millones de pesos. Hay muchísimo dinero que se ha ocultado", indicó a lanacion.com la directora de Poder Ciudadano, Laura Alonso.

"Además, los 17 millones que fueron justificados están bajo sospecha, sobre todo con el caso de la valija del empresario venezolano Antonini Wilson y después del triple crimen de General Rodríguez. Tanto los ingresos como los fondos donados deberían ser investigados por la jueza [María] Servini de Cubría", añadió.

Alonso alertó sobre los fondos que, según Poder Ciudadano, fueron gastados por el kirchnerismo en la última campaña y que fueron omitidos en los informes. "Ese dinero pudo haber tenido dos orígenes: de fuentes ilegales, es decir, de personas o empresas que por ley no pueden donar a las campañas, o de fondos públicos", señaló.

Apuntó además que las irregularidades no son nuevas en el oficialismo. "En 2003, el FPV entregó informes de gastos que no tenían relación con la intensidad de la campaña que se veía en la calle. En ese año, diez días antes de las elecciones, el comité de campaña del kirchnerismo había declarado haber gastado $ 3 durante 80 días de campaña y donaciones por $ 500", dijo.

Para Alonso, la falta de recursos es clave en el deficiente control del financiamiento político. "En 2003 había seis contadores para controlar los informes de los partidos. Hoy sigue habiendo la misma cantidad de profesionales. Seis contadores que controlaron más de 3000 informes. Se necesitan al menos 20 contadores más y muchos más recursos tecnológicos", graficó.

"Falta plata para hacer cruces de bases de datos impositivos, de propiedad, de flujo de inversiones y de capitales para rastrear irregularidades. En Brasil, estas herramientas dieron curso a investigaciones judiciales. El Estado argentino gasta no más de 1,5 millones de dólares por año para todas las tareas que hacen en la Cámara Electoral. Si se compara con México, alrededor de 600 millones de dólares, dan ganas de llorar", concluyó Alonso.
Lucrecia Bullrich
La Nación




Jaqueado por las denuncias
Por Joaquín Morales Solá
Para LA NACION
Domingo 5 de octubre de 2008
El viernes se extenuaba en una tarde de grisura. ¿Es cierto que renuncia Graciela Ocaña?, desespera un diputado kirchnerista. La respuesta nunca es categórica. La gente cree más en lo que dice Antonini Wilson en Miami que en las réplicas del gobierno argentino, asegura un encuestador independiente. Los bloques oficialistas están más cerca de la oposición que de los Kirchner. Conseguir los votos para cada proyecto resulta ahora una hazaña, se resigna un ministro con acceso directo al matrimonio presidencial. La Argentina sentirá a partir de marzo los efectos de la crisis mundial , pronostica un renombrado economista. Ya no hay amor entre el peronismo y el Gobierno , concluye un legislador. ¿Lo hubo alguna vez?

El Gobierno ha perdido algo más que el amor de un partido que nunca se detuvo en tales efusiones. Perdió a la mayoría de la sociedad y, encima, estallan bajo sus pies resonantes hechos de supuesta corrupción. Esas denuncias alejan aún más a la sociedad en tiempos de penuria. La imagen positiva de los Kirchner ronda sólo el 25 por ciento en el segundo cordón del Gran Buenos Aires, el lugar donde reinaron con mediciones de más del 70 por ciento. Ya no quieren medir la opinión en los centros urbanos, porque ahí las cosas están aún peores.

Tales ocasos repercuten en la política práctica: sólo una agónica llamada telefónica de Néstor Kirchner al díscolo Mario Das Neves le permitió contar los votos de los senadores chubutenses para sacar el nuevo régimen jubilatorio. El proyecto estuvo a centímetros del rechazo.

Ocaña, ministra de Salud, escribió un párrafo único en la historia: comenzó los trámites necesarios para denunciar por calumnias e injurias a un subordinado. El subalterno es Héctor Capaccioli, encargado de los vastos recursos de las obras sociales y responsable de la recaudación de la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Se lo vinculó al empresario de medicamentos Sebastián Forza, acribillado a balazos por presuntos sicarios del narcotráfico, y generoso aportante de dinero para la campaña de la Presidenta. Capaccioli lanzó un agravio contra Ocaña cuando dijo públicamente que le preguntaran a la ministra sobre Forza. Dio también un salto al vacío: no será él quien ponga en duda el honor de Ocaña.

Alberto Fernández era el padrino político de los dos, de Ocaña y de Capaccioli. Ahora es un trapecista que va de un lado al otro. Sigue hablando con Ocaña y le pidió a Kirchner, en su reciente reunión en Olivos, que no someta a la ministra a la indisciplina de un subalterno. También habla con Capaccioli; a éste le reclamó que le pusiera un punto final al conflicto. Kirchner vacila: No puedo desplazar a un funcionario al que están vinculando con el narcotráfico , se resiste.

Hugo Moyano se metió en el alboroto. No lo quiere a Capaccioli porque no le gusta cómo reparte los fondos de las obras sociales. Ocaña se acercó al líder cegetista sólo para proponerle un sistema de compra de medicamentos más barato. Estoy con usted. Las cosas baratas nos convienen , le contestó Moyano. Ocaña no le contó sus desvelos, pero Moyano intuyó que podía hacer un aporte a la trifulca.

Ocaña no se quedará en el gabinete para proteger a funcionarios a los que no les tiene confianza moral. Usted no puede poner en riesgo su capital político , le aconsejó a la ministra un funcionario de otro paraje. Un momento , lo paró Ocaña. Un capital es algo que se obtiene y que se puede perder. Yo no hago de honesta. Soy honesta , le aclaró. La renuncia de Ocaña por esos motivos y en este momento sería letal para el Gobierno , alertó un kirchnerista. La renuncia de la ministra no se puede descartar.

Alberto Fernández cree que es necesaria la continuidad de Ocaña y confía en la honestidad de Capaccioli. Las dos cosas parecen ya incompatibles. La Presidenta rodea a la ministra de afectos públicos, pero en Olivos la convencen de que la política tiene sus laberintos. No me gustan los laberintos oscuros de la política , suele subrayar Ocaña.

El juez Daniel Petrone, que investiga en la Argentina la valija de Antonini Wilson, tiene 36 años, seis meses de juez y ya quiere ascender a camarista. Su ambición en la carrera judicial tiene la velocidad del sonido. Su ascenso quedará entonces en manos del Consejo de la Magistratura, que controlan con mano férrea los kirchneristas Carlos Kunkel y Diana Conti. Petrone ya declaró la falta de mérito para Claudio Uberti en la causa sobre el misterioso viaje que unió Caracas con Buenos Aires. A Uberti le faltan méritos, en efecto, pero tiene antecedentes suficientes como para enfrentar una severa investigación judicial.

La Cámara en lo Penal Económico está analizando ahora aquella resolución aparentemente tan rápida y próvida de Petrone. Es cierto que la decisión del juez se tomó en otro contexto, cuando todavía las lenguas fáciles de Miami no habían comenzado a moverse. La Cámara deberá decidir, en primer lugar, si el delito fue contrabando o lavado de dinero. Las penas por contrabando son mucho mayores que las de lavado. Deberá decidir también si mentir es un delito. Antonini Wilson dijo que traía libros en una valija atiborrada de dólares, que es lo único que leyó en su vida. La justicia argentina no consideró nunca la mentira como un delito, pero se refirió siempre a aviones inocentes con un mentiroso a bordo.

Los jueces tendrán que pronunciarse, por último, sobre la participación real de Uberti en el trasiego de dinero espurio. El eventual delito de contrabando promovido por un funcionario, que tiene penas mucho mayores, podría terminar con el otrora influyente operador de Kirchner en la cárcel. Importa lo que resolverá la Cámara, pero importa también la acción permanente y cotidiana del juez.

Puede suceder aquello o puede repetirse el caso Skanska, en el que directamente no pasa nada. Esa es, tal vez, la investigación más profunda sobre hechos de corrupción en la administración pública. La denuncia de sobreprecios fue implícitamente hecha por la misma empresa concesionaria de la obra. Ahora, de vez en cuando, algún magistrado llama a todos los involucrados para someterlos al trámite burocrático de que ratifiquen o rectifiquen lo que ya dijeron en todos los idiomas. Punto. Tras el estrépito inicial, la investigación quedó tan parada como el gasoducto cuestionado. Ni culpables ni obras.

Sólo la inexperiencia de Sergio Massa lo llevó a aceptar repreguntas en la Cámara de Diputados sobre Antonini Wilson y sobre el Indec. La oposición no lo dejó respirar. Agustín Rossi, jefe de los kirchneristas, debió denostar a Raúl Alfonsín para conseguir lo que quería: que la reunión se terminara de una buena vez. Una respuesta más de Massa y el bloque oficialista estallaba o se pasaba a la oposición , relató un legislador. El contraste no pudo ser peor: Rossi vapuleaba a Alfonsín en el Congreso, mientras el ex presidente radical le sacaba a Cristina Kirchner en la Casa de Gobierno el mejor discurso que ha dicho como presidenta.

Algunos radicales le están proponiendo a Julio Cobos que el año próximo renuncie a la vicepresidencia para presentarse como candidato a senador por Mendoza. En 2011, lo seducen, podría ser candidato a gobernador de su provincia o a presidente. Cobos prefirió pedirle públicamente a Julio De Vido que cuente lo que sabe sobre Antonini Wilson, sobre Caracas y sobre Uberti. No se irá de la vicepresidencia, aunque deba vivir a pan y agua. De hecho, acaba de vivir en Miami de la beneficencia porque no le dieron los viáticos que le corresponden. La comitiva de los Kirchner, en cambio, gastó dólares hasta cansarse durante una semana innecesaria en Nueva York.

La economía se apaga antes de que lleguen los coletazos del mundo. El campo está como Cobos: sufre la venganza por la derrota que le propinó a los Kirchner. El combate rural ha comenzado de nuevo. Una era ha terminado en el mundo, pero otra era concluyó en la Argentina , decía un ministro en ese viernes ya lánguido.




Tejer y destejer en Nueva York
Por Joaquín Morales
La Nacion
una especie de vahídos intelectuales y políticos en el matrimonio presidencial argentino. Durante la semana anual de vacaciones que los Kirchner se toman en la capital financiera de los Estados Unidos (ninguna otra delegación vive siete días en Nueva York para participar de la Asamblea de las Naciones Unidas), han tocado la melodía de la ortodoxia con tanto placer como el de la apostasía y han intentado seducir con la misma vocación con que espantaron a sus oyentes.

La Presidenta tuvo casi el vuelo de una poetisa monótona cuando maltrató al sistema económico y político de los Estados Unidos. No dejó pasar un día sin contarnos sus críticas a Washington y al capitalismo. Pero por momentos abandonó la poesía y se dedicó a la contabilidad. Fue entonces cuando anunció el comienzo de una negociación para sacar del default a los holdouts . ¿Qué sucedió para que convivieran en el tiempo posiciones tan diferentes? Dicho sin tantas vueltas: influyó, sobre todo, el temor a otro default argentino. Un default que seguramente no hubiera sido festivo y hasta ni siquiera declamado, pero que hubiera obligado a renegociar los vencimientos de los próximos años.

Una posible oferta al Club de París y a los holdouts se venía analizando desde enero entre Olivos y la Casa Rosada. Eran reflexiones políticas más que económicas y financieras. Sin embargo, el tiempo político cambió de ritmo el 17 de julio, el día en que Julio Cobos desempató en el conflicto con el campo. Fue directamente un derrumbe , aceptaron cerca de los Kirchner.

El otro derrumbe se los propinó Hugo Chávez con sus elevadas tasas de interés sobre bonos argentinos de los que se desprendió en el acto. Una mezcla de dos paridades cambiarias distintas en Caracas convirtió a los bonos argentinos en presa de especuladores bursátiles tan voraces como los financistas de Wall Street. De todos modos, la debilidad política de los Kirchner y la comprobación de que ya no quedaban prestamistas alternativos los apuraron a anunciar la eventual salida del viejo default. Los asustaba la perspectiva de uno nuevo.

Sectores de la administración creen ahora que la solución para el Club de París fue una sobreactuación innecesaria. Suponen que con un pago de 1000 o 2000 mil millones de dólares se probaría la buena voluntad. Debería negociarse el resto de la deuda. No es aconsejable sacar ahora 7000 millones de dólares de las reservas , señaló un alto funcionario del Gobierno. El anuncio sobre el Club de París se hizo una semana antes del primer gran salvataje de Bush a dos gigantes inmobiliarios, y diez días antes de la imponente caída de Lehman Brothers. Un mundo, que ya no era amable en el momento de aquellos anuncios, se metió luego en el ojo del huracán; todavía está ahí.

Sea como fuere, ambos anuncios fueron bien recibidos, pero luego sucedió una novedad contradictoria: Las mediciones del Indec son perfectas , recalcó la Presidenta. Ese gesto de aislamiento social (Cristina no va a un supermercado desde hace casi 20 años) le fue reprochado hasta por el Banco Mundial. La inflación ha cedido en las últimas semanas, aseguran los economistas más serios, pero no por las buenas razones, como hubiera ocurrido con un plan antiinflacionario. Sucedió, en cambio, que la sociedad y los empresarios le perdieron la confianza a la economía. Economía y política carecen ahora de confianza.

A todo esto, ¿por qué Cristina Kirchner se fue a Nueva York para hacer ese anuncio sobre una decisión soberana? ¿Para qué, en última instancia, si los bonistas están desperdigados por todo el mundo, sobre todo en Italia? ¿Por qué no lo hizo desde el país que gobierna? Quería enamorar a Wall Street , se sinceró un interlocutor frecuente de la Presidenta. Si fue así, la estrategia chocó en el acto con una mandataria dispuesta a reprender a Wall Street por sus recetas económicas de los años 90. Así, es mejor no hacer nada: si todos los males vienen de afuera, los gobernantes locales quedan exculpados y el inasible destino se convierte en un árbitro definitivo.

Las fórmulas de los 90, incluido el denostado Consenso de Washington, se aplicaron durante la gestión presidencial de Bill Clinton. Los dos Kirchner han dicho, siempre en reserva, que Clinton fue el mejor presidente norteamericano desde Kennedy . Clinton es, además, el referente más importante del partido al que pertenece Barack Obama, el candidato que entibia ahora el corazón de los Kirchner. Bush no es presidente desde siempre, pero Bush es la razón del rencor kirchnerista. Ya venían mal con él, pero la valija de Antonini Wilson empeoró todo.

Néstor Kirchner acudió en defensa implícita de su amigo Hugo Chávez cuando lo encaró de mala manera a Tom Shannon, el más importante funcionario de Washington para América latina. Si el caso de la valija de Antonini Wilson fue una "operación del gobierno" de Bush, como Kirchner le reprochó a Shannon, entonces son inocentes tanto el ex presidente argentino como el actual mandamás venezolano. Los diplomáticos norteamericanos venían satisfechos con el silencio kirchnerista sobre Miami. Pero Kirchner no pudo con su genio y lo tomó de las solapas a Shannon antes de meterse en el avión de regreso.

Shannon fue el funcionario del Departamento de Estado que más hizo para evitar el juicio de Miami, pero no pudo convencer a un venezolano de que se declarara culpable. El juicio, entonces, era inevitable. Shannon debe de estar preguntándose ahora si vale la pena hacerles un favor a los Kirchner.

A Rodríguez Zapatero le pasó lo mismo. La paciencia de ese hombre es infinita , deslizó un funcionario que siguió de cerca toda la relación con España. Julio De Vido se apresuró a resolver algunos viejos problemas de las empresas españolas en la Argentina, como quien intenta reducir el impacto de la estatización de Aerolíneas Argentinas. Pero es muy probable que la compra de la compañía aérea termine mal. Los Kirchner no están en condiciones políticas ahora de pagar un solo dólar por esa empresa.

Confundiendo siempre su corazón con el corazón del pueblo , el matrimonio presidencial ordenó la embestida final contra los propietarios de Aerolíneas Argentinas con la intención política de dejar atrás el combate perdido con el campo. Así lo aseguran quienes conocen los sótanos del poder argentino y así lo interpretaron en Madrid. Faltaba una prueba. Se las dio el polémico Ricardo Jaime: Con Aerolíneas Argentinas reconstruí la mayoría perdida en el Congreso , se pavonea ahora ante sus interlocutores.

Antes, desde el propio oficialismo cerril habían salido expresiones xenófobas contra los inversores españoles en la Argentina y la propia Presidenta maltrató en público al Banco de España. La paciencia de Rodríguez Zapatero es larga, pero no es infinita, como supone aquel funcionario.

Cristina dio en Nueva York sus habituales cátedras de profesora implacable sobre el capitalismo ético . Aquí se conocía en esas horas que ella, su esposo, sus hijos y el contador de la familia habían creado una empresa de consultoría empresaria. Néstor Kirchner venía insistiendo en eso desde enero último, cuando se quedó sin trabajo. Asesorar a empresas desde la Presidencia de la Nación se califica, en el mundo que Cristina aplazó sin piedad, como venta de información privilegiada o como tráfico de influencias. Ambas cosas son delitos graves.




Repercusiones de la entrevista con Antonini Wilson
Piden que la Justicia cite a Kirchner
La oposición quiere que el ex presidente explique su relación con el venezolano
Lunes 10 de noviembre de 2008

Caso de la valija: piden que la Justicia cite a KirchnerAntonini Wilson durante la entrevista que concedió a La Nacion Foto: Archivo

Un día después de que el maletero Alejandro Guido Alejandro Antonini Wilson ratificara, en una extensa entrevista con LA NACION, su versión de que Néstor Kirchner estaba al tanto de todos los detalles del escándalo de la valija, la oposición en bloque reclamó que la Justicia cite a declarar al ex presidente.

La jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, fue incluso un paso más allá y confirmó que pasado mañana denunciará penalmente al presidente del PJ porque lo considera "jefe de una asociación ilícita".

"Esto [por la entrevista que publicó LA NACION] es un elemento más que prueba la asociación ilícita que encabeza Kirchner", dijo Carrió. La dirigente de la CC presentará un denuncia penal por defraudación al Estado, evasión impositiva y asociación ilícita, basada sobre todo en la reforma previsional que pretende estatizar las AFJP.

Carrió cree que el objetivo del Gobierno es que apenas sea sancionada la ley, "se largue un gran plan de obras públicas, comandado por Julio De Vido [el ministro de Planificación Federal] y Néstor Kirchner, que mandará el dinero de los jubilados a una asociación ilícita".

Pero además asoció ese tema con el intento de ingresar en el país una valija con 800.000 dólares, porque lo considera parte del mismo plan. Carrió dijo que no tenía elementos de prueba para decir que Cristina fuera parte de esa supuesta asociación ilícita.

No obstante, la dirigente de la CC no fue la única que pidió que Kirchner concurriera a Tribunales.

"Si hay Justicia independiente, no puede pasar un día más sin que se cite a comparecer a Néstor Kirchner", la secundó la ex diputada Margarita Stolbizer, aliada radical de Carrió.

"Si se comprueba la veracidad de sus dichos [por las expresiones de Antonini], la Justicia tendrá que citarlo de inmediato a declarar como a cualquier hijo de vecino" coincidió desde Pro el diputado Luis Galvalisi (Capital).

En una entrevista de tres horas publicada ayer en LA NACION, el venezolano volvió a comprometer al Gobierno en el caso, y sostuvo que el ex funcionario kirchnerista Claudio Uberti le había dicho que Néstor Kirchner lo iba a "bancar a muerte por no haber hablado cuando se desató el escándalo".

Para el presidente de la UCR, Gerardo Morales, "su argumento [por Antonini] es creíble porque Kirchner maneja toda la botonera, todos los controles del Gobierno".

En tanto, para el diputado radical Mario Negri (Córdoba) Antonini Wilson probaría sus dichos si viniera a la Argentina a declarar a la Justicia. "Tendría que venir, si lo que dice es cierto, sería una gran contribución para la Justicia, pero si no viene, su conducta no aplica", sostuvo.

Por su parte, el diputado Carlos Raimundi (SI) expresó a LA NACION que "Antonini no parece una persona confiable, pero todos sabemos que hubo mecanismos espurios en el financiamiento de la campaña".

A la vez, Eduardo Macaluse coincidió con su compañero de bancada Raimundi al sostener: "[Antonini] no me parece de confianza, pero eso no quita que el Gobierno nos debe muchas explicaciones".

Mientras la oposición ayer pedía explicaciones, el Gobierno prefirió guardar silencio y no hizo ningún comentario sobre las declaraciones de Antonini. A diferencia de otros momentos en que la Casa Rosada salió a descalificar a Antonini, esta vez hubo un silencio absoluto.




Se fue Héctor Capaccioli del Gobierno
El ex superintendente de Servicios de Salud fue uno de los recaudadores de la campaña electoral de Cristina Kirchner; diferencias entre Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Salud sobre las causas de la salida del ex funcionario
Miércoles 12 de noviembre de 2008
Se fue Héctor Capaccioli del GobiernoEl funcionario tuvo algunas discrepancias con la ministra Ocaña.

El ahora ex superintendente de Servicios de Salud y quien fuera el recaudador de la campaña electoral de Cristina Kirchner, Héctor Capaccioli, se fue hoy del Gobierno por las diferencias que mantenía con la ministra de Salud, Graciela Ocaña.

Su salida ya generó diferencias en el Gobierno. Desde el Ministerio de Salud informaron a lanacion.com que el ahora ex funcionario fue echado por las diferencias que mantenía con la ministra de Salud. En cambio, fuentes cercanas al jefe de Gabinete, Sergio Massa, dijeron a este medio que Capaccioli presentó su renuncia este mediodía.

Las diferencias eran irreconciliables. La pelea entre Ocaña y Capaccioli, hombre que llegó al Gobierno de la mano del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, tuvo varios rounds con un claro ganador: la ministra de Salud.

El combate entre Ocaña y el superintendente de Servicios de Salud estalló luego de que se supo que una de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez, Sebastián Forza, había aportado 200.000 pesos a la campaña de Cristina Kirchner. Seacamp, la empresa de la víctima, era además proveedora del Hospital Francés, en cuya intervención participó Ocaña cuando estaba al frente del PAMI.

En ese momento, Capaccioli afirmó, en declaraciones públicas, que la ministra había designado a Forza presidente del comité de acreedores del Hospital Francés. Ocaña lo desmintió e intimó con una carta documento a Capaccioli para que se retractara públicamente, algo que el funcionario hizo enseguida.

La respuesta de Ocaña no se hizo esperar. La ministra encargó una auditoría a la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) que reveló que se habían falsificado ventas de medicamentos a un grupo de obras sociales.

El polémico hoy ex funcionario fue uno de los recaudadores de la campaña electoral de Cristina Kirchner. Hace poco más de un mes, uno de los puntos finales de la disputa lo puso la Presidenta cuando designó por decreto como gerente general de la SSS, segundo en el orden jerárquico del organismo, a Diego García de García Vilas.

En el mismo decreto, que también firmaron Ocaña y Massa se aceptó la renuncia en ese cargo de Diego Bustos, un hombre de Capaccioli, y se nombró a otros tres gerentes cercanos a la ministra, quien se quedó así con el control de la mitad de las gerencias de la SSS.

La lectura fue clara: la Presidenta le había dado un fuerte respaldo a Ocaña, que en las últimas semanas había amagado varias veces con renunciar al Gobierno.

Ahora sí, la pelea terminó.

La Nacion.




Jugada de la oposición / La política llegó a los tribunales
Carrió denunció a Kirchner y exigió "que vaya preso"
Lo señaló como el "jefe de una asociación ilícita"; ataques a De Vido
Jueves 13 de noviembre de 2008

Jaime Rosemberg
LA NACION

"Es necesario que Néstor Kirchner tenga una causa, que alguien alguna vez vaya preso. Y que haya un nunca más a la impunidad."

Un día después de sellar su acuerdo con la UCR, rodeada de cajas con documentación, y dispuesta a llevar al límite su batalla contra el kirchnerismo, Elisa Carrió denunció ayer en los tribunales de Retiro al ex presidente Néstor Kirchner como presunto jefe de una asociación ilícita que también integrarían el actual ministro de Planificación, Julio De Vido; el secretario de Transporte, Ricardo Jaime; los empresarios K Lázaro Báez, Cristóbal López y Rudy Ulloa; y el ex titular del Occovi Claudio Uberti.

La denuncia, que recayó en el juzgado federal número 10 a cargo del juez Julián Ercolini, es una voluminosa recopilación de las investigaciones de distintos diputados de ARI y la Coalición Cívica durante los cinco años y medio del kirchnerismo en el poder. La obra pública, los contratos petroleros, el caso Skanska, presuntos negociados en el área de pesca, el juego, el transporte, y hasta los viajes de funcionarios argentinos desde y hacia la Venezuela de Hugo Chávez están incluidos en unos treinta casos de presunta corrupción.

"El modus operandi era el mismo en todos los casos. Concesiones de obras públicas, adjudicación con sobreprecios a amigos del poder, facturación trucha para esconder el dinero en negro", afirmó Carrió a LA NACION en el tercer piso de los tribunales de Comodoro Py, mientras los diputados de la Coalición Cívica Patricia Bullrich, Juan Carlos Morán, Adrián Pérez, Fernando Sánchez, Elsa Quiroz y Elisa Carca, entre otros, cargaban cajas de cartón con documentación que acompañaba la denuncia.
Antecedentes

La imagen remitía a la comisión de investigación del lavado de dinero que Carrió encabezó durante el gobierno de Fernando de la Rúa, que tuvo enorme repercusión pública y también trajo a la ex diputada algunos dolores de cabeza.

En el escrito, Carrió y sus diputados pidieron a Ercolini que investigue si Kirchner fue jefe de la asociación ilícita y si hizo un "pacto de impunidad" con Chávez para ocultar el caso Antonini. Los negocios con Venezuela también involucran a De Vido y Uberti, mientras Ulloa es acusado de enriquecimiento ilícito y presunto pedido de coimas a pesqueras. López y Báez son sindicados como empresarios beneficiados en distintas licitaciones vinculadas al juego y construcciones, respectivamente. Jaime acumula denuncias por presuntas coimas y escaso control en concesiones ferroviarias, Aerolíneas y la licitación del tren bala.

También pidieron al juez el allanamiento de la AFIP y el ministerio de Planificación; un exhorto a la justicia norteamericana para que remita una copia del caso Antonini Wilson, y citaciones a ex funcionarios como el ex titular de la AFIP Alberto Abad. Dejó en claro que la presidenta Cristina Kirchner quedó fuera de sus denuncias, "por respeto a la institucionalidad del país".

Optimista, la ex diputada no quiso emitir opinión sobre Ercolini, un juez con buena reputación en Tribunales que fue ascendido durante el kirchnerismo y que ya desestimó una denuncia por enriquecimiento ilícito contra el ex presidente en 2004. "No soy responsable de una justicia corrupta e impune, pero cuando los gobiernos están debilitados algunos jueces investigan", dijo Carrió al entrar a Comodoro Py.

A pesar de la pública distancia de su denuncia que ayer tomaron sus flamantes aliados, el titular de la UCR, Gerardo Morales, y el ex intendente cordobés Luis Juez, Carrió anunció que "cada semana" presentará "nuevas pruebas" contra los funcionarios y ex funcionarios acusados.

"Esta va a ser la última denuncia que hago contra un Gobierno", le dijo a LA NACION una Carrió algo cansada después de una madrugada dándole los últimos retoques a la denuncia de ayer, en la que apuntó directo al corazón del kirchnerismo.





"Era mejor que me fuera; si no, esto parecía un cabaret"
Capaccioli relativizó su tarea en la recaudación de la campaña kirchnerista
Jueves 13 de noviembre de 2008
"Era mejor que me fuera; si no, esto parecía un cabaret", dijo el ex superintendente de Servicios de Salud"Tuve la misma responsabilidad que Alberto Fernández, Santa María y los demás partidos de la coalición" Foto: Archivo
José Ignacio Lladós
LA NACION

Héctor Capaccioli negó haber sido eyectado del poder. "Renuncié yo porque se había cumplido un ciclo", aseguró a LA NACION.

El flamante ex superintendente de Servicios de Salud minimizó también las denuncias sobre maniobras fraudulentas en la recaudación de la campaña de Cristina Kirchner, dijo que las responsabilidades allí habían sido compartidas con otros dirigentes -a los que nombró- y sugirió que recibiría de buen grado una embajada.

"Yo fui miembro de la junta promotora de la empresa más exitosa del país, que fue poner la presidenta de la Nación. Tenía responsabilidades conjuntas con el ex jefe de Gabinete [Alberto Fernández], con Víctor Santa María [jefe del sindicato de empleados de edificios y uno de los dirigentes más influyentes en el PJ porteño] y con el resto de los partidos integrantes del frente electoral", afirmó Capaccioli durante una charla con LA NACION.

-¿Por qué se va?

-Porque se cumplió un ciclo. No tenía sentido seguir forzando la situación para ver quién tenía más banca.

-¿Estaba recibiendo muchas presiones políticas?

-No, pero tampoco podía seguir toda la vida así. Es mejor para el Gobierno que yo me vaya. Si no, esto parecía un cabaret de equipo de fútbol, todos hablaban por los diarios... así que hablé con el jefe de Gabinete [Sergio Massa] y puse mi renuncia a consideración de la Presidenta.

-¿Habló con Alberto Fernández, a quien se señala como su paraguas político?

-No, él está en Londres. Esta es una decisión mía. Ya di todo lo que podía dar.

-¿Está preocupado por las derivaciones judiciales de la campaña presidencial?

-No, tengo una tranquilidad total. Ahora surgió esto de tres aportantes arrepentidos, que dicen que no colaboraron con la campaña, pero lo están investigando Sebastián Gramajo y Hernán Diez [responsables legales del financiamiento de la campaña]. Yo voy a acompañar políticamente.

-También está el caso de Sebastián Forza, el empresario dueño de una empresa aportante que fue asesinado por supuestos vínculos con el narcotráfico.

-Sí, eso es lo más complejo, pero está probado que no había ninguna vinculación entre el empresario y el Gobierno. Yo no lo conocía. Y tampoco era yo quien compraba medicamentos, así que no tiene sentido mezclar las cosas.

-¿Le pidió, a Forza o a cualquier otro, plata para la campaña?

-Fui parte de una junta promotora y cumplí con las funciones que ese trabajo requería. Más que eso no voy a decir. Y la verdad es que el margen de error en la campaña no es superior al 1 por ciento.

-¿No debería ser 0 por ciento?

-Sí, yo pretendo eso, pero un 1% es razonable. En 45 días recibís y ejecutás un presupuesto de 15 millones.

-¿Y su salida del Gobierno no está vinculada con eso?

-No, en absoluto. Es por cuestiones personales.

-¿Volvería a trabajar en la recaudación de una campaña electoral?

-No, mi familia me lo tiene prohibido. Lo que sí aceptaría es la embajada en Portugal [que está vacante].

-¿Se la ofrecieron?

-No, pero sería bueno y la aceptaría sin dudar.
Héctor Capaccioli
Ex superint. de servicios de salud

Edad: 50 años

* Apodado "Capa" por el mundillo político, Héctor Capaccioli es uno de los dirigentes más cercanos a Alberto Fernández, que fue quien lo llevó del gremio de operadores de radio a la función pública. Fue secretario de Descentralización del segundo gobierno porteño de Aníbal Ibarra y, luego, superintendente de Servicios de Salud de la Nación y recaudador de las campañas kirchneristas.


La Nacion




Entrevista con Alberto Fernández
"Nosotros dejamos de escuchar a la gente"
En la primera entrevista a fondo que brinda desde que dejó el Gobierno, el ex todopoderoso jefe de Gabinete elogia la inteligencia de la Presidenta y dice que Kirchner fue "el mejor presidente desde el regreso de la democracia"; Pero marca errores, se diferencia del proyecto de las AFJP y le reclama al kirchnerismo
Por Ricardo Carpena

Domingo 23 de noviembre de 2008

El nuevo tiempo está demandando acciones concretas de gobierno, más apertura, más diálogo". ¿Lo dijo Elisa Carrió? No.

"El problema central que tenemos no es la influencia de Néstor sobre Cristina, sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron". ¿Acaso lo dijo Julio Cobos? No.

"La gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir, sin enojarse con ella. Nosotros dejamos de escucharla". ¿Lo habrá dicho Mauricio Macri, quizá? No.

Todo esto lo dijo, en realidad, Alberto Fernández, este hombre que hace exactamente cuatro meses abandonó la máxima altura del poder en la Argentina y que en cinco meses cumplirá 50 años.

De saco veraniego, camisa blanca, sin corbata y zapatos modernos. Repantigado en su blanco sillón de un moderno y pequeño living con vista al Río de la Plata, en su departamento del piso 12 en una torre de Puerto Madero (que alquila, según aclarará luego). Está más canoso. Con menos ojeras que los surcos que le había dejado en la cara el conflicto del campo. Con una sonrisa recuperada. Se lo nota menos arrogante. Habla y se mueve como si se hubiera sacado un gran peso de encima. O, en rigor, dos grandes pesos de encima (sería una obviedad aclarar cuáles).

No es un opositor. Tampoco, se advierte, quiere serlo. Pero sabe que sus palabras no son las de cualquiera: fue el todopoderoso jefe de Gabinete, el Fernández más famoso e influyente de la guía kirchnerista y la tercera pata del trípode en el que descansó el oficialismo desde 2003 hasta nuestros días.

En un extenso reportaje con Enfoques, el primero que brinda a un diario nacional a 120 días de aquella sonora renuncia que conmovió los rígidos códigos de lealtad kirchnerista, elogia la inteligencia de la presidenta Cristina Kirchner y repite varias veces a lo largo de dos horas, casi como si haciéndolo buscara un escudo protector, que Néstor Kirchner fue "el mejor presidente argentino desde el regreso de la democracia". Pero dice mucho más.

Cuando defiende al gobierno de Néstor Kirchner, vuelve a ser aquel que defendía hasta lo indefendible, que justificaba hasta lo injustificable. Y lo defiende con tanto énfasis que parece añorar un Néstor Kirchner que cambió, que ya no es el mismo: "Quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido y donde teníamos un lugar para expresarnos".


Entrevista con Alberto Fernández
"Nosotros dejamos de escuchar a la gente"
En la primera entrevista a fondo que brinda desde que dejó el Gobierno, el ex todopoderoso jefe de Gabinete elogia la inteligencia de la Presidenta y dice que Kirchner fue "el mejor presidente desde el regreso de la democracia"; Pero marca errores, se diferencia del proyecto de las AFJP y le reclama al kirchnerismo
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El nuevo tiempo está demandando acciones concretas de gobierno, más apertura, más diálogo". ¿Lo dijo Elisa Carrió? No.

"El problema central que tenemos no es la influencia de Néstor sobre Cristina, sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron". ¿Acaso lo dijo Julio Cobos? No.

"La gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir, sin enojarse con ella. Nosotros dejamos de escucharla". ¿Lo habrá dicho Mauricio Macri, quizá? No.

Todo esto lo dijo, en realidad, Alberto Fernández, este hombre que hace exactamente cuatro meses abandonó la máxima altura del poder en la Argentina y que en cinco meses cumplirá 50 años.

