Empresa Patagón

Wenceslao Casares: "Internet va a ser tan imprescindible como es hoy la electricidad"

El emprendedor argentino, ahora radicado en Silicon Valley, habla sin rodeos sobre los vínculos posibles entre América latina y el centro tecnológico de California, su nueva empresa y porqué Patagon es algo pasado; un personaje conocido en una entrevista distinta
Por Pablo Martín Fernández  | LA NACION
 
 
PALO ALTO, Estados Unidos.- Si vale la metáfora analógica Wenceslao Casares habla sin cassette. Sin dudas su nombre es el que primero aparece al pensar en emprendedores argentinos exitosos en la primera ola de Internet, hace más de diez años, pero eso no hace que sus respuestas sean de manual. La experiencia que le da la creación de varias empresas y el hecho de haberse mudado a Silicon Valley hacen interesante escucharlo en una entrevista relajada, sin agenda previa, en su oficina en el corazón del mundo online.
La entrevista con LA NACION se dio hace unos meses en la sede de Lemon , su nuevo emprendimiento. Un accidente menor en una de las rutas de California genera un embotellamiento que hace peligrar la entrevista. Con pocas esperanzas, le escribo un mail a Casares gracias al WiFi gratuito del Starbucks adjunto a su oficina esperando que el emprendedor no sólo no se haya ido, sino que todavía pueda y quiera reunirse.
A los dos minutos aparece en el lugar y, de buen animo, da el visto bueno para comenzar la entrevista. Antes, toma una fruta que irá comiendo a lo largo de la charla en una pequeña sala de conferencias sobre University Avenue, la arteria que lleva a la Universidad de Stanford. Casares no perdió el acento argentino y, menos aún, la frescura de los modismos de las pampas, incluso algunos que no reproducimos en la nota. Así, y con el contenido de sus respuestas, intenta bajarse del pedestal de la figura mítica que construyen para él centenares de emprendedores. 100% estilo Palo Alto.
En mayo viniste con un grupo de emprendedores e inversores, Geeks on a Plane , a Argentina y otros países de la región, ¿cuál fue el resultado de ese trabajo?
Hace cinco años que estoy viviendo acá en Silicon Valley, durante cuatro años intenté que mis amigos de acá que son inversores, ejecutivos de compañías establecidas como EBay, Google, Yahoo! y similares vayan a América latina para ver qué pasa. Cuando vos decís acá que sos de América latina es exótico es como decir que sos de África y lo mismo pasa en la Argentina: cuando allá decís que vas a Nueva York o Miami mucha gente sabe de qué hablas, pero cuando decís California no queda tan claro qué es California, es una imagen pero no mucho más que eso. Hay un cordón umbilical que se corta en un punto y los primeros cuatro años no logre nada con mi cruzada, fue como decir vamos a Uzbekistán, pero en el último año previo al viaje me empezaron a llegar pedidos de personas que se interesaban en lo que pasaba en América latina, sobre todo en Brasil.
Me llegaban pedidos para armar reuniones en Brasil, yo tengo un pequeño banco allí y les organizaba reuniones ahí. En el banco me empezaron a cargar, medio chiste, medio en serio, y le decían la "embajada", ahí lo llame a Dave Mc Clure de Geeks on a Plane para hacer este viaje. Le encantó la idea y lo organizamos.
El viaje fue muy interesante, los gringos que se fueron a ese viaje volvieron muy impresionados porque vieron que había muchas más oportunidades y empresas que las que creían. Se dan cuenta de que no es el lejano oeste. Y vuelven acá y lo cuentan y Silicon Valley es una cultura que gira alrededor de qué es lo ultimo y se generó bastante ruido, no digo que sea solo por eso, pero creo que ayudó un poquito. Creó buenos contactos, ves que vienen más personas desde América latina. Pero ojo yo no creo que esto tiene un resultado muy medible en el corto plazo, si en cinco años se ve que hay un puente mejor entre Silicon Valley y América latina quizás algo tiene que ver con esto, pero es difícil de medir.
