Gobierno de Kirchner: Argentina deberá importar carne para consumo interno debido a las políticas agropecuarias






En Estados Unidos, la carne es más barata que en la Argentina
En los supermercados porteños, el kilo de tapa de cuadril cuesta un 23% más que en Nueva York
Miércoles 13 de julio de 2011




Por Jorge Oviedo
Especial para lanacion.com


Sin necesidad de la intervención de Guillermo Moreno y sin que aparezcan los camiones enviados por el gobierno argentino, los neoyorquinos pueden pagar bastante más baratas las carnes de pollo y de vaca que sus pares porteños.


Como lo muestra la fotografía adjunta, en un supermercado del Greenwich Village de Manhattan es posible conseguir tapa de cuadril de animales de la raza Angus, es decir, carne premium, por unos $ 36,5 el kilogramo. En los supermercados porteños por el mismo corte y una calidad similar el precio ronda los $ 45 el kilogramo, es decir, un 23% más caro.


En tanto por unas supremas de pollo grado A en la ciudad de Buenos Aires se pagan hasta $48 el kg. En cambio los valores son de sólo $31,90 en el barrio neoyorquino donde nació la Marcha del Orgullo Gay. De hecho, el supermercado de la fotografía se encuentra a la vuelta del famoso bar Stonewall Inn, donde en 1969 comenzó la rebelión gay contra las redadas policiales que la marcha rememora.


La situación parece no ser nueva en la Argentina y el gobierno de Cristina Kirchner no es el primero que trata de combatir problemas similares.


La gran cuestión parece ser que cada vez que hay "dólar competitivo" también aparecen los "alimentos con precios prohibitivos". La razón es que lo que los argentinos comen tiene mercados internacionales y al elevarse el precio de exportación, éste tiende a extenderse al mercado interno.


Las autoridades han intentado históricamente combatir esta clase de traslados con diferentes medidas, la más conocida es el impuesto a la exportación llamado "retención". No las inventó el kirchnerismo, aunque seguramente hizo historia por haber tenido el conflicto más grave en torno a ellas con los productores agropecuarios.


Otras medidas son las restricciones a las exportaciones con cupos o directamente prohibiciones, pero entonces, en el mediano plazo, tiende a reducirse la producción local. Es lo que ha ocurrido en los últimos años en la Argentina. Ahora la carne de vaca no sólo es cara, incluso más cara que en los Estados Unidos. Además, la falta de animales pone en crisis la actividad frigorífica e impide cumplir con las cuotas de exportación.


Los emprendimientos del Gobierno ofreciendo carnes de vaca, pollo y ahora también de cerdo a precios muy inferiores a los de mercado, parecen ser sólo operaciones principalmente propagandísticas. Se abastece así una proporción tan insignificante de la demanda que no tiene relevancia en el presupuesto de la mayoría de las familias.


Cuando a los defensores del tipo de cambio alto se les observa que eso genera salarios muy bajos en dólares, suelen responder con el latiguillo de que "eso es un problema para los que consumen en París o en Miami".


Pero el hecho de que al cabo de unos años de tipo de cambio alto los precios de la carne y el pollo sean mayores que en Nueva York hacen ver que en todo caso, quienes hoy pueden irse a hacer las compras afuera no son los que tienen precisamente el problema


La Nación



"(...)La Argentina deberá importar carne el año próximo para el consumo interno; esa perspectiva es ya inmodificable. La superficie sembrada de trigo de este año es la menor en 110 años de historia nacional. Es cierto que el gobierno kirchnerista ha fracasado con la energía, pero también equivocó seriamente las políticas agropecuarias.(...)"








Moreno trata de contener el aumento de precios de la carne
Controlará todos los permisos para exportar; en dos meses los valores subieron más de 13%
Lunes 16 de mayo de 2011




Fernando Bertello
LA NACION


En una clara señal de que no dejará de ejercer un férreo control sobre las exportaciones de carne, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, avisó que desde hoy todas las solicitudes de permisos para vender esos productos al exterior se deberán tramitar en el edificio de la cartera que maneja. Así se lo expresó a representantes de la cadena de producción cárnica que todos los viernes se reúnen con él en "la escuelita", como llaman en el sector al espacio que creó el funcionario para seguir la evolución de los precios de la carne y en el que suele transmitir sus "instrucciones" a los operadores.


