Un inspector de La Cámpora, al frente de los casos más sensibles

Lunes 17 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa

Un inspector de La Cámpora, al frente de los casos más sensibles

Ariel Fernández Lang es el único que asiste a las asambleas que pueden ser comprometedoras


a influencia creciente de La Cámpora dentro de la Inspección General de Justicia (IGJ) no sólo cerró el flujo de información que sale del organismo sobre las sociedades que controla. También concentró en las manos de apenas un inspector los legajos de aquellas entidades que el Gobierno considera "sensibles", según relató el ex inspector legal, Fernando Scanavino, un dato que fue refrendado por una fuente que aún trabaja dentro del organismo encargado de registrar y fiscalizar las sociedades.

"Cuando una sociedad comercial celebra una asamblea, la Inspección General de Justicia debe enviar un inspector. Para eso, la IGJ definía quién sería ese inspector con un mes de anticipación, para que se preparara. Pero cuando llegó Berner, comenzó a avisarse al inspector un día antes o incluso menos", afirmó el ex funcionario del área de Denuncia y Fiscalización de Sociedades Comerciales.

-¿Para qué?

-Porque eso le permitió a Berner cambiar al inspector asignado, que podía ser crítico del Gobierno, dos horas antes de una asamblea, y asignársela al único inspector que es de La Cámpora. De hecho, casi todas las asambleas de sociedades y empresas vinculadas con casos "sensibles" para el Gobierno comenzaron a dárselas a ese inspector, Ariel Fernández Lang.

-¿Qué casos sensibles?

-Ciccone, Schoklender, Madres de Plaza de Mayo...

-¿El resto de los inspectores no reaccionó? ¿No reclamó?

-Redactamos una nota que firmó todo el departamento, en contra de la discrecionalidad y manipulación que presenciábamos. Berner nos respondió que era potestad suya y que tenía la discrecionalidad para decidir esos cambios, a lo cual le respondí que esa discrecionalidad debía ser razonable y fundamentada, si no, caía en la arbitrariedad.

-¿Ése fue el punto de rompimiento con las autoridades de la IGJ?

-Puede ser, porque después de eso el abogado coordinador del área me tildaba de "facho" y de "gorila", y yo le respondía que eso era insólito, porque yo soy peronista. Yo apoyo las cosas buenas de este gobierno, pero no puedo apoyar las cosas malas.

-¿Qué podrían buscar las nuevas autoridades con ese tipo de prácticas?

-En el caso de los inspectores, su absoluta sumisión a la hora de aplicar criterios jurídicos. Entonces, si los jefes sabían que un inspector podía dictaminar "B" sobre una sociedad, no le daban el legajo y se lo pasaban al otro que sí sabían que firmaría un dictamen "A", como querían. A una inspectora, por ejemplo, la tuvieron un año y medio sin darle luz verde a su dictamen para dar de baja una sociedad que les interesaba proteger, hasta que optaron por reasignar ese legajo a otro inspector.

-¿Se impulsaron políticas similares en otras áreas de la IGJ?

-La premisa fue alentar una política de disuasión de quienes pudieran oponerse, alentando también el ingreso de militantes, incluso en planta permanente, con letras y salarios superiores, o de gente del gremio UPCN, con el que llegaron a un acuerdo mutuo. Los colocaron en distintas áreas, incluida la mesa de entradas, para que también provean información a la cúpula sobre qué ocurre en todos los puntos del organismo, y qué entra, qué se dice y qué sale de la IGJ.


La Nacion

No hay comentarios.:

Publicar un comentario