Un relato kirchnerista se estrelló en Washington

Domingo 27 de octubre de 2013 | Publicado en edición impresa

Análisis

Un relato kirchnerista se estrelló en Washington

Por Adrián Ventura | LA NACION


La presidenta Cristina Kirchner archivó la estrategia de su marido, el ex presidente Néstor Kirchner. El secretario legal y técnico, Carlos Zannini, no tuvo más remedio que aceptar.La Cámpora ni chistó. Y el relato, finalmente, se estrelló en Washington contra la realidad.

El 18 de septiembre, la agencia Télam informaba lo que, días antes, el ministro de Economía,Hernán Lorenzino, había negociado en los Estados Unidos. El funcionario fue quien insistió en avanzar por esta nueva linea: el país se había comprometido a pagar las indemnizaciones que había determinado el tribunal arbitral del Banco Mundial, el Ciadi.

No había que levantar olas: no hubo actos ni anuncios oficiales grandilocuentes. Bastaba con el estruendo de un discurso oficial que crujía ante la necesidad de la Argentina de volver a estrechar relaciones con los centros financieros para abrir las puertas a nuevo financiamiento.

El acuerdo al que se llegó implica que la Argentina pagó con bonos en dólares los laudos (sentencias) que el Ciadi dictó en favor de Azurix; CMS Gas -titular del laudo más antiguo-; Continental Casualty, Vivendi y National Grid. Los reclamantes, que aceptaron una mínima quita, admitieron la jurisdicción de los tribunales locales para cualquier controversia que pudiera surgir en el futuro.

Alguien que participó en las negociaciones explicó que el Gobierno decidió pagar estos días a las empresas y los fondos que tenían en su favor sentencias firmes. La pregunta que se hacen varios en el mundo Ciadi es si el Estado continuará con la misma política cuando se dicten otras condenas.

"Es positivo que la Argentina haya decidido cumplir, en la medida en que no sea una decisión espasmódica", dijo Alberto Bianchi, socio de Bianchi, Galarce & Videla Castro. En definitiva, es un paso más en el proceso de normalización de deuda del país, según paradójicamente resaltaba la agencia Télam.

De alguna manera, esas piruetas dialécticas ponen de manifiesto los cambios que, a los largo de los últimos 10 años, se fueron produciendo en la estrategia oficial:

  • En primer lugar, la decisión de no pagarles a las empresas durante 10 años y la tensa relación que, durante ese lapso, el Gobierno mantuvo con los inversores extranjeros tuvo un costo: ninguna de las empresas que demandaron al país ante el Ciadi siguen concentrando operaciones en la Argentina. Una muestra más de las consecuencias de la inseguridad jurídica.

  • De los 667 millones de dólares que pagará la Argentina, apenas 10% quedará en el país y será invertido en los bonos Baade, los papeles que el Gobierno emitió y con los que intenta blanquear dinero y convertirlo en inversión en energía.

  • La estrategia litigiosa cambió radicalmente. En efecto, durante los primeros tres años, mientras Néstor Kirchner estaba en su momento de mayor fortaleza, el entonces procurador del Tesoro, Horacio Rosatti, sostuvo de buena fe que la emergencia y crisis que estallaron en 2001 habían roto el equilibrio de todos los contratos, tanto con argentinos como con extranjeros, y que el país no podía pagar porque estaba en una situación de crisis.

Además, levantó una bandera nacionalista: los fallos del Ciadi, si eran de condena, deberían ser ejecutados ante tribunales argentinos. Pero, luego, con un gobierno que afirmaba que el país crecía a tasas chinas, esa estrategia se hizo insostenible y, a pesar de la demora en readecuar la estrategia, al final de 10 años, se decidió pagar.

  • La renuncia a la jurisdicción del Ciadi, que el Gobierno siempre demonizó, en realidad es una práctica habitual: en los acuerdos comerciales suele pactarse que se aplicará legislación y jurisdicción extranjera y, el Gobierno, continúa aceptando esas cláusulas. ¿Acaso no pactó YPF con Chevron someter la inversión de la empresa norteamericana a la ley de Nueva York y la jurisdicción de la Cámara Internacional, con sede en París?

  • Como las indemnizaciones se pagaron a firmas que ya tenían laudos, la decisión no afecta las causas en trámite: la Argentina puede seguir defendiéndose en todos los litigios, pero, entienden en las empresas, que "acaba de dar una señal positiva de que pagará las indemnizaciones".

  • Pagar los fallos del Ciadi y obtener un programa de ayuda del Banco Mundial es auspicioso, pero no es lo mismo que acceder a créditos en el sistema financiero, a tasas bajas.

El tiempo todo lo borra. Incluso, los declamados principios ideológicos, que nunca tuvieron realmente. Y la realidad se impuso.



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