"Nos dijo que a partir del lunes tendremos que tramitar tanto los pre-ROE [registros de operaciones de exportación] como los ROE, en la Secretaría de Comercio Interior", dijo una fuente del sector que asistió al encuentro.


Con esta medida, Moreno busca un mayor control sobre las ventas de carne al exterior, pese a que están en baja. Según un informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), las exportaciones del sector fueron en los primeros tres meses de 2011 de 40.095 toneladas peso producto (carne sola, sin hueso). Esto representó una caída del 41% respecto de igual período de 2010.


La decisión de limitar las exportaciones de carne contrasta con otra medida del propio Moreno, que busca incentivar las ventas externas de sectores que, a su juicio, deberían equilibrar su balanza comercial externa, como los supermercados


Los pre-ROE son un trámite inventado por Moreno como paso previo a los ROE y consisten en que una empresa debe demostrar haber cumplido con el abastecimiento interno para que el funcionario después la habilite a seguir con el pedido del ROE para exportar.


Hasta ahora, en las oficinas de la secretaría, en el edificio de la Diagonal Sur al 600, se tramitaban los pre-ROE, mientras que los ROE se gestionaban en los despachos de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca).


Con la disolución de la Oncca, en febrero pasado, y su reemplazo por la Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno (Ucesci), este último organismo absorbió la mayoría de las funciones del anterior ente, como la asignación de los subsidios. Recientemente, el Gobierno designó secretario ejecutivo de la Ucesci a Lisandro Tanzi, un hombre muy cercano a Moreno.


Otra fuente que concurrió a la reunión con el secretario de Comercio Interior dijo que, además de tramitarse los pre-ROE y los ROE en el edificio donde está el funcionario, en ese lugar también estará la Ucesci. "Todo va a estar ahí", expresó la fuente.


En lo formal, Tanzi responde al ministro de Economía, Amado Boudou, que es, además, el presidente de la Ucesci. En los últimos quince días, la industria molinera comenzó a desfilar por el Ministerio de Economía con documentos para reclamar el pago de compensaciones atrasadas por 2000 millones de pesos, lo que está provocando desabastecimiento de harina.


La Nacion se comunicó con Economía para intentar hablar con Tanzi, pero recibió la insólita respuesta de un funcionario que no sabía si efectivamente sus oficinas estaban en ese lugar. "No sabemos dónde está", expresó.


Mientras el secretario de Comercio Interior busca un mayor control sobre los trámites administrativos de la exportación, para seguir regulando de hecho al sector, los precios de la carne no le dan tregua.


Según el informe de Ciccra, la carne en el mostrador subió un 6,5 por ciento promedio en marzo, y ese porcentaje se repitió en abril.


En tanto, la hacienda en pie también siguió con una tendencia alcista. De acuerdo con el informe, en el primer cuatrimestre de 2011 registró un incremento promedio de 10,2 por ciento respecto del mismo período del año anterior.


Por el contrario, la faena, el consumo y la producción de carnes siguen mostrando sensibles bajas.


En el primer trimestre de 2011, el consumo por habitante de carne vacuna se ubicó en 56,3 kilos por año. Eso representa una caída del 14,8 por ciento respecto del promedio de los últimos doce meses.


Por el lado de la oferta de carne, según el trabajo de la cámara, en los últimos doce meses disminuyó en 74.500 toneladas medido en res con hueso.


Por último, la faena también sigue en caída libre. "En febrero se habrían faenado apenas 845.000 cabezas, y en marzo, alrededor de 923.000 cabezas. En ambos casos resultaron ser los segundos peores registros de los respectivos meses de los últimos 32 años", subrayó el informe de Ciccra.


La Nación







Cristina Kirchner: "La carne aumentó porque ha llovido mucho"
La Presidenta sostuvo que los aumentos de los últimos días se deben a que los productores "mantienen la hacienda para engordarla" luego de las recientes precipitaciones; nuevas críticas a los medios de comunicación

Martes 9 de febrero de 2010


En medio de la polémica por los aumentos de precios y la inflación, la presidenta Cristina Kirchner afirmó hoy que los incrementos en el precio de la carne se deben a que "ha llovido mucho".

