Mundial 2010 - Sudáfrica



La gestión / La derrota argentina y su impacto en el gobierno
Sin "efecto Mundial", Kirchner se resigna a un cambio de agenda
La Casa Rosada piensa en anuncios sobre jubilaciones y apura la ley de matrimonio gay

Domingo 4 de julio de 2010

Mariano Obarrio
LA NACION


Los goles de la selección alemana a su par argentina fueron el último mazazo que recibió el gobierno de Cristina Kirchner en una dura semana: la Casa Rosada replanteará su agenda política, que por primera vez quedó amenazada por la oposición en el Congreso. "Se apostó al Mundial; se perdió la iniciativa, y la oposición instaló temas adversos; se deberá resolver una reacción para recuperarnos", confió a La Nacion una fuente oficial.


La goleada dejó ayer con la mirada perdida al ex presidente Néstor Kirchner en Olivos. Por cábala, había rechazado una propuesta de Cristina Kirchner de mirar el partido en El Calafate, según trascendió.


La leve mejora del humor popular por los festejos del Bicentenario debía convertirse en un feliz despliegue de argentinidad con Diego Maradona campeón mundial. Ahora, su mejor apuesta está en el Senado: un difícil e incierto triunfo de la ley de casamiento gay y bloquear allí el 82% móvil para los jubilados.


"Para después del Mundial, se habían previsto anuncios, ahora todo se reacomodará", confió una alta fuente a La Nacion. En Balcarce 50 volvió a circular el rumor de otro cambio de Gabinete, que complete los nombramientos del nuevo canciller Héctor Timerman y del ministro de Turismo, Enrique Meyer.


El viernes próximo, Cristina Kirchner buscará reavivar el calor del Bicentenario, en Tucumán, con los actos del Día de la Independencia.Un día después, viajará a China para buscar revertir la pérdida de venta de aceite de soja a ese país.


"Lo único que había en la agenda era el Mundial. Se terminó la ilusión de un Maradona candidato", dijo ayer a La Nacion un funcionario. Era una hipótesis en estudio para apuntalar el proyecto Kirchner 2011.


Otros se preguntaban ayer si valió la pena gastar 550 millones de pesos para repartir gratis 1,2 millones de conversores de TV digital, de los cuales se distribuyeron hasta ahora sólo 41.000, que ahora servirán sólo para mirar Canal 7 y Encuentro.


A la Presidenta le aconsejaron no viajar a Sudáfrica, como sí lo hizo la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel. Pero aún no descarta recibir a Maradona y sus muchachos en la Casa Rosada. "Hay que ver la reacción de la crítica a Maradona en la prensa", señaló un funcionario a La Nacion.


La semana de Kirchner no tuvo paz. Telefoneó en persona a senadores y gobernadores para obligarlos a apoyar el casamiento gay el 14 de julio bajo amenaza de castigos. Pero éstos cavilan: el electorado del interior rechaza la boda gay. Si pierde esa dura votación, su derrota será personal: ese texto fue el único que lo hizo sentar en su banca de Diputados. No fue a otra sesión que a ésa.


Preocupado por la marcha interreligiosa en oposición a ese proyecto ?será el 13 de julio ante el Congreso?, Kirchner quiere torcerle el brazo a la Iglesia y reponerse de sucesivas derrotas recientes: la oposición le quitaría la potestad de fijar las retenciones; avanza el 82% móvil para la jubilación mínima y la reforma en el Indec; tuvo media sanción en Diputados la eliminación de los superpoderes y la reforma del Consejo de la Magistratura; la oposición le quitó el control de la comisión de seguimiento de la SIDE, y Eduardo Fellner casi renuncia a la presidencia de la Cámara baja.


En el plano judicial, fracasó el examen de ADN de los hermanos Noble, con el cual Kirchner quería jaquear al Grupo Clarín y vincularlo con los juicios por desaparecidos.


Pese al modesto éxito del canje, la recaudación fiscal sigue en alza. "La próxima batalla por la caja será bloquear el 82% móvil en el Senado", dijo un funcionario. Luego de sepultado, el mismo Gobierno anunciaría en septiembre una suba del 15 o 17 por ciento. "Pero políticamente quedamos mal parados", confió la fuente.
FUTBOL Y POLITICA


    * Decodificadores . Kirchner había ideado la jugada política de repartir aparatos para ver la señal digital de Canal 7 con los partidos del Mundial.


