Miércoles 04 de febrero de 2015 | Publicado en edición impresa

El escenario

El caso despierta dudas en la Corte

Por Adrián Ventura | LA NACION

 Corte Suprema, con absoluta discreción, está siguiendo muy de cerca la investigación sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. Los jueces advierten el enorme impacto institucional y político del caso y buscan atenuar los daños.

¿Fue un suicidio o un homicidio? "Creeré en un suicidio cuando vea las pruebas", deslizó un alto funcionario judicial. Y, en forma reservada, un perito del Cuerpo Médico Forense le confirmó a un encumbrado juez que "si Nisman se suicidó, no siguió ninguno de los pasos habituales del protocolo de los suicidas".

¿La fiscal investiga bien? "Viviana Fein está próxima a jubilarse y este caso desbordó su experiencia. Encima, ahora, planea tomarse vacaciones", dicen otros funcionarios judiciales inferiores.

Y los ministros de la Corte, ¿qué piensan? Públicamente, callan. Toman distancia del caso, que desgasta al Poder Ejecutivo y a algunos candidatos presidenciales más que a los jueces. Y tampoco quieren convertirse en comentaristas de los avatares cotidianos que el affaire desnuda día a día, como los exabruptos del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, o los cuestionables comunicados de la Procuración General, que niegan la existencia de las pruebas que el periodismo revela.

"Nosotros no tenemos nada para decir de lo que hacen otros poderes", se ataja el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.

El juez supremo, en efecto, se viene mostrando muy prudente: en los últimos días recibió a la jueza Fabiana Palmaghini, que le solicitó una caja fuerte para custodiar documentos y el respaldo de la publicación de sus resoluciones en el Centro de Información Judicial. Y también se entrevistó con la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado. Ella, casi todos los días, manifiesta a otros jueces su disconformidad con la investigación de la fiscal Viviana Fein.

Por eso, sin emitir documento alguno, la Corte sólo dejó trascender que "dará todos los recursos necesarios para esclarecer el caso".

Pero, puertas adentro de los despachos judiciales, ¿cuáles son las verdaderas preocupaciones de los ministros y de muchos jueces inferiores?

La primera. ¿Es acertada la investigación que lleva adelante Fein? La fiscal parece no haber advertido que este caso no es uno más. "Esperamos que la fiscal Fein no demore mucho en fijar una línea de investigación, para saber hacia dónde va", deslizaron en la Corte. Menos prudentes, algunos camaristas le sugirieron a Fein que, antes de seguir haciendo afirmaciones de las que luego tiene que desdecirse, es mejor callarse.

Anteayer, la Procuración publicó que, según Fein, en el cesto de basura de Nisman no se había hallado un borrador del fiscal pidiendo la detención de la Presidenta. Ayer, dijo lo contrario. ¿Se equivocó Fein o mintió la Procuración, de Alejandra Gils Carbó?

Es difícil pensar que Gils Carbó desconozca todo lo que publica su organismo. Ella sabe controlar con mano dura a los fiscales, dijo un camarista, que recordó que, hace unos meses, nombró a muchos fiscales militantes e, incluso, en causas sensibles -como ocurrió en el caso Papel Prensa y en otros- desplazó a los fiscales independientes que no la obedecían.

De todas maneras, la desmentida de Fein y su intento de exculpar a la Procuración por aquel episodio de borrador probó, por un lado, que la fiscal es débil y maleable, y, por el otro, que el periodismo investiga mejor que muchos jueces y fiscales, por más que Capitanich rompa los diarios, analizaban en la Justicia.

"La muerte de Nisman, por motivos políticos, puede desatar una ola antiperonista, como en 1983. Habrá que ver. Pero los gobernadores, cuando en la última reunión del Consejo del PJ firmaron el documento de apoyo a Cristina que les llevó Zannini, dieron un salto al vacío. El peronismo, que siempre acompañó al presidente hasta la puerta del cementerio, esta vez entró."

Ayer, en la Corte y en la Asociación de Magistrados también se hablaba del proyecto del Gobierno para reformar la SIDE y había una coincidencia. Por más que la Procuración fuese conducida en modo impecable, el control de los teléfonos no puede pertenecerle a ese organismo ni a la SIDE. Debe estar en manos de la Justicia

. Se avecina otra guerra judicial, cuando las anteriores están vivas y sangrantes

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