"El problema es el precio de la carne, que ha aumentado porque ha llovido mucho y entonces se mantiene toda la hacienda para engordarla y alimentarla más, por eso van a ganar más dinero y porque se paga mejor precio y eso repercute en lo que ustedes pagan", aseguró Cristina Kirchner en un acto en la localidad bonaerense de Ituzaingó.

La Presidenta comparó la presente discusión por el precio de la carne con el conflicto con el campo de 2008 y criticó a los medios de comunicación. "Sepamos que en la economía nada es neutro, que cuando alguien gana más, alguien paga más. Cuando hace un año hablábamos de la mesa de los argentinos, hablamos de estas cosas", afirmó.

"Es cierto, la carne ha aumentado y ha aumentado mucho, como también el precio que perciben los productores, como nunca lo han hecho en mucho tiempo", dijo la primera mandataria.

"Esto viene a cuenta para que reflexionemos los argentinos un poquito acerca de muchas cosas que de repente nos venden por etapas", dijo. "Durante 2008, éramos por allí los que injustamente impedíamos que los productores rurales tuvieran un buen precio para sus productos y nadie quiere que un productor, un comerciante, un empresario, pierda", sostuvo.

 "Carne podrida".  Luego, la Presidenta cargó contra los medios de comunicación. "Tenemos que saber qué intereses persiguen cuando nos venden armadito y empaquetado y con moño de celofán muchas cosas desde los medios de comunicación. La pregunta es cómo conciliar tantos intereses. Los que en el 2008 titulaban de una manera, ahora titulan de otra", lanzó.

"Sepamos que muchas veces la carne que nos vende es podrida y me refiero a la otra, a la que te empaquetan desde la televisión, desde los diarios y desde la radio, no todos pero muchos", disparó la primera mandataria.

"Nunca una pregunta ácida". También criticó la Presidenta a los medios por "nunca preguntar nada difícil" a los dirigentes de gobiernos no peronistas. "Yo me acuerdo en 1999, miren un poquito si alguno tiene internet, vaya a las tapas de los diarios de esa época, a los programas de TV cuando quienes gobernaban o iban a gobernar la Argentina eran presentados prácticamente como los hombres y mujeres que venían a cambiar todo definitivamente".

"Nadie les preguntaba nada difícil, ni una sola pregunta inquisidora o ácida que siempre nos hacen a los peronistas, que no somos la claqué del sistema, a los que son la claqué del establishment los cuidan en tanto no toquen intereses".

"Nuevas formas de golpe". Como en otras apariciones públicas, Cristina Kirchner también defendió de varias medidas tomadas por su gobierno, tales como la estatización de las AFJP, las asignaciones universales y los cambios en el salario mínimo, vital y móvil, y reiteró sus afirmaciones sobre movimientos en contra del Gobierno.

"Muchas veces nosotros mismos sin darnos cuenta hemos sido funcionales a intereses que decían representar los del pueblo para luego una vez vencidos o aniquilados o demonizados los representantes del pueblo, saquear sin piedad a la sociedad una y otra vez", afirmó la Presidenta.

Luego estableció una comparación entre los golpes de Estado y lo que ella calificó como "nuevos métodos" para "desarticular procesos de organización popular".

"Los que estamos en edad media nos acordamos del 76, afortunadamente para todos ya no volverán más esos golpes de Estado porque las Fuerzas Armadas han sido recuperadas para la democracia a partir de sus propios fracasos y de su propia historia", sostuvo la Presidenta, aunque luego agregó que "nuevas formas, nuevos métodos, nuevos procedimientos se utilizan, ya no son tanques ni soldados, sino relatores que nunca saben quién les paga, aunque se puede saber cuando se miran los anunciantes, y vienen para desarticular los procesos de organización popular".

