Gobierno de Kirchner: Pelea con el sector agropecuario tiene negativas consecuencias para el país

El Gobierno gastó $ 28 millones para promocionar la ley de medios
Fue durante los casi dos meses que duró la discusión del proyecto en el Congreso

Domingo 6 de diciembre de 2009

Laura Serra
LA NACION


El Poder Ejecutivo no escatima recursos en su afán de publicitar sus actos de Gobierno y promover lo que considera sus "verdades relativas". Lo demostró sobradamente durante la campaña electoral, con un crecimiento exponencial de la publicidad oficial y luego, también, en su batalla mediática para promover la polémica ley de radiodifusión, en la que desembolsaron 28.313.019 pesos.

Esta no ha sido la única campaña publicitaria millonaria que emprendió el Gobierno en el último tiempo. Sin ir más lejos, durante la crisis que lo enfrentó con el campo el año pasado, gastó 39.243.059 millones de pesos y, más recientemente, erogó unos 14 millones de pesos de los fondos de la Anses para distribuir, en plena campaña proselitista, una carta a todos los jubilados y pensionados instándolos a apoyar al Gobierno en las próximas elecciones, tal como publicó La Nacion hace una semana.

La propia Jefatura de Gabinete admitió, en su último informe a la Cámara de Diputados, haber invertido los poco más de 28 millones de pesos en su batalla mediática para promover la nueva ley de radiodifusión. Ese informe se repartió, en versión CD, entre todos los diputados hace tres semanas, cuando asistió al recinto de la cámara el ministro Aníbal Fernández. En él respondió por escrito las más de 600 preguntas que le habían elevado los legisladores, entre ellas la que formuló el diputado Omar de Marchi (Demócrata, de Mendoza), que requería los montos de ese desembolso publicitario, los fundamentos para incurrir en ese gasto y si se reestructuraron otras partidas presupuestarias para afrontarlo. Esto último no fue respondido.

Lo que, sí, se detalló fueron los montos que se destinaron a los distintos tipos de medio (de lo que se informa aparte). En este sentido, el ranking lo encabezan los canales de televisión de la Capital, en los que se invirtieron casi nueve millones de pesos para los spots publicitarios; en segundo término, figuran los diarios porteños, al que se destinaron 6,7 millones y, en tercer lugar, los cables de la Capital, que recibieron 4,1 millones en total. En el interior, también se invirtió en pautas publicitarias, aunque en un monto menor.
La pelea rural

La Jefatura de Gabinete también precisó, en el mismo informe y ante la pregunta del bloque Pro, haber gastado los poco más de 39 millones de pesos en spots publicitarios oficiales durante el enfrentamiento con sectores del campo por la suba de las retenciones agropecuarias.

A manera de ejercicio comparativo, vale mencionar que los 28 millones de pesos que se gastó en poco más de un mes ?período que demandó la sanción de la ley de medios en el Congreso? casi duplica lo que el Poder Ejecutivo destina, para todo el año, en el programa de detección y tratamiento de enfermedades crónicas del Ministerio de Salud. O cuadruplica lo que esta misma cartera invierte en los programas Cobertura de las Emergencias Sanitarias y Sanidad Escolar, también para todo el año.

Pero el afán de propalar la voz oficial sin límites de gasto es un rasgo en la gestión kirchnerista. Según un informe de Poder Ciudadano, durante el primer semestre de este año electoral el Gobierno gastó más de tres millones de pesos por día en publicidad oficial y triplicó los fondos destinados a ese rubro en comparación con el mismo semestre de 2008.

Entre enero y junio pasados, el Poder Ejecutivo invirtió algo más de $ 622 millones para dar a conocer la gestión (a razón de 3,4 millones diarios), contra $ 181 millones que había gastado en igual período del año anterior, es decir que la pauta oficial tuvo un aumento del 243 por ciento.

Pero, además, este año la Casa Rosada ya lleva gastado un 57% más de lo invertido en ese rubro en todo 2008, cuando pagó en total $ 395 millones por publicidad oficial.    

La Nación


Cristina, cada vez más "yuyodependiente"
Por Jorge Oviedo
Especial para lanacion.com

Miércoles 11 de noviembre de 2009


A pesar del discurso que llamaba a eliminar la "sojización", el gobierno de Cristina Kirchner parece cada vez más dependiente de las grandes cosechas de la oleaginosa. El proyecto de presupuesto 2010 dice que el año próximo los derechos a la exportación representarán $ 43.116,7 millones, es decir el 17% del total de los ingresos tributarios del Estado nacional.

El proyecto muestra varias sorpresas y paradojas:

    * Que los números cierren como dice el proyecto depende de un aumento de casi el 35% de los impuestos a la exportación. Con la cosecha de trigo fuertemente afectada por la menor siembra a causa de las políticas del Gobierno y la reducción de producción por la sequía, la mayor parte de ese incremento depende precisamente del "yuyo".

    * A pesar de que el discurso oficial habla de hacer un esquema impositivo progresivo, del total de los ingresos tributarios de 2010 para la administración nacional el 77% corresponde a impuestos indirectos, en general, regresivos. Los tributos patrimoniales, progresivos, aportan sólo el 23%

    * Los mayores incrementos de recaudación corresponden a los tributos al comercio exterior y al alza de los aportes mensuales en el monotributo impositivo. El promedio de aumento de ingresos previsto es del 18,4%. Ganancias, el tributo que paga más quien más gana, tiene un alza prevista de sólo el 8,4%, el menor de todos. El IVA, que grava los alimentos y hasta los medicamentos crecería más del 11%. Y el monotributo impositivo más del 36%.

    * La Argentina tiene un gobierno como mínimo curioso, que dice defender el trabajo argentino colocándole impuestos a las importaciones. Sin embargo, en el presupuesto 2010 espera recaudar cuatro veces más por gravámenes a las exportaciones que por aranceles a las importaciones.


La Nación




El Gobierno anunció la creación del Ministerio de Agricultura
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó que buscan "jerarquizar" la tarea de la Secretaría; la cartera quedará a cargo de Julián Domínguez, que tendrá la misión de atenuar la crisis con el sector rural

Miércoles 30 de setiembre de 2009


El Gobierno anunció hoy la creación del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, que quedará a cargo del actual diputado provincial bonaerense Julián Domínguez, quien asumirá mañana por la tarde.

Así lo informó hoy el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno, tras reunirse con la presidenta Cristina Kirchner.

"La idea es jerarquizar una tarea que tiene que tener una expresión hacia afuera mucho más fuerte que la que ha tenido la Secretaría hasta el momento", sostuvo Fernández.

El anuncio había sido previsto, en un primer momento, para el viernes 18 de septiembre, pero finalmente se concretó hoy, por el viaje de la Presidenta a la cumbre del G-20 en los Estados Unidos.

El Gobierno pone a un político al frente de la cartera agrícola porque considera que el conflicto con el campo, como ya lo expresó el propio Fernández, no tiene raíz productiva sino política. En este contexto, una de las principales perdedoras sería la recientemente asumida secretaria de Integración Nacional, la ex diputada procampo María del Carmen Alarcón, que llegó a ese cargo "para ayudar a resolver el conflicto con el sector agropecuario".

Domínguez tendrá la misión de atenuar la crisis entre la Casa Rosada y el sector rural. Según había podido saber LA NACION de fuentes oficiales, el futuro ministro había puesto algunas condiciones para aceptar el ofrecimiento de la Presidenta. Los pedidos habrían incluido un mejor trato para el sector agropecuario, y posibilidad de acción al frente de su ministerio, además de voluntad para superar el conflicto con el campo.

El perfil. El nuevo ministro tiene 46 años, formación en Derecho (aunque no posee el título de abogado) y no es experto en temas agropecuarios. Hasta hoy era vicepresidente de la Cámara baja de la Legislatura bonaerense, ocupó varios cargos en la administración pública. En la década menemista, pasó por los ministerios de Salud, Interior y la Jefatura de Gabinete. Y fue ministro de Obras y Servicios Públicos bonaerense en la gestión de Felipe Solá. Además, fue intendente de Chacabuco.

En la gestión kirchnerista, en 2003, ocupó cargos de bajo rango en la Jefatura de Gabinete y en el Ministerio de Defensa. Luego, dejó el gobierno nacional para asumir como diputado de la provincia, con mandato de 2007 a 2011.

Tras las experiencias fallidas de los últimos tres secretarios de Agricultura (Miguel Campos, Javier de Urquiza y Carlos Cheppi), Domínguez espera recuperar las atribuciones que Agricultura fue perdiendo a manos de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y de la Secretaría de Comercio Interior.
Antecedentes

Agricultura tuvo rango de ministerio por última vez en 1981, durante los nueve meses de gestión del entonces presidente de facto Roberto Viola. El último titular del área fue el ruralista Jorge Aguado.

Antes, en 1970, otro gobierno de facto, el del general Alejandro Agustín Lanusse, reinstauró el ministerio, que sólo duró hasta la llegada de la presidencia de Héctor J. Cámpora, en 1973.

En 2002, en la presidencia de Eduardo Duhalde, hubo intentos de volver al esquema de ministerio, aunque finalmente la secretaría bajó al rango de subsecretaría dependiente del Ministerio de la Producción.


La Nacion


En un libro que acaba de publicarse en Uruguay
Críticas de Mujica a la Argentina y a los Kirchner
Los calificó de "patoteros"; también dijo que el país "tiene reacciones de histérico"

Jueves 17 de setiembre de 2009

Nelson Fernández
Corresponsal en Uruguay

MONTEVIDEO.- "Los Kirchner son de izquierda, pero una izquierda que, mamma mia , una patota." Así, sin pelos en la lengua, "tal cual es", para usar su propio eslogan de campaña, el candidato presidencial del Frente Amplio, José Mujica, se despachó en un libro que acaba de publicarse en Uruguay.

Pero ésta es apenas una de las explosivas frases del candidato izquierdista uruguayo, favorito para las elecciones presidenciales del 25 de octubre próximo, que incluye el libro Pepe Coloquios, del periodista Alfredo García, que acaba de publicar la editorial Fin de Siglo.

Mujica, un ex guerrillero tupamaro, también dice en el libro que la Argentina "tiene reacciones de histérico, de loco, de paranoico" y que "su problema es político", en una declaración que remite a la gaffe que cometió en 2002 el entonces presidente uruguayo Jorge Batlle cuando dijo que los argentinos "son una manga de ladrones del primero al último", sin percibir que las cámaras estaban aún encendidas después de una entrevista televisiva.

Batlle debió disculparse luego por esas declaraciones con el entonces presidente argentino Eduardo Duhalde.

En el libro, que se promociona en su contratapa como "un viaje al interior de la cabeza de un potencial presidente uruguayo" y que es el resultado de 14 entrevistas que García le realizó al candidato del Frente Amplio los lunes por la mañana en su chacra de las afueras de Montevideo, Mujica no sólo se refiere en duros términos a los Kirchner y a la Argentina.

También dice que el ex presidente argentino Carlos Menem es "mafioso" y "ladrón", que "los radicales son tipos muy buenos, pero son unos nabos", que en el conflicto con el campo tanto el gobierno como los ruralistas fueron unos "burros" y que los justicialistas, cuando están en la oposición, le hacen "la vida imposible" al gobierno electo.

Todas estas declaraciones se producen en momentos de tensión entre la Argentina y Uruguay por las audiencias que están teniendo lugar en la Corte Internacional de La Haya por la instalación de la pastera Botnia en Fray Bentos, Uruguay, rechazada por la Argentina.

Y se dan en momentos en que Mujica está en el centro de las críticas de sus adversarios del Partido Nacional y del Partido Colorado por sus comentarios despectivos sobre la justicia y su justificación de la violencia de los guerrilleros tupamaros realizados durante una entrevista con LA NACION.

Respecto de los Kirchner, Mujica añade: "Este gobierno es de lo mejor que ha tenido la Argentina, como gobierno de izquierda", pero enseguida precisó: "Ahora, son peronistas, patoteros; Dios me libre".

También dice que la Argentina "no llegó al nivel de democracia representativa" y que "la institucionalidad no vale un carajo".

Realidad ininteligible

El candidato izquierdista afirma que "hay que luchar por hacer inteligible" la realidad argentina. Y se refiere al conflicto con el campo con una visión muy crítica: "Es un país que se despedaza al pedo; lo que hicieron los del gobierno y el campo. Burro el gobierno y burro el campo, burros todos".

"¡Tenían una cosecha de 25.000 millones de dólares! De soja. Y se ponen a pelear, en momentos de decir: «Vendé, después nos peleamos, pero primero vamos por la plata». Perdieron más de 7000, 8000 millones de dólares, perdieron todo, lo evaporaron", añade.

Y subraya que han sido "totalmente irracionales" y que "los tipos son conscientes de que se matan al pedo". Pero aclara que "no se puede creer que la Argentina es un pueblo de tarados" porque "tienen una intelectualidad potente, pensadores importantes" y "un grado importante de desarrollo".

"Desgraciadamente para nosotros, la Argentina es un país determinante", dice y señala que "hay que tener una política de guantes blancos con la Argentina", por la incidencia de los argentinos en el turismo de Uruguay.

"Son estos porteños que tienen la manía de venir a bañarse acá y les gusta, y porque es un paisito parecido al de ellos, pero más suave, más decente; se sienten más seguros", dice Mujica para explicar por qué Uruguay atrae como destino turístico, cuando otros países "tienen mejores playas".

Luego opina que sobre "los radicales" tiene "la impresión de que son tipos muy buenos, pero [que] son unos nabos". Y lo fundamenta en que "los peronistas, si no ganan ellos, les hacen la vida imposible".

Sostiene que el aparato justicialista "es un sistema territorial" con "señores feudales" y que sin ellos un gobernante está "perdido", porque "son el poder dentro de la Argentina". También elogia al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, como un "buen tipo", aunque los justicialistas "le estarán metiendo el serrucho, como corresponde".

Mujica encabeza las encuestas para las elecciones del 25 de octubre con el 45% de respaldo, contra el 34,3% del Partido Nacional, el 9,7% del Partido Colorado y el 2,2% del Partido Independiente.

La Nación


El conflicto agropecuario / Los productores, en la mira del Gobierno
Filmarán los campos desde el aire en busca de evasores
El jefe de la AFIP dijo que contratará aviones no tripulados, como los que se usan en Medio Oriente

Domingo 6 de setiembre de 2009


Hugo Alconada Mon
LA NACION

El plan consta de dos fases, pero su objetivo final es claro: utilizar las mismas herramientas que Estados Unidos e Israel usan para controlar a sus enemigos desde el aire. ¿Cómo? Con aviones no tripulados de última generación. ¿Contra quiénes? Contra los evasores argentinos, empezando por los productores rurales.

El impulsor de la idea es el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, que reflotó así el proyecto que ya había considerado cuando lideró la Aduana y, también, la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). Quiere filmar y fotografiar el campo mientras se siembra y cosecha.

En pleno enfrentamiento abierto del Gobierno con el campo, Echegaray quiere instrumentar cuanto antes su iniciativa. "Pensé en aviones no tripulados. No en un avión, sino en un montón, pero dependerá del costo", dijo ante la consulta de La Nacion.

El director de la AFIP aclaró que el plan podría comenzar a desarrollarse a partir de 2010 en dos fases. La primera, "contratando un servicio tercerizado de captura de fotografías y videos aéreos", junto con "vuelos para el seguimiento de objetivos", es decir, blancos móviles.

El pliego de licitación se encuentra ya para revisión en la Oficina Nacional de Tecnologías de Información (ONTI). Incluye doce rubros: la captura y el procesamiento de imágenes, la asistencia técnica y el servicio de análisis, entre otros.

En suma, un proyecto que podría abarcar cerca de 24 millones de hectáreas -lo que equivale a la mitad de la pampa húmeda- y la captura de videos específicos por sobre 3360 hectáreas.

"Cuando estaba en la Aduana, lo pensé para la lucha contra el narcotráfico y el ingreso ilegal de mercaderías. Pero desde que pasé a la Oncca y luego a acá [por la AFIP], empecé a ver su utilidad para el campo. Los productores no te dicen lo que producen, por lo que el control tributario se basa en estimaciones", argumentó.

Echegaray aclaró que promoverá la compra de los aviones no tripulados "en una segunda etapa, si el servicio tercerizado genera el valor agregado en la recaudación".

Pero no oculta que la idea lo atrae por sus eventuales frutos directos en la recaudación tanto como por su impacto mediático: "La sola imagen de esos aviones con el logo de la AFIP genera una sensación de riesgo muy fuerte en los evasores".

La imagen sería tan potente como la que en la actualidad ofrecen las tropas norteamericanas que operan aviones no tripulados similares -que denominan "drones"- para detectar talibanes en las cadenas montañosas de Afganistán. O las que aportan las fuerzas israelíes cuando filman y atacan militantes de Hezbollah en el sur del Líbano.

A miles de kilómetros de Medio Oriente, y al mando de Echegaray, la Oncca ya había evaluado un proyecto similar de supervisión aérea. Lo analizó para rastrear los silos donde los productores acaparaban sus cosechas, en un plan que dentro del organismo se conoció como "a la caza de los gusanos", según trascendió.

La Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA) también hurgó desde las nubes. Cuando estaba al mando de Santiago Montoya, apeló a imágenes satelitales de alta resolución tanto para cotejar la producción sojera como para hurgar en los principales countries de la provincia.
Los proveedores

Una fuente al tanto del proyecto de la AFIP detalló a LA NACION, sin embargo, que esta vez los aviones podrían adquirirse en el extranjero, mientras que empresas locales se abocarían al relevamiento de los terrenos y podrían encargarse de la gestión diaria del servicio.

"Una empresa israelí ya acercó una propuesta, pero la idea original fue de Echegaray", indicó uno de los informantes, que afirmó que se aplicarían filtros ópticos de espectro amplio y sensores multiespectrales.

Pero más allá de los detalles técnicos, afirmó que el destino sería unívoco: "Ver el estado biológico de la parcela y el estado de las cosechas".

De hecho, la tecnología aérea israelí ya se aplica en el Cono Sur. Brasil la adoptó a lo largo de sus fronteras para combatir el narcotráfico y el contrabando, incluso en la Triple Frontera con la Argentina y Paraguay. Se trata del modelo Heron1 de la compañía estatal Israel Aircraft Industries (IAI), con un costo cercano a los $ 20 millones por unidad.

Echegaray se mostró más ambicioso, a la vez que irónico: "¿Veinte millones de pesos y un solo avión? ¡No! ¡Eso es poco! Pero todo dependerá del presupuesto con el que contemos".

El zar de los impuestos afirmó que ya hay entre 10 y 12 empresas interesadas en participar en el proyecto, que dijo que también desea ampliar a toda la cadena de comercio exterior y la operatoria inmobiliaria.

"Hay edificios enteros que se construyen sin ser declarados a la AFIP y de los que sólo nos enteramos cuando intentan escriturar algún departamento", dijo.

El primer paso del eventual plan de control aéreo, sin embargo, se concentraría en la zona rural. Consistiría en obtener la información georreferencial de los campos, es decir, las coordenadas de cada parcela para así iniciar la pesquisa.
$20 Millones

* Cuesta el Heron 1, avión no tripulado que se usa en tareas de inteligencia y que construye una compañía estatal israelí.

12 Empresas

* Son las interesadas en participar de la licitación del servicio de supervisión aérea, según indican en el Gobierno.

La batalla contra la evasión ahora se define en el aire

La AFIP busca controlar la presunta evasión de los productores rurales con un novedoso sistema de vigilancia aérea.

* Como en la guerra. Se analiza la posibilidad de contratar aviones no tripulados como los que usa Estados Unidos para inteligencia en las guerras de Medio Oriente.

* Capacidad. Con máquinas de esas características, se puede vigilar cerca de 24 millones de héctareas, la mitad de la pampa húmeda.

* Primera fase. el Gobierno tiene casi listo el pliego de licitación para, en principio, contratar un servicio tercerizado de "captura de videos y fotografías aéreas, junto con vuelos para el seguimiento de objetivos".

* Segunda fase. La AFIP aspira a comprar varios aviones de esas características si funciona la primera etapa del proyecto.

* Otras funciones. Suponen que con esos aviones también se puede controlar mejor el narcotráfico.

Aviones con cámaras infrarrojas

* La información que fuentes con acceso al proyecto filtraron a La Nacion incluyó una precisión: los aviones portarían cámaras infrarrojas, útiles para vuelos nocturnos. Eso serviría para la lucha contra el narcotráfico. Pero el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, fue tajante: "¿Para qué quiero cámaras infrarrojas? La idea es controlar las declaraciones de los productores en el terreno. Los vuelos nocturnos no sirven para eso".



En el quinto día de paro, crecen las críticas a la política para el campo
El ex director de la Oncca, Marcelo Rossi, denunció que el Gobierno maneja las cuestiones relativas al agro "día por día" y advirtió sobre la falta de influencia de Cheppi; "Acá ponen el guiño a la izquierda y doblan a la derecha", lanzó

Martes 1 de setiembre de 2009

En medio de la fuerte puja entre el campo y el Gobierno, y mientras se lleva adelante el quinto día del paro del sector, la política agropecuaria del Gobierno sigue recibiendo críticas.

Esta vez, llegaron de parte de un hombre que conoció el tema desde adentro. "Creo en el Gobierno y en los subsidios, pero no en la Oncca", disparó Marcelo Rossi, ex director de esa oficina que depende de la Secretaría de Agricultura, pero que, en los hechos, maneja Guillermo Moreno.

En declaraciones a TN, Rossi consideró que la Casa Rosada "no tiene una política agropecuaria" sino lo que llamó "una política de día por día".

En el mismo sentido, el ex titular de la Oncca, organismo encargado, entre otras cosas, de autorizar las exportaciones del agro y repartir compensaciones y subsidios al sector, advirtió: "Sería saludable que haya un cambio de actitud en la postura del Gobierno". Y completó con un irónico comentario sobre la orientación ideológica de las decisiones oficiales. "Acá ponen el guiño a la izquierda y doblan a la derecha".

Cuando fue consultado por la tarea de Carlos Cheppi, actual secretario de Agricultura, fue lapidario: "Ni siquiera está en los anuncios", lanzó.

La Nación

Productores exprimidos
Domingo, 30 de agosto de 2009

Los bajos precios en Europa por la sobreoferta, la contracción del mercado ruso y el aumento de costos domésticos formaron un cóctel negativo para la producción argentina de cítricos.

Por Claudio Scaletta

En la temporada pasada la noticia fue que las exportaciones de cítricos habían superado a las de pomáceas. Más en concreto, que los limones habían superado a las peras en ingresos por exportaciones. De ambos productos Argentina es el primer exportador mundial. Este año, la situación cambió radicalmente. Las cifras del Senasa para los primeros siete meses del año muestran una fuerte caída de las exportaciones cítricas. En los primeros cinco meses de la temporada, siempre de acuerdo a las cifras oficiales, se exportaron 330 mil toneladas, lo que significa alrededor de 200 mil toneladas menos que en similar período de los últimos dos años. Las perspectivas para lo que queda de la campaña no son las mejores, lo que permite prever que la gran diferencia se mantendrá consolidando un fuerte retroceso interanual. La estimación para finales de la campaña es de ventas al exterior del orden de 450 mil toneladas. Esto sería el valor más bajo de los últimos cinco años. En los últimos cuatro años, las exportaciones oscilaron entre 600 y 680 mil toneladas. La primera tentación es atribuir la merma a las turbulencias de la economía global, pero como explicó a Cash la especialista en mercados frutícolas Betina Ernst, echarle la culpa sólo a la crisis sería “un grave error”, pues “existieron factores mucho más importantes, como sobreofertas e incrementos de los costos locales”.

Así como los limones fueron la vedette de los últimos años, también se encuentran en el centro de la caída de la presente temporada. “Los limones fueron el gran éxito de la fruticultura argentina”, explica Ernst. A mediados de los noventa se exportaban 150 mil toneladas y la temporada pasada se vendieron 400 mil, resume. “Esto se logró gracias al fuerte incremento de los envíos a la Unión Europea y a Rusia.” Su éxito residió en que la muy buena relación precio-calidad de la oferta argentina, lo que permitió desplazar incluso a los competidores locales, como fue el caso del limón de verano de España. El caso de Rusia, en tanto, residió simplemente en la expansión importadora de este país de destino. Pero la temporada pasada, reseña la especialista, fue excepcional por la fuerte baja de la oferta de los principales productores europeos, Rusia y Turquía, una situación exactamente inversa a la de la presente campaña. Los consecuentes bajos precios en Europa por la sobreoferta y la contracción del mercado ruso formaron un cóctel negativo con el aumento de costos de la producción argentina.

El broker de frutas Diego Moeykens señaló desde Francia a este suplemento que, frente a este escenario, los exportadores tucumanos tomaron la “acertada decisión estratégica” de restringir los envíos y, de esa manera, evitar que el desplome de los precios impida cubrir costos de producción. El resultado fue que se exportó la mitad que el año pasado y que los exportadores efectivamente no perdieron. El problema fue que, de este lado de la frontera, la producción primaria fue similar a la del año pasado, con lo que mucha fruta está quedando en las plantas y mucha fruta con calidad para la exportación en fresco terminará en las industrias. La estrategia de las empresas, en estos casos, es comercializar la producción primaria propia y cortar las compras a los productores independientes. En términos del circuito citrícola, la buena estrategia comercial de los exportadores no estará exenta de costos sociales y económicos

Página / 12

El agro espera un rechazo del veto en el Congreso
El vicepresidente de la SRA, Alejandro Delfino, dijo que espera que hagan valer su decisión unánime de días atrás; "La caja no justifica cualquier cosa, mucho menos, «llevarse puesto» al Congreso", disparó; advierten que de haber provocaciones del Gobierno el paro del agro podría extenderse

Domingo 30 de agosto de 2009

En pleno conflicto del campo, el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina, Alejandro Delfino, aseguró hoy que el paro agropecuario no es solo un reclamo sectorial sino en contra del "avasallamiento de la independencia de poderes" por parte del Gobierno, y advirtió que no logrará separar a la Mesa de Enlace.

El ruralista expresó su deseo de que el Congreso revierta el veto a la suspensión de las retenciones en distritos bonaerenses que se encuentran en situación de emergencia, y advirtió que "la producción agropecuaria hoy no encuentra su piso".

"La Comisión de Enlace llegó para quedarse. No hay nada más digno que subordinar las diferencias en pos de un interés común y de un ideal superior. A pesar de las chicanas y del afán de algunos por separarnos, no lo van a lograr", aseveró.

Al disertar en la Exposición Rural de Salta, Delfino señaló que el "disparador" del octavo paro del campo fue el veto presidencial a la exención de retenciones en algunos distritos bonaerenses en situación de emergencia agropecuaria.

"Este nuevo paro no es sólo de un reclamo sectorial. El veto representa el avance del Gobierno sobre el Legislativo; en otras palabras, un avasallamiento a la independencia de poderes, uno de los principios fundamentales de la República", justificó. El dirigente sostuvo que "nadie duda de que la Argentina es hoy una democracia eleccionaria" pero acotó que "cosas como las que vivimos la semana pasada nos hacen dudar de de que sea una verdadera República".

Y lamentó: "El avance del Ejecutivo sobre la división de poderes no es la única señal del ímpetu hegemónico de este Gobierno. En los últimos años, hemos sido testigos también de un avance sobre el federalismo".

El ruralista dijo que los principios que definen al país como una nación democrática, republicana y federal "están por encima de todo. No aceptamos ni aceptaremos jamás que los subordinen a la caja. La caja no justifica cualquier cosa, mucho menos ´llevarse puesto´ al Congreso, como ha hecho el oficialismo la semana pasada".

Delfino subrayó que "es poco probable que un Congreso que sanciona una ley por unanimidad pueda equivocarse", y añadió que "es más factible que los equivocados sean las dos personas que creen saber más que las 320 que tienen como única función hacer leyes".

"Dos personas que, además, creen saber más que 12 millones. Porque mientras esas dos personas dicen que el 28 de agosto se votó a favor de la profundización del modelo, hay 12 millones de personas dicen que se votó en contra", embistió.

No obstante, consideró que "no todo está perdido", porque "en las próximas semanas habrá una segunda oportunidad de enmendar el veto presidencial".

"El Congreso deberá ratificar o rechazarlo. Confiamos en que harán valer su decisión unánime de hace dos semanas y validarán el artículo 4 de la ley de Emergencia Agropecuaria", expresó.

Por último, advirtió que "nuestra lucha no termina el 4 de septiembre a las 12 de la noche con la finalización de este paro", sino que "seguirá mientras no haya verdadera libertad para trabajar, para producir, para generar bienestar en la Argentina".

Provocaciones. En tanto, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Ricardo Buryaile, opinó hoy que el paro agropecuario "no debería prolongarse" después del viernes, y criticó a la ex funcionaria de la administración santafesina de Hermes Binner, María Carmen Alarcón, "por cambiarse de bando".

El dirigente agrario evaluó que la medida de fuerza del campo que arrancó el viernes y por una semana se está desarrollando en forma "tranquila en lo que tiene que ver con las rutas", pero con "gran acatamiento" al cese de comercialización de granos y ganado en pie porque "la gente está mal y con mucha bronca".

Consultado sobre la posibilidad de que el plan de lucha se prolongue, Buryaile manifestó su desacuerdo con esa alternativa, pero le pidió al Gobierno que no provoque más al campo, porque "sería tirar un fósforo en un pasto seco".

"Deseo fervientemente que no. Yo escuchaba una declaración de (el titular de Federación Agraria Argentina, Eduardo) Buzzi de que si nos provocaban [la medida] podría extenderse. [De suceder eso] sería como tirar un fósforo en un pasto seco, así que apelo a la racionalidad del Gobierno. Espero por el bien de todos que no haya provocaciones, y si en tal caso no sucede, sería bueno que no se extienda", planteó.

En declaraciones a radio 10, señaló que "es necesario que el Gobierno encuentre una salida a esto", aunque se mostró escéptico "cuando escuchamos a Néstor Kirchner (decir) que la gente le dio la razón en todo".

Por otro lado, criticó duro a la integrante de Pampa Sur, María del Carmen Alarcón, que fue designada por el Gobierno al frente de la Secretaría de Integración, y consideró que la ex diputada "es floja de palabra".

Buryaile recordó que Alarcón tomó protagonismo por apoyar los reclamos del sector y cuestionar fervientemente la política oficial para el sector, lo que derivó que en 2006 se alejara del bloque oficialista en la Cámara de Diputados.

"Alarcón, cuando perdió protagonismo entre las giras de la dirigencia agropecuaria y de los productores rurales, decidió saltar al otro bando, que no está mal si se trataba de una cuestión política, pero cuanto menos es floja de palabra porque de lo contraio no piensa todo lo que dice", cuestionó.

El dirigente advirtió que "el destino de Alarcón es romper la relación de los productores con la Mesa de enlace", pero afirmó que "no lo va a conseguir".

Y destacó: "No sabemos cuál es el rol de esta secretaría, que viene a eclipsar el ya oscuro cargo de la secretaría de Agricultura".

La Nación




Das Neves acusó a Kirchner de ser un "resentido" con los ruralistas
El gobernador de Chubut subrayó que la actitud del ex presidente atenta contra el diálogo con las entidades agropecuarias; por otro lado, destacó que Duhalde avaló su candidatura para el 2011

Domingo 30 de agosto de 2009

(DyN) - El gobernador de Chubut, Mario Das Neves, acusó al ex presidente Néstor Kirchner de ser un "resentido" y de tener una "actitud de romper" el diálogo con los diferentes sectores de la sociedad.

Por otra parte, destacó que el ex mandatario Eduardo Duhalde avaló su candidatura para el 2011, al confiar que, en la reciente reunión que mantuvieron, le dijo que "le dé para adelante" con esa iniciativa.

Tras lanzar su candidatura presidencial para 2011, Das Neves no descartó compartir fórmula con otro de los postulantes. Al ser consultado sobre el senador Carlos Reutemann, indicó que lo "respeta" al igual que el pueblo santafecino.

Igualmente, advirtió a radio Mitre, que le gustaría que el ex piloto de F1 " se exprese más sobre algunos temas" y que "no se maneje con tantos silencios" ya que "el ciudadano necesita saber su opinión".

Al hablar del conflicto con el campo señaló que hay una "mucho resentimiento entre el gobierno nacional y algunos dirigentes agropecuarios; es como un toma y daca mediático".

Al respecto, disparó: "Néstor Kirchner está resentido, sin lugar a dudas". Y añadió que por ello tendría una "actitud de romper" con las entidades agropecuarias, en lugar de llegar a un acuerdo.

Das Neves elogió a Duhalde, con quien se reunió recientemente. "Está buscando consensos, está en una etapa de asesorar positivamente, que es el modelo que deberían seguir los ex presidentes", afirmó.

"Duhalde está buscando ordenar al justicialismo bonaerense. Tiene relaciones con muchísima gente", manifestó el chubutense, quien eludió mencionar si cuenta con su apoyo para el 2011.

El mandatario patagónico calificó, además, como "muy malo" el encuentro que mantuvo en la Casa Rosada con la presidenta Cristina Kirchner. "Está muy cerrada", dijo sobre la jefa de Estado.

La Nación





Los Kirchner y una apuesta a todo o nada
Por Joaquín Morales Solá

Domingo 30 de agosto de 2009


Jugar a todo o nada. Esa es la estrategia que Néstor Kirchner anunció ante los parroquianos de Olivos. El ex presidente ya anda por el poder sólo con lo muy poco que lleva puesto, pero ha decidido apostar como lo hacen los jugadores compulsivos. En el fondo, su proyecto no es otra cosa que su futura candidatura presidencial en nombre de un progresismo marginal e indocumentado. El momento de esa competencia lo fijará él mismo, aun cuando haya perdido hasta la ropa. Esa transición desconocida en sus términos conlleva una pregunta que carece de respuesta: ¿cuánto daño está todavía en condiciones de hacer el kirchnerismo hasta alcanzar esas pobres metas personales?

