Opinión
La imagen que dejó: sincero y angustiado
"La expresión facial espontánea que aparece en su rostro con mayor frecuencia a lo largo de toda la conferencia de prensa que brindó es la de angustia, que resulta de la fusión de la tristeza y el temor"
Por Sergio Rulicki | Para LA NACION
La comunicación no verbal estudia el significado del lenguaje corporal, y ya lleva más de 50 años de desarrollo.
Cuando se analiza un caso desde esta perspectiva, lo primero que se debe tomar en cuenta es la expresión facial espontánea de las emociones básicas; es decir, los gestos a través de los cuales el rostro expresa involuntariamente temor, tristeza, ira, asco, desprecio, sorpresa, alegría o una fusión de éstas.
En el caso de Diego Lagomarsino, la expresión facial espontánea que aparece en su rostro con mayor frecuencia a lo largo de toda la conferencia de prensa que brindó es la de angustia, que resulta de la fusión de la tristeza y el temor. El principal indicador de esta emoción es la posición de las cejas, que adquieren una forma ondulada, con los ángulos internos más elevados que los externos y arrugas en el ceño. Esto es muy difícil de reproducir a voluntad, aunque algunas personas pueden hacerlo y fingir que están angustiadas como una estrategia.
Mi análisis profesional concluye que Lagomarsino se siente verdaderamente apenado por la muerte del fiscal Alberto Nisman y, seguramente, también por verse envuelto en esta situación.
De lo anterior se deriva que el experto en informática apreciaba verdaderamente a Nisman, pero también aparecen en la conferencia claros indicadores de que no eran íntimos, como ha sido sugerido, sino que tenían una relación marcada por las diferencias jerárquicas correspondientes al ámbito laboral. Habla de Nisman como su "jefe" y, cuando relata que debía entrar al departamento de Nisman por la puerta de servicio, hace un gesto de rechazo, que consiste en una fuerte aspiración con el objetivo de liberar una obstrucción en las fosas nasales, que puede interpretarse como una objeción a que Nisman lo pusiera "por debajo", lo hiciera sentir como un subordinado. Esta interpretación se corrobora por la sorpresa que manifiesta al contar que Nisman lo autoriza a salir por la puerta principal, después de dejarle el arma.
No hay fluctuaciones en la voz -cambios de tono, de volumen y de velocidad-, características de los intentos de engaño, mientras que el análisis de los patrones verbales del relato de Lagomarsino es congruente con una actitud sincera. La abundancia de detalles, la ausencia de contradicciones, la lógica temporal e incluso las pequeñas digresiones que aparecen son típicas de una narración enfocada en la descripción honesta de los hechos.
Algunas cuestiones de análisis del discurso también son interesantes. Por ejemplo, la mención de los cuatro resaltadores amarillos que todos hemos visto en una foto; resulta difícil de creer que en ese momento los hubiera contado y recordara ayer que eran cuatro. Sin embargo, esta "fusión" de recuerdos que mezclan lo efectivamente vivido con incorporaciones provenientes de otras fuentes es perfectamente normal y esperable. Cuando se dan, como en este caso, en un contexto que no presenta ningún signo de intención engañosa, corroboran la credibilidad. Cuando nos encontramos con una descripción sin fallas, un relato "demasiado perfecto", estamos ante un signo de elaboración premeditada. Ningún relato sincero carece de algún error.
Finalmente, quisiera comentar algo que me llamó la atención y creo puede ser importante, ya que habla de la relación que tenía Nisman con las armas de fuego. Lagomarsino suponía que el fiscal andaba siempre "calzado", pero señaló que Nisman le dijo que, aunque tenía permiso de portación, no llevaba un arma consigo. El colaborador del fiscal relata que Nisman le pide el arma, le dice que no la iba a usar, pero también le pide que se quede con la cédula roja para comprar balas. Me pregunto si alguien que tiene este tipo de relación de ambivalencia con las armas va a usar una para suicidarse.
El autor es experto en comunicación no verbal de la Universidad Austrahttp://www.lanacion.com.ar/1764018-la-imagen-que-dejo-sincero-y-angustiado
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