¿Este puente une a las empresas de Argentina con inversores (VC, venture capital, en la jerga)?
No, los venture capital no están interesados en América latina, pero para serte sincero no están interesados en invertir en el estado de Nevada que queda a unas horas. Hay excepciones que son China, India e Israel, pero son casos muy puntuales. No creo que Brasil sea uno de esos lugares en que toda empresa de Silicon Valley abra oficinas. Creo que los inversores tienen un interés muy platónico, que es mejor que nada, pero que del otro lado genera mucha expectativa falsa. "Uh, no sé, vino Sequoia...". Y, no, Sequoia, uno de los VC más conocidos, no va a hacer nada. Nadie se arriesga a liderar una ronda en América latina, porque no les sirve jugarse la cabeza por algo que les queda lejos, donde se tienen que tomar un vuelo incomodo para tener una reunión de directorio.
Es su trabajo y en general prefieren tener un local que lidera y con la plata que hay en el mundo si hay un local que lidera lo resuelven ahí, no tiene sentido llamar a Silicon Valley. Por eso me parece mucho más interesante tener algo propio en nuestros países: vamos por ese camino y me parece que estamos mucho mejor, pasan cosas interesantes en Argentina, Brasil y Chile y está bueno porque eso no depende de modas. No sólo de inversores, sino también de emprendedores como la empresa de Santi Siri y compañía o Zauber que es gente con mucho empuje que no tiene dudas en decir "desde acá nos comemos el mundo". Ese tipo de compañías, que no están explotando el mercado global, son muy interesantes para los VC. Quizás no se interesan en hacer la inversión inicial, pero sí alguna posterior. Antes ni los iban a mirar, ahora sí.
¿Qué pasó con Bling Nation , sistema de pago vía celular, tu emprendimiento anterior a Lemon?
Lo que pasó con eso es que no lo pude hacer funcionar, fue un periplo muy largo. Lo lanzamos para bancos, pero nos costó muchísimo vender el primer banco. Vos sos un tipo conservador de un banco, viene un flaco de Palo Alto, con una empresa que casi no existe, con acento raro, que le dice que conecte su start up a sus cuentas para hacer pagos. Nos costó un montón lograrlo, un año más de lo que yo quería, pero después de miles de reuniones vendimos el primer banco. Luego muchos más.
Funcionaba bien, pero nosotros cobrábamos por transacción, entonces nosotros necesitábamos que ellos lo empujen y ellos estaban tranquilos con que lo tuviera el 15% de sus clientes, pero nosotros necesitábamos el 50%.
Después fuimos con Paypal y nos saltamos los bancos, ahí nos enfocamos en los comercios, al principio nos salía carísimo sumar comercios a la plataforma. Era muy caro adquirir un comercio con la plata que ganábamos, entonces empezamos a enfocarnos en comercios grandes donde te cuesta mucho venderle pero son miles de sucursales, cerramos acuerdos con K-Mart, Barnes & Noble y Sears.
En mayo apareció Google Wallet y otra opción de Verizon y empezaron a ofrecer cosas que no podíamos empatar. Ahí decidí cerrarlo. Creo que el concepto de pago móvil es un desafío tan importante que me encantaría que suceda, es una idea de esas de las que te enamoras, pero creo que, inclusive para Google, va a ser difícil hacerlo. Su sistema también es complejo.
Obviamente cuando lo pensaste lo veías viable, ¿que falló?
Nosotros subestimamos varias cosas, una es lo difícil que es sumar tiendas al sistema y segundo que estás pidiéndole al consumidor que cambie su comportamiento, que pague con el celular, sin una recompensa muy grande. Le estoy haciendo el pago más fácil, pero no mucho más.