En la noche del miércoles último, en la inclemente Tres de Febrero, Kirchner les pidió ayuda a varios intendentes del conurbano para librar dos batallas que calificó como fundamentales: contra el campo y contra los medios de comunicación. Kirchner recurre a los barones peronistas del conurbano como si éstos tuvieran la solución para todos sus males. Los barones están cansados de Kirchner. El enclenque líder político sólo les habla; ya no pregunta ni escucha. La relación de los intendentes con el ex presidente es más fría que tibia. El ex presidente les cuenta historias de derrotas que los otros conocen mejor que él, tanto en su descripción como en su análisis. Néstor no se resigna a que la gente ya no lo quiere , dijo uno de esos barones con inmejorable capacidad de síntesis.

Kirchner insiste. Es el más pejotista de los presidentes peronistas de los últimos 25 años. Extrañamente, pejotismo fue un neologismo que inventó el propio Kirchner para subestimar la influencia de las estructuras partidarias. Carlos Menem elaboró en su momento un contrato implícito con otros sectores sociales, y a Eduardo Duhalde le gustaba seducir también a Oscar Alende o a dirigentes empresarios de su provincia. Duhalde era el jefe de los barones del conurbano, pero nunca se paseaba con ellos por las pasarelas de la política.

La relación entre los Kirchner y la oposición está hecha trizas. Los líderes radicales y socialistas que hablaron con Florencio Randazzo, en el marco de un diálogo arruinado, tuvieron un encuentro muy secreto pocos días después con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. El diálogo será conmigo. Lo otro fue para la foto , los desayunó el ministro, entre las sombras. Los interlocutores de la oposición le pidieron pruebas de esos poderíos. Va una: Guillermo Moreno se irá del Gobierno en 20 días , les aseguró Aníbal Fernández. Han pasado casi dos meses y Moreno tiene ahora más poder que el que tenía entonces.

¿Hasta dónde llegarán en esa carrera de huracanes y de inmolaciones? Es probable que radicales y socialistas traten de convencer a los demás opositores para que la oposición no asista a ninguna reunión parlamentaria por la ley de radiodifusión. Ni en las comisiones ni en los recintos. Deberá existir una foto donde estarán los que hayan estado, incluidos los aliados de centroizquierda del Gobierno , dijeron. En una medida menor y parcial, esa reacción se parece mucho a la de la oposición al chavismo venezolano, que directamente decidió no presentarse a elecciones.

La Corte Suprema de Justicia empieza a ser vista ya con cierto reproche por algunos sectores de la oposición. El jefe del bloque de senadores radicales, Ernesto Sanz, le reclamó públicamente al tribunal que se pronuncie, por ejemplo, sobre los decretos de necesidad y urgencia. ¿Son esas medidas constitucionalmente excepcionales o habituales? Hay algunos casos sobre esos decretos que ya están en manos del máximo tribunal del país. No es un reclamo desinteresado. La oposición cree que el kirchnerismo gobernará a partir del 10 de diciembre, cuando haya perdido la mayoría parlamentaria, a través del veto presidencial y de los decretos de necesidad y urgencia. Sería la virtual clausura de un Congreso indócil. Urge que la Corte fije un criterio de equilibrio institucional , sostiene Sanz.

Kirchner quiere irse, si se tiene que ir, con la bandera de que lo echaron la "presión mediática", el " pool sojero" o "el poder económico concentrado". El proyecto de ley de radiodifusión estremeció de inquietud hasta a los dueños de las radios FM de los pueblos más remotos del interior. No saben quién será el próximo. Cristina Kirchner está más convencida que su marido de que esa batalla debe suceder. Lo dice en la intimidad y hasta acusa a su esposo de haber sido tibio y negociador en sus años de poder. Es ahora una Juana de Arco que se alzó en armas no en defensa de una nación, sino de una facción.

Su esposo es el único candidato presidencial que existe, más por lo que hace que por lo que dice. Su proyecto consiste en convertirse en el referente de un progresismo de suburbio que quedaría huérfano con candidatos como Julio Cobos, Carlos Reutemann, Mauricio Macri, Daniel Scioli o Felipe Solá. El momento de la retirada lo decidirá también el matrimonio presidencial, porque prefiere a sus opositores en el actual estado de desnudez. Todos ellos están en la lenta construcción de alternativas electorales que todavía carecen de candidatos y de programas.

El combate con el campo es crucial en ese mapa de la guerra incesante. Néstor Roulet, vicepresidente de CRA, nunca dijo lo que le hicieron decir en los fundamentos del decreto que vetó las exenciones del pago de retenciones a los productores de las zonas afectadas por la sequía. En una mesa de café, conversando entre chacareros, Roulet dijo irónicamente que ellos tendrían que sembrar en las zonas eximidas de retenciones. Un periodista lo escuchaba en una mesa vecina y publicó que Roulet había propuesto que la comercialización de toda la soja se hiciera por esos lugares exceptuados. Una ironía se convirtió entonces en la incitación a un delito. Sea como sea, la frase escrita por aquel periodista y publicada por un diario fue un argumento duro y formal del decreto que vetó las exenciones. El Gobierno usa trozos de escombros cuando se queda sin municiones.

No sabemos hasta cuándo podremos contener a la gente para que no vaya a las rutas , vaciló uno de los cuatro dirigentes de la Comisión de Enlace. La bronca y la decepción de los productores son cada vez más grandes. La sequía sigue devastando importantes zonas rurales. Las vacas se mueren de sed y de hambre. El Gobierno no tiene la culpa de que no llueva, pero es visiblemente insensible. El veto presidencial a las exenciones fue el mensaje más claro de indiferencia y porfía hacia los productores rurales.

Aníbal Fernández se quedó con María del Carmen Alarcón, a la que puso a cargo de la relación con el ruralismo. No hizo una hazaña: Alarcón empezó cerca de Carlos Reutemann, luego se pasó al Pro, más tarde recaló en el socialismo de Hermes Binner y ahora desembarcó en el kirchnerismo. La faena del ministro fue un arrebato callejero más que una cooptación. Fernández hizo trascender que había tomado a Alarcón para tenderles un puente a las entidades rurales, pero éstas creen que fue otra medida de ofensa hacia ellas. Después del turismo político de Alarcón, las entidades decidieron, hace rato ya, bajarla de todos palcos del ruralismo. Alarcón nunca se los perdonó y los cuatro principales líderes rurales nunca se olvidaron de ella.

Nadie está seguro en la Argentina de los Kirchner. Las empresas productoras de energía creen que ellas podrían ser el próximo objetivo del terco cazador si prosperara la ley de radiodifusión. En Santa Cruz, un gobernador convertido en fanático líder obrero resolvió sin neutralidad una huelga de trabajadores petroleros de casi tres semanas. Kirchner no se opuso. ¿El principio de otra encerrona? Nadie lo sabe. Kirchner no tiene mucho, pero lo poco que tiene está dispuesto a jugarlo, en efecto, a todo o nada.

La Nación

Campo: los moderados quedaron sin argumentos
Por Rosendo Fraga
Especial para lanacion.com

Dos meses atrás, en las elecciones del 28 de junio, el campo fue el factor decisivo en la derrota electoral del kirchnerismo.

En la elección presidencial de octubre de 2007 Cristina se impuso en la primera vuelta con el 45% de los votos, y ahora el oficialismo cayó al 30%.

La diferencia estuvo generada por la pérdida del voto del campo, como lo evidenció el análisis geográfico de los resultados.

Además, por primera vez desde el surgimiento del peronismo en 1945, los productores agropecuarios tendrán más diputados en el Congreso que el sindicalismo.

A lo largo del mes de julio y comienzos de agosto, se fue haciendo evidente que el diálogo convocado por el gobierno no buscaba un acuerdo con la oposición política ni con el campo, sino que se trataba sólo de un recurso táctico destinado a ganar tiempo, reagrupar fuerzas y retomar la iniciativa.

Pero la dirigencia del sector reunida en la Comisión de Enlace, frente al fracaso del diálogo, fue conteniendo las críticas con el argumento de que a partir del 10 de diciembre, al asumir los legisladores electos hace dos meses, se podrían obtener por la vía parlamentaria las acciones que el Poder Ejecutivo viene denegando. Esta argumentación contuvo a los productores más radicalizados en las últimas semanas.

Al mismo tiempo fracasó un nuevo intento del oficialismo por dividir a la Comisión de Enlace, con la iniciativa - por ahora no concretada- de enviar al Congreso un nuevo proyecto de ley de arrendamiento.

Al votar el actual Congreso, que termina el 10 de diciembre, la prórroga de las retenciones, la esperanza del cambio a través del Poder Legislativo se fue perdiendo. Pero fue la decisión presidencial de vetar la ley que suspende el cobro de las retenciones a 37 partidos bonaerenses afectados por la sequía el hecho que mostró que, aún con el nuevo Congreso, no se obtendrían medidas que satisfagan sus reclamos.

Es que esta decisión del Ejecutivo anticipó la estrategia con la cual el kirchnerismo gobernará los dos últimos años del mandato, cuando pierda la mayoría en ambas cámaras.

El veto es una atribución del Presidente establecida en la Constitución y le permite evitar la vigencia de leyes aprobadas por el Poder Legislativo, el que a su vez puede insistir en la vigencia de la ley, pero para ello necesita mayorías especiales de dos tercios en ambas cámaras, muy difíciles de lograr.

La historia muestra que el veto puede ser usado como una excepción, pero no un sistema. Es que su uso sistemático termina generando una fuerte conflictividad política.

Ahora, sin posibilidad de cambiar las cosas hasta diciembre de 2011, la protesta del campo se precipitó inexorablemente. Es que ya no se trata de esperar cuatro meses hasta diciembre, sino casi dos años y medio.

La reanudación del conflicto, tras la tregua generada por el diálogo, no es un efecto no querido por parte del ex Presidente Kirchner, líder del oficialismo. Su personalidad política lo lleva a redoblar la apuesta tras cada retroceso.

Desde que el campo desafiara al poder de Kirchner, en marzo del año pasado, y lo derrotara políticamente a través del voto de Cobos en el Senado, para el ex presidente vencerlo no es un solo un objetivo político sino una necesidad para reconstruir el poder.

Fracasado el diálogo y anunciado el veto, no quedó al campo otra alternativa que reanudar la protesta.

A la Comisión de Enlace le queda ahora comprender que entre los cortes de ruta, que terminan perjudicando al conjunto de la sociedad, y la inacción hay un serie de acciones intermedias a emprender.

El conflicto del año pasado mostró que la clave del éxito alcanzado no estuvo en los cortes sino en la movilización. Fueron las grandes concentraciones realizadas en mayo en Rosario y en julio en la Capital sus verdaderas claves.

Las situaciones no se repiten matemáticamente, pero nuevamente será la movilización lo que puede determinar nuevas victorias del campo y será redoblar la apuesta la respuesta que Kirchner seguirá dando, con su apuesta de jugar a todo o nada..

No es un buen escenario, ni el deseable, pero es el que probablemente se dará.

La Nación

Comenzó el paro agropecuario
Desde la medianoche, rige el cese de comercialización de granos y carne, que se extenderá hasta el próximo viernes, en reclamo por las políticas del Gobierno hacia el sector

Viernes 28 de agosto de 2009

El séptimo paro agropecuario en la gestión de Cristina Kirchner comenzó esta medianoche y se extenderá por ocho días. Hasta el viernes próximo, regirá un cese de comercialización de granos y hacienda y habrá productores en las rutas, a pesar de que la Comisión de Enlace les pidió a los ruralistas que no interrumpieran el tránsito.

También se realizará un férreo control de cargas en las rutas para corroborar que los camiones no transporten carne o granos.

Anoche ya había chacareros a la vera de los caminos, sobre todo en las zonas más afectadas por la sequía, como Carmen de Patagones, Villalonga, Villarino, Coronel Dorrego y Stroeder, en el sur bonaerense, y en decenas de puntos de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, consignó LA NACION en su edición de hoy.

La Comisión de Enlace comunicó la nueva medida de fuerza el martes, tras el veto parcial del Gobierno a una ley que eximía del pago de retenciones a 37 partidos de Buenos Aires. Además, con este paro, el sector busca poner de manifiesto su rechazo a la prórroga de las facultades legislativas en el Poder Ejecutivo -que le permite al Estado establecer y modificar derechos de exportación- y reclamar incentivos a la ganadería y la lechería.

La promesa por parte del ruralismo respecto a que este paro no generará desabastecimiento se pondrá en riesgo si extienden el cese de comercialización, en caso de que la adhesión a la medida de fuerza sea alta.

Comisión de Enlace. Los presidentes de las cuatro principales entidades agropecuarias, Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria (FAA); Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural (SRA); Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA); y Carlos Garetto, de Coninagro, recorrerán distintas localidades durante las jornadas de huelga.

Esta noche, Llambías estará en Salta, junto con los vicepresidentes de CRA, Ricardo Buryaile (que también es diputado electo), y de la Sociedad Rural, Alejandro Delfino. El viernes próximo, el dirigente de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Angeli, encabezará una "gran asamblea" en el kilómetro 53 de la ruta 14.

En tanto, la Comisión de Enlace avanza en los preparativos de los actos con los que se conmemorará el Día del Agricultor, el 8 de septiembre: cuatro grandes asambleas en las principales provincias agropecuarias (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos), que contarán con la asistencia de un presidente de alguna de las cuatro entidades cada una.

La Nación

El conflicto agropecuario / Posiciones encontradas
Kirchner: "Con su voto, la gente nos pidió profundizar el modelo"
Así analizó el resultado electoral; descartó de plano un aumento de las retenciones

Jueves 27 de agosto de 2009

Mariana Verón
LA NACION

Néstor Kirchner volvió, como si nada hubiera pasado. En su primera conferencia después de la dura derrota electoral de hace casi dos meses, el ex presidente optó por esquivar las autocríticas y en una llamativa interpretación dijo que la gente votó el 28 de junio por una "profundización del modelo" kirchnerista.

Habló de todo, rodeado de un grupo de intendentes, algunos de ellos los "traidores", según la Casa Rosada, y evitó referirse a su posible candidatura presidencial. Eso sí. Le brillaron los ojos cuando la pregunta llegó para conocer sobre su futuro político. Tampoco quiso confrontar con Carlos Reutemann, que lo acusó de haber montado una operación en su contra, y criticó al campo por no respetar la "obligación constitucional" de Cristina Kirchner de vetar la eliminación de las retenciones por 180 días para la provincia de Buenos Aires. Como para no complicar el duro panorama con el paro agrario en el medio, aclaró que era un "absurdo" el rumor sobre una suba del 45 por ciento para las retenciones a la soja.

Lo que no faltaron fueron chicanas para sus adversarios dentro y fuera del PJ: Felipe Solá, Eduardo Duhalde, Reutemann mismo y hasta el vicepresidente Julio Cobos. "Todas las ambiciones son legítimas. No sé si todas son posibles", lanzó hacia sus enemigos desde el club deportivo de Tres de Febrero, atestado de periodistas.

No fue sólo ayer la vuelta a las conferencias de prensa. Fue también la primera vez que Kirchner se vio con el ex jefe de Gabinete e intendente de Tigre, Sergio Massa, uno más de la veintena de jefes comunales de la primera sección electoral con los que el ex presidente cenó anoche, y uno de los tantos "traidores" para la jerga oficialista. Antes de degustar el asado, que estaba listo desde temprano, en esa cena reservada se cocinaba la arenga oficialista. Como en el conflicto del año pasado, Kirchner alineó a su tropa con frases épicas. Los enemigos son los mismos de entonces: el campo y los medios.

"Voy a asumir como un diputado responsable y serio. Nosotros tenemos que gobernar porque en 2009 nos han pedido más distribución del ingreso y que profundicemos aceleradamente el modelo." Así nomás respondió Kirchner a una consulta de LA NACION sobre sus aspiraciones para 2011. Esa es la lectura que hace el ex presidente, sin un atisbo de autocrítica. Más tarde, cuando se levantó para irse, dijo que podía haber cometido muchos errores, pero se negó a enumerarlos. Más bien los minimizó.

Para los integrantes de la Comisión de Enlace hubo varios párrafos. Dijo que se mezclan en "discusiones estériles" y que no tienen propuestas para redistribuir el presupuesto, además de cuestionarlos. "Están politizados", les dedicó despectivamente.

En su cena, prohibida para los medios, cansó a más de uno con el borrador de la ministra de la Producción, Débora Giorgi, con el detalle de las medidas para el sector agropecuario. "De golpe pareciera que no tuvimos políticas productivas y agropecuarias. En vez de analizar por qué la Presidenta vetó la ley, la critican", insistía Kirchner, micrófono en mano, según lo que se pudo oír desde los alrededores del restaurante.

Allí adentro insistió en su teoría de que por las elecciones no va a renunciar a las convicciones, disparó munición gruesa contra el diario Clarín, reconociendo también una actitud permisiva de su parte. "El multimedios hizo todos los negocios que quiso. Si algo pienso hoy es que no tuve coraje. Es de las cosas que más me critico", se confesó.

La Nación


La revancha que Kirchner buscaba
Joaquín Morales Solá
LA NACION

Miércoles 26 de agosto de 2009


Otra vez la rebelión rural está en el centro de la escena y de la política. Los propios dirigentes rurales debieron archivar ayer cualquier aire de moderación, porque en el último año nunca hubo tanto malestar como ahora entre los productores rasos del campo con el gobierno de los Kirchner. El veto presidencial a las exenciones del pago de las retenciones para los productores bonaerenses más afectados por la sequía colocó a los ruralistas en el paro y cerca de las rutas. Las cosas podrían ser mucho peores: el Gobierno analiza en reserva (aunque lo haya negado) un aumento de las retenciones a la soja, que llegarían al 45%. Hoy están en el 35 por ciento.

Los máximos dirigentes rurales se preguntaban ayer sobre el proyecto final de Néstor Kirchner. "¿Acaso está buscando el argumento de que nosotros los echamos del gobierno? No deberíamos dárselo", dijo uno de los cuatro integrantes de la Comisión de Enlace. Pero ninguno está en condiciones de garantizar la paz rural, sobre todo si se produjera un fuerte aumento en las retenciones a la soja. "Sería la declaración de una guerra nuclear", dramatizaron.

Kirchner está más pendiente de la revancha que de otros proyectos. Jamás les perdonó a los ruralistas que hayan sido los autores de su primera derrota en 20 años de política. Es posible que ahora los entrevea, también, menos fuertes o más débiles que hace un año. Sea como sea, el ex presidente prefiere esos contendientes a cualquier otro, aunque sólo fuere para conservar alzada una bandera personal.

El proyecto sobre una suba importante de las retenciones se estudió sobre la mesa de Olivos en el fin de semana último. Quedó en la mesa, pero no fue archivado. Dicen que a Néstor Kirchner le brillaron los ojos cuando le dijeron que ese aumento significaría un ingreso adicional para el Estado de cerca de 1000 millones de dólares para el presupuesto de 2010. Es cierto que el precio de la soja es el que más subió en los últimos tiempos; ahora se acerca a los 400 dólares la tonelada, según una información de hace 48 horas proporcionada por el Mercado de Chicago.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, desmintió ayer esa información, pero el ministro suele desmentir informaciones que después resultan ciertas. ¿No fue él quien dijo que el fútbol debía resolver los problemas del fútbol una semana antes de que se estatizaran las emisiones televisivas del fútbol? El proyecto sobre las nuevas retenciones simplemente se pospuso para permitir una siembra normal de la soja, que se hace entre septiembre y octubre, dijeron confiables fuentes oficiales. El Gobierno teme, en síntesis, que otra confiscación de la renta rural desaliente a los productores y estos decidan sembrar muy poco en la próxima campaña sojera.

Aníbal Fernández tiene otro problema, además: los dirigentes rurales le creen menos que a Néstor Kirchner. Un clima de tensión y expectativa entre la dirigencia ruralista era fácilmente perceptible ayer, luego de que trascendiera la versión sobre el aumento de las retenciones a la soja y antes, inclusive, de que las entidades declararan el nuevo paro. Un chequeo de último momento les había advertido también a esos líderes agropecuarios que el anuncio del aumento se había postergado, pero que no se había excluido definitivamente.

"Quieren fijar las retenciones a las soja en el 45 por ciento, para negociar luego el 40 por ciento", afirmó un alto funcionario oficial. La soja paga actualmente el 35 por ciento de retenciones.

El veto presidencial de ayer fue tomado, a su vez, como la revelación de que la guerra no ha cesado. Por eso, el paro. Ningún dirigente rural cree que existió un "error" de los legisladores oficialistas, sobre todo en la Cámara de Diputados. El proyecto que aprobaron por unanimidad los diputados y senadores, sobre la exención del pago de retenciones para productores de varios partidos bonaerenses, fue presentado por Francisco de Narváez en enero. Pasó por las comisiones y por los recintos de las dos cámaras; nadie advirtió nada.

"La sorpresa y el error pudieron existir en el Senado, donde el proyecto estuvo poco tiempo y venía aprobado por Diputados, pero es imposible que hayan sucedido en la cámara baja", precisó un ruralista.

Ellos creen que hubo un trasiego de favores con varios diputados para la aprobación de las facultades delegadas al Ejecutivo, que el Gobierno está desconociendo ahora. Entre esos favores habría estado la exención del pago de retenciones para los productores de la provincia de Buenos Aires.
Desenfreno

Los argumentos oficiales son poco consistentes. Pero el desenfreno no es exclusivo del Gobierno. El vicepresidente de CRA, Néstor Roulet, cometió un serio error cuando amenazó que toda la producción sojera se comercializaría en los lugares eximidos de retenciones. Eso es imposible. El beneficio abarcaba a los productores del lugar y no a cualquier productor.

"El decreto 1128 de ayer (que vetó las exenciones) se convirtió en otra resolución 125", exageró un dirigente rural. ¿En sus consecuencias económicas? No, desde ya. La similitud entre una y otra decisión radica en el hecho de que ambas abroquelaron a los distintos sectores rurales.

El efecto se sintió ayer mismo, cuando Eduardo Buzzi, jefe de la Federación Agraria, declaró que no apoyaba el proyecto de ley de arrendamiento que está en la Cámara de Diputados.

Ese proyecto, que expresa viejas ideas de la Federación Agraria, había sido motorizado por el oficialismo para dividir a la Comisión de Enlace. "No le creo a los Kirchner", disparó Buzzi; y cerró el debate: "Tampoco es ésta la oportunidad de tratar esa cuestión".

La estrategia del Gobierno parece zigzagueante: avanza en una dirección en la misma medida que retrocede. Conclusión: la dirigencia rural estaba ayer tan abroquelada como lo había estado durante el conflicto del año pasado. El paro fue su consecuencia más predecible.

Todos esos dirigentes quieren zafar de la encerrona a la que parece llevarlos Kirchner. Vuelven a hablar de Kirchner y no de Cristina.

El propio De Narváez responsabilizó personalmente al ex presidente del veto de la víspera. ¿Cuál es la encerrona? "Si aumentaran las retenciones, estaría claro que quieren volver al mismo conflicto, potenciado, de hace un año. Pero ahora el Gobierno viene de una derrota. ¿Qué están buscando? ¿Hasta cuándo podremos contener la bronca del interior? ¿Quieren la guerra total?", se preguntaba, sin respuestas, uno de los más conocidos líderes agropecuarios. "No debemos entrar en esa lógica", se resignaba, por último. La lógica de Kirchner es la de la confrontación, para ganar o para perder.

Busque lo que busque, lo cierto es que Kirchner actúa como un cazador furtivo y preciso: el campo, el fútbol y Carlos Reutemann fueron los últimos blancos de sus disparos. No hay una construcción de un futuro con ninguno de ellos. Sólo está saldando cuentas del pasado e imaginando las condiciones de su destino, político y personal.


La Nación

El capitalismo autoritario de Kirchner
Por Rosendo Fraga
Especial para lanacion.com

Lunes 24 de agosto de 2009

El modelo económico de Kirchner no es el estatismo, el populismo o el socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez.

Mirando el mundo, lo más parecido al modelo kirchnerista es el "capitalismo de amigos" en la Rusia de Putin, aunque como modelo se manifiesta en forma más extrema.

En este país, hay propiedad privada, pero el empresario que enfrenta al estado puede hasta ir preso, además de perder su propiedad como ha sucedido con varios magnates surgidos tras la caída del muro.

Hace tres meses, en Rusia se prohibió la difusión de los datos de desempleo; algo que tiene cierta analogía con la negación de la realidad del Indec de Guillermo Moreno. Un par de meses atrás, Putin, en su condición de primer ministro y hombre fuerte del régimen, obligó al hombre más rico del país a acompañarlo a la televisión y ante las cámaras lo obligó a reabrir una empresa que había cerrado por la crisis global.

Putin no estatizó la empresa cerrada, sino que obligó a su dueño a reabrirla manteniendo él la propiedad.

Este modelo que puede ser denominado también como "capitalismo autoritario", analizado en la perspectiva académica, es el modelo económico de los regimenes fascistas europeos del siglo XX.

En la Alemania nazi o la Italia fascista no se anuló la propiedad. Incluso, la fábrica alemana más importante de armamentos (Krupp) fue privada durante toda la Segunda Guerra Mundial.

Pero era un capitalismo en el que el gobierno fijaba no sólo las reglas de juego, sino también los márgenes de ganancia y el empresario que enfrentaba al poder perdía su empresa.

Es así como el "capitalismo autoritario" vigente en Rusia, se asemeja al modelo capitalista del fascismo.

En la Argentina, la política que desarrolló Guillermo Moreno desde la Secretaría de Comercio se inscribió claramente en la dirección de este tipo de modelo. La transacción con Repsol-YPF para que un grupo afín al Gobierno adquiriera una parte de la empresa es también una manifestación de ello. El rol de la AFIP y la Oncca en las exportaciones del agro va en el mismo sentido.

Para Kirchner la estatización es un recurso de última instancia -lo usó en el caso de Aerolíneas Argentinas tras fracasar en lograr un inversor privado local- y la nacionalización, en cambio, es un objetivo a lograr. De hecho, ésta se da a través de grupos privados locales afines al oficialismo.

El conflicto del Gobierno con el grupo Clarín por el fútbol y ahora por la fusión de los cables, la pugna por el control de Telecom y el enfrentamiento con el grupo Techint son manifestaciones de este modelo. La Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), el Instituto para el Desarrollo de Ejecutivos en la Argentina (IDEA), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Comisión de Enlace advirtieron públicamente en los últimos días, con diversas pero coincidentes expresiones, sobre las consecuencias de estas situaciones.

Pero también lo expresan las declaraciones de la Presidenta al proponer que se elabore un "padrón de ricos"- en realidad, no hace falta hacerlo porque basta con ver la lista de los mayores contribuyentes a la AFIP- para mejorar la distribución del ingreso.

Es así como el modelo económico de Kirchner, el "capitalismo autoritario", es diferente al de Chávez, cuyo socialismo del siglo XXI es una combinación de estatismo y populismo. Sin embargo, encuentra analogías y coincidencias con el de Putin en Rusia.

La Nación


El veto a la rebaja de retenciones renueva la tensión con el agro
Scioli y Fellner salieron a defender la decisión anticipada por Aníbal Fernández de anular el beneficio; "Es otra afrenta y que hablen de error es absurdo", dijo Biolcati a lanacion.com; advirtió que la marcha atrás con la ley que aprobó el Congreso "cae muy mal" en las bases; Buzzi acusó al Gobierno de no respetar las instituciones

Lunes 24 de agosto de 2009

La confirmación de que el Gobierno vetará la ley de emergencia agropecuaria que prevé bajar retenciones en zonas bonaerenses afectadas por la sequía provocó cruces entre el oficialismo y el sector rural, que ya descargó su enojo.

"Es una nueva afrenta al sector. La ley fue votada por unanimidad", se quejó el presidente de Sociedad Rural (SRA), Hugo Luis Biolcatti, en diálogo con lanacion.com.

El dirigente no ocultó su molestia con el argumento oficial según el que la ley se aprobó "por error". "Invocar el error es un absurdo. El proyecto pasó por comisiones y después fue debatido por las dos cámaras por unanimidad", retrucó. No se detuvo allí. "El jefe de Gabinete no puede opinar sobre una ley elaborada y aprobada por el Congreso que incluso votó el oficialismo".

Respecto del contenido de la ley, y en particular de los beneficios a los productores afectados por la falta de lluvias, destacó las reducciones en el pago de retenciones y no dudó en calificar esas facilidades como "un paso adelante".

Impacto. Además, advirtió que el veto, que según se desprende de los dichos de Fernández sería inminente", "cae muy mal" en las bases. "La sensación de parálisis y de indefensión es tremenda. Y esto no hace más que violentar a la gente. Además, los argumentos del jefe de Gabinete son un cachetazo que genera mucha bronca", afirmó.

Biolcati insistió en que el veto "ahonda el disgusto y el malestar" de los productores y completó con una queja directamente dirigida a la Casa Rosada: "Nada de esto es bueno para encauzar el diálogo. Cada vez que parece que nos empezamos a acercar hacen este tipo de cosas".

Monarquía. En la misma línea, el presidente de Federación Agraria (FAA), Eduardo Buzzi, opinó que la confirmación del veto "es una nueva agresión" del Poder Ejecutivo al campo.

"En esta monarquía de los Kirchner vetan la ley lo que demuestra que no hay respeto alguno por las instituciones. Es un disparate", bramó el dirigente en declaraciones a radio Continental.

Además, el presidente de FAA advirtió que los ruralistas podrían volver a organizar protestas, aunque aclaró que las eventuales manifestaciones no incluirían cortes de ruta.

Error político. Por su parte, el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Carlos Garetto, afirmó hoy que sería "un error político muy grande" vetar la ley de Emergencia Agropecuaria en distritos de la provincia de la Buenos Aires y lo consideró como "un hecho hostil" para con el campo.

En defensa del veto. El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, consideró como "un error" aprobar la baja en las retenciones a través de esa ley y pidió "subsanarlo".

En diálogo con Radio 10, aseguró que pese al veto a la rebaja impositiva, "cuando se declara emergencia o zona de desastre, se ponen en marcha distintos mecanismos de asistencia a los productores", por lo que serían atendidos los ruralistas necesitados de asistencia.

"Es de sentido común y está claro que fue un error, como lo han reconocido los legisladores, se ha pasado luego de haber hecho el tratamiento de esta ley y ahora está la facultad que tiene el Ejecutivo Nacional de corregir este error", añadió.

Discriminatorio. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, también defendió la decisión del Gobierno al asegurar que "adoptar una medida que le otorgue tratamiento diferencial a una región o provincia, sin ninguna causa que lo justifique, sería una acción tan discriminatoria como de naturaleza injusta".

"Jamás existió voluntad política de parte de los diputados de incurrir en discriminación entre provincias o regiones que sufrieron desastres naturales que fueron los que motivaron la declaración de esas zonas en emergencia", subrayó.

"Por eso mismo es que en la misma sesión del 5 de agosto se sancionó una legislación abarcativa y general para el abordaje de todas las emergencias agropecuarias, que de ningún modo contiene en sus alcances ni persigue el objetivo de fijar excepciones o tratamientos diferenciales respecto de las retenciones", completó.

La Nación








Pese a la presión del campo, el Gobierno confirmó que anulará los beneficios
"La ley es pésima, lo que nos obliga a vetarla", dijo Aníbal Fernández; la norma prevé recortar retenciones por la sequía; la Presidenta debe decidir si la reglamenta o no

Lunes 24 de agosto de 2009

Pese a la presión del campo para que Cristina Kirchner no vete la ley de emergencia agropecuaria que el Congreso aprobó la semana pasada y que suspende retenciones y reduce alícuotas en zonas de sequía, el Gobierno ratificó que no reglamentará la norma que fija esos beneficios.

"No quiero hacer calificaciones de lo sucedido en el Congreso. Sabrán cuáles son las razones y porque se llegó al punto al que se llegó, pero tengo muy en claro que la norma es de muy mala factura y nos obliga a nosotros a tener que vetarla", sentenció Aníbal Fernández en declaraciones a radio Continental.

Fue aún más duro. "La ley es pésima y deja huecos por los cuatro costados. En ninguna condición uno puede aceptar un proyecto de estas características, que sabe como empieza y nunca como termina".

Campaña perdida. Enseguida, avanzó sobre las razones por las que habría que vetar la norma. "Se supone que el objetivo es beneficiar a los productores a la hora de comercializar su producción, pero a esta altura del año los productos agropecuarios ya se comercializaron. Ergo, el precio pagado por los exportadores ya incluyó el descuento de los derechos de exportación. Ya está vendido y ya esta pagado con descuento", argumentó.

Y añadió: "Lo único que haría [la ley] sería beneficiar o a los acopiadores o a los exportadores que disponen de ese producto. No se estaría asistiendo a los productores que padecen la sequía, se les está otorgando un beneficio para la próxima comercialización de la próxima cosecha".

Para completar el razonamiento, se preguntó: "¿Cómo harían para identificar al producto afectado por la sequía?, ¿Cómo se determinaría la procedencia o la trazabilidad de los granos y nada menos que en 30 días como prevé la ley?".

¿Total o parcial?. El embate del Gobierno está centrado en el artículo cuatro de la ley, el que suspende la aplicación de las retenciones para 22 partidos de la provincia de Buenos Aires y reduce las alícuotas en un 50% para otros 15 partidos afectados por la sequía.