    * Festejos. Después del éxito de la celebración del Bicentenario, el Gobierno supuso que una victoria argentina en el Mundial podía generar una ola de buen ánimo social que beneficiaría políticamente al oficialismo.


    * Cambio de planes . Con la derrota argentina, el Gobierno piensa en planes para retomar la iniciativa política. Habrá un gran acto por el 9 de Julio. Y se piensa en un aumento de las jubilaciones.




La Nación





Alemania eliminó a la Argentina por goleada


Sábado, 3 de julio de 2010 

El seleccionado alemán ganó por 4 a 0. Müller convertió el primer gol a los 2 minutos del inicio del partido. Tras la sorpresa, el seleccionado que conduce Maradona fue recuperando de a poco la pelota, creando algunas situaciones de gol, siempre con Messi a la cabeza, pero que no alcanzaron para igualar el partido. En el segundo tiempo, el seleccionado albiceleste empezó ganando la pelota, pero un ataque del rival afianzó la ventaja, y llegaron dos goles de Klose y uno de Friedrich, a los 22, 28 y 44 minutos.

  

El partido ante Alemania fue diferente para el seleccionado argentino, porque por primera vez en Sudáfrica enfrentaba un candidato al título y porque también por primera vez arrancaba abajo en el marcador.

Y eso fue un problema sin resolución. Alemania goleó con autoridad, sin especular, con un equipo ofensivo y que jugó bien al fútbol, siendo superior a su rival.

A partir del gol de Müller, quien marcó de cabeza anticipándose a Nicolás Otamendi, los alemanes manejaron el trámite del juego durante todo el partido, de principio a fin, un verdadero baile. Con el mejor jugador del Mundial 2010, Mesut Öezil, manejando los hilos, al equipo de Maradona se le complicó la historia.

Sin fútbol en el mediocampo, porque fracasaron otra vez Maxi Rodríguez y Angel Di María, los tres delanteros no tuvieron juego, no le llegaron pelotas claras, por ende, no tuvieron situaciones de gol.

Lionel Messi, muy tibio en el primer tiempo, mostró sólo pinceladas de su categoría, pero nunca encontró receptores ni con quien jugar, porque los volantes no lo acompañaron y Carlitos Tevez perdió más de las que ganó.

Entonces, con Messi bien controlado por los alemanes, quienes lo siguieron de manera escalonada y en zona, para Argentina gran parte del primer tiempo fue un suplicio. Para colmo, Alemania cada vez que se lo proponía le creaba peligro a Sergio Romero, entrando por derecha, donde Otamendi no hizo pie esta vez, o por izquierda.

Por suerte para los dirigidos por Maradona casi todo lo bueno que hacían los alemanes se diluía al llegar al área y cuando eran profundos desperdiciaban las chances, como una clara que tuvo Klose, quien solo y sin marca, parado en el punto del penal, tiró la pelota por arriba del travesaño.

El desconcierto del seleccionado argentino era tal, que Maradona probó primero con un cambio posicional de los volantes: pasó Di María a la derecha y Maxi Rodríguez fue a la izquierda. No fue solución.

A los “ponchazos” Argentina pisó el área rival y con remates de Higuaín y Di María intentó asustar a un seguro arquero alemán. Alemania bajó el ritmo con el correr de los minutos, pero si se decidía la sensación era que liquidaba la historia en la etapa inicial.

En el segundo tiempo la Argentina se paró unos metros adelante y en el inicio le generó problemas a los alemanes, primero sin poder entrarle y luego llegando al área con mucha gente y generando situaciones.

Creció Mascherano, apareció más Tevez, Higuaín siguió mostrándose y Di María, por derecha, generó problemas. Pero como el que tenía que aparecer no aparecía, Messi, todo fue más complicado y se hizo cuesta abajo.

Alemania, con el correr de los minutos comenzó a dejar espacios atrás, algo que el seleccionado argentino buscaba aprovechar, pero cuando aparecían Oezil, Klose y subía Lahm temblaba todo el fondo celeste y blanco.

