El Gobierno dio marcha atrás con la suba de Bienes Personales

La política impositiva / Sorpresivo cambio de rumbo

El Gobierno dio marcha atrás con la suba de Bienes Personales, en medio de internas

Por  | LA NACION


El día en el que el dólar rozó los $ 11, el anteproyecto para forzar a que más gente pague el impuesto a los bienes personales se convirtió en la astilla para que estallara en pedazos la interna entre los funcionarios encargados de la política económica.

En nombre de la presidenta Cristina Kirchner, el ministro de Economía, Axel Kicillof, salió a desmentir ayer por la tarde que el Gobierno impulse un proyecto en el Congreso para valuar las propiedades al valor del mercado, como sostuvo en forma enfática anteayer el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray.

Este funcionario había anticipado que la reforma de Bienes Personales buscaba que más gente pagara este tributo, valuando las propiedades al precio del mercado y aumentando las alícuotas, entre otros ejes.

"Una medida de ese tipo tiene efecto socioeconómico negativo, por lo que la Presidenta descartó terminantemente un aumento y yo mismo opino que no hay que hacerlo", dijo el ministro a Radio del Plata. En forma paralela, fuentes cercanas al ministro especificaron que "no se puede aceptar un cambio impositivo que se base en que el mercado fije el precio de los inmuebles para pagar Bienes Personales".

En diálogo con LA NACION indicaron que "puede ser una medida positiva desde el punto de vista de la recaudación, pero generaría una gran injusticia desde la equidad tributaria". Así, dejaron mal parado no sólo a Echegaray, sino también al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que ayer -volviendo sobre sus propios pasos- ratificó que el proyecto iba a ser enviado al Congreso el 1° de febrero.

En Economía además subrayaron que no hay humor social (por los cortes de luz y la inflación) ni político como para pensar que una reforma de este tenor pudiera ser aprobada en el Congreso. "Se mandó solito a anunciar algo para lo que no tenía aprobación ni de la Presidenta ni del ministro", expresaron.

Sin embargo, un comunicado de la Presidencia de la Nación ayer llevó el título de "Enviarán a extraordinarias proyecto sobre Bienes Personales", en el que Capitanich desmentía una supuesta contradicción con Echegaray, aunque en realidad anteayer el jefe de Gabinete había afirmado lo contrario. Pero mientras Capitanich daba su habitual conferencia matutina, Kicillof recibía esta orden de la Presidenta en una reunión en la residencia de Olivos, convocada originalmente para analizar la marcha del débil acuerdo de precios que arrancó anteayer. "Esto no puede pasar ni un día más: hay que desmentirlo", fue la orden que recibió el ministro de la jefa del Estado.

Un día después de que Echegaray señaló en una conferencia de prensa que había recibido la orden del Gobierno para avanzar en este sentido ("tengo preparado a mi equipo para ir al Congreso en extraordinarias, dijo a LA NACION), se desató esta guerra. El objetivo de Kicillof es que Echegaray renuncie a la AFIP, pero "nadie lo va a echar", aclararon.

Sin reparos, en la entrevista radial Kicillof afirmó con un tono irónico: "Estuve muy ocupado con otros temas, pero lo voy a llamar a Echegaray para que me explique de qué están hablando". Hasta las 20, ese diálogo no se había producido.

Otro funcionario de Economía aclaró a LA NACION que "originalmente este proyecto estaba en el paquete antievasión tres, pero luego fue retirado, por lo cual acá no hay nada en estudio en este sentido y son curiosas tanto las declaraciones de Capitanich como las de Echegaray".

De este modo, por primera vez el ministro también quedó enfrentado con Capitanich, quien se suponía que era su aliado interno desde que asumió como ministro.

En forma paralela, al focalizar los cañones sobre Echegaray, el ministro buscó también disipar los nervios generados ayer en el Gobierno por el hecho de que el dólar blue rozó los $ 11 y por los cálculos de los economistas que estiman que la inflación de este mes podría rondar el 4%. El dato cobra mayor gravedad porque en febrero se conocerá el primer índice "renovado" de inflación. Según confesó un economista del oficialismo, "si convalidamos un aumento de precios del 4 por ciento en las cifras del Indec, estamos sentando un precedente muy peligroso porque en términos anualizados estaríamos en una suba del 40 por ciento". De lo contrario, "si se mantuviera una cifra irreal, fracasaría la reforma del IPC". El economista señaló que "Axel quiere aumentar el ritmo de devaluación del peso aún más para devolverle competitividad a la industria, porque considera que endeudarse sería transferirle ganancias al sistema financiero".

También, intentaría ampliar el retiro de subsidios -como se hizo con el boleto a los colectivos- para achicar parte del déficit fiscal y subir las tasas de interés, todo lo cual es parte de lo que piden los analistas, pero, a la vez, complicará más la situación económica. La proyección reservada de una corriente oficialista es de un crecimiento del 0% y una inflación del 40% para este año.

La desmentida oficial al anuncio oficial

El sitio oficial de prensa de la Presidencia mantuvo la noticia durante casi toda la jornada de ayer. "Enviarán a extraordinarias proyecto sobre Bienes Personales", tituló el portal, sobre la base de lo anunciado por la mañana por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. La gacetilla se mantuvo hasta bien entrada la tarde, incluso dos horas después de que el ministro de Economía, Axel Kicillof, negara "terminantemente" esa posibilidad y la atribuyera a "versiones periodísticas"..

 
 
Del editor: qué significa.
El Gobierno saldó sus internas en público, con un proyecto destinado a desatar una fuerte oposición social. Inédito para el verticalismo kirchnerista.



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