El Gobierno apunta sus armas contra Scioli y De la Sota


Miércoles 22 de agosto de 2012 | Publicado en edición impresa
El escenario

El Gobierno apunta sus armas contra Scioli y De la Sota

Por Joaquín Morales Solá | LA NACION













Daniel Scioli y José Manuel de la Sota son los gobernadores más importantes del peronismo. Ellos gobiernan dos de los cuatro distritos más grandes del país; los otros dos, la Capital y Santa Fe, están administrados por líderes opositores al kirchnerismo. Tras la forzosa tregua con Mauricio Macri (toda paz es sólo una tregua para el cristinismo), el combate se reanudó contra Scioli y se inició, inevitable, contra De la Sota.
Los dos casos sirven, al mismo tiempo, como instructivos del poder. Hasta el peronismo vale muy poco para el kirchnerismo cuando lo que está en juego es el dominio absoluto de la política.
Ni Scioli ni De la Sota se han bautizado en la nueva fe re-reeleccionista. El bonaerense supone que una adhesión al reformismo, aunque fuera superficial, podría alejarlo de sectores sociales que hoy le permiten liderar las encuestas nacionales. El cordobés directamente no cree en esos debates tan alejados de las aflicciones sociales. "La reforma constitucional es un debate absurdo", dicen quienes lo oyen.
Los dos, para peor, han hecho explícitos sus proyectos para suceder a Cristina Kirchner en 2015. La presencia de ellos es, por sí sola, una refutación a la afirmación cristinista de que no existe relevo para la Presidenta. El kirchnerismo no tiene alternativas, es cierto, pero el peronismo sí las tiene.

LA OPOSICIÓN MÁS DURA

Bien mirada la política bonaerense, Scioli debe vérselas ahí con el kirchnerismo como la oposición más dura y persistente que tiene. Ahora, una comisión parlamentaria creada por su vicegobernador, Gabriel Mariotto, está hurgando en el caso Candela, una niña que hace un año fue secuestrada y asesinada. El caso Candela fue la muerte de una inocente, aunque en la tragedia se nuclearon los peores intereses de la provincia de Buenos Aires. Una mezcla en la que no faltaron el narcotráfico, la corrupción policial, la desidia judicial y los punteros políticos del peronismo. La comisión citará en los próximos días a los fiscales que actuaron en la investigación y a la actual y a la anterior cúpula de la policía bonaerense, todas nombradas por Scioli. No se descarta, incluso, una citación al propio ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, convertido desde hace mucho tiempo por el kirchnerismo en la bestia negra del sciolismo.
Desde que asumió su segundo mandato, en diciembre pasado, Scioli sabe que si le cortara la cabeza a Casal nada quedaría después de la poca imagen que conserva de independencia política. Sin embargo, es la alarmante inseguridad (cada vez más creciente y más violenta) la que el kirchnerismo tomó ahora como bandera de hostigamiento a Scioli. Es más popular denunciar la inseguridad que retacear dinero y demorar el pago del aguinaldo a los empleados públicos. No obstante, recientes encuestas señalaban también un resultado extraño: más bonaerenses le endilgaban al gobierno nacional la responsabilidad por el auge del delito en la provincia. O Scioli está realmente cubierto por un manto protector o una mayoría cree que la provincia está, en rigor, intervenida por el kirchnerismo.
A De la Sota le contestaron con un spot televisivo en Fútbol para Todos, que es, para el kirchnerismo, la forma más cruel de tratar a un enemigo. Lo que dice la televisión tiene, para el grupo que gobierna, una carga fulminante más pesada que cualquier debate político. Millones de pesos en producción televisiva, demasiadas energías políticas y muchos espacios merecedores de mejores causas se han gastado para destratar en una sola semana a Macri y a De la Sota.
Así es, por otro lado, el eterno círculo que encierra el discurso kirchnerista. La televisación del fútbol se estatizó con el argumento de que todos los argentinos pudieran acceder a ese popular deporte. Ese noble proyecto no fue más que una treta: terminó siendo usado para saldar pobres peleas políticas. En el medio, se van del Estado centenares de millones de pesos para financiar a los arruinados clubes de fútbol.
Con todo, nadie tiene como el kirchnerismo un arte tan eficiente para elaborar un relato que expresa una cosa para decir otra. La más grande acusación que le han hecho a De la Sota es que Córdoba no "armonizó" su sistema jubilatorio con el nacional. Traducido al castellano básico, lo que le están reprochando es que no haya hecho un "ajuste" con los jubilados cordobeses, que ganan el 82 por ciento móvil.
Ese sistema jubilatorio es, más o menos, el mismo que la Corte Suprema le viene pidiendo al gobierno nacional que aplique a todas las jubilaciones. El spot fue claramente contra De la Sota, pero también fue, de manera más indirecta, una presión contra la Corte Suprema, que ya fijó fecha para una audiencia de conciliación entre la Nación y Córdoba. ¿Qué sentido tenía ventilar por televisión un debate sobre las jubilaciones cordobesas cuando la Corte llamó a las partes para dentro de apenas 20 días para tratar el mismo conflicto? Ninguno, salvo descalificar a De la Sota y presionar a la Corte.
Como en el caso de Macri, también con De la Sota el spot de Fútbol para Todos aseguró cosas que no son ciertas. Por ejemplo, reprendió a Córdoba porque supuestamente bajó la edad jubilatoria. Funcionarios cordobeses aseguraron que su sistema impone que las mujeres se jubilen a los 60 años y los hombres, a los 65. "¿Por qué no miran Santa Cruz? Allí las mujeres se jubilan a los 50 años y los hombres, a los 54", zumbó un delasotista. También dijo que, en 2011, el gobierno nacional le envió a Santa Cruz 360.000 pesos para atender a 14.000 jubilados y que Córdoba no recibió un peso en los últimos 19 meses. Córdoba tiene más de 90.000 jubilados. "Fuimos los cordobeses los que financiamos a la Nación, porque en el último año y medio pagamos en tiempo y forma a nuestros jubilados sin que la Nación nos enviara lo que acordó ante la Corte Suprema", concluyó.

LA FOTO

Mañana habrá, probablemente, una foto que mostrará juntos a De la Sota y a Macri. Una inauguración en Córdoba (de la Casa de la Capital en la provincia) prevista con mucha antelación, un convenio de intercambio cultural largamente trabajado y una reunión donde el reparto de los recursos nacionales no estará ausente.
Ninguna novedad política de envergadura. De la Sota habla más con Scioli que con Macri. Sin embargo, serán gotas de aguas suficientes como para crear un océano. Si se concretara, la foto rompería con la rutina que más le gusta al kirchnerismo: que sus adversarios estén definitivamente solos y divididos




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