Con 92 años, una esquiadora fue la estrella


Bariloche

Con 92 años, una esquiadora fue la estrella de una carrera histórica

Zulma Blanco participó de una competencia para conmemorar los inicios del deporte en la Argentina
Por Soledad Maradona  | Para LA NACION


SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Con sus 92 años, Zulma volvió a ser protagonista en las pistas de esquí del cerro Catedral al calzarse las botas y las tablas para participar de la Carrera de la Historia. La pequeña mujer se deslizó por la nieve como si el tiempo no hubiese pasado, irradiando vitalidad.
"Empecé a esquiar cuando tenía 20 años. No había medios de elevación, entonces teníamos que subir caminando con los esquíes de madera a cuestas", contó a LA NACION, Zulma Blanco que este fin de semana se consagró como la esquiadora más experimentada en la 10a edición de la carrera que conmemora la historia del esquí.
Zulma es de contextura pequeña, con una mirada que irradia alegría, conversadora y ágil. Así se lució al deslizarse con velocidad por la pista y hasta se quejó de que su hija Viviana -que la acompañaba en el descenso- le impedía avanzar con mayor ritmo.
La técnica para esquiar la mejoró con los años, ya que en sus inicios no era buena para deslizarse en las tablas y le llevó un tiempo aprender en la improvisada pista de principiantes que su hermano y otros amigos armaron en la base del cerro y llamaban "la pista de los tontos".Para ella, el principal atractivo de esquiar siempre fue el paisaje de la Cordillera de los Andes y el lago Nahuel Huapi. "Te llena el espíritu", dice, sentada en la terraza del refugio Lynch.
El progreso del centro invernal le gusta, sobre todo, por los medios de elevación que permitieron descubrir lo más alto de la montaña. Pero recuerda con anhelo otros aspectos de Bariloche: cuando andaba en bicicleta por el Circuito Chico, cuando todos se conocían y, principalmente, cuando podía disfrutar del paisaje desde su casa, ubicada en el centro de la ciudad, y hoy rodeada de edificaciones. Por eso apeló al ingenio y, para no perderse la vista, hizo pintar un mural de la Cordillera en el paredón de su casa.
La vitalidad de Zulma contagió al resto de los esquiadores que participaron de la competencia como si fueran extras de un film de época, con equipos de esquí que ya forman parte de los baúles del recuerdo o que sólo se pueden ver en imágenes en blanco y negro que algún refugio de montaña todavía exhibe.
Enrique David fue uno de ellos, que con más de 80 años esquió con unas botas de los años 50. "Era instructor de esquí en 1956 y vino un gringo con esas botas que acá no existían, y dije: «Éstas van a ser mías», eran muy buenas en esa época", contó mientras se colocaba en posición para largar la carrera que más que competencia tenía camaradería.
Tablas de madera, bastones de caña colihue y botas de cuero duro fueron el común denominador de los esquiadores de la historia. "Éste es un día para que los que formaron parte de la historia del esquí se sientan protagonistas", dijo Alejandro Delgado, instructor de la escuela de esquí Fire on Ice y organizador del evento que celebró los diez años con un almuerzo en la terraza del refugio Lynch, dirigido por el chef Francis Mallmann.

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