Los perros de la droga: el papel de los jóvenes en Córdoba

Los perros de la droga: el papel de los jóvenes en Córdoba

Una investigación exclusiva de Fopea muestra que son el eslabón más vulnerable de la cadena del microtráfico de drogas local: avisan sobre la presencia de policías o trasladan mercadería; una estimación calcula que unos 75 mil jóvenes menores de 24 años conviven con los narcos en sus barrios


"Los narcos van comprando casas contiguas para hacer cocinas, se comunican por los patios traseros. Muchos chicos empiezan en esos lugares armando los paquetitos. Les pagan con droga, para que a su vez ellos la vendan". El que habla es el miembro de una asociación civil que trabajaba en un barrio desde hace 20 años organizando talleres y apoyo escolar y describe una situación que se repite en una veintena de barrios de Córdoba capital.

Habla de los perros, como se conoce en la jerga local a los adolescentes y jóvenes que suelen ocupar puestos de menor relevancia en el contexto de microtráfico de drogas local: dan aviso de movimientos extraños en el territorio, trasladan mercancías, a veces venden. Si son mujeres y tienen hijos, es más habitual verlas en los puntos de ventas o "quioscos", como se los denomina. Los jóvenes muchas veces tienen vínculos inestables con estas estructuras, van y vienen, las usan para complementar ingresos o para financiarse el consumo de estupefacientes.

 

JOVENES from Investigaciones Fopea on Vimeo.

Unos 75 mil jóvenes menores de 24 años de esta ciudad conviven en barrios donde esa lógica económica predomina en el territorio, si se multiplica la población que existe en 23 distritos donde se considera que la actividad está "controlada" por el microtráfico de drogas, según un estudio del Observatorio de Seguridad Ciudadana -dirige la exmininstra de Seguridad provincial Alejandra Monteoliva- realizado a partir de información oficial, pero no pública, de la Policía y el Gobierno.

A su vez, hay otros 40 sectores que tienen negocios narcos en transición o aún desorganizados. El año pasado, de los 84 homicidios ocurridos en la ciudad, 68 se produjeron en alguno de estos 60 barrios, donde la droga parece actuar como un "permisor delictivo", un desinhibidor de las soluciones violentas a los conflictos.

 

Mapa de barrios según categoría de actividad "narco" y cantidad de homicidios en 2013.

Sólo en casos de microtráfico, las estadísticas de la Justicia provincial muestran que el 40,10 por ciento de los imputados tienen entre 26 y 40 años; y el 27,5 por ciento tienen menos de 25. En 2011, antes de que en Córdoba la Justicia federal cediera a la provincial la investigación de microtráfico, el 16 por ciento de los condenados en uno de los dos tribunales orales federales tenía menos de 26 años. Son las últimas estadísticas oficiales disponibles que se hayan difundido y muestran que los adolescentes y jóvenes no suelen ser detectados por el sistema judicial en proporción a su participación.

En la Justicia explican la situación con este razonamiento: o bien en las organizaciones familiares los adultos asumen las responsabilidades para dejarlos a salvo de las condenas y mantener el emprendimiento familiar; o bien porque como no suelen dedicarse a la venta sino a roles complementarios (vigilar, custodiar) no aparecen bajo la lupa de investigaciones centradas en los "quioscos" de venta.

 

Aunque no trabajen para los transas, muchos jóvenes comparten lazos familiares o conexiones con estas economías paralelas que introducen sus propias reglas de convivencia, bajo la aceptación directa o indirecta de la Policía y del Estado, según comenta una decena de fuentes especializadas consultadas para este trabajo.

"Cambiaron las reglas del barrio. Y eso cambia las formas en las que uno puede acercarse a los chicos", se lamenta Lucrecia González sobre su experiencia en el territorio desde la militancia política de Barrios de Pie.

En barrio Müller, el padre Mariano Orbelín tiene un taller de herrería para construir una alternativa a la inclusión económica que ofrecen los narcos. Así describe el contexto en el que crecen los jóvenes: "El narcotráfico ha ido ocupando un espacio muy fuerte. Los narcos grandes buscan a uno para que venda, a otro para que guarde, otro que cuida la cuadra (tero)... y a la gente que no pueden captar le van haciendo favores para captarla: le pagan la fiestita de 15 a la chica, les instalan un bañito.Pasó de ser simplemente un mercado a ser una red social".

 

Un cura en la trinchera - "Los perros del narco" - Investigaciones Fopea from Investigaciones Fopea 2 on Vimeo.

El consumo está presente entre los protagonistas del mundo narco. En hospitales, en la Justicia, en especialistas en adicciones, predomina el consenso de que los jóvenes se pasan a trabajar en estas economías porque consumen y necesitan asegurarse la provisión.

En términos de consumo, el inicio es temprano. Las estadísticas del Hospital de Niños de Córdoba señalan que hay un grupo etario de 8 a 15 años que ha probado alguna sustancia ilícita, una vez al menos. En los primeros cinco meses de 2014, los casos positivos ya superaban a todos los de 2013 y se estimaba que este año terminará con el doble de los casos.

A Marcelo Fenoll, uno de los fiscales del fuero Antidroga provincial, hay una imagen que lo quiebra: "Resulta desgarrador volver a casa después de un allanamiento en un lugar donde en la misma mesa en la que se estaba fraccionando droga había niños haciendo las tareas escolares".

La versión original de este trabajo está disponible en www.investigacionesfopea.com. Fue realizada por Ary Garbovetzky, Juan Manuel González, Edgardo Litvinoff y Juan Simo gracias al financiamiento de "La Otra Trama", un espacio de organizaciones de la sociedad civil enfocadas en acciones contra el crimen organizado en la que participa el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA)

http://www.lanacion.com.ar/1754453-los-perros-de-la-droga-el-papel-de-los-jovenes-en-cordoba

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