La Nacion
Buzzi: "Las palabras de la Presidenta son tragicómicas"
El titular de la Federación Agraria criticó las declaraciones de Cristina Kirchner acerca del precio de la carne; "Ella no debe ser cronista de los problemas de nuestro país, debe resolverlos", sostuvo

Martes 9 de febrero de 2010


El titular de Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, no tardó en reaccionar ante las declaraciones de la presidenta Cristina Kirchner sobre el precio de la carne y su vínculo con las lluvias y los productores.

"Hay frases que por distintas razones pasan a la historia. Que la Presidenta haya dicho que la carne es cara por los precios que reciben los productores es algo tragicómico, porque es mitad tragedia y mitad cómica, por increíble", lanzó el ruralista.

"La Presidenta no debe ser cronista o reportera de los problemas de nuestro país. Para contarnos lo que sucede están los periodistas. Ella debe gestionar y resolver esos problemas", sostuvo.

"Ahora ya no hay que relatar, hay que crear las condiciones necesarias para revertir la situación en la que estamos, en la que no hay oferta de carne suficiente para la demanda existente", explicó Buzzi.

"En el 2005 empezaron los inconvenientes en relación con la carne, cuando el matrimonio Kirchner ya estaba en el poder. Allí comenzó el proceso de desmantelamiento de la ganadería", aseguró.

Pedido. El titular de la FAA pidió crear "un espacio de concertación" para poder planificar la oferta de carnes. "Hay que definir un plan ganadero serio, en el que se articulen las medidas necesarias para producir carne, que ya no alcanza para el consumo", sostuvo. Además, reclamó "dejar de lado las recetas nefastas de [Guillermo] Moreno, que hoy como tantas veces antes muestran que fracasaron".

La Nacion



Al final, los "agoreros" tenían razón
José Crettaz
LA NACION

Jueves 28 de enero de 2010


En las últimas semanas, en cuanto atril tuvo a disposición para anunciar medidas para el campo, la presidenta Cristina Kirchner dedicó algunos minutos a desmentir las "profecías" de los "agoreros" que venían anunciando múltiples calamidades: que va a faltar trigo y que habrá que importar carne, puntualizó en varias ocasiones. En esas oportunidades dio precisiones sobre el auge de las exportaciones de cortes vacunos de 2009, que se recuperaron fuertemente.

Pero contra el deseo presidencial, seguramente sincero, aquellos agoreros del desastre empiezan a tener razón. Hace casi cuatro años, el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner prohibió las exportaciones de carne para evitar una suba del precio. Luego, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, introdujo una lista de precios máximos en el Mercado de Liniers, que aún se mantiene, aunque ya no tiene la influencia de otra época. Es que incluso un supersecretario como Moreno puede tener problemas para lidiar con la escasez.

La falta de mercados transparentes y el rígido control de precios de la hacienda viva afectaron fuertemente a la ganadería de cría y provocaron el más largo período de liquidación de vientres (mayor faena de hembras, futuras madres) de la historia -más de 40 meses-. El Gobierno suplió los primeros faltantes con hacienda de f eedlots (engorde a corral), pero hasta ese esquema -sustentable sólo a fuerza del subsidio estatal- también entró en crisis.

Nos estamos comiendo la "fábrica de carne" venían diciendo los "agoreros". El boom de las exportaciones, del que la Presidenta se jactó en los últimos meses, se debió a la circunstancial mayor oferta de carne generada por la liquidación de vacas de ganaderos que, en muchos casos, abandonaron la actividad y se volcaron a la soja. No por casualidad el "yuyo" hará esta año un nuevo récord: más de 18 millones de hectáreas sembradas.

Finalmente, el pronóstico de la falta de hacienda, que algunos señalaban para 2012, se cumplió antes de lo previsto. Y cuando faltan vacas, se sabe, no alcanza la carne. El faltante se arregla importando (algo poco probable por el precio internacional) o ajustando el consumo por el precio, que tiende a subir. Así, los argentinos que ya veníamos comiendo menos de 70 kilos per cápita por año, tendremos que reducir la ingesta más de 10 kilos. Con o sin aumentos.

La Nacion



La carne ya aumentó 20% en los mostradores en un mes
Los carniceros trasladaron así las subas que viene sufriendo la hacienda en Liniers, del 45%

Jueves 28 de enero de 2010

Marina Marianetti
LA NACION


El aumento de la media res, que llega a las carnicerías un 45% más cara que hace un mes, ya se siente en el bolsillo de los consumidores. En ese mismo período, el precio de la carne subió 20% en góndolas y mostradores y se estima que continúe la tendencia al menos hasta marzo.

