Gobierno de Kirchner: Casi el 50% de los ingresos van a impuestos


Ganancias: la tasa que pagan las empresas llega hasta 60%
Las firmas que tienen poca deuda son las más perjudicadas por la no actualización de balances
Miércoles 22 de setiembre de 2010

Diego Cabot
LA NACION


Un nuevo condimento se sumará no bien avance la discusión del proyecto de la CGT para repartir parte de las ganancias empresarias entre los empleados: cuánto es lo que ganan efectivamente las empresas y, en consecuencia, cuánto lo que deberían repartir entre sus empleados.


Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la tasa efectiva del impuesto a las ganancias que paga la mayoría de las empresas va del 40 al 60% de sus utilidades, muy por encima del 35% que establece la ley. La diferencia entre lo que se debería pagar y lo que efectivamente se tributa tiene directa relación con una cuestión contable: la imposibilidad de actualizar los balances por inflación.


¿En qué consiste el ajuste por inflación? La suba de los precios hace que el dinero pierda valor a lo largo de un período. El método que se utilizaba para garantizar que los movimientos de una empresa durante un período reflejaran el verdadero valor de la moneda y sus resultados fue la indexación de los estados contables, pero actualmente está prohibido.


Por ejemplo: una empresa tiene 10 autos que valen 100 pesos a principios de un año. Si no los vende, tendrá esos mismos 10 autos al finalizar el ejercicio, pero si hubo inflación de un 10%, esos vehículos ya no valdrían 100 sino 110. Según la norma tributaria actual, esos 10 pesos pagan impuestos a las ganancias. Lo mismo sucede con la facturación, que refleja directamente la evolución de los precios. A raíz de esta situación, los balances no ilustran el verdadero valor de los beneficios y deben tributar ganancias sobre beneficios no percibidos.


Varias empresas recurrieron a la Justicia, especialmente por diferencias en los balances correspondientes a 2002 y 2003. La Corte Suprema, en el fallo de la empresa Candy, fue clara: pagar un 60% de las utilidades en impuesto a las ganancias es confiscatorio. La firma con sede en Catamarca pudo presentar entonces sus balances ajustados por inflación.


Durante varios años con la inflación en un dígito, los reclamos judiciales cesaron. Pero la vuelta de tasas de inflación superiores al 10% anual volvieron a poner el asunto sobre el tapete. Pero muchas empresas desistieron del reclamo porque para entrar en la moratoria impositiva que estableció la AFIP era necesario no tener reclamos pendientes. Ahora la inflación, la presión para que muchas empresas paguen más anticipos de Ganancias y el proyecto de la CGT potenciaron el problema.


Según el estudio del Iaraf, las empresas más solventes son las que más sufren el impacto de la prohibición de ajustar por inflación. "Las que no tienen deudas y que se financian con fondos propios sufren más, ya que no sólo se deprecia el activo sino también las deudas", dice Andrés Mir, especialista en impuestos del instituto.


El trabajo tomó tres casos de empresas para calcular la tasa efectiva de Ganancias. La primera, con una rentabilidad sobre sus activos de un 10% y está relativamente poco endeudada. Si se tomara la inflación que calcula el Indec, de un 10% anual aproximadamente, la tasa efectiva del impuesto sería de 42%. A medida que la inflación sea mayor, el pago también subirá, hasta llegar a un 60% con un crecimiento de precios de un 25 por ciento. Otros dos casos que se usaron para el cálculo son otras dos compañías un poco más endeudadas; la alícuota del impuesto baja, pero siempre está por encima del 35% que establece la ley.
Diferencias tributarias


Cesar Litvin, tributarista del estudio Lisicki Litvin & Asociados, concuerda con el peso de la inflación en los balances. "La incidencia de la inflación no está reconocida en las normas contables. Y eso causa enormes distorsiones entre lo que pagan de Ganancias una y otra empresa", dijo el especialista. ¿A quién perjudica más?, se le preguntó. "A las empresas que tienen gran cantidad de stock y que no tienen muchas deudas, pero a cada empresa la afecta en forma distinta", contestó.