De saco veraniego, camisa blanca, sin corbata y zapatos modernos. Repantigado en su blanco sillón de un moderno y pequeño living con vista al Río de la Plata, en su departamento del piso 12 en una torre de Puerto Madero (que alquila, según aclarará luego). Está más canoso. Con menos ojeras que los surcos que le había dejado en la cara el conflicto del campo. Con una sonrisa recuperada. Se lo nota menos arrogante. Habla y se mueve como si se hubiera sacado un gran peso de encima. O, en rigor, dos grandes pesos de encima (sería una obviedad aclarar cuáles).

No es un opositor. Tampoco, se advierte, quiere serlo. Pero sabe que sus palabras no son las de cualquiera: fue el todopoderoso jefe de Gabinete, el Fernández más famoso e influyente de la guía kirchnerista y la tercera pata del trípode en el que descansó el oficialismo desde 2003 hasta nuestros días.

En un extenso reportaje con Enfoques, el primero que brinda a un diario nacional a 120 días de aquella sonora renuncia que conmovió los rígidos códigos de lealtad kirchnerista, elogia la inteligencia de la presidenta Cristina Kirchner y repite varias veces a lo largo de dos horas, casi como si haciéndolo buscara un escudo protector, que Néstor Kirchner fue "el mejor presidente argentino desde el regreso de la democracia". Pero dice mucho más.

Cuando defiende al gobierno de Néstor Kirchner, vuelve a ser aquel que defendía hasta lo indefendible, que justificaba hasta lo injustificable. Y lo defiende con tanto énfasis que parece añorar un Néstor Kirchner que cambió, que ya no es el mismo: "Quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido y donde teníamos un lugar para expresarnos".


-¿Cómo se ve el Gobierno desde el llano?

-Me cuesta verlo desde el llano porque me siento partícipe de este proyecto, de este espacio. Si el llano quiere decir que lo vea con menos compromiso, no lo veo así. Me siento totalmente comprometido con la suerte del Gobierno. Lo que siento es que el Gobierno ha tenido que pasar dificultades. Algunas en mi tiempo, como en los días del conflicto con el campo, y después la crisis internacional, que indefectiblemente nos afecta. Pero veo una Presidenta ocupada del problema.

-¿A la Presidenta no la perjudica la gran influencia que Néstor Kirchner tiene en el Gobierno?

-Depende de cómo se vea. La influencia de Kirchner sobre Cristina es semejante a la de Cristina sobre Néstor. Kirchner ha sido, sin ninguna duda, el mejor presidente que tuvo la democracia desde 1983 hasta la fecha. Si yo dijera que a la Presidenta actual la asesora el mejor presidente que tuvo la democracia, ¿cómo lo vería la gente? La influencia de Néstor per se no debería ser mal vista a la luz de la enorme experiencia que tuvo como presidente, y de los buenos resultados. Lo que sí es cierto es que estamos viviendo otro tiempo y que el nuevo tiempo está demandando nuevas cosas que no tienen que ver con que Kirchner influya o no, sino con acciones concretas de gobierno, la demanda de más apertura, de más diálogo.

-Pero Cristina, cuando era senadora, no opacaba la tarea de Kirchner. Ahora existe la percepción de que se gobierna con un doble comando...

-No sé si es así. Sólo puedo decir, porque fui testigo de eso, que Néstor influye algunas veces y otras veces influye Cristina. Cuando Néstor fue presidente, muchas decisiones que tomó tuvieron que ver con ideas de Cristina. Como la composición de la Corte, la reducción a cinco miembros y y la idea de no seguir nombrando jueces de la Corte. El problema central que estamos teniendo en la Argentina no es la influencia de Kirchner sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron. Es un problema de gestión política.

-¿Para qué siente que sirvió su renuncia a la Jefatura de Gabinete?

-Se hicieron cosas que, cuando yo estaba, me costaba a veces convencer de la necesidad de hacerlas...

-¿Por ejemplo?

-La decisión de buscar una mejor posición en la Argentina para conseguir créditos internacionales, tratando de resolver el problema del Club de París o de los hold outs ,es un paso saludable. Renuncié con mucha honestidad intelectual. Sentí que el Gobierno necesitaba una oxigenación y que yo podía dar el primer paso para eso.

-Pero no se produjo la oxigenación...

-A mí no me eligieron presidente, la eligieron a Cristina, y ella pensó otra cosa. El tiempo dirá si yo tenía o no razón. Igualmente, aunque la Presidenta haya decidido otra cosa, busco que las cosas le vayan bien.

-Si tuviera que darle un consejo a la Presidenta, ¿insistiría en la oxigenación?

-La Argentina está necesitando otras lógicas políticas que las que llevamos adelante con Néstor, que fueron muy bien implementadas y permitieron que Kirchner liderara un proyecto que tenía un consenso social enorme. Ahora la gente demanda otras cosas. Lo que más me preocupa es cómo una parte de la sociedad se alejó del Gobierno. No se puso en contra del Gobierno, lo puso en examen. Kirchner había logrado un proyecto progresista, abarcador, democrático. Y eso tenemos que reconstruirlo.

-¿Pero lo ve dispuesto al Gobierno a reconstruirlo?

-(Silencio) No sé si la palabra es dispuesto... Quizá está dispuesto y le cuesta lograrlo. Es fácil enunciarlo desde afuera. Me siento con autoridad moral para decir estas cosas porque, como decía Kirchner, soy uno de los fundadores de este proyecto. Me siento con autoridad para decir "volvamos a reconstruir eso que alguna vez construimos". Que era una espacio social amplio,donde todos tenían cabida y donde todos se sentían protagonistas del cambio. Sufro cuando alguno de los nuestros se va a otro lado porque siento que estamos achicando las bases de sustentación de este proyecto. Además, inexorablemente, la Argentina quiere tener un proyecto progresista que sea una opción de poder y que sea una alternativa clara. Porque es desesperante cuando uno ve lo que es la oposición. Pero la oposición hará lo que pueda hacer; nosotros sí podemos reconstruir el proyecto, tratando de entender que a veces la gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir. Sin enojarse con la gente. Porque nos ha votado.

-Justamente los Kirchner a veces parecen enojados con la gente...

-No debemos enojarnos con la gente. Me duele mucho cómo votan los porteños, pero no quiero enojarme con ellos. Quiero entender por qué votan así. Lo mismo me pasa con muchos compañeros que han trabajado cerca nuestro y hoy están distantes porque no entienden muchas de las cosas que estamos haciendo. Tenemos que recuperarlos.

-Usted tuvo un papel decisivo en la candidatura y en el triunfo electoral de los Kirchner. ¿No se siente decepcionado al ver que sólo se fue usted y se quedaron todos sus enemigos políticos, como Julio De Vido y Guillermo Moreno?

-No, creo que Néstor siente que yo lo eximí dando un paso al costado. Desde ese lugar respeta mi decisión. Que haya dado un paso al costado no quiere decir que lo haya dado sobre lo que creo que debe hacerse. Kirchner fue un gran presidente. Fue un honor haber sido su jefe de Gabinete. Cuando me dicen que me he vuelto un crítico, digo que no: quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido...

-Pero implícitamente es una crítica a Kirchner. Néstor no parece ser el mismo del que usted habla...

-No sé si Néstor no es el mismo. Lo que digo es que la coyuntura nos fue cercando y tenemos que volver a romper el cerco de la coyuntura y hacer lo que hicimos originariamente. Nadie se tiene que molestar por esto.

-Suena a que se prepara el poskirchnerismo...
-No, no sé lo que es. Tenemos que recuperar nuestras lógicas iniciales. Me acuerdo del Kirchner que decía que la Argentina tenía que tener un movimiento de centroizquierda y otro de centroderecha, en competencia con proyectos alternativos. ¿Qué quedó de eso? No es verdad que la democracia funciona mejor con las pavadas formales de las que habla la oposición. Para que funcione necesita partidos ideológicamente claros, con candidatos ideológicamente claros. Carrió va de la centroizquierda a la centroderecha, y para en el radicalismo, y uno no entiende muy bien qué está representando. Hay una crisis internacional y la derecha lo único que propone es ajustar. Tenemos que ser una alternativa a eso. Como lo que está haciendo Macri en la ciudad: tiene un problema de gestión y entonces lo resuelve o subiendo el ABL, como se hizo con la anuencia de Telerman, o aumentando los impuestos en sellos o ingresos brutos, como propone ahora.

-Suena muy duro hacia dirigentes que fueron votados por la gente...

-Acepto a la oposición y es la que vota la gente, lo cual no me hace perder de vista, como análisis, la incapacidad de la oposición para proponer alternativas. El otro día la escuché a Carrió hablar de la crisis internacional, y ella explicaba a los argentinos lo que iba a pasar porque un muchacho que conoce del tema le había dicho que... y me da mucho miedo eso. Porque de ahí en más todo lo que dijo fue un conjunto de conceptos endebles, débiles...

-Quizá es similar a lo que hizo la Presidenta cuando, ante la gigantesca crisis financiera internacional, dijo que no iba a llegar a la Argentina mientras hablaba irónicamente sobre el efecto jazz... ¿Esa frase no fue desafortunada?

-El efecto jazz existe....

-Pero el jazz es muy bueno, creativo, no sé por qué lo utilizan como algo despectivo. Me gusta el jazz y lo tomo como una ofensa personal (risas)...

-¡A mí también me gusta! El jazz es una música típicamente norteamericana y lo que intentó decir Cristina es que esta crisis se desató en los Estados Unidos. Y es cierto. Si minimizó cuánto de esto iba a repercutir en la Argentina, no fue feliz. Pero después dijo que la malaria había llegado para todos. Ahí estaba asumiendo que el problema existía. No es un problema de discurso


Entrevista con Alberto Fernández
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El nuevo tiempo está demandando acciones concretas de gobierno, más apertura, más diálogo". ¿Lo dijo Elisa Carrió? No.

"El problema central que tenemos no es la influencia de Néstor sobre Cristina, sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron". ¿Acaso lo dijo Julio Cobos? No.

"La gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir, sin enojarse con ella. Nosotros dejamos de escucharla". ¿Lo habrá dicho Mauricio Macri, quizá? No.

Todo esto lo dijo, en realidad, Alberto Fernández, este hombre que hace exactamente cuatro meses abandonó la máxima altura del poder en la Argentina y que en cinco meses cumplirá 50 años.

De saco veraniego, camisa blanca, sin corbata y zapatos modernos. Repantigado en su blanco sillón de un moderno y pequeño living con vista al Río de la Plata, en su departamento del piso 12 en una torre de Puerto Madero (que alquila, según aclarará luego). Está más canoso. Con menos ojeras que los surcos que le había dejado en la cara el conflicto del campo. Con una sonrisa recuperada. Se lo nota menos arrogante. Habla y se mueve como si se hubiera sacado un gran peso de encima. O, en rigor, dos grandes pesos de encima (sería una obviedad aclarar cuáles).

No es un opositor. Tampoco, se advierte, quiere serlo. Pero sabe que sus palabras no son las de cualquiera: fue el todopoderoso jefe de Gabinete, el Fernández más famoso e influyente de la guía kirchnerista y la tercera pata del trípode en el que descansó el oficialismo desde 2003 hasta nuestros días.

En un extenso reportaje con Enfoques, el primero que brinda a un diario nacional a 120 días de aquella sonora renuncia que conmovió los rígidos códigos de lealtad kirchnerista, elogia la inteligencia de la presidenta Cristina Kirchner y repite varias veces a lo largo de dos horas, casi como si haciéndolo buscara un escudo protector, que Néstor Kirchner fue "el mejor presidente argentino desde el regreso de la democracia". Pero dice mucho más.

Cuando defiende al gobierno de Néstor Kirchner, vuelve a ser aquel que defendía hasta lo indefendible, que justificaba hasta lo injustificable. Y lo defiende con tanto énfasis que parece añorar un Néstor Kirchner que cambió, que ya no es el mismo: "Quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido y donde teníamos un lugar para expresarnos".


-¿Cómo se ve el Gobierno desde el llano?

-Me cuesta verlo desde el llano porque me siento partícipe de este proyecto, de este espacio. Si el llano quiere decir que lo vea con menos compromiso, no lo veo así. Me siento totalmente comprometido con la suerte del Gobierno. Lo que siento es que el Gobierno ha tenido que pasar dificultades. Algunas en mi tiempo, como en los días del conflicto con el campo, y después la crisis internacional, que indefectiblemente nos afecta. Pero veo una Presidenta ocupada del problema.

-¿A la Presidenta no la perjudica la gran influencia que Néstor Kirchner tiene en el Gobierno?

-Depende de cómo se vea. La influencia de Kirchner sobre Cristina es semejante a la de Cristina sobre Néstor. Kirchner ha sido, sin ninguna duda, el mejor presidente que tuvo la democracia desde 1983 hasta la fecha. Si yo dijera que a la Presidenta actual la asesora el mejor presidente que tuvo la democracia, ¿cómo lo vería la gente? La influencia de Néstor per se no debería ser mal vista a la luz de la enorme experiencia que tuvo como presidente, y de los buenos resultados. Lo que sí es cierto es que estamos viviendo otro tiempo y que el nuevo tiempo está demandando nuevas cosas que no tienen que ver con que Kirchner influya o no, sino con acciones concretas de gobierno, la demanda de más apertura, de más diálogo.

-Pero Cristina, cuando era senadora, no opacaba la tarea de Kirchner. Ahora existe la percepción de que se gobierna con un doble comando...

-No sé si es así. Sólo puedo decir, porque fui testigo de eso, que Néstor influye algunas veces y otras veces influye Cristina. Cuando Néstor fue presidente, muchas decisiones que tomó tuvieron que ver con ideas de Cristina. Como la composición de la Corte, la reducción a cinco miembros y y la idea de no seguir nombrando jueces de la Corte. El problema central que estamos teniendo en la Argentina no es la influencia de Kirchner sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron. Es un problema de gestión política.

-¿Para qué siente que sirvió su renuncia a la Jefatura de Gabinete?

-Se hicieron cosas que, cuando yo estaba, me costaba a veces convencer de la necesidad de hacerlas...

-¿Por ejemplo?

-La decisión de buscar una mejor posición en la Argentina para conseguir créditos internacionales, tratando de resolver el problema del Club de París o de los hold outs ,es un paso saludable. Renuncié con mucha honestidad intelectual. Sentí que el Gobierno necesitaba una oxigenación y que yo podía dar el primer paso para eso.

-Pero no se produjo la oxigenación...

-A mí no me eligieron presidente, la eligieron a Cristina, y ella pensó otra cosa. El tiempo dirá si yo tenía o no razón. Igualmente, aunque la Presidenta haya decidido otra cosa, busco que las cosas le vayan bien.

-Si tuviera que darle un consejo a la Presidenta, ¿insistiría en la oxigenación?

-La Argentina está necesitando otras lógicas políticas que las que llevamos adelante con Néstor, que fueron muy bien implementadas y permitieron que Kirchner liderara un proyecto que tenía un consenso social enorme. Ahora la gente demanda otras cosas. Lo que más me preocupa es cómo una parte de la sociedad se alejó del Gobierno. No se puso en contra del Gobierno, lo puso en examen. Kirchner había logrado un proyecto progresista, abarcador, democrático. Y eso tenemos que reconstruirlo.

-¿Pero lo ve dispuesto al Gobierno a reconstruirlo?

-(Silencio) No sé si la palabra es dispuesto... Quizá está dispuesto y le cuesta lograrlo. Es fácil enunciarlo desde afuera. Me siento con autoridad moral para decir estas cosas porque, como decía Kirchner, soy uno de los fundadores de este proyecto. Me siento con autoridad para decir "volvamos a reconstruir eso que alguna vez construimos". Que era una espacio social amplio, donde todos tenían cabida y donde todos se sentían protagonistas del cambio. Sufro cuando alguno de los nuestros se va a otro lado porque siento que estamos achicando las bases de sustentación de este proyecto. Además, inexorablemente, la Argentina quiere tener un proyecto progresista que sea una opción de poder y que sea una alternativa clara. Porque es desesperante cuando uno ve lo que es la oposición. Pero la oposición hará lo que pueda hacer; nosotros sí podemos reconstruir el proyecto, tratando de entender que a veces la gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir. Sin enojarse con la gente. Porque nos ha votado.

-Justamente los Kirchner a veces parecen enojados con la gente...

-No debemos enojarnos con la gente. Me duele mucho cómo votan los porteños, pero no quiero enojarme con ellos. Quiero entender por qué votan así. Lo mismo me pasa con muchos compañeros que han trabajado cerca nuestro y hoy están distantes porque no entienden muchas de las cosas que estamos haciendo. Tenemos que recuperarlos.

-Usted tuvo un papel decisivo en la candidatura y en el triunfo electoral de los Kirchner. ¿No se siente decepcionado al ver que sólo se fue usted y se quedaron todos sus enemigos políticos, como Julio De Vido y Guillermo Moreno?

-No, creo que Néstor siente que yo lo eximí dando un paso al costado. Desde ese lugar respeta mi decisión. Que haya dado un paso al costado no quiere decir que lo haya dado sobre lo que creo que debe hacerse. Kirchner fue un gran presidente. Fue un honor haber sido su jefe de Gabinete. Cuando me dicen que me he vuelto un crítico, digo que no: quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido...

-Pero implícitamente es una crítica a Kirchner. Néstor no parece ser el mismo del que usted habla...

-No sé si Néstor no es el mismo. Lo que digo es que la coyuntura nos fue cercando y tenemos que volver a romper el cerco de la coyuntura y hacer lo que hicimos originariamente. Nadie se tiene que molestar por esto.

-Suena a que se prepara el poskirchnerismo...