"Desde hace un mes los precios no paran de crecer y se espera que en febrero suban aún más, lo que sería un problema para el carnicero y para el cliente", dijo a LA NACION Miguel Heredia, dueño de la carnicería Leo Sembat, de la avenida Rivadavia 5430, dentro del Mercado del Progreso.

    * Foro: ¿Cuánto gasta para vivir hoy?

Las carnicerías pagan hoy por el kilo de media res 12,80 pesos, mientras que los primeros días de diciembre se pagaba alrededor de 7 pesos. "Al público se trasladó sólo el 20% del aumento, con lo cual estos meses no nos está yendo muy bien; muchos de nosotros perdemos plata", dijo Heredia, quien recordó que, antes de las Fiestas, el kilo de asado rondaba los 16 pesos y hoy se paga entre 20 y 22 pesos.

Los dueños de las carnicerías consultados por LA NACION coincidieron en que el aumento se siente, pero que la verdad sobre la estabilidad o inestabilidad de los precios se sabrá sólo en marzo. "No se puede especular mucho todavía porque hay mucha gente que está de vacaciones", indicó Hugo Duarte, encargado del local de la cadena Avicar, de avenida La Plata 499.

Según el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams, esto se debe a que "la falta de hacienda hace que suban los precios", y aseguró que en caso de seguir esta tendencia alcista, el carnicero tendrá muchas pérdidas por la merma en las ventas, que ya se comenzó a sentir. "Con estos precios la gente compra más pollo o pescado y menos carne", y agregó que "desde principios de enero ya se está trabajando casi a la mitad".
Quejas del público

No sólo los dueños de las carnicerías se quejan de la suba de los precios. Cada persona que se acerca a pedir el precio del kilo de asado, milanesas o lomo dice lo mismo: "¿Cuánto?". Y a la sorpresa le sigue la indignación: "Cada día que vengo está todo un poco más caro. No puede ser que para hacer un asado en mi casa tenga que pagar por lo menos 200 pesos sólo por la carne", dijo Hernán Sánchez, vecino del barrio de Caballito.

Esta acotada disponibilidad de hacienda terminada para faena en el Mercado de Liniers es consecuencia del proceso de liquidación generado por una sequía fenomenal que afectó durante dos años a todas las explotaciones agropecuarias, y por el desaliento de los productores pecuarios ante la intervención del Gobierno fijando precios máximos de referencia.

Debido al desequilibrio entre oferta y demanda, desde diciembre último se registró un aumento de precios que abarcó a todas las categorías de vacunos, pero en particular, a los animales chicos de consumo -terneros, novillitos y vaquillonas-, que se entregan a supermercados, carnicerías y otros comercios minoristas.

Para el consultor privado Víctor Tonelli el problema viene de más atrás: "Lo que está pasando con los precios es consecuencia de las políticas públicas de los últimos años, que desestimaron la producción y les quitaron margen a los criadores", dijo. Y agregó: "En los últimos cuatro años la producción no ha dejado de caer. A fines de 2007 había 61 millones de cabezas de ganado y a fines de 2009, aunque los datos oficiales aún no estén, hubo cerca de 10 millones menos".

Tonelli explicó que otro de los factores fue la brutal liquidación de hembras el año pasado. De todos modos, desestimó la posibilidad de desabastecimiento: "Vamos a estar consumiendo entre 10 y 12 kilos menos por persona este año. Nuestra dieta pasará de 72 a unos 60 kilos anuales".

Según su estimación, hasta mayo seguirán produciéndose alzas de precios.

Con la colaboración de Esteban D´Apice

La Nacion


La Argentina, víctima de su propio éxito, según el diario  The New York Times
En una nota, el matutino estadounidense aseguró que las políticas de los Kirchner amenazan con "empañar la reputación de la carne argentina" y que así Uruguay puede convertirse en el proveedor de la mejor carne

Miércoles 16 de diciembre de 2009


Una dura nota publicada hoy por el diario estadounidense The New York Times asegura que las políticas impulsadas por los Kirchner en los últimos años "amenazan con empañar la reputación de la carne argentina y dieron lugar a Uruguay para convertirse en el proveedor de la mejor carne".