"La imposibilidad de aplicar el ajuste por inflación significa para las empresas lo mismo que para los trabajadores dependientes y autónomos implica la no actualización de los tramos de la escala del impuesto", concluye el trabajo.


Patricio Navarro, abogado especialista en impuestos, fue uno de los primeros en reclamar ante la Justicia la actualización de los balances. "La Corte sostuvo en varios fallos que con una inflación moderada no se puede utilizar este método de ajuste, pero si existe un perjuicio importante, perfectamente está abierta la puerta sobre estos planteos. Y en este momento, aun con las cifras que publica el Indec, el perjuicio es enorme para las empresas", sostiene.


Si avanza el proyecto de la CGT, la discusión sobre cuánto gana una empresa será un debate central para saber cuánto hay que repartir. 




La Nación


Cristina, cada vez más "yuyodependiente"
Por Jorge Oviedo
Especial para lanacion.com

Miércoles 11 de noviembre de 2009


A pesar del discurso que llamaba a eliminar la "sojización", el gobierno de Cristina Kirchner parece cada vez más dependiente de las grandes cosechas de la oleaginosa. El proyecto de presupuesto 2010 dice que el año próximo los derechos a la exportación representarán $ 43.116,7 millones, es decir el 17% del total de los ingresos tributarios del Estado nacional.

El proyecto muestra varias sorpresas y paradojas:

    * Que los números cierren como dice el proyecto depende de un aumento de casi el 35% de los impuestos a la exportación. Con la cosecha de trigo fuertemente afectada por la menor siembra a causa de las políticas del Gobierno y la reducción de producción por la sequía, la mayor parte de ese incremento depende precisamente del "yuyo".

    * A pesar de que el discurso oficial habla de hacer un esquema impositivo progresivo, del total de los ingresos tributarios de 2010 para la administración nacional el 77% corresponde a impuestos indirectos, en general, regresivos. Los tributos patrimoniales, progresivos, aportan sólo el 23%

    * Los mayores incrementos de recaudación corresponden a los tributos al comercio exterior y al alza de los aportes mensuales en el monotributo impositivo. El promedio de aumento de ingresos previsto es del 18,4%. Ganancias, el tributo que paga más quien más gana, tiene un alza prevista de sólo el 8,4%, el menor de todos. El IVA, que grava los alimentos y hasta los medicamentos crecería más del 11%. Y el monotributo impositivo más del 36%.

    * La Argentina tiene un gobierno como mínimo curioso, que dice defender el trabajo argentino colocándole impuestos a las importaciones. Sin embargo, en el presupuesto 2010 espera recaudar cuatro veces más por gravámenes a las exportaciones que por aranceles a las importaciones.


La Nación



Impulsa el Gobierno una suba de hasta el 85% en el monotributo
La AFIP y el Ministerio de Economía presentaron hoy un proyecto que prevé un alza en el gravamen y agrega nuevas categorías; Boudou dijo que adecuará "las escalas a las realidades económicas"; la iniciativa fue enviada al Congreso; acceda a las tablas con los eventuales aumentos

Martes 3 de noviembre de 2009


El Gobierno anunció hoy el envío al Congreso de un proyecto que prevé una fuerte alza en el régimen de monotributo, que llegará hasta el 85% en la categoría más baja, que alcanzaría a unas 700.000 personas, y agrega nuevas categorías en el gravamen.

Boudou aseguró esta mañana que adecuará "las escalas a las realidades económicas", que se irán moviendo "automáticamente conforme la ley de movilidad jubilatoria". Y agregó: "se trata de un proyecto que lleva todas las aristas que desde todos los sectores se venía solicitando".

La iniciativa del Poder Ejecutivo, presentada en la sede del organismo tributario por el ministro de Economía, Amado Boudou y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, prevé un incremento en el componente previsional -seguridad social y obra social-, sin modificaciones en el cargo impositivo.

Así, en la categoría más baja (la A) en la que un aportante paga actualmente $ 114,75 (con obra social y aportes sociales) pasaría a pagar $ 213, un 80% más.

