La Educación en Argentina

Aumentó un 45% la cantidad de alumnos extranjeros que estudian en la UBA
Es en comparación con 2007; unos 6698 jóvenes eligieron esa universidad para cursar sus estudios

Martes 3 de noviembre de 2009


La cantidad de alumnos extranjeros que vinieron a la Argentina para estudiar en la Universidad de Buenos Aires (UBA) aumentó un 45% este año, en comparación con 2007.

Según un informe de la UBA, este año 6698 estudiantes cursan sus estudios en esa Universidad.

Según el comunicado, esa cifra se compone "por 1749 alumnos que cursan materias del ciclo de grado, 1804 estudiantes de posgrados y 3145 inscriptos al CBC 2009, para cursar las carreras completas".

El informe de la UBA fue presentado por la secretaria de Asuntos Académicos, Edith Litwin; el subsecretario de Relaciones Internacionales, Marcelo Tobin; y el subsecretario de Relaciones Institucionales y Comunicación, Ariel Sujarchuk, en una conferencia de prensa, realizada hoy en el Rectorado.

La Nacion


October 6, 2009, 6:44 am
What Happened to Argentina?
By Edward L. Glaeser


A century ago, there were only seven countries in the world that were more prosperous than Argentina (Belgium, Switzerland, Britain and four former English colonies including the United States), according to Angus Maddison’s historic incomes database. In 1909, per capita income in Argentina was 50 percent higher than in Italy, 180 percent higher than Japan, and almost five times higher than in neighboring Brazil. Over the course of the 20th century, Argentina’s relative standing in world incomes fell sharply. By 2000, Argentina’s income was less than half that of Italy or Japan.

The chart below shows the relationship between income in 1909 and income in 2000 in 1990 dollars, and Argentina is the extreme outlier. The gap between 2000 income and predicted economic success, based on 1909 income, is larger for Argentina than for any other country.

Why did that once-wealthy nation do so poorly?

In its pre-World War I heyday, Argentina thrived as a trading giant shipping beef and grain abroad. After World War II, formerly poor countries including Japan, Korea and Italy followed an export-led model to wealth. A combination of external shocks (two world wars and the Great Depression) and protectionism caused Argentina to turn inward.

Peronism was not only protectionist, but it also favored large state enterprises and significant regulation of the economy. Neither strategy has been particularly good for growth. Argentina’s inbred banking system has historically had trouble weathering severe shocks. Decades of political instability have made property rights insecure and investment unattractive.

Argentina was cursed with bad policies that bear much of the blame for the country’s problems, but why was Argentina’s public sector so problematic?

Those bad policies weren’t just bad luck. To understand Argentina’s political problems during the 20th century, we must look back to the Belle Epoque, and try to understand why, despite its wealth, Argentina was different from other wealthy countries, like the United States.

In a recent paper, Felipe Campante and I have taken an urban perspective on Argentine exceptionalism and compared Buenos Aires and Chicago in 1900.

In many ways, the two cities are strikingly similar. Chicago grew great in the 19th century as a conduit for the agricultural wealth of the American hinterland. In 1816, it cost as much to move goods 32 miles over land as to ship across the Atlantic. The enormous costs of shipping by land caused America’s population to perch on the Eastern Seaboard, dependent on an Atlantic lifeline. Over the 1800s, a great transportation network of canals and rails makes America’s rich farmland accessible. Cities like Chicago grew as the nodes of that network.

Chicago’s fortune is made by two canals, the Erie Canal and the Illinois and Michigan Canal, which turned Chicago into the linchpin on a great watery arc that runs from New York to New Orleans. Railroads complemented the waterways and enable the rich farmland of Iowa to ships its corn, in porcine form, to eastern markets via Chicago. Chicago’s most famous 19th century industry was its stockyards, which thrived because of refrigerated rail cars that shipped slaughtered beef back east. Clothing employed even more Chicagoans, who were making garments for thousands of rural customers, supplied by Marshall Field, Montgomery Ward and Sears, Roebuck.

The story of Buenos Aires is broadly similar. Like Chicago, the city was surrounded by a vast, fertile hinterland. Buenos Aires grows as a center for transporting agricultural products east. The frigorificos, refrigerated ships, greatly increased its ability to ship beef. Clothing was also Buenos Aires’s largest industry.

But there were also major dissimilarities between the two places.

Chicago was substantially wealthier, even a century ago. Capital per worker was more than twice higher in the Windy City. Chicago was a seedbed of technological innovations, including the skyscraper, the zipper and the electric washing machine. Buenos Aires’s entrepreneurs, such as the industrious Torcuato DiTella, often succeeded by importing American technologies, as DiTella did with gas pumps and refrigerators.

The greater levels of technological innovation in Chicago probably reflect the higher levels of education in the United States. Throughout the 19th century, Chicago was almost completely literate, because the rural migrants who came to the city had been well educated in the common schools that dotted America’s farmland. By contrast, more than a fifth of Buenos Aires’s population was illiterate until 1900, reflecting the far lower levels of education in rural Argentina.

As the next figure shows, no variable from 1900 better explains success in 2000 than investment in education.

Schooling is measured by the share of the relevant populations that was enrolled in primary, secondary or tertiary schooling. Argentina may have been rich, but it was not that well-educated. In 2000, Argentina was doing about as well as would be expected based on its education levels in 1900. Long-run national success is built on human capital, both because of the link between schooling and technology and because of the link between education and well-functioning democracy.

I will return to this link, and to the puzzle of Argentine exceptionalism, in a future post.

http://economix.blogs.nytimes.com/2009/10/06/what-happened-to-argentina/


El nuevo rector de la UTDT
"Debería existir un ranking de universidades"
Tienen que competir y cooperar entre sí, afirmó Mora y Araujo

Lunes 7 de setiembre de 2009

Mariano De Vedia
LA NACION


"Las universidades deben competir y cooperar. El secreto está en el equilibrio." Así resume el flamante rector de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Manuel Mora y Araujo, la misión de las instituciones argentinas de educación superior, en tiempos en que el mundo ofrece ejemplos e instrumentos para avanzar hacia una educación de calidad.

Por eso, recomienda elaborar un ranking público e independiente de evaluación de las universidades y poner en marcha un sistema de créditos que permita a los estudiantes elegir en qué institución cursar determinadas materias de una carrera.

"En la Argentina debería haber mayor preocupación por establecer estándares mínimos de exigencia en todo el sistema universitario", dijo a LA NACION el sociólogo y abogado, profesor de opinión pública de la Maestría en Periodismo y presidente del Consejo de Dirección de la UTDT, que hace una semana asumió como rector por cuatro años, al suceder al economista Juan Pablo Nicolini.

Fundada en 1991, la UTDT reúne hoy unos 3000 alumnos en carreras de grado y de posgrado. A la nueva gestión la aguardan arduos desafíos, como completar la mudanza al antiguo predio de Obras Sanitarias, en Figueroa Alcorta y La Pampa, donde se constituirá el campus universitario.

Próximo a cumplir 62 años, Mora y Araujo estimó que el sistema universitario argentino es bueno, pero con muchas diferencias entre las instituciones. Dijo que "las universidades no están formando a las personas que necesitan la economía y la sociedad", y advirtió sobre la desproporción entre el número de alumnos de carreras de ciencias sociales y los que eligen las áreas tecnológicas.

-¿Es viable en la Argentina un ranking de universidades?

-En la Argentina todo es difícil. Pero lo creo deseable y me gustaría que ocurriera. Si podemos contribuir un poquito, lo vamos a hacer. Muchos países tiene rankings y todas las personas pueden saber cómo están clasificadas las universidades.

-Para eso es indispensable que las universidades se sometan voluntariamente a la evaluación.

-Por supuesto. En todos los países hay resistencias de las universidades que creen que serán mal evaluadas. Pero sería bueno que existiera. Hay otro problema muy preocupante. La Argentina tiene una escasez de ingenieros, agrónomos, profesionales de muchas disciplinas vinculadas con las ciencias básicas, y una abundancia de abogados, estudiantes de economía y de ciencias sociales.