"Durante más de un siglo, la carne argentina fue distinguida como la más sana y más natural del mundo. Pero esa imagen podría pasar a formar parte del pasado. Ciertas decisiones políticas están cambiando (el gusto) de la famosa carne y amenazan con empañar la reputación de la industria argentina", señala el artículo firmado por Alexei Barrionuevo.

En este sentido, señala que "los cambios alejaron a los inversores, redujeron el (tamaño) del ganado y así le dieron a su pequeño vecino, Uruguay, la oportunidad de capitalizar y convertirse en el proveedor de la mejor carne".

El artículo destaca: "La Argentina, de alguna manera, es víctima de su propio éxito. Las exportaciones crecieron tras una devaluación del peso en 2002 y así el país pasó a ser más competitivo a nivel global. Pero sus insumos comenzaron a escasear en el mercado interno ?los argentinos son los que más carne comen por persona- los precios subieron y el descontento social se disparó".

También menciona las políticas adoptadas por el ex presidente Néstor Kirchner. "En 2006, el entonces presidente respondió con una prohibición a exportar carne durante 180 días. Luego, introdujo controles en los precios de algunos cortes populares, lo que llevó a que los consumidores comieran aún más carne".

La Nacion



Cattle producing Argentina could face beef imports
By VICENTE PANETTA Associated Press
Dec. 12, 2009, 2:04AM

BUENOS AIRES, ARGENTINA — Argentina, a nation that prides itself on having more cattle than people, may soon be forced to import beef to keep its meat-loving citizens happy at the dinner table.

Intense government efforts to keep meat affordable through taxes, export restrictions and price controls have enabled Argentines to eat record amounts of beef this year, but the short-term bonanza has come at a steep cost. With little or no profit left in meat, ranchers are selling out, slaughtering even the female cows needed to maintain their herds.

President Cristina Fernandez, who famously dismissed soy as a weed, has said her government must protect consumers at a time when booming soy production has taken over 32 million acres of grassland once used for ranching.

Her government also has paid huge subsidies for massive feedlot operations where previously grass-fed cattle are fattened on corn and grain.

But it still takes three years from the moment a calf is born for a cut of beef to reach the supermarket, where the price — set weekly by government bureaucrats — is roughly $2 per pound, less than the going rate for a pizza that takes minutes to make.

Those low prices have Argentines, already some of the world's biggest beef consumers, practically gorging on steaks. By August of this year, Argentines devoured more than the average body-weight in beef — nearly 165 pounds, the most in 15 years, according to the Chamber of Commerce of the Argentine Meat Industry.

Most Argentines reject the idea of replacing beef with chicken, pork or other meats. Despite rich South Atlantic fisheries, seafood is rarely seen on dinner tables, and vegetarians are generally seen as culturally suspect. “By 2011, the shortage will be evident and it will be impossible to continue without importing beef,” added Hugo Biolcati, president of the Argentine Rural Society, which called on its 10,000 members — mostly large property owners involved in ranching and farming — to join an anti-government protest.

“You can't work miracles so that more calves are born,” Biolcati added. “What is born is born, and there won't be more.”

At roughly 55 million head, cattle still outnumber the 49 million humans in Argentina, but that will flip in 2011 if current trends continue, according to beef industry consultant Victor Tonelli.

Argentina's stock is expected to have 3 million fewer calves next year — cattle that would have produced 600,000 tons of meat at slaughter.



