El extraño caso del pasado inexistente

Domingo 01 de marzo de 2015 | Publicado en edición impresa

Punto de vista

El extraño caso del pasado inexistente

Por Pablo Mendelevich | Para LA NACION



Como estudioso de las singularidades espacio-temporales, el
extraordinario Stephen Hawking debería incorporar al kirchnerismo a
sus observaciones sobre los agujeros negros. Estamos frente a un
fenómeno curioso de la naturaleza. El teorema K del espacio-tiempo
podría decir algo así: "En el modelo político kirchnerista el
rendimiento del pasado es infinito, pero el pasado no existe".
Misterio que la ciencia -confiamos- algún día conseguirá aclarar.

Vamos a los bifes. Casi todos los apátridas, golpistas y hediondos
enemigos del pueblo consagrados por el kirchnerismo primero fueron sus
socios, salieron de su vientre o prestaron servicios gozosos a la
causa de destruir a los enemigos precedentes. El caso más fresco,
"Jaime" Stiuso. Lavador de dinero, formidable evasor y eximio
contrabandista, según descubrió de súbito el servicio de inteligencia
al que él pertenecía no bien el hombre quedó en la calle.

Todo el periodismo especializado y el grueso de la comunidad política,
gran parte del mundo judicial y el submundo de la propia inteligencia
dicen que más o menos desde 2003 hasta la última Navidad Stiuso se
dedicó a proveer a los presidentes Kirchner de escuchas telefónicas y
seguimientos, a cumplir mandados sin escatimar recursos: enchastrar
opositores, amedrentar jueces, apretar fiscales, exigir el cajoneo de
causas, incentivar persecuciones, infiltrar sindicatos, contaminar
noticias, digitar periodistas.

Trabajos sucios, en fin, piadosamente mencionados a menudo como
inteligencia interna, que si está prohibida por las nuevas leyes de la
democracia se debe a la creencia de que ésas eran cosas que sólo la
dictadura podía hacer sin asquearse. Huelga aclarar que en el marco de
este aceitado sistema persuasivo también se le atribuye a este
ingeniero, tan brillante y temible como servil, el reparto de sobres
con dinero procedente de los famosos fondos reservados de la SIDE, la
SI o como hoy se llame (próximamente AFI).

¡Sacarle una carpeta al carpetero supremo, ésa sí es una paradoja! Su
pasado laboral desaparece, sus jefes y patrones nunca existieron.
¿Entonces, en la SIDE nadie controla nada? Hawking: si va a hacer
investigaciones sobre el microcosmos K, empiece por no venir a
acicatearnos con su perversa lógica capitalista. Acá el Gobierno se
ruboriza: acaba de descubrir que en actividades comerciales después de
hora el ciudadano Stiuso actuaba fuera de la ley.

El pasado... primero posado y luego pisado, sobre todo si es pesado.
También hay liquid papercuando algo que debía no funcionar no funcionó
con eficacia y se hace necesario repetirlo. Como la inerte Comisión
Bicameral de Inteligencia, responsable de que el control parlamentario
establecido por la ley que rigió desde 2001 no haya sido sólo un
fracaso, sino una puesta en escena onerosa. Vestal de la
transparencia, la bicameral lanzará en breve su segunda temporada.

Dos grandes carecientes de pasado, el general Milani y la procuradora
independiente (así fue promocionada) Gils Carbó, han sido elegidos por
la nueva ley para terminar con los espías que se desvían. Milani
brindará una especie de servicio tercerizado, aunque conservará la
batuta, y Gils Carbó se convertirá, a nivel telefónico, en la
pinchadora general de la Nación. El ayer tal vez no enseñó nada, pero
por suerte viene un futuro magistral

http://www.lanacion.com.ar/1771812-el-extrano-caso-del-pasado-inexistente

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