Se dilata la sanción a los alumnos del Buenos Aires

Viernes 27 de septiembre de 2013 | Publicado en edición impresa

Vandalismo

Se dilata la sanción a los alumnos del Buenos Aires

Mientras siga la toma no podrá iniciarse el largo proceso disciplinario

Por Felicitas Sánchez  | Para LA NACION



a expulsión de los alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires que en la madrugada de anteayer atacaron e intentaron quemar la vecina iglesia de San Ignacio de Loyola no será inminente y, lejos de estar confirmada, es objeto de una nueva polémica.

El rector Gustavo Zorzoli, promotor de la máxima sanción para los estudiantes, reconoció ayer a LA NACION que el proceso disciplinario no podrá comenzar hasta que se levante la toma. Y, cuando esto ocurra, los propios estudiantes tomarán parte de la decisión que se adopte, como integrantes del consejo de convivencia, instancia que debe analizar cualquier expulsión. Ayer, el centro de estudiantes ya adelantó que se opondrá a la exclusión del colegio de los involucrados en la vandálica agresión al templo más antiguo de la ciudad.

Según las autoridades del colegio, los estudiantes que prendieron fuego parte del mobiliario de la iglesia, profanaron el altar y pintaron consignas anticlericales son por lo menos cinco alumnos de 4° y 5° año del colegio. Y, contrariamente a lo que afirmaron en reiteradas oportunidades los voceros del centro de estudiantes, los involucrados no están en contra de la toma, sino todo lo contrario: son parte de su organización.

"Pudimos identificar a por lo menos cinco estudiantes. Algunos de ellos son dirigentes y voceros de la toma, por lo cual queda confirmado que estos incidentes no son ajenos a los responsables de esta medida de fuerza", expresó ayer Zorzoli mediante un comunicado. Además, volvió a pedir a los alumnos que abandonen la toma del colegio, y a sus padres que les pidan a sus hijos que se retiren del establecimiento.

Respecto de la sanción que recibirían los responsables, Zorzoli le reiteró a LA NACION que la expulsión sería la medida promovida por las autoridades del colegio, pero que el reglamento interno prevé una serie de pasos que se deben cumplir antes de llegar a esa instancia.

De acuerdo con este código de conducta, primero debe realizarse el pedido de sanción y después el alumno tiene derecho a un descargo. Luego, el consejo resolutivo del colegio -integrado por ocho docentes, dos graduados y cuatro estudiantes- propone una sanción, y finalmente el rector decide aplicarla o no. En el caso en que la sanción decidida sea la expulsión, se convoca al consejo de convivencia -conformado por tres profesores, tres alumnos y el vicerrector del turno en cuestión-, que sugiere al rector la decisión a tomar.

Pero por ahora ni siquiera se puede comenzar con el procedimiento mientras el colegio siga tomado. Esto significa que se podría demorar la aplicación de las sanciones, ya que la asamblea estudiantil del colegio decidió ayer -por 268 votos a favor y 220 en contra- mantener la toma por lo menos hasta hoy.

Nicolás Cernadas, vocero del centro de estudiantes, advirtió que, si bien ellos están a favor de que se aplique un castigo a los que perpetraron los actos vandálicos, no están de acuerdo con la expulsión. "No resuelve los problemas de fondo, por lo que no creo que sea lo mejor. El alumno que causó los problemas podría cambiarse a otro colegio y provocar el mismo conflicto", argumentó.

El reglamento interno del Nacional de Buenos Aires establece que deben considerarse faltas graves escribir en paredes y muebles y toda actitud que comprometa la salud propia o ajena. También se establece en este documento que la expulsión del colegio sólo se puede implementar si el colegio asegura que el alumno continuará sus estudios en otra institución.

Por otra parte, el rector denunció ayer que durante una inspección al interior del colegio tomado encontraron varios destrozos, como puertas rajadas, cerraduras forzadas y vidrios rotos. Además, reveló que un grupo de alumnos escaló hasta la cúpula del Observatorio, en el tercer piso, a través de una cornisa.

Ayer, varias instituciones manifestaron su repudio por los actos de vandalismo en la iglesia San Ignacio de Loyola. La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) remitió una carta a Gustavo Zorzoli en la que señaló que "el ejercicio de la libertad nunca puede confundirse con la intolerancia ni con la violencia como forma de resolución de los conflictos. Así como la democracia presupone el ejercicio del derecho de cuestionar, disentir y reclamar, es claro que esas manifestaciones no pueden poner en riesgo la paz social, la sana convivencia ni la integridad de personas o instituciones, afectando derechos fundamentales de la sociedad en su conjunto".

La organización B'nai B'rith también acompañó el repudio con una carta. "B'nai B'rith Argentina repudia enérgicamente el vandálico atentado cometido contra el templo histórico San Ignacio de Loyola. Las pintadas, destrozos e intento de quema de un lugar religioso merecen el repudio de toda la ciudadanía." El Congreso Judío Latinoamericano envió una carta al arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli, a fin de transmitirle "el máximo repudio a los actos de violencia y vandalismo". También la DAIA se sumó a la consternación y el Centro Islámico de la República Argentina expresó su "más enérgico repudio y rechazo" al ataque.

Marcha estudiantil

Mientras tanto, ayer unos 2000 estudiantes pertenecientes a colegios que permanecen tomados se congregaron frente al Ministerio de Educación de la Nación y marcharon hasta el edificio del mismo ministerio, pero de la ciudad, para reclamar la suspensión de la aplicación del plan de reforma de la Nueva Escuela Secundaria, prevista para 2015 y sin alcance para los colegios dependientes de la UBA, como el Nacional de Buenos Aires.

Durante la marcha, las consignas de los estudiantes fueron tanto en contra del gobierno de la ciudad como del gobierno nacional, y estuvieron presentes representantes de los centros de estudiantes universitarios de varias facultades de la UBA y de la Federación Universitaria de Buenos Aires. Además, ayer continuaban tomados 15 colegios secundarios y tres profesorados.

"Si nuestros problemas no son escuchados, los colegios seguirán tomados. Ocupar y resistir", pintaron con aerosol al finalizar la marcha en la pared del ministerio porteño, en la avenida Paseo Colón.

"Seguimos exigiendo lo mismo, que nos reciban las autoridades, que nos aseguren que no se van a aplicar los cambios en 2014, y que nos van a incluir en la planificación de una nueva reforma que también contemple nuestra opinión", explicó durante la marcha Nicolás Goldman, delegado del centro de estudiantes del Carlos Pellegrini.

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