Cuando en el partido se imponía, o debía imponerse, la pausa de Alemania, el encuentro pasó a ser un golpe por golpe, ataque por ataque, transformando un encuentro aburrido en uno emocionante. Y ahí apareció Oezil y su clase, haciendo por derecha lo que quiso con un dueto para el olvido, que fue el que formaron hoy Otamendi y Demichelis.

En una de esas jugadas llegó el principio del fin para el seleccionado argentino, con el gol que marcó Klose, solo abajo del arco, para sentenciar el 2 a 0. El tercero fue una cuestión de decantación, que lo hizo debajo del arco Friedrich, en otra jugada por derecha, donde el barco del seleccionado argentino hizo agua. Maradona mandó a la cancha en forma tardía a Javier Pastore, pero peor fue haber mantenido tanto tiempo a Otamendi e incluir Demichelis como titular, dejando en el banco de suplentes a Walter Samuel, por un pedido de Oscar Ruggeri.

El cuarto gol de Klose fue la frutilla del postre para los alemanes, que se aprovecharon de un planteo inexistente del conjunto argentino, que salió a ver que pasaba. Y así le fue.

Se terminó el sueño del Mundial para el seleccionado argentino. En Brasil 2014 se cumplirán 24 años sin poder jugar siete partidos, sin poder llegar a las semifinales. El sueño de ser campeón del Mundo con Maradona como técnico lo frustró un serio equipo alemán, que con los “tanques” de arriba y la categoría de Oezil se convirtió en un serio candidato al título.

Síntesis

Argentina
Sergio Romero (5); Nicolás Otamendi (2), Martín Demichelis (2), Nicolás Burdisso (6) y Gabriel Heinze (3); Maximiliano Rodríguez (3), Javier Mascherano (5) y Angel Di María (4); Lionel Messi (2); Carlos Tevez (3) y Gonzalo Higuaín (5). DT: Diego Maradona.

Alemania
Manuel Neuer (7); Philipp Lahm (8), Per Mertesacker (6), Arne Friedrich (6) y Jerome Boateng (6); Sami Khedira (7) y Bastian Schweinsteiger (7); Thomas Müller (7), Mesut Öezil (8), Lucas Podolski (7) y Miroslav Klose (9). DT: Joachim Loew.

Goles en el primer tiempo
2´ Thomas Müller (Ale)

Goles en el segundo tiempo
23´ y 43´ Miroslav Klose (Ale); 29´ Arne Friedrich (Ale)

Cambios en el segundo tiempo: 25´ Javier Pastore por Otamendi (Arg); 27´ Marcell Jansen por Boateng (Ale); 31´ Sergio Agüero por Di María (Arg); 33´ Toni Kross por Khedira (Ale); 39´ Piotr Trochowski por Müller (Ale)

Amonestados: A. Di María (Arg); T. Müller (Ale); ; J. Mascherano (Arg)

Arbitro: Ravshan Irmatov (Uzbekistán)

Estadio: Green Point, de Ciudad del Cabo.

Página/12

Un equipo que cayó en su ley
La apuesta que dio réditos en los primeros partidos fue pisoteada por Alemania; el seleccionado se derrumbó ante la primera adversidad y esta vez no encontró soluciones en sus individualidades. Por Alejo Vetere, enviado especial  
03 de Julio de 2010

CIUDAD DEL CABO.- El primer equipo que se decidió a atacar al seleccionado lo expuso a un sufrimiento que se expandió por todas las líneas y lo condujo a un callejón del que nunca pudo salir. La descompensación quedó expuesta cuando la Argentina debió aferrarse a un concepto colectivo y se dio cuenta de que no lo tenía. Y frente a Alemania, que fue muy superior, se pagaron con goles todas las dudas de un seleccionado argentino que no se traicionó. Aun en desventaja, el equipo apostó a dar vuelta la historia con arrestos individuales, fórmula que le dio réditos en los cuatro partidos del Mundial, ante rivales de menor jerarquía. Hoy, estos argumentos resultaron demasiado poco ante un bloque germano impasable.

Hubo imágenes que, durante el partido, en la adversidad, hablaron por sí solas. Postales del desconcierto con el que el seleccionado cerró un sueño. De no ser por la permisividad del árbitro uzbeco, la Argentina se debería haber quedado con diez jugadores a los quince minutos de juego por tres faltas de Nicolás Otamendi. El barullo en el que terminó sumergido nuestro seleccionado fue tal, que en el tercer tanto del partido, Schweinsteiger dejó en el camino a tres futbolistas dentro del área argentina, ninguno defensor: marcaban Mascherano, Pastore e Higuaín. El retroceso del equipo argentino no fue articulado y Alemania armó su festín en el Green Point Stadium, en la tarde que validó con una goleada el triunfo por penales de 2006.

