La intimidad del recinto en el último discurso de Cristina Kirchner ante la Asamblea Legislativa

Domingo 01 de marzo de 2015 | 23:59

La intimidad del recinto en el último discurso de Cristina Kirchner
ante la Asamblea Legislativa

La anotación de Lorenzetti, la mueca de Cobos, el grito de Bullrich,
los dedos en V de Pinedo, los pétalos de rosas; qué pasó hoy en la
Cámara de Diputados

Por Natalia Pecoraro | LA NACION

"Esclarecedor e histórico". "Maravilloso, contundente y con un
análisis muy preciso de la realidad del país". "Muy contundente y
claro, con un interesante repaso". "Volvió a exhibir su enorme
estatura de dirigente y estadista". "Fundamental".

"Autocelebratorio". "Una lamentable falta de respeto". "Autobombo con
agresiones". "Mentiroso y alejado de la realidad". "Exagerado". "Faltó
realismo, fue extenso y difuso". "Derrapó al final". "Virulento".

La presidenta Cristina Kirchner inauguró hoy el 133 período de
sesiones ordinarias del Congresocon un discurso de tres horas y
cuarenta minutos ante la Asamblea Legislativa. En un recinto repleto
de diputados, senadores, ministros, funcionarios, invitados y
militantes, la mandataria entró a la Cámara baja en medio de una
ovación. Aplausos y cantos.

Foto: DyN

La pila de apuntes que la Presidenta tenía sobre el escritorio
auguraba un discurso largo. Habló primero de economía: deuda
reestructurada, reservas delBanco Central . Estaba alegre, hasta
chistosa.

Llevaba sólo veinte minutos hablando cuando ya se vieron caras de
cansancio y bostezos de legisladores opositores. La mayoría de los
oficialistas seguía con atención las palabras de la Jefa. "Hemos
desendeudado definitivamente a la Argentina", dijo. Y estalló una
parte del recinto: "Patria sí, colonia no", gritaron.

Política de desendeudamiento, crisis económica internacional, "el
turismo explotó", "recuperación" de Aerolíneas Argentinas, empleo,
cobertura jubilatoria. "La inmensa mayoría de los argentinos no sabe
odiar y quiere amar", dijo. Y habló del "miedo". Hasta soltó:
"Auguraban un diciembre de saqueos, sin luz; faltó que nos dijeran que
nos iban a violar a todos".

Cada vez que la mandataria mencionó a algún área del Gobierno, las
cámaras que seguían la transmisión -por cadena nacional- enfocaban al
funcionario encargado de esa área. Por ejemplo, cuando habló de
Aerolíneas Argentinas, las cámaras apuntaron al presidente de la
aerolínea de bandera, Mariano Recalde .

La primera vez que Cristina mencionó al Poder Judicial, algunos
empezaron a chiflar, en una clara señal de reprobación. Los frenó en
seco. "No, no, no", dijo. Más tarde criticaría a "la Justicia" con
furia.

Leyes laborales, Asignación Universal por Hijo, salario mínimo, vital
y móvil; subsidios, Conectar Igualdad, planes Progresar, Procrear,
Nacer, Sumar; el calendario de vacunación, la cantidad de inscriptos
para estudiar Ingeniería, el plan nuclear, la "reindustrialización"
del país, la "limpieza" de la cuenca Matanza-Riachuelo. Mientras
repasaba su gestión, la Presidenta se mostró canchera. "Perdí el
papel, me muero, me mato", llegó a decir cuando no encontraba un
apunte.

Cuando habló de los ingenieros ("una política de Estado"), Cristina
aclaró que se refería "a los ingenieros, pero a los buenos". Su ex
vicepresidente, Julio Cobos , de profesión ingeniero, acusó recibo.

Aparte de los vítores, se escucharon algunos gritos puntuales. José
María Di Bello, referente de la comunidad gay, alzó su voz cuando la
mandataria habló del sida. "Gracias, Cristina", dijo. La diputada
opositora Patricia Bullrich gritó algo que no se entendió, pero llamó
la atención porque lo hizo con las manos rodeando su boca. El senador
Gerardo Morales de la UCR, pidió a los gritos "una moción de orden,
que vuelva al debate". (La Presidenta contestó: "Me encanta, déjenme
volver a ser legisladora, voy a volver al debate").