El proyecto busca incrementar el monto de facturación anual permitido en el régimen de 72.000 pesos a los 200.000 en locaciones y servicios. Para el resto de las actividades, el monto se llevará, con nuevas categorías, de $ 144.000 hasta los 300.000 pesos. Así, se sumaría a muchas más personas al sistema que actualmente funciona para pequeños aportantes. Según datos de la AFIP, en 2008 el número de monotributistas era de 1.970.000 y en 2009 se incrementó a 2.104.000.

Echegaray indicó que los tres ejes del nuevo proyecto son "el sostenimiento del equilibrio del sistema de seguridad social, la inclusión de aquellos trabajadores con menor capacidad contributiva y contar con herramientas para disuadir el enanismo fiscal".

Boudou afirmó en su exposición que el monotributo es "una herramienta que ha demostrado ser una potente forma de incluir en la economía formal a millones de argentinos". Y evaluó que "desde el punto de vista conceptual,[el proyecto] conlleva un cambio muy importante, a partir de ahora el cambio de los valores va a estar regido por la ley de movilidad jubilatoria".

Según había explicado, "las escalas se van a ir moviendo automáticamente conforme a la ley de movilidad jubilatoria; cuando aumentan las jubilaciones también va a ir aumentando la escala del monotributo".

 La postura de la oposición.  El diputado nacional porteño por el Pro Luis Galvalisi consideró hoy que el régimen de monotributo debería tener "mayor equidad", y criticó esta modalidad impositiva al señalar que "nació mal y tiene bastante falencias".

Galvalisi destacó que "al ministro habría que reclamarle mayor equidad" en el proyecto para actualizar el régimen, y puntualizó que en el monotributo "tendría que haber más proporcionalidad y tramos (de facturación) más progresivos, más chicos, para que no lo sientan los que están en relación de dependencia".

"Lamentablemente fue un régimen que nació mal, en la época de [el ex ministro de Economía Domingo] Cavallo, donde lo que quisieron hacer era eliminar los [contribuyentes] responsables del IVA que pagaban una alícuota diferencial".

Así subrayó que "inventaron lo del monotributo que salió mal", porque puntualizó que "es una forma de liquidar que tiene bastantes falencias".

"Una ley que obliga al contribuyente a violarla deja de ser equitativa", sostuvo Galvalisi. Asimismo, estimó que como una parte del monotributo corresponde al aporte jubilatorio, "teóricamente habrá un impacto bastante fuerte en el Anses", y evaluó que "va a ser considerable".

Por otra parte, la vicepresidenta del Consejo Profesional de Ciencias Económicas, Flavia Melzi, señaló que el proyecto "pone en un pie de igualdad a los actores más pequeños de la cadena económica".

"Este proyecto los contadores, en general, lo vemos con agrado y en gran medida recoge la propuesta que veníamos discutiendo con distintos actores de la vida nacional", señaló Melzi.

La vicepresidenta del Consejo también se mostró de acuerdo con la cláusula de actualización por movilidad, que a su juicio es "pausible y evita eventuales distorsiones de acá en adelante".

Además, planteó que "aún queda pendiente para el debate la recategorización o exclusión de oficio y cómo evitamos la judicialización de estas cuestiones".

La Nacion
 

"La Argentina es un vergonzoso laboratorio de exclusión social"
Así lo expresó el economista de Cepal Bernardo Kosacoff, durante el precoloquio de IDEA desarrollado en Rosario; Daniel Artana, jefe de FIEL, dijo que "el ruido en la economía va a seguir por el intento de los Kirchner de mantenerse en el poder"

Martes 29 de setiembre de 2009


Con duras palabras, aunque advirtieron un comienzo de recuperación tras la crisis, economistas y hombres de la política analizaron el contexto económico argentino y sus perspectivas, en el precoloquio de IDEA desarrollado hoy en Rosario. Entre ellos, Bernardo Kosacoff pronunció críticas al Gobierno por la situación social: "La Argentina es un vergonzoso laboratorio de exclusión social", lanzó el economista de Cepal.

El evento que se desarrolló en la Bolsa de Comercio de Rosario, con una mayoritaria participación de empresarios locales. Allí, Kosacoff consideró que la Argentina "no tiene que recurrir a las crisis para solucionar sus problemas".

