El jueves 22 de noviembre, día de su estreno en 86 pantallas de todo el país, Néstor Kirchner, la película, fue la gran atracción de la cartelera. Al final de esa jornada había sido vista por 21.359 espectadores, con picos en complejos de Canning (1215), La Plata (1206), Florencio Varela (1014) y San Justo (907). Con semejante arranque se auguraba una carrera comercial muy por encima del medio millón de personas, dato todavía más llamativo por tratarse de un documental.
Pero la obra de Paula de Luque funcionó con otra lógica. El público que llenó las salas pertenece en su gran mayoría a organizaciones sociales y políticas que adquirieron las entradas con anticipación y convirtieron esas primeras funciones en una celebración kirchnerista.
Tras ese primer impulso, la convocatoria menguó notablemente. Luego del llamamiento inicial, el film casi no interesó. Es habitual que una película baje sensiblemente el porcentaje de espectadores en su segunda semana, pero en este caso se superó la media (un 70% menos) con un magro promedio por sala para un film lanzado con tanto despliegue.
Desde anteayer, el bajón es aún más pronunciado. Sigue en sólo 24 salas. En Canning y Varela, por caso, ya no se exhibe, y en San Justo lo hace en un solo horario por día. Sólo el complejo platense (y otros cinco en Capital y GBA) mantiene todas las funciones diarias. Anteanoche sumaba un total de 103.576 espectadores, con otra baja sensible (78%)respecto de la semana previa. Ya figura entre las 10 películas argentinas de mayor convocatoria de 2013, pero con mucho más aire de fracaso que de éxito
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