Que nadie se ponga nervioso

Con Julián Domínguez sentado a su derecha yGerardo Zamora a su
izquierda ( Amado Boudou no participó de la Asamblea Legislativa
porque había viajado a Uruguay para la asunción de Tabaré Vázquez ,
Cristina coleccionó frases. "Que nadie se ponga nervioso", "Los
satélites no se hacen en el fondo del garage de De Vido", "En el G20
nada se aprueba sin el consentimiento de Estados Unidos y China
notifíquense", "A todos los argentinos y fundamentalmente a los que
tienen aspiraciones de conducir el país, la necesidad de abrir la
cabeza".

El único anuncio concreto que hizo la mandataria fue el envío al
Congreso de un proyecto de ley para estatizar la administración de los
trenes. Los legisladores kirchneristas aplaudieron y se pararon al
unísono. Pero también aplaudieron algunos opositores, como el diputado
y precandidato a presidente Sergio Massa .

"Calculamos que el compañero que levanta todas las banderas del
justicialismo, su bancada nos va a acompañar", dijo, en una chicana a
Mauricio Macri quien la semana pasada dijo que "reivindica cien por
cien las banderas del justicialismo". Y agregó: "Preparate, Pinedo,
vos con ese apellido estatizando los ferrocarriles, no sé cómo harán".
Rápido de reflejos, el diputado de Pro Federico Pinedo alzó sus dedos
en V, al estilo peronista.

Hacia el final del discurso, Cristina se mostró enojada. Ante carteles
que pedían "AMIA comisión investigadora" y "AMIA apertura de
archivos", la Presidenta fue efusiva: "No necesito cartelitos para
hablar de la AMIA, hablo desde 1994". Habló de los atentados a la
mutual judía y a la embajada de Israel, de las "demoras", del
"contexto internacional" de la causa AMIA. Luego habló del
fiscalAlberto Nisman quien estaba a cargo de la Unidad Fiscal AMIA y
fue encontrado muerto en su casa el 18 de enero.

"Lamento su muerte, como lamento la muerte de cualquier ser humano",
dijo. En el recinto reinaba el silencio. Mencionó dos documentos
hallados en una caja fuerte de Nisman y aseguró que la comparación de
esos escritos debería llamarse "Nisman versus Nisman".

¿A cuál Nisman le creo?

"¿A cuál Nisman le creo? ¿Al que plantea una denuncia sin pruebas o al
que defiende toda mi actuación?", se preguntó. Oposición, oficialismo
e invitados seguían cada palabra con atención.

La Presidenta consideró que la acusación en su contra fue una
acusación "a la Argentina" y soltó: "Aparecen dos documentos firmados
por el mismo fiscal diciendo exactamente lo contrario: eso no es
justicia, es un escándalo, un bochorno, una vergüenza".

A continuación, Cristina apuntó al Poder Judicial. Recordó que ese
sector no tiene que "gobernar", habló de "una suerte de derecho
cautelar delivery" y lanzó: "Últimamente el partido judicial se ha
independizado de todas las leyes".

"Hay que ser independiente del poder político, de los poderes
económicos, pero no se puede ser independiente de la Constitución",
soltó. El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo
Lorenzetti sentado a escasos metros de la mandataria, parecía una
estatua. En un momento sacó un papel y anotó algo. Fue su único
movimiento.

Cristina Kirchner concluyó su último discurso ante la Asamblea
Legislativa con una referencia a la comodidad. "No será un país cómodo
para los dirigentes [que me sucedan], sino un país cómodo para la
gente. Va ser incómodo, sobre todo, si piensan sacarle derechos
adquiridos", aseguró. Los legisladores kirchneristas y los invitados
estallaron: desde el tercer piso cayeron pétalos de rosas rojos y
blancos. Aplausos, gritos, cantos. La oposición no estaba de testigo:
casi todos ya se habían retirado. El flamante jefe de Gabinete, Aníbal
Fernández juntó algunos pétalos y los guardó en el bolsillo de su
saco. Después de más de cuatro horas, el recinto se vació volando.



http://www.lanacion.com.ar/1772569-recinto-asamblea-legislativa-cristina-kirchner

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