Kosacoff sugirió que la falta de inversión en el país se debe a la desconfianza de los empresarios que "en 2007 prefirieron importar" para poder atender la creciente demanda que había hasta ese momento.

Los presentes coincidieron en que el país no podrá aprovechar el mejor clima económico internacional para su recuperación debido a las condiciones de la política local. En ese sentido, Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), dijo que "el barco no va liviano porque tenemos viento de frente doméstico", e indicó que "el ruido en la economía va a seguir por el intento de mantenerse en el poder del matrimonio presidencial".

"Argentina se va a ir recuperando a un ritmo de entre 2 y 3 por ciento de acá a 2011, pero no más, porque el factor doméstico que lo frena se llama Néstor Kirchner", afirmó el economista.

El economista de FIEL estimó que este año la Argentina va a registrar una contracción de la economía del 5 por ciento en 2009, consideró que el superávit fiscal primario de 2010 será del orden del los 4.000 millones de pesos, pero con un déficit de las provincias de 5.000 millones. Por otro lado, dijo que a pesar del crecimiento leve que tendrá la economía, la tasa de inflación se mantendrá en el orden del 15 al 16% anual.

En tanto, el intendente socialista de Rosario, Miguel Lifschitz, abrió el evento con un discurso de inusual dureza política. Dijo que el país retrocedió "a los peores rasgos de nuestro pasado de intolerancia, división entre amigos y enemigos, gobierno y oposición". Luego, agregó: "Esa intolerancia es inhibitoria de toda posibilidad de construcción democrática".

Por su lado, el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, consideró que la Argentina tiene un sistema presidencialista con una "tendencia hegemónica". El gobernador dijo que dijo que desde Buenos Aires "los recursos se manejan con discrecionalidad y las responsabilidades sociales pasan a ser de las provincias".

En ese contexto, dijo que "construir provincias con gobiernos con presupuestos confiables es una gran dificultad" debido a la alta influencia de los recursos de participación en el financiamiento del gasto de los estados. Por otro lado, el mandatario provincial restó importancia a los detalles de la cifra de pobreza que hay en Argentina.

"No importa si es 30 por ciento o 40, como dice la Iglesia. Lo que es cierto es que en estos márgenes de pobreza el país no tiene un futuro cierto de crecimiento", cerró.
La Nación


 El Indec reconoce que en los dos últimos trimestres se perdieron 164.000 puestos de trabajo
Los datos corresponden al sector privado; los salarios más altos se perciben en Santa Cruz, con $ 5700 y los más bajos, en Santiago del Estero, con $ 1947

Lunes 28 de setiembre de 2009


El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reconoció hoy que se perdieron más de 164.000 empleos durante el segundo trimestre del año, en el sector privado, lo que equivale a una baja del 2,8 por ciento de los puestos de trabajo, a nivel nacional.

El organismo precisó que existen 5.693.657 empleos en 24 jurisdicciones -se discrimina Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires- contra los 5.857.694 que existían en el mismo período de 2008.

El Indec dijo que su trabajo se realizó con cifras de su Dirección Nacional de Cuentas Nacionales sobre la base de datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones.

La tasa de desempleo a nivel nacional -incluido sector público- en el segundo trimestre de 2009 fue calculada por el Indec en 8,8 por ciento, 0,8 puntos por encima de igual lapso del año anterior.

En consecuencia la diferencia entre el 2,8 por ciento de caída en el sector privado y el aumento de sólo 0,8 por ciento a nivel nacional se explicaría por un aumento del empleo público.

De los sectores más demandantes de mano de obra, la construcción fue el que más empleos perdió. El órgano estadístico indicó que se redujo 7,5 por ciento, de 422.040 a 382.208. Esta disminución refleja la caída de la actividad en el sector. En contrapartida el comercio -el sector que más empleo ofrece- aumentó en 0,4 por ciento su nivel de trabajadores de 1.011.683 a 1.015.527.