El análisis
Todos caminan hacia nuevos conflictos

Por Joaquín Morales Solá
La Nación
Domingo 2 de agosto de 2009


Dudan. Se recelan. Desconfían casi de todo. Gobierno, políticos opositores y ruralistas no saben si se sorprenderán con un fantasma nuevo o viejo a la vuelta de la próxima esquina. El campo quedó anteayer a las puertas de un nuevo conflicto con los que gobiernan. Borren todo: esa reunión no existió, dijo un dirigente agropecuario al aludir al diálogo con el jefe de Gabinete y a los pocos resultados del encuentro. En otros ámbitos, los opositores políticos preparan el golpe más contundente que podría recibir la administración desde que perdió las últimas elecciones: el Congreso le negaría la prórroga de todas las facultades extraordinarias que le delegó al Ejecutivo en el último siglo. La más importante facultad delegada que caería sería, precisamente, la de fijar las retenciones a las exportaciones.
Ese crucial debate en el Congreso comenzará el miércoles próximo. Senadores y diputados quieren anular ese mismo día, además, el decreto que dispuso un aumentó cósmico para las tarifas de gas. Hay un proyecto en ese sentido en cada una de las cámaras. ¿Cómo están los números en el Congreso? Una cosa son los números teóricos (el Gobierno no perdió aún su vieja mayoría) y otra son los números políticos. ¿Cuántos legisladores defenderán semejante aumento de tarifas en nombre de un gobierno que perdió?, espolea un diputado oficialista. El decreto caerá, probablemente. Una cámara lo anulará el miércoles; luego lo derribará la otra.
Las tarifas han aumentado en un 400 por ciento en muchos casos; una revolución de jueces está sucediendo con la aprobación de los pedidos de amparo de muchos ciudadanos.
Los jueces ordenan, por lo general, que los damnificados abonen sólo el consumo, pero no los montos asignados para que Julio De Vido haga inciertas obras de infraestructura o para que pague las importaciones de gas. El increíble aumento de las tarifas de gas es la expresión cabal del fracaso de la voluntarista política energética de los últimos seis años. Una larga fiesta ha llegado a su fin; las facturas del dispendio la están pagando quienes nunca fueron consultados sobre si querían participar de esa fiesta.
Una corriente de peronistas no alienada con Kirchner está en desacuerdo con la recuperación por parte del Congreso de sus facultades para fijar las retenciones. Acepta que es una facultad constitucional del Congreso, pero la Constitución, agrega, legisló sobre las condiciones de un mundo que no es éste. Los mercados internacionales, argumentan, se mueven ahora con un ritmo mucho más veloz que el parlamentario.
Cierto o no, ese criterio no prima en el Parlamento. Allí, los bloques liderados por el radicalismo, los peronistas disidentes, los pocos radicales K que quedan y hasta algunos peronistas kirchneristas se agolpan para votar en contra de la prórroga de todas las facultades delegadas. Es un alud imparable en contra del Gobierno, describió un kirchnerista preocupado. El kirchnerismo sólo tendría 30 votos seguros en el Senado (se necesitan 37 para la mayoría) y perdió el quórum en Diputados antes de la renovación de diciembre.
Le están dando argumentos a Kirchner para que diga que así no se puede gobernar, alertó un hombre que conoce las reacciones del ex presidente. Pero ¿por qué cambiarían los opositores cuando se siguen usando los mismos argumentos oficiales del viejo combate con el campo? ¿Por qué, cuando prevalecen las mismas políticas que fueron derrotadas hace un mes? En la vida política abundan muchas cosas, menos los suicidas.
Ocurre, también, que nadie imagina a Kirchner durante mucho tiempo en el cono de sombras donde está ahora. Nadie supone que perseverará callado, escondido y entre las cuerdas. Algunos prevén que podría lanzar una idea conmocionante sobre las reservas petroleras del país. ¿Otro manotazo como el de las AFJP? No se sabe, pero el runrún existe en niveles encumbrados de la República. Otras voces lo entrevén convocando a un espectacular referéndum sobre la gestión de Cristina Kirchner. ¿Y si el Gobierno perdiera otra vez? Entonces vendría el adiós, pronosticó un ministro.
