Revive el interés de inversores externos por el país

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Revive el interés de inversores externos por el país

Bancos y fondos de inversión aprueban las últimas medidas, aunque alertan que hay riesgos latentes

Por   | LA NACION



Parece haber pasado una eternidad desde la tapa de la revista The Economist del 15 de febrero, en la que Messi, cabizbajo, ilustraba la situación de una Argentina que estaba al borde del colapso. Ya en su último número, la misma revista advirtió que se estaban tomando decisiones en la dirección correcta. Ahora, bancos y fondos de inversión también parecen haber cambiado su visión sobre el país. No sólo creen que se alejó la posibilidad de un derrumbe, sino que, mientras la mayoría del empresariado mantiene la cautela, aspiran a posicionarse en el corto plazo para sacar ventaja de cara a 2015.

Así quedó en evidencia en la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que finalizó ayer en Costa do Sauípe, Brasil. "Acá el humor con respecto a la Argentina es diametralmente opuesto al del año pasado", confió un banquero que participó del encuentro. "Anoche [por el sábado], en el cóctel de la Federación Brasileña de Bancos estaban todos entusiasmados con la Argentina, tanto los representantes locales de bancos y empresas, como los bancos y fondos de inversión internacionales", detalló.

Durante una presentación, Alejandro Werner, director del Fondo Monetario Internacional (FMI), elogió las medidas que viene tomando el equipo económico. "Vimos un cambio importante en el mix de políticas. [La Argentina] se está moviendo en la dirección correcta, pero todavía hay mucha incertidumbre", dijo.

Si bien en general los analistas ya no hablan en términos de catástrofe, consideran que en el corto plazo existen riesgos latentes.

Más aún, en la medida en que siga recuperándose la economía norteamericana y se acelere la suba de tasas en los Estados Unidos, lo que naturalmente les restará atractivo a los países emergentes.

Pero los bancos y fondos de inversión son bastante más optimistas, porque vuelven a ver oportunidades de negocios en el corto plazo con una Argentina que quiere reintegrarse al mundo y a los mercados de deuda para solucionar sus problemas de financiamiento.

El propio ministro de Economía, Axel Kicillof , se mostró más amigable que de costumbre con los banqueros que participaron de la Asamblea del BID, y en los pasillos sorprendió a varios preguntándoles cuál era la repercusión que recibían sobre la Argentina. El secretario de Finanzas, Pablo López, participó, por su parte, en algunas de las reuniones privadas que habían armado los bancos para sus clientes, y aceptó responder preguntas casi sin condicionamientos (ver recuadro).

En general, los hombres del mundo financiero están leyendo positivamente las señales de acercamiento al mercado. Como también la reciente decisión del Gobierno de recortar o eliminar los subsidios a los servicios de gas y de agua y, próximamente, a la electricidad, como paso fundamental para mantener la inflación a raya y complementar las políticas que ya venía implementando el Banco Central (BCRA) con la devaluación y la fuerte suba de tasas de interés.

Hasta el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), el think tank que representa a los bancos de todo el mundo, que desde 2002 viene siendo muy crítico con la Argentina, presentó en Brasil su informe anual sobre América latina y se mostró "moderadamente optimista".

"Fue un gran avance el reconocer que la política fiscal le ponía restricciones a la política monetaria. La quita de subsidios y la intención de contener las negociaciones salariales con aumentos por debajo de la inflación van a ayudar desde lo fiscal. Pero en el tema subsidios hay que ver la implementación, porque en el pasado hubo anuncios que no se terminaron de ejecutar, y hay que ver que se sostengan en el tiempo", advirtió Martín Castellano, economista senior del IIF. "Hay un riesgo, por ejemplo, de que se le eche la culpa de la recesión a la suba de tasas de interés y que ésta luego se revierta porque se percibe un mayor malestar social ante el entorno inflacionario", explicó.

En diálogo con LA NACION desde Brasil, Castellano ponderó el hecho de que, acorralado, "el Gobierno reaccionó no radicalizando las políticas, sino con políticas más prudentes, que implicaron desdecirse en el relato". Sin embargo, plantea que es clave que las medidas que se tomaron terminen reflejándose en un ahorro fiscal y no sean una simple redistribución del gasto. Esto es fundamental, advierte, para que la Argentina pueda volver a los mercados, sobre todo en un momento en el que, con Estados Unidos recuperándose, los inversores se volverán más exigentes con los países emergentes. Lo mismo que desarrollar un plan antiinflacionario, que aún no se ha comunicado, dice el economista.

El IIF prevé que la economía argentina se contraiga este año 1%, con una inflación de 39%, y caiga otro 0,5% en 2015. "Cuando se habla del ajuste se hace hincapié en la parte ortodoxa, como la suba de tasas, pero también fueron importantes las medidas regulatorias, como la obligación a los bancos para desprenderse de sus dólares y las mayores trabas a los importadores, y ambas ponen interrogantes sobre cómo sigue la situación", dijo Castellano. "Así y todo, el humor general acá está muy positivo con el país", consignó.

El magazine Emerging Markets, que se reparte todas las mañanas en las habitaciones de hotel de los participantes de la Asamblea del BID en el complejo de Costa do Sauípe, dio cuenta del cambio de humor hacia la economía local: "La Argentina: el próximo gran mercado para los inversores internacionales", titulaba un artículo publicado ayer. Ya nadie, al menos en Brasil, volvió a mencionar aquella tapa de The Economist. Siempre se dice, después de todo, que el mercado tiene poca memoria

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