Salarios. En otro orden, el Indec informó que el costo salarial se incrementó en 22,21 por ciento comparando el segundo trimestre de 2009 con el 2008. La información oficial precisó que el costo salarial promedio en todo el país es de 4153 pesos, contra los 3.398 pesos de un año atrás.

La remuneración promedio en el sector privado es de 2957 pesos, un 21,5 por ciento más que en el segundo período de 2008, con lo cual el aumento del costo salarial estaría vinculado al alza de las remuneraciones.

El organismo precisó que los trabajadores del sector privado en Santa Cruz ganan un promedio de 5705 pesos, en Chubut 4783 pesos, en Neuquén 4585 pesos y en Tierra del Fuego, 4564 pesos.

En Río Negro la situación es distinta ya que las remuneraciones promedio son de 2709 pesos. Las peores remuneraciones se obtienen en el norte del país, donde se observa que en Tucumán los trabajadores privados ganan 1945 pesos y en Santiago del Estero 1947 pesos. Cerca de estas provincias aparece Misiones con sueldos de 2051, Formosa con 2106 y Chaco con 2013.

El detalle informado por el Indec es el siguiente:

Distrito - Monto CABA $3.557

Prov Bs. As $2.867

Catamarca $2.336

Córdoba $2.505

Corrientes $2.142

Chaco $2.013

Chubut $4.783

E. Ríos $2.215

Formosa $2.106

Jujuy $2.341

La Pampa $2.383

La Rioja $2.123

Mendoza $2.368

Misiones $2.051

Neuquén $4.585

R.Negro $2.709 Salta $2.274

San Juan $2.292

San Luis $2.668

Santa Cruz $5.705

Santa Fe $2.642

Sgo. del Estero $1.947

T. del Fuego $4.564

Tucumán $1.945

La Nación

Es récord la presión fiscal
La Argentina ha iniciado hace varios años un proceso de aumentos de impuestos que ha llegado a que un trabajador tenga que disponer de uno de cada dos pesos que cobra para contribuir al fisco

Domingo 30 de agosto de 2009

Diego Cabot
LA NACION

Pasado mañana comenzará septiembre y cualquier trabajador argentino empezará a ganarse el sueldo de ese mes, que finalmente cobrará a principios del siguiente. Pues ese empleado deberá levantarse temprano, llegar a horario y cumplir con sus tareas hasta el miércoles 16 de septiembre para beneficio de su socio invisible: el Estado.

Sólo a última hora de ese día, el trabajador en cuestión empezará a ganarse el dinero para comer, vestirse, divertirse, mantener a su familia y ahorrar para mejorar su patrimonio. Dicho de otra forma, empezará a trabajar para él.

La Argentina de estos días ha llegado a un nivel de presión fiscal récord. La carga impositiva ha crecido en los últimos años y se ha tornado una pesada mochila, ya no sólo para los sectores de altos ingresos, sino también para los que cuentan con menos ingresos.

Ahora bien, ¿cuál es la presión fiscal que soportan los contribuyentes argentinos? Pues a los números. Si bien los cálculos varían de acuerdo con el método que se utilice, los cálculos más moderados hablan de que un trabajador que esté formalizado recibe un peso por cada uno que aporta de impuestos.

Pero hay quienes consideran que la presión, si se cuentan algunos impuestos provinciales y tasas municipales, el fisco se lleva casi $ 5,50 por cada 10 que percibe. Es decir, tiene un socio que comparte sus ganancias en por lo menos, un 50%. De ahí que haya que trabajar hasta julio para recién empezar a recibir dinero que será propio, o pasar el mediodía en una jornada tipo como para que los ingresos dejen de ir al fisco para ingresar en el bolsillo.

Sin embargo, si lo que se mide es la recaudación total de la Argentina y se lo compara con el producto bruto interno (PBI), la presión fiscal, según todos los consultados, es la más alta de la historia. En los últimos 15 años aumentó fortísimo. Mientras en 1993 era del 19,6% del PBI, en 2008, último año con datos totales, ese porcentaje llegó a 30,3 por ciento. Todo aumentó desde entonces: los impuestos nacionales pasaron del 16 al 21%; los provinciales de un 3,7% a un 4,3%. En medio aparecieron las retenciones a las exportaciones que sumaron un 5,4% al combo de impuestos.