Se cierra un proyecto futbolístico que en la primera adversidad seria en el Mundial se derrumbó por completo y quedó huérfano cuando debió buscar grandes soluciones para grandes problemas. Diego Maradona no tiene ganas de seguir en su cargo, lo dijo tras el partido, pero aún no decidió nada.

La derrota ante Alemania le pasó una clara factura a Diego: faltó un lateral derecho con ofico de lateral derecho. Excepto cuando actuó en esa posición Burdisso, que en realidad es marcador central, siempre le trajo problemas, con Jonás Gutiérrez ante Nigeria y Corea y hoy con Otamendi, terriblemente superado por la situación ¿Tenía Diego en Ariel Garcé a una opción real?

Por momentos, la supremacía alemana fue apabullante. La Argentina tardó en bajar los brazos definitivamente, más por orgullo que por indicios en el juego. Se va del Mundial un equipo temible cuando atacó y desbalanceado cuando debió defenderse. Hay que decirlo: fue un seleccionado que inspiró respeto en sus rivales y que despertó entusiasmo por la calidad de sus futbolistas. A la Argentina todos le temieron. Sin embargo, quedó a la vista que le faltaron variantes para salir de situaciones adversas sin depender exclusivamente de una gambeta, un error rival, o un quiebre de cintura. En definitiva, así como Maradona lo planteó, con una exclusiva dependencia de los habilidosos de adelante.


La Nación





Nada salió como lo imaginaba


Messi se fue del Mundial sin marcar goles y en cuartos de final; el equipo se apoyó mucho en él y tuvo arranques que ilusionaron


03 de Julio de 2010


CIUDAD DEL CABO.- Lionel Messi se puso a disposición del equipo. La Pulga, el hombre del que todos aquí en Sudafrica hablan, cerró otra participación en una Copa del Mundo, cargado de frustración por no haber podido comandar al equipo a una consagración, aun siendo uno de los puntos más altos del plantel. Su sueño de levantar la Copa con la diez en la espalda quedó trunco; Lio siquiera pudo hacer un gol en Sudáfrica.

Muy lejos quedó ya la imagen de Messi en 2006 sentado en el banco, masticando impotencia por haber visto con los suplentes la eliminación del seleccionado que dirigía José Pekerman en ese entonces. Hoy, la Pulga intentó los noventa minutos, pero no se salvó del naufragio de un equipo que dependió mucho de su magia. Lio fue el sosten futbolístico del seleccionado. Diego Maradona, así lo había dicho: "Queremos ser campeones y tenemos a Messi".

Hasta esta instancia, la Argentina había logrado maquillar las falencias de los primeros cuatro partidos con un poderío ofensivo que inspiró temor en sus (inferiores) rivales. Nombres como los de Gonzalo Higuaín, Carlos Tevez o el propio Lionel Messi habían sido el salvavidas de Maradona en los momentos de apremio.

Hoy, en el estadio de Green Point, ni siquiera de eso pudo ufanarse el conjunto argentino. Cortado al medio, sin hombres de nexo entre la defensa y el ataque, sus estrellas ofensivas no lograron la cuota de rebeldía que compromisos de esta naturaleza exigen. Quedaron, apenas, en intenciones. Messi intentó, pero no pudo comandar al seleccionado. Quedó aturdido en la desconcentración del equipo.

Muy retrasado en el campo, Lio tuvo momentos de protagonismo, pero nunca ejerció daño y terminó despidiéndose de Sudáfrica sin goles en cinco partidos. Intentó alguna sociedad con Tevez -el más dinámico arriba-, pero no estuvo certero en los últimos metros. Sus dos tiros libres pasaron muy lejos del travesaño del arquero Neuer.

La imagen más fiel de lo que fue eliminación quedará reflejada en la sequía en el arco rival: la Argentina había marcado 10 goles en cuatro partidos; ante Alemania no pudo anotar ni uno.