-No, no sé lo que es. Tenemos que recuperar nuestras lógicas iniciales. Me acuerdo del Kirchner que decía que la Argentina tenía que tener un movimiento de centroizquierda y otro de centroderecha, en competencia con proyectos alternativos. ¿Qué quedó de eso? No es verdad que la democracia funciona mejor con las pavadas formales de las que habla la oposición. Para que funcione necesita partidos ideológicamente claros, con candidatos ideológicamente claros. Carrió va de la centroizquierda a la centroderecha, y para en el radicalismo, y uno no entiende muy bien qué está representando. Hay una crisis internacional y la derecha lo único que propone es ajustar. Tenemos que ser una alternativa a eso. Como lo que está haciendo Macri en la ciudad: tiene un problema de gestión y entonces lo resuelve o subiendo el ABL, como se hizo con la anuencia de Telerman, o aumentando los impuestos en sellos o ingresos brutos, como propone ahora.

-Suena muy duro hacia dirigentes que fueron votados por la gente...

-Acepto a la oposición y es la que vota la gente, lo cual no me hace perder de vista, como análisis, la incapacidad de la oposición para proponer alternativas. El otro día la escuché a Carrió hablar de la crisis internacional, y ella explicaba a los argentinos lo que iba a pasar porque un muchacho que conoce del tema le había dicho que... y me da mucho miedo eso. Porque de ahí en más todo lo que dijo fue un conjunto de conceptos endebles, débiles...

-Quizá es similar a lo que hizo la Presidenta cuando, ante la gigantesca crisis financiera internacional, dijo que no iba a llegar a la Argentina mientras hablaba irónicamente sobre el efecto jazz... ¿Esa frase no fue desafortunada?

-El efecto jazz existe....

-Pero el jazz es muy bueno, creativo, no sé por qué lo utilizan como algo despectivo. Me gusta el jazz y lo tomo como una ofensa personal (risas)...

-¡A mí también me gusta! El jazz es una música típicamente norteamericana y lo que intentó decir Cristina es que esta crisis se desató en los Estados Unidos. Y es cierto. Si minimizó cuánto de esto iba a repercutir en la Argentina, no fue feliz. Pero después dijo que la malaria había llegado para todos. Ahí estaba asumiendo que el problema existía. No es un problema de discurso.

-Usted habló de los problemas de caja de Macri. ¿Los del Gobierno se resolverán con la eliminación de las AFJP?

-El problema central que hemos tenido con las AFJP es que no se ha explicado bien de qué estamos hablando. En la Argentina hay 20 millones de personas que trabajan, de las cuales 10 millones aportan al sistema de reparto. Quedan otras 10 millones en las AFJP, y si de ésas hay seis millones que hacen aportes irregulares a las AFJP, que aportan una vez al año o una vez y nunca más, la conclusión es que el Estado se va a tener que hacer cargo de 16 millones del total de 20 millones de personas.

Si, además, tenemos presente que esos cuatro millones restantes que aportan han logrado un promedio de ahorro de 40.000 pesos, lo que significa que van a cobrar 200, 220 o 230 pesos de jubilación, y que el Estado tiene obligación de cubrir el mínimo, entonces la conclusión es que este sistema no puede seguir funcionando.

La segunda pregunta es por qué este sistema llegó a este punto. Hay muchos argumentos. Este sistema supone un sistema perfecto de aportes para capitalizar todos los meses. Si se quiebra, como se quebró en la Argentina porque padeció 25 puntos de desempleo, es muy posible que el sistema se fracture. Pero si, además, un ministro cambia todo el dinero por un bono que dos meses después cae en default , no hay sistema que pueda funcionar con esa lógica. Si esto se hubiera explicado así, todo hubiera sido más comprensible. No estuve en la decisión ni en la explicación. Lo que no me parece feliz es explicarlo desde el punto de vista ideológico.

-Usted estaba afiliado a una AFJP. ¿Se pasó al sistema de reparto?

-No, opté por quedarme porque no descreo del sistema de las AFJP y era un aportante regular. El sistema tenía flancos débiles.

-¿Está en desacuerdo con la forma en que se impulsó el proyecto oficial?

-No es un tema menor. La forma y el momento depararon consecuencias no deseadas. El solo hecho de ver caer el valor de las acciones de las empresas argentinas entre 25 y 30 puntos es una consecuencia que nadie quiso, pero tiene que ver con que en el momento elegido había mucha sensibilidad en los mercados y las explicaciones no fueron suficientes.


Entrevista con Alberto Fernández
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En la primera entrevista a fondo que brinda desde que dejó el Gobierno, el ex todopoderoso jefe de Gabinete elogia la inteligencia de la Presidenta y dice que Kirchner fue "el mejor presidente desde el regreso de la democracia"; Pero marca errores, se diferencia del proyecto de las AFJP y le reclama al kirchnerismo
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El nuevo tiempo está demandando acciones concretas de gobierno, más apertura, más diálogo". ¿Lo dijo Elisa Carrió? No.

"El problema central que tenemos no es la influencia de Néstor sobre Cristina, sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron". ¿Acaso lo dijo Julio Cobos? No.

"La gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir, sin enojarse con ella. Nosotros dejamos de escucharla". ¿Lo habrá dicho Mauricio Macri, quizá? No.

Todo esto lo dijo, en realidad, Alberto Fernández, este hombre que hace exactamente cuatro meses abandonó la máxima altura del poder en la Argentina y que en cinco meses cumplirá 50 años.

De saco veraniego, camisa blanca, sin corbata y zapatos modernos. Repantigado en su blanco sillón de un moderno y pequeño living con vista al Río de la Plata, en su departamento del piso 12 en una torre de Puerto Madero (que alquila, según aclarará luego). Está más canoso. Con menos ojeras que los surcos que le había dejado en la cara el conflicto del campo. Con una sonrisa recuperada. Se lo nota menos arrogante. Habla y se mueve como si se hubiera sacado un gran peso de encima. O, en rigor, dos grandes pesos de encima (sería una obviedad aclarar cuáles).

No es un opositor. Tampoco, se advierte, quiere serlo. Pero sabe que sus palabras no son las de cualquiera: fue el todopoderoso jefe de Gabinete, el Fernández más famoso e influyente de la guía kirchnerista y la tercera pata del trípode en el que descansó el oficialismo desde 2003 hasta nuestros días.

En un extenso reportaje con Enfoques, el primero que brinda a un diario nacional a 120 días de aquella sonora renuncia que conmovió los rígidos códigos de lealtad kirchnerista, elogia la inteligencia de la presidenta Cristina Kirchner y repite varias veces a lo largo de dos horas, casi como si haciéndolo buscara un escudo protector, que Néstor Kirchner fue "el mejor presidente argentino desde el regreso de la democracia". Pero dice mucho más.

Cuando defiende al gobierno de Néstor Kirchner, vuelve a ser aquel que defendía hasta lo indefendible, que justificaba hasta lo injustificable. Y lo defiende con tanto énfasis que parece añorar un Néstor Kirchner que cambió, que ya no es el mismo: "Quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido y donde teníamos un lugar para expresarnos".


-¿Cómo se ve el Gobierno desde el llano?

-Me cuesta verlo desde el llano porque me siento partícipe de este proyecto, de este espacio. Si el llano quiere decir que lo vea con menos compromiso, no lo veo así. Me siento totalmente comprometido con la suerte del Gobierno. Lo que siento es que el Gobierno ha tenido que pasar dificultades. Algunas en mi tiempo, como en los días del conflicto con el campo, y después la crisis internacional, que indefectiblemente nos afecta. Pero veo una Presidenta ocupada del problema.

-¿A la Presidenta no la perjudica la gran influencia que Néstor Kirchner tiene en el Gobierno?

-Depende de cómo se vea. La influencia de Kirchner sobre Cristina es semejante a la de Cristina sobre Néstor. Kirchner ha sido, sin ninguna duda, el mejor presidente que tuvo la democracia desde 1983 hasta la fecha. Si yo dijera que a la Presidenta actual la asesora el mejor presidente que tuvo la democracia, ¿cómo lo vería la gente? La influencia de Néstor per se no debería ser mal vista a la luz de la enorme experiencia que tuvo como presidente, y de los buenos resultados. Lo que sí es cierto es que estamos viviendo otro tiempo y que el nuevo tiempo está demandando nuevas cosas que no tienen que ver con que Kirchner influya o no, sino con acciones concretas de gobierno, la demanda de más apertura, de más diálogo.

-Pero Cristina, cuando era senadora, no opacaba la tarea de Kirchner. Ahora existe la percepción de que se gobierna con un doble comando...

-No sé si es así. Sólo puedo decir, porque fui testigo de eso, que Néstor influye algunas veces y otras veces influye Cristina. Cuando Néstor fue presidente, muchas decisiones que tomó tuvieron que ver con ideas de Cristina. Como la composición de la Corte, la reducción a cinco miembros y y la idea de no seguir nombrando jueces de la Corte. El problema central que estamos teniendo en la Argentina no es la influencia de Kirchner sino las cosas que debemos hacer para que el Gobierno recupere la base social que le dio vida y vuelva a convencer a un montón de argentinos que se alejaron. Es un problema de gestión política.

-¿Para qué siente que sirvió su renuncia a la Jefatura de Gabinete?

-Se hicieron cosas que, cuando yo estaba, me costaba a veces convencer de la necesidad de hacerlas...

-¿Por ejemplo?

-La decisión de buscar una mejor posición en la Argentina para conseguir créditos internacionales, tratando de resolver el problema del Club de París o de los hold outs ,es un paso saludable. Renuncié con mucha honestidad intelectual. Sentí que el Gobierno necesitaba una oxigenación y que yo podía dar el primer paso para eso.

-Pero no se produjo la oxigenación...

-A mí no me eligieron presidente, la eligieron a Cristina, y ella pensó otra cosa. El tiempo dirá si yo tenía o no razón. Igualmente, aunque la Presidenta haya decidido otra cosa, busco que las cosas le vayan bien.

-Si tuviera que darle un consejo a la Presidenta, ¿insistiría en la oxigenación?

-La Argentina está necesitando otras lógicas políticas que las que llevamos adelante con Néstor, que fueron muy bien implementadas y permitieron que Kirchner liderara un proyecto que tenía un consenso social enorme. Ahora la gente demanda otras cosas. Lo que más me preocupa es cómo una parte de la sociedad se alejó del Gobierno. No se puso en contra del Gobierno, lo puso en examen. Kirchner había logrado un proyecto progresista, abarcador, democrático. Y eso tenemos que reconstruirlo.

-¿Pero lo ve dispuesto al Gobierno a reconstruirlo?

-(Silencio) No sé si la palabra es dispuesto... Quizá está dispuesto y le cuesta lograrlo. Es fácil enunciarlo desde afuera. Me siento con autoridad moral para decir estas cosas porque, como decía Kirchner, soy uno de los fundadores de este proyecto. Me siento con autoridad para decir "volvamos a reconstruir eso que alguna vez construimos". Que era una espacio social amplio, donde todos tenían cabida y donde todos se sentían protagonistas del cambio. Sufro cuando alguno de los nuestros se va a otro lado porque siento que estamos achicando las bases de sustentación de este proyecto. Además, inexorablemente, la Argentina quiere tener un proyecto progresista que sea una opción de poder y que sea una alternativa clara. Porque es desesperante cuando uno ve lo que es la oposición. Pero la oposición hará lo que pueda hacer; nosotros sí podemos reconstruir el proyecto, tratando de entender que a veces la gente nos está reclamando un cambio que hay que asumir. Sin enojarse con la gente. Porque nos ha votado.

-Justamente los Kirchner a veces parecen enojados con la gente...

-No debemos enojarnos con la gente. Me duele mucho cómo votan los porteños, pero no quiero enojarme con ellos. Quiero entender por qué votan así. Lo mismo me pasa con muchos compañeros que han trabajado cerca nuestro y hoy están distantes porque no entienden muchas de las cosas que estamos haciendo. Tenemos que recuperarlos.

-Usted tuvo un papel decisivo en la candidatura y en el triunfo electoral de los Kirchner. ¿No se siente decepcionado al ver que sólo se fue usted y se quedaron todos sus enemigos políticos, como Julio De Vido y Guillermo Moreno?

-No, creo que Néstor siente que yo lo eximí dando un paso al costado. Desde ese lugar respeta mi decisión. Que haya dado un paso al costado no quiere decir que lo haya dado sobre lo que creo que debe hacerse. Kirchner fue un gran presidente. Fue un honor haber sido su jefe de Gabinete. Cuando me dicen que me he vuelto un crítico, digo que no: quiero volver al origen, que era un lugar amplio, convocante, que superaba las barreras de cualquier partido...

-Pero implícitamente es una crítica a Kirchner. Néstor no parece ser el mismo del que usted habla...

-No sé si Néstor no es el mismo. Lo que digo es que la coyuntura nos fue cercando y tenemos que volver a romper el cerco de la coyuntura y hacer lo que hicimos originariamente. Nadie se tiene que molestar por esto.

-Suena a que se prepara el poskirchnerismo...

-No, no sé lo que es. Tenemos que recuperar nuestras lógicas iniciales. Me acuerdo del Kirchner que decía que la Argentina tenía que tener un movimiento de centroizquierda y otro de centroderecha, en competencia con proyectos alternativos. ¿Qué quedó de eso? No es verdad que la democracia funciona mejor con las pavadas formales de las que habla la oposición. Para que funcione necesita partidos ideológicamente claros, con candidatos ideológicamente claros. Carrió va de la centroizquierda a la centroderecha, y para en el radicalismo, y uno no entiende muy bien qué está representando. Hay una crisis internacional y la derecha lo único que propone es ajustar. Tenemos que ser una alternativa a eso. Como lo que está haciendo Macri en la ciudad: tiene un problema de gestión y entonces lo resuelve o subiendo el ABL, como se hizo con la anuencia de Telerman, o aumentando los impuestos en sellos o ingresos brutos, como propone ahora.

-Suena muy duro hacia dirigentes que fueron votados por la gente...

-Acepto a la oposición y es la que vota la gente, lo cual no me hace perder de vista, como análisis, la incapacidad de la oposición para proponer alternativas. El otro día la escuché a Carrió hablar de la crisis internacional, y ella explicaba a los argentinos lo que iba a pasar porque un muchacho que conoce del tema le había dicho que... y me da mucho miedo eso. Porque de ahí en más todo lo que dijo fue un conjunto de conceptos endebles, débiles...

-Quizá es similar a lo que hizo la Presidenta cuando, ante la gigantesca crisis financiera internacional, dijo que no iba a llegar a la Argentina mientras hablaba irónicamente sobre el efecto jazz... ¿Esa frase no fue desafortunada?

-El efecto jazz existe....

-Pero el jazz es muy bueno, creativo, no sé por qué lo utilizan como algo despectivo. Me gusta el jazz y lo tomo como una ofensa personal (risas)...

-¡A mí también me gusta! El jazz es una música típicamente norteamericana y lo que intentó decir Cristina es que esta crisis se desató en los Estados Unidos. Y es cierto. Si minimizó cuánto de esto iba a repercutir en la Argentina, no fue feliz. Pero después dijo que la malaria había llegado para todos. Ahí estaba asumiendo que el problema existía. No es un problema de discurso.

-Usted habló de los problemas de caja de Macri. ¿Los del Gobierno se resolverán con la eliminación de las AFJP?

-El problema central que hemos tenido con las AFJP es que no se ha explicado bien de qué estamos hablando. En la Argentina hay 20 millones de personas que trabajan, de las cuales 10 millones aportan al sistema de reparto. Quedan otras 10 millones en las AFJP, y si de ésas hay seis millones que hacen aportes irregulares a las AFJP, que aportan una vez al año o una vez y nunca más, la conclusión es que el Estado se va a tener que hacer cargo de 16 millones del total de 20 millones de personas.

Si, además, tenemos presente que esos cuatro millones restantes que aportan han logrado un promedio de ahorro de 40.000 pesos, lo que significa que van a cobrar 200, 220 o 230 pesos de jubilación, y que el Estado tiene obligación de cubrir el mínimo, entonces la conclusión es que este sistema no puede seguir funcionando.

La segunda pregunta es por qué este sistema llegó a este punto. Hay muchos argumentos. Este sistema supone un sistema perfecto de aportes para capitalizar todos los meses. Si se quiebra, como se quebró en la Argentina porque padeció 25 puntos de desempleo, es muy posible que el sistema se fracture. Pero si, además, un ministro cambia todo el dinero por un bono que dos meses después cae en default , no hay sistema que pueda funcionar con esa lógica. Si esto se hubiera explicado así, todo hubiera sido más comprensible. No estuve en la decisión ni en la explicación. Lo que no me parece feliz es explicarlo desde el punto de vista ideológico.

-Usted estaba afiliado a una AFJP. ¿Se pasó al sistema de reparto?

-No, opté por quedarme porque no descreo del sistema de las AFJP y era un aportante regular. El sistema tenía flancos débiles.

-¿Está en desacuerdo con la forma en que se impulsó el proyecto oficial?

-No es un tema menor. La forma y el momento depararon consecuencias no deseadas. El solo hecho de ver caer el valor de las acciones de las empresas argentinas entre 25 y 30 puntos es una consecuencia que nadie quiso, pero tiene que ver con que en el momento elegido había mucha sensibilidad en los mercados y las explicaciones no fueron suficientes.

-¿Estaba de acuerdo en incorporar garantías de que la plata de las jubilaciones no podía tener otro destino?

-Todo eso está bien porque es cierto que en la Argentina fracasó el sistema de fondos de pensión, pero antes había fracasado la jubilación en manos del Estado.

-¿Cuál es la principal autocrítica que hace de su gestión?

-Detesto hacer autocrítica porque para criticarme ya tengo a tantos... ¿Por qué me voy a sumar yo? (risas). Nos debemos de haber equivocado más de una vez...

-Seguramente le debe de haber quedado alguna espina...