 
Wenceslao Casares en la entrada a su oficina en Palo Alto. Foto: Pablo Martín Fernández

Luego de Bling Nation, ¿cómo llegaste a desarrollar Lemon ?
Nos quedaron 12 millones de dólares de nuestros inversores en el banco. Yo quería devolverlo, pero los inversores no quisieron, querían que hiciéramos algo más. Esto era muy bueno en un punto, pero también una gran presión.
Hicimos un retiro en la Argentina y pensamos varias ideas. En Bling Nation tuvimos muy buen feedback de los consumidores sobre lo genial que era recibir toda la información de tu transacción en el momento. Para nosotros, como geeks, era obvio, pero no para nuestros usuarios.
Pensamos en capturar toda la información de la factura con el tapping, el sistema que usaba Bling, pero teníamos la cara llena de dedos y pensamos cómo poder hacerlo sin tanto intermediario. Lo que hicimos fue esta app, Lemon. Agarrás una factura, Le sacás una foto, la escanea, la sube y una vez que la subió la digitaliza todo y te queda en la nube. Yo tenía el dominio desde que cree Lemon Bank y nuestro equipo no podía creerlo.
A eso le sumamos algo que comenzó con Apple, pero que en Estados Unidos está creciendo: cuando terminás de comprar te preguntan si querés que te manden la factura por mail. Por eso damos una dirección de email como pablo@lemon.com para que des una dirección para que te manden la factura de email. El email fue pensado para hablar entre personas. Por eso nos pareció interesante tenerlo separado y esta función le encanta a nuestros usuarios. Queremos que sea un producto lo más masivo posible (Nota de la redacción: Lemon llegó a su primer millón de usuarios en febrero).
¿Te fijas qué pasa en la Argentina?
Sí, mucho y vienen muchos chicos de Argentina a visitarme a Palo Alto.
¿Qué creés que cambió en el último tiempo?
Creo que hay mucha cantidad de start up y eso hace que haya muchas de calidad. El mundo cambió, hoy Internet es un mercado mucho más grande en el cual hay mucha plata para hacer y ni hablar en mobile donde está todo por hacerse.
Argentina tiene muy buenos ingenieros, los mejores de América latina y de los mejores del mundo, y muy buenos emprendedores. En cuanto a mercado, Argentina no me parece muy interesante, me parece que lo más interesante es llegar al mundo, pero también hay mucho para hacer apuntando sólo a América latina, eso es super interesante.
En la Argentina cada vez que se habla del comienzo de Internet se te nombra, con loas y críticas, pero siempre aparece tu nombre. Más allá de que sé que no te gusta hablar de Patagon, ¿cómo vivís eso?
Yo estoy orgulloso de lo que he hecho y me doy cuenta que a la gente le importa lo que he hecho porque me contacta y quiere saber más. Lo que noto cuando hablo con alguien de Argentina es que se quedaron pensando en Patagon y está todo bien, pero yo hice Patagon cuando tenia 27 años. Es como que te sigan hablando de una novia de los 27 que por más buena que esté te aburre en un punto.
Yo después de eso estuve en Brasil, en Europa y acá. Tiene sentido que me hablen de Patagon porque yo estaba en la Argentina, pero me sigue pareciendo raro. Lemon Bank en Brasil tuvo más prensa que Patagon en la Argentina, los brasileños no junan Patagon y a la gente de acá no le importa para nada Patagon.
¿Por qué vivís en Silicon Valley?
Vine acá porque vengo al área desde los 20 años y quería ver cómo era jugar acá porque es el sueño del pibe. Dije, bueno voy cuatro, cinco años, pero después de un año mi mujer me dijo "te veo más contento que nunca" y era cierto. A mi me encanta esto porque para los que nos gusta Internet esto es un "Disneylandia" para grandes. Entonces, nos mudamos acá a una casa en el medio del campo que me permite estar en 15 minutos en el centro de Silicon Valley y bajás a un Starbucks y te encontrás con un flaco que tiene mucho que contarte. Sin hacer ningún esfuerzo estás totalmente estimulado y no hablo solo de emprendedores e inversores, hablo de académicos, intelectuales y artistas, muy copado. Además, mi mujer es gringa y mis hijos son medio gringuitos, eso también ayudó.
No necesitás trabajar, ¿te ves haciendo cosas relacionadas con tecnología por mucho tiempo?
Sí, me encanta. Cada tanto quiero dejar todo e irme como mi viejo a criar ovejas a la Patagonia (risas), pero no, me encanta lo que hago y creo que somos afortunados de vivir en una época tan interesante, en la que hay tantos cambios.
Recuerdo cuando era mas chico e iba con mi hermana en el tren a la universidad, justo antes de aprender qué era Internet: íbamos charlando diciendo que suerte que tuvo nuestro abuelo fue a la Patagonia cuando no había nada ni caminos ni alambrados, que suerte que tuvo nuestro abuelo y qué embole el mundo que nos toca vivir a nosotros. Éramos ignorantes y arrogantes. Ahora me doy cuenta de que esto no lo cambió por nada, es espectacular, pensá que en los próximos años vas a tener a 6 mil millones de personas conectadas con un celular. Creo que el smartphone pasará a llamarse celular ya que todos lo tendrán. El celular es muchísimo más masivo que la PC y tener la chance de jugar acá es genial.
Hay mucha gente preocupada porque ahora se pasa mucho tiempo frente a la notebook, con personas cortando con la novia por Internet, supongo que algo parecido paso con la televisión. Quizás sería mejor que todos viviéramos sentados frente al fuego, pero eso no pasa y no va a volver a pasar. Entonces entender Internet es muy importante porque es hacia donde va el mundo y yo quiero entender a los jóvenes, no sólo porque es mi trabajo, sino también por mis hijos y para no dejar de estar actualizado.
Si tenés que elegir un start up a seguir de cerca, ¿cuál señalarías? Me gusta mucho, la app que genera una revista a medida, Flipboard como un ejemplo (hace una larga pausa).
Cuando vivía en el campo el viejo fabricaba sus propias radios con válvulas y las tenía un tiempo en un periodo de sintonía fina: estaba todo abierto, tocabas unos cables y se cambiaba de frecuencia y era todo muy artesanal. Siento que por más que vos y yo estamos muy metidos en Internet, somos un porcentaje muy chico de la población. Nosotros nos sentimos cómodos con esa caja abierta que es Internet hoy, pero a mucha gente eso no le va y necesita la caja con los botones lindos. Creo que esa interfaz es la capa social.
Llegamos hasta acá gracias a los nerds y ahora se suma mucha más gente porque puede compartir lo que le gusta con sus amigos. En Flipboard vos casi no te das cuenta que es tecnología, pero es una máquina impresionante. Flipboard en Silicon Valley es una de las empresas más admiradas por diseño y el líder de ese área es el rosarino Marcos Weskamp. Él debería ser un ejemplo para los chicos argentinos.
¿Qué harías si mañana te despertás e Internet desapareció?
Hoy si me cortás Internet sería una linda vacación, mi mujer estaría feliz de la vida. Más allá de eso siempre digo lo mismo, aunque cada vez esto está más cerca de ser realidad: si vos en Argentina cortás la electricidad por 24 horas es un quilombo, una catástrofe, si se cortan los telefonos es grave, pero si cortás Internet y dejás el e-mail los nerds como vos y yo se quejarían, pero no mucho más. Creo que pronto Internet va a ser tan imprescindible como la electricidad.

La Nación

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