Los dirigentes agropecuarios recuperaron el papel de víctimas que los hizo populares. Los llamaron a dialogar. Fueron al diálogo. Aníbal Fernández los escuchó y refutó algunas ideas generales. Nunca se dijo nada explícitamente en la reunión sobre la negativa del gobierno a bajar las retenciones. Los líderes del campo creyeron más en la amabilidad de los gestos que en las palabras que escucharon. Pero en la conferencia de prensa posterior de Fernández y de Débora Giorgi, disciplinada ministra de la Producción, se desayunaron de todos los noes que les habían asestado. Más aún: Giorgi habló ante los periodistas de cosas que nunca habló con los ruralistas. Nos fuimos con expectativas sin contenidos, es cierto, pero luego nos encontramos con un fracaso, relató uno de esos líderes.
¿El Gobierno les había aceptado algo que después desconoció? No nos dijeron que sí, pero tampoco nunca nos dijeron que no, narraron. Los problemas entre el Gobierno y los ruralistas son dos, ahora. Uno: ninguno de los dos quiere ser el primero en romper la embrionaria negociación. El precio de la confrontación será caro frente a una sociedad que está pidiendo un armisticio. Los dos saben, sin embargo, que caminan hacia un nuevo conflicto. El otro: la antigua cruzada política tiene ahora más condimentos económicos que políticos. Muchos pequeños productores tenían problemas para alimentar a sus animales; ahora ya empiezan a tener problemas para alimentarse ellos mismos. Ese es el estrechísimo margen en el que les toca bailar a los dirigentes rurales.
El Gobierno tiene, a su vez, enormes problemas de recaudación y de recursos. Una de las facultades delegadas le sirvió hace quince días para modificar el inciso de una ley. Ese cambio le permite a la pequeña caja de jubilaciones militares comprar títulos públicos. ¿Cuánto dinero puede invertir en títulos públicos una caja de jubilaciones militares? Poco. El dato es demostrativo de la astenia fiscal del gobierno y de su renuencia a enfrentarse en el Congreso con esa clase de debates. Tal vez los dos carecemos ya de espacios prácticos para ceder, aceptó ayer un dirigente del campo.
El conflicto que plantea el Gobierno no se refiere sólo a esas carencias (y a los errores que las hicieron posibles), sino también a sus intransigencias. Un día antes de la reunión de Fernández con los líderes rurales, la Presidenta firmó un acuerdo sobre subsidios a la lechería con un grupo de lecheros que los productores consideran traidores. Guillermo Moreno armó ese acto de cooptación, en la que algunos campesinos se desesperaban por saludar a Cristina Kirchner. Inmejorable foto para abroquelar al resto del ruralismo, inmensamente mayoritario, en contra del Gobierno.
Dividirnos ha sido siempre el principal proyecto de los Kirchner y de Moreno, se ofenden los ruralistas. Moreno no sólo es un símbolo de las líneas oficiales derrotadas por la política y la economía; es también un ejemplo tangible de que los gobernantes no quieren cambiar nada.
La cuota Hilton sobre exportaciones de carne era una responsabilidad de la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Según el último anuncio sobre esas exportaciones, éstas serán controladas de ahora en más por la Oncaa, que a su vez controla Ricardo Echegaray, un enemigo aún más odiado que Moreno por los ruralistas. No teníamos secretario de Agricultura y ahora no tenemos secretaría, rumió un dirigente rural. No hubo, ni antes ni después del diálogo, ningún gesto concreto que rectificara el enfrentamiento y la crispación de los últimos años.
Aceptamos las reglas del juego, pero la confianza no existe, dijo el influyente jefe del bloque de senadores radicales, Ernesto Sanz. Iremos al Congreso por las retenciones. Ya basta de hablar con el Gobierno sobre ese tema, señalaron los máximos dirigentes agropecuarios. ¿Por qué debería ser constructivo el diálogo con los adversarios si los gobernadores peronistas Daniel Scioli y Juan Manuel Urtubey se fueron de sus reuniones con la Presidente con el gusto amargo de la desilusión? Urtubey sólo pudo intercalar su primera crítica, sobre el Indec, y debió callar definitivamente. Y no le permitieron a Scioli que intercediera por los problemas rurales.
La Argentina deberá importar carne el año próximo para el consumo interno; esa perspectiva es ya inmodificable. La superficie sembrada de trigo de este año es la menor en 110 años de historia nacional. Es cierto que el gobierno kirchnerista ha fracasado con la energía, pero también equivocó seriamente las políticas agropecuarias. ¿Teoría solamente? Lo peor de todo es que ya se pueden tocar hasta con las manos las pruebas de la ruina.

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