-La espina que me quedó es el tema del campo. Los argentinos han vivido tantos sinsabores, tantas amarguras, les pesan los fantasmas de los desaparecidos y de los muertos, y si hay algo que no quieren es más crisis. Y siento que a la sociedad la dividimos... También el campo, ¿eh? Entre todos generamos una situación que la Argentina no necesitaba ni merecía. Y no hicimos el cálculo exacto del problema...

-¿Que les falló a ustedes?

-Un mejor análisis y la vocación de terminar el conflicto en algún momento. No siempre los conflictos se ganan... Aprendí que uno no siempre gana con el 100%, que uno a veces gana ganando sólo algo. Y dejando que otro gane algo también. Nosotros fuimos muy inflexibles. No cargo tintas sobre nadie porque yo era parte de todo eso...

-¿Pero ése no es el estilo típico de Kirchner, dividir el mundo en amigos y enemigos, en blanco y negro?

-Hay tiempos en que eso se podía entender y tiempos en los que es difícil de entender. Este es un tiempo en el que eso es difícil de entender...

-¿Pero Kirchner habrá entendido que ese tiempo cambió?

-(Piensa unos segundos) Quisiera que sí... Para ninguno de nosotros esto ha sido intrascendente. No sé si Kirchner estará arrepentido, pero ha tenido algunos gestos de acercamiento a gente que votó contra nosotros en el tema del campo, y eso es un modo de aceptarlo. El ex presidente, la Presidenta, los que fuimos sus ministros, todos somos seres humanos y tenemos debilidades... Yo lo viví así, como que en algún momento dejamos de escuchar a la gente. El día que renuncié fui a un programa de TV y cuando me preguntaron el porqué de mi decisión, dije: "Yo escuché, yo escuché".

-Después del voto no positivo de Julio Cobos en el Senado, ¿la Presidenta pensó realmente en renunciar?

-La Presidenta nunca renunció finalmente. Mucho de ese tema no voy a hablar.

-¿Pero pensó en renunciar?

-Sí, no sé... No soy yo quien tiene que hablarlo. Fue un hecho traumático. Aquella votación de Cobos fue algo institucionalmente inexplicable. Además, en el fondo, Cobos quedó atrapado en una maniobra especulativa: especuló con que nunca le iba a tocar votar. Hacía lo políticamente correcto en público pensando que nunca le iba a tocar votar...

-¿Pero cómo se entiende el proceso de aislamiento al que lo condenaron, que ustedes no supieran qué iba a votar?

-Yo hablé dos veces con él esa noche de la votación y estaba con un nivel de angustia enorme... Hasta último momento decía que no sabía qué hacer. La explicación que me daba es que su hija le había advertido que si votaba en favor del Gobierno no iba a poder volver a caminar por la calle.

-¿No le hizo un favor al Gobierno?

-No sé si fue bueno, malo, qué se yo... Quizá sea una consecuencia que objetivamente hubo. Pero fue institucionalmente negativo. El vicepresidente es parte del Poder Ejecutivo, no un legislador librepensante. No lo juzgo. La historia lo va a juzgar.

-¿Qué futuro les espera a los Kirchner para las elecciones de 2011?

-Dependerá de lo que sean capaces de hacer. Cristina tiene tres años de gobierno por delante, mucho por hacer. Sé de su inteligencia. Pero insisto: hay que recuperar lo que inicialmente fuimos, que era una política de mucha más apertura de la que hoy tenemos.

-¿Encarnada por quién?

-No sé. Kirchner sigue teniendo un rol preponderante en la política. Gran parte de esta charla giró en torno a Kirchner....

-¿Kirchner será entonces candidato presidencial en 2011?

-Falta mucho para 2011, pero me interesa preservar el proyecto político. Debemos construir algo que sea superador de Kirchner, de Cristina. Con ellos, no en contra de ellos, pero que sea superador. No entiendo a los que se quejan de los Kirchner y se encapsulan en las más viejas estructuras del peronismo.

-Y usted, ¿será candidato, otra vez funcionario? ¿Cuál es su sueño en política?

-No. Estoy muy agradecido a la política. Me dio algo que a pocos políticos les da, que es haber estado en la mesa de las decisiones y así haber mejorado las condiciones de vida de la gente. Falta mucho por hacerse y de aquí a 2011 hay mucho por escribir.

-¿Tiene futuro Duhalde?

-(Piensa) Le tengo cariño a Duhalde. La historia lo recordará como un hombre que, en un momento difícil, ayudó a apagar un incendio tremendo. Pero su tiempo político no es éste; es el que él vivió.

-¿Será el tiempo de Felipe Solá?

-Le tengo un gran cariño y, además, somos amigos, pero no entiendo lo que hizo.

-Dijo que en el kirchnerismo no hay lugar para las disidencias?

-Eso lo puedo entender, pero no entiendo la solución que encontró.

-Es parecida a la suya. Eligió renunciar y criticar las formas kirchneristas...

-No, no... Yo no me fui de acá. A las alternativas de futuro las debemos construir. Hemos perdido parte de la base de sustentación de este proyecto y hay que reconstruirla, pero no se logra volviendo al pasado. Como decía Julio Bárbaro de Chacho Alvarez: "Irse del peronismo para juntarse con De la Rúa es como separarse de la mujer para irse con la suegra (risas). Sigo apostando a ese kirchnerismo (piensa unos segundos) que se puso al frente de la sociedad y que la lideró?

-Pero también es el pasado...

-No, no... Pero Kirchner existe...

-Es que por lo que usted sugiere, Kirchner ya no es el mismo, por algo usted renunció al Gobierno.

-Pero hablo del Kirchner exitoso. Se puede volver a construir. Supone cambios. Tuve diferencias; si no, no me hubiera ido...

-¿Le irá bien al kirchnerismo en las elecciones parlamentarias de 2009?

-El Gobierno va a ganar...

-Por poco, vaticinó usted...

-Tal vez por un margen más chico del que ganó antes. El problema no es 2009. Es 2011.

-Pero si se gana por un margen estrecho también será para el oficialismo una muestra de debilidad política...

-Muchos decían que no existía ninguna posibilidad de ganar. Ahora aceptan que podemos ganar. Es como que nos corren el arco un metro más. El Gobierno va a ganar las elecciones. El problema no es ése, sino escuchar a la gente. Ese es el secreto.

-Hablando de secretos, ¿por qué muchas veces los políticos se enriquecen al pasar por la función pública?

-Ha habido casos... Una vez, en Harvard, donde me habían invitado en los años noventa a un seminario sobre la transparencia en las organizaciones públicas y privadas, escuché una charla de una experta en el tema sobre el efecto de la corrupción. En un pizarrón blanco dibujó un punto negro y nos preguntó qué veíamos nosotros. Alguien dijo: un punto negro. No, contestó ella, es un pizarrón blanco. El punto negro tiende a ensuciar todo el pizarrón, y con la corrupción sucede lo mismo. Ha habido casos de corrupción en la política argentina que dan que pensar que el poder es un lugar perverso donde llegan los inescrupulosos y donde la gente se enriquece. Pero no es así. No necesariamente es así... Hay que devolverle credibilidad a la política.

-Además de algunos casos de corrupción que involucran al Gobierno, no puedo evitar recordar, al aludir a los políticos que se enriquecen, que los Kirchner incrementaron su patrimonio en un 160 por ciento desde 2003...

-Hay que ver cómo se incrementó. Lo que pasó, y en toda la Argentina, es que se incrementaron los alquileres desde 2003 hasta la fecha. Y los Kirchner son dueños de muchas propiedades que alquilan y sus ingresos crecieron sustancialmente, desarrollaron una serie de proyectos en El Calafate, que fue un lugar en el que los precios de las tierras también crecieron sideralmente (silencio)... Kirchner no necesita que yo lo defienda. En su momento me preocupé de ver este tema y todo tenía su explicación. Ahora, claro, si uno dice que los Kirchner incrementaron su patrimonio... ¿Cuántas veces me dijo?

-160 por ciento...

-Bueno, eso suena difícil de entender. Pero si uno ve cada caso y tiene en cuenta esta realidad, la historia es un poco distinta.

-Como sea, habla de un verdadero milagro en el manejo de los recursos... (risas). Su caso parece más discreto: este departamento no es muy grande...

-No es mío; lo alquilo.

-¿Y puede caminar tranquilamente por la calle sin que lo agredan? No sólo en Puerto Madero, digo...

-Voy a todos lados. Voy a la cancha, como siempre he ido, y ando por barrios. Y voy a comer al barrio. Nunca he tenido un problema con nadie, lo que no quiere decir que no me hayan reclamado cosas.

-¿Siente que su renuncia le cayó bien a la gente?

-En un país en el que todos se agarran al sillón, me reconocen el gesto de haberme ido y sienten que fue un gesto honesto proponerle cambios a Cristina. Siempre le dije a Kirchner: "Tenemos que terminar nuestra gestión y salir a caminar por la calle. Si la gente nos respeta, nuestra misión estará cumplida". Y mi misión la cumplí. Eso es lo que yo buscaba, y es el premio que quería tener.

© LA NACION
Mano a mano

Ya imagino los comentarios de los lectores: "¿Pero cómo no le preguntó nada sobre el caso de la valija, las irregularidades de la campaña electoral (incluido el caso Forza), la distribución discrecional de la publicidad oficial y tantos etcéteras como escándalos ha habido en el kirchnerismo?". Error: fueron dos horas exactas de charla en las que hablamos de todo. El problema es que en esos temas Alberto Fernández se blinda y devuelve cada estocada con una defensa cerrada y efectiva de la postura oficial, hasta tal punto que no quedaba otra posibilidad que contestarle a cada rato: "No le creo". Sobre todo cuando intentó hacer quedar a Antonini como un facineroso sin vínculos con el Gobierno o cuando quiso desentenderse de las irregularidades en la campaña del kirchnerismo.

El ex jefe de Gabinete se mostró sólido ante los temas que defendió siempre (y con los argumentos de siempre). Pero añora a un Kirchner que quizá ya no existe: el que conoció allá por 1996 y al que ayudó a crecer hasta alcanzar la Presidencia.

Fue renuente a hablar de Julio De Vido, su mejor enemigo, y se notaba que, más allá de expresar sus diferencias, no quería quedar como un opositor al Gobierno.

Curiosamente, le costó encontrar las palabras justas cuando le pregunté sobre Hugo Chávez: "Es el presidente que eligieron los venezolanos y debe ser respetado".

Tampoco quiso hablar de su vida personal, aunque días atrás, en sus dos semanas de charlas universitarias en España e Inglaterra, se mostró junto a la diputada Vilma Ibarra.
En Clave Personal

Cambio. "Ahora vivo de mi consultora, donde tengo clientes, de la profesión de abogado y de algunas charlas por las que me han pagado. Me va mucho mejor que como ministro (se ríe)".

Influencias. "¿Por qué dejé la música y me dediqué a la política? Porque la política es lo que cambia la realidad. Durante mi juventud influyeron en mí Perón, por supuesto, pero siempre estuve contra la lucha armada porque influyó en mí el pacifismo de Joan Baez, de Bob Dylan. Y si Perón fue una referencia, el Che lo fue pero en conducta. Uno no es sólo resultado de una militancia, sino de una vida. Y en mi vida se mezcló la música, la poesía de Whitman, la de Miguel Cantilo y Blackbird, de los Beatles. ¿Por qué pesó más la política que la música? Tocaba en pubs, pero el punto de quiebre fue cuando me escuchaban (se ríe). Siempre tuve una fuerte vocación por la abogacía y por la política".

Amigos. "Litto Nebbia es un gran amigo. A Fito Páez lo conozco menos pero tengo una buena relación. También con Rodolfo García, de Almendra. Soy muy amigo de Claudio Gabis. No toqué con ninguno de ellos. Por eso triunfaron (se ríe). Pero sí toqué la guitarra en el último disco de Los Súper Ratones".

Cuerdas. "Tengo tres guitarras Gibson, que son las mejores del mundo. También un guitarrón Ovation, de 12 cuerdas. Me gusta mucho tocar la guitarra. Una de las Gibson que tengo era de Pappo. Un día vino a verme a mi oficina el hijo y me la regaló porque leyó que era un loco de las guitarras. Es con la que Pappo tocó Katmandú, en su último disco".

Libros. "Leo de todo. Me gusta mucho la poesía y estoy releyendo a Whitman. Muchos ensayos. Estoy leyendo el último libro de Lipovetsky, que es el mejor fotógrafo del posmodernismo".
Tres razones para escucharlo

* Un hombre clave
Decían que tenía el disco rígido del kirchnerismo. Y se lo llevó consigo. Conoce a los Kirchner como nadie, desde que ellos sólo eran conocidos en Santa Cruz. Fue operador y consejero. Y la cara racional del Gobierno.

* Futuro con incógnitas
Su renuncia lo convirtió en un hombre al que miran de reojo en la Casa Rosada. Y ahora, en que se diferencia mucho más de los Kirchner, abrirá un debate de resultado incierto en el corazón del oficialismo.

* Realineamiento
Afirma que será parte de la reconstrucción del PJ en la Capital Federal, aunque es resistido por varios dirigentes del distrito y, dicen, por el propio Kirchner. Detesta a Jorge Telerman, a quien muchos peronistas ven como la esperanza para 2009.

Sus memorias

-Está escribiendo un libro sobre sus días con los Kirchner. ¿Qué van a encontrar allí sus lectores? ¿Algo que les preocupe a Néstor y a Cristina?

-Cuento mi experiencia como jefe de Gabinete. Van a encontrar cómo funciona el poder. Me he propuesto escribirlo con total transparencia y sin retacear datos. Contaré cómo se hace un acuerdo político, cómo juegan los medios y buscaré también desmitificar eso de que el poder es un lugar perverso.

-¿Habló con Kirchner del libro? ¿El está preocupado?

-No tiene que estar preocupado. Si lo está, que se despreocupe. Si digo que ha sido el mejor presidente de la democracia y que ha sido un honor haber sido su jefe de Gabinete...

-A veces, la letra chica complica..

-Quiero dar testimonio. La letra chica es letra chica de un gran presidente.

-¿Será muy extenso?

-Todos los días agrego páginas (se ríe). Espero que salga a principios de 2009. Estoy tratando de no hacerlo tedioso. El secreto es que alguien llegue al final del libro. No que lo compre, sino que lo lea.

La Nacion




"La moratoria y el blanqueo protegen la corrupción y consagran la impunidad"
La presidenta de Poder Ciudadano y máxima referente de Transparencia Internacional en la Argentina dijo a lanacion.com que, de aprobarse, el plan afectará la percepción del mundo sobre la institucionalidad del país; sugirió mecanismos para aminorar riesgos e incentivos para cumplidores; apeló a la "responsabilidad" de los legisladores
Viernes 28 de noviembre de 2008

Por Lucrecia Bullrich
De la Redacción de lanacion.com
lbullrich@lanacion.com.ar




Las voces de alarma frente a la moratoria y el blanqueo de capitales anunciados esta semana por el Gobierno no ceden y llegan desde los más variados ámbitos.

A las críticas de la oposición, los especialistas, los abogados y los fiscales, se sumó la presidenta de Poder Ciudadano, Delia Ferreira Rubio, quien alertó que las medidas planteadas por la Casa Rosada tendrán efectos directos no sólo sobre las causas de corrupción en marcha, sino también sobre la imagen de la Argentina en el mundo en términos de transparencia.

En un reportaje con lanacion.com, la titular de Poder Ciudadano y máxima referente de Transparencia Internacional en el país y el resto de América latina también advirtió sobre la "responsabilidad" que tendrán los diputados y senadores, que tratarán el proyecto de la semana próxima, para "evitar que se consagre la impunidad".

"Tanto la moratoria como el blanqueo de capitales son una burla a los contribuyentes que cumplen con la ley. El mensaje es claro: ?Si en la Argentina usted paga sus impuestos es un tonto. El vivo es el que no paga?", planteó la especialista.

Enseguida, destacó que la mayor falla del proyecto de ley que impulsa la Casa Rosada anida en la falta de límites. "Es sumamente amplio en cuanto a la inclusión en los beneficios de cualquier obligación tributaria impaga o de infracciones cometidas mientras no haya recaído sentencia firme y eso puede provocar que muchas de las investigaciones en marcha queden sin efecto", señaló en coincidencia con las advertencias de juristas, abogados y fiscales.

Frenos. En este punto, propuso mecanismos para acotar la posibilidad de acceso, tanto al blanqueo como a la moratoria impositiva. "Una forma posible sería fijar que sólo quedarán comprendidas en la moratoria las obligaciones fiscales cuyo cobro judicial no se haya iniciado, o aquellas no sujetas a investigación judicial", planteó. En el mismo sentido, añadió que "habría que excluir del beneficio las infracciones al régimen tributario que estén tipificadas como delitos".

Las medidas para aminorar los "efectos no deseados" podrían completarse, según Ferreira Rubio, con un incentivo para contribuyentes cumplidores. "Ya que el Gobierno dice que quiere ideas, ¿por qué no suma a la moratoria algún beneficio para los que pagan en tiempo y forma? Se podría aplicar un descuento en los impuestos de los próximos años del 70 por ciento o más", sugirió.

Corrupción y percepción mundial. Para Ferreira Rubio, una de las aristas tal vez más preocupantes del paquete anti recesión es el impacto que su aprobación pueda tener en la lucha contra la corrupción y en la percepción mundial sobre la materia en la Argentina.

Este año, escándalo de Antonini Wilson y sospechas sobre el financiamiento de la campaña de Cristina mediante, el país retrocedió cuatro casilleros en el ránking de corrupción que elabora Transparencia Internacional.

Según el Indice de Percepción de la Corrupción (IPC), la Argentina ocupa el número 109, entre 180 países clasificados. En una escala de 1 a 10 (entre la percepción de muy corrupto a la ausencia de corrupción), el país sumó un decepcionante 2,9, el mismo número que el año último, aunque retrocedió del puesto 105 al 109.

El IPC es una encuesta de encuestas, que resulta de consultas a empresarios, académicos y expertos de cada país sobre la percepción que tienen del manejo del Gobierno y de los funcionarios en general en lo relacionado con los fondos públicos.

Ferreira Rubio no duda de que el avance del paquete de medidas afectará este tipo de mediciones. "Si se confirma la sospecha de que la moratoria podría significar una amnistía encubierta para quienes participaron en maniobras como 01las de las facturas truchas, para ocultar el pago de coimas, sin duda la moratoria será como una forma de protección de la corrupción", alertó.

La mira en el Parlamento. En este contexto planteó que el Congreso "está frente a una gran responsabilidad" y apeló a la actitud de cada uno de los legisladores. "Deben ser sumamente cuidadosos para evitar que, con el pretexto de la crisis y la recaudación, se consagre la impunidad".

Pese al optimismo oficial frente a la aprobación del plan y la férrea defensa que en estos días ensayó desde todos los frentes, el panorama en el Congreso dista de ser alentador para el kirchnerismo. Ayer, el jefe de la bancada oficialista en el Senado, Miguel Pichetto, admitió que, en particular el blanqueo de capitales, provocará "cuestionamientos".

"El Congreso tiene la palabra", concluyó Ferreira Rubio.

La Nacion




Noche de aprietes y repartija en Aeroparque

Domingo 9 de noviembre de 2008


Noche de aprietes y repartija en AeroparqueEl aeropuerto metropolitano, donde comenzó la trama del escándalo

FORT LAUDERDALE.-Si algo molesta a Guido Alejandro Antonini Wilson es que le sigan haciendo la misma pregunta: ¿La maleta era suya?

-No, nunca lo fue. ¡Nunca supe que había dinero en el avión!
-Pero según la agente María Luján Telpuk usted dijo que la maleta era suya.

-Nunca le dije eso. A la única persona que le hablé fue a Lamastra (Jorge, agente de la Aduana de turno esa noche). Ella sólo me preguntó qué había dentro de la maleta y yo respondí: "Deben ser libros, porque pesa que jode".
-¿Dijo usted que era un "soldado" y que jamás le sacarían la verdad?

-¡No! Nunca dije eso. Ellos me preguntaron eso. Me preguntaron si era soldado o si era diplomático.
-¿Cómo fue la expresión?

-"¿Usted es un soldado de Chávez?" Yo dije que no y me preguntaron si tenía pasaporte diplomático.
-¿Quién hacía las preguntas?

-Lamastra. Me preguntó qué pasó y yo le respondí: "Todo lo que sé es que yo estaba en un almuerzo y ahora estoy aquí con este desmadre. Quisiera saber más que tú lo que está pasando aquí".
-¿Quién le dijo que abriera la maleta?

-Lamastra.
-Telpuk declaró que ella le pidió dos veces y que debió levantar su voz para que usted la abriera...

-¡¿Que me preguntó qué?! No. Jamás me gritó, fue muy amable y a ella sólo la vi dos veces: cuando me preguntó qué había dentro de la maleta y cuando fue a firmar el acta, al final de todo. Ella no estuvo involucrada. Lamastra, sí, y un hombre que me dijeron que era el jefe de Telpuk. Fue entonces que yo le dije a Lamastra y a Ingrosso (Daniel, jefe de Telpuk esa noche): "Miren, esto es fácil. Vine con gente de la Argentina, que viven aquí. Llámenlos porque ellos saben quiénes están involucrados. Ellos tienen mi maleta".
-¿La maleta no era suya?

-(Interrumpe) No, no era mía.
-¿Por qué dijo entonces que contenía 60.000 dólares?

-Cuando abrieron la maleta me preguntaron si sabía cuánto había adentro. Yo sólo dije, "para mí parecen 60.000 dólares".
-¿Por qué no dijo que la maleta no era suya, que cómo podía saber usted cuánto dinero había adentro?

-¡Cuando abrieron la maleta, Uberti estaba ahí y nadie me estaba acusando a mí? después todos se marcharon y?
-Telpuk no dijo que Uberti estuviera ahí cuando declaró en Miami?

-El estaba ahí, adentro de la terminal.
-¿Cuán lejos estaba de Telpuk?

-A tres metros de Lamastra y un poco más de Telpuk, quizá cuatro metros.
-¿Qué pasó ya en la terminal principal de Aeroparque?

-Cuando terminaron de contar el dinero, entonces sí yo estaba con Gallini (María Cristina, jefe de turno de la Aduana esa madrugada) y otra mujer y me dijeron que me podía llevar la mitad. Yo les dije: "Ey, pueden quedarse con ese dinero. No es mío, ni me importa". Entonces ella me dijo: "No le oí decir eso. Cállese. Yo vine acá para solucionar este problema. Estaba durmiendo cuando me llamaron, ¿ok? Cállese". Pusieron que había 800.000 dólares y luego lo corrigieron y pusieron 790 mil y pico, y Lamastra me preguntó si él me había faltado el respeto en algún modo y yo le dije que no, que él estaba haciendo su trabajo.
-Otra vez le pregunto: ¿la maleta con 800.000 dólares era suya?

-¡No!
-¿Entonces por qué firmó el acta?

-(Fastidiado, alza su voz) ¡Porque era la única forma de salir de ahí!
-¿Y cuál era el problema de quedarse en el Aeroparque 6 horas más, 36 más si era necesario, si no era suyo?

-(Resignado) Porque cada vez que decía que el dinero no era mío y mencionaba a Claudio Uberti, me trataban realmente mal. El funcionario ese que manejó con Daniel de la terminal donde estábamos hasta la terminal principal, y la señora que firmó el acta (por Gallini) también se puso muy loca. Les dije: "Ustedes saben lo que pasó. Saben de quién es. Díganle a Uberti que lo arregle. ¡El dinero es de él, no mío!" Pero cuando levanté mi voz, ella me clavó sus dedos acá (señala su antebrazo derecho) y me dijo: "Cállese. Puedo irme de acá, ya mismo, y no se solucionará nada. Usted elija".
-¿Cuánta gente dice usted que lo escuchó decir que el dinero no era suyo, que era de Uberti?

-Había varios de Aduanas.
-¿Cuántos?

-Lo dije una vez cuando contaban el dinero, que eran dos, más otros dos que estaban presentes. También lo dije dentro de la camioneta que me llevó a la terminal principal. Estaban Lamastra, Ingrosso y el conductor. Y por supuesto, la señora. Gallini.
-¿Así que al menos 8 personas lo escucharon decir que el dinero no era suyo y era de Uberti?

-No, me escucharon decir que el dinero no era mío. Lo de Uberti se lo dije a Gallini, al copiloto (por Daniel Pucciarelli) y a Lamastra.
-Además de él, ¿Daniel le dijo que alguien más manoteó dinero?

-Sí, cuando llegamos al hotel le dije: "Daniel, ¿le diste dinero al sargento García (por Ingrosso), al gordo?". Y me respondió: "Sí, le di 5000 dólares". "¿Cinco mil dólares?". "Sí. Para él y para la chica".
-¿"La chica"?

-Telpuk.

La Nacion





"Aquí faltan otros 4,2 millones de dólares"
Domingo 9 de noviembre de 2008

"Aquí faltan otros 4,2 millones de dólares"Los 800.000 dólares incautados en Aeroparque, según la foto distribuida por la Aduana

FORT LAUDERDALE.- Poco después de las 19 del domingo 5 de agosto de 2007, Claudio Uberti se marchó del Sofitel tras reunirse con Alejandro Antonini y Daniel Uzcátegui. Los venezolanos se fueron entonces hasta el hotel Sheraton, donde se hospedaba Diego Uzcátegui y toda la delegación de la petrolera Pdvsa. "Diego me dijo que no tenía tiempo, que tenía que reunirse con la prensa. Pero yo saqué la copia del acta. ?Tienes que mirar esto primero´, le dije. En cuanto revisó el papel, nos fuimos a los ascensores", contó Antonini a LA NACION.

-¿Quiénes?

-Diego, Daniel, Marjorie [Gutiérrez, mano derecha de Diego Uzcátegui] y yo. Mientras caminábamos hasta su cuarto, me preguntó: "¿Qué pasó?" y yo le respondí: "¿Que qué paso? ¡Tú dime qué pasó! ¡Cómo te atreves, coño!". Entonces él me hizo un gesto (de guardar silencio) hasta que llegamos. Cuando entramos, había alguien trabajando con una laptop y él o Marjorie, creo, le dijo que se fuera. Entonces fuimos al baño.

-¿Quiénes?

-El y yo. Y Daniel luego se acercó y se apoyó en la puerta, mientras que Marjorie se quedó más atrás.

-¿Pudo escuchar ella lo que dijeron?

-Sí, pudo. Fue una conversación elevada. Hasta entonces jamás le había gritado a Diego. Yo lo respetaba mucho, pero esa noche yo estaba muy enfurecido con él. Le volví a decir: "¿Cómo pudiste meterme en una situación así, sabiendo que había dinero en esa mierda?" Y él se enfureció conmigo también. Me empezó a gritar: "No te preocupes, estos coños de madre de los argentinos lo van a tener que arreglar. Este es un problema de ellos, ellos lo van a tener que arreglar". Yo le dije: "Bueno, perfecto, ¡pero yo soy el huevón que firmó esa mierda ahí! Yo fui el estúpido al que obligaron a firmar ese papel de mierda!". Y le volví a decir: "¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!". El también estaba realmente exaltado. "¡Alejandro!", me gritaba, mientras que leía otra vez el acta. Entonces miró a Daniel y le dijo: "¿Dónde está el resto del dinero?". Y yo grité: "¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!". Y él dijo: "Aquí faltan otros 4 punto 2 millones de dólares". Hasta entonces, yo creía que Daniel no sabía del dinero, pero con lo que pasó ahí, no lo sé. Porque Daniel le dijo: "Diego?

-¿No le dice "papá" a su padre?

-No, le dice Diego. Y le dijo: "La maleta pasó", o algo así, no lo recuerdo preciso porque yo estaba en shock porque mientras hablaba, Daniel comenzó a mostrarle a su padre la chaqueta que tenía puesta y adentro tenía un fajo de billetes como los que estaban en la maleta (decomisada). No sé si tenía varios fajos, yo sólo vi uno. Cuando vi eso, cuando vi que Diego le preguntó sobre los 4,2 millones y la reacción que tuvo Daniel?

-Pero...

-(Se exalta) ¡Espere, espere! Después de eso, yo estaba en completo shock, y Diego me dijo (lo imita, con voz firme): "Alejandro, quédese tranquilo. Sea un hombre. Tenga bolas. ¡Yo estoy cansado de traer maletas así de Caracas! ¡Más grandes que esa! Yo le había dicho al ministro [por Ramírez] que no usáramos a ese huevón.

-¿Por Uberti?

-No dijo Uberti. Dijo "huevón". Dijo: "Yo ya estoy cansado de traer maletas así en los Falcon", y levantó sus manos como para mostrar el tamaño.

-¿Los Falcon?

-Son aviones de Pdvsa, que posee muchos de esos. Y me volvió a retar cuando le reclamé: "Crezca. Eso no es así. El que es culpable es ese huevón y el ministro por confiar en ese huevón".

-¿Y usted, qué? ¿Le dijo "muchas gracias"?

-¡No, no! Le volví a decir que ahora el que estaba en problemas era yo. "A usted no le va a pasar nada", me respondió. "Porque este es un problema de los argentinos, no suyo. Esos huevones o arreglan todo o se jodieron para siempre". Eso es todo lo que dijo.

-¿Qué entendió usted que se cortaba? ¿El dinero?

-Sí.

-¿Por eso, según usted, Uberti le pidió que no le contara a Diego?

-Sí.

-¿Por qué Diego preguntó sobre los 4,2 millones en su presencia, si usted no sabía nada? ¿Cómo lo explica?

-¡No lo sé! Quizá fue debido a la confianza que me tenía. Yo era el que estaba cuidando de su hijo. El me había pedido que me encargara de él. No lo sé, porque al mismo tiempo él siempre se había mostrado delante de mí como un hombre honesto, ¿sabes? ¡No lo sé! (suspira). Yo creo que esa noche descubrí al verdadero Diego. El tipo del que me habían contado que había sido un puto guerrillero, que en su juventud había matado gente y que nunca había dejado de ser un delincuente. ¡No lo sé! Pero creo que reaccionó como reaccionó y me dijo lo que me dijo porque yo fui agresivo con él. Yo siempre había sido muy correcto con él y esa noche me fui contra él porque no sabía qué hacer. Estaba desesperado.

La Nacion





Entrevista exclusiva
Antonini: "Kirchner dijo que me iban a bancar hasta la muerte"
El hombre más incómodo para el Gobierno desde que estalló el escándalo de la valija con los US$ 800.000 habla sobre el caso que puso bajo sospecha la financiación de la campaña de Cristina Kirchner y tensó las relaciones con Washington
Por Hugo Alconada Mon

Domingo 9 de noviembre de 2008
Antonini: "Kirchner dijo que me iban a bancar hasta la muerte"Un momento de la larga entrevista exclusiva de La Nacion con Antonini Wilson

Fort Lauderdale

-¿Por qué debería creerle? -Porque estoy diciendo la verdad. Eso fue lo que pasó. Es la verdad y es lo que se demostró en el juicio.

-¿Quién lo subió al avión?

-Yo me subí, por supuesto. Pero por sugerencia de Diego, Daniel, Victoria y Marjorie. Ellos me insistieron: "¡Ve, ve!".

-¿También Claudio Uberti?

-Sí, por supuesto. Me llamó desde el teléfono de Victoria, ella me lo pasó.

-¿Qué le dijo?

-"Súbete al avión y discutiremos lo del gasoducto".

Guido Alejandro Antonini Wilson comienza a hablar y el señalamiento es imparable. "Diego" es Diego Uzcátegui, vicepresidente entonces de la petrolera estatal venezolana PDVSA y su titular para la Argentina y Uruguay. "Marjorie" es Marjorie Gutiérrez, su mano derecha, a cargo del área de Relaciones Internacionales de PDVSA, y "Victoria" es Victoria Bereziuk, la secretaria de Claudio Uberti, quien actuaba en Caracas como el verdadero embajador comercial de la Argentina ante el gobierno de Hugo Chávez.

Antonini, el hombre más incómodo para la Casa Rosada desde hace ya 15 meses, contó, a lo largo de tres horas de entrevista con La nacion, su versión sobre los US$ 800.000 decomisados durante la madrugada del 4 de agosto de 2007. Cómo se gestó el vuelo, la posible presencia de otros US$ 4,2 millones en el avión, qué ocurrió dentro del Aeroparque Jorge Newbery y las vertiginosas 72 horas que vivió después. Una trama que incluyó su ingreso en la Casa Rosada, supuestos mensajes del presidente Néstor Kirchner, aprietes, reparto de dinero y promesas de negociados a cambio de su silencio y el de otros protagonistas.

La entrevista con Antonini es el fruto de la investigación realizada por LA NACION a lo largo de los quince meses que siguieron a aquella madrugada y, sobre todo, del insistente llamado semanal, durante todo ese tiempo, a su abogada, Theresa van Vliet, para pedirle una entrevista con su cliente. LA NACION, además, contactó en este tiempo a más de 50 funcionarios, ex funcionarios, empleados públicos, empresarios y otras fuentes venezolanas, argentinas y estadounidenses.

A continuación se transcriben los principales pasajes del diálogo mantenido en el estudio jurídico de Fort Lauderdale con el "valijero".

De la compleja trama que rodea al relato surge un dato que llama claramente la atención sobre Uberti y alimenta las sospechas: si la valija le pertenecía a Antonini, lejos de insultarlo porque, en teoría, acababa de arruinarle su carrera política, el funcionario argentino fue a tomar un café con él, el domingo, un día después de reunirse con el presidente Néstor Kirchner en la Quinta de Olivos, según declaró ante la Justicia argentina.

-Usted se reunió el domingo con Uberti, en su hotel, el Sofitel...

-Sí. El iba a pasarme a buscar para cenar. Vino a eso de las 6 o 6.30 de la tarde. Me llamó del lobby y bajé. Le dije que me dejara llamar a Daniel [Uzcátegui, hijo de Diego y pasajero también del polémico vuelo] y me dijo que ya lo había hecho. Me dijo: "Tengo buenas noticias y malas noticias". A mí no me gusta cuando me dicen eso. "La mala noticia es que no puedo cenar con ustedes porque me llamó el Presidente y tengo que ir a Olivos. Pero la buena noticia es que se están encargando de todo". Yo le dije: "¿Por qué te estás reuniendo con el Presidente?", y me respondió: "Por todo. ¡No te preocupes por eso! Es historia. Ya pasó, ¿ok?".

-¿Cuáles fueron las palabras exactas que, según usted, Uberti puso en boca de Kirchner?

-Dijo que Kirchner le preguntó cómo estaba yo. "¿Cómo se portó el hombre?", o algo parecido. Uberti me dijo que él le explicó y que Kirchner agregó: "El hombre es un caballo" o algo así y que "como este hombre nos banqueó"...

-¿Bancó?

-Sí, "bancó", "...nosotros lo bancaremos hasta la muerte".

-¿La misma frase que luego usó De Vido cuando lo vio en la Rosada? -No. Eso es lo que aparece en una grabación, pero no fue De Vido. Fue Kirchner, según Uberti.

-¿Le dijo algo más Uberti?

