Los lazos globales de Chávez, marcados por una lista de amigos polémicos

Sábado 09 de marzo de 2013 | Publicado en edición impresa

El escenario

Los lazos globales de Chávez, marcados por una lista de amigos polémicos

Por Luisa Corradini  | LA NACION

PARIS.-En mayo de 2011, la ONG Reporteros sin Fronteras publicó una lista negra de "depredadores" de la libertad de expresión en el mundo. Ese inventario, que daba una idea precisa de los regímenes que más violaban los derechos humanos, incluía a la mayoría de los dirigentes que Hugo Chávez consideró hasta el último día sus "hermanos". Prácticamente todos asistieron ayer a su funeral.

Si bien sus dioses se llamaron Simón Bolívar y Fidel Castro, Chávez siempre celebró los méritos y la memoria de cada déspota o tirano del planeta, a condición de que estuviera en contra de Estados Unidos. El bielorruso Alexander Lukashenko, el iraní Mahmoud Ahmadinejad, el zimbabuense Robert Mugabe, el sirio Bashar al-Assad, el libio Muammar Khadafy y el ruso Vladimir Putin formaban esa confraternidad de aliados. Con ellos hacía negocios, estrechaba filas e invocaba un "nuevo orden mundial".

La naturaleza brutal de cada uno de esos regímenes -signados por la violencia, la corrupción, la tortura, los asesinatos y la censura- nunca pareció perturbarlo. Lo único que importaba era la denuncia persistente de "la presión del imperialismo occidental".

Déspota desacomplejado, Lukashenko desnudó su verdadera personalidad en marzo del año pasado, cuando le dijo en la cara al ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, un gay públicamente asumido: "Más vale ser dictador que homosexual".

Propietario de un deplorable CV desde que llegó a la presidencia de Belarús, en 1994, Lukashenko superó todos los límites con la feroz represión de las manifestaciones multitudinarias, que provocó su "reelección con más del 80% de los votos", en 2010.

Paria en Europa desde aquel momento, Lukashenko -que ayer asistió a los funerales- fue uno de los "compañeros" dilectos de Chávez. Desde 2006, ambos países estrecharon sus relaciones con la firma de más de 200 acuerdos de cooperación.

Sexto presidente iraní desde la revolución islámica de 1979, Ahmadinejad es un populista que representa la facción más radical del régimen.

Sus comentarios incendiarios contra Israel, Occidente y el Holocausto, su empecinamiento en desarrollar un programa nuclear que la comunidad internacional sospecha que tiene fines militares, su apoyo a peligrosos movimientos islamistas, así como su ambición desmedida, terminaron transformándolo en una de las principales preocupaciones del mundo democrático.

Los reformadores iraníes afirman que, en los años 80, como miembro del grupo de seguridad interna de los Guardianes de la Revolución, fue un "torturador y cruel" verdugo de miles de prisioneros políticos.

El líder bolivariano visitó 13 veces Irán desde 1999. Ahmadinejad retribuyó con seis viajes a Venezuela.

Los dos países, miembros de la OPEP, firmaron unos 80 acuerdos económicos por 5000 millones de dólares en el terreno energético, bancario e industrial. En Venezuela producen cemento, satélites, alimentos, tractores y bicicletas.

Al-Assad nunca tuvo coraje ni visión política. El lastimoso vástago de "Affez el Implacable", sin embargo, terminará pasando a la historia como un déspota que aniquiló a su propio pueblo sin que le temblara una pestaña. Nada de eso hizo dudar a Chávez, que denunció reiteradamente las presiones que recibió su amigo para abandonar el poder. Pese al embargo petrolero aplicado por la comunidad internacional, le envió varios cargamentos de diésel.

Otro de sus fieles amigos, hasta que terminó asesinado por su propio pueblo el 20 de octubre de 2011, era Khadafy. Déspota, violador, torturador, psicópata y despiadado, en los casi 42 años que permaneció en el poder practicó todas las formas de violencia física, social y política para lograr sus objetivos. Sentado sobre un inagotable océano de petróleo, su megalomanía le hizo pensar que era inmortal. Chávez lo convirtió en su principal aliado en África y le ofreció asilo político. Tras su muerte, lo calificó de "mártir" de la revolución.

También tuvo de amigo a Mugabe, un tirano impune. Sus "medallas de guerra" en 24 años de poder al frente de Zimbabwe incluyen asesinatos, torturas, fraude, latrocinio y homofobia. A los 88 años y con un cáncer de próstata, es el más viejo de los dirigentes africanos.

Durante mucho tiempo considerado uno de "los padres de la independencia" de la antigua Rodesia del Sur, el ex jefe guerrillero sumergió al otrora "granero de África" en la dictadura, la hiperinflación y la hambruna más grave de su historia. Impasible, Mugabe repite que su pueblo es "muy, muy feliz" y que Zimbabwe tiene toneladas de alimentos: "El problema es que nuestra gente está acostumbrada al maíz. Las papas y el arroz, que nos sobran, no le gustan a nadie".

En 2004, Chávez lo recibió en Caracas con todos los honores. Lo calificó de "combatiente de la libertad" y le ofreció una réplica de la espada de Simón Bolívar.

La lista de simpatías de Chávez incluyó a los líderes chinos, a Putin y a su premier, Dimitri Medvedev.

Chávez vivió convencido de que todo aquel que denunciaba al "Gran Satán" era un auténtico revolucionario. En su empecinamiento no supo ver que a "sus hermanos" les daba igual que las banderas fueran rojas, verdes o negras: lo único importante era poder durar



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