Cristina Kirchner descalificó la protesta y dijo que los gremios opositores intentan "amenazar" su gestión

Miércoles 21 de noviembre de 2012 | Publicado en edición impresa

Huelga nacional / La reacción de la Casa Rosada

"A mí no me corre nadie, y mucho menos con patoteadas"

Cristina Kirchner descalificó la protesta y dijo que los gremios opositores intentan "amenazar" su gestión; "no fue una huelga ni un piquete", se quejó

Por Mariana Verón  | LA NACION



ijo que quería hablar con todas las letras . Y lo hizo. "Me voy a bancar lo que me tenga que bancar. A mí no me corre nadie, y mucho menos con amenazas, patoteadas o matones." Así describió la presidenta Cristina Kirchner el paro y los piquetes que ayer convirtieron la Capital casi en un desierto en lo que fue la primera huelga general contra un gobierno kirchnerista.

Una cinta celeste y blanca alrededor de su cuello cortaba momentáneamente el luto que lleva desde hace dos años. Desde San Pedro, en el festejo por el Día de la Soberanía Nacional, la Presidenta calificó ayer el paro como un hecho de "apriete y amenaza" y pidió no hablar de "huelga o piquete".

"Tenemos que tener la libertad de elegir qué es lo que queremos hacer. No se puede someter a la extorsión y la amenaza", dijo.

Desde temprano, el Gobierno se concentró en desacreditar la protesta por la metodología elegida por los manifestantes, convocados por la CGT que dirige Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli. Aunque con correcciones hacia el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, que le había hablado de un "piquetazo nacional", la Presidenta siguió esa línea para cuestionar la medida.

"El derecho de huelga constitucionalmente reconocido y respetado por esta argentina que es presidenta es sagrado y también es sagrado el derecho a decidir cada trabajador qué es lo que quiere hacer", apuntó Cristina, en línea con la idea central de cuestionar el método con cortes de calles, autopistas, vías y rutas que idearon los dirigentes sindicales que convocaron el paro para lograr darle mayor magnitud a la huelga.

De cara al río Paraná, sobre la barranca de la Vuelta de Obligado y en un atardecer caluroso, la Presidenta nunca nombró a Moyano ni a Micheli y evitó hablar del reclamo por la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, eje de la protesta sindical.

"Éstos no son los dirigentes gremiales que querían Perón y Eva", avanzó Cristina, frente a un nutrido grupo de militantes que coreaban los clásicos cantos kirchneristas. "La voluntad de los trabajadores no puede ser vulnerada por nadie, tiene que ser expresada. Me gustaría que todos los dirigentes, principalmente aquellos que quieren representar a los trabajadores, estuvieran más preocupados por preservar las fuentes de trabajo, que es el gran desafío en un mundo que se derrumba", apuntó.

La Presidenta hizo un encendido discurso en el que desgranó la crisis económica mundial y comparó las manifestaciones en otros países del mundo con la situación argentina. "Nos reconocen que hemos sido el país que más clase media hemos generado", planteó. Celebró que habían podido "adquirir un autito" o construir sus casas, y tomó como ejemplo a su madre, Ofelia Wilhem. "Soy hija de una sindicalista. Mi vieja fue casi 30 años secretaria general de un gremio y jamás obligó a alguien a hacer algo contra su voluntad", comparó.

Esta vez, la Presidenta no evitó la referencia al paro, como sucedió en otros discursos después de marchas y movilizaciones en su contra. Cristina siguió todo el día la protesta. Ella misma contó que había visto televisión por la mañana y se quejó de los destrozos en algunos comercios del centro porteño. Culpó por los hechos de violencia a Luis Barrionuevo y recordó cuando en una visita a Catamarca le habían tirado huevos en el pelo.

Con escasa actividad, la Presidenta pasó todo el día en la quinta de Olivos. Allí recibió al filósofo Ernesto Laclau y a los directivos de Almarai Co, empresa láctea de Arabia Saudita.

Sus ministros mantuvieron contacto con los gremios del transporte que no adhirieron a la huelga y pidieron a los gobernadores informes para conocer el impacto de la protesta en el interior. Aunque las respuestas de los mandatarios dieron cuenta del paro en Córdoba, Rosario y Mendoza, según contó un funcionario a LA NACION, la Presidenta lo acotó a la ciudad. "Fue un fenómeno en pocos gremios de servicios y en ámbitos de la Capital Federal", abundó Cristina.

Entre sus más cercanos colaboradores, la Presidenta repite que la actitud de Moyano es "política" y que pretende "desafiar" su poder. Hacia adelante, el Gobierno dice que apurará los cambios en Ganancias para el primer trimestre de 2013. Así lo prometió Cristina la semana pasada.

En las calles, la Casa Rosada ya prepara su plaza para el próximo 9 de diciembre, en la víspera del aniversario del comienzo del segundo mandato de Cristina. "Es un día para recordar y festejar", invitó la jefa del Estado ayer.

El viraje del discurso kirchnerista

ANTES

  • Néstor Kirchner
    Conflicto por las pasteras (2006)

    "Tenemos la razón; el derecho está de nuestro lado. Gualeguaychú es una causa nacional."

  • Aníbal Fernández
    Ante reclamo de planes (2003)

    "El Gobierno ataca las causas que provocan el fenómeno piquetero y no reprime."
  • Luis D´Elía
    Piquetes contra Shell (2005)

    "Si se dispara el precio de los combustibles, sube el pan, la carne, por eso salimos"
AYER
  • Juan M. Abal Medina
    "No hay paro. Esto es un piquetazo extorsivo, en el que los que van a trabajar son apedreados."
  • Aníbal Fernández
    "No se puede andar amenazando a la gente. No sé si corresponde una denuncia penal."

  • Amado Boudou
    "Lo que hace este tipo de medidas es generar situaciones que no le sirven al conjunto de los argentinos"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario