Rescatar el valor del médico

Editorial I

Rescatar el valor del médico

En su día, es necesario reconocer la loable tarea de los profesionales de la medicina, por encima de las falencias de nuestro sistema público de salud


El sistema de salud es uno de los pilares sobre los que se sustenta el bienestar de cualquier población y son los médicos quienes, con su abnegado trabajo, acompañan, cuidan y curan a los enfermos mediante una cuota de altruismo que supera en mucho la de otras profesiones.

Las revolucionarias proezas que la ciencia médica ha logrado en las últimas décadas han corrido en paralelo con una creciente despersonalización en el trato hacia los pacientes; basta recordar el vínculo con éstos que cultivaba el antiguo médico de familia y que, lamentablemente, se ha venido perdiendo por falencias estructurales de nuestro sistema de salud.

En nuestro país, la cobertura de salud se presta a través de las obras sociales, las empresas privadas de medicina prepaga, el PAMI y el hospital público. Pero no podemos olvidar que aproximadamente el 50% de la población argentina carece de obra social y recibe atención en hospitales públicos, como así también muchos extranjeros que desde países vecinos optan por recurrir a nuestros médicos para atención gratuita.

De allí la gravedad que encierra que los hospitales públicos estén mayormente desbordados, con instalaciones inadecuadas, presupuestos exiguos y faltantes de insumos, a lo cual se suma el hecho de que, en los últimos tiempos, han visto también preocupantemente afectada la seguridad de bienes y personas en determinados nosocomios, agravando el incuestionable riesgo en que se encuentra la atención sanitaria.

La carrera médica es muy exigente y quienes la eligen, en muchos casos, no ven compensado el esfuerzo realizado a la hora de cobrar un magro salario, dormir poco o vivir estresado, muchas veces sin incentivo suficiente para superar los escollos.

Es que ser médico no exime a los profesionales de ser pacientes. La actividad laboral produce un lógico desgaste físico y mental que puede terminar agotando emocionalmente a la persona debajo del guardapolvo. Literariamente, el término "burnout" o agotamiento fue difundido por el escritor inglés Graham Greene en una novela que abordaba el desgaste emocional del personal que trabaja con drogadictos. Por su parte, H. Freudenberger, en un libro publicado en 1980, definió este mal en los siguientes términos: "Deterioro y cansancio excesivo y progresivo unido a una drástica pérdida de energía y de motivación, que afecta actitudes, modales y comportamientos".

En mucho contribuyen a esta situación las bajas remuneraciones y los extensos y muchas veces excesivos horarios de tareas, incluidas las guardias, sumados a diferentes formas de violencia y agresión que hoy prevalecen en distintos ámbitos. También se debe reconocer una tendencia en algunos profesionales a hacer caso omiso de indicadores de estrés.

Las estadísticas sobre prevalencia de salud mental y emocional de los médicos varían sustancialmente debido a que los indicadores de bienestar son difíciles de cuantificar y calcular. Pero indudablemente impactan en forma negativa sobre el sistema de salud y la atención de los pacientes que, como resulta obvio, es una actividad que no admite riesgos, pues son vidas las que están en juego.

Por ello, una vez más, desde estas columnas alertamos sobre la importancia de garantizar dignamente las prestaciones de salud para toda la población, para lo que es indispensable superar intereses sectoriales y asegurar al cuerpo médico las mejores condiciones para su desenvolvimiento.

Salomón Schächter, destacado médico y profesor, alguna vez reflexionó desde nuestras páginas sobre la importancia de que fueran los mismos médicos quienes defendieran la dignidad de la profesión, al tiempo que destacaba que cualquier obstrucción del trabajo de estos profesionales constituye un pecado social que debe ser castigado.

Hoy, al conmemorarse el Día del Médico, es menester defender y enaltecer una labor intrínsecamente humana, auscultar con justeza los síntomas que atentan contra su mejor ejercicio para resolverlos y aumentar la presión social para defender, como corresponde, el mejor ejercicio de esta noble profesión

La Nacion

No hay comentarios.:

Publicar un comentario