Escuelas técnicas, más cerca de las empresas, pero aún insuficientes

Domingo 16 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

En el aula

Escuelas técnicas, más cerca de las empresas, pero aún insuficientes

La educación secundaria debería acercarse cada vez más a las necesidades del mercado laboral

Por Paula Urien  | LA NACION



La demanda de profesionales técnicos sigue vigente y, según los empresarios, tiene una oferta insuficiente cuando se tiene la mirada puesta en el largo plazo. Mientras que en Alemania el 60 por ciento de los alumnos se capacita en estas materias en el secundario, y en Chile ese índice asciende al 50 por ciento, en la Argentina apenas llegan al 20% los chicos dispuestos a estudiar un año más en la secundaria, aunque ello les permita estar capacitados para trabajar en un oficio apenas con 19 años.

La primera escuela técnica en la Argentina fue la Escuela Industrial de la Nación, con sus especialidades en mecánica, química y construcciones, fundada en 1899 y dirigida por el ingeniero Otto Krause, hijo de inmigrantes alemanes. Quizás esto no sea casualidad, ya que el modelo alemán de educación en la secundaria, orientada a la capacitación para los principales procesos productivos, marcó su impronta en todo el mundo.

"En la década del 90 se implementó el polimodal, dejando de lado a las escuelas técnicas. Pero en 2005 se promulgó la ley 26.058 de Educación Técnica Profesional y se crea un fondo de un monto anual no inferior al 0,2% del total de los ingresos corrientes previstos en el presupuesto anual", dice Florencia Mezzadra, codirectora del Programa de Educación de Cippec.

Hoy, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), existen 1336 escuelas técnicas en el país de gestión estatal y 167 de gestión privada. De 2003 a 2010 la matrícula de educación técnica secundaria se duplicó, de 324.447 alumnos a los 628.248 en la actualidad. De ellos, el mayor porcentaje, un 32 por ciento, está en el rubro electromecánica, seguido por un 14% que siguen la formación agropecuaria y el 11% que está en informática y construcción. Tiene un catálogo de escuelas en la web, con muy buenos datos en http://catalogo.inet.edu.ar

Paolo Rocca, en la inauguración. 

"El monto de la inversión desde 2000 hasta 2009 es de 1380 millones de pesos, algo positivo en un contexto en el que los jóvenes tienen mucha dificultad para insertarse en el mercado laboral." El último informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) revela que, a pesar de que la inversión en educación en general creció, no mejoraron los resultados. El 50 por ciento de los alumnos está atrasado o dejó el secundario, un porcentaje que aumentó 4 puntos en la última década.

Empresas

Dentro de las escuelas técnicas de gestión privada están aquellas creadas por empresas, aunque según el INET no existe un registro diferenciado de ellas. El lunes pasado se inauguró la Escuela Técnica Roberto Rocca en Campana, construida y gestionada por la empresa. Con una inversión de 125 millones de pesos y un presupuesto operativo de un millón de pesos anuales, sin aporte estatal, su objetivo es "fortalecer la educación técnica ante la escasez de técnicos y la dificultad para abastecer a la industria". La cuota es de 2400 pesos, pero hay becados y también alumnos que no pagan la cuota completa. "La educación es el corazón de la industria", dijo Paolo Rocca, presidente de la organización Techint. El empresario empleó varias veces la palabra racionalidad para referirse a la resolución de problemas.

Escuela técnica Henry Ford. 

Una de las pioneras en el país fue la de Philips, fundada en 1951. Hoy ya no depende de la empresa sino del Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires, pero Philips sigue manteniendo un sistema de becas y apoya para que se mantenga y mejore la tecnología; también tiene un sistema de pasantías. "Muchos gerentes de Philips y mandos medios de la compañía egresaron de esta escuela", dice su director desde el año 1976, Alberto De Luca. "El 90% de los egresados estudia después ingeniería."

Para De Luca, hay un cambio entre los alumnos de los años 70 y los de la actualidad. "Llegan de la primaria con bajo nivel de comprensión de textos, de matemática. En los últimos 15 o 20 años se nota menos dedicación al estudio", dice. Por eso hay un curso de nivelación, al igual que en la escuela de Techint, que incluye matemática, lengua y metodología del estudio. Egresan un 70% de los inscriptos, un porcentaje normal en una escuela basada en ciencias duras.

En cuanto a escuelas fábrica, que hoy son pocas, De Luca recuerda que existía la de Somisa, la de Segba, Tandanor, Siemens, Renault, entre muchas otras, porque "antes había un reintegro estatal para las empresas que tenían sus escuelas". Ford, con su reconocida escuela técnica secundaria Henry Ford, sigue en pie desde 1965. "Muchos ex alumnos están trabajando en Ford", dice Carlos Galmarini, director de relaciones institucionales de la firma. "En 2002 producíamos 100.000 autos, y hoy llegamos a los 800.000, por eso es muy importante la capacitación de especialidades técnicas y las prácticas profesionales dentro de la compañía."

Camino por recorrer

Otto Krause, la más antigua. 

"Algo pasa en el matrimonio escuela-mercado de trabajo", dice Gustavo Iaies, director del centro de Estudios de Políticas Públicas (CEPP). "Tenemos todavía chicos que egresan de la secundaria sin las competencias que requiere el mercado. Es un diálogo que cuesta, el de escuela-empresa. La percepción general es que mientras que las escuelas, hoy, son enormemente tolerantes, las empresas no. Y así se da la situación de que el 65% de los jóvenes abandonan su trabajo antes de haber cumplido un año en su puesto."

Para Iaies, en general la secundaria tiene que asumir que habrá chicos que sigan una carrera universitaria, pero que otros no lo harán. Y todos deben tener las herramientas para poder insertarse en el mercado laboral.

Marina Bassi es especialista senior en educación del BID, una organización que le encomendó investigaciones sobre el tema en varios países, entre ellos la Argentina. Como experiencia, invitaron a un encuentro a nueve escuelas técnicas de excelencia en distintos países, como Suecia, Estados Unidos, Inglaterra, Brasil y la Argentina, que participó con la ORT y un representante invitado de la nueva escuela de Techint. La pregunta fue ¿qué hace que a una escuela técnica le vaya bien? Las conclusiones fueron:

  • Mas allá de las habilidades técnicas se le da mucha importancia al desarrollo socioemocional del alumno
  • Vínculo cercano con el sector productivo, aún en la currícula
  • Intentan que el estudiante se exponga al mercado de trabajo de manera temprana. Implica visitas a las empresas, pasantías. y acercar al estudiante a sus futuros empleadores.
  • Evaluación y sistemas de incentivos a los docentes
  • Mecanismos de seguimiento a los egresados, que a su vez colaboran con la escuela y hacen de coach a los nuevos integrantes de la empresa.

La educación en cifras

  • 628.248
    Inscriptos

    Es la matrícula en escuelas técnicas según los últimos datos, de 2010. En 2003 la matrícula era 324.447. Hay 1503 secundarios con esta orientación entre públicos y privados
  • 50 %
    Alumnos en problemas

    Es el porcentaje total de alumnos en la Argentina que están retrasados, sumados a los que abandonan el secundario

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