No obstante, Fernández dejó claro que el veto sería de toda la ley y no sólo del artículo de la discordia. "Es veto total. En principio sí. Se vetará toda la ley. Pero es un tema para análisis del día de hoy. Se los cuento cuando lo tengamos terminado", explicó.

Mientras que la Casa Rosada defiende el veto basándose en que "se cometió un error", en las entidades del agro exigen que se ratifique la ley sancionada por el Congreso y afirman que los beneficios son "fundamentales" para los productores afectados por la falta de lluvias.

Además, los dirigentes de la Comisión de Enlace basan sus críticas en la presión que existe en las bases de convocar a un nuevo paro agropecuario.

La Nación


El Senado dio media sanción al proyecto de los superpoderes
Con 38 votos del oficialismo, la iniciativa que fija un máximo de un 5% de la reasignación del presupuesto a cargo del jefe de Gabinete pasará a Diputados; esta tarde, la Cámara alta aprobó la prórroga de las facultades delegadas, que permite al Poder Ejecutivo fijar las retenciones; la permanencia de público en el recinto fue prohibida por seguridad; ruralistas protestaron sobre la avenida Entre Ríos

Jueves 20 de agosto de 2009

En una jornada en la que se aprobó el proyecto de emergencia agropecuaria y la prórroga de las facultades delegadas en el Poder Ejecutivo, el Senado dio luz verde esta noche a los llamados "superpoderes"; una iniciativa que promueve la Casa Rosada que prevé limitar la capacidad de reasignar partidas al 5 por ciento del presupuesto.

El oficialismo logró 38 votos positivos, contra 24 negativos de la oposición, y aprobó la modificación en general y en particular del proyecto que propone la sustitución del artículo 37 de la ley de Administración Financiera y de los sistemas de control del público nacional, según informó la agencia DyN. Así, se autoriza al jefe de Gabinete a establecer reestructuraciones de partidas siempre que no supere el 5 por ciento del total del presupuesto anual.

La oposición considera que se trata de un freno cosmético, ya que el Gobierno ha hecho los mayores movimientos de fondos a través de los decretos de necesidad y urgencia (DNU).

Facultades delegadas. Mientras un grupo de ruralistas protestaba sobre la avenida Entre Ríos, frente al Congreso Nacional, 38 senadores votaban a favor del proyecto que prórroga las facultades delegadas al Poder Ejecutivo. Tras la media sanción de la Cámara de Diputados de la semana última , el proyecto fue convertido en ley.

En una sesión a puertas cerradas, después de más de seis horas y tras las exposiciones de 20 senadores, el Senado convirtió en ley la prórroga de las atribuciones delegadas al Ejecutivo, que incluyen la de fijar el valor de las retenciones; lo que despertó las críticas del agro y de dirigentes opositores.

Durante el debate, Nicolás Fernández, senador santacruceño del Frente para la Victoria, sostuvo que la medida "pondrá claridad" a las normas dictadas por el Poder Ejecutivo que deben seguir en vigencia.

La senadora Hilda Duhalde hizo referencia al papel del Congreso. "Nos pasan por encima y nosotros emparchamos, emparchamos. Tenemos que recuperar nuestro rol, tenemos que trabajar sobre políticas de Estado", sostuvo.

El senador de La Pampa Juan Carlos Marino dijo que "la sociedad argentina se expresó de una manera muy clara; pusieron un freno al uso y abuso del poder". Enseguida sostuvo: "Estamos delegando en un Poder Ejecutivo las obligaciones que son de todos nosotros".

Sin público. Los presidentes de los bloques resolvieron ayer en la reunión de labor parlamentaria que la sesión de hoy se realice a puertas cerradas como una "medida de seguridad". Fuentes parlamentarias dijeron a lanacion.com que se tomó igual medida que con el debate por la resolución 125, la reestatización de Aerolíneas Argentinas y las AFJP, para que la sesión "sea transparente y no haya presiones".

Por ello se negó el acceso a ruralistas que protestaron frente al Congreso, con la esperanza de que la oposición pudiera frenar la iniciativa del oficialismo.

"Lugar abierto". En este contexto, el presidente de Federación Agraria (FAA), Eduardo Buzzi, cuestionó las vallas que rodeaban al edificio del Congreso y consideró que "debería ser un lugar abierto" para que la gente se exprese.

Tras señalar que "parece que [los legisladores] han estado negociando cosas", Buzzi se mostró pesimista. "Hay que recuperar a un Congreso que sea capaz de ir viendo cada una de las normas y no otorgándole más poder al Gobierno", agregó.

El debate sobre las más de 1901 leyes que delegaron facultades en el Poder Ejecutivo y que debieron revisarse antes del 24 de agosto de 1999 suscitó especial interés en el agro. Derivó en una discusión sobre las retenciones, ya que entre las normas emitidas por esas prerrogativas está el artículo del Código Aduanero que le permite al Gobierno fijar alícuotas por derechos de exportación.

Emergencia agropecuaria. La sesión comenzó poco antes del mediodía, con la discusión del proyecto de emergencia agropecuaria , que se convirtió en ley casi sin debate.

La norma prevé crear un fondo permanente para atender la emergencia en el campo, que constará de un mínimo de 500 millones de pesos anuales. Pese al consenso final, la UCR y la Comisión de Enlace reclamaban que el monto fuera de 1000 millones.




La oposición vuelve a mostrar su exigüidad política
Joaquín Morales Solá
Para LA NACION

Jueves 20 de agosto de 2009


Carlos Reutemann estaba ayer estupefacto y desorientado. Una relación política y personal de 20 años se había destruido frente a sus narices. La senadora Roxana Latorre fue su compañera de representación senatorial por Santa Fe casi desde siempre. Latorre era algo más (o algo menos) que senadora: era la operadora política de Reutemann en el Senado. Cuando cualquier senador hablaba con ella, sabía que estaba escuchando también la posición de Reutemann.

"Los socialistas se están riendo de mí. Eso es lo que consiguió", se lamentaba Reutemann. El senador se enteró de que algunos dirigentes socialistas subrayaban la confirmación de sus pronósticos: "Dijimos que Reutemann se amigaría con Kirchner después de las elecciones. Y eso es lo que ha hecho", decían. Reutemann sentía que volvía a lo peor de la dura campaña electoral santafecina, cuando debió jurar mil veces por día que nunca se reconciliaría con Kirchner. "Fue una campaña muy cruel como para volver a vivirla", se lamentaba.

¿Qué llevó a Latorre a habilitar con su firma el tratamiento en el Senado para hoy mismo de la delegación de facultades al Ejecutivo? Ella dijo que había nueve votos en la Comisión de Asuntos Constitucionales y que se necesitan ocho para abrirle las puertas del recinto al proyecto oficial. Según ese relato, ella no tuvo la culpa de la habilitación, porque de todos modos el Gobierno tenía el número suficiente de firmas en la comisión.

Es una verdad a medias y, por lo tanto, una probable mentira. El voto de Latorre fue el que habilitó el tratamiento del proyecto en la sesión de hoy. Mucho después se sumó la firma del senador peronista Rubén Marín, pero Latorre ya le había abierto paso a la iniciativa del oficialismo. Marín, un viejo zorro del peronismo, esperó que el proyecto tuviera las firmas necesarias para agregar la suya. Marín viene diciendo que él no apoyará fácilmente al Gobierno en la conflictiva relación de éste con el campo. Marín es senador por La Pampa. "En mi provincia no hay chimeneas; hay sólo producción agropecuaria", suele repetir.

Para peor, Latorre firmó "en total disidencia" el dictamen. Lo que el oficialismo necesitaba era su firma, no su opinión. ¿Para qué puso la firma si estaba en total disidencia? Si el Gobierno no necesitaba su firma, como ella asegura ficticiamente, ¿para qué firmó si estaba en total disidencia? Reutemann bramó ayer cuando se enteró, además, de que Latorre había hecho un proyecto en disidencia sobre las retenciones, que tampoco había consultado con su jefe político. Una influencia importante en Latorre habría sido la del senador Nicolás Fernández, santacruceño y amigo íntimo del matrimonio presidencial.

La delegación al Ejecutivo incluye las facultades de fijar retenciones. Reutemann se puso el año pasado a la cabeza de la sublevación de senadores peronistas en la crisis por la resolución 125, que terminó con el desempate de Julio Cobos. En rigor, Cobos y Reutemann fueron los grandes arquitectos de aquella estrepitosa derrota del kirchnerismo. "¿Acaso debo explicar ahora que no tengo nada que ver con el gobierno de los Kirchner?", se lamentaba ayer Reutemann.

Una pregunta no puede dejar de hacerse: ¿por qué los ganadores deben explicar las deserciones cuando se esperaba que la fuga de legisladores se produjera en el bando derrotado? La explicación de Latorre es muy parecidas al discurso oficialista. Pudo haber una cooptación. Otra más. ¿Todo es producto sólo de la habilidad del kirchnerismo? ¿O hay también mucho de exigüidad política de sus opositores? Lo primero es, forzosamente, consecuencia de lo segundo.

Procesaron a D´Elía por golpear a un manifestante en la Plaza de Mayo
La medida fue dictada el viernes último por el juez de instrucción Luis Alberto Schelgel; la defensa del líder piquetero apelará ante la Cámara del Crimen porteña

Martes 18 de agosto de 2009

Luis D´Elía, titular de la Federación de Tierra y Vivienda, fue procesado por "lesiones en riña" por haber golpeado a un manifestante en el marco de las protestas en la Plaza de Mayo que se desataron el año pasado por la resolución 125.

Así lo informó el abogado Adrián Albor, representante legal de D´Elía, que aseguró que mañana presentará la apelación ante la Cámara del Crimen porteña, según consigna DyN.

El procesamiento fue dictado el viernes pasado por el juez de instrucción Luis Alberto Schelgel, pero recién se conoció hoy.

La semana última, D´Elía fue citado a indagatoria por la toma de la Comisaría 24ª , en La Boca. Y a raíz de este pedido, se conoció un pronunciamiento en favor del piquetero de intelectuales y militantes kirchneristas.

Reabren una causa contra D´Elía
La Cámara Federal decidió investigarlo por haber "instigado a la violencia" durante un acto en la Plaza de Mayo; el piquetero dialogó con lanacion.com y acusó a la "derecha" por la decisión

Lunes 6 de julio de 2009

La decisión de la Justicia, de continuar la investigación contra Luis D´Elía por haber "instigado a la violencia" durante un acto en la Plaza de Mayo durante el conflicto entre el Gobierno y el campo, provocó una dura respuesta del dirigente kirchnerista que aseguró a lanacion.com que se trata de un "operativo de la derecha".

"Soy una persona que tiene el culo limpio. Hace 25 años que vivo en el mismo lugar, con los mismo amigos", dijo D´Elía a lanacion.com . Asimismo, aseguró que aún no fue notificado de la resolución la Sala II de la Cámara Federal, a la que irónicamente definió como "la Cámara Federal de Sudáfrica".

Fuentes judiciales revelaron hoy que la Cámara Federal revocó el fallo del juez federal Julián Ercolini que eximió de responsabilidad al titular de la Federación de Tierra y Vivienda, y a la vez ordenó que se ahonde la investigación con miras a determinar si D´Elia perpetró o no algún delito.

El sobreseimiento de D´Elía había sido propuesto por los fiscales federales Carlos Rívolo y Gerardo Pollicita, pero más tarde la resolución de Ercolini fue apelada por la querella y por el fiscal de la Cámara Federal, Germán Moldes, según consignó DyN.

"A los de la puta oligarquía, ¡dale, dale! ¡Les vamos a meter las cacerolas en el culo!", gritaba D´Elía el 25 de marzo del año pasado, en medio de un acto del campo contra el aumento de las retenciones. Iba a la cabeza de un grupo de 200 piqueteros que avanzaban hacia la plaza y corrían a los manifestantes. Las imágenes registradas ese día muestran cómo D´Elía se acercaba a grupos con mujeres y niños, y, les gritaba, a pocos centímetros de la cara: "¡Piqueteros, carajo!". Todo a metros del Obelisco, sin la presencia de policías.

Por sus actos de aquella noche, fueron presentadas al menos siete denuncias. Una de ellas fue desestimada porque el fiscal del caso, Carlos Rívolo, consideró que los dichos de D´Elía no constituían delito. Esa causa incluía también las declaraciones en el programa radial de Fernando Peña. "Odio a los oligarcas, odio a los blancos [...] Mataría a todo lo que oponga a Kirchner", había dicho D´Elía. Entonces, su relación con el Gobierno no tenía fisuras.

Esa imputación se rechazó, lo mismo que otra por una piña al dirigente agropecuario Alejandro Gahan, pero luego se acumularon en el expediente otras seis denuncias que venían de diferentes juzgados. Con el argumento de mantener la coherencia, también se resolvió desestimarlas.

Para Moldes, fue un error. Según explicó, las nuevas causas agregaron pruebas que no habían sido consideradas cuando se promovió el cierre del expediente original. Además, en un caso estaba pendiente un pedido de indagatoria contra el dirigente.

Ahora, la Cámara Federal definió que D´Elía vuelva a ser investigado. Por ahora, el líder piquetero no tuvo mayores inconvenientes con la Justicia. A cinco años de haber encabezado la toma de la comisaría de La Boca, jamás fue citado siquiera a declarar por ello.

La Nación




La UCR quiere saber por qué se ocultan las estadísticas del agro
El bloque de diputados del radicalismo presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo para que se detalle "qué series se dejaron de publicar y por qué"

Martes 18 de agosto de 2009

El bloque de diputados de la Unión Cívica Radica (UCR) presentó un pedido de informes al gobierno por el "ocultamiento de datos para el campo".

Con las firmas de su presidente y del secretario general, los diputados Oscar Aguad y Pedro Morini, respectivamente, la bancada radical pidió informes al Poder Ejecutivo sobre "las estadísticas publicadas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagpya) y la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y con qué frecuencia y periodicidad se realizan las mismas".

Los legisladores quieren saber oficialmente, "qué series han dejado de ser publicadas y el porqué; y en el caso de haber cambiado las técnicas de medición de la producción y comercialización de productos agropecuarios, cuáles han sido los criterios que sustentaron tales modificaciones".

"La decisión oficial de discontinuar la publicación de al menos unas 15 series estadísticas sobre la producción y el comercio de bienes agropecuarios profundiza el proceso de ocultamiento de información clave sobre el sector iniciado hace casi un año atrás, con el inicio del conflicto generado por la Resolución 125", denunciaron los diputados Aguad y Morini.

Según los legisladores, "al igual que lo que sucede en el INDEC, añaden, en el área de Estimaciones Agrícolas, varios funcionarios y empleados ?se menciona que alrededor de 100- habrían sido desplazados de sus cargos y dejados sin funciones, sólo por informar que la sequía hacía estragos en los cultivos".

La Nación

El agro presiona a los senadores con la mira en el debate por las retenciones
De Angeli aseguró que, desde mañana, ruralistas visitarán a los legisladores para que "entiendan" que son representantes de sus provincias y "no de Kirchner"; la Cámara alta discutirá el jueves la prórroga a las facultades delegadas

Lunes 17 de agosto de 2009

Los días previos al debate final de la prórroga de las facultades delegadas al Poder Ejecutivo, entre las que sobresale la de fijar retenciones, prometen ser un hervidero.
Esta mañana, el dirigente entrerriano de Federación Agraria, Alfredo De Angeli advirtió que el sector estará en estado de alerta y buscará convencer a los senadores de que no apoyen la iniciativa que impulsa el Gobierno y que la semana pasada obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados.
"Desde mañana hay gente de distintas provincias que irán a ver a sus senadores a ver si los quieren representar en el Congreso de la Nación o si votarán las facultades delegadas", advirtío el dirigente en declaraciones a radio 10.
Representación. Añadió que que los ruralistas que intentarán reunirse con los senadores "buscarán que entiendan que son representantes de las provincias y no de Néstor Kirchner". Tendrán tiempo hasta el jueves, para cuando está prevista la sesión en la que se tratará la delegación de facultades.
Por otra parte, en el mismo tono, mezcla de molestia y advertencia, De Angeli apuntó contra los diputados que la semana pasada respaldaron la prórroga por un año de las facultades cedidas por el Congreso al Poder Ejecutivo.
"Me dan mucha pena esos diputados que votaron. Tendrían que hacer un gesto y donar sus dietas, al conceder las facultades delegadas ya no tienen trabajo en el Congreso", ironizó.
Pese a las advertencias de De Angeli, la Comisión de Enlace admite que el clima en el que se realizará el debate de las facultades delegadas en el Senado está lejos del malestar que hace poco más de un año provocó la intención oficial de imponer retenciones móviles finalmente sepultada por el voto "no positivo" de Julio Cobos.

La Nacion


Las claves políticas de la semana
La política condicionada por las sensaciones
Por Jorge Rosales
Especial para lanacion.com

Lunes 17 de agosto de 2009

Si uno despertara hoy sin saber qué pasó el 28 de junio le resultaría complejo entender que el gran derrotado de las elecciones legislativas fue el Gobierno. Han pasado casi 50 días de aquel domingo traumático para el kirchnerismo pero por lo visto en la Cámara de Diputados la semana pasada y por lo que veremos el miércoles en la de Senadores es el oficialismo el que canta victoria, mientras la oposición vocifera pero no consigue poner una coma en los proyectos parlamentarios claves.

Pocos días después del 28 de junio, destacados legisladores afines al Gobierno reconocían que la elección había abierto un nuevo escenario en la política argentina que obligaría al Gobierno a buscar consensos con la oposición en asuntos centrales. Sin embargo, eso fue precisamente lo que faltó la semana pasada cuando se debatió la controvertida delegación de facultades legislativas en el Poder Ejecutivo -entre ellas la de fijar las retenciones a las exportaciones agropecuarias-. Y será esto, precisamente, lo que dominará la sesión de pasado mañana en el Senado cuando el oficialismo imponga con comodidad -al menos eso parece hasta ahora- el número necesario de votos para sancionar la ley sin cambiar en nada lo votado por los diputados.

Será otro triunfo para el kirchnerismo, que, vale destacar, no elimina el agravamiento de la crisis ni borra los problemas y padeceres de miles de argentinos inmersos en la pobreza y la indigencia. Son éstas -pobreza e indigencia- las dos asignaturas que la Argentina no se debería permitir. Pero las arrastra fugando hacia delante esquivando los ojos inquisidores de cientos de miles de chicos con hambre.

En la oposición, embarcada en disputas de cartel y posicionamientos para el 2011 cuando creen que les tocará gobernar, entienden que es otro el escenario. Dicen, como el presidente del bloque de diputados nacionales de la UCR, Oscar Aguad, que lo del oficialismo es puro ruido, una falsa sensación, porque los problemas continúan sin solución y que las actitudes como las de la semana pasada en la Cámara de Diputados no hacen otra cosa que aislar al kirchnerismo. En parte tienen razón. Pero muchas veces son las sensaciones las que definen los comportamientos. Y hoy, cuando los sentidos son estimulados por la política, lo que queda como sensación es que a la madrugada del 28 de junio se la llevó el viento.

La Nacion



Discusión en el Congreso / Las leyes clave para la Casa Rosada
El Gobierno ya decidió que no habrá rebaja en las retenciones
Desde Ecuador, la Presidenta ordenó a sus diputados aprobar las facultades delegadas

Martes 11 de agosto de 2009

Mariana Verón
Enviada especial

QUITO.- Metida de lleno en la pelea que ya lleva un año y medio con el campo, Cristina Kirchner cree que sólo el Poder Ejecutivo puede fijar las retenciones. Ya dio la orden de que el oficialismo en el Congreso apruebe tal como está el proyecto de prórroga de las facultades delegadas que se trataría mañana en la Cámara de Diputados y provocó con ello una dura batalla, ante la embestida opositora para aprovechar el momento y forzar un rebaja en las retenciones.

No sólo no hay posibilidad alguna en el corto plazo de que el matrimonio Kirchner acepte conceder una alícuota más baja para los granos, tal como anunció el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, después de la reunión con la Comisión de Enlace.

La Presidenta envió mensajes hacia Buenos Aires desde esta ciudad: necesita el plazo de un año para que se revisen las facultades que hoy están en manos de su gobierno y que vencen el 24 de este mes, entre las que figura la potestad de aplicar el Código Aduanero, que legisla sobre los derechos de exportación.

Mientras el oficialismo en la Cámara de Diputados hace malabares para conseguir que las facultades delegadas no caigan estrepitosamente, la Presidenta resiste.

En la visión del Gobierno, si se abre la puerta a los reclamos del grupo de legisladores que estarían dispuesto a apoyar que sea el Poder Ejecutivo el que fije las retenciones siempre y cuando en un plazo no superior a los seis meses se revise el paquete de leyes delegadas, tampoco convence en los más altos funcionarios oficiales. Es un tiempo que la Casa Rosada, según se escuchó en la comitiva en esta ciudad, no está dispuesta a aceptar. Por eso la posición que asuman los 15 diputados enrolados en el bloque Solidaridad e Igualdad (SI); Proyecto Sur, de Claudio Lozano, y Encuentro Popular, de los diputados Ariel Basteiro y Vilma Ibarra, será indispensable para que el Gobierno consiga la media sanción del proyecto. No será tarea sencilla, porque desde este sector progresista ponen condiciones (ver aparte).
Razones fiscales

La Casa Rosada mantiene intacta su decisión, ya expresada por el jefe de Gabinete en Buenos Aires, de no tocar las alícuotas para evitar un desbarajuste fiscal.

Cuando en lo más alto del poder se habla del campo, otra de las frases habituales es el impacto que tendría en el mercado interno una baja sustancial de las retenciones al trigo y al maíz. La Presidenta, de hecho, congeló antes de la reunión con los representantes de las entidades rurales un proyecto que le llevó el director de la AFIP, Ricardo Echegaray, para dejar la alícuota para ambos granos en 10 puntos.

"Los productores de soja tienen mucha rentabilidad", concluyen las fuentes oficiales, y establecen como contrapartida la situación del sector lechero, que sufre, en la visión de la Casa Rosada, un proceso inverso al de los productores sojeros por la recomposición del precio internacional y la baja de insumos. Por eso, la Presidenta aceptó acordar un convenio con los tamberos para que se les paguen 20 centavos más por litro de leche a través de subsidios. Sólo hasta ahí acepta el Gobierno hacer concesiones.

Para la Presidenta, que el Congreso intervenga en la aplicación del Código Aduanero es impensable. Desde aquí mantuvo contactos telefónicos permanentes con Buenos Aires para seguir a la distancia el recuento de votos que cosechará el Gobierno en la sesión de mañana. El ajustado margen que tiene la Casa Rosada para con legisladores propios y aliados circunstanciales provoca incertidumbre en los funcionarios más importantes.

En una suerte de sentimiento de discriminación, Cristina Kirchner repite en la intimidad, según escucharon ministros que hablan con ella, que su proyecto para que en un plazo de un año se revisen las facultades delegadas en el Poder Ejecutivo es el menos pretencioso de los presentados por los últimos gobiernos argentinos.

"A [Carlos] Menem le dieron cinco años; a [Fernando] De la Rúa, tres; a [Néstor] Kirchner, dos. Yo pido uno y no lo aceptan", se quejó la Presidenta en las últimas horas, según contaron a LA NACION fuentes de la comitiva oficial.

Dejó claro, además, que había dado la orden a su jefe de bloque en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi (FPV-Santa Fe), para que cualquier negociación con los sectores más cercanos al Gobierno se haga dentro de esos parámetros. Los márgenes de acción para el jefe del bloque son limitados.

Varios diputados del oficialismo recuerdan en estos días el enojo del matrimonio Kirchner con Rossi, cuando negoció y aceptó cambios en la 125 y terminó finalmente perdiendo los votos de los sectores que pedían algunas reformas, como Claudio Lozano. "Nosotros cedemos y tampoco lo votan", repiten habitualmente en la quinta de Olivos.

Cristina Kirchner carga las culpas en el propio Congreso. "Le dimos ya alrededor de 10 millones de pesos para que elaboraran el digesto y nunca se hizo. Eso lo tenían que hacer los legisladores y ahora lo quieren sacar", se quejó un integrante de la comitiva en esta ciudad.

La Nación




El mundo y el submundo del kirchnerismo
Por Joaquín Morales Solá
Domingo 16 de marzo de 2008

Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural, era el viernes la esperanza más sólida del gobierno para resolver el conflicto agropecuario. Es el dirigente más sensato del sector , aceptaron muy cerca de Cristina Kirchner. Es imposible evitar la sorpresa. Miguens es, en efecto, un hombre sensato, pero el peronismo y el kirchnerismo nunca pudieron dejar atrás los prejuicios ideológicos que les producía la sola mención de la Sociedad Rural. Fue necesario que el campo argentino se frenara en seco, unánime, estragado de furia, para que se buscara el puente más consistente con los productores rurales. El caso no es único ni aislado; el gobierno nunca retrocede hasta que el abismo está muy cerca.

La Presidenta tiene un problema político, además del económico. Muchos de los productores enfurecidos de estos días (la mayoría, quizá) la votaron en octubre pasado, pero su gobierno los vapuleó ahora sin lástima. Seamos claros. No la votaron por simpatías ideológicas ni, tal vez, personales. La votaron porque representaba la propuesta más segura para continuar con lo que ellos consideraban una política de estabilidad económica y de buenas rentabilidades. La estabilidad comenzó a trastabillar con la inflación y con la escasez de combustibles; ahora también les metieron las manos hasta el fondo del bolsillo en una tarde imprevista.

Martín Lousteau suele justificar la enorme suba de las retenciones en los muy altos precios de la soja y en la necesidad de incentivar productos agropecuarios, como la carne, que tienen más condiciones de ser industrializados. Hasta la heterodoxia puede ser discutida. Pero el problema consiste, sin embargo, en que ya Guillermo Moreno había estrujado a la carne y a sus productores. Tampoco se discutió ninguna teoría, ni ortodoxa ni heterodoxa.

Digámoslo de otra manera: no es que protegieron la carne y desprotegieron la soja, sino que dejaron a la intemperie a ganaderos y a sojeros. La previsibilidad que proclamó el ministro de Economía cuando estableció una forma de subir y bajar las retenciones surge, por lo general, de un consenso. No hubo consenso. ¿Cuatro años de pronósticos seguros, como aseguró Lousteau? Su intención puede ser sincera, pero el ministro carga con una historia que no es suya, pero que existe. El gobernante kirchnerismo ha cambiado demasiadas veces las reglas del juego como para que los productores confíen en que esta vez será la última.

Era Alberto Fernández quien andaba buscando a Miguens el viernes y, aunque nadie lo dijo, puede deducirse que lo encontró. Lousteau zigzagueaba en la misma dirección. ¿Los productores debían levantar el paro para negociar? Que hagan el paro hasta el miércoles, si quieren, pero tenemos que resolver este problema antes del miércoles , se sinceró, no sin cierta desesperación, un funcionario que los frecuenta. Lousteau ponía una condición: negociar hacia adelante. Se resistía a poner en la mesa de negociación sus recientes medidas.

El jefe de Gabinete se había ocupado antes de serenar a Moreno, capaz de echar abajo las mejores negociaciones con una sola frase o una sola decisión destinadas a ofender. A Moreno lo escondieron detrás de las cortinas del palacio. Lousteau aspiraba a inmortalizar esa situación, a sacar de las páginas de los diarios las peleas entre ellos. Quiere hablar de teoría económica con Moreno, pero éste le saca el pecho a cualquier teoría.

La única duda angustiante consiste en saber cuándo y cómo reaparecerá Moreno. El petróleo superó los 110 dólares por barril en los mercados del mundo y los argentinos, felices, no se enteraron. O, más bien, se enteraron cuando los surtidores se quedaron sin nafta. Moreno empezó entonces a multar a los petroleros. Es la rentabilidad, y no las multas, lo que repondrá el combustible. La rentabilidad ha caído en picada. El secretario cree que puede demostrar la existencia de Dios, o su inexistencia, con una simple resolución.

Hay un mundo y un submundo en el kirchnerismo. La pelea pública entre el director de la AFIP, Alberto Abad, y el director de la Aduana, Ricardo Echegaray, pudo ser una discordia entre dos personas versadas. Sucedió otra sorpresa: el padrino político de Echegaray es Rudy Ulloa, un amigo todoterreno de los Kirchner. Cada uno puede tener los amigos que quiera, pero la administración del país necesita de una mínima calidad y de cierta estética. Abad se enojó cuando Echegaray cuestionó públicamente el sistema informático de la Aduana; estas cosas no se hacen sin una pérdida importante de la confianza pública.

Abad es el primer administrador nacional de ingresos públicos con estabilidad jurídica. Según la ley, su actual mandato concluirá el próximo 10 de diciembre. La mayoría de los argentinos está disconforme con la presión impositiva (¿qué fue, si no eso, lo que erizó los nervios del campo?), pero nadie puede desconocer que Abad logró que esa mayoría pagara sus impuestos.

Echegaray es sólo formalmente un subordinado de Abad. El jefe de la Aduana viene de Santa Cruz, y es amigo de Ulloa y de Kirchner. No será Abad, por lo tanto, quien decidirá la suerte de Echegaray. Una parte importante del gobierno se volcaba el viernes por una solución de convivencia entre ellos. Abad tendrá que acostumbrarse a cohabitar con Echegaray. La escuela la tiene en Lousteau y Moreno. Nadie se va del gobierno cuando alguien lo pide por los diarios. Viejo argumento de todos los jefes políticos para retener a los controvertidos. Los Kirchner no son una excepción.

Otros abismos están cerca. El gobierno comenzó a tomar cartas en el asunto cuando se notificó de que el transporte aéreo podría paralizarse en pocos meses más. Las dos aerolíneas que trabajan el cabotaje, Aerolíneas Argentinas y LAN, están cansadas de perder plata con tarifas congeladas para que algunos argentinos, también felices, viajen en avión. Fueron aporreadas por los precios del petróleo y los sindicatos les están pidiendo aumentos del 35 y el 40 por ciento. LAN pierde alrededor de dos millones de dólares mensuales. Aerolíneas Argentinas pierde mucho más porque tiene más presencia en el mercado.

Ricardo Jaime no se ocupa de estas cosas, sino de buscar insolventes compradores de aerolíneas. Hasta lo patético puede resultar cierto. Ya la propia presidenta había frenado una idea estrafalaria de Jaime para el directorio de Aerolíneas Argentinas. Gran parte de los fuegos que arden han sido encendidos dentro del gobierno. Hay que liberar las tarifas aéreas para que compitan las empresas que están. ¿A quiénes perjudicamos con eso? ¿Acaso a los que pagan hoteles de 1000 dólares con tarifas aéreas de 300 pesos? , decían el viernes funcionarios asustados. Aplacado Moreno, le llegaba la hora a Jaime. Pero también Jaime vuelve siempre.

¿Quién tomó la decisión estratégica de poner en riesgo la continuidad del turismo, el tercer sector de la economía en importancia, saboteando a las empresas aéreas? ¿Quién autorizó a Echegaray a cuestionar a Abad? ¿Quién lo azuza a Moreno para espantar a los inversores? Dicen que no es Kirchner. No conocen a Cristina. Si Kirchner le diera una orden a un funcionario y éste la cumpliera, Cristina lo echaría al funcionario en el acto y Néstor vería peligrar su permanencia en Olivos, se ufanaba el viernes alguien que los conoce a los dos.

Entonces hay un peligroso y constante desacuerdo entre el mundo y el submundo que gobiernan.




La metáfora del zorro y el puercoespín
Por Mariano Grondona
Domingo 23 de marzo de 2008 | Publicado en la Edición impresa

La metáfora, según Aristóteles, consiste en "darle a una cosa un nombre que pertenece a otra". El prefijo griego meta- da una idea de "traslación", de llevar a una palabra más allá de su límite original. Así, en la propia obra de Aristóteles, su libro sobre La Metafísica vino a significar lo que estaba más allá de otro libro, La Física, al que trascendía.

En su libro El nuevo mundo del zorro gótico ( The New World of the Gothic Fox, University of California Press), el autor chileno Claudio Véliz explica que la metáfora es el encuentro entre algo que apenas conocemos y algo que conocemos bien, por ejemplo cuando decimos que un atleta tiene "corazón de león", con lo cual explicamos el misterio de su extraordinario talante con la ayuda de una metáfora. Cuando hablamos de nuestros rugbiers, ¿no los llamamos acaso Pumas ?

Al arrojar la luz de una palabra conocida sobre la penumbra de una realidad menos conocida, iluminamos su esencia. Esto explica por qué la metáfora, dado su alto valor didáctico, es tan usada en la filosofía y en la literatura.

Después de explicar el sentido didáctico de la metáfora, el propio Claudio Véliz acuña la suya en el libro mencionado al decir que al Nuevo Mundo acudieron, con la colonización, dos opuestas culturas europeas; una, la del zorro , de sesgo anglosajón, y otra, la del puercoespín , de cuño español. El zorro ama los espacios abiertos y acepta los riesgos de la aventura. El puercoespín, que es un pequeño roedor recubierto de espinas, huye, en cambio, del riesgo y, cuando las cosas se ponen feas, se envuelve como una bolita.

El "caos" capitalista

El capitalismo que hoy prevalece en el mundo encarna, según Véliz, la cultura del zorro. Su emblema es promover el progreso a través de la competencia. Según la famosa definición de Schumpeter, la clave del capitalismo es "la destrucción creativa" entre los competidores. Como consecuencia de ella, los más eficientes se expanden y los menos eficientes se caen. En su reciente Memorias , el hasta ayer presidente de la Reserva Federal norteamericana, Alan Greenspan, adhiere a la libre competencia, porque ella, al estimular a las empresas con "el aliento en la nuca" de sus competidoras, las obliga a mejorar so pena de perecer.

