Golpeado, el vicepresidente se refugió en el Senado

Golpeado, el vicepresidente se refugió en el Senado

El entorno de Boudou lamentó el silencio del Gobierno; dijeron que está "apesadumbrado"

Por   | LA NACION



A pesar de que ya sabía que el fiscal Jorge Di Lello iba a pedir su declaración indagatoria , la confirmación de la noticia pegó fuerte en el ánimo de Amado Boudou, a quien voceros del Poder Ejecutivo describieron ayer como "apesadumbrado" ante el nuevo golpe que sufrió en la Justicia en la causa por la que se lo investiga por negociaciones incompatibles con su cargo en el caso Ciccone.

Un dato clave para comprender el estado emocional del vicepresidente fue el silencio de la Casa Rosada, algo que ayer había pegado fuerte entre las huestes de Boudou. En ese sentido, las fuentes consultadas señalaron que esperaban, al menos, que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, haga hoy alguna referencia al tema en su habitual conferencia matinal.

Como viene ocurriendo desde mediados del mes pasado, las dependencias de la presidencia del Senado fueron el territorio al que el vicepresidente circunscribió su actividad. Arribó a su despacho poco después de las 9 de la mañana y las abandonó cuando el sol ya había caído.

Si bien realizó tareas ligadas a su papel como presidente del Senado, firmó varios decretos relacionados con cuestiones legislativas, el centro de su atención estuvo en analizar el abanico de posibilidades que se le presentan ante la eventualidad de que el juez Ariel Lijo acepte el pedido del fiscal.

Por lo pronto, cualquier movida que haga Boudou estará sujeta a lo que decida Cristina Kirchner, como ocurrió cuando estalló el escándalo por el levantamiento de la quiebra de Ciccone Calcográfica. En aquella oportunidad, y tras quince días de silencio, el vicepresidente rompió el silencio en plena Semana Santa para denunciar un amplio complot en su contra, denuncia que le terminó costando el cargo al entonces procurador general Esteban Righi y puso en serios aprietos al juez Daniel Rafecas.

En el entorno de Boudou esperan que la Presidenta tome este nuevo incidente judicial como algo propio, como un ataque a su gobierno. Mientras tanto, también comenzó a discutirse qué camino seguir ante la eventualidad de que Lijo lo llame a prestar declaración indagatoria.

Hasta anteayer la única alternativa posible era la respuesta por escrito ante el pedido de la Justicia, prerrogativa de la que goza en su condición de funcionario público.

Sin embargo, con el avance de las horas ayer comenzó a perfilarse una segunda alternativa. Hay quienes piensan que Boudou debería dar un paso al frente, tomar la iniciativa y presentarse en Tribunales para demostrar que no tiene nada que esconder ni de quién esconderse.

No obstante, la sensación que imperaba ayer no era positiva. "Se van corriendo los límites, porque mientras él sostiene que no tiene nada que ver, la sociedad lo que ve es que la causa avanza", se lamentaba ayer en la Casa Rosada un colaborador del vicepresidente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario