El cepo cambiario, el dólar blue y un submundo ilegal y peligroso

El cepo cambiario, el dólar blue y un submundo ilegal y peligroso

Por  | LA NACION



Inmediatamente después de que apareciera el cepo al dólar, allá por octubre de 2011, el Gobierno decidió que la Argentina consagrara un sistema ilegal a la hora de ahorrar en moneda estadounidense. Desde entonces, argentinos que ganan su dinero legalmente y que sólo pretenden que la inflación no derrita su valor conviven con delincuentes de todo tipo en el llamado "mercado blue".

Un operador inmobiliario, un comprador de un inmueble o un escribano tiene el mismo canal de acceso al dólar que el dinero de la corrupción, de la inseguridad o del lavado del dinero.

Compradores ávidos suelen caer en manos de vendedores de billetes con pocos escrúpulos; financistas de oficio, muchas veces, se tientan ante el dinero fácil que implica operar en el mercado blue. Un oasis para delincuentes de todo tipo a la vista de todos. Allí hay dos monedas de cambio: el dólar, claro está, y la complicidad del poder judicial, financiero, político y policial.

Así empezaron a crearse las más variadas maneras de llevar y traer dinero. Desde los arbolitos de menudeo que pueblan el Microcentro a las evolucionadas cuevas, todos pelean por la diferencia de cambio.

Una semana en ese mundo sirvió para que este cronista conociera cómo funciona el mercado blue. Hombres a sueldo recorren la Ciudad armados. Se movilizan en autos blindados o en simples motos que en general se mueven de a dos. Llevan dólares y traen pesos. O al revés.

Este submundo tiene otros códigos. Donde se mueve mucho dinero. Tanto que a veces se lleva la vida.

El dueño de una cueva contaba que en el barrio de Flores, una hacendosa costurera le confecciona pantalones y camperas a medida. Las mulas, como llaman a los repartidores, utilizan pantalones anchos, con bolsillos internos del tamaño de un fajo de 10.000 dólares. "La idea es que cada uno pueda llevar 100.000 lucas verdes", contaba hace un tiempo en una oficina en el Microcentro porteño. Relataba que para desorientar a los ladrones, ahora hubo una innovación en la movilidad: "Usamos motos tipo delivery de pizzas para no despertar sospechas".

Saben que ellos también son atractivo para otros delincuentes que buscan un motín fácil. "Hay que cuidarse, es complicado mover dinero", se sinceraba aquella tarde.

La logística de la marginalidad también llega a las cuevas. En Villa Urquiza, una tradicional joyería anexó un departamento contiguo. Se entra por el comercio; se sale por un edificio de departamentos. En Recoleta, en una galería ubicada en una de las principales avenidas, un negocio de ropa es la fachada de una tradicional casa de cambio. En el Microcentro oficinas estándar son verdaderas fortalezas cambiarias.

Este submundo tiene otros códigos. Que no todos conocen, incluso los que se involucran por la tentación de comprar y vender y ganar en el momento. Donde se mueve mucho dinero. Tanto que a veces se lleva la vida.

Clickeá acá para leer la nota origina de la sección A Fondo de LA NACION sobre el submundo del dólar blue.



http://www.lanacion.com.ar/1753847-el-cepo-cambiario-el-dolar-blue-y-un-submundo-ilegal-y-peligroso

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