-¿Por falta de planificación?

-Puede ser. Pero no sé si la solución es una planificación de la burocracia estatal. Debería depender de cada universidad. Una carrera de ingeniería o de física nuclear es más costosa que una de derecho o comunicación. Pero, más allá de eso, hay un tema de demanda. Quizás algún día tengamos acuerdos con otras universidades para no duplicar esfuerzos.

-¿Se puede avanzar en alianzas entre universidades?

-Se puede y se hace entre universidades privadas y públicas. Hay muchas áreas de cooperación. Es fundamental para evitar superposiciones.

-¿Cómo sería un acuerdo?

-Una posibilidad es otorgar créditos por materias cursadas a través de convenios como los que hoy existen entre universidades argentinas y del exterior. Es difícil imaginar en el país que un alumno de una universidad pueda cursar materias en otra. Deberíamos ir en esa dirección.

-¿Cómo se compatibiliza la idea del ranking, en el que las universidades compiten, con la necesidad de establecer acuerdos?

-Las empresas y organizaciones de una misma industria compiten y al mismo tiempo integran una misma cámara. Se saludan y no se detestan. Competir y a la vez cooperar no es antagónico. Un sistema así es en beneficio de todos, salvo de aquellos que estén muy seguros de que nunca van a salir bien parados.

-¿Es conveniente debatir una nueva ley de educación superior?

-Es innecesario y va a generar debates ideológicos estériles. Hace tres años el entonces presidente Néstor Kirchner valoró el esfuerzo de las universidades privadas en favor de la enseñanza y la investigación, al otorgar en la Casa de Gobierno la habilitación definitiva a varias universidades, entre otras la UTDT. Dijo que la Argentina necesita a todos y que estaba orgulloso de entregar esos reconocimientos. Si este gobierno respondiera a la misma línea, su orientación debería estar definida por ese discurso, que fue notable.
Perfil

    * Trayectoria. Nacido en Buenos Aires el 30 de septiembre de 1937, Manuel Mora y Araujo se graduó en derecho y sociología en la UBA. Hizo estudios de posgrado en Francia y en Chile.

    * Formación. Sus áreas de especialización son la sociología política, opinión pública, metodología de la investigación social y comunicación institucional.

    * Desafíos. En su gestión como rector procurará incrementar el número de alumnos y profesores, para fortalecer la "masa crítica" y crear nuevas carreras.

    * Dimensión. Creada en 1991, la UTDT tiene 3000 alumnos en carreras de grado y de posgrado.


La Nación


¿Cuatro abogados por cada ingeniero es lo que necesita la Argentina del siglo XXI?
Por Rosendo Fraga
Especial para lanacion.com

Martes 1 de setiembre de 2009


En la Argentina, están egresando de la universidad cuatro abogados por cada ingeniero.

¿Es lo que realmente la Argentina necesita a comienzos del siglo XXI, cuando el conocimiento científico aparece como verdadera clave del crecimiento y el progreso en el largo plazo?

No es un dilema nuevo. Al asumir Julio A. Roca su segunda Presidencia en 1898, en el primer mensaje que envía al Congreso dice: "Se hace indispensable entrar resueltamente en ese orden de ideas (la enseñanza práctica) y abandonar tradiciones y costumbres cuyos deplorables resultados pueden sentirse y palparse no sólo entre nosotros sino en todas las civilizaciones que se han dejado dominar por ellas. En la esperanza de poder contribuir a esos objetos, solicitaré vuestra colaboración para la fundación de colegios y escuelas de agricultura, y demás industrias de inmediata aplicación".

En ese mismo mensaje de 1898, destacaba al modelo educativo de los Estados Unidos como el más adecuado a nuestras necesidades: "El gran poder industrial y el inmenso desarrollo agrícola de los Estados Unidos no son la obra de la improvisación o el acaso, sino el resultado de la educación industrial propagada con perseverante ahínco por todos los medios, desde los primeros días de su existencia, siendo en algunos estados precepto constitucional el establecimiento de escuelas de agricultura y debido a ello es que se les ve instruidas con envidiable profusión en todo el vasto territorio de la República."