Este es, según él, el único mecanismo conocido del progreso económico. Por eso que haya quiebras no es malo, sino finalmente bueno porque indica que el furor de la "destrucción creativa" está funcionando. Pero Greenspan reconoce también que, al inducir a las empresas y a las personas a superarse cada día mediante este severo mecanismo, el capitalismo genera en ellas y en las sociedades que las albergan un estrés tan intenso que las tienta en dirección del proteccionismo. Lo cual es otra manera de admitir que la lucha secular entre la cultura del zorro y la cultura del puercoespín no ha cesado.

La crisis económica mundial a la que ahora asistimos, por ello, si de un lado será beneficiosa para los "zorros", porque premiará finalmente a los eficientes y castigará a los ineficientes, del otro genera tal alarma entre los que temen perder que los lleva a enrollarse como el puercoespín.

La historia sería entonces una sucesión de ciclos del zorro y ciclos del puercoespín que obligaría a los hombres de Estado, a los pocos sabios que en el mundo quedan, a buscar una síntesis superadora.

Lo que no puede hacerse es pretender los beneficios del zorro sin asumir los riesgos de los que huye el puercoespín.Las oleadas de la expansión capitalista, una de las cuales hemos tenido y enfrenta ahora el peligro de la recesión, conllevan tarde o temprano el riesgo del recalentamiento. Es que todo gran progreso implica tarde o temprano un regreso, aunque sea menor. Era utópico pretender una progresión indefinida, sin sobresaltos, porque el capitalismo, como toda creación humana, es imperfecto. Países como los Estados Unidos, China, Chile o Brasil, después de aprovechar los buenos tiempos, sufrirán por un tiempo la contraola. Ninguno de los países que se benefició con la expansión debería renunciar ahora a ellapor temor a la contraola y arrollarse, llevados por el pánico, en la bolita del puercoespín.

El desacople

Como lo está demostrando el agudo conflicto entre el Gobierno y el campo, en la Argentina se han trabado en combate el zorro y el puercoespín. Respondiendo a la lógica competitiva, el campo ha aprovechado en estos últimos años la expansión capitalista que le ha ofrecido precios nunca vistos a cambio de lo que el campo, por su parte, supo hacer: una extraordinaria revolución tecnológica. Si el Gobierno hubiera aceptado esta lógica del zorro, la Argentina habría sobresalido por delante de casi todos los países con el crecimiento sin par de sus exportaciones y con la atracción de un aluvión de inversiones de origen interno y externo capaz de hacerle atravesar la frontera entre el subdesarrollo y el desarrollo. Lanzado en esta dirección, el Estado podría haber recaudado sumas inimaginables para volcarlas en el resto de la sociedad aún no competitiva sin matar por eso a la gallina de los huevos de oro.

Pero quiso el destino que el campo tuviera que convivir en estos años con un Gobierno que es una de las expresiones más acabadas de nuestro tiempo de la cultura del puercoespín y esto a un punto tal que ahora se ufana del "desacople" que lo ha aislado de la economía mundial. Por eso el Gobierno sólo vio en el campo, más que una revolución económica y social de extraordinaria potencialidad, una excelente ocasión para financiar su propio proyecto en dirección de una economía cerrada al mundo y totalmente controlada por él y por los amigos del poder gracias a las retenciones.

En una primera fase, las retenciones fueron aceptadas por el campo como una intromisión malvenida, aunque tolerable. Pero la escalada del Gobierno contra el campo atravesó varias fases. En un primer momento, el Poder Ejecutivo prohibió primero y minimizó después las exportaciones de carnes. Después les llegó el turno al trigo y a la lechería. Todo esto fue tolerado únicamente, porque ganaderos, trigueros y lecheros pudieron refugiarse en la soja. Al invadir ahora este refugio final del campo, el Gobierno le ha cerrado la única puerta que le quedaba abierta sin darse cuenta de que, mientras las explotaciones anteriores eran, en el límite, sacrificables, la soja había llegado a cubrir todo el país, del Chaco hasta los bordes de la Patagonia, a todos los productores grandes y pequeños, e incluso a los pueblos y ciudades colindantes.

Si, llevado por un falso orgullo, el Gobierno se niega a dialogar ahora con el campo y si la gente del campo no ve por su parte otra salida, entonces los argentinos quedaremos frente a una fractura, a una división, de imprevisibles consecuencias

En su Ensayos sobre el gobierno civil, John Locke imaginó una parábola. Supuso que dos príncipes necesitaban recaudar más, porque estaban al borde de la guerra. Uno de ellos, necio, apretó entonces al pueblo con nuevos y pesados impuestos hasta que los contribuyentes se fundieron o dijeron "basta". El otro, sabio, hasta bajó los impuestos para que el pueblo prosperara y, cuando esto ocurrió, le bastó un leve incremento para llenar sus arcas. De más está decir cuál de los dos príncipes, unos años después, ganó la guerra.



Néstor Scibona
Al margen de la semana
Recaudar no es sinónimo de redistribuir
Por Néstor O. Scibona
Domingo 30 de marzo de 2008

Más allá de sus inesperadas derivaciones políticas, el conflicto entre el campo y el gobierno de Cristina Kirchner dejó varias lecciones, que habrá que ver cómo se capitalizan ahora que se intenta recorrer el poco transitado camino del diálogo.

La lista es demasiado amplia. Tanto, que el único denominador común es que el kirchnerismo está pagando un alto precio por no haberse ocupado nunca de definir una política para el sector agropecuario y luego por asignarle un carácter ideológico a la protesta. Se trata de una actividad estratégica demasiado importante como para creer que podía quedar en piloto automático, sólo porque los precios internacionales récord sirven para ensayar cualquier experimento fiscal o de precios. Esto excede la ríspida negociación de compensaciones a pequeños productores o un tope a la escala de retenciones móviles, que sólo aparecen como salidas de emergencia para descomprimir la tensión.

Una de las lecciones es que la presión tributaria tiene un límite, sobre todo cuando una inflación en alza y no reconocida oficialmente impacta en los costos y la rentabilidad del sector. A pesar del discurso oficial, el eje del conflicto no pasa por el cambio de modelo económico o por la eliminación de las retenciones. El campo no protestó ni siquiera cuando las retenciones a la soja subieron al 35% en noviembre, ya que la escalada de precios internacionales (42% en los últimos ocho meses) compensaba esas subas, además de aportar mayor recaudación al Estado. Lo que no toleró es que el Gobierno se cebara con ese instrumento y les pusiera un techo a eventuales ganancias futuras para derivar al fisco casi todo el excedente. Hoy por hoy, la alícuota de los derechos de exportación a la soja o el girasol es más alta que la del impuesto a los premios de juegos de azar, y grava la facturación pero no los resultados. Tal vez sería mucho más razonable tomar una parte como pago a cuenta del impuesto a las ganancias. Pero plantear cualquier reforma tributaria de fondo todavía pareciera ser un tabú en la Argentina.

Otra enseñanza es que la actividad agropecuaria no es sólo una máquina de producir divisas y pesos para alimentar los superávits gemelos y los subsidios cruzados, como suele encuadrarla el Gobierno; ni que todos los productores, de cualquier tamaño o región, pueden ser incluidos en la misma bolsa. A menor escala de producción, se siente mucho más percibir ingresos con un dólar implícito de 1,80 pesos y pagar insumos y servicios ajustados a un dólar de 3,18 o, peor aún, a una inflación que se ubica en torno del 25% anual. Con tales elementos resulta ilusorio plantear las retenciones móviles como una política previsible para los próximos años.

También debe incluirse en la lista la confusión de señales: después de haber protagonizado el mayor boom productivo y exportador de las últimas décadas, la "sojización" parece haberse convertido en una maldición que la propia presidenta dijo querer conjurar con mayores retenciones, para estimular otras actividades como la ganadería o la lechería. Pero este diagnóstico está planteado al revés: omite que esas producciones fueron desalentadas en los últimos años por las políticas de precios arbitrarias, intervenciones en los mercados y prohibiciones de exportar ejecutadas por Guillermo Moreno, funcionario cuya estrella sigue brillando en la constelación gubernamental.

El Gobierno podría argumentar, como lo hace, que con los crecientes recursos que extrae de la exportación de cereales y oleaginosas subsidia a otros eslabones de la cadena agroalimentaria. Pero basta consultar las compensaciones que otorga la Oncca, como recomendó Cristina Kirchner, para advertir la desproporción entre lo que recauda y lo que redistribuye dentro del sector: mientras se estima que para 2008 los ingresos totales por retenciones treparán a unos 43.000 millones de pesos anuales (13.500 millones de dólares), las compensaciones llegaban a fin de marzo a apenas 1.524 millones de pesos (480 millones de dólares). Si se anualizara esta última cifra, no alcanzaría al 15% de la primera. Y su distribución revela que, más que a fortalecer a pequeños productores rurales, apunta mayormente a las industrias para que sus productos puedan acercarse a los precios fijados por Moreno. De aquellos 1500 millones de pesos, casi dos tercios (992 millones) se destinaron a las industrias láctea, molinera y aceitera, a través de una compleja y burocrática maraña de subsidios cruzados.
Viaje de ida

Si bien es cierto que el fin último de las retenciones es disociar los precios internacionales de los internos a cambio de sostener un tipo de cambio real alto, también lo es que no frenaron la inflación y que mantener este esquema con gasto público en alza requiere de una presión tributaria creciente.

Aquí se plantea un problema institucional: lo que el campo tributa por derechos de exportación no le vuelve en obras de infraestructura o mejoras sociales, porque las retenciones no se coparticipan. Ni siquiera entre las seis provincias (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero y Chaco), que aportan el 92% del total. Esto obliga a mendigar fondos nacionales a gobernadores e intendentes, que quedaron entre la espada y la pared durante el paro agropecuario: aunque en muchos casos los productores rurales son su base electoral, evitaron entrar en conflicto con la Casa Rosada para no quedar fuera del reparto. Más insólita fue la declaración del oficialismo en el Senado -que es la representación por excelencia de las provincias- en apoyo a la suba de retenciones, que les resta recursos a sus jurisdicciones. Parece mentira, pero después de cinco años de alto crecimiento, en la Argentina sigue en vigencia la ley de emergencia económica, que le permite al Poder Ejecutivo aumentar derechos de exportación y disponer discrecionalmente de esos fondos sin pasar por el Congreso.

Paralelamente, está por verse hasta qué punto es válido el argumento presidencial de que los ingresos extra provenientes del agro son el eje de una política redistributiva. Por lo menos, hasta que el Gobierno explicite claramente en qué se emplean esos fondos. No es lo mismo destinar una parte a distribuir gratuitamente alimentos de alto valor proteico en comedores escolares o evitar casos de desnutrición en sectores indigentes, que aplicarlos a subsidios a granel que en muchos casos benefician más a los ricos que a los pobres, alimentar aparatos políticos o destinarlos al tren bala u obras de dudosa prioridad.

Todo esto no justifica que los productores agropecuarios, para hacer oír sus reclamos, hayan violado leyes y derechos constitucionales de transitar y comerciar para desabastecer a los grandes centros urbanos. La metáfora de la pistola en la cabeza para presionar vale tanto para los productores más radicalizados como para los métodos de Guillermo Moreno. Pero de aquí también surgen otras lecciones. Quizá la principal es que, cuando se admite desde el Gobierno que la ley vale para algunos y no para otros, se deslegitima su cumplimiento. D´Elía, incluido


Argentine farm taxes row deepens
Demonstrators in Buenos Aires bang saucepans in protest at a rise in taxes on commodities
Protests erupted on Tuesday night after the government refused talks
Farmers in Argentina have pledged to continue a nationwide protest after the government refused to back down on tax rises on agricultural exports.

Two weeks of blockades by farmers have left many shops in the main cities short of meat and dairy products.

Amid the shortages, thousands of Argentines, banging pots and pans, took to the streets to back the farmers.

President Cristina Fernandez, in office since December, says the increased taxes on farm exports are justified.

Protesters have been stopping lorries carrying farm produce and either turning them back or dumping their goods on the road.

Speaking on national television, President Fernandez said the agricultural sector was one of the country's most profitable with global demand growing for Argentine beef, corn, wheat and soybeans.

Argentina President Cristina Fernandez
President Fernandez is facing her biggest test since taking office

"I'm not going to submit to extortion. I understand the industry's interests but I want them to know that I'm the president for all Argentines," she said, making it clear there would be no talks while the farmers' strike continued.

Soon after her address, demonstrators in Buenos Aires and other cities gathered on the streets to stage pot-banging protests.

"This is a pretty ugly wake-up call for the government after just a few months in power," protesters Hector Bernardino told Reuters.

He said middle-class Argentines, like the farmers, were tired of taxes and double-digit inflation.

Flashpoints

Argentina is one of the world's top exporters of soya, wheat and beef and any prolonged conflict will have a major effect on vital export earnings, says the BBC's Daniel Schweimler in Buenos Aires.

The farmers' strike is the biggest crisis faced by Ms Fernandez since she took office more than three months ago, succeeding her husband Nestor Kirchner, our correspondent adds.

Tractors block a main highway in Argentina on 19 March as [part of farmers' protests against tax rises
Farmers argue that they produce much of the country's wealth

The government has been using taxes on grain and commodity exports to boost state revenues.

Taxes on a range of goods including soybeans, sunflower oil and beef are being raised by up to 45%, increases that farmers have described as crippling.

"We will continue the strike for as long as necessary," said Eduardo Buzzi, president of the Argentine Agrarian Federation (FAA).

Trade at Argentina's largest grain and cattle markets has ground to a halt while many shops are reporting shortages of supplies.
There have been disputes between farmers and truck drivers, and armed police have been deployed at potential flashpoints



Un ciclo de la política parece haber terminado
Por Joaquín Morales Solá
Para LA NACION

Nunca se derrochó tanto capital político en tan poco tiempo. Nunca, al menos, de manera tan innecesaria. Están sucediendo días que pudieron evitarse. Fueron una pérdida irremediable de tiempo las 48 horas que pasaron entre el martes y el jueves, entre el discurso de la soberbia y el de la convocatoria al diálogo con los productores sublevados. La misma etapa que incluyó el feudo violento y el reino mediático de Luis D´Elía, que abrió la hemorragia política más grave que tuvo en su historia, tanto dentro como fuera del país, el gobierno de los Kirchner.

El problema es que las rectificaciones a veces sirven y otras veces son tardías. Sin una sola propuesta novedosa y abarcativa de parte del Gobierno, los sectores agropecuarios decidieron ayer volver al paro. El levantamiento de la medida duró menos de 24 horas. Los dirigentes del sector están mordidos por una tenaza: el Gobierno no les da nada que sirva y los productores los empujan a la protesta. La sociedad argentina podría sufrir en pocos días más las consecuencias del desabastecimiento de productos indispensables para vivir. Trabajadores de pequeñas y medianas empresas vinculadas con la agroindustria comenzarían a ser suspendidos desde mañana mismo.

Quedaron como profetas solitarios y extraviados los dirigentes que habían propuesto un levantamiento de todas las decisiones, las del Gobierno y las de los ruralistas, mientras se negociara. La negociación se cayó ayer de hecho, pero los dirigentes agropecuarios preferían guardar la esperanza de que siguiera algún diálogo, aunque fuera bajo la mesa y lejos de los periodistas.

Un período de la política argentina ha terminado. ¿Qué es lo que ha terminado? Una etapa marcada por el predominio casi excluyente de una persona en la conducción de la República, una contradicción institucional en sí misma. Un espacio de tiempo en el que el diálogo estuvo vedado y, más aún, prohibido desde el único vértice donde se manda. Un período notable también por el extendido temor entre vastos exponentes de la dirigencia política y social.

Misiones fue, en otros tiempos, la advertencia de la falibilidad electoral. La revuelta campesina y urbana de los últimos días fue, en cambio, el aviso de que la voluntad social le ha puesto límites definitivos al poder. Cristina Kirchner no podrá, en síntesis, gobernar como gobernó su esposo.

Hubo sólo pequeños bosquejos de que el Gobierno aceptó la irrupción de esos cambios. Imperceptibles bocetos. Tampoco los dinosaurios se notificaron del día en que cambió el ecosistema que los condenó a la extinción. D´Elía sigue con su diatriba de odio social ante todos los micrófonos. La experiencia negociadora del viernes entre el Gobierno y las entidades rurales fracasó porque los funcionarios sólo aceptaban hacerles algunos retoques a decisiones que consideran inamovibles. Todos dieron vueltas en una noria estática y estéril.

En la extenuante noche del viernes, los dirigentes agropecuarios les insistieron a los funcionarios que ellos no tienen márgenes para levantar definitivamente el paro si el Gobierno no cambiaba sus resoluciones. Esas resoluciones se refieren a las retenciones móviles a las exportaciones de soja. La insistencia agropecuaria sólo logró que en un momento los funcionarios pidieran un cuarto intermedio para debatir a solas entre ellos; hicieron también consultas telefónicas con la residencia de Olivos. Volvieron luego con la respuesta: no , no habría cambios a las retenciones móviles, consideradas por los ruralistas como un virtual sistema de precios máximos.

¿Era la expresión de un gobierno convencido de sus aciertos o era la necesidad política de torcerles el brazo a los dirigentes del campo, de mostrar una victoria cuando había sucedido un serio traspié del oficialismo? Los funcionarios intentaron dividir a las organizaciones prometiendo hacer diferencias entre grandes y pequeños productores. Entonces el rotundo no vino de los ruralistas. La continuidad del paro estaba ya a la vuelta de la esquina y la esquina apareció ayer.

Si fue difícil convencer a los productores de que debían suspender brevemente la huelga para negociar, mucho más difícil será sacarlos de las rutas a cambio de nada. Una cosa es el paro y otra son los bloqueos de las rutas. Esta situación puede ser explicada, pero de ninguna manera se puede justificar. Muchos dirigentes agropecuarios están, directamente, rebasados. Ellos mismos lo aceptan.

Una objeción más profunda debió existir en la sociedad, además, para que vastos sectores de ella terminaran apoyando la protesta de los productores. No les cambió la opinión la probable intuición de que el paro provocará, más pronto que tarde, serios desabastecimientos de productos básicos.

El problema de Cristina Kirchner no es su condición de mujer, sino las modificaciones objetivas y sustanciales que se registraron en el país, en la sociedad que le toca gobernar y en el propio mundo del que la Argentina forma parte. Los métodos de Néstor Kirchner eran posibles con una sociedad satisfecha y con una economía ciertamente generosa y estable. Ya no existe ni lo uno ni lo otro en los términos que se conocieron, al menos.

Los métodos. Una parte importante de la bronca de los sectores agropecuarios se funda en los métodos de Guillermo Moreno, porque el secretario de Comercio los ofendió cada vez que los tuvo cerca. El viernes, Moreno no cejaba: recorrió los supermercados a los gritos ordenando bajar los precios. Será difícil para el Gobierno justificar en adelante la presencia de Moreno y de su estilo. Después de lo que sucedió en los días recientes, y de lo que está sucediendo ahora, correrá el riesgo de crear graves y permanentes conflictos con esos modos de gobernar. Un límite ha sido traspuesto.

D´Elía es como Moreno, pero más tosco, más expuesto y más peligroso. Funcionarios nacionales se ocuparon de distanciarse de él en conversaciones reservadas. Pero, ¿cómo diferenciar al Gobierno de D´Elía si éste terminó convertido en el responsable del orden público con palabras y actos de insoportable agresión? ¿Cómo, cuando fue el primero en entrar al palco de los influyentes privilegiados en el acto de la Presidenta, el jueves? ¿Podría ser casual, acaso, que la Policía Federal haya desaparecido de la Plaza de Mayo en los momentos en que D´Elía entraba?

D´Elía significó también un abundante derrame de prestigio para el gobierno de Cristina Kirchner en el exterior. Ejemplos: los diarios españoles El País y ABC hicieron durísimas crónicas de su condición de jefe de una salvaje fuerza de choque del Gobierno. La cadena internacional de televisión CNN describió desde su sede central, en Atlanta, el discurso de D´Elía como el más peligroso que se haya escuchado en los últimos años . Los medios del exterior mostraron también las peores imágenes del ex funcionario de Kirchner y estrecho aliado actual del Gobierno.

El mundo de las comunicaciones es imparable e incontrolable ahora. Ese es un cambio sustancial entre la Santa Cruz del gobernador Kirchner, donde también se recurría a estos métodos, y el actual gobierno nacional que conduce el matrimonio presidencial.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, le debe una explicación a la sociedad por la ausencia de la fuerzas de seguridad. Se debe una explicación a sí mismo. Fue el mismo ministro que hizo una profesión de fe pública en la libertad de tránsito cuando los productores cortaron las rutas. Bien dicho. Pero ese acertado concepto se convirtió en una sátira en boca de un Gobierno que permitió corte de calles y de rutas durante cinco años interminables.

D´Elía, Moreno, piqueteros a favor y en contra del Gobierno, violencia y sangre en las calles, palabras de rencor social que no se escucharon ni durante las tempestades de fines de 2001.

El Gobierno decidió, consciente o inconsciente, romper lazos, quizá definitivos, con los sectores medios urbanos. Ya los había roto con los sectores rurales que lo votaron o se ilusionaron con el gobierno de Cristina Kirchner. Los propios dirigentes del sector rural, muchos de los cuales seguramente no votaron a la Presidenta, se manifestaban sorprendidos ayer por el grado de agitación de los productores que sí habían creído en el nuevo gobierno de los Kirchner.

Los funcionarios se preocupaban el viernes por conversar con los ruralistas sobre un plan para el campo, mientras mantenían, intransigentes, las decisiones sobre las retenciones. Aquel plan integral debió ser el principio de todo, pero prefirieron dar un fuerte golpe primero y negociar después. Es el eterno método de Kirchner. Es el método que, con avances y retrocesos, y también con contradicciones, ha llegado a su fin.


Will Argentina's soybean hangover become a global headache?
MOSCOW. (RIA Novosti political commentator Andrei Fedyashin) - It became clear in early April that the farmers' strike in Argentina - soy, maize, and wheat producers - was creating a threat to the world economy.

Some countries hinted to President Cristina Fernandez de Kirchner that a soya trial was no longer a domestic problem. She suspended her visits to Britain and France, scheduled for April 4 and April 7, to deal with agricultural troubles.

Soybean troubles started in Argentina right after March 11, when the cabinet announced a tax hike from 35% to 44.1%. The farmers considered it too high. On March 14 they stopped working, drove their combines into the streets and barred all agricultural shipments.

By the end of March, bread, pasta, poultry, and milk started disappearing from shops in many cities, including Buenos Aires. Beef was almost gone. For a country, where more beef is consumed than anywhere else - 74 kg per capita in one year (compared to about 46 kg in the United States and a little over 16 kg in Russia) this was quite an ordeal.

But the farmers continued the strike and even received support from other producers and urban residents from well-to-do districts.

The Kirchner couple is hugely disliked by the Argentine farmers and the part of the nation which the Peronist movement has long demonized as "relics of the agrarian oligarchy."

Kirchner said she will "not yield to any extortion" and denounced the strikers for protesting while making record profits and unwilling to share them with the rest of the country.

By April 1, the strike turned into a national disaster. The farmers promised to lift the blockade of roads on April 2, and Kirchner was ready for some concessions.

But rather than cure the disease, these concessions will only remove its symptoms for some time to come. If we mix all the negative ingredients of globalization - price escapades of oil and gas, common greed and the most primitive populism - in a shaker, we'll get quite a cocktail. Anyone who drinks it will get a headache similar to Argentine soy-provoked hangover.

Experts predict that the Argentine problem will hit other countries.

The Kirchners themselves are largely to blame for what is happening in Argentina. Christina came to power last December when her husband Nestor did not run for a second term. On the eve of the elections, he almost doubled the state budget for pensions and government projects. No wonder that the Argentinians voted for his wife. But they ended up with two Kirchners for the price of one. The budget extravagance whipped up inflation, which has already topped 15%. Now the farmers are being told to contribute to the budget so that the government could pay for the couple's populist moves. It appears that two for the price of one was not at all a good deal.

As for soy, Argentina is its third biggest producer after the United States and Brazil. But it is the world's leader in the export of soy oil and products - last year its revenues were $13.47 billion out of the world's sales of $24 billion. Half of Argentina's agricultural lands have already been given to the farmers. If it goes like this, there will be no pampas left in the country, because growing soybeans is easier than raising cattle.

Argentine exports cover nearly half of China's soya consumption. Incidentally, China was the first to hint to Buenos Aires about the need to resolve the conflict as soon as possible.

A dollar shower started in Argentina with a skyrocketing demand for grain; the latter began rising with a rapidly growing demand for ethanol; and the latter started going up with the growing oil prices. Demand for soya beans began to increase because Argentina needed fodder instead of grain, which was exchanged for oil....

This pumping of grain from the food sphere into the fuel and energy sector may produce unexpected results. Scientists from Illinois have calculated that in 2006 the demand for ethanol grain in the United States alone was 54 million metric tons, and grew to 81 million metric tons in 2007. When 62 ethanol-producing plants are put into operation in America by the end of this year, this demand will increase to 114 million metric tons. A barrel of crude oil will cost about $100, while the producers of ethanol from fodder maize are ready to double what they offered for a bushel of maize early this year. When the food value of grain becomes less important than its energy yield, it is clear where these grain bushels will go.

The opinions expressed in this article are the author's and do not necessarily represent those of RIA Novosti.

http://en.rian.ru/analysis/20080403/102872615.html


Un país paralizado, a la espera de definiciones
Por Joaquín
Morales Solá
Domingo 4 de mayo de 2008

La Argentina entusiasmada de otrora comienza a paralizarse a la espera de definiciones. En el interior, una retracción brusca y fuerte afectó ya la construcción, la venta de automóviles y de maquinarias agrícolas, y el propio comercio de semillas y fertilizantes. La inflación, la percepción social de un gobierno aislado y, ahora, la falta de combustibles (la producción está siempre en el limite justo de la carencia) golpean, al mismo tiempo, sobre los centros urbanos. Los inversores externos ya han respondido con sus actos la pregunta que todavía se hacen intelectuales y políticos: Néstor Kirchner es, definitivamente, más parecido a Hugo Chávez o a Evo Morales que a Lula o a Michelle Bachelet.

El Gobierno parece vacilar frente a la bifurcación del camino. O toma la senda que lo alejará del abismo o toma la que lo acercará a él sin remedio. El acuerdo con el campo podría estar al alcance de la mano, pero nadie es optimista. Un proyecto oficial prevé ofrecerles el martes a los productores rurales retenciones con un eje en el 35 por ciento y nunca deberían superar el 50 por ciento. Ese proyecto podría ser aceptado por los dirigentes rurales. El único problema consiste en que Kirchner no abandonó aún su obstinación en derrotar a los ruralistas en el campo de batalla.

Una nube de conspiraciones supuestas se aposentó sobre la casona presidencial de Olivos. De tales intrigas participarían, según la estimación de esos gobernantes, desde las entidades agropecuarias hasta los canillitas. Primero veamos los problemas y después analicemos las conspiraciones , aconseja vanamente la línea moderada de la administración. A Kirchner le encantan las divagaciones sobre las eventuales confabulaciones y relega los problemas concretos a un segundo plano. Los halcones no son halcones en serio; simplemente se limitan a dar el sí y a cumplir las órdenes. El único halcón verdadero del Gobierno es Néstor Kirchner.

El viernes no se había cumplido ninguno de los acuerdos firmados el miércoles entre el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y los líderes de las organizaciones agropecuarias. El trigo y la carne seguían esperando las autorizaciones de Guillermo Moreno para ser exportados. Moreno se había resistido a firmar aquel acuerdo, porque quería condicionarlo a una extensión explícita de la tregua por parte de los ruralistas. Los dirigentes no podían asegurar eso. Fernández debió convencerlo a Moreno no sin cierto dejo de resignación: Firmá, Guillermo. Los muchachos harán lo que puedan , le dijo en alusión a los dirigentes agropecuarios.

Hicieron poco porque podían poco. Movilización, fin de la tregua, pero sin paro ni corte de rutas. El mismo viernes, en la localidad de 25 de Mayo, los líderes del campo debieron extremar su capacidad de persuasión para que los productores no volvieran a cortar las rutas. Los productores rasos no entienden las sutilezas de la política ni comprenden a un gobierno ahogado por la soga implacable de sus luchas internas.

En el fondo, Néstor Kirchner quiere pelear cara a cara con los dirigentes rurales. Están quebrados , se ufana en Olivos. Moreno es su mejor gladiador. Los productores no son los culpables de la inflación , insiste Alberto Fernández. Cristina Kirchner comienza a creerle. Su esposo trató primero de dividir a las entidades del campo. No pudo. Ahora está intentando enfrentarlas con la sociedad si ésta se viera ante una inflación más galopante aún o ante el desabastecimiento de productos esenciales.

Los dirigentes campesinos gambetean el desafío. Imaginan movilizaciones, fraguan la escarapela como símbolo de la protesta rural y, lo que sería muy grave para el Gobierno, proyectan no levantar la cosecha o no venderla al exterior. No quieren los cortes de rutas, pero un malhumor profundo y vasto contra el Gobierno es perceptible entre los afiliados de las organizaciones agropecuarias. La imprudencia podría ganarle a la estrategia.

Se habla más de Néstor Kirchner que de Cristina Kirchner. Alberto Fernández debió desmentir dos veces su renuncia en un mismo día. Un mundo nuevo y desconocido se acomodó en el poder. Antes, la vida política del jefe de Gabinete nunca estuvo en duda. La Presidenta fue célebre en su época como una mujer de carácter fuerte y de ideas propias. Pero se trataba de otro mundo.

Difícilmente Alberto Fernández se irá de la administración, salvo que sea él mismo quien termine dando el portazo. No lo dará. Gran parte de la administración se iría con él. La balanza se inclinaría ciertamente hacia un lado. Sin embargo, los hechos han desautorizado su palabra, y su firma a veces, en los últimos días. Moreno se ha dado el lujo de no cumplir con ninguna de las promesas que el jefe de Gabinete les hizo a los líderes agropecuarios. Su problema no es sólo que no lo echan, sino que no lo dejan ir , señalaron los que oyen a un Fernández con signos evidentes de fatiga política y de cansancio físico.

¿Quién produce el desgaste del hombre más importante del Gobierno desde que existen los Kirchner? ¿Es sólo Moreno? ¿Acaso su eterno adversario, Julio De Vido, podría acometer por sí solo semejante campaña? El jefe de Gabinete prefiere creer en la acción de los que no quieren una solución con el campo. Sus adversarios internos no habrían hecho más que seguir la traza de la marea. Pero la siguieron. El propio Néstor Kirchner se asustó y llamó a periodistas de su confianza para desmentir la salida del jefe de Gabinete.

La Presidenta está decepcionada por los tumbos de un gobierno que nunca imaginó. Creyó siempre que le tocarían las buenas brisas que le soplaron a su esposo, a las que ella proyectaba agregarles una dosis de sofisticación internacional que Néstor Kirchner nunca tuvo. Las brisas del exterior siguen siendo buenas, pero alguien debía hacerse cargo en algún momento de la gestión interna de la administración, que el ex presidente fue confinando en beneficio de sucesivas elecciones y de semanales encuestas. La infalible irrupción de todos los problemas postergados (inflación, crisis energética, elevado gasto público, falta de inversión consistente) provocó la crispación de Cristina Kirchner y el regreso anticipado de Néstor Kirchner.

Todo lo que pasa por Puerto Madero sale sin problemas. Todo lo que pasa por la Casa Rosada se vuelve complicado y contradictorio , explicó un empresario que frecuenta los dos lugares. Los ministros no saben hacia dónde mirar. ¿Es suficiente la aprobación de Puerto Madero? ¿Basta con la aceptación de la Casa Rosada? ¿Cómo, en última instancia, cumplir con los dos polos del poder? Puerto Madero es ya una metáfora: Néstor Kirchner se recluyó desde hace varias semanas en Olivos y casi no sale de ahí. La Presidenta parece refugiarse en las estrategias que elabora su esposo.

Argentinizar empresas extranjeras. Demonizar empresas argentinas. La insoportable permanencia de problemas ante un gobierno que puede, pero no quiere. Todas esas maniobras ya le han costado a la Argentina la vergüenza internacional de haber tenido el año pasado sólo un tercio de la inversión externa que tuvo Chile; apenas un 18 por ciento de la que llegó a Brasil y sólo el 25 por ciento de la que fue a México. La economía habla más claro que la política.

Kirchner no se da por enterado, porque se interpone su negativa a retroceder ante lo imposible, que es el secreto de su debilidad.

Néstor Kirchner ordenó tensar el conflicto
Por Joaquín
Morales Solá
Domingo 1 de junio de 2008

Néstor Kirchner volvió frontalmente a hacerse cargo del país. Adiós a los disimulos de los últimos meses. Sus interlocutores lo llaman "presidente" a secas por su condición de presidente del partido oficial. Con premeditación o no, los propios dirigentes rurales entendieron que estaban ante la última instancia política cuando Kirchner les blandió un documento de órdago. Volvieron a la protesta en el acto. Nadie ha hecho tanto por eclipsar la gestión de Cristina Kirchner como su propio esposo. Argumenta éste que hay que "blindar" la gestión de la Presidenta de las acechanzas de sus enemigos. Kirchner ha probado, mejor que nadie, que hay amores que matan.

