Viernes 20 de julio de 2012 | Publicado en edición impresa
Aterrados, cada vez más argentinos quieren huir
El embajador sugiere salir vía el Líbano
Todas las semanas, desde que comenzó la revuelta contra el presidente sirio,
Bashar al-Assad, hace 16 meses, funcionarios de la embajada argentina
en Damasco llaman a los 250 ciudadanos argentinos registrados allí.
Desde entonces, cada vez menos gente atiende el teléfono. Esta semana,
200 personas respondieron, de las cuales 81 manifestaron que quieren
dejar el país. El problema es cómo lo harán.
"Creo que si la semana próxima volvemos a llamar, va a
atender mucha menos gente", pronosticó en diálogo con LA NACION el
embajador argentino en Damasco, Roberto Ahuad, que especuló que aquellas
50 personas que no atendieron volvieron a la Argentina por sus propios
medios, aterradas ante los enfrentamientos entre el régimen y los
rebeldes, que reclaman un cambio de poder.La embajada no tiene registro del destino de los ciudadanos que huyen de Siria por cuenta propia. Tampoco saben si hubo víctimas argentinas entre los más de 17.000 muertos que dejó el conflicto hasta el momento.
Aunque Ahuad conoce el trágico final de un argentino de unos 50 años, primo de una empleada de la embajada. "Meses atrás, se asomó al balcón en Homs, le pegaron un tiro y murió", relató, mientras recorría en su auto los 15 kilómetros que separan la embajada de su casa, sorprendido de encontrar a la capital siria vacía, solamente ocupada por agentes de seguridad.
Desde la sede diplomática, en cambio, siguen de cerca la situación de aquellos que piden asistencia para poder escapar. Hasta ahora repatriaron a dos familias, en diciembre pasado y el lunes último.
"Ahora tenemos una familia que no puede llegar desde su provincia, Tartus, a Damasco porque no hay transporte público interprovincial", precisó Ahuad.
Ese no es el único obstáculo. El aeropuerto de Damasco estaría cerrado por una explosión y la autopista para llegar ahí está cerrada. Por eso, el embajador recomienda salir a través del Líbano.
"La frontera con el Líbano está atascada porque hay mucha gente en Damasco que se quiere ir, pero confío en que va a ser posible pasar", destacó. Prueba de esa realidad es que unos 18.600 sirios se refugiaron en el Líbano en los últimos dos días.
Temblor
Ahuad contó que anteayer estaba sentado a su escritorio cuando su despacho tembló. A una cuadra, una bomba había matado a altos cargos del régimen. La violencia más cruda se había instalado en Damasco."La posibilidad del cierre [de la embajada argentina] dependerá del incremento de la violencia", dijo. Mientras tanto, opta por medidas de contingencia, como ayer, cuando recomendó al personal que vive en zonas alejadas que no fuera a trabajar.
El embajador también cambió su propia rutina frente a la avanzada de violencia. En sus viajes hacia su casa decidió tomar "atajos más tranquilos", mientras desea a cada cuadra que "no pase nada raro"
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