Una dolorosa eliminación: Alemania desnudó las falencias de la Argentina y la dejó sin Mundial
Los germanos golearon por 4 a 0, con tantos de Müller, Klose (2) y Friedrich y están en semifinales; la selección nunca pudo revertir la adversidad en el partido; hace 20 años que el conjunto nacional no está entre los cuatro mejores de un Mundial. Por Nicolás Balinotti/ Enviado especial  
03 de Julio de 2010 - 12:47

CIUDAD DEL CABO.- La goleada envuelve de pena una esperanza rota. Caen lágrimas vestidas de resignación por ese sueño que no fue. La película de lamento es una secuencia repetida de almas quebradas y corazones arrugados. La Argentina se va del Mundial. Fue eliminada por Alemania, como en 2006. Es el desenlace de una historia que anunciaba otro final, con Maradona como técnico y Messi, señalado por todos como el mejor, expresándose en el campo de juego. Ganó Alemania con todas las de la ley, con una goleada por 4 a 0 elaborada con orden y juego.

Suponía un interrogante saber cómo reaccionaría el seleccionado ante su primera adversidad. El gol de Müller, a los dos minutos, provocó un estremecimiento glacial que dejó inmóvil al equipo. Jamás la Argentina se recuperó del estado de conmoción de ese golpe casi de knock-out del comienzo. Fue un shock eterno.

Hasta aquí, la Argentina había gozado de un beneficio casi exclusivo: había sido muy poco agredida durante el torneo. Todo lo que no la habían atacado en la primera ronda, sucedió hoy en Ciudad del Cabo.


En la zona media el seleccionado se resignó a dar pelea y le cedió terreno a Alemania para tomar la iniciativa. Schweinsteiger gobernó a su gusto por fuera de la órbita del círculo central. El N°7 hizo del medio su sector de influencia, el corazón del circuito de juego alemán. Alemania se puso en ventaja rápidamente, a través de un cabezazo de Müller, que anticipó a Otamendi y que encontró mal ubicado al arquero Romero. La defensa argentina paseó durante todo el certamen su ignorancia conceptual a la hora de definir marcas y ordenamientos en el fondo. Se sufrió hoy, pero podría haber sucedido antes.

La Argentina carga con un estigma desde el comienzo: le cuesta elaborar juego más allá de alguna genialidad de Messi o la expresión inspirada de otra individualidad. Por la manera que comenzó el partido, tal vez se reclamaba la presencia de Verón o Pastore desde mucho tiempo antes.

En desventaja, la Argentina tomó mayor diálogo con el juego, aunque sin profundidad y sin ser certero, un rasgo que la había distinguido hasta aquí. Su mejor momento fue entre los 30 y los 40 minutos del primer tiempo. No le pudo sacara el jugo a ese rapto de inspiración.

Para Alemania fue uno de esos partidos que forjan el carácter. Una de esas batallas más para el pico y la pala que para el fútbol filarmónico. Pero en este caso, gracias a los espacios regalados, el equipo europeo se lució con una goleada que quedará en la historia. Klose y Friedrich le bajaron el telón al partido con sus anotaciones, a los 22 y 28 minutos del segundo tiempo. Eso fue la despedida simbólica de la Argentina, que estaba resignada a su espantoso extravío. Klose, en el cierre, decoró el resultado con otro toque sublime.

Caídos Brasil y la Argentina, se les abre el paso a los europeos. El Mundial seguirá, aunque en la Argentina ya es asunto terminado. Era el Mundial de Messi. Era el Mundial de la Argentina. La tristeza y la desilusión escenifican un final inesperado.


La Nación







Germany Shows Its Strength




By JERÉ LONGMAN
Published: July 3, 2010



CAPE TOWN — Diego Maradona longed for the action, admitting that he wanted to grab a uniform and suit up for Argentina, awakening those once magnificent legs that had been in troubled sleep for so many years.
s it turned out, it was not more attackers, but defenders that Argentina so desperately needed at the World Cup, as evidenced by Saturday’s 4-0 dismantling by Germany in the quarterfinals.

Maradona was celebrated for the freedom he gave his forwards, cheered for the blithe way he let his players do as they wished, but it became clear that he was not prepared for the part of the game that required obstruction and impediment of the creativity that he possessed as a player and valued as a coach.