-No, pero entonces apareció Daniel [Uzcátegui] por el lobby y Uberti dijo que al menos nos tomáramos un café juntos. Pero había algo en él, algo que no estaba bien. Yo pensé: "Mierda, ahora que ya firmé el acta [se refiere al documento que firmó en Aeroparque en el que declaró que la valija con el dinero era suya] somos descartables, por eso no vamos a cenar". Pero acepté y le señalé con la mano las mesas de la confitería del hotel. "No, no aquí, salgamos". Y cuando le pregunté por qué, me dijo que en el hotel había unos empresarios de Venezuela que él conocía, a los que saludó mientras caminábamos. Salimos del Sofitel hacia la izquierda, luego otra vez a la izquierda y allí hay un hotel. Un hotel grande, sobre la avenida. Pero él no sabía a dónde íbamos. Estaba buscando un lugar. Pidió un café negro, yo también.

-¿Por qué cree que le mencionó a Kirchner?

-Cuando dijo eso de Kirchner, la sensación que me dio es que lo decía para que me sintiera parte del crimen, ¿sabe? El y yo. Pero yo le insistía: "¿Está seguro de que se están encargando de esto? ¿Está seguro?". El me repitió que no me preocupara por eso y me dijo: "Pídeme lo que quieras. El Presidente me dijo que puedes tener una licencia de carne". Yo estaba sorprendido: "¿Licencia de carne?". "Bueno, ¿recuerdas la primera vez que hablamos?". Y yo me sorprendí de que recordara tanto de esa reunión

-¿Cuál?

-La que habíamos tenido unos meses antes, en Buenos Aires. El me había preguntado si yo tenía conexiones para vender carne en Venezuela y yo le dije que podía averiguar.

-Y esta vez, cuando tomaban café, ¿qué más le dijo?

-Uberti me dijo que me podía dar una licencia de carne aunque la Argentina no había entregado una licencia desde 1900 no sé cuántos. Yo le dije: "Primero muéstrame que todo se solucionó" Me respondió que teníamos que mantener el problema entre nosotros. "Alex, no quiero que le cuentes nada a Victoria". "No le estoy diciendo nada. El que la llamó a ella fue Daniel para hablar contigo o ella lo llama de tu parte". Pero él dijo que Victoria es sólo una secretaria y esto lo tenían que manejar entre nosotros. Cuando salimos del bar y volvíamos caminando al hotel, me pidió algo más: "No le digas a Diego". "¡¿Qué?! ¡Es el padre de Daniel! ¿Por qué no debe saber?". Y él dijo que si le decíamos algo, todo el dinero se iba a cortar.

-¿Cuál fue la expresión exacta de Uberti?

-"Si le dices a Diego, se va a parar la vaquita". Y mientras hablábamos, Daniel iba como saltando alrededor nuestro: "¡No, jefe, no! ¡No le digas nada a Diego!". Lo que sospecho es que algo acordaron entre ellos, porque antes habían hablado por teléfono.

-Pero usted se reunió igual con Diego esa misma noche y hablaron sobre los US$ 4,2 millones (ver aparte). Y otra vez el lunes, ¿qué pasó durante el almuerzo en Las Lilas?

-En un momento le dije a Diego que Uberti me había comentado que todo estaba solucionado, pero él me respondió que "teníamos un problema grave. Esta vaina ha cogido demasiado vuelo". Y me dijo que fuera a buscar el dinero: "Anda hoy o si quieres mañana, te vas con el chófer, coges esa vaina y el resto es tuyo".

-¿Cuál fue su respuesta?

-Yo le dije: "¿Acaso los argentinos no pueden mandar a cualquier otro? ¿Tengo que ir yo a recoger eso? No me parece justo". Y me respondió: "¡Bueno, pero el resto es tuyo!". Yo me molesté: "Si tú vas a robar un banco, y un amigo maneja bien y tú le dices que vas a robar un banco, comparten el botín. ¡Pero no puedes decirle que necesitas ir a cobrar un cheque, le pides que te espere y luego sales corriendo y le dices que están robando un banco para que acelere! ¡Eso es lo que ustedes me están haciendo!". Si a mí me decían en Caracas, yo decido lo que quiero hacer. Entonces me dijo: "Tienes razón. Déjame llamar a alguien para que vaya a buscar esa vaina".

-¿Por qué no fue entonces a la Aduana, a la Justicia o se buscó por las suyas un abogado, para declarar que el dinero no era suyo?

-¡Ey!, yo estaba entonces con los venezolanos, venezolanos que yo sabía que eran poderosos, y con el tercer hombre más poderoso de la Argentina [por Uberti]. Si yo decía que el dinero no era mío, ¿a quién iban a creerle? "Acá está el venezolano que firmó el acta" ¿Van a creerme a mí o al funcionario argentino?

-¿Apostaba usted a que, dado que estaba con hombres poderosos de la Argentina y Venezuela, nada le pasaría tras firmar el acta?

-¿Apostar a eso? ¡Estaba esperando eso, no "apostando" a que así fuera! Dentro de mí, para serle ciento por ciento honesto, esa noche me imaginé todo esto. ¿Por qué? No sé, lo sentí. Quizá porque Uberti era un maldito mentiroso, un doble cara, y Diego, que me decía "no hay ningún problema, pero tienes que ir a buscar el dinero". Algo no estaba funcionando, algo andaba mal

-A la tarde fue a la Casa Rosada...

-Estábamos en el hotel y recibí un llamado de Marjorie a mi celular. Me dijo que me preparara, que íbamos para la Casa Rosada. Me dijo que me pasaba a buscar en 20 minutos. Entonces recibí un llamado de Victoria. "¡Ale!", porque así me decía ella. "Ale, apúrate, estamos entrando al hotel", y mientras hablábamos, entró con Marjorie y me vio en el bar y me apuró. "¡Andá así nomás, así en jeans! ¡Vamos!". Pero les dije que no y subí a cambiarme. Fuimos a la Casa Rosada y cuando íbamos a pasar con el auto, nos dijeron que no. Victoria bajó la ventana, yo estaba sentado en el medio, y mostró algo y dijo algo y le abrieron la puerta.

-¿Victoria llamó a alguien antes de entrar a la Rosada?

-Llamó mientras estábamos dentro del auto. Cuando teníamos problemas para entrar. Fue muy rápido. Ella llamó y la puerta se abrió. Así de rápido. Yo estaba muy impresionado porque sólo una vez que estuvimos adentro comprendí que ya estábamos en la Casa Rosada, porque el modo en que entramos fue muy impresionante, como si hubiera sido muy sencillo entrar.

-Ya en el Salón Blanco, ¿qué pasó?

-Ellos querían que yo me sentara detrás de Rafael Ramírez [ministro de Energía venezolano y presidente de Pdvsa]. Yo fui, pero no me llegué a sentar. Diego estaba dos sillas más atrás. A mi izquierda estaba toda la gente de Venezuela y a la derecha toda la gente de Argentina. Vi a Uberti, a De Vido [Julio, ministro de Planificación Federal] y a la esposa del Presidente, la nueva Presidenta [Cristina Fernández de Kirchner]. Pero la sillita que me dieron era muy endeble y no sé por qué querían que me sentara allí. No soy amigo de Rafael, lo conozco, pero no es mi amigo. Así que volví atrás, donde estaba Marjorie, cerca de la prensa, y me quedé al lado de ella. Al lado mío también estaba esta persona que conocí una vez en Venezuela... eh... ¿"el rey de la soja"?

-¿Gustavo Grobocopatel?

-Sí. Le pregunté cómo iba su proyecto de soja en Venezuela y él se quejó. Me dijo que en Venezuela tenía problemas, que no regaban las plantas y que dejaban que se murieran. ...l se mostraba muy emocional y yo le dije "sé paciente". Chávez empezó a hablar y les hizo una broma a Uberti y a De Vido. Ahí es cuando Marjorie me dice: "¿Ves, Alejandro? Tú no tienes ningún problema. Rafael sabe, el presidente lo sabe, todos lo saben".

-¿Por qué aceptó ir a la Rosada?

-Bueno, esperaba que ellos fueran a solucionarlo... (calla durante varios segundos). Para ser honesto, no lo sé. ¡Yo quería irme de Argentina! Pero sólo me decidí esa noche, cuando me enteré de que los medios ya estaban...

-¿Con su nombre?

-No, no con mi nombre. Pero recuerdo que me enojé mucho con Victoria y le dije: "Ustedes son una manga de mentirosos". La increpé a ella y a Marjorie. Victoria también bromeó: "Ahora tenemos algo con qué chantajearte". Y agregó: "Teníamos que darle algo a la prensa, pero ¿adivina qué? Tu nombre no lo saben y nunca lo averiguarán. Estás en la Argentina". Eso pasó en el bar. El que usted publicó.

-¿"El Gran Danzón"?

-Sí.

-Antes de ir al bar, sin embargo, fueron al restaurante Rosa Negra. Y usted pagó. ¿Por qué? -¿Por qué yo pagué? En ese momento me sorprendió, pero ahora estoy contento de haberlo hecho. ¡Porque al menos tengo prueba de algo de todo lo que digo, de que estuve allí! Lo que a mí me sorprendió es que nadie amagó a pagar y si me estás haciendo pasar por todo esto, ¡lo menos que puedes hacer es invitarme! Estábamos esperando que viniera Uberti, pero nunca vino.

-¿Usted invitó a quienes querían perjudicarlo?

-No, no, no. No los estaba invitando. Llegó la cuenta y nadie la pagó. Por eso es que yo lo hago. Pero yo no los había invitado a Rosa Negra. ¡Ni siquiera me gusta ese lugar, para serle honesto! La cuenta estaba allí y nadie se movió. Es más, Diego es quien pidió la cuenta y se la trajeron a él. Pero no se movió.

-Después, cuando ya estaban en el bar, la prensa da el primer alerta...

-Sí. Pero no con mi nombre. Lo llamé a Diego y me enfurecí con él. Era el martes, una o dos de la mañana. Y yo ya estaba pensando en cómo me iba a ir [de la Argentina], y cómo reservaba [el pasaje], y cómo hago esto y lo otro.

-Otra vez, ¿Por qué no fue a la prensa? ¿O a un abogado? O mejor, ¿por qué no se presentó ante un juez?

-¡Yo estaba solo! ¡No estaba seguro ahí! ¿Por qué vine a Estados Unidos? ¡Porque acá estaría seguro! ¿Por qué no fui a Venezuela? ¿Tenía alguna chance ahí? ¡No! ¡Si la Argentina y Venezuela estaban en el negocio! ¡No tenía ninguna chance! La única vez que esta gente dejó de presionarme, de gritarme, fue cuando les dije que ya no estaba en Buenos Aires.

-Pero hasta que esto no irrumpió en la prensa, usted jugó con ellos.

-Sí.

- ...

-Estaba esperando que... usted sabe...

-¿Qué?

-Que resolvieran el problema ellos. El dinero no era mío, la maleta no era mía, yo no sabía que estaba ahí... ¿Por qué debía ser acusado yo?

-Le planteo lo contrario: ¿Por qué no jugó con ellos por completo? ¿Por qué no reconoció el dinero como propio, agarró la mitad que le iban a devolver y sólo entonces se fue?

-(Molesto). Mire... me han dicho de todo, acusado de todo, llamado de cualquier forma, por hacer lo correcto. Usted dice que yo jugué con ellos por un tiempo porque yo no actué como usted lo planteó, pero yo nunca quise que el dinero fuera mío. ¡Si retiraba el dinero, realmente sería uno de ellos! Yo fui acusado por algo que no era mío, les dije que ellos lo arreglaran, que yo no quería ese dinero. Eso fue todo lo lejos que yo pude llegar. ¿Ir a los Tribunales, decir "acá estoy", pagar la multa que fuera, "denme la otra mitad que es mía"? Eso era asumir la culpa. Eso es lo que querían que hiciera. ¡Por eso es que [los EE.UU.] enviaron gente a acá! Porque creían que así se resolvería todo. Un hombre rico, que portaba mucho dinero, que viajó a la Argentina para comprar un shopping center, invertir en la Argentina? era muy fácil de encubrir.

-¿El dinero era de Pdvsa ?

-Sí.

-¿Está seguro?

-Sí.

-¿Ciento por ciento?

-Ciento por ciento.

-¿Por qué?

-Diego, Daniel, Marjorie... todos los que vinieron hasta acá, todos los que me llamaron, coincidieron en que el dinero era de Pdvsa.

-¿El dinero era para la campaña presidencial?

-Eso es lo que me dijeron.

-¿Quiénes?

-¡Todos los que vinieron hasta acá! [se refiere a tres de los hallados culpables en Miami -Franklin Durán, Carlos Kauffmann y Moisés Maiónica- y al agente de inteligencia venezolano Antonio José Canchica Gómez, prófugo de la Justicia norteamericana]. ¡Todos los que me llamaron! [en alusión al jefe de la inteligencia venezolana, general Henry Rangel Silva, y el ministro del Interior, Tarek El Aissami, entre otros].

-¿Podría ser que el dinero fuera de coimas correspondientes a los funcionarios argentinos por negocios bilaterales pero no para la campaña?

-Eso es algo que tienen que analizarlo ustedes. Pero si el dinero fuera para algún mafioso o fuera una coima para Uberti, por menos de ese dinero me hubieran arrojado al Río de la Plata. Pero creo que eso no me pasó porque el dueño de ese dinero era alguien grande. ¿Por qué me enviaron a esa mujer [por María Cristina Gallini, jefa de turno de Aduanas] en el Aeroparque? ¿Por qué eran tan amables conmigo? ¿Por qué no fui tratado como un contrabandista? "Por favor, sírvase una medialunita. ¿Un sandwichito de miga? ¿Un café con leche?". Yo sé que en la Argentina son muy amables, ¡pero esa gente no sabía cómo tratarme porque no estaban seguros sobre quién era yo!

-Mi última pregunta es la misma con la que comencé: ¿Por qué debería creerle quien lea esta entrevista?

-Porque estoy diciendo la verdad y hay evidencia suficiente para demostrar que digo la verdad. Sé que lo más fácil es acusar a Antonini Wilson. Pero la verdad salió a la luz. Si la gente quiere creer que el dinero fue para esto o para lo otro, bien. Pero, ¿por qué tantos encubrimientos? ¿Por qué hubo gente que llegó a tanto para encubrir el dinero? Porque para lo que ocurrió se necesitan dos personas: el venezolano que estaba enviando el dinero, Rafael Ramírez o quien fuera, y el tipo que lo estaba recibiendo. Lo mejor sería ir a la Argentina y meter a alguien en prisión y señalar al que envió el dinero desde Venezuela y... Pero claro, eso es si tienes un sistema judicial que funcione en Venezuela. Y, en la Argentina, la Justicia quizá funcione, pero está golpeando contra una pared, ¿sabe?

Por Hugo Alconada Mon
© LA NACION
Cronología

Recorrido de la maleta y el "maletero"

4/8/07.- Aquella noche en Aeroparque... Procedente de Caracas, llega al aeropuerto porteño el avión contratado por Enarsa con la valija cargada con 800.000 dólares. Guido Antonini Wilson se responsabiliza por el dinero incautado.

6/8/07.- En la Rosada y con apoyo oficial Antonini es recibido en la Casa Rosada, donde llega junto a Victoria Bereziuk, secretaria de Claudio Uberti. Funcionarios del Gobierno le hacen saber que cuenta con su respaldo oficial.

8/8/07.- Si lo han visto, nadie lo recuerda Pese a que el escándalo de la valija estalla en los medios de comunicación, Antonini viaja sin problemas a Uruguay y luego vuela a Miami, donde se pone en contacto con el FBI.

9/8/07.- Uberti, funcionario en desgracia Primera víctima del escándalo, Claudio Uberti, funcionario muy cercano al ministro Julio De Vido y hombre clave en la relación con Venezuela, es echado de su cargo.

31/8/07.- La justicia se mueve contra el lavado En medio de crecientes sospechas sobre el destino político del dinero, la justicia argentina pide a EE.UU. la extradición de Antonini en una investigación sobre presunto lavado de dinero.

12/12/07.- Espías al servicio del chavismo El FBI anuncia en Miami la detención de tres venezolanos, Durán, Kauffmann y Maiónica, acusados de actuar como agentes al servicio de Venezuela, y del uruguayo Wanseele Paciello.

18/12/07.- Una revelación y ninguna diplomacia Después de que el FBI revela que el dinero iba dirigido a la campaña de Cristina Fernández, Néstor Kirchner reclama a EE.UU. que "entregue al prófugo". Se tensa la relación bilateral.

11/1/08.- Pedido a Interpol por los Uzcátegui Por orden del juez Petrone, la policía argentina solicita a Interpol que ubique en Venezuela al ex vicepresidente de Pdvsa Diego Uzcátegui y a su hijo, Daniel Uzcátegui, para que declaren en el caso.

23/9/08.- Más revelaciones y más dólares Tras el inicio del juicio a Durán, al declarar en Miami Antonini rompe el silencio y afirma que en el vuelo contratado por Enarsa iba otra valija con 4,2 millones de dólares.

9/10/08.- Una valija, todas las valijas Citada a declarar como testigo en Miami, la ex agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria Luján Telpuk afirma que revisó todas las valijas que ingresaron al país en el vuelo de Enarsa.

3/11/08.- Durán, culpable de espionaje chavista El jurado en Miami encuentra culpable a Durán del delito de espionaje, noticia que provoca fastidio en el obierno, acorralado por otras sospechas de financiamiento irregular de la campaña.

4/11/08.- La hora de la justicia argentina Tras el fallo en Miami, la justicia argentina espera ahora que la investigación local cobre nuevo impulso a partir de las pruebas que podría aportar la justicia norteamericana.
Quién es quién en la trama

Claudio Uberti: recaudador de la campaña electoral de 2003, encabezó luego el Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi), bajo la órbita del ministro Julio De Vido. En la práctica, era el "embajador comercial" de la Casa Rosada en Caracas.

