Viernes 11 de mayo de 2012 | Publicado en edición impresa
Complicaciones económicas
La Presidenta dijo sentir "rabia" ante reclamos de sindicalistas
Pidió sensatez a los gremios y amenazó con cortar beneficios a empresas
Fue inusualmente dura con dirigentes gremiales y
empresarios, y con una sola frase la presidenta Cristina Kirchner
admitió ayer que la crisis europea está golpeando en la economía local.
"No nos caímos del mundo. El mundo se nos cayó encima",
sostuvo la jefa del Estado en un discurso de más de 40 minutos, en el
que pidió "sensatez" en los reclamos sindicales.
Además, advirtió a las empresas que si no presentan al
Gobierno su plan de inversiones perderán los beneficios y subsidios que
reciben del Estado, en una muestra más de la necesidad de apuntalar el
mercado interno.
Cristina Kirchner reveló que sentía "rabia" cuando
escuchaba ciertos reclamos sindicales. Sin especificar a quiénes
apuntaba, pidió que se siguiera el ejemplo de los estatales de la Unión
de Personal Civil de la Nación (UPCN), que anteayer cerraron un acuerdo
de aumento salarial del 21 por ciento para este año, en la Casa Rosada.
La dura reacción de la Presidenta contra los sindicatos
se da en medio de crecientes reclamos y negociaciones trabadas. Por un
lado, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), conducida por Antonio Caló,
favorito del Gobierno para ocupar el sillón de la CGT a partir de julio
próximo, aún no logró cerrar un acuerdo y crece el malestar de su sector
hacia las trabas que le impone la Casa Rosada. Por otro, el actual
secretario general de la central obrera, Hugo Moyano, abiertamente
enfrentado con el Gobierno, mantiene latente la amenaza de paro en el
transporte petrolero.
"Uno tiene rabia por las cosas que escucha, no por
mí, por lo que les puede pasar a los demás si no hay sensatez. Porque
los dirigentes sindicales se van a sus casas y nunca son pobres. Los
trabajadores son los que se quedan en la calle", les espetó la jefa del
Estado en uno de los discursos más duros de los últimos años contra la
dirigencia gremial.
A tal punto llegó el enojo presidencial que lanzó una
crítica directa al corazón sindical: "Señores, los trabajadores ganaron
más dinero producto del modelo macroeconómico, no producto de una huelga
más, una huelga menos". También ironizó y les pidió a los gremios que
si creían lo contrario fueran a darles sus recetas a los europeos. "No
nos engañemos más", los adoctrinó.
En medio del creciente deterioro de las cuentas
públicas, la Presidenta anunció dos medidas destinadas a paliar la
crisis. Por un lado, dio marcha atrás con la normativa que regía para la
exportación y flexibilizó la metodología, a fin de revertir la caída en
las ventas al exterior.
Así, el Ministerio de Economía deberá corregir una
resolución de hace tres semanas y volver a los plazos anteriores, más
laxos, para el ingreso de divisas producto de la exportación. "Planteó
problemas y por lo tanto hemos decidido que todas las empresas que
exportan hasta dos millones de dólares van a volver a la vieja
normativa", reconoció.
Además, Cristina dedicó parte de su discurso, aunque
con un trato menos confrontativo que el que empleó para los sindicatos,
para reclamarles a los empresarios mayores inversiones.
La Presidenta ya no habló más de la sintonía fina como
el eslogan de la etapa que inició en su segundo mandato. Ayer eligió
reescribirla como la de "sostener la inversión".
"Así como hemos venido sosteniendo la demanda agregada
como uno de los impulsores de crecimiento del mercado interno, hoy
tenemos que apuntalar la inversión, ésta es la clave de los tiempos que
vienen, porque se viene un mundo muy difícil", anunció.
Como un ejemplo de hacia dónde están enfocadas sus
prioridades, el acto de ayer en la Casa Rosada fue para presentar,
justamente, una ampliación del programa de créditos del Bicentenario.
En esta segunda etapa se destinarán otros $ 8000
millones del plan inicial para apuntalar el mercado interno e inyectar
recursos en la economía.
Cristina Kirchner usó la mayor parte de su discurso
para insistir en sus reclamos a los gremios. "Les pido responsabilidad.
Pero no hablo de los trabajadores, hablo de los dirigentes sindicales",
los volvió a cuestionar, sin distinción, en medio de la interna en el
propio gremialismo.
"Cuando se arman los barullos, cuando todos gritan para
ver quién puede lograr más, cuando se pudre todo, los dirigentes se van
y siguen viviendo muy bien, los que quedan son los trabajadores",
apuntó.
Para agregarle aún más carga a su mensaje, Cristina
sostuvo que nadie se acuerda en la historia de quiénes son los
secretarios generales de la CGT durante determinado gobierno, sino de
quién era el presidente. Otro dardo destinado a la sede de Azopardo.
La Presidenta cerró su discurso con una última frase
que levantó aplausos en el salón. "No me importa el juicio de tres o
cuatro que escriben o hablan. El único que me importa es el juicio de la
historia y mi pueblo."
DIXIT
"Uno tiene rabia por las cosas que escucha. Los
dirigentes sindicales se van a sus casas y nunca son pobres. Los
trabajadores son los que quedan en la calle"
"No nos caímos del mundo. El mundo se nos cayó encima"
"Tenemos que apuntalar la inversión"
"Denles las recetas a los europeos y que vayan a bloquear el Palacio de la Moncloa o el Palacio de Buckingham"
CRISTINA KIRCHNER
Presidenta de la Nación
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