El sistema de toma de decisión está en discusión. ¿Cómo se decide en el gobierno de Cristina Kirchner? ¿Quiénes lo hacen? ¿Cuáles son, en última instancia, las líneas que prevalecen? Todo confirma la suposición de que nada ha cambiado desde el 10 de diciembre pasado. Un grupo de cuatro personas suelen cambiar ideas, pero la última palabra la tiene siempre Néstor Kirchner. La modificación protocolar del matrimonio presidencial (ella es la jefa del Estado y él es el jefe del partido) ha convertido en aún más cerrado y hermético ese círculo. El intercambio de ideas ahí adentro y las consiguientes diferencias no deben trascender jamás, porque la idea que se impone es la del esposo.

Néstor Kirchner le dictó a la pluma más prolija del secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, que integra con Alberto Fernández aquel cuarteto deliberativo, el documento que acusó al campo de golpista y agorero. Dos días después, el propio Fernández hizo un gesto corto, escaso e insuficiente de acercamiento con los ruralistas, pero gesto al fin. ¿Puede un gobierno democrático ceder a la presión de los golpistas? ¿Es eso lo que han hecho los Kirchner? ¿O, acaso, hay una línea dura y otra más moderada dentro del propio Gobierno? Los mensajes son confusos.

En la mañana del viernes, la dirigencia agropecuaria se proponía liberar las rutas a partir del martes. No cesaría la movilización, que se trasladaría a los centros de pueblos y ciudades, pero los productores no estarían en las rutas. Los dirigentes temían actos de violencia en las rutas o, en el otro extremo, una lenta extinción del fenómeno campesino al costado de los caminos.

En la tarde del viernes, sucedió la violenta detención de ocho dirigentes rurales en San Pedro por parte de la Prefectura, que responde a órdenes directas de Néstor Kirchner. Un fiscal pedía, al mismo tiempo, la citación en calidad de imputados de dos presidentes de entidades rurales, Mario Llambías y Eduardo Buzzi, y de la dirigente política Margarita Stolbizer, entre otros, por haber participado de actos que bloquearon la ruta 9. El sábado no había un solo dirigente agropecuario en condiciones de garantizar que el martes se liberarían las rutas. La radicalización del conflicto había sido promovida en los hechos por Néstor Kirchner.

Pocos fiscales se movieron para reclamar por los piqueteros que cortan calles y rutas, y esto sucede desde hace más de cinco años. La práctica es deplorable, la ejerza quien la ejerza, pero en la Argentina todavía rige el principio de la igualdad ante la ley. Algunos piqueteros hasta se han convertido en amigos del Gobierno y hacen las veces de fuerza de choque del ex presidente.

La foto de Kirchner acompañado por Luis D Elía y otros dirigentes piqueteros pareció más una amenaza encubierta que un encuentro político. D Elía la emprendió luego contra Washington y una supuesta conspiración norteamericana que une en un mismo plan a la Argentina y a Bolivia. ¿Son lo mismo ambos países? ¿Cristina Kirchner es igual que Evo Morales? Sólo el desvarío político puede unir lo que es distinto.

En esas mismas horas, la Presidenta mantenía una cordial reunión con el influyente senador demócrata norteamericano Christopher Dodd. El experimentado legislador salió optimista de la reunión. Si hubiera un problema entre los dos países, la verdad es que no se notó , le dijo a su comitiva. Pero ¿cuál política es la que prevalece? ¿La que protagoniza la Presidenta o la que ampara su esposo?

El ex presidente cree que los ruralistas andan con ganas de desestabilizar al Gobierno. ¿Dónde está el partido en condiciones de hacerse cargo del poder? ¿Dónde está el militar que mandaría a su casa a los Kirchner? El sistema democrático no corre ningún riesgo, pero Néstor Kirchner tiene algo de razón cuando busca un propósito desestabilizador. Lo que está en riesgo de ser desestabilizado es una forma centralizada de mando que duró cinco años.

Esa manera de gobernar reconoció la voluntad de una sola persona y esquivó todos los límites institucionales. Un sector social y económico decisivo del país le acaba de decir no por primera vez. Le hemos dicho basta. Así, no , reconoce uno de los principales dirigentes rurales. Néstor Kirchner, que ha confundido a la República y al Estado con su propia persona, está convencido de que esa impugnación a una forma unipersonal de gobernar es una desestabilización de las instituciones.

¿No es producto de esa confusión la afirmación del gobierno de que el conflicto con el campo se cifra en manos de quiénes quedarán unos 1300 millones de dólares, la diferencia entre las retenciones a la soja que se cobraban hasta el 11 de marzo y las que se cobran ahora? En rigor, ese monto de dinero tenía un dueño hasta marzo y cambió de propietario con una resolución inconsulta. Discutir ahora en manos de quién quedará es concebir el Estado como dueño de la riqueza nacional, de la pública y de la privada.

Nadie sabe cuándo gobiernan ciertos gobernadores. Algunos han estado en todos los actos partidarios o gubernamentales de la semana que pasó como testigos de una historia que escriben otros. No fue una casualidad. Kirchner entrevé (y entrevé bien) que una llamarada de sublevación comienza a expandirse dentro del peronismo desde Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe.

El jefe del peronismo entrerriano, Jorge Busti, ha estado hablando todos los días con el gobernador cordobés Juan Schiaretti y con el senador Carlos Reutemann. Cerca de ellos se llegó a mencionar la posibilidad de la partición del peronismo. Kirchner los desafía: el peronismo detesta a los piqueteros.

Reutemann le escribió a Kirchner para aclararle que el sector agropecuario es para Santa Fe lo mismo que los hidrocarburos para Santa Cruz. Fue una manera elegante de decirle al ex presidente que él no comprende la complejidad de la Argentina y que no aprendió nada en cinco años. Una irreverencia inédita.

Felipe Solá, el viejo aliado de los Kirchner que los Kirchner olvidaron, faltó a la reunión de los bloques parlamentarios peronistas con el ex presidente. Solá no coincide con el documento que acusó a los ruralistas de desestabilizadores. Quizás el ex gobernador supone también que el enorme ruralismo bonaerense está necesitando un líder político que lo contenga.

Nos quedaremos en el partido si se abriera una instancia de diálogo y consulta, pero buscaremos un peronismo más abierto si se nos niega esa posibilidad, dijo uno de ellos. El debate se plantea ahora entre un peronismo consensual o un peronismo venezolano , apuntó otro.

El peronismo nunca se distrae. La protesta rural señaló el nacimiento en la Argentina de un nuevo sujeto económico, social y, tal vez, político
11 de noviembre de 2008 06:00
Anónimo dijo...

Buzzi le recomendó a la Presidenta que se asesore mejor
En referencia a los dichos de Cristina, el titular de la Federación Agraria sostuvo que los productores siguen trabajando; "se sigue sembrando, ordeñando y trabajando", dijo el ruralista
Jueves 5 de junio de 2008

La pelea entre el Gobierno y el campo se actualiza minuto a minuto. Rápido de reflejos, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, desmintió los dichos de la presidenta Cristina Kirchner, que había asegurado que "sólo pueden estar 90 días sin trabajar los que sumaron mucha riqueza", y pidió que se asesore mejor.

"Los productores siguen trabajando. Se sigue sembrando, ordeñando y trabajando. Como siempre a la presidenta [Cristina Kirchner] no la están asesorando bien los ministros, ni el jefe de Gabinete, Alberto Fernández", dijo Buzzi.

El titular de la Federación Agraria sostuvo que "lo único que están consolidando son los pools de siembra". Y acotó: "En estas condiciones no se puede llamar al levantamiento de los cortes".

Buzzi también aprovechó la oportunidad para destacar el trabajo que viene realizando el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner: "Lo importante es la intencionalidad más allá de los resultados. El gobernador de Buenos Aires [Daniel Scioli] podría seguir su ejemplo".

Con respecto al documento que emitió esta tarde la Iglesia, Buzzi aclaró que los productores rurales no son los que están realizando los cortes de ruta [son camioneros] y se preguntó: "¿Levantar el paro a cambio de qué? ¿Qué se va a resolver? Ya lo hicimos y siempre nos manosearon. El Gobierno debería dar el gesto de grandeza".

Y siguió: "No se sale del reclamo a cambio de nada. La cosa es mucha más compleja". Además señaló al Gobierno como el responsable de lo que ocurra. "Si hay desabastecimiento es responsabilidad del Gobierno".

En una conferencia de prensa improvisada, Buzzi también defendió el acto que anunció hoy el líder piquetero Luis D´Elia. "Vi la conferencia de referentes sociales a los que respeto mucho. Ojalá sea multitudinario y participe la Presidente".
11 de noviembre de 2008 06:01
Anónimo dijo...

Con renovadas críticas, Cristina fustigó al campo
La Presidenta se preguntó "¿quién puede estar 90 días sin trabajar?" y sostuvo que sólo pueden lograrlo aquellos que han acumulado "mucha renta"
Jueves 5 de junio de 2008 | 20:50 (hace 50 minutos)
Noticias de Política: <>

La presidenta Cristina Kichner volvió a endurecer su discurso contra el campo, que hoy cumple 85 días de paro. "¿Quién puede estar 90 días sin trabajar?", se preguntó la jefa del Estado y se contestó "sólo los que han acumulado mucha renta, el resto tiene que salir a trabajar".

La critica dirigida a los ruralistas continuó: "¿Qué empresa automotriz puede estar tres meses cerrada, qué fabrica? Sólo los que han acumulado un gran capital. Acá no hay misterios ni secretos. En nombre de todos los argentinos, les pido que sean más solidarios, la avaricia es el peor de los pecados".

Tras varios días sin hacer referencia al conflicto con el agro, la Presidenta se mostró muy dura con las entidades del campo. "Quiero decirles que voy a gobernar para todos los argentinos y en nombre de todos, pero quiero que sepan que mi opción siempre va a ser por los pobres, por los que más sufren", bramó Cristina Kirchner.

En un acto en La Matanza, donde inauguró una red de agua potable, la mandataria pidió que "la leche, el pan, la carne, la fruta y las verduras puedan llegar a las mesas de todos los argentinos a precios que los puedan pagar y no a precios del exterior".

Y siguió: "Por favor, en nombre de los que todavía no tienen agua potable, de los que no tienen trabajo, de los que tienen hambre, pensar en ellos un poco más y un poco menos en nosotros mismos".

En medio de un clima enrarecido por la falta de soluciones y con el fantasma del desabastecimiento rodando cerca, la Presidenta recordó la crisis del 2001: "Me acuerdo de la Argentina de la locura y el desencuentro. Cuando golpeaban las puertas de los bancos para que les devuelvan los ahorros. Miren lo que ha ocurrido en estos cinco años".

Scioli repitió el mensaje. Tras reunirse con el presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, sostuvo el Gobierno ya realizó los cambios que le solicitó el campo y le pidió que finalicen el paro.

"Los reclamos se escucharon y se hicieron las correcciones. Queremos un diálogo sin condicionamientos o actitudes extorsivas. Apelamos a la reflexión profunda", dijo Scioli.


Kirchner quiere que el agro pague los costos
Anoche se lo transmitió al plenario del Partido Justicialista
Viernes 6 de junio de 2008 | Publicado en la Edición impresa


El presidente del PJ, Néstor Kirchner, bajó anoche la línea de la nueva estrategia oficial al grueso del consejo nacional partidario. Moderación y buena letra ante la opinión pública y un inminente contacto con la Iglesia. El costo de las consecuencias del paro rural, dijo, lo deberán pagar los cinco dirigentes del agro. "Ahora, ellos se tienen que hacer cargo de lo que pase", expresó el ex presidente durante la reunión del PJ.

"Kirchner quiere hacer responsable ahora a los ruralistas de lo que ocurra: derrame de leche, cortes de rutas, desabastecimiento o violencia. Todo", confió a LA NACION un funcionario que participó del plenario del PJ, en la sede de Matheu 130.

El blanco de las acusaciones, en un intento de aislarlos del resto de la sociedad, serán los cinco dirigentes de las entidades del campo, en este orden: Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli, ambos de Federación Agraria; Mario Llambías, de CRA; Luciano Miguens, de la Sociedad Rural, y Fernando Gioino, de Coninagro.

La otra táctica es la buena letra: mostrar al Gobierno como "dialoguista". Según testigos del encuentro, hay una "profunda preocupación por la eventual reacción de la gente y el impacto por el agravamiento de la crisis".

Por ello, pareció llegar la hora de la moderación. Kirchner llegó a la sede de Matheu con un gesto de preocupación que no lo abandonó.

Según supo LA NACION, Kirchner instruyó a su gente que el documento de la Conferencia Episcopal Argentina, que ayer pidió "un gesto de grandeza para dialogar" no debía ser contestado. Debía ser interpretado públicamente, dijo, como un reclamo eclesial puramente dirigido al campo.

Así, cuando fue consultado por el documento de los obispos, el vocero de la reunión del PJ, Daniel Scioli, señaló: "Los dirigentes ruralistas se tienen que hacer cargo de la situación para contribuir a la paz social". Era la línea oficial. Dijo lo mismo cuando se lo consultó sobre los bloqueos totales.

La orden de no responder esta vez a la pluma del presidente del Episcopado, cardenal primado Jorge Bergoglio, obedece a un cambio de estrategia. En las próximas horas, habría un "contacto de alto nivel" entre el gobierno de Cristina Kirchner y la cúpula de la Iglesia. No es la hora de confrontar, confiaron las fuentes.

Esto se complementó con la reunión concedida anoche al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, como se informa por separado.

Hasta ayer, Kirchner acusaba al campo en su intimidad de ser "golpista" y de "conspirar contra Cristina Kirchner". Todavía lo cree. Pero ayer no hubo menciones a desestabilizaciones.

Sí lo hizo en su última reunión en el PJ con los legisladores bonaerenses, el martes último. Según publicó ayer el diario Crítica de la Argentina, Kirchner dijo ese día: "Tengamos calma, paciencia oriental. La lucha es larga esto es apenas una estación". Y añadió: "Si hubieran existido las bayonetas, no tengan ninguna duda que hubieran apelado una vez más al golpe de Estado". En la reunión de ayer, en cambio tuvo significativas ausencias: el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti; los senadores Carlos Reutemann, de Santa Fe, y Juan Carlos Romero, de Salta, y el referente de Entre Ríos, Jorge Busti. Muestra de que el peronismo hoy luce dividido.

Por Mariano Obarrio
De la Redacción de LA NACION


El análisis de la noticia
La política se llenó de monólogos
Por Joaquín Morales Solá
Para LA NACION
Viernes 6 de junio de 2008


Ayer, Cristina Kirchner le hurtó a la Iglesia, quizás impregnada por sus días romanos, parte del patrimonio cultural: “Mi opción será siempre por los pobres”, dijo. La “opción por los pobres” es una vieja idea de la religión católica, que algunos sacerdotes entendieron y otros malinterpretaron. La Iglesia argentina les recordó a los políticos, a su vez, cosas que los políticos han olvidado. Por ejemplo, la obligación de buscar soluciones sin crispar aún más el espacio público. Ese intercambio de roles (la Presidenta hablando como los obispos y los obispos recordando los deberes de los políticos) es una expresión cabal de las extrañezas que entrecruzan en estos días la política argentina.

No hay diálogo serio entre el Gobierno y el sector agropecuario desde hace, por lo menos, 10 días. "Hay voluntarios que se ofrecen, pero ningún teléfono rojo ha funcionado", subrayó uno de los principales dirigentes rurales. La democracia argentina ha sido renuente al diálogo, salvo en sus tiempos iniciales, en los años 80. Esa falta de ejercicio de lo que debería ser una gimnasia cotidiana de la política, el hecho mismo de conversar, es más inexplicable todavía cuando un duro enfrentamiento está paralizando la economía y exasperando dramáticamente a la sociedad.

La política se ha inundado, en cambio, de monólogos. Néstor Kirchner ha hecho en sus tiempos muertos lo que más le gusta hacer: hablar solo, sin pedir la opinión de nadie, ante las estructuras sumisas del peronismo. A los indisciplinados (a los que tienen otras ideas) les echó flit, según la metáfora de Carlos Reutemann. De esos soliloquios ante legisladores, dirigentes y punteros del justicialismo puede desprenderse una conclusión: no hay diálogo porque el Gobierno cree que el campo es un enemigo a batir. En efecto, contra el enemigo se lucha, no se dialoga.

También Cristina Kirchner se ha hecho adicta a los monólogos. Su embestida de ayer contra el sector rural (al que acusó de tener más recursos que las automotrices, la industria que más la seduce) significó un error político. Las entidades agropecuarias se aprestan a decidir en las próximas horas la continuidad -o no- del paro convocado hasta la noche de pasado mañana. ¿Hay clima para levantar el paro después del discurso presidencial de ayer, que no careció de la recurrente descalificación? "No", respondió en el acto un dirigente rural. Seguiría el paro, entonces. Pero, no obstante, hay que esperar el decurso de las horas. Las horas, a veces pocas horas, pueden cambiar todo en la Argentina volátil de la crisis.

En Roma, en la cumbre de la FAO, la Presidenta la emprendió contra los pools de siembra. Esa idea ya la había expresado Néstor Kirchner, que dijo en su momento que el Gobierno debía obligar a los productores a volver a la producción y a no arrendar sus campos a grandes capitales de inversores. Ambos se han olvidado de lo que hacían y decían hace muy pocos meses, cuando exhibían a esos grandes productores agropecuarios como los motores de la modernización del campo. "Es el campo del futuro", dijo la propia Presidenta hace poco más de dos meses.

Los monólogos no vienen solos. Piqueteros oficialistas, liderados por el infaltable Luis D Elía, anunciaron que se movilizarán a Rosario el 20 de junio para "desagraviar" la Bandera. Son el inconsciente de Néstor Kirchner, que todavía no digirió que un sector díscolo haya reunido en el Monumento a la Bandera una multitud esencialmente antikirchnerista. Otros piqueteros enloquecieron ayer la Capital porque están a favor de la protesta del campo. Productores rurales siguen acampando, mientras tanto, al lado de los caminos.

El sesgo más grave del alboroto público lo dieron los camioneros que trasladan los productos del campo. Han cortado todas las rutas importantes del país para provocar deliberadamente el desabastecimiento de la sociedad. Hugo Moyano, que no tiene nada que ver con esos camioneros, se solidarizó en el acto con ellos. Hay un grupo de bienintencionados entre esos nuevos piqueteros, algunos de los cuales son buenos amigos de los productores rurales. No trabajan ni cobran como consecuencia del paro rural y creen que así obligarán al Gobierno y a las entidades agropecuarias a buscar una solución. "Los entendemos, pero no compartimos lo que hacen", aclaran los ruralistas.

Un sector aparentemente minoritario de esos camioneros no es tan amigo de los productores (¿hablan con Julio De Vido, como aseguran dirigentes del campo?) y estaría buscan el aislamiento social del movimiento campesino. El desabastecimiento de la sociedad es un fantasma que se va convirtiendo en realidad. Los productores lecheros no pudieron ayer sacar sus mercancías de los tambos. Una de las principales empresas lácteas advirtió, al mismo tiempo, que la carencia total podría suceder en días inminentes.

El kirchnerismo ha buscado desesperadamente, en casi tres meses de conflicto, dos cosas: la división de las entidades agropecuarias y el enfrentamiento de éstas con vastos sectores sociales. No ha conseguido ninguna de las dos. ¿No sería hora ya de explorar las vías de un acuerdo? Las entidades agropecuarias aseguran que detestan el corte total de las rutas. "Si hubiéramos querido dar un golpe de esa magnitud lo habríamos hecho el primer día y no tres meses después", recalcaron. Ellas también tienen la responsabilidad de hacer progresar el diálogo, aunque no pueden convocarlo.

El cardenal Jorge Bergoglio tiene una destreza especial para aludir sin nombrar: "No es fuerte el que gana", dijo ayer, y derrumbó con una sola frase la eterna estrategia de Néstor Kirchner. Ganar. La derrota nunca figuró en los planes del ex presidente. La Iglesia imploró también por el regreso de los métodos clásicos de la política, que significan la solución de los conflictos a través del diálogo y la negociación entre la dirigencia política y social. El permanente alboroto del espacio público, con facciones de un lado y del otro cruzándose peligrosamente, no hace más que retrasar la solución y poner en riesgo, como lo recalcaron los obispos, la paz social.

Monólogos. Amenazas de grescas entre sectores marginales de la política. La sublevación del interior, aislada de la esperanza, sólo ve aumentar el descontento y el hastío. La política más encumbrada cree, en cambio, en conspiraciones. Los políticos profesionales callan, susurran críticas que nunca dicen y escuchan, impotentes, las recitaciones del poder. Es fácilmente perceptible una notable parálisis del pensamiento.


Nada para la sociedad; todo para el Estado
Por Mariano Grondona
Domingo 16 de marzo de 2008


El nuevo aumento de las retenciones a la soja y al girasol que acaba de disponer el gobierno nacional nos remite a dos ideas de Carlos Marx. La primera de ellas es que el ser humano es el único animal "creativo" de la Tierra porque es el único capaz de producir más de lo que consume, el único que genera un sobrante de valor al que Marx le dio el nombre de plusvalía.

Como era además un pensador "revolucionario", Marx creyó encontrar la clave de la historia en la apropiación de la plusvalía por parte de aquellos que no la producen en detrimento de los que la producen. A partir de esa apropiación, el mundo se dividió, según él, en dos clases fundamentales: los explotados y los explotadores. Pero el contenido de la lucha entre estas dos clases cambió con el tiempo. En la Antigüedad, por ejemplo, el amo explotaba al esclavo. En la Edad Media, el señor feudal explotaba a los campesinos o "siervos de la tierra". En la sociedad industrial del siglo XIX, cuando Marx escribía, el empresario se apropiaba de la "plusvalía" que creaba el trabajador.

La segunda idea de Marx que aquí nos interesa subrayar es que a las diversas explotaciones que denunció habría que agregar otra que el autor de El capital llamó el "modelo asiático", en virtud del cual el Estado explotaba a todos los miembros de la sociedad, fueran ellos amos o esclavos, señores feudales o siervos de la tierra, patrones u obreros.

Al llamar "asiático" a este tipo de explotación, Marx estaba pensando en la China de su tiempo, donde la burocracia de los mandarines o altos funcionarios explotaba a todos los habitantes del imperio por igual. Esta segunda idea de Marx permite preguntarse si en la Argentina de hoy los productores rurales explotan a sus asalariados, si la urbe que consume alimentos explota a los productores rurales, si los industriales explotan a sus obreros o si es el Estado el que, a través de sus mandarines o funcionarios, explota a la entera sociedad. En pleno siglo XXI, ¿es acaso la Argentina de los Kirchner un nuevo caso de explotación "asiática"?

En nombre de la justicia

Con valores moderados si se los compara con los de ahora, Duhalde lanzó las retenciones sobre las exportaciones agropecuarias para compensar de algún modo los efectos beneficiosos de la gran devaluación del peso que su gobierno había dispuesto y para atender a la situación casi terminal que atravesaba el país. Si bien los productores rurales criticaron la propuesta, su opinión adversa no se convirtió en resistencia porque encontraron cierta racionalidad en las retenciones para esos tiempos de emergencia.

Ya bajo el dominio de Kirchner, sin embargo, el Estado aumentó el gasto público una y otra vez en una proporción mucho más alta que la incipiente inflación, y pasó a financiarlo con nuevas retenciones. Pero en una primera etapa tocó más al trigo y a las carnes que a la soja alegando que, en tanto ésta iba casi enteramente la exportación, aquellos afectaban al consumo popular.

Esta decisión parecía otra vez razonable como una redistribución del ingreso en favor de los que menos tienen. Pero, en tanto el gasto público seguía aumentando mucho más que la inflación que trataba de encubrir el Indec, al final le tocó el turno a la soja en una proporción que, después del último aumento, se parece demasiado a una confiscación.

Para justificarlo el Gobierno acaba de sugerir que lo hace para que los productores no se concentren casi exclusivamente en la soja. El argumento es endeble porque los productores ya no tienen adónde ir. No pueden hacerlo en dirección de las carnes porque su exportación está limitada y casi prohibida. Tampoco pueden derivarse hacia el trigo, cuya exportación también sufre restricciones sorpresivas e incesantes. Esto explica por qué esta vez todas las centrales agropecuarias se han unido en la protesta.

En cuanto a los trabajadores a quienes el Gobierno alega beneficiar, el aumento de los salarios de este año, que rondaría el 19,5 por ciento prometido a Hugo Moyano, ya ha quedado por debajo de una inflación que los expertos estiman en un 25 por ciento. ¿A quién beneficiará, entonces, el nuevo nivel de las retenciones? Si se piensa que el Estado aumentó el gasto público durante 2007 en un 60 por ciento y que quiere preservar a toda costa el superávit mediante el cual domina la vida política, la pregunta se contesta por sí sola.

La redistribución de los ingresos a favor de los pobres que invoca el Gobierno parece por ello un sofisma destinado a ocultar lo inocultable porque, si en los casos del trigo y las carnes podía hablarse todavía del consumo popular, en el caso de la soja el aumento ya no refleja otra cosa que la voracidad del Estado.

Queda en claro, por otra parte, que aquí no estamos hablando de los estados provinciales, a los que el Estado nacional despoja de su derecho constitucional a la coparticipación. Si los asalariados sufrirán más que nadie con la inflación como siempre ha ocurrido y si a las provincias se les arrebata su principal riqueza, que es la agropecuaria, ¿cuán lejos estamos, entonces, del modelo asiático denunciado por Marx?

¿Lousteau o Moreno?

Las fotografías de esta semana mostraron el espectáculo infrecuente de un ministro de Economía que, al anunciar los nuevos gravámenes, sonreía con los brazos abiertos y una expresión de victoria.

¿Victoria contra quién? Cuando ingresó en el gobierno de la presidenta Kirchner como su ministro de Economía, muchos supusieron que este joven graduado en prestigiosas universidades sería el rival del explosivo Moreno en nombre de la racionalidad económica. Así parecía corroborarlo su inicial resistencia a las distorsiones del Indec. Pero al asumir ahora el protagonismo por el aumento de las retenciones y al agregarle el anuncio de que el aumento será móvil y no fijo como en el pasado, Lousteau confirmó que es el rival de Moreno en una dirección hasta ese momento impensada.

Mientras el ministro anunciaba una nueva vuelta de tuerca contra la producción agropecuaria, Moreno decretaba por su parte una multa contra Petrobras. ¿Qué está pasando, entonces? Que no estamos ante una pulseada entre un secretario irracional y un ministro racional, sino ante una carrera en la que ambos pugnan por demostrar quién es el que más complace a Kirchner. Los destinatarios del anuncio de Lousteau y el verdadero motivo de su triunfante sonrisa no fueron, entonces, la sociedad de los productores o de los asalariados sino los dueños del poder, porque el objeto de su puja es probar quién entre ellos es más funcional a los Kirchner.

Pero ésta, después de todo, ¿no es una victoria de corto plazo? El campo, unánime, acaba de responder por todos aquellos que, por una razón o por otra, protestan contra la presión del Estado. En dos o tres años más, según reconocen desde los observadores imparciales hasta el hiperoficialista Alberto Samid, faltará carne. Cuando se ofrezcan los primeros cortes de carne uruguaya o brasileña en los mostradores, ¿quiénes y cómo los justificarán? El Estado apropiador del modelo asiático de Marx gozaba, después de todo, de la permanencia milenaria de un imperio. Pero ¿cuánto tiempo pasará antes de que los Kirchner decidan desprenderse de los que hoy se afanan por ganar su favoritismo?
11 de noviembre de 2008 06:17
Anónimo dijo...

La histórica protesta cumple dos semanas
Sin señales de diálogo, el campo endurece la protesta
Se multiplicaron los cortes de rutas en diversos puntos del interior; en Mendoza anuncian interrumpir los principales accesos desde mañana; se agrava la falta de alimentos
Miércoles 26 de marzo de 2008 | 22:50 (hace 40 minutos)

Después del duro discurso presidencial y los masivos cacerolazos a favor de la postura del campo y sin señales de diálogo a la vista los productores agropecuarios endurecieron su postura. Volvieron hoy a cortar las rutas de distintos puntos del país, sumaron nuevas adhesiones -en algunos casos, de sectores clave como el de los transportistas- y en San Luis se preparó una protesta para esta noche.

Las entidades rurales y agrícolas de Mendoza decidieron adherir al paro nacional que lleva adelante el campo y cortar desde mañana los principales accesos a Mendoza, según lo establecieron hoy, luego de una reunión que representantes del sector mantuvieron esta tarde en la sede de la Sociedad Rural en el Valle de Uco.

Según informó esa entidad, los cortes se realizarán en el sur, este y Valle de Uco, y cada diez minutos de tránsito, se impedirá el paso vehicular por espacio de media hora.

Además, se entregarán folletos informativos y un petitorio firmado por todas las entidades que será luego elevado al gobernador de la provincia, Celso Jaque.

Con todo, el desabastecimiento empieza a masificarse en en la segunda semana de paro.

Los cortes continuaron en Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos; además, los productores rurales de Córdoba realizaron un tractorazo en la ciudad y se acercaron a Casa de Gobierno; allí el gobernador Juan Schiaretti se comprometió ante los productores rurales a seguir buscando un diálogo “sin condicionamientos” para destrabar el conflicto con el campo.

Además, ruralistas entrerrianos mantenían hoy su protesta en la ruta nacional 14, a la altura de Arroyo El Sauce, unos 15 kilómetros al sur de Gualeguaychú, donde impedían el paso de camiones que transportan mercaderías de origen agropecuario.

La manifestación se realizaba en el kilómetro 43 de la carretera y el resto de los vehículos podían transitar, aunque con demoras.

Por otro lado, productores agropecuarios cortaron pasadas las 11 la autovía 2 y la ruta provincial 55, en Coronel Vidal, en el marco de las protestas del campo contra el gobierno nacional.

El productor Alejandro Astaita informó que tanto la autopista Buenos Aires-Mar del Plata como la ruta 55, que comunica Coronel Vidal con Balcarce y Necochea, están cerradas al tránsito en ambas manos.

En Santa Fe el corte sumó adhesiones. Los transportistas de cargas de esta provincia, adheridos a la Federación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (Fatac) y Transportadores Rurales Argentinos (TRA) se sumaron al lockout y paralizaron sus actividades por tiempo indeterminado.En Paraná, Entre Ríos, en este momento hay una concentración de cientos de manifestantes frente a la Casa de Gobierno. Cánticos y carteles reclaman la presencia del gobernador.

En tanto, los ruralistas de Catamarca continuaban hoy con el corte de la ruta 64, que comunica con la vecina provincia de Santiago del Estero. En la localidad de Los Altos, departamento Santa Rosa, ubicado unos 100 kilómetros de la ciudad de San Fernando se agrupaba el mayor número de trabajadores del campo de la Provincia.

Las entidades ruralistas del departamento mendocino de General Alvear, en el sur provincial, estaban demorando el tránsito en la ruta nacional 188, donde repartían volantes a los automovilistas para explicar los términos de la protesta del agro.

Voceros de la Cámara de Comercio de General Alvear, cuya ciudad cabecera, del mismo nombre, se encuentra 340 kilómetros al sur de la capital provincial, indicaron que demoraban el tránsito vehicular para entregar folletos explicativos.

Hasta el mediodía, unos cien productores se habían acercado hasta la ruta 188, a la altura de calle 25, en la localidad de Bowen, unos 15 kilómetros al este de la ciudad de General Alvear. La ruta 188 conecta la zona sur de Mendoza con el puerto de Buenos Aires.

Por su parte, productores del centro y sur provincial de Mendoza siguieron con cortes parciales de tránsito en adhesión al paro nacional agropecuario. Las consecuencias empiezan a sentirse: los distribuidores mayoristas mendocinos ya sufren escasez de productos como cítricos y bananas que vienen del norte y, además, se suspendieron servicios de colectivos al norte argentino y el resto están demorados entre 2 y 3 horas.

Cacerolazo. En San Luis el corte original impulsado por el campo sobre la Autopista de la Serranías Puntanas, en la intersección de las rutas nacionales 7 y 8 es total; agravó la situación y mantuvo a gran cantidad de vehículos de cargas (aproximadamente 250 camiones) obstruyendo el lugar.

Además, los productores nucleados en la Sociedad Rural de San Luis convocaron "a toda la población" a una protesta con ollas y bocinas, para hoy a las 20 frente a la Catedral de la capital provincial.

Anoche, un reducido grupo de manifestantes realizó un cacerolazo frente a la sede de la Sociedad Rural, ubicada en pleno centro de esta capital. Luego, los productores convocaron "a toda la población" para esta noche con el objetivo de protestar contra la política agropecuaria del gobierno con un "cacerolazo" y "bocinazo".

En Villa Mercedes, mientras tanto, el corte de la ruta nacional 7, denominado corredor bioceánico, era total. Esa misma carretera, en su tramo de autopista, también estaba completamente bloqueada.
11 de noviembre de 2008 06:23
Anónimo dijo...

Después de los cacerolazos de anoche
Continúan las protestas a favor y en contra del Gobierno
En Plaza de Mayo hubo enfrentamientos entre piqueteros oficialistas y la gente que se movilizó espontáneamente; hay cacerolazos en distintos puntos de país
Miércoles 26 de marzo de 2008 | 22:08 (hace 1 hora 22 minutos)

Protestas con cacerolas, bocinazos y presencia de gente en las calles se multiplicaron hoy en la Capital Federal y el interior del país, las que a su vez intentan ser contrarrestadas por grupos de piqueteros y sindicalistas kirchneristas.

La Plaza de Mayo volvió a ser el objetivo de grupos a favor de la protesta agraria y militantes oficialistas, que rivalizaron por su poder de convocatoria.

