El kirchnerismo replantea su estrategia tras la derrota porteña



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El kirchnerismo replantea su estrategia tras la derrota porteña

Apunta a ordenar y depurar la grilla de candidatos, tanto presidenciales como a la gobernación bonaerense; la Presidenta evaluó que la multiplicación de postulantes fue negativa en la capital

Por   | LA NACION


 derrota del kirchnerismo en territorio porteño aceleró los contactos entre los dirigentes políticos del oficialismo en busca de ordenar la colmada grilla, tanto en la carrera presidencial como en la provincia de Buenos Aires. Dos o a lo sumo tres fórmulas es el escenario que aparece hoy con mayor claridad en el deseo de la escudería K.

La conclusión de la mayoría de los dirigentes políticos que pululan por los despachos oficiales es que tantas listas internas no garantizan un buen resultado. Con la imagen que dejó el espejo de la primaria en la Capital, donde Mariano Recalde compitió con otros seis postulantes que concentraron un bajísimo porcentaje de votos hasta dejar al Frente para la Victoria en tercer lugar, esta semana comenzó a hacerse fuerte la idea de despojar de opciones la batalla.

El lunes pasado, la catarsis la hicieron los intendentes de la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires en una nueva reunión de evaluación de daños en la sede pejotista de San Telmo. Golpeados por los magros resultados porteños, aceleraron la presión para que Daniel Scioli se afiance como candidato nacional (ver aparte). Pensaban repetir el gesto el lunes, en otra cumbre del peronismo bonaerense en Matheu 130. Pero deberán esperar. Por pedido de Cristina la debieron postergar para asistir -ese mismo día en la Casa Rosada- a un homenaje al ex presidente Néstor Kirchner.

La cita se hará ampliada el viernes, cuando en Parque Norte se reúna el congreso nacional del PJ para fijar las alianzas electorales y dar alguna muestra de los candidatos que quedan en la grilla. La Presidenta no irá, pero sí sus enviados, como el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, además de la mesa de conducción camporista. No llevarán definiciones concretas, pero sí podrían aportar alguna clave del entramado que imaginan para la competencia de agosto. El enigma sigue siendo qué quiere hacer Cristina.

Quienes esta semana estuvieron cerca de la Presidenta, que pasó todo el martes en su despacho de Balcarce 50 recibiendo a funcionarios y dirigentes políticos, confiaron que tomó nota del desborde capitalino de candidatos. No dio órdenes. Pero quienes la escucharon interpretaron que achicará la oferta. Por lo pronto, ya Julián Domínguez se bajó de la carrera nacional y va por la gobernación. Lo mismo hará Aníbal Fernández. Florencio Randazzo, mejor posicionado aunque detrás de Daniel Scioli, no piensa bajarse, y resiste Sergio Urribarri, además de Agustín Rossi y Jorge Taiana. Rossi se esperaba que en el avión de regreso de Rusia la Presidenta le diera una señal para abandonar. No pasó.

Un mismo escenario comenzó a vislumbrase en la provincia de Buenos Aires con duplas que ya caminan juntas como Domínguez y Patricio Mussi, o Sergio Berni y Diego Bossio. "No definan quién va primero y quién segundo", fue la única venia que dio la Presidenta, según relató a la nacion un funcionario. Aníbal jugará con Scioli. De la mano del sciolismo, ya le arma a Francisco Barba Gutiérrez (más cercano a Randazzo) una interna con Daniel Gurzi, su candidato en Quilmes.

La foto que dejó para el Gobierno la elección en la Capital distiende a Scioli, que se ve beneficiado ante los malos momentos del kirchnerismo. Es cuando el peronismo bonaerense comienza a desesperar y apura acuerdos.

El gobernador bonaerense decidió embarcarse en una agenda nacional, lejos del territorio que ahora deberá conquistar Recalde. Él también hizo catarsis el lunes poselectoral. En La Plata juntó a todo su gabinete y les pidió reforzar la gestión: que cada ministro termine las obras prometidas. En su etapa de noviazgo con el kirchnerismo ya anticipa que su candidato a vice será "un hombre del proyecto". No le interesa que estaba vez la Presidenta le imponga la fórmula. "Si no nos dan el vice, vamos a ir a la Casa Rosada a pedirlo", refuerza uno de los hombres más cercanos al gobernador.

Del otro lado, Randazzo se mantiene como competidor y jura que no se bajará. Su posición le habilita a Cristina la posibilidad de mostrar una primaria competitiva que atraiga la mayor cantidad de votantes el 9 de agosto, una réplica de lo que decidió Mauricio Macri, que de cuatro precandidatos dejó sólo a dos en la batalla porteña y terminó potenciando su primaria.

"Esto no es para impacientes", repite Randazzo. Necesita de los gestos de Cristina y seguirá tensando la pelea con Scioli, a pesar del descontento de sus colegas de gabinete, que lo dejaron solo. La única excepción son las charlas diarias que tiene con Zannini.

La tercera vía todavía sigue siendo una opción, pero con la experiencia de la Capital se fue desinflando. Urribarri resiste y quiere ese espacio. Los involucrados en la pelea de agosto creen que llegado el 20 de junio, con la oficialización de las listas, Cristina ordenará, aunque no se definirá de antemano por ninguno hasta después de la primaria. Otra vez pesarán sus gestos y las libres interpretaciones.

CLAVES DEL NUEVO PLAN DE ARMADO ELECTORAL

Oferta acotada

Hay presión para depurar la grilla de candidatos a presidente y gobernador bonaerense

Sin colectoras

El límite busca tranquilizar a los intendentes

Todos con todos

Los precandidatos a presidente podrán ir con más de un postulante a la gobernación y a la intendencia, y viceversa




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