La orden presidencial fue restringir toda la información

Martes 08 de octubre de 2013 | Publicado en edición impresa

La orden presidencial fue restringir toda la información

Por Mariano Obarrio | LA NACION




a decisión de la presidentaCristina Kirchner, en medio de su reposo obligado por su hematoma craneal, fue restringir al máximo la información a la prensa y al público, pero también a los ministros y secretarios de Estado.

Todo era ayer incertidumbre y hermetismo. Muy pocos supieron que la mandataria debió pernoctar el sábado último en la Clínica Favaloro por consejo de sus médicos, pero que ella misma decidió regresar a Olivos. Se sabía el mismo sábado que muy probablemente debería ser operada.

Por añadidura, los ministros y funcionarios repetían ayer en la Casa Rosada que el tiempo de reposo de Cristina Kirchner sería de 30 días, tal como lo informó el sábado último el secretario de Comunicación Pública y vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, y ayer repitió el vicepresidente Amado Boudou, ya en ejercicio de la presidencia desde ayer.

Sin embargo, según pudo saber LA NACION, la Presidenta deberá quedar internada por cinco o seis días en la Clínica Favaloro y luego tendrá que hacer reposo en Olivos, lo que podría extenderse a 45 días, aunque se trata de una cirugía que no entraña riesgos mayores.

La información fluía ayer por un circuito muy cerrado de la Presidencia. Sólo la administraban quienes tendrán a su cargo la gestión efectiva del gobierno durante el interinato de Boudou.

"Nosotros, muchos de los ministros y secretarios, nos enteramos por los portales y por los comunicados de la Presidencia o de la clínica. Todo lo maneja la mesa chica de Olivos", confió a LA NACION un funcionario habitualmente bien informado. Los miembros de esa mesa son el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; quien tendrá la conducción política del Gobierno, el jefe de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE), Héctor Icazuriaga, y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Además, prestarán asistencia en la gestión diaria el propio Boudou, que tendrá la firma de los decretos y resoluciones administrativas, y Máximo Kirchner, el hijo de la Presidenta.

Un referente interno de la información era ayer el secretario de Comunicación y vocero, Scoccimarro. Pero no dijo nada diferente del comunicado que leyó públicamente el sábado. La estrategia del Gobierno, incluso puertas adentro, era mostrar normalidad en la gestión y en la campaña para las elecciones legislativas del 27 de octubre próximo.

Pero la preocupación existe. La figura central será Zannini. Por la tarde, Scoccimarro y el ministro del Interior y Transportes, Florencio Randazzo, fueron a recibir instrucciones e información al despacho del secretario legal y técnico en la planta baja de la Casa Rosada, frente al Patio de las Palmeras.

La Presidenta no pediría licencia, pese al reemplazo de Boudou.

"Existe preocupación, pero se siguió con la gestión normal de todas las áreas, se estima que todo está controlado y la Presidenta se recuperará", confió a LA NACION uno de los ministros alcanzados por la desinformación.

La propia asunción de Boudou, que firmó el acta de traspaso del mando en forma transitoria, alivió a muchos funcionarios que temían que la jefa del Estado no guardara el debido reposo y ello trajera consecuencias para su salud y para la imagen del Gobierno.

La agenda se reconstruye de a poco. Hoy Boudou presidirá un acto en Villa María, Córdoba, que estaba programado para que asistiera la Presidenta. Los compromisos protocolares serán del vicepresidente.

Sólo algunos pudieron saber que la cirugía de hoy demandará casi una semana de internación. Se supo, además, que la arritmia que padece la mandataria no tiene vinculación al hematoma, pero que aún se está analizando sobre la base de diversos estudios. Puede ser por múltiples factores.

La Presidenta no quiso que se suspendieran otras cirugías y se mostró amable con la gente del hospital, adonde llegó ayer con fuertes dolores de cabeza.

Luego fue sedada y estaba tranquila. El sábado se habría considerado en la Fundación Favaloro que había que operarla entre ayer y hoy, y que debía quedar internada -de hecho se dijo eso en principio-, pero fue ella la que no accedió. Y por algún motivo la inminencia de la operación no se informó hasta ayer en el Gobierno. Sólo hubo trascendidos.

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