"Venimos a custodiar la plaza", dijo D´Elia a los medios al tiempo que anunció que el próximo martes, se manifestarán en favor del Gobierno. "Vamos a estar bancando en esta plaza a Cristina y a Néstor (Kirchner) y seguramente vamos a ser cientos de miles", adelantó el dirigente piquetero oficialista.

Minutos antes, militantes de la Federación Tierra y Viviendas y otros grupos piqueteros convocados por Luis D´Elía se concentraron para marchar sobre la plaza.

María del Carmen Alarcón, la dirigente del grupo Pampa Sur, y un grupo de mujeres entregaron un petitorio dirigido a la presidenta Cristina Fernández para que atienda el reclamo de los productores.

Mientras tanto, militantes de la Convergencia Socialista y de la Asamblea de San Telmo, ocuparon un espacio frente a la Pirámide de Mayo para protestar contra el gobierno.

A lo largo del día, mensajes anónimos a través de los celulares, cadenas de correos electrónicos y blogs convocaron a la ciudadanía a batir las cacerolas a partir de las 20.

En Callao y Santa Fe se volvió a registrar un importante corte de calles con fuerte presencia de personas a favor del campo.

Otro corte importante se registró en Palermo, en Libertador y Salguero, con la presencia de mujeres y chicos.

En Mar del Plata unas 400 personas con cacerolas y latas en la mano estuvieron manifestando sobre el monumento al general San Martín, en la plaza del mismo nombre.

A sólo 50 metros, un grupo integrado por militantes de la Federación de Tierra y Vivienda, sindicalistas del gremio de la pesca y el Movimiento Evita, expresaron su posición en favor del gobierno de Cristina Fernández, pero sin generar enfrentamientos. La policía tuvo que interponerse entre los grupos antagónicos para evitar que los insultos no pasaran a los golpes y la violencia.

En La Plata, en 7 y 50, se reunieron 1.500 personas convocadas por la Federación Agraria donde hicieron sonar cacerolas, mientras que grupos piqueteros intentaban romper la convocatoria.

En Paraná la gente ganó las calles y con sus tractores los productores hicieron una caravana importante durante más de una hora en reclamo al gobernador Sergio Uribarri para que adopte una posición firme en favor del sector.

En la localidad bonaerense de Junín se llevó a cabo una protesta de caceroleros y productores por el centro comercial de la ciudad.

En Salta, unas trecientas personas realizaban esta noche, desde poco antes de las 21, un cacerolazo por las calles céntricas de la capital provincial en rechazo a la política agropecuaria oficial, mientras que se encuentran totalmente suspendidos los servicios de ómnibus a Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán.
11 de noviembre de 2008 06:23
Anónimo dijo...

Tras la decision del campo de seguir la huelga, Cristina ataco por su mezquindad a productores
La carga que dinamitó el último puente
Sin esperar el discurso presidencial, la dirigencia rural declaró la continuidad de las medidas de fuerza “por tiempo indeterminado”. Cristina Kirchner reaccionó descalificando los reclamos. Cacerolazos en la ciudad.
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La decisión de los ruralistas pulverizó la última esperanza de acuerdo. La Presidenta devolvió el desafío redoblando la apuesta.

Por Raúl Dellatorre

No hubo tregua ni acercamiento. No se abrió una mesa de negociación ni se presentaron propuestas para que fueran evaluadas por la otra parte. En vez de un paso atrás, productores rurales y Gobierno, cada uno por su parte, decidieron dar un audaz salto hacia adelante y terminaron colisionando con fuerte eco. Las entidades del campo decidieron no esperar la palabra de la Presidenta, prevista para las seis de la tarde, y anunciaron la extensión de la protesta, con interrupciones en las rutas y suspensión del envío de cereales y ganado al mercado. Fue a las tres y media de la tarde. Casi tres horas después, aproximadamente a las seis y veinte, Cristina Kirchner comenzó a enhebrar un estudiado despliegue de los beneficios recibidos por los productores agrícolas en los últimos cinco años. “En el 2001, 2002 y 2003 vimos los piquetes de los que pedían trabajo, hoy tenemos los piquetes de la abundancia”, refirió. “No me voy a dejar extorsionar”, expuso, antes de advertir que utilizará “todos los instrumentos que la ley, la Constitución y el voto popular me han concedido” para defender el abastecimiento de productos de primera necesidad a todos los argentinos “a precios argentinos”.

La pulseada amenaza convertirse en abierta confrontación, partiendo a la sociedad en dos. A la palabra presidencial le siguió una airada reacción de la dirigencia agropecuaria, que desde diversos puntos de concentración en rutas y pueblos del interior seguía reunida el discurso. También en Capital Federal, ya en horas de la noche, hubo reacciones insospechadas, como cacerolazos de protesta, primero en los barrios en la zona norte de la ciudad, que luego se extendió a Once, Caballito, Belgrano, Almagro, Plaza de Mayo y el Obelisco.

Envalentonados por el respaldo a las movilizaciones –Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán, La Pampa y Buenos Aires, las más notables–, pero a la vez acorralados por sectores autoconvocados que en los últimos días desconocieron las directivas de las organizaciones, las cuatro entidades resolvieron ayer continuar con la medida de fuerza “por tiempo indeterminado”. Fue la carga que dinamitó el último puente. La respuesta del Gobierno, en boca de la Presidenta, apuntó a contrarrestar el impacto de ese pronunciamiento.

Hasta ayer temprano, las especulaciones eran acerca de si el Gobierno introduciría alguna medida para compensar a los pequeños y medianos productores, o políticas de respaldo a otras producciones agropecuarias cuya rentabilidad se encuentra relegada, como la lechería o la ganadería. Tras los acontecimientos del día, con piquetes hostiles en las rutas y la postura dura de las entidades, el discurso fue otro. Cristina centró su discurso en los grandes productores, los más beneficiados por la renta extraordinaria resultante del salto de los precios internacionales de los granos.

La Presidenta vinculó “las imágenes que me tocó ver este fin de semana largo”, referente a los cortes de ruta, con el hecho que sucedieran “casualmente en Semana Santa, que siempre ha sido emblemática para los argentinos y, como si fuera una señal, pegada al 24 de marzo, a la memoria de una de las peores tragedias que tiene la historia argentina”.

Luego recordó “la Argentina de los años 2003, 2002, 2001, miles de argentinos en piquetes, cortando calles, rutas, porque les faltaba trabajo. Eran los piquetes de la miseria y la tragedia de los argentinos. Este último fin de semana nos tocó ver la contracara, los piquetes de la abundancia, los de los sectores de mayor rentabilidad”. Y relacionando un acontecimiento a otro, señaló que “hoy, afortunadamente, millones de argentinos han recuperado la dignidad del trabajo y curiosamente, aparecen nuevamente los piquetes, pero esta vez mucho más violentos y protagonizados por el sector, tal vez, de mayor rentabilidad de los últimos cuatro años y medio”.

Y de inmediato repasó la política oficial para el sector agropecuario desde 1991, “cuando se instaura la convertibilidad, se eliminaron las retenciones, eso sí, casi nos quedamos sin productores con el uno a uno”. “Es precisamente a partir del gobierno que se inicia en 2003 donde realmente comienza a tener competitividad el sector, no solamente por un alza en los commodities. Para los brasileños también subió el precio internacional, y sin retenciones, tienen menos rentabilidad que el sector agropecuario argentino. ¿Por qué? Muy simple, por un tipo de competitivo, que sostiene el Estado argentino (...), política sustentada por el Gobierno que también forma parte de la utilización del superávit fiscal.”

También recordó que el campo se benefició de los precios de los combustibles “desacoplados de los precios internacionales, subsidiados por todos los argentinos”. Y que el productor sojero “pagas tarifas y salarios en pesos, los peones rurales son los peor pagos de toda la escala salarial y en donde más trabajo en negro hay”.

Y señaló que “si no hubiera retenciones, quiero decirles a los argentinos que el pollo, la carne, la leche la verían por televisión (...). La retención actúa como un efecto redistributivo que permite también pagar compensaciones, por ejemplo al sector lechero, porque si no pagáramos ese subsidio a la leche, uno de los productos que más ha crecido en el mercado internacional, estaría francamente a precios prohibitivos”.

Más adelante, remarcó Cristina Kirchner que “entre el 13 y el 23 de marzo han salido exportaciones por 402 millones de dólares (...). La huelga me parece que se la están haciendo a los argentinos, porque las exportaciones siguen viento en popa”.

Mientras se exporta maíz, denunció la Presidenta, “se mueren los pollos argentinos y veremos también crecer el precio de los mismos (...). A algunos, tal vez, les gustaría que lo que comen los argentinos, a precios argentinos, poder exportarlo y tener mayor rentabilidad”. “Las retenciones no son medidas fiscales, son profundas medidas redistributivas del ingreso. ¿Cómo se hace la redistribución del ingreso si no es, precisamente, sobre aquellos sectores que tienen rentas extraordinarias? ¿A quién le vamos a pedir, a países fronterizos? Muchas veces se dice, se declama, pero muy pocas veces se cumple. ¿Por qué? Porque hay que tocar intereses que son muy poderosos.”

Finalmente, la Presidenta llamó a la reflexión a los sectores en lucha, pero advirtiendo que “no me voy a someter a ninguna extorsión”. “Quiero que sepan que soy Presidenta de todos los argentinos y tengo que gobernar para todos los argentinos, y para que sigamos teniendo costos también argentinos en materia de alimentos.” Y prometió cumplirlo “con todos los instrumentos que la ley, la Constitución y el voto popular me han conferido”.

Las reacciones, durísimas, de la dirigencia agropecuaria que se sintió atacada y descalificada, puede resumirse en las palabras de Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria, tras el discurso. “Esto es muy grave, (Cristina Fernández) eligió el camino de la confrontación. Me pregunto qué viene después, si el estado de sitio y la represión”, disparó.

Cuando ya sonaban los primeros cacerolazos en algunos barrios porteños y en el centro de la ciudad, Alberto Fernández, jefe de Gabinete, replicó haciendo “responsable a Buzzi y demás dirigentes que están promoviendo esto. No es el discurso de la Presidenta, sino los cortes que impiden abastecer alimentos, lo que fractura a la Argentina”, entrevistado anoche por Visión 7, en la televisión pública. El funcionario insistió en que “en vez de discutir un mecanismo de distribución de ingreso, quedamos encerrados en una discusión de si un productor tiene que ganar un poco más o un poco menos”.

Así, con duros cruces, descalificaciones, acusaciones, y con cacerolas y piquetes de signo distinto al de la crisis del 2001, llegó la noche.
11 de noviembre de 2008 06:23
Anónimo dijo...

Distintos grupos se manifiestan en Plaza de Mayo y en el Obelisco
Al menos tres columnas de organizaciones sociales, encabezadas por Luis D`Elía, se acercaron para respaldar las políticas del Gobierno nacional a Plaza de Mayo, mientras que el resto de los manifestantes, movilizados en apoyo al lock out agropecuario, se concentran en el Obelisco.
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Unas 500 personas, en su mayoría miembros de agrupaciones piqueteras y organizaciones políticas, se manifestaban esta noche en Plaza de Mayo, de acuerdo a los cálculos de la Policía Federal.

Al menos tres columnas se acercaron hasta allí para respaldar las políticas del Gobierno nacional frente al paro del campo, mientras que el resto de los manifestantes se movilizaron para apoyar el lock out agropecuario y se concentran en este momento en el Obelisco.

De todas maneras, la Policía confirmó que siguen llegando algunos micros de piqueteros y militantes políticos, por lo que el número final podría ampliarse en las próximas horas.

En tanto, unas 200 personas cortaban hace instantes la esquina de Las Heras y Pueyrredón para pronunciarse a favor de los ruralistas, y otras 100 hacían lo propio en Santa Fe y Scalabrini Ortiz, en la Ciudad de Buenos Aires.

En tanto, se espera para los próximos minutos la llegada de más organizaciones sociales a Plaza de Mayo.


Para la oposición, la Presidenta está mal asesorada
El arco opositor en su conjunto repudió los hechos de violencia ocurridos en la Plaza de Mayo, responsabilizó por ellos al Gobierno y reclamó que se inicie el diálogo con los productores agropecuarios en huelga desde hace 14 días.



El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, aseguró que la presidenta Cristina Fernández estuvo "mal asesorada" al dirigir un crítico discurso contra el campo, y sostuvo que ese mensaje oficial "no fue feliz", porque "lo que hizo fue radicalizar posiciones" en el conflicto.

La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, acusó al Gobierno de "buscar culpables" en lugar de "llamarse a la reflexión" e insistió en que el discurso de ayer, al que calificó de "humillante" y de una "violencia inusitada", fue una muestra de que la mandataria "está desconociendo la realidad".

La dirigente de la Coalición Cívica, Margarita Stolbizer, señaló que el gobierno debe "dar marcha atrás con las medidas confiscatorias" a los ingresos del campo, y pidió que se convoque "a una mesa de diálogo social".

El secretario general del bloque de diputados nacionales de la UCR, Pedro Morini, sostuvo que "la violenta acción de los grupos de piqueteros oficialistas fue premeditada y fogoneada por el propio Gobierno, que en lugar de enviar a la Policía o a la Gendarmería para controlar la situación, mandó grupos de choque".

El diputado radical José Ignacio García Hamilton (UCR- Tucumán), se manifestó en contra de las retenciones al agro porque, sostuvo, "es más justo que esas ganancias las conserven los productores y no que las confisque un gobierno parasitario que no devuelve al pueblo sus impuestos en caminos, seguridad, salud o educación".

El diputado Francisco De Narváez recriminó a la presidenta Cristina Fernández haber "exasperado el ánimo de la gente" con su duro discurso contra la dirigencia agropecuaria, y consideró "peligrosísima" la "respuesta del Gobierno de haber mandado" al piquetero Luis D'Elía a Plaza de Mayo a enfrentarse con los sectores que protestaban.

El presidente del PRO bonaerense, Jorge Macri, brindó su apoyo a la protesta del campo contra el aumento de las retenciones, llamó "a la paz social" y reclamó al gobernador Daniel Scioli que "se haga cargo de la situación".

Los dirigentes de Recrear y funcionarios porteños, Pablo Tonelli y Esteban Bullrich, exigieron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que "reflexione" y abra "las puertas de su despacho al campo", que cumple con su 14° día de huelga.

El defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, convocó al Gobierno y a las entidades del sector agropecuario a "constituir una mesa de diálogo" para superar la crisis.

El ex intendente de Córdoba, Luis Juez, opinó que hay que "darle respaldo" político al gobernador Schiaretti para que "se sienta fuerte" y pueda "discutir" con la Nación a favor de los productores agropecuarios, para lo que ofreció su apoyo al mandatario.

Por su parte, Mario Negri, titular de la Unión Cívica Radical de Córdoba, dijo que el nuevo esquema de las retenciones para las exportaciones de granos "es un ardid para hacer más caja" y dijo que Schiaretti "debe animarse" a elevar los reclamos de la provincia.


La CTA, a favor de las retenciones y del diálogo con los pequeños y medianos productores
La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) se manifestó hoy a favor de las retenciones como mecanismo redistributivo "que captura una parte de las extraordinarias ganancias de los sectores concentrados del capital agropecuario, representados por la Sociedad Rural y CRA".



Tras rechazar "cualquier intento de desestabilización", la CTA sostuvo que "si bien es cierto que su no existencia (retenciones) implicaría valores más altos para la canasta alimentaria, haciéndola absolutamente inaccesible para la familia de los trabajadores, su sola presencia, sin la reconstrucción de organismos de regulación e intervención estatal limita sus efectos en materia redistributiva".

En un comunicado, la CTA señaló que "es imprescindible que desde el Gobierno se promueva una instancia de diálogo con las entidades representativas de los pequeños y medianos productores, para concertar políticas que puedan resolver sus problemáticas específicas, cerrándole el paso de este modo a quienes pretendan utilizar este conflicto en función de intereses sectoriales antipopulares".


Ver la vaca y llorar
Más de tres millones de litros de leche podrían perderse por los bloqueos en las rutas que realizan los productores agropecuarios en protesta por las retenciones a las exportaciones.


"Tenemos más de 90 camiones varados en la ruta, alrededor de 35 transportes de productos elaborados, casi dos millones de pesos", advirtió hoy el gerente de Comunicaciones de la empresa láctea La Serenísima, Ernesto Arenaza.

Según Arenaza, "hay 1,5 millones de litros en las rutas, sumados a los 2 millones de las plantas que no pueden procesarse, ni elaborarse y que ya no sirven más".

Por otra parte, afirmó que "hay 20 camiones listos para salir de (la planta que la empresa posee en la localidad bonaerense de General) Rodríguez, pero no pueden salir a las rutas".

"Estamos abasteciendo, pero nos va a ser muy difícil abastecer regularmente si no llegan estas materias primas", aseguró, al tiempo que explicó que la empresa hace un "esfuerzo para hacer llegar leche de otras líneas al sachet".

Manifestó su esperanza en que "se abra un canal de diálogo y se llegue a una solución en el conflicto. Desde la empresa se hace todo el esfuerzo para lograr el cometido", concluyó.

Las plantas productoras de leche de la provincia de Córdoba dejaron de recibir la materia prima de los tambos, debido a que no hay circulación de camiones transportadores en este territorio.

Así lo destacó hoy el presidente de la Sociedad Rural de Laboulaye, Roberto Mack, quien precisó que "no están circulando los camiones de leche".

En consecuencia, indicó que "no están llevando la leche desde los tambos hacia las plantas".

Además, señaló que "las plantas tampoco pueden repartirla, si la reciben, y ya no tienen lugar donde guardarla".

"Al ser los camiones, los fletes del campo, en este momento aquellas explotaciones que necesiten productos no los están recibiendo", puntualizó Mack.

Así, subrayó que "al no circular los camiones, no se puede abastecer la producción".

El dirigente ruralista afirmó que en Laboulaye "hay un piquete muy grande que se mantenido" desde el inicio del paro.

"Cada vez que habla el Gobierno, nos estimula más y más a seguir con el piquete. Esa es la realidad", sostuvo Mack, quien "lo que ofrece el Gobierno para que nos sentemos a dialogar es poco más que un chupetín".

En ese sentido, precisó que el Gobierno "ofrece una rebaja en fertilizantes de 20 por ciento, cuando en realidad subieron 130 por ciento", y destacó que "todavía el productor no cobró la compensación del año pasado por el trigo y por la venta de terneros".

"Que no nos vengan con pavadas, si después no nos cumplen", concluyó el ruralista cordobés.


Agro / Commodities en baja y costos en alza
Cada vez más, alquilar la tierra es mejor negocio que producirla
Crecen los beneficios del rentista y caen los de productores que arriendan para sembrar
Lunes 17 de noviembre de 2008
Fernando Bertello
LA NACION

Como nunca, este año en el campo quien más tuvo todo a su favor para ganar no ha sido precisamente el que trabaja la tierra. Sin correr los típicos riesgos de una explotación a cielo abierto ni fluctuación de precios, en 2008 el rentista, aquel dueño de campo que lo alquila a un tercero, fue la figura que mejor parada quedó en la ecuación, según revelan informes privados.

Es que, en medio de precios de los granos por las nubes que llevaban a alquilar al mejor postor, muchos arrendaron su tierra con la idea de ganar a bajo riesgo. De hecho, en la actualidad más del 50% de la producción se hace sobre tierras de terceros. En pleno conflicto por las retenciones móviles a la exportación, en las rutas se mezclaban productores, inquilinos y rentistas.

Mientras los dos primeros estaban allí para rechazar un cambio de las reglas de juego en plena cosecha, los segundos se acercaron por el miedo a perder ingresos. No por nada ya hay un ajuste en los valores de los alquileres. Con retenciones del 35%, commodities en baja e insumos altos, pagar un arrendamiento caro complica el negocio.

Según un informe de la consultora Openagro, en la campaña 2008/2009 un rentista que alquiló 1000 hectáreas en la zona agrícola núcleo del norte bonaerense a US$ 450 por hectárea obtiene un ingreso de 450.000 "sin correr ningún riesgo". En cambio, la situación es distinta para el productor que tiene que alquilar tierra para sembrar.

"Si comparamos esto con el productor que tiene que alquilar para producir, vemos que para esta campaña, con el mismo precio del arrendamiento, de 450 dólares por hectárea, más 250 dólares de implantación (semillas, agroquímicos, labores), debe invertir alrededor de 700 dólares por hectárea en soja. Suponiendo que lograra cuatro toneladas de rendimiento, estaría obteniendo un resultado negativo de siete dólares por hectárea", dijo Guillermo Villagra, socio de Openagro. Según la firma, mientras en 1000 ha el rentista podría sacar $ 450.000, el productor arrendatario perdería, en esa misma cantidad de hectáreas que alquiló y donde invirtió, unos US$ 7000.

Esta situación se potenció tras la caída de las commodities y ante contratos de alquiler que quedaron cerrados a precios altos. Por esa situación, el rentista quedó mejor parado. "Esto se dio este año, pero no indica que no haya que invertir y producir", aclaró Villagra.

Al margen de las categorías, el informe aborda el escenario para el productor que produce su campo. En ese caso, le hubiera convenido alquilar antes de que cayeran los precios. Según Openagro, en 1000 hectáreas el ingreso para el dueño que produce sería de unos US$ 443.000, un monto levemente inferior a los 450.000 del rentista.

En otro análisis, Guillermo Aiello, del semillero 3-El Semillas, calculó para 2008/2009 una mayor rentabilidad para el rentista antes que para el que produce su campo. Para el rentista toma un valor de arrendamiento de US$ 408,50 por hectárea y le descuenta Ganancias. Además, considera el rendimiento sobre el capital invertido con un valor de US$ 12.000 la hectárea en la zona núcleoIncluye no sólo la soja, sino también una rotación con maíz y trigo, muy afectados por precios en caída y altos costos.

"Para 2008/2009, la rentabilidad es del 2,21 por ciento, sobre el valor del capital invertido, para el propietario que arrienda su campo. En cambio, suponiendo una rotación de cultivos para el productor agropecuario en campo propio, la rentabilidad promedio sobre el capital invertido da 0,91 por ciento", explicó Aiello.

La situación es de quebranto para quien arrienda a un dueño de campo. Con las actuales condiciones el inquilino tendrá, con rotación de cultivos, una rentabilidad negativa del 22,12%. Sólo en maíz perderá US$ 402,96 por hectárea y en trigo tendrá un rojo de 282,16 por hectárea. En soja el quebranto es de 67,27 por hectárea.

La Nacion


November 30, 2008
Vote Creates Unlikely Foe for Leader of Argentina
By ALEXEI BARRIONUEVO

BUENOS AIRES — It was a seminal moment in modern Argentine politics, and a rare opportunity for a vice president to catapult himself into the national consciousness.

After 18 hours of emotional debate, Vice President Julio Cobos, bleary eyed and visibly nervous, gripped his microphone in Argentina’s Senate building early on July 17 and cast the deciding vote on the president’s attempt to raise taxes on farm exports.

“May history judge me,” he said, as the nation watched on live television. “If I am making a mistake, I ask for forgiveness. My vote is not for, it’s against.”

With that repudiation of his boss, President Cristina Fernández de Kirchner, the mild-mannered Mr. Cobos, a 53-year-old former governor of Mendoza Province, became an instant hero to many Argentines who had grown frustrated with the president’s intransigence during a bitter four-month conflict with this nation’s farmers.

But inside the Pink House, the presidential palace, Mr. Cobos has been persona non grata since casting his vote. The continuing tensions between him and Mrs. Kirchner and her husband, former President Néstor Kirchner, have become a running political soap opera.

“This has been a very difficult situation,” he said last week in an interview in his Senate office, where he has mostly been working in the past four months. “The easiest thing would be to step away from all of this, but I don’t feel I have the right to do that, because the people are saying they want me to stay on and keep doing what I have been doing.”

But Mr. Cobos’s growing popularity has also underscored concerns here that Mrs. Kirchner has run Argentina in a heavy-handed, confrontational way since taking over last December. The president has concentrated decision-making in a handful of people at most. She branded the country’s farmers as coup plotters.

And as the global economic crisis has washed over the world, her government has scared off foreign investors by moving to nationalize private pension funds and the largest airline in an effort to stave off an economic crisis, rather than making bolder but potentially more unpopular decisions.

The independence shown by Mr. Cobos “is a consequence of the intolerant and authoritarian style of the Kirchners,” said Eduardo Buzzi, head of the Argentine Agrarian Foundation, which fought against the president’s farm tax plan.

“Their authoritarianism has transformed their own collaborators into adversaries,” he said.

Since July 27, the vice president has not spoken in person or on the phone with Mrs. Kirchner, said Julio Paz, Mr. Cobos’s spokesman. Cabinet officials have also shunned the vice president. When there have been visits abroad where the president could not go, the Foreign Ministry has sent the provisional Senate president, José Pampuro, rather than turning to Mr. Cobos.

Despite the Kirchners’ attempts to put Mr. Cobos on ice, he has refused to resign — or to stay silent. He has continued to criticize the president’s policies. This month, for instance, he said her decision to nationalize more than $25 billion in private pension funds was premature and would only create more doubts among investors about the stability of Argentina’s investment climate.

The criticism drew a biting response from Mr. Kirchner, whose idea it was for his wife to make Mr. Cobos her running mate. The former president joked publicly that every morning his wife asks him, “What vice president did you stick me with, Néstor?”

In the interview last week, Mr. Cobos called Mr. Kirchner’s comments “unfortunate and misplaced.” He said he had no plans to resign, pointing to opinion polls that suggest that more than 80 percent of Argentines do not want to see him go. “My idea is to continue working in a way that allows me to be true to my convictions and my principles,” he said.

Before the October 2007 election, Mr. Cobos was a little-known one-term governor in Mendoza, where he also served as the minister of environment and public works. A civil engineer by training, he spent most of his career in academia, teaching and serving as a regional dean of the Universidad Tecnológica Nacional.

Mr. Kirchner saw Mr. Cobos, who spent much of his political career with the Radical Party, as a way to broaden the appeal of his wife’s Peronist ticket.

That strategy has backfired. But for now, Mrs. Kirchner is stuck with him.

“For me it would be much easier to resign,” he said. “I could return to being an engineer and live in peace. But I would feel very bad for not having tried, at least, to help prepare this country for the long term.”

Mr. Cobos insists, however, that he has no plans to seek the presidency in three years. “I have a commitment until 2011,” he said, “and then we will see what my destiny is in politics.”

Analysts see those claims as political posturing. Argentina’s opposition remains splintered and rudderless, and Mr. Cobos has as good a chance as any to build himself into a viable alternative, said E. Federico Thomsen, an economist who runs a consulting firm in Buenos Aires. The vice president’s approval rating is twice that of the president in some opinion polls, one reason Mrs. Kirchner has not dared to ask him to resign.

“The incentive is for him to hang on to this very public platform and try to keep his image alive until 2011,” Mr. Thomsen said.

Some opposition politicians are hoping Mr. Cobos can hang on at least until next year’s regional elections in Argentina, when they will try to capitalize on Mrs. Kirchner’s struggles and grab some congressional seats from the Peronists.

Mr. Cobos said his vote against the farm bill ended up helping Mrs. Kirchner more than hurting her. The rejection diffused tensions after months in which farmers had wounded the economy by shutting down highways and limiting exports of grains and soybeans, Argentina’s principal exports. “I am convinced that voting the way I did pacified the country,” he said.

After the marathon senate session, Mr. Cobos, seeking to escape the toxic atmosphere in Buenos Aires, packed up his car and started a 12-hour journey of nearly 700 miles to Mendoza that soon turned into a sort of coming-out party. Thousands of Argentines lined the roads with congratulatory banners and chanted, “You feel it. You feel it: Cobos for president.”

The vice president stopped along the way to talk to supporters and hordes of reporters. The spectacle further enraged the Kirchners, analysts said.

Tensions had simmered somewhat until Nov. 16, when an interview with Mr. Cobos appeared in the Buenos Aires newspaper La Nación in which he criticized some of the president’s policies. A few days later, with Mrs. Kirchner traveling in Africa, he made his first visit to the presidential palace since his fateful vote in July. The newspaper reported that one of his assistants joked, "They took good care of him, but when they brought the lunch one of us tried it first, just in case.”

While criticized for her initial response to the global crisis, in recent days Mrs. Kirchner has announced a series of emergency measures to try to shore up the economy against recession. On Tuesday, she said the government would start a $21 billion public works program and offer tax breaks for investors with money abroad and for companies that recognize unofficial workers.

Mr. Cobos says he remains committed to the basic principles of Mrs. Kirchner’s campaign platform, including the president’s professed efforts to redistribute wealth. But he is pushing against the Kirchners by demanding more federalism and for the provinces to receive a greater share of the revenues they generate, which now flow mostly to the national treasury.

Still, Mr. Cobos said he had no illusions that, as is true of most vice presidents, his power to affect policy was limited.

“Apart from the job of presiding over the senate, the vice presidency is like your health,” he said. “You value it when it is lost.”


The New York Times Company

Argentine Farm Export Limits to Become Permanent

Government also plans to crack down on black market sales of ag commodities.
(12/5/2008)
Jason Vance

Earlier this week the Argentine government announced that the policy of former President Nestor Kichner to restrict meat and grain exports will be made permanent. Farm Futures market analyst Arlan Suderman says the policy will present problems for Argentine producers.

"It's very similar to some of the failed policies we tried to do in the United States in the 1970s of trying to take a protectionist stand, trying to control costs because inflation is a big problem in Argentina and trying to make sure that they have enough affordable food in Argentina," Suderman says. "Argentina is a very productive area of the world, some very fertile soils. They have the opportunity to be a major player in the global market in the production of agricultural commodities, but its protectionist government is so concerned about making sure they have enough affordable food for its population that they fail to understand the law of unintended consequences."

Suderman says that by limiting how much of each crop as well as livestock can be exported, which limits the price because it has to be sold domestically. Without a free market system at work, production is limited.

"As a result farmers are cutting back on acres that they produce and cutting back on inputs because the price that a free market would offer simply isn't there to provide the incentive to maximize production," Suderman says. "That's good for U.S. agriculture but it continues to hurt Argentine farmers."

The government also announced plans for the Agriculture Commerce Control agency to open 20 offices across the country to crack down on farmers who sell their produce on the black market.

"Argentina is trying to take advantage of its agriculture productivity by heavily taxing agricultural production," Suderman says. "So anything that is sold has a heavy tax, which provides an incentive to farmers if they have the opportunity to sell something on the black market to where they don't have to pay the tax and from their standpoint hopefully get a higher price for it. Argentina of course sees that as lost revenue to fund its social programs and is trying to stop black market sales."

Farmers have protested all year against the government’s export controls. Congress voted against a government measure in July to increase export taxes on soybeans, after four months of strikes by farmers, however taxes remain extremely high. On Thursday, Argentine President Cristina Fernandez announced that she will cut export taxes for corn and wheat by 5%, while leaving the tax at 35% for soybeans. According to Suderman the move is intended to encourage broader planting of corn and wheat and to curtail the shift toward soybeans this year.

Argentine farmers are planning to send a message to the government with a one-day strike next Wednesday to protest the export taxes, especially for soybeans. Suderman says it bears watching because some previous limited timeframe strikes have turned into very prolonged strikes.

Suderman says Argentina still has mass quantities of soybeans in on-farm storage that need to be moved ahead of the harvest of the crop that is being planted now. During the earlier strikes this year when farmers withheld soybeans from the market, prices plummeted and farmers have held out for higher prices that have not come. Argentine farmers are still struggling with low prices, weather that has hurt their wheat crop and the government policies limiting exports.

"They really need to move their soybeans on the market, but when they have a prolonged strike, self-imposed as it is, it keeps that grain from reaching the world market even if it is allowed to be exported by the Argentine government," Suderman says. "That prevents the government from getting its tax income but it also provides the U.S. with a freer market to compete without Argentine soybeans undercutting the prices on the global market and is good for U.S. exports."

http://www.farmfutures.com




El problema ahora es la desconfianza
Joaquín Morales Solá

Domingo 7 de diciembre de 2008

Confianza. Eso es lo que falta aquí y allá. El gobierno de los Kirchner mostró en los últimos días que aún está en condiciones de reaccionar ante la adversidad, pero su problema consiste en que ni los argentinos ni los extranjeros le tienen fe. Huérfana de liderazgo político y económico, la Argentina reconoce conflictos con sus gobernantes, pero se enfrenta, al mismo tiempo, con la impotencia de los líderes opositores. Este es el principal trauma de una sociedad que está entrando, como casi todo el mundo, en el oscuro corredor de la recesión, la escasez y el descontento social.

Una encuesta nacional de la empresa Analogías, que circuló en un reducido círculo de funcionarios, indica que Néstor Kirchner cuenta hoy con sólo el 6 por ciento de intención de votos; Cristina Kirchner lo supera con un módico 9 por ciento. Una tragedia política se deduce de esos números. El matrimonio presidencial contaba, hace apenas un año, con índices de simpatía social que rondaban el 70 por ciento y la Presidenta había ganado las elecciones presidenciales con más del 45 por ciento de los votos. Nadie dilapidó tanto capital político en tan poco tiempo.

Sin embargo, la iniciativa política sigue siendo de ellos, guste o no. El Congreso ha vuelto a votarle casi todas las leyes que el Gobierno envió desde la derrota de la resolución sobre las retenciones. El precio de algunas conciencias es muy barato, pero ahí está el kirchnerismo ofreciendo cargos partidarios y obras públicas con la precisión de los cirujanos. La oposición no kirchnerista preparó una solicitada corta, incisiva y fulminante sobre el lavado de dineros mediante el blanqueo. Era una advertencia de que esos dineros serían investigados bajo cualquier gobierno que no fuera el de los Kirchner.