Victoria Bereziuk: secretaria del Occovi y colaboradora de extrema confianza de Uberti en sus relaciones con el gobierno venezolano.

Exequiel Espinosa: presidente de la petrolera estatal argentina Enarsa, ente que alquiló el avión charter que voló desde Caracas.

María Luján Telpuk: entonces agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, de turno la noche del decomiso.

Daniel Ingrosso: jefe de Telpuk en la Policía de Seguridad Aeroportuaria, de turno la noche del decomiso.

Jorge Lamastra: funcionario de la Aduana de turno la noche del decomiso.

María Cristina Gallini: jefa de turno de la Aduana la noche del decomiso.

Rafael Ramírez: ministro de Energía venezolano y presidente de su petrolera estatal, Pdvsa.

Rafael Reiter: guardaespaldas de Ramírez, es el actual gerente del área de Prevención y Control de Pérdidas de Pdvsa, su "policía interna".

Diego Uzcátegui: vicepresidente de Pdvsa cuando ocurrió el decomiso, también presidía su filial para la Argentina y Uruguay, Pdvsa Sur.

Daniel Uzcátegui: hijo de Diego, trabajaba para Antonini y sus entonces socios, Carlos Kauffmann y Franklin Durán.

Marjorie Gutiérrez: mano derecha de Diego Uzcátegui, en el momento del decomiso se desempeñaba al frente del área de Relaciones Internacionales de Pdvsa.

La Nacion




A version of this article appeared in print on December 9, 2008, on page A8 of the New York edition.
A Venezuelan businessman who testified against his friend and former business partner in a South American political scandal involving a suitcase of cash was sentenced Monday by a Miami judge to 15 months in prison on a conspiracy charge.

The businessman, Carlos Kauffmann, 36, was the second government witness in the case to be sentenced. Moisés Maiónica, a Venezuelan lawyer, was sentenced to two years in prison last week after providing what Judge Joan Lenard of United States District Court called “substantial assistance” in the case.
Both men testified against Franklin Durán, a Venezuelan businessman convicted in November of conspiracy and of acting as an unregistered agent of the Venezuelan government. Mr. Durán is scheduled to be sentenced on Jan. 12.

Prosecutors dropped a second charge against Mr. Kauffmann, of acting as an unregistered agent. Counting time served, he could be free by March.

Mr. Kauffmann and Mr. Maiónica each pleaded guilty and testified at Mr. Durán’s trial. They detailed an elaborate plot by Venezuelan and Argentine officials to cover up the origin and destination of a suitcase containing $800,000, which prosecutors said had been sent by Venezuela’s state oil company, Petróleos de Venezuela, to the campaign of Cristina Fernández de Kirchner two months before she was elected Argentina’s president.
The case has been a scandal in Argentina and Venezuela since August 2007, when Guido Alejandro Antonini Wilson, a Venezuelan-American businessman, was caught with the suitcase in a Buenos Aires airport.

The accusations by American investigators have tested relations between the United States and both countries. Mrs. Kirchner and President Hugo Chávez of Venezuela have accused the United States of political motivation in bringing the case, an accusation American officials have denied.

Days after he was caught with the suitcase, Mr. Antonini Wilson sought help from the F.B.I. in Florida. Investigators there soon began secretly recording Mr. Kauffmann, Mr. Maiónica and Mr. Durán as they tried to persuade Mr. Antonini Wilson to help cover up the details of the cash shipment.

Mr. Kauffmann and Mr. Maiónica testified that they were working on behalf of Venezuela’s spy agency and that Mr. Chávez himself had directed his spy chief to pay up to $2 million in hush money to Mr. Antonini Wilson.
Four men, including Mr. Kauffmann and Mr. Maiónica, were charged in the case. Three have pleaded guilty; only Mr. Durán elected to go to trial. A fifth suspect, José Canchica, a high-level official with Venezuela’s spy agency, remains a fugitive.

A version of this article appeared in print on December 9, 2008, on page A8 of the New York edition.




El escándalo de los 800.000 dólares / Decisiones en Caracas y en Buenos Aires
Ascienden en Venezuela al prófugo del caso Antonini
Chávez premió a Canchica, el agente que había escapado del FBI

Jueves 11 de diciembre de 2008

Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EE.UU.
WASHINGTON.- Si pisa Estados Unidos quedará detenido en el acto, pero en Venezuela, Antonio José Canchica Gómez acaba de ser ascendido como suboficial del ejército, incluso a pesar del pésimo servicio que prestó al gobierno de Hugo Chávez en sus esfuerzos por intentar acallar a Guido Alejandro Antonini Wilson.

Canchica es un prófugo de la justicia norteamericana desde diciembre de 2007, cuando la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) arrestó a otros tres venezolanos y a un uruguayo que actuaron como "agentes encubiertos" de Caracas en Florida para convencer a Antonini de que asumiera como propia la valija con US$ 800.000 decomisada en el aeropuerto de Buenos Aires.

Desde entonces, el paradero de Canchica es un misterio. Fuentes norteamericanas sospechan que se refugió en Cuba, según dijeron a The New York Times , o quizás en la embajada venezolana en Bolivia, según cuentan desde Caracas. En cualquier caso, el velo se levantó siquiera parcialmente este lunes.

La Gaceta Oficial venezolana -equivalente del Boletín Oficial en el que el Estado argentino publica sus leyes, decretos y resoluciones- informó en su edición N° 39.075 que Canchica fue ascendido al siguiente rango del escalafón del ejército. Pasó de revistar como sargento a maestro técnico de tercera, según resolución del ministro de Defensa, general Gustavo Rangel Briceño.

Su ascenso -le reportará un mejor salario- había sido aprobado en julio. Pero su publicación en la Gaceta se demoró hasta el lunes, después de concluido el juicio oral en Miami y cuando restaban días para cumplirse el primer aniversario de los arrestos que hundieron las relaciones entre Estados Unidos, la Argentina y Venezuela a uno de sus períodos más sensibles de los últimos años.

Para Canchica implica, también, un gesto inusual por partida doble. Por un lado, porque llevaba cinco años con el mismo rango militar. Por el otro, porque según todos los parámetros, su misión en el "caso Antonini" distó de ser meritorio.
Inteligencia

A mediados de 2007, el aún prófugo de las autoridades norteamericanas revistaba bajo el régimen de comisión de servicio en la Dirección de Inteligencia venezolana (Disip), bajo el mando del teniente coronel Oscar Calzada, según indicaron a LA NACION fuentes desde Caracas.

El jefe mismo de la Disip, general Henry Rangel Silva, fue quien autorizó que viajara a Florida para entrevistarse con Antonini, según confesó el primero de los cuatro detenidos que se declaró culpable, Moisés Maiónica. Canchica debía verificar si era confiable, es decir, determinar si "el valijero" a cambio de los US$ 2 millones que pedía, no implicaría al gobierno venezolano en el escándalo. Tal como ocurrió.

Cruel ironía, Canchica se reunió con Antonini en una cafetería Starbucks de Fort Lauderdale el domingo 28 de octubre del año pasado, mientras que los argentinos concurrían a las urnas y le daban el triunfo y la presidencia a Cristina Kirchner.

"Soy el último eslabón de la cadena", le dijo a Antonini, en un intento por apaciguar sus reclamos sobre cuánto tiempo más tardaría Caracas en cumplir todas sus promesas. Ignoraba que el FBI lo estaba filmando, grabando y fotografiando. Aparece de jeans, anteojos oscuros y remera roja. Y mencionó como clave el nombre "Christian", un amigo en común de Antonini y Maiónica.

Más aún, mientras que el uruguayo Rodolfo Wanseele Paciello será condenado el lunes en Miami por trasladar a Canchica en su auto hacia y desde ese Starbucks y cumplir tareas de contrainteligencia mientras ambos conversaban café de por medio, Canchica dejó sus huellas del modo más torpe imaginable.

Al alojarse en el hotel, el flamante militar ascendido pagó al contado para no dejar rastros. Pero cuando se retiró le devolvieron el dinero sobrante y firmó un recibo. Con su nombre. Y después de reunirse con Antonini, más relajado, compró un souvenir con una tarjeta. También con su nombre.
El personaje
JOSE CANCHICA GOMEZ
Militar venezolano

Rango anterior: sargento

Rango actual: maestro técnico

Edad: 37 años

Venezuela lo ascendió tras el caso de la valija, en el que tuvo una participación clave: fue enviado por la dirección de inteligencia de Chávez para negociar con Antonini el plan para desligar a Venezuela.

La Nacion





Antecedentes
Jueves 11 de diciembre de 2008
Cita en el café

Canchica se reúne en diciembre de 2007 con Antonini en una cafetería Starbucks del sur de Florida. Negocian la confesión de Antonini, mientras el FBI lo filma y lo graba en secreto.
Las huellas

Pese a que se cuida de pagar en efectivo el hotel, comete el error de firmar un recibo con su nombre. Y compra luego un souvenir con tarjeta de crédito, lo que atestigua su paso por Miami.
La caída

Las gestiones del agente aceleran la decisión del FBI de detener a los empresarios que presionaban a Antonini en nombre de Chávez. Caen el 11 de diciembre de 2007, pero Canchica escapa. Estados Unidos lo considera prófugo.

La Nacion




Declaran que hubo valijas sin control
El empleado que transportó el equipaje reveló que pasaron más maletas después del decomiso
Jueves 11 de diciembre de 2008
Paz Rodríguez Niell
LA NACION

"Se pudrió todo. Encontraron una valija con plata." Rubén Pinto, empleado de Royal Class, llegaba con la segunda tanda del equipaje del vuelo que trajo a Alejandro Antonini Wilson a la Argentina cuando le dieron esta noticia, según testificó ayer.

Su relato aporta un dato clave. Analizado en conjunto con los demás testimonios de la causa, confirma que la madrugada del 4 de agosto de 2007 bajaron de ese avión valijas que no fueron controladas: las que estaba descargando Pinto cuando un empleado de Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000) -aún no identificado- le informó que ya había estallado el escándalo. Así lo interpretaron dos fuentes de la investigación consultadas ayer por LA NACION.

De acuerdo con la policía aeroportuaria María del Luján Telpuk, la valija de Antonini fue la anteúltima que se escaneó. No hubo otra tanda de equipaje que se hubiera controlado. ¿Qué pasó entonces con el segundo grupo de bultos que Pinto dejó en la puerta de la Terminal Sur de Aeroparque? El testigo dijo no saberlo.

La sospecha de que podría haber habido otras valijas con dinero que burlaron los controles se originó el 14 de septiembre pasado, cuando LA NACION reveló que dos protagonistas del caso habían asegurado que en ese vuelo llegaron otros US$ 4.200.000.

Diez días más tarde, Antonini lo declaró ante los tribunales de Miami. Dijo que las maletas eran dos y que pertenecían a otro de los pasajeros: el argentino Claudio Uberti, que era el referente comercial del gobierno de Néstor Kirchner para Venezuela.

"Alejandro, quédese tranquilo. Sea un hombre. Tenga bolas. ¡Yo estoy cansado de traer maletas así de Caracas! ¡Más grandes que esa!", relató Antonini que le había dicho Diego Uzcátegui, alto directivo de la petrolera estatal venezolana Pdvsa.

Según declaró Pinto ayer, en el vuelo del 4 de agosto no había ninguna valija grande. Todas eran chicas, salvo un par que describió como "medianas", según informaron a LA NACION fuentes que presenciaron la audiencia.

Pinto declaró que aquella noche atravesó varias veces los 1200 metros que separaban el avión proveniente de Caracas con la entrada de la Terminal Sur. En el primer viaje llevó a los tres argentinos: Uberti; su secretaria, Victoria Bereziuk, y el presidente de Enarsa, Exequiel Espinosa.

Volvió luego al avión y en el camino se cruzó con un micro de AA2000. Allí estaban los otros pasajeros y el copiloto, Daniel Pucciarelli, que le hizo señas para que fuera a buscar las valijas. Siempre en una camioneta Toyota, hizo los otros dos viajes.

Ya estaba terminando con el trabajo de aquella madrugada cuando le contaron que dentro de la terminal la cosa estaba complicada. "Parece que la valija es de un venezolano", cuenta que le dijeron los pilotos.

La Nación




Decisión judicial
Dos años de cárcel para el uruguayo del caso Antonini
Wanseele Paciello irá a prisión en los EE.UU.
Martes 16 de diciembre de 2008

Una jueza de los Estados Unidos sentenció ayer a dos años y diez meses de cárcel al ciudadano uruguayo Rodolfo Edgardo Wanseele Paciello, uno de los cinco acusados en el "caso de la valija" por conspirar y actuar en aquel país como agente del gobierno de Venezuela para silenciar a Guido Alejandro Antonini Wilson.

Wanseele Paciello, de 40 años, fue condenado también a cumplir tres años de libertad vigilada cuando abandone la prisión, aunque no se le impuso ninguna multa, según la condena dictada por la jueza Joan Lenard en un tribunal de Miami.

El uruguayo es el tercer acusado en recibir sentencia, después de que los venezolanos Moisés Maiónica y Carlos Kauffmann fueron condenados el 1° y el 8 del actual, respectivamente, en la causa que se abrió por el caso del maletero.

Lenard señaló que la razón de que la sentencia a Wanselee Paciello fuese superior a la dictada contra Maiónica (dos años de cárcel) y Kauffmann (un año y tres meses) radicó en que el uruguayo tuvo una "relación directa" con la Disip, el servicio de inteligencia de Venezuela.

Vestido de uniforme marrón, Wanseele Paciello pidió perdón antes de recibir la sentencia, que escuchó mediante un intérprete.

Sowmya Bharathi, abogada de Wanseele Paciello, señaló en la audiencia que su defendido era un "simple conductor", la persona que menos implicación había tenido en este caso, y que, por falta de recursos, había tenido que contratar los servicios de un abogado de oficio.

Pero el fiscal Thomas Mulvihill señaló que Wanseele Paciello fue la persona que se encargó de recibir en el aeropuerto de Miami al quinto de los acusados en el llamado "caso de la valija", Antonio José Canchica Gómez, que está prófugo.

Mulvihill se mostró satisfecho con la condena y explicó que el uruguayo llevó en su camioneta a Canchica Gómez hasta un café en Plantation (Florida), donde el segundo se reunió con Antonini Wilson.

Canchica Gómez, de 37 años, presionó entonces a Antonini Wilson en esa reunión para que guardara silencio sobre el origen y el destino de un maletín con 800.000 dólares que le habían decomisado a éste en la Argentina en agosto de 2007.

Charla a solas con Antonini

* Alfredo Amadeo, un guarda de Aduana que estuvo en Aeroparque la noche en que se secuestró la valija con US$ 800.000, declaró ayer que durante el recuento del dinero, funcionarios de Aduana y de la PSA se habían reunido a solas con Alejandro Antonini, tal como éste había revelado en Miami.

La Nación




Caso de la valija: liberaron a Carlos Kauffmann
La decisión se tomó porque el empresario cumplió la totalidad de la condena de un año y tres meses de prisión ; la Justicia de los Estados Unidos lo halló culpable de haber ocultado el origen del maletín con 800 mil dólares cuando actuaba como agente del gobierno venezolano

Martes 13 de enero de 2009

MIAMI, (EFE).- El empresario venezolano Carlos Kauffmann, acusado en el caso de la valija, fue liberado ayer, luego de cumplir su condena en una cárcel de Estados Unidos, informó hoy una fuente oficial.

Kauffmann, de 37 años, fue excarcelado de una prisión de Miami, el mismo día en que su ex socio Franklin Durán iba a ser sentenciado por el mismo caso, de acuerdo con el sitio en Internet de la Agencia Federal de Prisiones (BOP, por su sigla en inglés).

La jueza Joan Lenard en diciembre pasado lo condenó a un año y tres meses de cárcel por el cargo de conspiración para actuar como un agente del Gobierno de Venezuela con el objetivo de silenciar el origen y destino de una valija con 800.000 dólares.

Su abogado, Jack Denaro, declaró en ese momento que su cliente saldría a mediados de enero porque había estado en prisión un año y un día.

El empresario, que destapó una red de corrupción de su país en el juicio también fue sentenciado a cumplir dos años de libertad supervisada y a pagar una multa de 25.000 dólares.

El venezolano junto con Durán y otras tres personas fueron acusados de conspirar y actuar como agentes del gobierno venezolano para evitar que se diera a conocer información sobre el dinero.

Los cargos fueron presentados tras presionar al empresario venezolano-estadounidense Guido Alejandro Antonini Wilson, quien reside en Miami, para que guardara silencio en torno al dinero que le decomisaron en la Argentina en 2007.

Los fondos presuntamente provenían de las arcas de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) y, se presumía que estaban destinados a la campaña electoral de la actual presidente de Argentina, Cristina Fernández, según varios testigos de los fiscales federales.

Los Gobiernos de Venezuela y Argentina negaron que tuvieran algún vínculo con el dinero.

Kauffmann se declaró culpable, tras lograr un acuerdo con la Fiscalía Federal a cambio de una pena menos severa y testificó contra Durán, quien fue hallado culpable de los mismos cargos por un jurado.

Su liberación se produjo el mismo día en que su socio sería condenado, pero la jueza Lenard aplazó la sentencia para el próximo 16 de marzo después de que el abogado de Durán objetó el informe de presentencia.

Fue acusado también el abogado venezolano Moisés Maiónica, quien recibió una condena de dos años de cárcel por ambos cargos, 24 meses de libertad supervisada y debe pagar una multa de 25.000 dólares.

Otro de los implicados en el "caso del maletín", el uruguayo Wanseele Paciello, quien también se declaró culpable, fue sentenciado a dos años y ocho meses de cárcel.

Un quinto acusado, Antonio José Canchica Gómez está prófugo

La Nacion

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