Empleo
Una de cada diez porteñas que trabaja lo hace en el servicio doméstico
El 64,5% está en negro y su edad promedio es de 43 años; cobran unos 38 pesos por hora y el 34,5% proviene de un país limítrofe; la mayoría vive en el sur de la ciudad
Por Ángeles Castro | LA NACION
cada diez vecinas porteñas que trabajan, una lo hace como empleada doméstica en hogares particulares. Suman 69.500 en toda la ciudad y el 64,5% de ellas desarrolla sus tareas en negro. Casi la mitad nació en el extranjero y, en igual proporción, son jefas de hogar. El 48,1% no accede a vacaciones pagas, cobro del aguinaldo ni ningún otro derecho laboral contemplado en la ley.
Así surge de un informe de la Dirección General de Estadística y Censos porteña, difundido en marzo de este año. Según ese documento, el 35,3% de quienes trabajan como empleadas domésticas viven en las comunas del Sur de la ciudad (4, 8 y 9) y en la Comuna 10 (Parque Avellaneda, Mataderos y Liniers) y sólo una de cada diez cumple sus funciones con cama adentro.
La edad promedio de estas mujeres es de 43 años y comenzaron a trabajar, en promedio, a los 17 años. La mayoría, casi el 70% del total, tiene más de un año de antigüedad en el trabajo.
Las porteñas que se desempeñan como empleadas domésticas trabajan 32 horas semanales en promedio, según el informe, confeccionado sobre datos de la Encuesta Anual de Hogares de 2013.
Ese año, cobraban un promedio de 22,5 pesos la hora; si se aplica el 67% de inflación estimada por los consultores privados para los dos últimos años, hoy rondaría los 38 pesos ($ 5000 mensuales).
El servicio doméstico en hogares particulares está claramente identificado con las mujeres. Según el documento de la Dirección General de Estadística y Censos porteña, un total de 70.200 personas con residencia en la Capital trabaja bajo esta categoría. Y apenas el 1% son hombres.
Las 69.500 restantes son mujeres y constituyen el 9,5% del total de las porteñas que trabajan. El 34,5% proviene de un país limítrofe y el 13,9%, de Perú. Otro 0,1% es extranjera de otras nacionalidades. Casi 32% son migrantes internas y 19,8% nacieron en la misma ciudad. La edad que se registra con mayor frecuencia dentro del total de empleadas domésticas es 50 años.
El informe destaca que nueve de cada diez trabaja con retiro, y sólo un 10% duerme en lo de sus empleadores. Las consultas no indagaron sobre el distrito geográfico en el que cumplen sus funciones.
El 48,5% mantiene su hogar y residen, mayoritariamente (41,3%), en hogares nucleares con núcleo completo (ambos cónyuges). El peso de los hogares con núcleo incompleto (18%), destacan los investigadores, supera el peso que tienen estos hogares en el total de la ciudad (13%) de Buenos Aires.
En cuanto a su distribución espacial, el 46,5% de las 69.500 mujeres vive en ocho comunas de la franja central de la Capital (1, 3, 5, 6, 7, 11, 12 y 15); otro 35,3% reside en las tres comunas del Sur (4,8 y 9) y en la Comuna 10, mientras que sólo 18,2% habitan en las comunas del Norte de Buenos Aires (2, 13 y 14).
TRABAJO EN NEGRO
Respecto de las condiciones de inserción laboral, el informe es contundente. Casi el 65% tiene una inserción laboral precaria, en negro, es decir que no les descuentan ni aportan por su cuenta para jubilación.
La normativa vigente (ley 26.844) obliga a registrar ante la AFIP a todas las relaciones laborales de servicio doméstico y los empleadores deben realizar aportes para la obra social y la jubilación, que varían según la cantidad de horas trabajadas. Además, deben contratar y pagar un seguro de riesgos de trabajo.
Según el documento de Estadística y Censos, sólo 44,8% de las vecinas que son empleadas domésticas accede a vacaciones pagas; un 47,2%, al cobro del aguinaldo; un 42,9%, a días pagos por enfermedad, y un 6% recibe salario familiar.
Suman 29,6% las que acceden a todos los derechos laborales y 33,9% respondió que le descuentan para obra social. En el otro extremo, 48,1% no goza de ningún derecho laboral de los antes mencionados.
En los últimos tiempos la AFIP impulsó un fuerte blanqueo para la actividad, por lo que las cifras de empleo informal registradas en este informe de 2013 podrían haberse modificado.
Siempre según el informe realizado en 2013, las porteñas que trabajan como empleadas domésticas realizan un promedio de 32 horas semanales. Como se dijo, en 2013, cuando se relevaron los datos mediante la Encuesta Anual de Hogares de la ciudad, cobraban en promedio 22,5 pesos la hora. Actualizado por la inflación, hoy el valor medio de la hora rondaría los 37,6 pesos, por lo que lograrían un ingreso mensual cercano a los 5000 pesos.
En el momento del relevamiento -y se estima que puede no haber habido variaciones significativas-, el 67,4% tenía más de un año de antigüedad como empleada doméstica y tres de cada diez, menos de un año, pero más de un mes.
HISTORIAS DE TRABAJADORAS
Dos de las 69.000 mujeres que trabajan como empleadas domésticas
Estéfani Rojas
Foto: Santiago FilipuzziCuatro días a la semana, Estéfani Rojas limpia dos hogares particulares para completar los ingresos que obtiene como cajera en una cadena de supermercados. Vive en Balvanera, pero se traslada hasta casas familiares situadas en Villa del Parque y Recoleta. La joven tiene 28 años y llegó desde Perú junto con su padre cuando tenía 18. Ya había terminado el secundario. "Son muy buenas personas -dice sobre sus empleadores-. Cuando necesito, puedo llevar al nene conmigo." El año que viene, provista de su DNI argentino, irá por más: quiere empezar a estudiar nutrición.
Julia Gómez
Foto: Santiago FilipuzziA los 61 años, Julia Gómez cuenta que el trabajo que tiene desde hace ocho, como niñera y a cargo de tareas domésticas en una casa de Olivos, es el mejor de todos los que consiguió. "Me pagan muy bien la hora y son muy buenos. Cuido a dos chicos, de 7 y 3 años, les preparo la comida, los baño, lavo y plancho la ropa", explica la señora, que actualmente vive en Villa Urquiza. Julia llegó desde Maipú, provincia de Buenos Aires, de donde es oriunda y donde completó estudios primarios, hace décadas. Vino con su marido y con su primera hija; luego tuvo también un varón.
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