El cóctel impositivo tiene ingredientes nacionales, provinciales y municipales. Allí conviven aportes personales y previsionales, IVA, impuesto a las ganancias, ingresos brutos y bienes personales. Está la tasa de Seguridad e Higiene, de suministro de energía eléctrica y de gas natural y de Abasto, entre otros muchos. Esto sin contar gravámenes específicos como los que tienen los cigarrillos y los combustibles, por citar algunos.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que preside Nadin Argañaraz, realizó un estudio con varias simulaciones de ingresos y de carga fiscal. De sus datos surge que, en promedio, el peso fiscal que un trabajador tiene en su sueldo es de alrededor de un 45 por ciento. "Es una cuenta más o menos moderada porque allí no se incluyen muchos impuestos que tienen mucha diferencia entre un distrito y otro, como por ejemplo el impuesto inmobiliario y patentes de automotores", dijo a LA NACION uno de los autores del trabajo, el economista Ariel Barraud.

Así y todo, las simulaciones que hicieron arrojan los siguientes datos. Un empleado que recibe 3000 pesos en su bolsillo tendrá un recibo de sueldo en el que constará un ingreso bruto de 3614,50 pesos. Pero sólo recibirá 3000, el resto son aportes personales. Pero el empleador ya habrá puesto 831,30 en conceptos de aportes patronales. Es decir, para que el sueldo de bolsillo sea 3000 el desembolso total es de 4445,80 pesos. El fisco ya se cobró de ese ingreso total un 32,5 por ciento.

"Nosotros tomamos como ingreso total el desembolso que hace un empleador porque ése es exactamente lo que una empresa destina a un trabajador", explica la metodología Barraud.

Luego, el cálculo considera que ese trabajador gasta sus 3000 pesos por mes y que no tiene capacidad de ahorro. Aparecen allí los impuestos al consumo, como el IVA, que pagan todos los contribuyentes sin importar el nivel de ingresos. Entonces, por esos desembolsos se deposita en el fisco un 12,7% del total de los ingresos, alrededor de 600 pesos.

"Esto significa que una persona que recibe 3000 pesos por mes tiene una carga impositiva de 45,3 por ciento", dijo Barraud.

Otro de los datos que surgen del trabajo es que la presión fiscal se mantiene más o menos constante, en torno al 45%, entre los asalariados, sin importar cuáles son los niveles de ingresos. "Se puede observar que la carga tributaria legal sobre el ingreso asalariado de familias que operan en la formalidad en la Argentina se encuentra en un promedio cercano al 45%. A su vez, no hay mayores diferencias en los tramos de ingreso considerados, puesto que la mayor progresividad de Ganancias (a mayor ingreso, mayor peso de los impuestos) se ve compensada por el hecho de que los impuestos al consumo, al ser generales, representan una menor participación en el total de ingresos de las familias de mayores ingresos", sostuvo.

Christian Bunge es abogado especialista en derecho tributario y profesor de esa materia en el Eseade. Hace tres años realizó un estudio en la universidad, en el que se tomaron en cuenta todos los impuestos que existen. "Hay una curva que es una especie de U. Los sectores de menores ingresos se ven más impactados por la incidencia de los impuestos al consumo, como Ingresos Brutos y el IVA. Luego, los sectores medios tienen algo menos de presión y, finalmente, los de mayores recursos vuelven a tener una incidencia impositiva mayor", dice el especialista.

Volviendo a los ejemplos que realizó el Iaraf, una persona que tiene un sueldo mensual de 6500 pesos tiene una carga fiscal de un 44,7%; para un ingreso de 10.000 pesos, la carga impositiva baja a un 44,6%, y si el sueldo asciende a 15.000, el tributo es 45,9%, por el impacto que empieza a tener el impuesto a las ganancias.

