Dan chalecos antibalas que no protegen a los policias

Domingo 14 de octubre de 2012 | Publicado en edición impresa

Riesgosos

Dan chalecos antibalas que no protegen a los policias

Por Hugo Alconada Mon | LA NACION


Hay chalecos blindados en la Policía Federal que no protegen como deberían. El Ministerio de Seguridad comenzó a distribuir 1900 chalecos que no cumplen con las normas reglamentarias y que, en algunos casos, podrían poner en riesgo la vida de sus usuarios. O les podrían generar traumatismos superiores a los máximos permitidos en caso de recibir un tiro.

Así se desprende de los análisis practicados por peritos del Ejército, a los que tuvo acceso LA NACION. Esos resultados, a su vez, fueron cotejados por tres expertos en el tema y un ex alto funcionario del Renar.

Las unidades presentan graves deficiencias en los laterales inferiores, a la altura de los riñones, donde se colocaron velcros desmontables que no protegen la zona debidamente

Eso pone en riesgo a los policías que los utilicen, ya que cada chaleco debería consistir en una sola pieza, en forma de "T" invertida, de acuerdo a las normas hoy vigentes del Registro Nacional de Armas (Renar).

Los chalecos antibala registran además un "trauma" -es decir, el área y la profundidad de absorción del impacto de un proyectil en el cuerpo- que supera los límites fijados para la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval en sus últimas licitaciones de 2006 y de 2008, con 25 y 32 mm para las categorías pautadas, lo que aumenta considerablemente el riesgo para los agentes que los porten.

Aún así, los primeros 1900 chalecos de una partida total de 5000, elaborados por la Sastrería Militar, ya llegaron a la Federal por orden del Ministerio de Seguridad. Sostuvo que ofrecen una protección de tercer nivel, de uso militar (en la jerga, RB3), lo que es cierto, aunque con un modelo aprobado en 2005. Ese chaleco, el JAF3, siguió las exigencias de calidad impuestas en 2001 y ya derogadas, en vez del nivel RB2, actualizado, que usa la Policía Federal para enfrentar las armas habituales de los delincuentes.

La decisión del ministerio que lideran Nilda Garré y Sergio Berni resulta cuanto menos controversial, según los expertos consultados. "Es como ofrecer hoy un auto que fue de mejor gama, pero que sigue las exigencias técnicas que regían hace 10 años, en vez de optar por un auto en teoría de menor nivel, pero que cumple con los estándares actuales de seguridad. ¿Cuál tiene mejores frenos?", desafió el ex funcionario de este gobierno que trabajó en el sector hasta hace unos meses.

LA NACION llamó y dejó mensajes en el Ministerio de Seguridad, pero no respondieron.

El Laboratorio de Armamentos de la Escuela Técnica del Ejército Argentino ya sometió los chalecos a tres peritajes, el primero en agosto y otro en septiembre de este año, en tanto que el jueves último recibió otra tanda de chalecos para someterlos a una tercera prueba, cuyos resultados se desconocen.

Los dos primeros ensayos arrojaron resultados controversiales, en línea con otro peritaje que se completó el año pasado sobre otros chalecos traídos entonces desde Israel y que resultaron que "no son aptos como protección antibalas", según consta en el informe que también obtuvo LA NACION

Ensayos problemáticos

Este año, el primer ensayo sobre los nuevos chalecos se efectuó a fines de agosto. El prototipo mostró un trauma por encima de los límites trazados por la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura e inclusive por el Renar, que fijó su máximo en 44 mm, para así absorber la energía del proyectil que de otro modo y que en ciertas zonas del cuerpo podría resultar lesivo o hasta mortal.

El segundo ensayo se completó el 18 de septiembre, según el informe Arm 82, del Laboratorio de Armamentos, cuya copia obtuvo LA NACION. Fue sobre el modelo "JAF3" y registró varias particularidades. Entre otras, que fue una prueba "reducida". Es decir, que no se testearon ocho chalecos, como es la práctica habitual, sino uno solo. Tampoco se verificó su peso, espesor, flexibilidad o siquiera confort, aunque sí se constató que ofrece una menor área de cobertura. Y hasta le entró agua en el panel balístico, lo que a la larga -bajo la lluvia- también debilita su capacidad protectora.

Esa segunda prueba también mostró el riesgo potencial de los chalecos: con un proyectil 9 mm registró un trauma de 26,8 mm; y con una bala del calibre .44 la profundidad del impacto trepó a los 39,5 mm. Eso, a pesar de que fueron disparos frontales, que son mejor absorbidos que disparos de costado, ya sea a un ángulo de 30 o 45 grados, como también impone testear la norma actual del Renar, la MA.01-A1 vigente desde 2010, pero que no se aplicó en el testeo.

Los traumas verificados en esos chalecos chocan, así, con las exigencias planteadas por el Gobierno en las últimas licitaciones que lanzó para comprar chalecos para la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura. Fueron la 31/06 (del Ministerio del Interior) y la 43/08 (del Ministerio de Justicia y Seguridad). En ellas se requirió chalecos con un trauma máximo de 25 mm para los RB2 y de 32 mm para los RB3 que destinaría a sus grupos especiales.

Con la norma anterior

Sin embargo, acaso porque las autoridades del Ministerio de Seguridad estaban al tanto de las fallas de los nuevos chalecos, el segundo testeo que completó el Ejército se desarrolló según la norma MA.01 del Renar, del año 2001. Es decir, con exigencias inferiores a las que impuso el Renar en 2011, cuando las modernizó para afrontar los "avances tecnológicos".

Los chalecos debieron así seguir las pautas de la norma anterior del Renar y por eso se fabricaron según el modelo "JAF3" de 2005, lo cual acumuló objeciones y recelos entre los expertos y el ex alto funcionario de este gobierno que fue consultado por LA NACION.

"Eso significa que están entregando chalecos que con la norma actual [del Renar] no pasan las pruebas y no deberían estar en la calle. Además de que no están fabricados en una sola pieza, pues están prohibidos los insertos removibles y las costuras", graficó el ex alto funcionario.

Uno de los expertos coincidió en que esos chalecos no deberían llegar a los policías. Recordó también otra falla de haberse recurrido a la norma de 2001 del Renar, ya derogada, en vez de la vigente de 2011: "Según la norma «vieja», los chalecos eran un solo talle unisex, lo que se modificó con la nueva, que aportó talles y por sexos. ¿Ahora le darán otra vez el mismo a varones y mujeres, gordos y flacas?", inquirió.

Otro experto, consultado por separado, fue más categórico y descubrió once observaciones tras repasar los resultados del laboratorio que obtuvo LA NACION. "El usuario se arriesga más al creer que está protegido; la herida producida por un chaleco defectuoso es desgarrante y con restos de tela que produce infecciones. Es doblemente criminal".

Los controles militares

Facsímil de los testeos realizados por especialistas

  • Penetración negativa
    La columna destacada en color amarillo indica el mal resultado del ensayo con chalecos destinados a la Policía Federal. Se observa la peligrosa penetración de 39,5 milímetros en el cuerpo de un agente, cuando lo máximo permitido es de 26 mlímetros.



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