Es la moneda

Viernes 17 de mayo de 2013 | 02:12

Es la moneda

Por Orlando J. Ferreres |  Para LA NACION



La inflación es un fenómeno monetario. Cuanto más rápido crecen los medios de pago más inflación tenemos. En general, los populismos niegan que la expansión monetaria permanente sea causante de inflación y atribuyen la suba de precios al afán de lucro de los "grupos concentrados", a la acción de los "medios oligopólicos" y a "causas estructurales". También sostienen que "un poco de inflación no vendría mal", es decir, que para ellos la inflación sería buena para el desarrollo. Estas ideas son compartidas por algunos funcionarios del gobierno actual.

Es importante desentrañar este problema, para lo cual la mejor alternativa es recurrir el análisis monetario. Dentro del mismo, la teoría cuantitativa del dinero nos dice que MV=PT.

¿Qué significan estas letras? M es la variación de la cantidad de dinero, medida por los medios de pago, V es la variación de la velocidad de circulación de dicho dinero, P es la variación del nivel de precios, o sea la inflación. Y T es la variación de la cantidad de transacciones, medida como mejor aproximación por la variación del PIB.

Es decir que la inflación aumenta cuando aumentan los medios de pago y la velocidad de circulación del dinero

Esta ecuación se cumple siempre. Ahora bien, haciendo pasaje de términos para ver el tema de la inflación, tenemos:

P= (MV)/T

Es decir que la inflación aumenta cuando aumentan los medios de pago y la velocidad de circulación del dinero, y se modera o reduce con el crecimiento económico.

Ahora vamos a testear esta teoría con los números concretos para ver su validez aplicada. En este momento, según las cifras de abril de 2013, los medios de pago (M2) están aumentando al 36% anual según el BCRA y el crecimiento económico, según el IGA-OJF (Indice General de Actividad) , fue para abril de 3,2 % anual, pero la inflación no es de 32,8 %, sino bastante menor. La ecuación parece fallar. Pero la explicación es que está disminuyendo la velocidad de circulación del dinero, algo que no esperaríamos en estas circunstancias. ¿Por qué no esperaríamos ese comportamiento? Porque cuando la gente le tiene mucho miedo a la inflación, que deteriora el poder de compra del peso, usa más rápido el dinero para ganarle a los precios y no quiere quedarse con ningún saldo, pues sabe que eso es perder. En ese caso aumenta la velocidad de circulación del dinero o, lo que es lo mismo, no quiere pesos, disminuye la demanda de dinero.

Sin embargo, frente a una inflación que las expectativas de la población sitúan alrededor del 30% anual, según una encuesta de la Universidad Di Tella, la velocidad de rotación del dinero debería aumentar, pero no solo no aumenta sino que disminuye. Esto es consecuencia de la "pesificación forzada". No se permite comprar dólares, no se pueden remitir dividendos (salvo alguna excepción), no se puede importar si no es con autorización previa del Gobierno y la gente y las empresas le tienen miedo a coagular dinero en inversión física por los cambios en las reglas del juego. Entonces, por los diversos" corralitos", no se usan los pesos (aumenta la demanda de dinero) o, lo que es lo mismo, disminuye la velocidad de circulación del dinero:

 

En 2011 venía aumentando significativamente dicha velocidad de circulación del dinero, pero después del cepo, con la "pesificación forzada" empezó a disminuir, como se ve en el gráfico, que está hecho en promedio móvil para evitar las oscilaciones mensuales.

Como vemos, los saldos se usaban 4,8 veces por mes en abril del 2012 y ahora rotan 4,5 veces por mes, o sea la velocidad disminuyó en 6,2% en el último año.

Efectuando las cuentas, tenemos que los medios de pago crecen a 36% (1,36) multiplicados por la velocidad que disminuye en 6,2%(0,938), eso nos da 27,6%(1,276) y este número dividido por el crecimiento del producto de 3,2 %(1,032), nos queda que la inflación a abril de 2013 es de 23,6% anual. Comparamos este número con la inflación del Congreso, que también da exactamente 23,6% entre abril de 2012 y 2013. No esperaba esta exacta coincidencia, pues algunos números son estimaciones, pero la cifra indicada por la ecuación cuantitativa del dinero señala la bondad de la estimación de la inflación por causas monetarias.

Concluimos entonces que la inflación es un fenómeno monetario, que la expansión de los medios de pago es la causa de la inflación.

Ese incremento que vemos en las góndolas es parte del mecanismo de trasmisión de la inflación

Pero hay algo más. Lo que vemos en el supermercado es el aumento de precios, y eso nos parece la inflación. En realidad, ese incremento que vemos en las góndolas es parte del mecanismo de trasmisión de la inflación entre los actores del mercado: los precios de los bienes y servicios (empresas), los salarios (los sindicatos), los costos financieros (los bancos), la presión impositiva cada vez más elevada (el Gobierno), el tipo de cambio (el sector externo), que a veces (como ahora) se usa como "ancla" antiinflacionaria. Cuando las presiones sectoriales son muy grandes, el conflicto social se incrementa y cada uno quiere "su" aumento. Si el Gobierno concede todo usa el mecanismo de transmisión inflacionaria para "lubricar" el conflicto social, aunque no logra parar la realimentación de los distintos precios, pues la causa es monetaria y ésta está impactada por el creciente déficit fiscal.

¿Qué hay que hacer para parar la inflación? Un congelamiento de precios de los supermercados no es la solución, y su efecto aparentemente moderador dura muy poco. Lo que hay que hacer es frenar la expansión de los medios de pago, que vienen creciendo al 36% anual. Esta expansión se deriva del financiamiento monetario del gran déficit fiscal. Por lo tanto, es necesario equilibrar las cuentas fiscales y con eso podríamos terminar para siempre con el factor causante de la inflación. El remedio correcto es balancear el presupuesto y no emitir para cubrir el déficit. Aunque tenga una convertibilidad de 1:1 si tengo un déficit fiscal de u$s 12.000 millones por año, la inflación baja "forzada" no va a ser estable y un día va a explotar ese modelo. En este momento volvimos a tener un déficit fiscal de u$s 12.000 millones por año. Hay que corregir este enorme desvío antes de que sea tarde

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