Los sectores de mayores ingresos tuvieron una leve ventaja después de que se eliminó la progresión de impuestos a las ganancias, conocida como "tablita de Machinea". "De haberse mantenido el esquema del impuesto a las ganancias conocido como la «tablita de Machinea», la carga tributaria para las familias comprendidas por el impuesto a las ganancias hubiera resultado mayor. Para los sueldos de 10.000 y 15.000 pesos de bolsillo, que hubieran tenido que pagar el impuesto, la carga hubiera resultado un 49,2% y 51,9% del total de sus ingresos, respectivamente", dice el informe del Iaraf.

Bunge dice que hay más impuestos que se suman a los laborales y que llevan la presión a niveles asfixiantes. "Hay más impuestos que después se trasladan a precios. Por ejemplo, el gravamen de créditos y débitos que pagan las empresa y los comerciantes se termina trasladando al precio. Todo eso genera mayor precio que paga el consumidor", sostiene.

Dice, además, que hay cada vez más gente que paga Bienes Personales y si a eso se le suman los constantes revaluos inmobiliarios y las subas de patentes, la carga fiscal es cada vez más pesada.

Si bien las retenciones son un impuesto indirecto, Bunge dice que tienen un enorme peso en la carga. "Si se calcula el impacto fiscal que tiene un productor de soja, por ejemplo, que tiene retenciones de un 35% sobre el ingreso bruto, nos encontraríamos con una carga fiscal desorbitante", explica.

Las razones que se dan para explicar la suba de los impuestos tiene mucho que ver con que es el resorte más fácil que tienen los gobiernos a la hora de aumentar su caja. "Los gobiernos, sean municipales, provinciales o nacionales, se han acostumbrado a compensar la suba de sus gastos con más impuestos. Esto lo hacen todos. Suben los gastos e inmediatamente piensan que alguien tiene que pagarlos. Antes, en los 90, se financiaba con deuda. Pero ahora, todos piensan en subir impuestos", dice Bunge.

El ex recaudador provincial Santiago Montoya dice que uno de los motivos del aumento impositivo tiene que ver con un crecimiento de la economía en negro. "Eso crea una necesidad de que los que están en blanco contribuyan con más", dice.

Y verborrágico como siempre se ha mostrado, insiste: "La Argentina ha construido un Muro de Berlín entre las dos economías. Para los que están en la informalidad, pasar al otro lado es prácticamente imposible. Es muy alta la presión tributaria, además de que es complejo el sistema de trámites que se requieren una vez que una persona está en blanco. Entonces, se crea una economía que no paga nada y que, si pagara, sería absolutamente inviable".

Bunge también coincide con esto. Según los datos que manejan, la economía en negro representa el 40% del total y nada menos que un 25% del PBI. "Esto recarga a la mitad que está en blanco", dice.

Siempre que se habla de los impuestos que se pagan surge la comparación con lo que se tributa en otros países. "Eso puede confundir. Por ejemplo, en Suecia se paga más o menos un 54%, pero el Estado devuelve excelentes servicios de salud, educación y seguridad, por ejemplo. Acá, hay que procurarlos porque los servicios públicos distan bastante de ser buenos", compara.

Pero ya es hora de volver al trabajador del inicio de la nota. Ese empleado tendrá una fecha más para disfrutar en familia. Se trata del Día de la Liberación de Impuestos, que mide la cantidad de días en un año de 365 días corridos que un individuo debe trabajar para poder pagar sus impuestos al Estado. El 1° de julio ese trabajador se sacó de encima a su socio. Desde ese día, recién empezó a trabajar para él.
32,5%
del ingreso bruto total

* de un trabajador nunca llega a su bolsillo, ya que eso es lo que se tributa entre aportes personales

A más gastos, más impuestos

* La suba de impuestos, que genera una mayor caja, es una de las herramientas más fáciles de aplicar a la hora de solventar la suba de los gastos de Estado. Todo hace suponer que la presión aumentará, a menos que el Estado decida gastar menos. Un estudio de la Asociación Argentina de Presupuesto da cuenta que, en el primer semestre del año, los ingresos tributarios mantuvieron una expansión mensual en torno del 10 al 15%; las erogaciones se aceleraron progresivamente hasta llegar en junio a una tasa de crecimiento del 42 por ciento.


La Nación

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