Consecuente con esta idea, en 1900 se enviaron los primeros 20 jóvenes becados a los Estados Unidos para estudiar en escuelas industriales y agrícolas, programa que en los años subsiguientes se mantuvo y amplió.

El entonces ministro de Justicia e Instrucción Pública, Osvaldo Magnasco, preparó un proyecto de reforma del sistema educativo, que entre otras iniciativas contemplaba transformar la mitad de los colegios nacionales en colegios industriales y agrícolas, buscando así vincular el sistema educativo con el mundo del trabajo.

En 1901, en el mensaje al Congreso en el que anticipó el envío de este proyecto, Roca dijo: "En vuestras primeras sesiones os daré cuenta del decreto destinado a reorganizar debidamente la enseñanza secundaria, conforme a sus fines propios y a las exigencias que la economía nacional impone particularmente a nuestra instrucción".

Para explicitar este concepto agregó: "La vieja educación enciclopédica y siempre doctrinaria va siendo enérgicamente desalojada y sustituida, ante el reclamo unánime de los más notables pensadores, por la enseñanza que calcula la utilidad del valor de sus máquinas. Escuelas y colegios son hoy establecimientos de la más noble industria: la que trata de producir elementos sociales del mayor valor civilizador, mejorándolos gradualmente y habilitándolos así para vencer en la concurrencia del trabajo y de la inteligencia productiva".

Magnasco defendió con firmeza y elocuencia sus proyectos en el Congreso, pero fue derrotado. Los defensores de la cultura enciclopedista al estilo francés convergieron con intereses de las provincias, las que creían que sustituir un Colegio Nacional por uno de Agricultura o Industria era una suerte de "menoscabo".

Pero la obra de gobierno de Roca en su segunda presidencia no se frustró por este traspié. Creó las escuelas comerciales de Capital, Rosario, Concordia y Bahía Blanca; la Escuela Industrial de la Nación; el Instituto de Agronomía y Veterinaria y diversas escuelas prácticas de Agricultura en combinación con el ministerio del ramo. En el campo universitario, se creó el Instituto del Profesorado de Lenguas Vivas, se estableció la independencia económica de las universidades y se inauguró el nuevo edificio de la Facultad de Medicina.

Si bien el proyecto formal de reforma educativa con el cual Roca quería corregir su propia obra educativa del primer mandato se frustró en el Congreso, pudo igualmente terminar su segundo mandato con avances. Esto dijo en su último mensaje al Congreso en 1904, meses antes de terminar el segundo período: "Dignos de mencionarse son los movimientos que se operan en todo el país en favor de la enseñanza práctica, encauzada por los métodos activos modernos."

Ha pasado más de un siglo desde entonces y la debilidad relativa de la Argentina en los estudios técnicos y científicos respecto a las humanidades, sigue siendo muy fuerte.

Pero una vigorosa constante parece operar en el sentido contrario y removerla puede resultar importante no sólo para el crecimiento económico, sino también para establecer la necesaria relación entre la educación y el mundo del trabajo, para satisfacer la creciente demanda de personal calificado y disminuir la emigración de cerebros hacia el exterior.

Rosendo Fraga es el director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

La Nación


En América Latina
El país lidera el ranking de paros docentes
Laura Casanovas
LA NACION

Miércoles 3 de diciembre de 2008

La Argentina es el país con más alta conflictividad docente en América latina: una de cada tres huelgas de la región ?el 33,8%? afecta a sus escuelas, a pesar de que los salarios no son los más bajos. Así lo advirtió el secretario de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, en un debate que compartió con especialistas del área en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

Ante un auditorio colmado por estudiantes universitarios y docentes, Sileoni consideró "justos" los reclamos de los maestros, pero indicó que el paro "debería ser la última solución y no la primera", debido a su consecuencia inmediata: la pérdida de días de clases.

Durante todo 2007 hubo 370 conflictos educativos en la región, de los cuales 125 tuvieron lugar en la Argentina, según datos del Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas (Odelp), con sede en Brasil.

