Macri y Massa, cuando ya es tarde para todo

Domingo 07 de junio de 2015 | Publicado en edición impresa
El escenario
Macri y Massa, cuando ya es tarde para todo
Por Joaquín Morales Solá | LA NACION

ero aspira todavía a una competencia en la provincia entre María Eugenia Vidal y De Narváez. Crítica feroz de Massa, ella cree que una interna entre Vidal y De Narváez (sin Massa) haría más seductor a ese acuerdo. Macri da por terminado cualquier acuerdo con De Narváez. La relación personal entre ellos es pésima, sobre todo desde que en 2009 De Narváez se dedicó a captarle dirigentes a Macri luego de aliarse con Macri. "No agrega nada", acota el macrismo.

Digan lo que digan Carrió o Macri, De Narváez está formalmente fuera de las elecciones. Massa podría anunciar el martes que se bajará de la candidatura presidencial para competir por la gobernación bonaerense, aunque esta última parte no está cerrada. Intentará, de un modo u otro, dejarlo a Macri solo frente a la decisión histórica de haber impedido la unidad de los opositores. La culpa, si ésta existiera y si se mira bien lo que pasó, será también de Massa.

El jefe radical, Ernesto Sanz, estaba más seducido por esos potenciales acuerdos electorales. Su formación política y partidaria le impide a veces entender el idioma de Macri. Por ejemplo, cuando éste dice que los acuerdos los debe hacer la sociedad y no los dirigentes. "La política se construye ahora desde abajo hacia arriba y no desde arriba hacia abajo", repite mientras golpea las puertas de argentinos humildes, que ni siquiera saben qué es el "círculo rojo". El establishment lo mira asombrado: no puede entender cómo salió así un hijo dilecto del empresariado. Macri les responde que las comunicaciones han cambiado tanto como la manera de la sociedad de relacionarse con la política. Ésos son los parámetros del macrismo, que prefiere una división clara entre lo nuevo y lo viejo.

Por eso, sueña con un enfrentamiento directo en la provincia entre Vidal y Aníbal Fernández. Lo nuevo y lo conocido en sus mejores expresiones. Pero ¿qué hará Cristina? Podría bajarlo a la provincia a Florencio Randazzo, teme el macrismo. Difícil, porque le allanaría el camino definitivamente a Scioli, que es a quien la Presidenta quiere condicionar. Randazzo aspira, además, a ser candidato a presidente, no a gobernador. Pero Cristina es un animal político, que en última instancia decidirá de acuerdo con sus intereses electorales. La capacidad presidencial para innovar y sorprender también mantiene en vilo a sus opositores. Cristina sabe hacer esas cosas, aunque siempre se equivocó, debe reconocerse, en la elección de candidatos.

El vertiginoso derrumbe de Massa trabó cualquier posibilidad de acuerdo. ¿Qué efecto hubiera tenido, por ejemplo, una candidatura a gobernador de Massa aliado con Macri? ¿No hubiera llegado Massa a esa instancia como un candidato devaluado después de explorar empecinadamente una candidatura propia a presidente? ¿Cómo explicarles ahora a los bonaerenses que puede ser un buen gobernador cuando no pudo ser presidente?

En la desesperación de los últimos días, sólo reclamaba un papel como actor de reparto. La última carrera electoral de Massa no deja de ser una tragedia política y personal. Hace apenas ocho meses era el candidato presidencial con más intención de votos. Cometió errores, hizo promesas políticas que no cumplió, confundió a sus aliados o los agravió (como el caso Reutemann), anunció cosas que nunca sucedieron.

Cansado y debilitado, casi con la lengua afuera, lo buscó a Macri. Macri lo esperaba, pero para decirle que no, cobrando el desplante que él sufrió de parte de Massa en las elecciones de 2013. Ninguna política nueva le quita a la política su eterna dosis (¿necesaria, tal vez?) de dureza y frialdad. La mejor síntesis la hizo un viejo massista: "Ya es tarde para todo"


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