Lamentable incendio en Chubut

Miércoles 04 de marzo de 2015 | Publicado en edición impresa

Editorial I

Lamentable incendio en Chubut

Este trágico suceso, agravado por la negligencia de las autoridades,
debe llamar a la reflexión sobre las responsabilidades que
corresponden por la falta de prevención

ubut sufre hoy el incendio forestal más grande de su historia.
Probablemente sea el incendio más destructivo del que se tenga memoria
en la Argentina. En 15 días ya se consumieron más de 30.000 hectáreas
de bosque en Cholila. Las pérdidas aún son difíciles de precisar, pero
son inmensas. Y el fuego continúa.

Muchas familias han perdido sus medios de vida y cuantiosos bienes
materiales. Ha desaparecido, en pocos días, una gran parte del bosque
nativo local, integrado por alerces, ñires, lengas, coihués y cañas
colihue, y muchos ejemplares de la fauna autóctona integrada, entre
otras especies frágiles, por huemules y pudús. Resulta doloroso ver el
bello paisaje de bosques transformado en una ruina de árboles quemados
y cenizas. Lo lamentable es que el incendio pudo haber sido detenido
mucho antes si las autoridades hubieran atendido los mensajes de
varios pobladores que, desde el domingo 15 de febrero, mencionaban que
había fuego en el oeste del lago Cholila.

Los incendios no son una novedad. Ocurren casi anualmente por diversos
motivos: causas naturales en algunos casos y también por vandalismo o
imprudencia; incluso con el interés de hacer fraccionamiento de
tierras. Sin embargo, teniendo en cuenta que estos incendios son
reiterados, por las razones que fueran, y considerando que era bien
conocido que las condiciones del área eran proclives a generar un
incendio de gran magnitud (existía abundante caña colihue seca este
año, lo que constituye un combustible muy peligroso, y el área estaba
bajo una pronunciada sequía), no se comprenden los motivos de la
tardanza en iniciar un procedimiento inmediato y eficaz. Este retraso
permitió que el fuego creciera en los casi tres días de demora y se
perdiera el control. Tampoco hubo equipos disponibles en los primeros
días de la lucha contra el fuego.

El lunes 16, el fuego afectaba apenas una hectárea; el martes 17
alcanzaba diez hectáreas, y sólo el miércoles 18 de febrero comenzó
una tibia reacción de las autoridades para lo que ya era difícil
detener: una intervención de los bomberos con una dotación de 15
hombres sin los aviones hidrantes que aparentemente se encontraban en
Chile. Cuando se inició una participación activa contra el fuego poco
se podía hacer frente a un incendio que tenía 30 kilómetros de largo
por unos 15 de ancho.

Luego llegaron los aviones hidrantes, un helicóptero de la provincia
de Neuquén, que resultó muy eficaz, y máquinas pesadas junto al
esfuerzo de cientos de brigadistas y más de 40 vecinos que pusieron
todo su empeño para evitar lo que ya era un imposible. El esfuerzo de
muchos brigadistas y de las autoridades ambientales de Chubut no puede
soslayarse. Sin embargo, el fuego consumió más de 30.000 hectáreas de
bosque nativo y aún no se ha podido con él.

En estas circunstancias, en las cuales lo que ha faltado es una
reacción inmediata frente al llamado de los pobladores, poco importa
si las autoridades inician una investigación para saber si el fuego se
inició por un rayo, situación probable debido a la escasa
accesibilidad del sitio donde se ha generado, o fue causado
intencionalmente, con una motivación inmobiliaria, o incluso por
estupidez. En cualquiera de los casos, el hecho se conoció cuando aún
podía ser dominado y lo lamentable es que nada de eso ocurrió y ahora
debemos lamentar esta pérdida irreparable. Lo curioso es que ni
siquiera esto invita a reflexionar acerca de las responsabilidades de
quienes tienen a su cargo la prevención de estos hechos y las
consecuencias de una reacción tardía, y de la falta de equipos
adecuados en el momento en que resultan imprescindibles. Se busca un
culpable.

Sería deseable que de este lamentable suceso, ocurrido por negligencia
de quienes deberían actuar a tiempo, no se pretenda sacar algún rédito
político. Mucho más acertado sería que hubiera un mea culpa por parte
de las autoridades y una reflexión profunda sobre lo que pudo no haber
sido, pero ocurrió. Errar es humano, pero es más fácil echarle la
culpa a alguien que olvidar que éste es un año de elecciones y que
cualquier motivo, incluso un desastre como el que sufre la provincia
de Chubut, puede ser una ocasión para hacer política y sumar votos



http://www.lanacion.com.ar/1773133-lamentable-incendio-en-chubut

No hay comentarios.:

Publicar un comentario