Un fiscal acusó a Báez de presionar a Elaskar para quedarse con su empresa

Viernes 24 de mayo de 2013 | Publicado en edición impresa

Lavado

Un fiscal acusó a Báez de presionar a Elaskar para quedarse con su empresa

Campagnolli pidió que se lo indague por extorsión al financista; dijo que hay una red de empresas por la que pasaba dinero obtenido al amparo del poder

Por Hernán Cappiello  | LA NACION



l fiscal José María Campagnolli pidió que el empresario kirchnerista Lázaro Báez sea indagado por haber extorsionado y amenazado al financista Federico Elaskar con el objetivo de quedarse con su empresa SGI, más conocida como "La Rosadita". Además, solicitó que todos los bienes de sociedades presuntamente vinculadas al empresario en Suiza sean inhibidos.

En el dictamen, el fiscal describió una trama societaria supuestamente usada por Báez para lavar dinero negro obtenido a través de un complejo esquema de firmas vinculadas entre sí. Hasta ahora no se conocía la existencia de esta causa judicial, que fue iniciada el año pasado.

La hipótesis del fiscal es que por esta cadena de empresas con más de 200 eslabones circuló dinero obtenido por Báez a través de negocios realizados al amparo del poder.

Según Campagnolli, en el desarrollo de esa estructura hubo dos períodos. El primero, que va desde 2002, cuando se convocó a elecciones presidenciales que después ganaría Néstor Kirchner en 2003, hasta una semana antes de la muerte del ex presidente, en 2010. Esta trama incluye 148 compañías creadas en Nevada, Estados Unidos, constituidas a razón de una por semana, comandadas por una firma desde el paraíso fiscal de las islas Seychelles.

Una segunda etapa del blanqueo, en la que aparece la financiera de Elaskar en Puerto Madero, SGI, habría transcurrido desde 2010 hasta ahora, y se habría realizado mediante otras 55 firmas, esta vez radicadas en España, Uruguay, el Reino Unido, Irlanda, Nueva Zelanda, Panamá y Suiza.

Todas estas firmas de las dos épocas de blanqueo tienen una empresa madre en común: Helvetic S.G, con sede en Suiza. Es la firma que se quedó con el control de SGI, que según Elaskar y las evidencias que reunió Campagonolli, pertenecería a Báez.

Ahora la jueza de instrucción María Gabriela Lanz debe decidir si indaga a Báez por extorsión, junto con su contador Daniel Pérez Gadín y los directivos de las sociedades ligadas a ellos vinculados al control de SGI, como lo pidió Campagnolli.

La defensa de Báez efectuó ayer una presentación ante el juez Sebastián Casanello para solicitar que se investigue "si existe una investigación paralela". En un comunicado expresó que Gabriel Gandolfo y Nicolás Guzmán, abogados del empresario patagónico, solicitaron determinar si Campagnolli, "abiertamente incompetente, se encuentra llevando a cabo una investigación simultánea, a espaldas del juez federal y del fiscal federal Guillermo Marijuan".

Toda esta investigación es por un delito de competencia de la justicia ordinaria, no federal. Pero Campagnolli, en menos de un mes, ahondó en toda la trama para descubrir la red de lavado y envió las conclusiones de su trabajo al fiscal Marijuan, quien investiga a Báez por lavado de dinero, un delito federal. El fiscal se las envió al juez Casanello, quien dirige la causa, para que le sirva como insumo y le permita avanzar.

Este expediente se inició por una denuncia contra Elaskar, hasta ahora desconocida, que presentaron los nuevos dueños de SGI el 27 de septiembre de 2012. Se quejaban porque la AFIP los estaba intimando para justificar un préstamo hipotecario por 256.000 dólares que había realizado Elaskar -con dinero negro no justificado- a un empresario para comprar un piso y una cochera en el Hotel Faena de Puerto Madero.

El comprador devolvió el dinero al mes, pero eso no acalló las denuncias ni a la AFIP. Los denunciantes presentaron las actas de directorio de SGI que los acreditaba como dueños de la empresa y le iniciaron a Elaskar una causa por amenazas.

Cuando Campagnolli estaba en esta investigación, Elaskar apareció en el programa Periodismo para todos denunciando que le habían sacado su financiera bajo presión. El fiscal cambió el foco de su causa y recuperó los documentos societarios que prueban -según Campagnolli- cómo "despojaron bajo amenazas a Elaskar de sus acciones en la compañía, obligándolo además a abandonar los cargos directivos que ejercía". Entendió además que se "ejerció violencia" sobre Elaskar desde ese momento hasta forzarlo a retractarse de su denuncia realizada en el programa de Jorge Lanata.

Campagnolli reconstruyó que SGI, a poco de ser constituida con un capital de $50.000, pasó a manos de Elaskar en 2007, que la presidió hasta junio de 2011. La firma se trasladó al Madero Centener en abril de 2010 y amplió su capital primero a $3.000.000 y luego a $5.000.000. El negoció florecía con un aumento de su capital de 100 veces. Eran las épocas en que ya estaba en contacto con Leonardo Fariña y manejaba otros negocios de Báez. En pleno auge, Elaskar convocó a una asamblea de accionistas para el 15 de junio de 2011. Esa reunión nunca se llegó a hacer. Sorpresivamente renunció como presidente de la empresa. Lo hizo el 4 de julio de 2011 cuando informó que se desprendió de la mitad de las acciones de la firma. Esas acciones quedaron en poder de la empresa Ser Norte Holding. Y el 18 de julio fue reemplazado por César Fernández.

El "golpe de timón" en el apogeo de la firma fue producto del apriete de "un grupo de individuos poderosos y conscientes de su impunidad", concluyó el fiscal. Esas amenazas llevaron a Elaskar a dejar el país el 23 de octubre de 2011 y no volver hasta un año más tarde.

En ese momento ingresó a SGI un nuevo "grupo de poder: Ser Norte Holding que cedió sus aciones a Néstor Marcelo Ramos, accionista de Helvetic SG, la cabeza de la red de lavado. Ramos es el hombre en común entre ambas empresas con ciudadanía argentina e italiana y socio de firmas ligadas a Helvetic en todo el mundo. Helvetic (Báez para el fiscal) hizo operaciones inmobiliarias en la Argentina. Según datos de la Bolsa de Comercio en poder de Campagnolli, le compró en 1.372.820 dólares al banquero Jorge Brito acciones de la Continental Urbana, (dueña de un shopping en San Justo) mediante transferencias a cuentas en Nueva York. También adquirió tres departamentos de la Torre Renoir, de Puerto Madero, mediante nueve transferencias realizadas desde el Federal Reserve Bank..

Del editor: qué significa.
La primera causa abierta por el affaire Báez -hasta hoy desconocida- avanzó en silencio. El resto todavía es pura confusión

No hay comentarios.:

Publicar un comentario