In building an ostentatious attack, Maradona neglected to shore up his defense for a day like Saturday, when the goals stopped coming for Argentina and the threats at the other end had to be countered with something other than indifference, lack of speed and disorganization.

And so it is Germany, which received two goals from Miroslav Klose, that moved on to the semifinals to face Spain, which defeated Paraguay, 1-0. The game will be a rematch of the 2008 European Championship final, won by Spain.

Meanwhile, Maradona the coach proved far less able than Maradona the player, and Argentina’s last World Cup title, in 1986, receded further into the rearview mirror.

What began as a World Cup of dominance by South America has swung back toward European pre-eminence. A day after Brazil lost its composure against the Netherlands, Argentina was routed by a German team that had more speed, energy, quickness to the ball, inventiveness, insistence on the counterattack, and cohesion and relentlessness on defense.

Most surprising was not that Brazil and Argentina lost, but that while fearsome in reputation, they proved merely fragile on the field, delicate, brittle and cracking under the first sign of strain. Afterward, Maradona, 49, hinted that he would step down.

“I think we made it easy for them,” he said. “They got easy control of the ball. Germany had more ideas, lots of ideas, ideas they didn’t have before.”

Joachim Löw, his German counterpart, who wore a periwinkle sweater to Maradona’s creased and shiny suit, noticed a cleaving of the Argentine team. The attackers — Lionel Messi, Gonzalo Higuaín, Carlos Tévez and Ángel Di María — seemed as uninterested in defense as they were artistic and inspired with the ball.

“That would create spaces if the opposing side attacked quickly,” Löw said. “I told my players, you are younger, faster, more enduring. We were able to put Argentina’s defense under pressure and take it apart completely.”

For this World Cup, Maradona had forgone such defensive stalwarts as Esteban Cambiasso and Javier Zanetti, who had played sturdily in helping Inter Milan win the European Champions League. The defense he did bring was largely untested and unconvincing through the second round.

Then Argentina surrendered the quickest goal of the tournament, three minutes into Saturday’s match. Bastian Schweinsteiger curled a free kick to the emergent German midfielder Thomas Müller, who ran past defender Nicolas Otamendi and headed the ball into the net. Sergio Romero, the Argentine goalkeeper, could only wave at the ball while in a half-squat.

The score remained 1-0 into the second half, and Argentina showed early resolve. But as exceptionally as he played in South Africa, Messi left without scoring a goal. Later, he wept in the locker room.

The Germans hounded him with one defender, two, even three at times. Their effort was unceasing. Players ran great distances, stripping the Argentines of the ball, snuffing crosses. Once, center back Per Mertesacker blocked a shot with his face. Goalkeeper Manuel Neuer dived gracefully to the near post and fielded short hops that bounced right at him, going to his knee like a shortstop.

Asked why Messi and other stars like Wayne Rooney had been unable to deliver in this World Cup, Maradona had an answer about necessary self-interest that defied the “no I in team” clichés about sport.

“I think we were more selfish, and now players are more collective, more team players,” he said. “They want to do everything with their teammates. Before, perhaps it was a matter of being selfish players who had the rest of the team working for us.”

The frustration of the game began to show on Maradona’s face and in his actions as the minutes wound down. As a player, perhaps there was none greater. But a coach can only make a plan and hope that others follow it. Nothing seemed to work for Argentina, and Maradona put his hands to his face and slapped his thigh and turned and shook his arms.

Germany’s counterattack began to roll up the score. Klose tapped in a cross in the 68th minute to make it 2-0. Arne Friedrich did the same in the 74th minute for a 3-0 lead. Finally, Klose delivered a volley in the 89th minute for the final score, giving him 14 World Cup goals in his career, one behind the leader, Ronaldo of Brazil.

Afterward, Maradona again hugged and kissed his players, but in defeat instead of victory. He did not apologize for his attacking approach. It is the only one he knows.

“The type of football people like is, go out for the match and touch the ball, rotate, run,” Maradona said. “I don’t think Argentina can play a different style.”

Still, the result hurt. He and Argentina had expected so much more. He had experienced loss in the 1982 World Cup as a player, Maradona said, but this was worse.

“I was a boy and I didn’t really realize the importance of things,” he said. “I will be 50 on Oct. 30. I’m mature and this is the toughest moment of my life. Having so many great players, this is really like a kick in the face. I have no more energy for anything.”

The New York Times Company

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