La intención era que la firmaran todos los que tienen muchas o pocas posibilidades de ser presidentes de la Argentina, sin importar su procedencia política. No funcionó. Elisa Carrió no quiso firmar al lado de Adolfo Rodríguez Saá y de Juan Carlos Romero. Romero nunca contestó. López Murphy pidió una crítica a la política desastrosa de toda la gestión de Kirchner. Roberto Lavagna no podía firmar sin autoinculparse. Julio Cobos adujo, con razón en este caso, que su rol institucional se lo impedía. Mauricio Macri tampoco quiso aparecer con algunas de esas compañías. La espectacular solicitada que habían imaginado quedó convertida en un humilde blog bajo la responsabilidad de sólo tres: Felipe Solá, Juan Manuel de la Sota y Lavagna.

El propio Felipe ya no sabe si será candidato el próximo año en la provincia de Buenos Aires. Su asidua interlocutora Margarita Stolbizer decidió cerrar un acuerdo bonaerense con Carrió y con Cobos, que en principio deja afuera a Solá. Duhalde no pudo hacer nada para bajar las desmedidas ambiciones de Francisco de Narváez, que insiste con ningunear a Solá. No seré el candidato de una porción más , anticipó el ex gobernador. Kirchner no encontró una solución propia para Buenos Aires, donde las encuestas tampoco lo favorecen, pero sus críticos lo ayudan a disimular sus obstáculos y sus errores.

Todo vale, entonces. Romina Picolotti se fue porque se oponía al veto de Cristina a la protección de los glaciares. Hay intereses en la explotación del oro en esa drástica decisión presidencial. Los Kirchner tienen una vieja sensibilidad por el oro; ya crearon una empresa estatal en Santa Cruz destinada a la explotación de ese mineral. Hicieron trascender, con la frialdad característica de la dinastía gobernante, que despidieron a la funcionaria porque tenía una causa avanzada por presuntos hechos de corrupción.

Picolotti fue una mala funcionaria que despilfarró dinero en cosas inexplicables. Sin embargo, es un absurdo de cabo a rabo que ella se haya ido por una causa judicial cuando Ricardo Jaime, que tiene 25 causas penales por eventuales actos inmorales, retiene las funciones y un inmenso poder. Jaime es el confidente, el operador fiel y el dueño de muchos secretos de Néstor Kirchner. La única conclusión es que los Kirchner cuentan todavía, aun en medio del derrumbe político, con márgenes suficientes como para frecuentar la arbitrariedad.

Hasta las buenas intenciones de la administración resultan adversas. Promocionó fáciles y generosos créditos para el consumo de electrodomésticos, pero no instrumentó esas medidas. Las ventas se frenaron en seco porque todos esperan mejores precios y condiciones. Hay que ver todavía si se espera algo o si el freno llegó para quedarse. Esta duda comprende también la venta de automóviles y los anuncios de ayer. La confianza necesaria para decidir una compra no está, por más incentivos que haya. Después de tantos zigzags políticos e ideológicos del Gobierno, una amplia mayoría social cree en la veracidad de cualquier rumor sobre el matrimonio gobernante. ¿Para qué endeudarse, entonces?

Los líderes rurales no ingresaron en el Olimpo kirchnerista cuando se anunciaron las medidas contra la crisis. Débora Giorgi hizo su pacto de sangre con el matrimonio presidencial cuando descartó cualquier rebaja de las retenciones. Los Kirchner la desautorizaron cuatro días después, cuando dispusieron una insuficiente reducción de las retenciones al trigo y al maíz, pero reducción al fin. No fue ni una gota de agua en el desierto para el campo, mientras los tamberos están regalando los terneros porque les resulta más caro alimentarlos que venderlos más tarde. Esa es la realidad actual, dura y demoledora, del exuberante campo argentino.

¿Es mejor si se mira el exterior? Miguel Angel Moratinos y María Teresa Fernández de la Vega no pudieron con los Kirchner. El canciller español y la vicepresidenta del gobierno hispano hablaron, respectivamente, con Jorge Taiana y con Cristina Kirchner. Aspiraban a un acuerdo sobre el conflicto de Aerolíneas Argentinas, aun cuando los dos sabían, y saben, que ya no les sacarán la compañía a los Kirchner. El propio rey Juan Carlos está interesado también en una solución pacífica.

Cristina ordenó la exploración de un acuerdo después de esos inconfundibles mensajes. Abogados españoles llegaron desde Madrid para analizar varias alternativas, que iban desde dejar en manos de sus actuales dueños un pequeño porcentaje de acciones de las dos empresas, Aerolíneas y Austral, hasta la compra de 50 aviones adquiridos por Marsans para esas compañías. La negociación funcionó hasta el fin de semana último, cuando el matrimonio presidencial se encerró en El Calafate. Al regreso de ellos, los teléfonos se silenciaron y la negociación se enfrió. Aparentemente, Néstor Kirchner, enemigo declarado de esos empresarios, pudo influir más que los encopetados funcionarios españoles.

Diputados avanzó luego con la expropiación de la compañía aérea. El único problema que quedó sin resolver consiste en que la Presidenta deberá hacer una visita de Estado a Madrid en febrero próximo. En febrero está el invierno en Europa. El frío del clima podría contagiar la política y la visita presidencial. ¿Irá Cristina? ¿Les hará frente a semejantes pronósticos?

Los Kirchner confunden muchas cosas porque a nadie consultan. Zamarrearon al embajador norteamericano y a empresas norteamericanas creyendo que con Barack Obama llegará la revolución a Washington y que, por lo tanto, todo es posible en la actual transición norteamericana. El prestigioso analista Moisés Naim acaba de describir al gobierno designado de Obama como de centroderecha. Sea como fuere, en Washington ningún gobierno nuevo refunda la historia norteamericana; sólo trata de cambiar algunas cosas, de mejorarlas y de crear nuevas expectativas.

Para peor, el embajador Earl Anthony Wayne podría ser más influyente en el Washington de Obama que lo que fue en el de Bush. Tendrán que acostumbrarse. El mundo, sorpresivo, volátil y desdichado, no les da sosiego a los Kirchner.

La Nacion


El viaje de la Presidenta de la Nación a Moscú
El regreso a lo más rancio del nacionalismo
Joaquín Morales Solá
Para LA NACION

Algún día alguien le preguntará a Cristina Kirchner por qué se olvidó de los derechos humanos mientras vivió en los imperiales aposentos del Kremlin. Seguramente responderá que ahí comenzó a arder ?como antes había terminado? el nuevo rescoldo del antinorteamericanismo planetario y que, por lo tanto, ella debía estar en ese lugar. Disidentes presos, periodistas asesinados, países vecinos invadidos por tropas rusas, nada de eso preocupó a la presidenta argentina a la hora de regatear los párrafos de un documento conjunto firmado con el neoautoritarismo ruso.

El documento, en cambio, planea sobre todas las posiciones de Moscú contra Washington. Desde la Georgia invadida por el ejército ruso hasta la teoría de que la crisis mundial surgió de los excesos financieros de Wall Street. Esto último es cierto. Tan cierto como que la propia Rusia condenó a la Argentina a la recesión cuando declaró su default en julio de 1998. O tan cierto como que el default argentino de 2001 hizo temblar a los mercados de muchos países, sobre todo a los de los más amigos del país. El mundo actual es así. Si se apartan o se olvidan los hechos objetivos, lo que queda entonces es la ideología pura y dura. Una porción de ideología es lo que serpentea en las últimas decisiones de los Kirchner. Néstor, el esposo presidencial, parece haber profundizado ahora sus ideas en cierto nacionalismo rancio, que es la receta contraria a los problemas del universo tal como es.

A diferencia del brasileño Lula, de los chilenos Lagos o Bachelet y del uruguayo Tabaré Vázquez, Néstor Kirchner despreció siempre la inversión extranjera. Aquellos presidentes latinoamericanos viajan, hablan y seducen a los capitales del exterior mientras el ex presidente argentino ha pasado más de cinco años acobardando a los inversores.

La Argentina, la tercera economía de América latina, después de Brasil y México, va descendiendo así en el ranking de países latinoamericanos receptores de inversión extranjera. En 2007 estuvo en el quinto lugar y es probable que este año se ubique en el sexto. Brasil, México, Chile, Colombia y Perú están haciendo mejor trabajo que el país de los Kirchner.

¿Casualidad? ¿Maldición de un mundo conspirativo y antikirchnerista? Kirchner ya ha echado del país con memorables desplantes a capitales franceses y españoles, y ahora lo está intentando con los norteamericanos. La eléctrica Edelap, de capitales estadounidenses, y la todavía española Aerolíneas Argentinas están en el sendero de la muerte, esperando la pena capital a la que han sido condenadas por la dinastía gobernante.

Acercamiento político a Rusia. Cercamiento a una empresa norteamericana. Ayer, por primera vez en mucho tiempo, el embajador de Washington, Earl Anthony Wayne, salió públicamente en defensa de una compañía de su país. El matrimonio presidencial cree que la decadencia del presidente George W. Bush le permite desplegar las viejas banderas del antinorteamericanismo. ¿Y Barack Obama? ¿Qué tienen que ver esos trazos políticos con aquella carta de Cristina al presidente electo norteamericano, en la que se ofrecía como "amiga" política de él?

Los Kirchner no saben lo que les espera con Obama, porque deberán vérselas con un presidente norteamericano bastante clásico, que tendrá liderazgo moral y que seguramente no repetirá los errores de su antecesor. Hace poco, el diario español El País se preguntaba si los que militan contra Washington no terminarán parafraseando una vieja ironía de Manuel Vázquez Montalbán: "Contra Bush vivíamos mejor".

* * *

Desde ya, no está en discusión la conveniencia de la visita a Moscú. Rusia es un país importante que tiene muchas posibilidades de comprar productos argentinos, siempre que la Argentina quiera vender sus productos. Rusia era un fundamental comprador de carne argentina, pero Guillermo Moreno cerró las exportaciones de carne para todo el mundo, incluida Rusia. Además, Rusia compraba un tipo de carne que, por lo general, los argentinos no consumen. Ni siquiera sirve, en este caso, el argumento de que se cerraron las exportaciones para privilegiar el consumo local.

La principal objeción a las cosas que hizo Cristina Kirchner en Moscú está precisamente en hablar de abrir mercados cuando su propio gobierno clausuró muchos. Y otro aspecto cuestionable es el silencio sobre cuestiones que los Kirchner suelen subrayar dentro del país. Cualquier presidente extranjero que visita Moscú siempre deja un párrafo de recordación de los olvidados derechos humanos en la vieja capital de Stalin, aunque no sea como un reproche, sino como una profesión de fe.

Pero a Néstor Kirchner lo seducen esos liderazgos fuertes, arbitrarios e interminables. Putin es así, aun cuando ahora la presidencia de Rusia la ostente un vicario suyo, Dmitri Medvedev. También lo atrae el histórico nacionalismo ruso. El problema de los Kirchner es que no tienen el petróleo y el gas de Rusia, que la hacen rica y estratégicamente inevitable en Europa.
Aquí, Kirchner ha tratado de crear una burguesía no nacional, sino propia, que no es lo mismo. Detrás de la embestida contra Edelap podría aparecer otra vez un exponente de esa estirpe de empresarios kirchneristas, que no pueden explicar de dónde ni cómo consiguieron tanto dinero. Detrás de Aerolíneas Argentinas, que terminará por enfriar la relación de los Kirchner con el rey y el gobierno de España, están las pasiones de Néstor. Las pasiones convertidas en cuestiones de Estado.

Cristina viajó a Moscú en un avión de Aerolíneas Argentinas conducido por Jorge Pérez Tamayo, el imponente secretario general del gremio de pilotos comerciales, el mismo que paralizó por huelgas permanentes la compañía durante la gestión de los españoles. Pérez Tamayo se revistió de la condición de piloto exclusivo, acompañado sólo por auxiliares. Ya pasó lo mismo cuando la Presidenta viajó a Washington y a Africa, hace menos de un mes. No hay noción a la vista del deber de la neutralidad.

La Nacion




¿Puede inspirar confianza el desconfiado?
Por Mariano Grondona
Especial para lanacion.com

Miércoles 10 de diciembre de 2008

Cristina Kirchner viajó a Rusia para promover las exportaciones argentinas. Hasta hace poco, la principal exportación argentina a ese país eran las carnes. Pero la presidenta argentina pudo confirmar por boca de sus anfitriones que Rusia está colocando al Brasil como su principal proveedor de carnes en lugar de la Argentina.

Los consumidores rusos han demostrado preferir durante años nuestras carnes. A la Argentina, a su vez, le sobra carne. Si a uno le sobra lo que al otro le falta, ¿cómo se explica el desplazamiento de la Argentina por Brasil en el mercado ruso? ¿Quién está bloqueando lo que fue hasta ayer una ancha vía de mutua conveniencia?

Muchas veces la Argentina ha padecido el bloqueo de sus exportaciones alimentarias por parte del proteccionismo europeo. Pero el principal responsable de la declinación de nuestras exportaciones a Rusia no es el proteccionismo europeo sino nuestro propio gobierno. La causa de nuestra declinación exportadora a Rusia no se llama "proteccionismo europeo" porque sólo lleva algunos nombres propios como los de Moreno, Echegaray y Kirchner.

Se da así la paradoja de que la presidenta argentina fue a Rusia a vender lo que su gobierno no quiere vender. Quizá Cristina Kirchner quiera vender otras cosas a Rusia. Esto es loable en sí mismo, pero no puede soslayar el hecho de que lo que los rusos querían comprar eran, por lo pronto, nuestras carnes. En todo mercado cuenta la preferencia del comprador antes que la del vendedor. Quizás el viaje de la Presidenta sirva para aclarar la importancia del mercado ruso para la Argentina en otros rubros, pero esperamos que no sirva también para confirmar la hipótesis de que el producto principal que está exportando la Argentina a Rusia y a otras naciones es la inquina de su gobierno contra el campo.

Algo similar ocurrió con el mercado de capitales que el Gobierno quiere atraer ahora mediante la ley del blanqueo después de haberlo herido gravemente mediante la confiscación de los ahorros de los futuros jubilados en las AFJP.

Se dice que lo que debe hacer el Gobierno es remontar la desconfianza de los capitales y los mercados del exterior. ¿Pero dónde anida la desconfianza? ¿En el exterior o entre nosotros mismos? Si Kirchner es el primero en desconfiar de los mercados porque rechaza todo aquello que no puede controlar, ¿a quién atribuirle la fuga de los capitales y la reticencia de los mercados? ¿Acaso ellos pueden confiar en quien no confía en ellos?

La Nacion




Gobierno / El ex presidente pasa al ataque
Kirchner: "Algunos quieren ver el final de nuestros días"
Acusó a la oposición y dijo que no ha evaluado la opción de ser candidato en 2009

Miércoles 10 de diciembre de 2008

Mariano Obarrio
LA NACION

El ex presidente Néstor Kirchner se puso anoche al frente de la defensa del gobierno de su esposa, Cristina Kirchner, con durísimos ataques a los partidos de la oposición y a algunos sectores de la prensa -dijo que "siempre repudiaron la democracia"- y denunció que en plena crisis económica existe una suerte de "ánimo destituyente".

Se exhibió como un jefe político en pleno combate. Según pudo saber LA NACION, presiente que se avecinan tiempos turbulentos en lo político, lo social y lo económico. Antes de irse, dijo a la prensa que "nunca" llegó a evaluar la posibilidad de ser candiato en 2009.

"Vamos a salir a defender el proyecto nacional, a ganar -desafió a sus adversarios-. No vamos a regalar lo logrado. Vamos a dar batalla lugar por lugar." Además, denunció: "Están los que quieren ver el fin de nuestros días". Dijo que esos sectores son "los que generaron la crisis de 2001".

Kirchner sintió un golpe que le llegó desde el propio kirchnerismo. Dirigentes y funcionarios, como la ministra de Salud, Graciela Ocaña, se quejaron de que él se refugia en el PJ y abandona a los sectores progresistas.

"Nos quieren dividir, quebrar", dijo, como si esa crítica proviniera desde la oposición o la prensa.

Su discurso y el acto mismo estuvo destinado a aglutinar a las fuerzas aliadas al PJ. Kirchner convocó a la sede central del Correo Argentino a ministros de su esposa, a senadores y a diputados con el pretexto formal de agradecerles el apoyo durante todo el año legislativo.

También se dijo que quería celebrar el primer año de gestión de Cristina Kirchner y los 25 años de democracia. Pero el motivo real de la cita era solidificar los bloques parlamentarios del Frente para la Victoria. El Senado deberá esforzarse para sancionar hoy la prórroga de las leyes de emergencia económica y el impuesto al cheque, dos proyectos polémicos que fortalecen la concentración de los recursos. En Diputados, no le será fácil para al kirchnerismo votar el blanqueo de capitales y la moratoria impositiva.
Para el campo

"Con la resolución 125 [retenciones móviles], hoy las cosas estarían mucho mejor. Parecía pensada para esta crisis actual", dijo Kirchner.

También se refirió a las obligaciones de la deuda externa. "La Argentina pagará sus vencimientos sin ningún inconveniente, en 2009, 2010, 2011. Vamos a crecer en el año al 7% o más", dijo. Destacó los números de la economía, en plena crisis, y criticó a "quienes destrozaron la confianza en las instituciones y la fe de los argentinos".

En su ataque a la prensa, dijo: "Hay quienes dicen que la crisis la generamos nosotros. No la generamos nosotros".

"Amo este proyecto nacional y popular. Hay muchos que saben por dónde pasa el meridiano del cambio", dijo el ex presidente.

Kirchner aseguró que lo "intentan quebrar y descalificar". Y dijo que "eso no ayuda a construir el presente y el futuro". Sobre su acercamiento al peronismo, suplicó: "Por qué no me dejan trabajar". En ese contexto, aseguró: "Yo les puedo asegurar que durante el conflicto del campo había un gran ánimo destituyente".

También defendió la estatización de las jubilaciones privadas. Y criticó a "quienes votaron la privatización de las jubilaciones en los años 90? no votaron la estatización? No fue sólo por culpa de [Oscar] Parrilli". El actual secretario general de la Presidencia votó aquella ley de 1994 como diputado del menemismo.

"Vamos a ganar las elecciones con la prensa en contra y las vamos a disfrutar mucho más", se jactó Kirchner antes de terminar el acto.

La Nacion


Cobos: "El voto no positivo evitó un estallido social y que el Gobierno tuviera que irse"
Lejos de su estilo moderado, el vicepresidente respondió en duros términos a Kirchner, que lo había calificado como "una máquina de impedir"; además le sugirió que "escuche" a la Presidenta

Martes 16 de diciembre de 2008

El vicepresidente Julio Cobos reaccionó contra las críticas de Néstor Kirchner, que ayer lo había calificado como una "máquina de impedir" , y argumentó que con su voto "no positivo" evitó "un estallido social" y que el gobierno de Cristina Kirchner "quizá tuviera que irse" antes de concluir su mandato.

Cobos sostuvo que con el voto contra de la resolución 125, que proponía un sistema de retenciones móviles a las exportaciones y que provocó una disputa con el sector agropecuario que duró más de 120 días, Cobos impidió "un estallido social, una crispación social, y que, quizá, el gobierno tuviera que irse, nos tendríamos que haber ido todos".

Lejos de su estilo moderado, Cobos respondió en duros términos los dichos del ex mandatario que, al igual que hace tres semanas, volvió a denostar al vicepresidente, al que acusó de "poner obstáculos permanentemente". Y agregó: "Es una máquina de impedir que dejó sola a Cristina [Kirchner]".

En una entrevista con el diario Río Negro, que consignó DyN, Cobos manifestó en tono desafiante que "no solo puede mirar a él [Kirchner] a los ojos, sino a la gente también porque no he cambiado ni traicionada nada", retrucando la afirmación del titular del PJ, quien dijo que siente que "podrá mirar de frente" al titular del Senado, mientras que el radical "bajará los ojos" por su actitud en la votación.

Para ampliar sus argumentos en contra de Kirchner, Cobos también le sugirió que "escuche" a la Presidenta, que convocó ayer a "trabajar juntos" con dirigentes de otro color político mientras compartía un acto con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

Las afirmaciones de Kirchner reflotaron la polémica que se generó en julio pasado y que determinó el fin de la Concertación Plural, con un consecuente distanciamiento de Cobos para conformar su propio espacio.

Nadie le pide que se vaya . Desde el oficialismo, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, salió rápidamente a explicar los cuestionamientos de Kirchner y afirmó que "nadie le está diciendo" a Cobos "que se vaya, aunque admitió que "hay gente" en el kirchnerismo" que se siente defraudada" porque no estuvo "en el momento oportuno ni se bancó dar una pelea que había que dar".

"Será que no tuvo la vocación o creyó que esto era un trampolín para después jugar una posición propia", arremetió el funcionario, quien aseguró no haber "escuchado nunca a ninguno" de su sector político pidiendo que Cobos renuncie.

Sin embargo, aclaró que "lo que nadie va a impedir es que uno le diga: ´sabés una cosa, hubo un montón de gente que estaba convencida que eras el hombre y la verdad que se siente defraudada porque no estuviste en el momento oportuno, no te bancaste dar una pelea que había que dar y que le habían prometido a la sociedad en su conjunto´", dijo Fernández.

Recordó luego una anécdota tras ganar las elecciones presidenciales, cuando "Cobos le decía a (Néstor) Kirchner ´qué querés que haga´ y Kirchner le dijo ´lo único que te pido es que la cuides a Cristina´, desde el punto de vista político".

Por el lado del cobismo, el senador rionegrino Pablo Verani defendió a su jefe político y calificó como "desacertadas" las declaraciones al tiempo que alertó que "buscar la unidad de los argentinos no debe ser buscar la obediencia".

En su discurso, Kirchner comparó a Cobos con el gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien lo acompañó durante 4 años como vicepresidente, pero para Verani esa apreciación fue "desacertada".

"Todos coincidimos en que hay que buscar la unidad de los argentinos, pero buscar la unidad no significa buscar la obediencia", sostuvo Verani, uno de los primeros cobistas en salir en defensa del líder del espacio.

La Nacion




Optimistas, aun en medio de las ruinas
Por Joaquín Morales Solá

Domingo 1 de febrero de 2009

Por fin Néstor Kirchner y el campo coinciden en una misma situación: los dos están agotados, secos e impotentes. Sólo un aspecto los diferencia: los campesinos han aceptado la ruina, mientras Kirchner se resiste a reconocerla. Esa convergencia involuntaria no los unió, sin embargo, y es probable que los separe aún más. Kirchner ha deslizado entre íntimos la convicción de que el país vive una crisis pasajera y superficial. ¿Por qué? Misterio. ¿Cómo saldrá la Argentina de ella? Milagro. El desdén es su única respuesta.

En esos diálogos entre susurros, el ex presidente en funciones se muestra atenaceado sólo por las preocupaciones electorales. Un candidato taquillero aquí. Una obra pública allá. Nada sustancial. Las elecciones serán en octubre, y el Gobierno y los argentinos deberán atravesar antes, lo quiera Kirchner o no, las consecuencias de una imprevisible y profunda crisis económica, nacional e internacional. La Argentina resurgió de la gran crisis de principios de siglo prendida de las faldas de una opulenta economía mundial, que creció como no lo había hecho en muchas décadas. Esta vez, el mundo no estará en condiciones de salvar al país. Cada nación, por lo tanto, deberá hacer su propio esfuerzo.

La obra pública no es una metáfora. Con sus viejos reflejos de intendente (los únicos que mostró hasta ahora), Kirchner está seguro de que cualquier economía resucita con un buen plan de obras públicas. Es posible que ni siquiera le sirva para las elecciones. Aun cuando se cumplieran todos los anuncios y los plazos (lo cual sería una novedad), el movimiento económico y laboral de las obras públicas comenzará a percibirse sólo en julio, muy cerca de los comicios. Por ahora, es la construcción privada lo que se ha frenado en seco, porque nadie compra nada.

Una de las principales empresas constructoras le pidió al Gobierno que abriera créditos hipotecarios para sus eventuales compradores de viviendas. No habrá créditos hipotecarios, pero podemos abrir créditos para que se construyan edificios , respondió un alto funcionario económico. ¿Y para qué vamos a construir edificios si nadie va a comprar viviendas? , le respondió un empresario. Elemental, en un mundo al revés.

Esa distorsión no es una anécdota ni una casualidad. Una tormenta perfecta se avecina y la Argentina no tiene un referente económico confiable, como lo ha tenido siempre que debió capear una crisis. Tal ausencia tiene dos consecuencias: la sociedad no sabe quién la sacará del pantano inevitable y, por otro lado, la responsabilidad dentro del Gobierno se esparce y se atomiza.

¿Es Carlos Fernández quien debe hacer los deberes o Fernández confía en que la crisis es una cuestión de Débora Giorgi? ¿O, acaso, Fernández y Giorgi piensan que es el ministro todoterreno Julio De Vido el arquitecto de una solución para el conflicto económico? ¿No será que los tres descansan en la seguridad de que Néstor Kirchner es el único ministro de Economía en serio de la Argentina?

Kirchner todavía defiende a Guillermo Moreno ante interlocutores políticos. Lo defiende hasta que los argumentos lo callan. Su silencio es la única mala novedad para el poderoso secretario de Comercio. No hay respuestas posibles cuando las razones tienen el peso de la evidencia. Moreno dijo que resolvería la inflación y no la resolvió. Pidió meterse en el Indec y lo destruyó hasta su total irrelevancia. Su impopularidad contagia al Gobierno cada que vez que abre la boca. ¿Dónde están sus méritos? , le replicó a Kirchner uno de sus amigos. Kirchner optó por el silencio; antes lo había calificado de buen funcionario.

Moreno les prometió 15.000 toneladas de maíz a productores agropecuarios que fueron a verlo para implorarle comida para el ganado. También distribuyó algunos cheques con dinero en efectivo. El ganado se está muriendo de hambre y de sed. Es la estrategia de Moreno para dividir a los ruralistas, que no hace más que profundizar la bronca, rayana con el odio, que se percibe entre los hombres de campo.

El choque es insalvable. Hay un grave problema meteorológico, la persistente sequía, que no es culpa del Gobierno. La culpa del Gobierno consiste en que está aprovechando la desgracia para aplicar la venganza. Ha cambiado su discurso. Ya no confronta, sino que actúa la comprensión. Lo único que les dio a los campesinos fue el estado de emergencia agropecuaria, que significa que los productores podrán diferir el pago de algunos impuestos durante un año, pero con tasas de interés del 14 por ciento.

El campo ha perdido ya el 50 por ciento de la cosecha de maíz y trigo. Está en serio riesgo, cuando no perdido, entre un 30 y un 40 por ciento de la cosecha de soja. No hay maíz ni agua para la ganadería. La sequía afecta también a Brasil y Uruguay; por eso subió el precio de la soja. Kirchner no quiere ni oír hablar de la única medida que significaría un cambio sustancial: la eliminación de las retenciones, un impuesto directo y brutal, y el apoyo a las exportaciones de todos los bienes agropecuarios.

El Gobierno aceptó de hecho que no podrá pagar este año todos los vencimientos. Refinanció menos del 10 por ciento de esos compromisos. Para los Kirchner, el mayor problema, si es que hay un problema, es financiero. Pero, por el contrario, todos los datos indican que el conflicto es económico. La caída de las ventas del comercio en diciembre y enero se pareció a un derrumbe. La industria automotriz se desplomó. El turismo internacional, otro motor de la reconstrucción argentina, se está alejando, empujado por la crisis del mundo, por los altos precios locales y por la inseguridad que conquistó las calles argentinas. El campo está oprimido por la caída de los precios internacionales de las materias primas y por la meteorología. Es imposible esconder todo eso bajo la alfombra de un optimismo sin pruebas. Kirchner es optimista.

Las elecciones, a pesar de eso. Son el monotema de Kirchner. Según les contó Kirchner a algunos oyentes, y LA NACION lo reveló ayer, él ha vuelto a dialogar con Alberto Fernández y quiere tenerlo otra vez a su lado. Proyecta elecciones y candidatos. Voceros del ex ministro aclararon que Fernández no está dispuesto a volver al redil kirchnerista a cualquier precio. Trabaja ahora junto a Felipe Solá y al proyecto presidencial de éste. ¿Trabaja para el poskirchnerismo? Tal vez en noviembre habrá que pensar en un candidato presidencial que no sea Kirchner , dijeron sus voceros. No habrá ningún Kirchner en 2011. Kirchner lo intuye. Hombre de rencores largos, jamás hubiera llamado a Alberto Fernández si no sintiera que sus cosas andan mal.

Hay que reconstruir la presidencia de Cristina , le dijo Fernández a Kirchner en esos diálogos que no carecieron de tensiones y reproches mutuos. ¿Por qué la reconstrucción? Los empresarios me preguntan qué pensá s vos y quieren verte a vos. Eso no está bien, le señaló el ex hombre fuerte del kirchnerismo. ¿Tarde? Quizá. Pero es la propia Cristina la que parece sentirse cómoda sólo viviendo un universo sesentayochista , como definió al matrimonio presidencial un embajador europeo que debió pagar por eso. La Presidenta tiene un problema: el tiempo de mayo del 68 y de todos sus íconos personales y conceptuales se ha terminado. El mundo de hace seis meses ya es viejo.

En el descenso, no han mejorado ni han cambiado. Mañana, una porción importante de argentinos despertará, por primera vez en muchos años, sin la voz radial de Nelson Castro, expulsado de la radio por empresarios que crecieron exponencialmente bajo la sombra del kirchnerismo y que son, con razón, fanáticos kirchneristas. Nelson Castro es uno de los periodistas más serios y creíbles del país.

Una voz periodística que se apaga por decisión de un poder autoritario es siempre una derrota de la libertad.

La Nacion


Cuando la política no es diálogo, es violencia
Joaquín Morales Solá
Para LA NACION

Casi siete años después del violento colapso argentino de principios de siglo, la Argentina no abandonó la violencia ni apartó la exaltación. Violencia y exaltación son, como formas permanentes de vida social, contradictorias con cualquier noción de las formas democráticas.

El diputado oficialista Agustín Rossi ha sido, anteayer, la última victima de una manera ciertamente repudiable de expresar ideas y posturas diferentes. Agredir a un dirigente político o cortar rutas son serios errores de los productores agropecuarios, aun cuando los asista, como los asiste, la razón para su enorme mal humor.

El problema de fondo es que Rossi ha sido sólo la última víctima, pero no la primera de una larga e intensa ola de violencia verbal o física. El propio presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, reveló que hace varias semanas había sufrido un "escrache" parecido al de Rossi por parte de militantes que pertenecen, precisamente, a la corriente política de Rossi.

El "escrache" es un método detestable (imaginado hace casi 70 años por el nazismo para identificar a sus enemigos) que se ha instalado cómodamente en la vida pública del país. Ninguna voz oficial condenó nunca, o lo hizo tardía y forzadamente, cuando los "escraches" afectaban a los adversarios del Gobierno. El oficialismo sólo se escandaliza cuando ese método maltrata a los suyos.

Néstor Kirchner se enamoró, desde el momento inaugural de su poder, de un discurso confrontativo, agresivo y descalificatorio. Políticos, empresarios, diplomáticos extranjeros y periodistas estuvieron permanentemente en el centro de sus diatribas dichas al calor de fogosas tribunas. Eso es también violencia, porque los gobernantes terminan creando una extendida cultura social. Sus mejores y más queridos voceros han cultivado de igual modo la agresión verbal constante. ¿Qué fue, si no eso, la reciente frase del diputado Carlos Kunkel al despachar insensiblemente a los ruralistas con un "que le recen a Dios para que llueva"?

El extenso período de violencia verbal, y física por momentos, se agrava ahora cuando los Kirchner han perdido gran parte de su poder. En todo caso, la violencia era antes, cuando el ex presidente y actual mandamás oficial controlaba todo, una dosis que administraba el propio poder. La decadencia política de ellos no ha cambiado los métodos, pero ha creado fuerzas autónomas dentro de una costumbre que echó raíces. En ese mundo de violencias y agresiones, las personas no valen nada, sea cual fuere su extracción política.

El conflicto con el campo lleva ya casi un año. Primero fue la imprevista e inconsulta resolución 125, que despojaba a los productores de soja de casi el 50 por ciento de sus ingresos. Luego fueron las decisiones que cerraron las exportaciones de carne y de lácteos y condicionaron la de algunos cereales (que todavía siguen vigentes). Más tarde, tras la derrota parlamentaria y política del Gobierno en el Senado, sobrevino una época de venganzas con los campesinos que no ha concluido.

La política es diálogo o termina siendo, en algún momento, violencia. El Gobierno nunca quiso abrir un período serio y confiable de diálogo con el sector rural, al que sigue mirando con los cristales de viejas y extinguidas ideologías. Según como están las cosas ahora, es difícil imaginar un período de campaña electoral en el que el matrimonio gobernante pueda visitar fácilmente el interior rural del país. No es bueno que eso suceda en una democracia, donde todos deberían tener derecho a expresarse, pero la responsabilidad de la confrontación es siempre del que está obligado a crear climas políticos moderados y no lo ha hecho, es decir, del Gobierno.

* * *

Ese vaho violento devaluó también la vida institucional del país. El presidente de la Sociedad Rural, Hugo Luis Biolcati, habló el lunes con Hugo Moyano para pedirle su intermediación en el problema del campo. ¿Cómo lo hizo? Simplemente le contó que, de acuerdo con las condiciones actuales, los camioneros dejarán de hacer un millón de viajes de más de 300 kilómetros. Moyano entendió en el acto la dimensión del problema. Pero ¿qué tenían que hacer Biolcati y Moyano resolviendo el conflicto rural? ¿No hay acaso ministros, secretarios de Estado, jefe de Gabinete y presidenta de la Nación para conocer y resolver la grave cuestión rural?