A dos años de la sanción de la nueva ley de educación, el encuentro se centró en los logros y en los temas pendientes del sistema educativo, en un año en que 14 provincias no podrán garantizar por los paros el mínimo de 180 días de clases previstos por ley.

"La política educativa debe premiar determinadas conductas. Si parar o no parar da lo mismo, no sirve. Hay que establecer estímulos", dijo el licenciado Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP).

El viceministro Sileoni transmitió la preocupación del Gobierno por los días de clases que pierden los alumnos, y consideró: "El conflicto se resuelve con más diálogo y con más paritarias".

En tanto, la doctora Claudia Romero, directora del Area de Educación de la UTDT, estimó necesario buscar otros métodos para protestar, y advirtió: "Si bien hay mucha bronca por parte de las familias debido a los paros, no hay una clara de demanda de mejor calidad educativa".

El debate comprendió una mirada sobre la marcha de las políticas educativas, al margen de los conflictos. Axel Rivas, director de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), señaló que el país viene cumpliendo en general las metas de inversión fijadas en la ley de financiamiento educativo, que exige llegar al 6% del PBI en 2010. Pero alertó sobre el riesgo de que el objetivo no se alcance en un escenario de posibles restricciones económicas y fiscales.

Dijo que la meta de inversión que plantea la norma al Estado nacional se cumple por encima de lo previsto y el compromiso de las provincias avanza, salvo algunas jurisdicciones que están incumpliendo.

Rivas señaló que si bien la ley de financiamiento educativo permitió un incremento del salario real docente del 23,4%, entre 2005 y 2007, hay falencias "en los mecanismos para evitar que los conflictos afecten el derecho de la educación de los alumnos". Incluso, indicó que hay más nivel de conflicto que antes de la sanción de la mencionada norma.

En ese sentido, Sileoni admitió que los conflictos docentes son todavía "un tema muy vigente" y que no han podido resolver aún el cumplimiento efectivo de los 180 días de clases.

Iaies, en tanto, sostuvo que la continuidad de los paros producen una "distancia complicada" entre los docentes y la sociedad. Y mencionó que hay escuelas en las que se ha perdido el hábito de hacer regalos a los docentes el Día del Maestro.

El encuentro, que contó con el apoyo de la Fundación LA NACION, tuvo como premisa analizar qué cambió en la educación argentina, a dos años de la sanción de la ley de educación nacional.

Entre los objetivos que enuncia la norma está el de "asegurar una educación de calidad, con igualdad de oportunidades". Surgió en el diálogo el persistente problema de la desigualdad educativa. "En la Argentina se da más a quienes tienen más. La desigualdad se extiende y se ha naturalizado, al igual que la repitencia", comentó Romero.

Rivas se refirió a la "enorme brecha de desigualdad que tiene nuestro federalismo", lo cual se advierte en la gran variación de inversión por alumno entre las provincias.
Repensar el secundario

La nueva ley de educación establece la obligatoriedad del colegio secundario. Ante una pregunta del público, Sileoni comentó que la Argentina "tiene una buena cobertura inicial del secundario, pero poca tasa de egresados". Al respecto, recordó que el año pasado 90.000 chicos terminaron el secundario, pero no se recibieron porque aún adeudan alguna materia. Romero fue rotunda: "Necesitamos pensar la escuela secundaria toda de nuevo".

Sileoni dijo que, a dos años de la nueva ley de educación, hay muchas cosas que el Estado nacional y las provincias están haciendo, como el cumplimiento de las metas financieras previstas por la ley. "La sociedad argentina advirtió que la educación no es sólo un tema de los educadores. Llegar al 6% del PBI en inversión educativa en 2010 es un logro de la sociedad", indicó el funcionario.

Al respecto, el título de la presentación de Iaies fue elocuente: "Una nueva ley para el mismo sistema". Y estimó: "Si el sistema estructural es el mismo ¿por qué pensamos que algo va a cambiar?".

Para Romero la mejora escolar "no opera por demolición, sino por reconstrucción, lo cual es importante para quienes hacen política". Y consideró que un factor clave para ello es "apostar al docente" y favorecer el clima escolar.

La Nacion

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