La violencia engendró también a personajes como Luis D´Elía, que conserva todas los privilegios de un funcionario oficial sin serlo. D´Elía empezó con los "escraches" de claro cuño kirchnerista cuando fue enviado a boicotear las estaciones de servicio de las petroleras Shell y Esso. Nunca pagó por el copamiento y la destrucción de una comisaría. Ahora, D´Elía ha puesto al Gobierno en la obligación de aclarar que no apaña expresiones antisemitas.

Pocos gobiernos argentinos, como el de los Kirchner, han hecho tantos esfuerzos para acercarse a la comunidad judía. Sin embargo, los lazos que lo unen con sectores marginales y poderosos al mismo tiempo, que profesan ideologías confusas y en desuso, colocaron al Gobierno en la posición de demostrar que no cobija al antisemitismo, la más inhumana idea que puede albergar este mundo. Fueron patéticos los funcionarios que iban y venían con declaraciones contradictorias, porque no sabían qué opinión imperaba en la impenetrable residencia de Olivos.

Nadie tiene derecho, en efecto, a pegarle a nadie. Los funcionarios deben ser, los ciudadanos más escrupulosos con sus palabras. No obstante, a un hermano de Agustín Rossi, Alejandro, también diputado, no se le ocurrió mejor idea que amenazar con "llevar un camión con 60 tipos" para enfrentar a los productores que escrachan. ¿Pasarán de la confrontación verbal al enfrentamiento civil? Las palabras preceden a los hechos. De paso, Alejandro Rossi acusó a "los medios" de "legitimar" la agresión a su hermano. ¿Dónde está la prueba de semejante acusación? ¿O será la prensa el próximo blanco de la violencia que forma parte ya de una Argentina implacable e inhumana?

La Nacion


El conflicto con el campo / Renace la tensión
Fuerte rechazo del agro a la estatización
Los productores cuestionaron la iniciativa y advirtieron que podría haber otra crisis de consecuencias impredecibles; silencio oficial

Sábado 28 de febrero de 2009

José Crettaz
LA NACION

Al unísono, unas 25 entidades de la cadena agroindustrial cuestionaron ayer el proyecto de estatización del comercio de granos y derivados que estudia el Gobierno. Esas entidades de productores, exportadores, acopiadores, corredores de granos e industriales, además de las bolsas de comercio, publican hoy una solicitada en la que "rechazan enfáticamente la posibilidad de que se establezca un sistema estatizado y monopólico". Durante una reunión en la Bolsa de Cereales porteña, representantes del sector compartieron ayer la poca información que disponen sobre la iniciativa y redactaron la solicitada, titulada Argentina en retroceso , en la que se advierte que la estatización "pondrá a la sociedad argentina al borde de otro conflicto, innecesario y de consecuencias impredecibles".

Desde el Gobierno, donde el proyecto se analizaba anoche en el hermético entorno del matrimonio gobernante, no hubo desmentida ni confirmación. Fuentes de varios ministerios y oficinas oficiales jugaban ayer al misterio (ver aparte). Según pudo saber LA NACION, el borrador del decreto de necesidad y urgencia elaborado por el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, fue analizado por técnicos del Ministerio de Economía donde la iniciativa habría provocado una acalorada discusión.

El conflicto con el campo / Renace la tensión
Fuerte rechazo del agro a la estatización
Los productores cuestionaron la iniciativa y advirtieron que podría haber otra crisis de consecuencias impredecibles; silencio oficial Sábado 28 de febrero de 2009 | Publicado en edición impresa
Fuerte rechazo del agro a la estatizaciónNestor Kirchner, Cristina Kirchner, Hugo Biolcati, Eduardo Buzzi, Carlos Garetto y Mario Llambías

José Crettaz
LA NACION

Al unísono, unas 25 entidades de la cadena agroindustrial cuestionaron ayer el proyecto de estatización del comercio de granos y derivados que estudia el Gobierno. Esas entidades de productores, exportadores, acopiadores, corredores de granos e industriales, además de las bolsas de comercio, publican hoy una solicitada en la que "rechazan enfáticamente la posibilidad de que se establezca un sistema estatizado y monopólico". Durante una reunión en la Bolsa de Cereales porteña, representantes del sector compartieron ayer la poca información que disponen sobre la iniciativa y redactaron la solicitada, titulada Argentina en retroceso , en la que se advierte que la estatización "pondrá a la sociedad argentina al borde de otro conflicto, innecesario y de consecuencias impredecibles".

Desde el Gobierno, donde el proyecto se analizaba anoche en el hermético entorno del matrimonio gobernante, no hubo desmentida ni confirmación. Fuentes de varios ministerios y oficinas oficiales jugaban ayer al misterio (ver aparte). Según pudo saber LA NACION, el borrador del decreto de necesidad y urgencia elaborado por el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, fue analizado por técnicos del Ministerio de Economía donde la iniciativa habría provocado una acalorada discusión.

La Comisión de Enlace, que el martes próximo será recibida nuevamente por la ministra de Producción, Débora Giorgi, cuestionó duramente la idea de la estatización del comercio granario. "Si se confirma esta irracionalidad, estaríamos ante un escenario de inestabilidad social más alarmante que el que desencadenó la 125", dijo el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Luis Biolcati, para quien sería como "patear el tablero y tirar todo al diablo". Para su par de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, "es echar más leña al fuego" del conflicto agropecuario.

El presidente de Coninagro, Carlos Garetto, no fue menos contundente: "No pueden ser tan burros para cometer un error de esa magnitud. Pero si estaban pensando en la estatización del comercio de granos, hoy se entiende qué hay detrás del cambio de sistema de las cartas de porte".

Hasta el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, que en varias oportunidades defendió la actuación de la antigua Junta Nacional de Granos, cerrada en los 90, dijo que el proyecto oficial "podría ser un fenomenal problema para los pequeños y medianos productores".

La difusión del proyecto hizo subir el precio de la soja en la Bolsa de Chicago, donde se descuenta que si la iniciativa se concreta, se paralizará el comercio de la oleaginosa. También hubo nerviosismo entre hombres de entidades bancarias que prefinancian exportaciones de granos.

"El efecto negativo ya lo tuvo, las prefinanciaciones de exportación están paradas por estos anuncios", dijo Llambías. Para el presidente de la Bolsa de Cereales, Ricardo Forbes, el cambio significaría "volver a la prehistoria del comercio de granos", en referencia a los antecedentes de la medida, el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), a mediados del siglo pasado, y la Junta Nacional de Granos, que operó desde los 70.

Dos cuestiones

En el encuentro de ayer en la Bolsa de Cereales, la cadena agroindustrial se detuvo en dos cuestiones. Por un lado, en la falta de reacción inicial de las extintas administradoras de fondos de jubilaciones cuando la administración Kirchner anunció la estatización del sistema de capitalización. "Pensando en eso, decidimos fijar una posición inmediatamente", dijo uno de los asistentes.

Por otro lado, se coincidió en que si se avanza en esta iniciativa, se le estaría dando al campo algo de lo que carece desde que fracasó la resolución 125 en el Congreso: un causa integradora de los múltiples reclamos ruralistas.

Además de rechazar el proyecto, los ruralistas se encargaron de aclarar las cifras del volumen de la última cosecha de soja que todavía está en manos de los productores y que el Gobierno estima en 9 millones de toneladas y que para el agro no supera los 6 millones. La no comercialización de esos granos, con la consiguiente merma en el ingreso de divisas, está afectando la recaudación por retenciones y es un factor alcista para el dólar (ver aparte).

En todo el arco opositor, desde la Coalición Cívica y el radicalismo hasta el Pro, hubo fuertes críticas al proyecto oficial, que pondría en manos del Estado un negocio de US$ 25.000 millones.

En los últimos años, marzo siempre fue un mes difícil para el agro. En 2006, el entonces presidente Néstor Kirchner prohibió las exportaciones de carne. En 2007, se acentuó la intervención de la Secretaría de Comercio Interior en los mercados de hacienda y leche. Y el año pasado, se anunciaban las retenciones móviles que originaron la mayor protesta agropecuaria de la historia, hasta ahora.

Semana caliente

* Paro . Ante la falta de respuesta a sus reclamos, la Comisión de Enlace convocó a un cese de comercilizacion de cuatro días, que terminó el martes último.

* Reunión . El mismo martes, los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y Producción, Débora Giorgi, recibieron a los ruralistas y reanudaron el diálogo.

* Medidas . En ese encuentro, el Gobierno anunció medidas de aliento a la producción de trigo, leche, carne y productos regionales.

* Audiencia . En el Congreso, junto con la oposición, los ruralistas pronunciaron discursos muy duros contra el Gobierno el miércoles.

* Estatización . Anteayer, en la AFIP confirmaron la existencia de un proyecto para estatizar todo el comercio de granos


Otro disparate más
La eventual estatización del comercio de granos nos haría retroceder más de medio siglo y tendría penosos resultados

Sábado 28 de febrero de 2009

De acuerdo con insistentes versiones provenientes de fuentes oficiales, el Poder Ejecutivo analiza un cuestionable proyecto de estatización del comercio de granos y sus industrializaciones, que, de concretarse, quedaría a cargo de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), creada a fines de los años noventa para ejercer determinadas tareas supuestamente útiles para el control de la evasión.

Como suele ser moneda corriente, esa modesta oficina fue creciendo, abarcando a partir de los últimos años amplias funciones vinculadas con el comercio de granos, carnes vacunas, lácteos y otros productos. Su labor obstaculizó, restringió y hasta prohibió exportaciones agrarias. Con la colaboración de la Secretaría de Comercio Interior, la Oncca contribuyó a la formidable reducción de las exportaciones nacionales conocida en estos días.

Quienes se resisten a creer que se pueda cometer el desatino de estatizar el comercio agrícola estiman que se busca, en realidad, ejercer presión sobre los productores de granos para que vendan productos de la pasada cosecha aún sin liquidar, que se estiman en el orden de los 6 millones de toneladas, con cuyo concurso las arcas fiscales podrían hacerse rápidamente de unos mil millones de dólares por retenciones. Si así fuera, ello mostraría la magnitud de los apuros de las autoridades por la marcha de las cuentas fiscales, ya que, de un modo u otro, tarde o temprano, las ventas serán realizadas.
Estatizar el comercio de granos sería retrotraer la administración económica a los años 40, cuando apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, fue creado el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, el tristemente célebre IAPI, nacido en 1946 y disuelto en 1955, luego de provocar gravísimos daños a la economía nacional. Su creación significó el surgimiento de una entidad que actuó como agente comercial del Estado comprador y vendedor monopólico de todo tipo de bienes, fueran productos agrícolas u otros de naturaleza industrial, tanto insumos como bienes de capital. En lo que respecta a los productos agrícolas, compraba todos los granos que luego vendía al consumo interno como a la exportación. Cabe recordar que compraba el trigo según estimaciones de costo a su cargo y luego lo vendía, inflación mediante, a precios internacionales. Sólo a título de ejemplo, el trigo que con anterioridad al nuevo organismo se cotizaba a precios internacionales pasó a venderse a la mitad.

Algunos números muestran los resultados de aquel monopolio. En los dos primeros años de actuación del IAPI se cosecharon 11 millones de toneladas de maíz que cayeron a 6,3 millones en los dos últimos, con una caída del 43 por ciento, mientras en el mundo su producción creció el 79 por ciento. Al trigo le fue algo mejor: mientras entre el principio y el fin del monopolio la producción cayó un 5,5 por ciento, en el mundo creció el 23 por ciento. Debe recordarse, eso sí, que, en 1952, en medio de una sequía, la producción cayó tanto que los argentinos comieron pan negro para aprovechar mejor el escaso grano disponible. En cuanto al lino, el tercer gran cultivo en épocas en que no se cultivaba soja, la producción entre 1947 y 1956 se redujo a la quinta parte. No sólo granos compraba el IAPI. También intervino en las exportaciones de carnes como agente gubernamental en los convenios con Gran Bretaña, denominados Andes, de 1946, y Angloargentino, de 1949.

A las operaciones comerciales monopólicas respecto del agro se sumaban importaciones de insumos industriales y bienes de capital. En el proceso estatizador, intervino en la compra de los ferrocarriles y, entre otras, en la de la compañía telefónica y barcos de la flota mercante. En suma, un inmenso poder desarrollado sin controles. Vaya ello para tener en cuenta que así como la Oncca creció a partir de una pequeña oficina hasta las mayúsculas funciones actuales, la transformación deseada ahora, de llevarse adelante, podría abarcar finalmente otros sectores. En otro orden, hay que recordar los graves errores de gestión y los frecuentes e importantes hechos de corrupción ocurridos. Una numerosa e interesante literatura a cargo de reputados autores da cuenta de ese opaco período de la administración económica durante los diez años de existencia de ese organismo.
Es de esperar que la posibilidad de que se estatice el comercio de granos no pase del terreno de las versiones. Si ya en los años 40 el país se equivocaba groseramente, recaer en un proyecto estatizador implicaría no entender la evolución del mundo en más de medio siglo. Si en realidad se tratara de un objetivo del gobierno nacional, estaríamos ante la presencia de una nueva y gran confrontación no sólo con el agro sino con otros protagonistas. Como semejante dislate debería pasar necesariamente por el Congreso de la Nación, cabe aguardar que los legisladores actúen con la debida prudencia.

La Nacion
28 de febrero de 2009 06:45
Anónimo dijo...

El análisis
Hacia un país cada vez más aislado
Joaquín Morales Sola
Para LA NACION

Lunes 2 de marzo de 2009

La condena se aplazó, pero los productores agropecuarios siguen todavía en el corredor de la muerte. Encopetados funcionarios aseguraban ayer que la comercialización de los granos (sobre todo, de la soja) tendrá, a partir de los próximos días, una fuerte intervención del Estado. Eso es lo que anunció Cristina Kirchner, entre elipsis y sobrentendidos, cuando adelantó una intervención del Estado en la economía durante su discurso ante el pleno del Congreso.

El Gobierno ya no habla de un manotazo liso y llano a la producción de los ruralistas. Se escuda, en cambio, en los modelos de Canadá y Australia para advertir que no habrá una regresión al pasado, sino un viaje vertiginoso hacia la modernidad. Llama la atención que la modernidad no haya comenzado por las destartaladas instituciones argentinas ni por el progreso de la devaluada calidad democrática ni, tampoco, por un salto de la nación al dominio y la captación de las nuevas tecnologías. La modernidad se refugia, en fin, justo en el lugar donde están los pocos recursos privados que quedan en un país cada vez más paralizado.

Australia y Canadá están revisando sus sistemas de comercialización de granos porque les han hecho severas críticas a su eficacia. Pero aun cuando no lo revisaran, el nudo central del problema es que aquí está la Argentina de los Kirchner, tan distinta de los modelos políticos e institucionales de australianos y canadienses.

Hasta podría ser que el organismo que centralizara el comercio de granos estuviera aquí integrado también por sectores de la producción, pero alguna argucia legal los dejaría a estos últimos como espectadores de los manejos del kirchnerismo. "¿Acaso no decían que querían mejorar el Consejo de la Magistratura y terminaron haciendo un ente funcional a los aprietes del Gobierno?", preguntaba ayer uno los principales líderes rurales.

La confianza. Esa es la mayor escasez de los Kirchner. Ningún artilugio nuevo sobre el campo, que signifique una mayor intervención del Gobierno en los recursos del sector, será bien recibido por los líderes agropecuarios, que sienten que pende sobre ellos la condena perpetua de la venganza.

El matrimonio presidencial no pierde oportunidad de explorar las vías para dinamitar la unidad de las organizaciones agropecuarias. Hace unos diez días trató de mostrar a Hugo Luis Biolcati cerca del Gobierno, porque simplemente había aceptado conversar reservadamente con Julio De Vido. La estrategia se desmoronó por su obviedad.

Ahora, intenta cooptar a Eduardo Buzzi, porque la Federación Agraria propuso, en algún momento anterior al conflicto, la creación de un organismo moderno de centralización del comercio de granos. Sin embargo, Buzzi no ignora que es el más odiado por el Gobierno entre los líderes rurales. Es improbable que se deje seducir por un brindis al sol, después del cual cada uno interpretará a su modo las razones de la celebración.

* * *

Ninguna negociación avanza entre chicanas y destratos. ¿Qué es eso de que con la resolución 125 ahora los productores tendrían menos retenciones, como dijo ayer la Presidenta? La aseveración puede ser cierta, pero nadie preveía la crisis internacional ni la caída de los precios de las materias primas cuando el Gobierno descerrajó, hace casi un año, el conflicto con los campesinos. Hasta tal punto no lo previó que Cristina Kirchner se ufanaba entonces anunciando que el precio de la soja llegaría a 600 dólares la tonelada, como llegó en julio pasado, aunque el valor duró apenas unos días. La disputa era entonces, como es ahora, por una parte importante de los recursos agropecuarios y no por la distribución de la riqueza. Esta, además, ya no existe.

La Argentina podría atravesar mejor la tempestad económica internacional. Su sociedad está acostumbrada a vivir a los tumbos, al revés de lo que sucede en lugares más previsibles.

El crédito (el gran ausente en el resto del mundo) era escaso entre los argentinos, lo que terminó convirtiendo el sistema financiero argentino en uno de los más sólidos del mundo. Podrá analizarse si es por sus virtudes o por sus defectos, pero es así. La gente común prescindirá de muchas cosas en los países desarrollados o emergentes en crisis, pero no dejará de comer. La Argentina podría explorar esa veta para construir una política de agresivas exportaciones agropecuarias y agroindustriales.

Nada de eso se hará nunca, sin embargo, hurgando en los raquíticos bolsillos de los productores rurales. La receta consiste en todo lo contrario: en liberar sus fuerzas productivas y en elaborar una política seria de exportaciones. Una de las cosas que sobresalieron ayer en el discurso presidencial fue el anticipo de lo que Cristina Kirchner dirá ante el G-20, en Londres, el 2 de abril. Es poco novedoso proponer regulaciones a los mercados financieros y a los paraísos fiscales, porque esas cosas ya han sido anunciadas por los gobiernos más influyentes del planeta.

Otra cosa muy distinta es que se haga de esa propuesta un sermón ideológico contra la política de libre mercado y contra el capitalismo. Lo que ha fracasado en el mundo son las finanzas improductivas ("La traición al capitalismo", según la definición de Sarkozy), pero nadie se propone sepultar el capitalismo para volver al Estado todopoderoso.

* * *

A pesar de todo, lo que ha estado ausente del discurso presidencial es precisamente qué hará la Argentina con el debate de fondo, el más crucial, que encierra la discusión internacional: la discordia entre proteccionismo y libre comercio. El presidente de Brasil, Lula, y el premier británico, Gordon Brown, en ese orden, son hasta ahora los que más han defendido el libre comercio. Nadie valora explícitamente el proteccionismo, pero hay frases sueltas y actos concretos de gobiernos importantes que podrían terminar en esa obsoleta política.

La Argentina debería apoyar las políticas de libre comercio si quisiera resolver sus problemas actuales y los que la amenazarán, aún peores, en un futuro cercano. Pero, por el contrario, el discurso y los actos de los gobernantes argentinos se cifran en el aislamiento y en el proteccionismo más que en cosas genuinamente modernas.

La Nacion


Un reclamo que va más allá de lo sectorial
Cristián Mira
LA NACION

Viernes 13 de marzo de 2009

La Comisión de Enlace hizo ayer una demostración de fuerza, de cara a las próximas rondas de negociación con el Gobierno. No sólo en el acto en Córdoba sino con la movilización de los productores en el interior. Aunque todavía cuenta con el crédito abierto, necesitaba que fuera expreso el apoyo de las bases después de los cuestionamientos recibidos por haber firmado un acuerdo débil con la presidenta Cristina Kirchner.

Ese renovado respaldo está destinado a tratar de obtener algo más que los retoques cosméticos en la política de granos, carne, leches y economías regionales conseguidos en las dos primeras reuniones con los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de la Producción, Débora Giorgi.

Son los agricultores y ganaderos a quienes ellos representan los que demandan medidas que incentiven la inversión y la producción. Es que mientras el tiempo pasa, se acerca el momento de tomar decisiones en el campo. La siembra de trigo de la campaña 2009/10 comienza en los primeros días de mayo, pero la definición sobre cuánto implantar e invertir en semillas y fertilizantes, entre otros insumos, se toma ahora. Los dirigentes rurales creen que el Gobierno puede dar una señal positiva al campo si anuncia una nueva rebaja de las retenciones al cereal, que hoy tiene una alícuota del 23%. Están convencidos de que una reducción de ocho puntos, para llevarla al 15%, lejos de provocar un agujero fiscal al Estado terminaría por proporcionar mayores ingresos tributarios por un aumento de la producción.

En la campaña 2008/09, la producción de trigo cayó a la mitad respecto del ciclo 07/08 no sólo por la brutal sequía sino, fundamentalmente, porque el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, presionó a molineros y exportadores para que pagaran a los productores el menor precio posible. De esa política, argumentan los productores, no se benefició el consumo, ya que el precio del pan casi se duplicó desde entonces, mientras que el del cereal sigue siendo el mismo.

Una señal parecida esperan para la actividad ganadera. Se prevé para las próximas semanas un incremento del precio de la hacienda, como consecuencia de la falta de animales provocada por la sequía. Hasta el momento, la variable de ajuste fue el precio del ternero. Los ruralistas creen que es tiempo de que Moreno se dedique a monitorear a carnicerías y supermercados, entre otros eslabones de la cadena. Además, están convencidos de que el cepo a las exportaciones establecido por la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) pierde sentido en un mundo que vuelve a demandar carne vacuna.

El otro mensaje que los dirigentes rurales se esfuerzan por transmitir es que el campo necesita un shock de confianza para que los pueblos del interior que dependen de la actividad agroindustrial no caigan en una recesión.

Las movilizaciones en reclamo de trabajo que se vienen sucediendo en los polos de la industria de la maquinaria agrícola en las ciudades santafecinas de Armstrong, Las Parejas y Firmat demuestran que el campo es una cadena de producción integrada con la industria.

En esta campaña agrícola se producirán, según las estimaciones de los especialistas, unos 20 millones de toneladas menos de granos que en el ciclo 2007/08. Eso significa, por ejemplo, menos trabajo para camioneros, expendedores de combustible y comerciantes, entre otros sectores que dependen de la actividad agrícola.

Allí se encuentra uno de los mayores puntos de ruptura entre los ruralistas y el Gobierno. Según las palabras de la Presidenta, el campo es un sector que ha tenido una renta extraordinaria en los últimos años y, para peor, nunca está conforme con las medidas anunciadas.

En un año electoral esa diferencia de visiones parece alejar la posibilidad de que el diálogo tenga un final feliz.

La Nacion


El Gobierno se alista para otro largo enfrentamiento
La Presidenta no quiere que las retenciones se debatan en el Congreso

Viernes 13 de marzo de 2009

La larga jornada de protestas rurales y las críticas de los dirigentes del agro terminaron ayer de convencer al gobierno de Cristina Kirchner de que el conflicto con el campo "no tendrá arreglo" por la vía de la negociación. La Casa Rosada no está dispuesta a rebajar las retenciones a la soja y ayer comenzó a preparar la estrategia para dirimir la pelea en el Congreso.

"El campo llevará las retenciones al Congreso. La Presidenta bajó la instrucción de no dar quórum", dijo a LA NACION una alta fuente oficial. La oposición presentará la semana próxima un proyecto de ley al respecto en una sesión especial.

El ex presidente Néstor Kirchner confirmó en Olivos que no cederá en las retenciones y se convenció, al ver el acto en Córdoba y los cortes de ruta por todo el país, de que la Comisión de Enlace no quiere un acuerdo, sino que ayer "lanzó una campaña política opositora".

Por ello, el jefe del PJ convocó anoche a Olivos al ministro del Interior, Florencio Randazzo, y a varios diputados y senadores para comer un asado y fijar una estrategia de no dar quórum. "El campo nos quiere marcar la agenda legislativa y no se lo vamos a permitir", los adoctrinó.

"Este conflicto no tiene arreglo. Se harán todas las reuniones con el campo, pero Néstor (Kirchner) no quiere arreglar", confió a LA NACION por lo bajo un funcionario, preocupado por el desgaste político con miras a las elecciones legislativas. El Gobierno mantendrá las formas. La ministra de la Producción, Débora Giorgi, tenía ayer en pie la reunión del martes próximo con la Comisión de Enlace. Pero en Balcarce 50 eran pesimistas sobre sus resultados.

El campo y el Gobierno se reunieron tres veces y luego de un aparente principio de acuerdo, hace diez días, todo volvió a fracasar.

El nerviosismo ayer era visible. Tras un duro discurso en un acto en Olivos, Cristina Kirchner le contestó de manera destemplada a un periodista del canal de noticias C5N que le preguntó por el conflicto. "Hacé un esfuercito a ver si preguntás algo más original", lo cortó.

En rigor, el Gobierno teme que se propaguen las marchas por el interior, porque contra ello no tiene reacción. Pero tendrá un argumento para desmerecer la protesta si el agro recurre a los cortes de ruta.

Al anunciar en Olivos un plan de créditos para refaccionar viviendas, la Presidenta culpó a los ruralistas de "oponerse por oponerse". "Se trata de ser inteligentes y advertir que todos tenemos que poner una parte y no oponerse por oponerse", dijo.

La preocupación en el Gobierno se refiere al quórum por las retenciones. La Presidenta les advirtió hace unos días a los jefes de bloques del PJ, el diputado Agustín Rossi y el senador Miguel Pichetto, que debían cerrar filas para defender al Gobierno y restarle número a la oposición.

La Nacion


Inquietante clima de odio
Por Joaquín Morales Solá
Para LA NACION

Domingo 22 de marzo de 2009

La violencia es, a veces, una construcción lenta de palabras y de gestos. La Argentina camina hacia ella. El campo estalló, como era previsible, tras la nueva embestida del Gobierno contra los productores agropecuarios, debidamente informados de que la administración los odia. El odio es siempre un prefacio de la violencia, como lo son las medidas inconsultas, las sorpresas que afectan a millones de argentinos o los discursos iracundos. Hay un perceptible e inquietante clima de odio de parte de los que gobiernan hacia el ruralismo y del ruralismo hacia los que gobiernan. Así, la paz social sólo existe como una ausencia.

Y la política es impracticable cuando prevalecen las pasiones. Si fuera cierto que el Gobierno aceptó entregar el 30 por ciento de las retenciones a la soja, nadie se explica por qué no les dio ese dinero a los productores agropecuarios. Una reducción de ese tamaño en el nivel de las retenciones habría serenado a los productores en el acto. Estos son, guste o no, los que siembran y cosechan en el campo. De paso, esa decisión hubiera dejado tranquilos a gobernadores, a intendentes y al propio sector rural, todos protagonistas de una excesiva crispación. No busquemos soluciones racionales. Hay muchos que están enfermos de odio , deslizó un confidente de la cima.

Los dirigentes agropecuarios convocaron a un paro rural cuando no tenían otra alternativa que convocar a un paro. El paro fue también un saco a medida para los propios líderes del campo, furiosos desde el anuncio de la coparticipación de las retenciones. Se asustaron, además, cuando entrevieron que el adelantamiento electoral será convertido en ley por el Senado en los próximos días. Gobierno y legisladores se dedicarán a partir de entonces a la campaña electoral y nosotros habremos desaparecido , presagió uno de los máximos dirigentes rurales.

Los gobernadores y los intendentes no vivirán en paz. Los Kirchner intentaron enlazarlos con la promesa de mayores recursos provenientes del sector rural. Recursos fiscales a cambio de simpatías electorales. La vieja fórmula de Kirchner. En su método no existen la seducción ni la sugerencia.

A su vez, los dirigentes del campo sacaron a los ruralistas a las rutas y al paro para hacerles imposible la existencia a los mismos gobernadores e intendentes. Los funcionarios de las regiones sojeras no alcanzaron a alegrarse de la novedad oficial cuando ya les llegó la noticia de la sublevación frente a sus narices. Ese es el forcejeo esencial que todos ellos libran en estas horas. La violencia no está lejos.

Kirchner aspira a derivar fondos de la soja a los intendentes del conurbano. La sola presunción de esa supuesta intención exaspera a los productores. Estamos muy mal y estaremos mucho peor sólo porque el Gobierno decidió alimentar el clientelismo electoral con nuestro esfuerzo , repiten en la cresta agropecuaria tanto como en los costados de las rutas.

El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, es el segundo en el ranking de la bronca rural; el mandatario provincial sólo se manifestó, tibiamente, de acuerdo con la decisión de coparticipar las retenciones. Córdoba sentirá nuestro fastidio , advirtió un dirigente rural. La frontera entre amigos y enemigos es cada vez más inflexible en medio del combate.

Un político argentino, ex funcionario kirchnerista, que pasó por Washington y escuchó pronósticos de catástrofe sobre la crisis internacional, no podía el viernes descifrar las claves de la discordia vernácula. Un día nos levantaremos en la Argentina y descubriremos que estamos colgados sólo de una palmera. Entonces lamentaremos el tiempo que hemos perdido , suspiró. Una alta funcionaria del Departamento del Tesoro de Washington lo había recibido, desolada, con estas palabras: Váyase de Washington si está buscando buenas noticias. Aquí nadie sabe hasta dónde llegará la crisis ni cuánto tiempo durará. Todos los pronósticos son inciertos e infundados. Esa es la verdad . El político argentino que la escuchaba era Alberto Fernández.

Kirchner se entretiene aquí, en efecto, destinándole más recursos a Hugo Curto, el mandamás de Tres de Febrero, o intentando una erosión de la base electoral de Carlos Reutemann, en Santa Fe. El jueves, antes de que Cristina Kirchner hablara al país, el ex presidente se reunió con intendentes de Santa Fe para prometerles dinero a raudales. Ramalazos de odio contra Reutemann lo cruzan en los últimos días. El senador rechazó la última presión de Kirchner para acordar una lista común en las elecciones santafecinas y, encima, prometió su voto en contra del adelantamiento de las elecciones. Pero ¿podrá Kirchner cambiar la dirección de las cosas sólo con esos acuerdos estructurales que duran apenas unas pocas horas? Difícil. Un problema grave aparece cuando los gobernantes son incapaces de percibir la loca dinámica de la crisis.

¿Kirchner equivoca el blanco cuando dispara sobre Reutemann? No. La figura del ex gobernador de Santa Fe es, hoy por hoy, la más atractiva para muchos sectores peronistas. Gobernadores que están ahora cerca del kirchnerismo (¿qué gobernador peronista no lo está?) convinieron el jueves último en la Capital, comiendo distendidamente luego del acto en Olivos, que Reutemann podría salvarle la vida al peronismo en las próximas presidenciales. Todos eran gobernadores de pequeñas provincias del Norte, donde Kirchner asegura contar con una buena base electoral.

Una eventual fórmula conjunta de la oposición al kirchnerismo, incluida la peronista, necesita de la aquiescencia previa de dos líderes que no se quieren: Elisa Carrió y Mauricio Macri, en ese orden. El proyecto necesita también que Eduardo Duhalde se haga a un lado. El ex presidente dijo alguna vez que él pertenece a una generación de políticos acabada (lo dijo, en rigor, en términos casi imposibles de reproducir), pero su protagonismo actual le está sacando fuerzas a cualquier posibilidad cierta de acercamiento entre los exponentes opositores. Ni Macri ni Felipe Solá ni Carrió tolerarían a Duhalde como arquitecto de una representación opositora.

El vicepresidente Julio Cobos y Macri coinciden, a la distancia y sin hablar entre ellos, en una misma reflexión: la oposición podría sacar más diputados nacionales si tuviera dos propuestas en junio, el neoperonismo (Macri, Solá y De Narváez) y el panradicalismo (Carrió, Cobos, el radicalismo y el socialismo). Esa es una mirada. La otra mirada es más práctica y simple: Hay que derrotar a Kirchner, y para eso debemos estar todos juntos , señalan algunos radicales y ciertos peronistas que se fueron con Solá. Son las dos estrategias opositoras que conviven por ahora. Ninguna está decididamente fulminada.

El nudo del problema consiste en que Macri no le perdona a Carrió su reciente alusión a una supuesta alianza (ciertamente inexacta) del jefe del gobierno porteño con Kirchner y Duhalde. Menos le perdona que la líder de la Coalición Cívica haya intentado cooptarle públicamente la lealtad de Gabriela Michetti, la propuesta electoral más taquillera de Macri. Carrió ha dicho que nunca se sacará una foto al lado de Macri, y Macri ha respondido que no será él quien salvará a Carrió de la derrota. ¿Por qué tenemos que protegerla? , suele preguntar.

Felipe Solá habla más de lo que se sabe con Margarita Stolbizer: Podemos acordar o desacordar entre nosotros, pero no nos prestemos a la estrategia de Duhalde , le repite. Sin embargo, la provincia de Buenos Aires no podrá destrabarse si no lo hace la Capital. Macri y Carrió tienen liderazgos decisivos en ambos distritos. Por eso, sólo hay razones para los escépticos.

En el otro lado, el piquetero Emilio Pérsico se convirtió en el inconsciente del Gobierno: los Kirchner se irían del gobierno si fueran derrotados en junio, dijo. Ya el propio Kirchner había insinuado ese pensamiento cuando hace poco dijo que en las próximas elecciones se decidirá entre la gobernabilidad o una marcha atrás. El atrás de él se refiere a una Argentina sin los Kirchner. Kirchner detesta la profecía de un gobierno sin el poder absoluto, pero la democracia es siempre el gobierno de un poder compartido. ¿Lo comprenderá cuando le llegue la hora?

La Nacion

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